Capítulo 37
VALERIE
Los chicos y Gemma me esperaban, levantaron la cara con un poco de esperanza. Yo simplemente negué con la cabeza.
-Él dice que está bien, pero está destrozado... -No me atreví a mentirles, Harry no estaba bien y solamente con verle, te dabas cuenta. Aunque él no se atreviese a reconocer lo que era obvio, Harry siempre querría verse como aquella persona la cual, sonreiría en los peores momentos y saldría adelante en cualquier situación.
La semana siguiente se convirtió en la peor semana de mi vida, visitaba a Harry a diario a pesar de que, nuestros temas eran limitados agradecía verle todos los días. Sus ojos no estaban totalmente rojos como la primera vez que le vi pero, sus ojeras y aspecto cansado, no desaparecía. Apostaría que no había dormido mucho durante los últimos días. Gemma fue un día, el día antes del juicio para contarle que todo iba bien, no me quiso decir que más habían hablado pero parecía como si la luz de la chica fuese apagándose.
Aquella situación acabaría con todos nosotros.
No hice caso a Harry, y llamé al mejor de los abogados. Él me asesoró y como temía, si Harry entraba en la cárcel probablemente no habría fianza. Lamentaba aquel echo pues, el dinero no era problema para mí o el propio Harry. El hombre se comprometió a hacer todo lo posible y aunque era su trabajo, lo agradecía.
Denuncié a Christian, por asesinato y dos días más tarde, salieron otras denuncias a la luz; tanto de abuso, como robo o chantaje. Parecía que su empresa se desmoronaba hasta el punto que fue expulsado del edificio de Wall Street. Acabó todo en un juicio rápido, mucho más rápido que el de Harry pues ambos casos estaban relacionados, por suerte, le condenaron a veinte años. Pero, no todo iban a ser buenas noticias, Christian nunca llegó a la cárcel, no se encontró su cuerpo y tampoco algún rastro que pudo haber dejado. Era como si se hubiese consumido.
No encontraba ningún problema en relación a ese echo, siempre y cuando Christian no volviese a aparecer en nuestras vidas.
Observé mi imagen, a pesar del maquillaje estaba cansada, no podía dormir bien sin Harry a mi lado. Temía que algo le pudiese suceder, así que Gemma se ofreció para dormir conmigo, algo que agradecí. Necesitaba algo de compañía y ella también.
Mi vestido blanco resaltaba el tono de piel bronceado que había adquirido y mi cabello parecía extremadamente largo. Los tacones negros que llevaba me hacían sentir mejor, parecía que aparentar estar bien, mejoraba tu condición.
-Estás muy guapa-Comentó Gemma, ella se había quitado el color rosa del cabello y un rubio oscuro enmarcaba su rostro.
-Tú también -Contesté-. Ya estoy lista, podemos irnos.
Me sonrió, forzosamente. Ambas no estábamos en nuestro mejor momento y eso se podía notar, parecía que nos habíamos echo mucho más amigas a causa de los sucesos. Pero, solamente buscábamos el apoyo mutuo y comprensión. Quizá algo o alguien que nos garantizase que todo iba a ir bien.
-Le di a Harry ropa, pues la necesitaba para el juicio -Comenté, ella me miró y asintió. Tomé las llaves del Range Rover de Harry, se me hacía extraño conducir sus coches sin él. Él los adoraba.
-¿Qué le has dado?
-Unos pantalones negros, una camisa blanca y unas botas nuevas -Contesté-. Lo que él suele llevar.
-No sé si estoy preparada para saber qué dirá el juez -Murmuró Gemma, abrí la puerta y salí al rellano, seguida de ella, cerramos la puerta del apartamento; mientras llamábamos al ascensor.
El juez, aquella situación me había echo reflexionar muchísimo durante los últimos días. Pensaba sobre lo que estaba bien y lo que estaba mal, sobre lo que podía conllevar ambas cosas y... bueno, como era de esperar no había llegado a ninguna conclusión.
-Yo tampoco, aunque creo que es obvio.
-Yo no lo quiero creer hasta que lo diga.
-¿El qué?
-Cadena perpetua.
-Sé que voy a llorar -Murmuré, aguantando las ganas de llorar. Mis ojos ardían cada en cada momento que pensaba en aquello-. Quiero que vuelva. No puedo estar sin él.
-Yo tampoco -Gemma me abrazó. No solamente Harry estaba jodido, también nosotras, le echábamos mucho de menos-. Aunque me pasase el día discutiendo con él, era muy divertido.
