Capítulo 24

VALERIE


Levantó las cejas confuso pero a su vez, parecía disfrutar de esa situación. Mi sospecha se hizo evidente cuando una amplia sonrisa perversa y vil se mostró en su rostro. Sus manos se apoyaron en la mesa de madera oscura, cerca del teclado del ordenador mientras entrelazaba sus dedos. Parecía pensativo, pero yo sabía que tenía las ideas muy claras. Quería hacerme esperar, hacerse derogar.

Sus ojos, fijados en los míos, parecía que esperaban algún tipo de desafío. 

-¿Sabes cual es el problema de todo esto? -Su voz salió calmada, como si de un negociante se tratara. Negué con la cabeza-. Mi objetivo en Nueva York es convertirme en rico, la primera potencia mundial económica y hacer que todos trabajen para mí -Explicó. Tomó aire, suspirando y prosiguió-. Yo no pretendía ni molestarte a ti, perseguirte o cualquier cosa que tu novio te haya echo creer, Valerie. Mi finalidad aquí son los negocios.

-Entonces...

-Entonces me importa una mierda lo que haga Harry aquí -Me interrumpió, sin dejarme decir nada-. No te voy a negar que en un principio, quería acabar con Harry pues me molestaba bastante. Pero siendo realistas, no ganaba nada, ¿orgullo personal?Mi orgullo está muy por encima que el de ese criminal asqueroso.

-No lo llames así -Protesté y él sonrió.

-No era mi intención. Has de entender que me saca de quicio -Explicó-. Pensaba que le había dejado claro que tenía aquí un negocio y que no se entrometiese en mi camino porque no quería saber nada de él. Pero el muy gilipollas, se metió en medio -Pasó sus manos por su cabello, nervioso-. ¡Le dije que si se metía en mi camino lo eliminaría! -Exclamó, sus ojos marrones estaban retratados en mis pupilas-. ¿Qué crees que he echo?

-¿Era necesario publicar su foto? -Repliqué, esperando una respuesta convincente.

-¿Sabes quién tenía el poder y reconocimiento como potencia mundial? -Mi cabeza giró,negando-. Dean Smith. Dean era el economista más potente, quería eliminarlo y liderar la bolsa de Wall Street. ¿Y quién secuestró y se hizo pasar por Dean? Harry Styles -Suspiré, pensando que al final, quien se había buscado aquel problema, era el propio Harry-.Esa noche, antes de ayer, Harry se presentó como Dean y me fastidió el plan que tenía para matarlo. Así que, ¿porqué no matar a Harry quien me ha complicado el problema? No lo haré por una simple razón: no tengo tiempo.

-¿Cómo que no tienes tiempo?

-¿Crees que llevando una empresa, una multinacional tengo tiempo para matar a Harry? -Se quejó, fruncí el ceño-. Pensé en filtrar su foto y dar a saber quien es, que se ocupen las autoridades. Solamente con la finalidad de hacerle desaparecer de mi camino, que me deje en paz.

Mi menté recapacitó, parecía que Christian solamente prestaba atención a su empresa y que Harry se había entrometido en su camino. Mierda. Aquello no tenía sentido pero, Harry era demasiado cabezón como para hacerle entrar en razón y menos actualmente. Quizá si le hubiese convencido en el momento en que, vimos por primera vez a Christian, lo hubiese dejado pasar. Ahora era demasiado tarde.

Pero, ¿cuales eran las posibilidades de que Christian estuviese mintiendo? Muchas. Es cierto que, le había dicho a Harry que se mantuviese al margen pero, él había querido seguir con su estúpido plan.

-Ahora me dirás que estoy mintiendo -Supuso Christian, dirigiendo su mirada hacia el techo-. Ese chico es imbécil. No tengo ningún propósito en mentirte, ¿de qué me serviría? Los echos son los que son, Harry será arrestado y internado en una cárcel, probablemente con cadena perpetua.

-Eres tú quien debería ir a la cárcel.

El hombre de gafas marrones sonrió. Su sonrisa era arrogante y notaba como mi odio contra él comenzaba a aumentar.

-¿Yo?

-Sí, fuiste tú quien cogió a un niño de unos diez años y lo transformó en un asesino. Fuiste tú quien mató a sus padres. Fuiste tú quien introdujo a Harry en el mundo criminal y quien se ocupó de convertirlo en el más buscado.

Mis palabras salieron disparadas, como si de una bala se trataran. Todo había sido provocado por Christian, Harry había seguido su juego pero, él no lo había iniciado. Si había un culpable, era el hombre que tenía delante de mi. 

-¿Por qué me echas la culpa? Él lo decidió así.

-Él no decidió nada, tú lo manipulaste. Le hiciste creer que lo que hacía era bueno, que se convertiría en millonario y le llenaste la cabeza de pájaros. Hasta que encontró la realidad.

-En este mismo momento estoy pensando en porqué no te maté yo mismo -Su voz se mostró tranquila, la suficiente calma como para hacer que mi piel se erizase-. Eres igual que él, solamente creéis aquello que os conviene. Pensáis que todo gira a vuestro alrededor y que yo, soy el culpable de todos los problemas. ¿Sabes qué, Valerie? Pasa página.

