Capítulo 22

VALERIE


Abrí la puerta del apartamento, encontrándome con Harry en la entrada, con el enfado visible en su cara. Observé sus ojos verdes, más oscuros de lo habitual. Me acerqué a él, dándole un abrazo. Sus brazos eran como un refugio para mí, era como saber qué nada malo podría suceder,aunque esta vez pensase que todo era un poco diferente.

-¿Has visto las noticias? -Preguntó Gemma directamente a su hermano, quien asintió.Me separé un poco de él, posicionándome al lado de su hermana.

-Estoy convencido de que ha sido Christian -Murmuró él.

-¿Qué vas a hacer?-Volvió a hablar Gemma, su rostro mostraba preocupación.

-Aún no lo sé -Contestó él.

-Harry... -Murmuró ella-. No hagas nada, no quiero perderte, te perdí una vez y he tardado más de diez años en volver a verte. No quiero que vuelva a pasar.

-Tranquila, Gemma-Susurró Harry en su oído-. No me voy a marchar, me voy a quedar con vosotras.

-¿Lo prometes? -Preguntó ella, con una pequeña sonrisa de alivio en sus labios.

-Lo prometo. No os voy a dejar solas, ¿qué haríais sin mi?

-Echarte de menos, como he echo todos estos años -Contestó Gemma-. Sabía que estabas por ahí vivo, y solamente tres semanas han echo que te vuelva a coger muchísimo más cariño que cuando éramos pequeños, Harry.

Gemma se lanzó a los brazos de su hermano. Harry acarició el cabello de la chica cuidadosamente. Eran adorables, sonreí al verles abrazados. Eran tan tiernos.

-Te quiero, hermanito-Murmuró Gemma, él le dio un beso en la frente y contestó:

-Yo también, Gemmita.

Estaba conmovida con tanta ternura. Harry y Gemma se separaron. Ojalá hubiese tenido alguna hermana o hermano y tener tanto cariño como ellos. La chica me miró y después habló:

-Creo que será mejor queme vaya -Murmuró Gemma-. Tendréis cosas que hablar, y no os quiero molestar. Buenas noches -Se despidió la chica, caminando aturdida hacia su habitación.

Los ojos de Harry se posaron en mí, de nuevo. Se acercó lentamente y sus labios se juntaron con los míos, en un beso.

-Harry... -Murmuré, sus labios separaron lentamente de los míos y sus ojos eran todo lo que veía en aquel momento, estaba totalmente concentrada en ellos.

-Dime -Dijo él.

-Te amo -Murmuré cerca de sus labios, él los juntó de nuevo en un conmovedor beso.

-Yo también te amo-Contestó cuando nuestros labios se separaron.

-No dejes que te pille la policía, por favor -Mi voz sonó ahogada, sus ojos se oscurecieron de nuevo y su rostro se mostró preocupado. Suspiró, probablemente sin saber qué decir o hacer. Me abrazó, agachando la cabeza en mi hombro.

Sentía que el tiempo pasaba despacio, era como si aquellos instantes pudiesen durar una eternidad.

-Lo sé -Dijo él-. Sé que no quieres que me atrapen y lo entiendo, pero tengo que acabar con todo esto.

-¿Crees que es necesario? ¿No puedes mantenerte al margen?

-¿Mantenerme al margen y dejar que Christian te separe de mí? -Vociferó él, bajé mi mirada. De repente, me di cuenta que no sabía nada, que no sabía qué estaba sucediendo y mucho menos que teníamos que hacer para superar esto.

Un agujero negro, ¿se podría describir así? O un túnel sin salida, en aquel momento, lo veía todo gris oscuro, solo quería estar con Harry.

-No quiero que te separen de mí -Murmuré, las palabras habían salido de mi boca cual acto reflejo. Las palabras sonaron egoístas en mi mente, mucho más egoístas de lo que había pensado. Sin embargo, mis pensamiento serán así; egoístas. No quería que Harry saliese de mi vida.

-No lo harán, ¿está bien? Superaremos esto, como lo hemos echo anteriormente. Los chicos se encargarán de hacer algo al respecto. No me van a separar de ti por esto, han tratado de atraparme en otras ocasiones y no lo han conseguido, ¿crees que esta vez es diferente? Saben como es mi cara,pero no pueden atraparme tan fácilmente.

