- cómo va la chica?- pregunto la rubia un tanto preocupada, acababa de llegar de vuelta al barco y no podía evitar sentirse preocupada por la chica que hacía dos días había sacado desmayada de aquel horrible lugar

- de eso queríamos hablar Rosele-san- una enfermera se acercó a ella con preocupación - hemos curado todas sus heridas pero, está psicológicamente dañada

- no me extraña- murmuró ella con temor

- no habla con nadie y cada vez que ve un hombre en su habitación se pone histérica, ha sufrido varios ataques de pánico, pedía que la matáramos - exclamo horrorizada - qué podemos hacer?!

Rosele cerró los ojos con rabia, era tan solo una chica... una chica a la que aquellos malditos nobles habían dañado a tal extremo de preferir su muerte

- déjamelo a mi- Rosele se pasó a su lado

(...)

- aléjese de mi!- gritaba la chica en una esquina de la habitación- qué quieres de mi?

- ya estás a salvo... tranquila- la rubia se acercó a ella con lentitud

Abrazándola en el proceso... un abrazo... hacía cuanto que había sentido ese tipo de afecto?

- solo... quiero que seas mi hija- murmuró Rosele con una sonrisa

(...)

Después de aquello Rosele se encargó de devolverle sentido a la vida, aquella mujer rubia era una comandante de los revolucionarios, ademas de ello era médica, Mina se interesó por sus principios y no tardó mucho en pedirle que le enseñara, Rosele era una mujer divertida y amable, se notaba a distancia que le gustaban las rosas, normalmente siempre mantenía una en su cuarto o decorando su cabello rubio, casi dos años habían bastado para que Mina se convirtiera en una joven un tanto en paz, pero Rosele tenía secretos... secretos que con toda determinación le dejaría a Mina

Fue una mañana en la que Rosele decidió contarle

- qué es eso?- pregunto la chica mirando la fruta dentro de la caja fuerte

- es una fruta del diablo- comentó ella sería- es muy peligrosa que el gobierno la tenga... pero ya sabe de su existencia, ya eres lo suficiente mayor para saber que me persiguen y no tardarán mucho en dr conmigo

- qu...que quieres que haga Rosele-san?- pregunto preocupada

- cómela- la joven no pudo evitar sorprenderse

- comerla?!!- la chica negó varias veces- es demasiado valiosa, tú lo dijiste...

- no solo quiero que esto esté fuera de las manos del gobierno... también quiero que sepas defenderte, y con esto podrás hacerlo

(...)

Rosele se encargó de convencerla de que comiera la fruta y le enseñó los siguientes meses a usar la habilidad de manera correcta, para Mina esa habilidad era milagrosa, Rosele le enseñó a cerrar heridas y manipular el cuerpo de tal manera de poder salvar a los heridos

La única cosa que se advertía era aquella leyenda sobre entregar la vida eterna, Mina estaba convencida de que jamás encontraría a otra persona a parte de Rosele que quisiera para hacerlo

Mina Sabia que el gobierno buscaba a Rosele por cielo y tierra por una fruta que ya había sido ingerida

Aquel fatídico día llegó

En una de las islas en las que desembarcaron, Mina había ido al otro extremo de la isla a comprar unos pedidos de Rosele... pero no contó con la explosión que se extendió

La explosión estaba en el mismo lugar que Rosele, la pequeña chica corrió hacia el liga encontrándose la peor de las escenas

Lo que parecía ser un vicealmirante frente al cuerpo sin vida de Rosele

Rosele... su madre... la mujer que le devolvió la vida... estaba muerta frente a ella

No pudo controlarse

Por primera vez había matado a alguien con su habilidad... abrió las heridas de aquel hombre de manera que lo partió a la mitad...

- Rosele...-san...- susurró con rabia

No sintió ni el más mínimo ápice de vida, no podría darle la vida eterna si ya estaba muerta... porque había sido tan terca y evitado que se sacrificara por ella?!!

Miró con desprecio el cuerpo sin vida del vicealmirante

A su alrededor todos gritaban, era un caso completo

Desde ahora... se desahogaría con la escoria del mundo