-Arruinaste mi vida y lo sigues haciendo -Contraataqué-. Mataste a mi madre solo para verme sufrir y ahora, quieres apartarle de mi lado. ¿Qué quieres conseguir?

Cerró los ojos unos segundos. El silencio se apoderó de la sala, un tiempo después, sus ojos se volvieron a abrir. Notaba la tensión dentro de mí, pidiendo salir de allí. Necesitaba relajarme, huir un rato de la realidad y lo que había pasado en menos de las veinticuatro horas del día. Una pesadilla.

Todos y cada uno de los músculos de mi cuerpo estaban tensados, como si se estuviesen preparando para una acción inmediata. Como si quisiesen reaccionar. 

-Podemos hacer un trato -Dijo su voz de repente.

-¿Crees que soy tan ingenua de hacer un trato contigo? -Le pregunté, con una media sonrisa. Mi mente solamente repetía que Christian pensaba que yo era estúpida y que caería en una simple trampa.

-¿Crees que no te va a beneficiar el trato? -Levantó una ceja. Mi silencio le dio la respuesta que él necesitaba: mi atención-. Si quieres la libertad de Harry, hagamos lo siguiente...

Tecleó algunas cosas en el ordenador, mientras mordía su labio con cierto misterio. La curiosidad me carcomía por dentro. Parecía concentrado en su ordenador, como si estuviese buscando algo en él de un gran valor. 

Me parecieron años, siglos o milenios aquella espera que en verdad no aumentó más demedio segundo. Otra vez en el día de hoy, sus ojos se encontraron con los míos de nuevo.

-Tengo contactos en el FBI, personas que han cubierto algunos de mis crímenes -Explicó lentamente-. Lo que vamos a hacer va a ser lo siguiente. Mataremos a una persona aleatoria y expondremos que ese sujeto, es Harry Styles. Morirá quemado. Obviamente, mis amigos del FBI, darán como válida su identidad y tu querido Harry, se transformará en una persona no física. Es decir, un muerto.

-¿Eso es todo?

-¿Crees que no voy a querer nada a cambio? -Christian rió-. Se trata de algo complejo para llevar a cabo, no es un plan sencillo. He de persuadir a mis contactos policías, asesinar a un inocente cualquiera y filtrar el"verdadero" rostro de Harry. Es un plan maestro -Parecía orgulloso de su plan, más no me convencía del todo-. Trabajarás junto a mí en este plan y obedecerás en todo lo que te diga. No te pido nada en metálico, solamente tu apoyo, Valerie.

No. No. No. No iba a hacer eso. Jamás. Pero... Se trataba de Harry, él me necesitaba. Era capaz de soportar aquello, no me importaba, si tenía que arriesgarme por él lo haría. Sin importar las consecuencias que aquello pudiese ocasionar. 

-¿Y que sucede si el plan sale mal?

-Saldrá bien, confía en mí -Murmuró, con esa sonrisa que le caracterizaba-. Harry estará libre y tú, feliz, junto a él. Ya sabes lo que dicen: si trabajas obtendrás la libertad -Estaba convencida de aquello, si lo hacía, Harry estaría a salvo y todo correcto. Nada más-. ¿Aceptas?

-¿Así? ¿Sin más?

-Claro que no, Valerie. Mañana deberás venir a firmar un contrato, si no lo haces así, yo mismo me encargaré de matar a Harry.

-¿No tengo opción?

-Tu misma has decidido venir aquí, a por ayuda. No voy a dejar que te vayas sin más.Aceptas o aceptas. No hay más opción -Sonrió satisfecho-. ¿Quieres a Harry? Pues trabaja para mí.

No había más opción: un trabajo asqueroso o la vida de quien amaba, no podía pararme a pensar. Ya sabía qué iba a escoger. Era obvio.

-Está bien.

-¿Lo tienes seguro? -Asentí, aunque sin estar convencida-. Mañana te pasaré los papeles, y créeme, si haces lo que te digo, todo saldrá bien, Valerie.

Me levanté de la silla de madera, dispuesta a salir de la sala. Pensaba en la situación que acababa de suceder, ¿qué había echo? ¿Esto era lo correcto? ¿Me había manipulado? Quería a Harry y no quería que le sucediese nada, si eso significaba trabajar para Christian. Lo haría.

-Dos cosas más, no nombres nada a Harry sobre esto, si se entera, morís los dos y segundo, trabajarás con mi mejor empleada: Ginny -Levanté las cejas incrédula. Las cosas comenzaban a ir de mal en peor. No podría trabajar con aquella... mujer, sabiendo que había intentado acostarse con Harry. Antes de trabajar con ella le pegaría un puñetazo en la cara. 

¿Cómo acabaría todo esto? Tenía la certeza de que todo saldría bien, pero también, un presentimiento me decía que todo sería un caos.

-Está bien.

-Mañana ven a primera hora -Se despidió-. A las ocho.

Aquello no saldría bien. No le podía esconder aquello a Harry y mucho menos cuando pasaría horas y horas fuera del apartamento. Acabaría descubriéndolo.

Y lo que más temía, era su reacción. Me encontraba entre la espada y la pared.


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