Capítulo 42

HARRY

- 23 de septiembre, 23:00h -

La mirada de Ian me examinaba, parecía no poder leer lo que mi expresión transmitía. Para mí, resultaba muy sencilla aquella invitación. No podía negarme. Tampoco tenía intención de negarme.

Por así decirlo, era una manera de poner fin a todo aquello. De poder acabar con lo que, una vez había comenzado, años habían pasado, años queriendo poner fin a algo y sabiendo que; quizá la única manera de lograrlo era dándole mi vida.

-La respuesta es sí, Ian -Dije-. Voy a ir, no me importa si vienes o no conmigo. Tengo contactos en Londres.

-Pues tendrás que contar con ellos, porque yo esta vez no puedo ayudarte, Styles.

Ya lo sabía. Ian no podía abandonar Estados Unidos, pero podía ayudarme a marcharme. Él me había ayudado a ocultarme y me había dado un nuevo hogar, de alguna forma. Su mirada me mostraba preocupación.

-Soy consciente de ello -Le contesté-. No tienes porque venir conmigo, sé muy bien que te has hecho cargo de mi durante este tiempo, pero ya no hace falta. Regresaré a Londres a solucionar esto, y bueno, ya contactaré con alguien que me ayudará...

-¿Es de fiar?

-Sí, claro -Dije. Desde luego, Ian era un hombre muy cuidadoso-. Si le conocieses te caería muy bien, es tu tipo de persona digamos. Y si te preocupa que me puedan tender una trampa, por él no debes perder el sueño.

-Styles, duermo muy bien y no voy a dejar de dormir por preocuparme por ti.

-Lo suponía, pero tus respuestas me indican lo contrario -Le guiñé el ojo para que entendiese que todo aquello se trataba de una broma.

-¿Y puedo saber cuando piensas ir?

-¿Cuándo me puedes conseguir un billete de avión?

-Probablemente entre mañana y pasado -Explicó, mientras se dirigía a encender el monitor que se encontraba encima de la mesa situada al lado de la ventana. Observé aquella casa de campo, consideré que echaría de menos la tranquilidad del bosque. Pero era el momento de volver a la ciudad.

Encendió el monitor y buscó en las correspondientes aerolíneas. Los precios eran altos, pero nada desorbitado que no pudiese pagar. Tardé unos segundos en procesar que realmente íbamos a comprar los billetes y no simplemente fantasear en la posibilidad de regresar a un lugar poblado.

-El día 25 a las cinco de la mañana -Dijo Ian finalmente-. Es el mejor día y el vuelo es directo, es la plaza ideal para ti.

-De acuerdo -Confirmé, tomé mi teléfono móvil-. Te dejo con los últimos trámites, Ian. Quizá estas son las últimas noticias que tienes de mi.

-Eh, no. Espero que al menos me mandes una carta de navidad -Dijo, sin apartar la vista de la pantalla.

-Bueno, eso es negociable -Dije, tumbándome en el sofá-. Voy a hablar con mi contacto.

-¿Era compañero tuyo?

-Exacto.

-¿Cuál de ellos?

-No es que haya mucha variedad, Ian -Murmuré-. La mayoría murieron en el asalto al edificio de Christian. Hablaré con Niall, es quien creo que me puede ayudar más.

-Ah, sí. Ese chico se veía simpático.

Pensé durante unos diez minutos. ¿Qué debía escribirle? ¿Qué podía decirle? No es que hubiésemos perdido el contacto, pero casi. Estaba seguro que él sabía cosas de Valerie, pero no quería preguntarle. Solo necesitaba un pequeño favor, y luego ya vería que hacía después... Debía decidir poco a poco, ya llegarían las siguientes decisiones una vez hubiese visto a Christian. No me iba a precipitar. Las circunstancias habían cambiado mucho.

"Hola, Niall. Soy Harry, hace mucho que no hablamos... Necesito un pequeño favor, tengo una cita en Londres y necesito que alguien me vaya a buscar al aeropuerto. Llego el día 26 de este mes, en dos días... ¿Crees que podrías venir a buscarme? Si no estás en Londres no te preocupes."

Así el mensaje no estaba mal, ¿verdad? No se me daba muy bien esto de mandar mensajes. Daba igual, Niall lo entendería. Aunque si no se encontraba en Londres sería un desastre. No exactamente, pero tendría que coger un taxi o transporte público. Y Niall seguro que haría más amena la situación.

-He enviado el mensaje -Le dije a Ian, dejando el móvil en un lado. Me levanté del cálido sofá y comencé a dar vueltas al salón.

-Tranquilo, que no es para tanto -Contestó-. Pareces un adolescente nervioso.

-¿Crees que todo saldrá bien?