-Lo era -Afirmé.
No podía evitar recordar todos los momentos que había vivido con él, no lo podía quitar de mi mente.
Ninguna de las dos dijo nada en todo el trayecto hasta los juzgados. Una vez allí dentro, una serie de personas se encontraban hablando, nuestro abogado se acercó a nosotras, quien estaba delante de la puerta con ambas de sus manos en su teléfono móvil:
-Buenos días, señoritas-Sonrió a ambas. James, era un hombre de unos cuarenta años, de cabello blanco y ojos castaños. Iba siempre en traje y aquella vez no podía ser menos-. Recuerde, Valerie, que ha de hablar con seguridad y con las palabras adecuadas, justamente como le dije.
-Lo sé -Afirmé, debía testificar delante del juzgado. Él me había enseñado como hacerlo pero, me daba miedo fallar.
No tenía nada que perder, se trataba en evitar que Harry fuese condenado a cadena perpetua.
-El juicio comienza en cinco minutos, deberíamos entrar -Comentó el hombre, mirando su reloj plateado en su muñeca.
Entré dentro del juzgado, era una pequeña sala, no tenía muchos asientos, los necesarios. Las paredes eran de madera, de la misma forma que lo eran las sillas y mesa de juez. Una mujer rubia se encontraba sentada vestida de juez, leyendo lo que supuse que serían los informes del caso. En una esquina, se encontraban dos personas, probablemente los abogados a favor de condenar a Harry.
Nuestro abogado, James se acercó a saludar a aquellas personas. La mujer levantó la vista, su mirada desprendía determinación y seriedad. Nos observó a Gemma ya mi, sentadas en primera fila.
-¿Son familiares de Harry Styles?
-Sí -Contestamos las dos a la vez-. Soy la juez Shepard, me encargaré del caso Styles.
El caso tenía nombre,como era normal, sin embargo yo no lo había oído jamás. Delante del lugar donde la juez estaba sentada, habían unas sillas que habíamos dejado libres, pues seguramente, Harry se sentaría ahí.
Moría de ganas de verle,y solamente esperaba poder abrazarle.
Unos policías abrieron la puerta, dejando entrar a otro policía y detrás de él; Harry. Vestía la ropa que le había dado, no había abrochado en su totalidad los botones de su camisa, dejando que sus tatuajes quedasen visibles.
Su cabello caía a ambos lados de su cara, rizándose y ondulándose. Sus ojos eran penetrantes, y a decir verdad, tenía mucho mejor aspecto que en los días anteriores que le había visto. Estaba muy guapo.
-Buenos días -Saludó a la juez-. ¿Le importa si me siento al lado de mi novia?
Habían seis policías en la sala, tres cerca de Harry, dos en la puerta y otro dando vueltas por el juzgado sin sentido alguno.
-Supongo que no hay ningún problema -Contestó la mujer. Los ojos de Harry se dirigieron a los nuestros, esbozó una tímida sonrisa-. He de ir a por unos papeles, ahora vuelvo, lo siento.
Agradecí aquel echo, ahora tendría tiempo para estar con Harry. Gemma saltó a los brazos de su hermano, me pareció una imagen muy tierna. Poco después se separaron y cada uno se sentó a un lado diferente. Los labios de Harry se acercaron a los míos:
-Hola -Susurró antes deque sus labios se fundiesen con los míos en un corto pero, necesitado beso. Le había echado mucho de menos.
Nuestras manos se entrelazaron. Me gustaba sentirle a mi lado, a pesar de que sabía que solamente serían unas horas, quizá una hora y media; con un poco de suerte un poco más que eso. Apreté su mano, que envolvía toda la mía.
James, nuestro abogado, acabó de saludar a los otros hombres de la sala y se dirigió a nosotros.
-Buenos días, señor Styles -Saludó James, con una sonrisa.
-Hola, James -Sonrió Harry de vuelta-. ¿Cómo estás?
-Preparado para ganar este caso -Comentó, aunque tanto él como nosotros, sabíamos que aquello no iba a suceder.
Se sentó delante de Harry, sin decir nada más. Quizá no quería interrumpir un silencio que agradecía.
-¿Estás bien? -Preguntó Harry, me encogí de hombros-. Aparentas estar bien...
-Las apariencias engañan -Contesté-. Por cierto, me gusta tu camisa así.
-Ya lo sé, cuando me trajiste la camisa supe que lo hacías para que no abrochase los botones superiores.