-Todos saben ahora cómo eres, están en tu búsqueda... Harry, esto se nos está yendo de la mano.

-No te preocupes. Todo irá bien.

Sus brazos me envolvieron. De aquella forma que solamente él sabía hacer. La incertidumbre había tomado posesión de mi mente con varias preguntas que probablemente no fuese capaz de descifrar. Con la certeza que todo podía ir bien o transfigurarse en una catástrofe.

Escondí mi cabeza en su pecho, sintiendo su olor que me embriagaba y me hacía sentir segura.No quería separarme de él, era lo único que sabía en ese momento.

No podría vivir sin sus abrazos, sin sentir su calor todas las mañanas, sin aquella sonrisa que podía hacer mis peores días amenos, sin aquellos chistes malos que alguna vez contaba y no tenían gracia alguna. No podía estar sin él.

Me había dado cuenta que era él con quien quería estar el resto de mi vida, pero tener la sensación de que aquello no iba a ser así, me aterraba.

Me aterraba saber que él no era como todos los demás, que él no tenía un oficio común y que aquello podía ser nuestra perdición. Me había subido a un barco sin un destino seguro, un barco que podía chocarse contra un iceberg y hundirse o quedarse sin combustible en mitad del océano,en mitad de la nada.

Una parte de mi, desearía que todo fuese diferente. ¿Por qué Harry no podía dejar aquel estúpido trabajo? ¿Por qué no se quedaba al margen de todo? ¿Porqué no evitaba a Christian?

Para mí, era tan sencillo como marcharnos de Nueva York de nuevo. Aunque detestase huir.

Sin embargo, él no lo veía así. Harry era demasiado orgulloso como para dar su brazo atorcer. Si él quería acabar con Christian, sabía que lo iba a hacer, que nada le pararía. O quizá sí, quizá el propio Christian se encargaría de pararle de la forma que más temía. Con la muerte.

Sin embargo, no podía permitirme pensar en las múltiples posibilidades que podían suceder. Mi cerebro no estaba diseñado para reflexionar sobre aquellas probables posibilidades.

Había que disfrutar el presente. Pero a la vez, debía asegurarme de no perder a Harry.

Si todo seguía de aquella forma, me volvería loca. Loca de pensar qué puede suceder,tratando de comprender todas las cosas que debía afrontar mientras estuviese con él.

Sus manos subían y bajaban por mi espalda a una lenta velocidad, mientras sentía su relajada respiración en mi cuello. Mantenía los ojos cerrados,queriendo estar con él para siempre. Y a su vez, sabiendo que si todo seguía así, nuestra relación llegaría a su fin.

Algo malo se acercaba.

Lo podía notar.

-No me dejes -Murmuró la voz de Harry, súbitamente como si pudiese leer mi pensamiento-. Por favor.

Esa última palabra, como si de un susurró se tratase salió de sus labios. Haciéndome ver entre líneas lo que no quería que pasase, él sabía que no debía ir a por Christian pero no podía evitar actuar así.

Sentía que temía fallar, él no quería defraudar a nadie. Y yo, no soportaría ver como fracasaba en algo. 

-No lo haré -Contesté.Sus ojos verdes, brillantes se encontraron con los míos, sinceros y serios; sin saber exactamente que estaba sucediendo pues, todos los problemas habían aparecido en menos de una semana.

En aquel momento, como si de una flecha se tratase un pensamiento cruzó mi mente. Yo iría a hablar con Christian y solucionaría las cosas, por una vez, Harry no se encargaría de hacer el trabajo sucio.

Sus labios se juntaron con los míos, con necesidad y suavidad, dulce e inevitable. Mis manos se enredaron en su cuello recreándose con los mechones de cabello que caían rizándose. Sus manos acariciaron mi cuerpo,dejando salir un gemido de mis labios. Noté que él sonreía.

Sus caricias hacían que perdiese la noción del tiempo y sus labios, parecían no querer separarse de los míos. Mis dedos se desplazaron a los pocos botones que quedaban atados en su camisa para comenzar a desabrocharlos.

Harry se quitó la camisa, dejando al descubierto su tonificado pecho. Suavemente acaricié su torso, palpando cada centímetro de su piel.