-No lo sé, Styles -Confesó Ian. Apartó la mirada de la pantalla del ordenador y me miró-. Tu billete está listo, pero es imposible saber como irán las cosas. Espero poder verte de nuevo. Y que podamos coincidir sin tener que huir o escondernos, una típica comida en un restaurante.

-Estaría bien coincidir en esa situación.

Pensé que quizá podría verle junto con Valerie, suspiré. Qué bonito sería poder verle junto a ella, que conociese a esa chica que tanto significa para mi. Si es que ella todavía me recuerda. Me pregunté como estaría, si todavía mantenía contacto con Gemma o si habría encontrado otro amor.

Pocos minutos después, obtuve una respuesta de Niall. Él se encontraba aparentemente en Birmingham por un periodo de tiempo, pero no tendría ningún problema en venir a buscarme al aeropuerto. De hecho, me dijo que podía estar conmigo durante todo el que necesitase. Le agradecí con todo mi corazón, ya que solo podía darle las gracias por un mensaje. Ya no me quedaba ningún otro tipo de preparación, solamente debía preparar un pequeño maletín y marcharme a la aventura.

Una incierta aventura.

-25 de septiembre, 05:00h-

Ian conducía su vieja camioneta, música country sonaba en hilo musical y los campos de trigo enmarcaban aquella carretera comarcal. Nos dirigíamos al aeropuerto. El sol todavía no había salido y las estrellas iluminaban nuestro camino.

-El hombre que te ha invitado está pendiente de juicio -Murmuró Ian.

-Lo sé, no entiendo como pueden dejarle libre mientras el juicio se lleva a cabo.

-El poder es lo que le mantiene la libertad. Las personas con más poder adquisitivo son aquellas que mantienen su libertad.

-Yo ahora ya no sé qué quiere de mi.

-No caigas en sus trampas -Advirtió Ian-. Si la situación no te da confianza, no acudas. Supongo que cuando estés en Reino Unido, Niall te aconsejará lo mismo.

-Cierto.

La despedida con Ian había sido rápida, la había comprendido como un "hasta luego". Sin embargo, no podía dejar de crear un paralelismo entre mi situación y la de un soldado que marcha a la guerra. Si regresaba, moría o decidía quedarme en Londres todavía no se sabía. Deseé por limitado periodo de tiempo poder ver el futuro, sin embargo, un negativo pensamiento flotaba por mi mente. Si todo fuese mal... Lo sabría.

Todos mis pensamientos ahora no tenían sentido. Me encontraba en un avión, sin poder dormir por el ruidoso sonido proveniente de los motores y por los ronquidos de una señora sentada a mi lado. Suspiré, vaya viaje me esperaba. Por suerte, se haría de día durante el vuelo y aquella mujer podría disfrutar de las maravillosas películas que ponían en las pequeñas pantallas.

Sin darme cuenta al final caí en un sueño ligero. Escuché un disparo, la oscuridad del lugar no me dejó ver nada. Otro disparo, acompañado de un grito. Un grito que reconocí al momento, era ella: Valerie. No supe que hacer, dudé por un segundo pero fui tras su voz. Corrí por aquel lugar que reconocí como un túnel, no sabía a donde se dirigiría ni donde me encontraba. Paré tras ver unos ojos rojos mirándome, me dejaron petrificado.

Abrí los ojos de nuevo.

-26 de septiembre-

Seguía en el avión, menos mal. La mujer ya no roncaba, y podía decirse que algo había descansado. Pasaron horas y horas hasta que el avión llegó a su destino, una vez en Londres. Bajo el cielo nublado, y con un nuevo día abriéndose ante mi, busqué a Niall. El aeropuerto era muy grande, y tardé una media hora en caminar hasta la zona de llegadas. Cientos de tiendas abrían para que los miles de turistas que transcurrían por el lugar pudiesen comprar su últimos regalos de última hora.

La entrada estaba llena de taxis, familias reencontrándose y otros muchos mandando mensajes en busca de sus seres queridos. Mi mirada se centró en una esquina del lugar, donde había un chico rubio con gafas de sol (a pesar de que no había nada de sol). Niall miró en mi dirección y vino caminando hacia mi. Le di un abrazo:

-¡Niall, cuanto tiempo! Gracias por venir a buscarme -Le dije amablemente.

-Si que te han cambiado los años... No hace falta que seas tan formal -Rio, dándome unos golpecitos en la espalda-. Tengo el coche mal aparcado, pronto empezarán a pitarme los taxis.

-Vayamos entonces -Dije. Niall condujo hacia la gran ciudad, íbamos hablando de los viejos tiempos y de todo lo que habíamos vivido juntos. Tanto su voz como las carreteras que estábamos viajando me traían recuerdos.

-¿No sabes nada de Valerie desde entonces? -Preguntó Niall de repente.

-No -Suspiré-. No quiero entrometerme más en su vida, ¿sabes tu algo de ella?