-Un día de estos te dará una pulmonía, ¿eh? -Bromeó Gemma y él no pudo evitar sonreír. El extraño humor de la chica, nos hizo esbozar una sonrisa a todos.
La juez volvió a entrar, esta vez con muchos más papeles. Comenzó a hablar sobre el caso de Harry, sobre sus acusaciones y él, en pie, no negó nada de los echos. Todos eran ciertos. Observé al chico, estaba serio, su seriedad me resultaba admirable pues, yo luchaba para mantener la compostura y no mostrar mis emociones.
James comenzó a hablar, explicando todo lo sucedido con Christian y como él manipuló a Harry para convertirlo en el asesino que fue.
-¡Señoría! -Reclamó el abogado contrario-. El señor Styles podría haber escogido qué hacer, las influencias solamente son eso, influencias cada persona es libre de escoger lo que él quiere. Si Styles escogió matar a todas esas personas, es por idea propia. Era de su elección matar a tantas personas como hizo.
-Mi cliente se sentía dentro de un chantaje emocional, un adolescente no es capaz de utilizar un criterio propio y mucho menos, el sentido común cuando le han adoctrinado para asesinar -Habló James, la juez asintió.
La discusión entre James y el otro abogado duró alrededor de una hora, admiraba totalmente la forma que tenía James de defender a Harry y creía que la juez opinaba lo mismo. Comenzaba a creer que no todas las esperanzas estaban perdidas.
-Señorita Valerie, ¿sería tan amable de explicar su historia?
Asentí, mi corazón iba como loco. Me levanté, posicionándome al lado de Harry.
-Es cierto que cuando yo conocí a Harry no se trataba de nada más que de un criminal pero, en el momento en que Christian Parker, mi padre; quería matar a Harry, cambió radicalmente. No es una persona perversa y mucho menos, un animal como muchos quieren creer. En su interior se esconde el alma de una infancia marcada por la muerte de sus padres y el secuestro por parte de un hombre que le obligó a trabajar para él. Él fue quien le chantajeó para asesinar poniéndole recompensas y también, quien le adoctrinó desde pequeño que aquello que hacía, lo hacía por su bien. Le enseñaron que matar estaba bien -Expliqué, obviamente, la historia había sido un poco modificada por James así que, resultaría más creíble-. Así que, debo decir que Harry Styles no es un asesino sanguinario, es simplemente fruto de una infancia traumática y solamente necesita una oportunidad, la oportunidad de ser feliz y de poder vivir sin... -Mis ojos se juntaron con los de Harry, perdiéndose en el verde. Sin darme cuenta, James me interrumpió:
-Lo que la señorita Parker quiere decir es que, con servicios sociales y un reformatorio adecuado, sería sencillo conseguir a un Harry saludable y sin maldad alguna.
Desconecté mentalmente el resto del juicio, sentía el calor de la mano de Harry junto a la mía, de su hombro rozando en mío. No quería separarme de él, no quería que me obligasen a vivir sin él porque ambos sabíamos que aquello no sería posible para ninguno de los dos.
De repente la juez dejó de hablar, comenzó a escribir en el papel, juntó todos los papeles y suspiró. Miró a Harry y comenzó a hablar:
-Tras el juicio de Harry Edward Styles por; setenta y tres asesinatos, veinticinco robos y manipulaciones ilegales -La mujer pausó-. Por todo esto, se ha decidido en el juzgado que el señor Styles cumplirá su condena en el Reino Unido y esta condena será la cadena perpetua.
-¡NO! -Se escapó de mis labios, mi vista se nubló. Unos brazos me rodearon, supe en aquel momento que era Harry, mis brazos rodearon la espalda del chico, tenía apoyada mi cabeza en su pecho. Sollozos salían por mis labios.
-No pasa nada, ¿vale? -Murmuró Harry-. Todo irá bien, todo irá bien -La voz de Harry sonaba en mi oído-. Saldremos de esta juntos.
Mentía. Él no lo quería así, por mucho que lo dijese. Estaba segura que cuando le fuese a ver se negaría y me diría que siguiese con mi vida, porque él no estaría en ella ninguna vez más.
Quería que aquel momento durase para siempre, me sentía protegida entre sus brazos, me sentía tranquila.
Minutos más tarde se separó de mi, como era de esperar; se despidió de Gemma de la misma forma. Sus labios susurraron un 'te amo' antes de juntarse con los míos por última vez.
Todo había acabado.
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