Sus labios comenzaron a descender hacia mi cuello, mientras que los míos dejaban escapar algún que otro gemido. Las manos de Harry bajaron hasta mi pantalón,el cual desabrochó cuidadosamente. Poco a poco, la ropa comenzó a sobrar.

La ropa interior de Harry desapareció en algún lugar del salón. En aquel momento, noté su erección rozarme, haciendo que una oleada de calor me invadiese. Con aquella maestría que le caracterizaba, comenzó a entrar en mi interior, lento y delicado. Dejándome con ganas de más.

Sus labios volvieron a encontrarse con los míos, mientras sus embestidas comenzaban a incrementar la velocidad. Su nombre salió de mi boca varias veces,mientras que un placer invadía mi cuerpo.

-Harry, más rápido-Pedí. Él así lo hizo, se volvió a posicionar de forma que le fuese más cómoda y sus embestidas comenzaron a ser más rápidas y más duras. Un grito se escapó de mis labios. Nunca había pensado que en un simple sofá, se podían hacer tales maravillas.

-¿Así? -Asentí con la cabeza. Cerrando mis ojos y notando la agitada respiración de Harry chocar contra mi cuello, a la vez que algún que otro gemido ronco llegaba a mis oídos. Incrementó la velocidad una vez más, sentía que daba en los lugares indicados. Haciendo que oleadas de placer se expandiesen por todo mi cuerpo, sintiendo que el orgasmo estaba cerca.

-¡Me cago en la puta!-Escuché gritar a Gemma. Harry paró de golpe, tendiéndome su camisa para taparme. Gemma estaba ahí, con un vaso de agua-. ¿No podéis follar en otro lugar? Pensaba que ibais a hablar no a copular.

-¿Para que has salido dela habitación? -Preguntó Harry, algo molesto.

-Venía a buscar algo de  agua para beber -Contestó ella-. Pero tranquilos, que ya me voy-Gemma cogió su vaso de agua, saliendo de la sala-. ¡Que folléis bien! -Se burló de la situación.

Los ojos de Harry se encontraron con los míos.

-Tenemos que empezar a cerrar la puerta, Valerie -Murmuró él.

-Lo sé, o empezar a follar en cualquier otro lugar donde Gemma no nos vea.

Harry apoyó su cabeza en mi pecho, suspirando.

-Nunca te vayas, Harry-Susurré, mientras mis dedos acariciaban su cabello.

-Nunca.

Aquella afirmación nunca había sonado tan cierta como lo hizo aquella vez. Su palabra sonó firme, decidida y con determinación, no se iba a ir. Jamás.

Y nunca le había creído tanto como aquel día.


-Oye, ¿nos vamos adormir? -Pregunté a Harry, quien había abierto sus ojos verdes yo bservaba el techo-. No lo digo por nada, pero pesas un poco -No sabía qué hora era, pero suponía que había pasado más de una hora después de que Harry se hubiese quedado abrazado en mí y con su cabeza apoyada en mi pecho.

-Está bien -Se levantó con agilidad, no pude evitar sonreír al darme cuenta que no llevaba ropa alguna. Me quedé admirando su musculosa espalda hasta que se dio la vuelta, sonriéndome-. Me gusta como te queda mi camisa.

-Es gigante -Repliqué.

-Aunque a ti, te queda adorable.

-Yo no comprendo algo,estas camisas que llevas, si tu no las vistes, son feas de narices-Comenté, mientras comenzaba a caminar hacia el dormitorio.

-Yo les doy estilo-Canturreó, mientras abrazaba mi cintura y ponía su cabeza en mi hombro para, a continuación, dejar un beso en mi mejilla.

-¿Es un chiste?

-No, ¿tiene gracia?

-No. Pero, ninguno de tus chistes tiene gracia.

-Oh, te doy mis agradecimientos por este bonito cumplido -Dramatizó. Encendí la lámpara de la habitación y me dejé caer en la cama, gratificándola comodidad del colchón. Bufé, pues estaba cansada, necesitaba dormir-. ¿Tan cansada te he dejado?

-No te atribuyas tantos méritos, Styles.

-Adoras follar conmigo,Valerie. No lo niegues.

-Claro que sí -Dije,escondiendo mi cabeza en la almohada.

-¿Otra ronda?

-Harry... Déjame dormir.

-Vengaaaa... -Suplicó.Fue lo último que escuché aquella noche, antes de caer en un sueño profundo. 

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