-Sí, hablo de vez en cuando, aunque hace mucho que no la veo. La última vez que la vi estaba bastante mal... acude con frecuencia a un psicólogo para que le ayude a superar todo.

-Ya veo... -No pude evitar sentirme culpable. La razón por la cual estaba mal era por mi, era todo mi culpa. No podía ahora volver a aparecer en su vida, no podía causarle más problemas-. Entiendo que es mejor que esté sin mi. Si ahora ya me ha superado...

-Gemma me dijo que últimamente estaba mucho mejor.

-A eso me refiero Niall, no quiero amargarle más la vida -Dije. Me dolería muchísimo, me dolería verla desde la lejanía y no intervenir. No poder decirle que sigo sintiendo lo mismo por ella, pero era todo mucho mejor así. Sin mi ella estaría bien, quizá no en poco tiempo, pero a la larga... a la larga se dará cuenta que ella merece algo mucho mejor.

-Yo me pensaba que volvías en parte por ella.

-No exactamente, vengo por lo de Christian. Me envió una invitación y simplemente he decidido aceptar.

-Mañana creo que tiene un juicio -Murmuró Niall-. ¿Tienes alguna fecha en concreto?

-No. Pero pensaba ir después del juicio.

-Eso será si no lo declaran culpable -Anunció el chico rubio, mientras mantenía la mirada fija en la carretera.

-¿Lo crees así?

-No lo sé, sobre él ya no creo nada...

-Creo que se librará de alguna forma o de otra -Sentencié.

Allí se acabó nuestra conversación durante un rato. Entramos en la gran ciudad de Londres y los edificios nos envolvieron. Sonreí al ver de nuevo el interior de la ciudad, nada había cambiado. Escuché una risa corta por parte de Niall y comprendí que se reía de mi, quizá era cierto que tenía cara de niño emocionado al ver la ciudad.

Pensé en qué podía estar haciendo Valerie... Y Gemma, a ella sí que la visitaría, era mi hermana. Al menos ella debía verme y comprender la razón por la cual me he ido.

-Harry, necesitaré un favor... -Expresó Niall. Le miré atentamente y asentí-. ¿Puedes ir a la copistería que hay al final de la calle y pedir mis llaves? Toma mi carné de identidad, te esperaré aquí.

-¿Qué llaves?

-Ah, las de mi apartamento. Las guardan ellos y si en algún caso lo necesitan, pues lo dejo prestado.

-Ah.

Hice lo que él decía, bajé del coche. El frío viento de Londres chocó contra mi cara. Había echado de menos aquella sensación. Me puse mi capucha para que no me reconociese nadie, o por lo menos, intentarlo. Caminé por aquella transcurrida calle llena de tiendas, los habitantes de la gran ciudad caminaban mayoritariamente acompañados de alguien y hablando con calma. Aunque algunos otros caminaban con mucha prisa, probablemente llegando tarde a algún sitio.

Entré dentro de aquella pequeña tienda, estaba al lado de un parque. Alguna vez habría caminado por aquel verde lugar, pero no lo recordaba. La copistería que me había indicado Niall era pequeña, desprendía un dulce olor a papel y su interior era cálido. Sonó una campana proveniente de la puerta.

Esperé a ser atendido. Una mujer de avanzada edad salió al mostrador y me sonrió. Su cabello estaba peinado hacia atrás, y vestía una bata de cuadros. Se apoyó en la mesa de madera del mostrador y apuntó algo en un papel, luego volvió a redirigir la mirada hacia mi:

-Perdona chico, tengo que apuntarme los recados que luego me olvido -Comentó, encogiéndose de hombros. Yo le devolví una amable sonrisa-. Entonces, ¿qué necesitas? ¿En qué te puedo ayudar?

-Mi amigo Niall me ha dicho que guardáis sus llaves del apartamento aquí... -Murmuré, ella asintió-. Traigo su carné de identidad por si acaso.

Observó el carné para ver que era verídico y sacó unas pequeñas llaves y me las tendió.

-Son estas -Dijo-. Dale recuerdos a Niall -Asentí.

-Muchas gracias, que tenga un buen día -Le dije, saliendo de la tienda.

En la calle principal había mucho ruido, la gente se agrupaba curiosa para ver de donde provenía tal ruido. Observé que había un accidente de tráfico. Aceleré el paso para llevar al coche Niall y movernos de allí. Aunque choqué con una chica. Vi su cara por un instante y mi corazón se aceleró, era Valerie. Su rostro no había cambiado nada, estaba totalmente igual. Seguí mi marcha, pensando que ella no me había visto. Esperaba que no. Deseaba que no me hubiese visto.


¡Hasta aquí el capítulo de hoy! Espero que tengáis un día muy bueno, y nos vemos el domingo que viene, con un poco más de drama. :)

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top