Capítulo 9
MADDY
Me tumbo sobre mi cama, sintiendo una especie de ansiedad y alivio, agradezco de que fuera Travis quien estaba afuera de casa y no Kyle, por esa misma razón, la taza que llevaba conmigo cayó al suelo haciéndose añicos, estaba asombrada y aterrada a la vez, y otra parte de mi se sentía feliz de que por lo menos Travis no me rechazara como la noche anterior y accediera a entrar a casa conmigo, necesitaba compañía por lo menos por unos minutos hasta que mi miedo se fuera.
Quizás Travis no lo nota, luce muy absorto en sus pensamientos para notar que su presencia me proporciona cierta seguridad y me temo que no sé cuándo fue la última vez que me sentí segura junto a alguien, estoy segura de que esto es a causa de que me ha defendido en distintas ocasiones sin que yo se lo pida, aunque una parte de mi me dice que es parte de su instinto proteger a los demás, es un soldado, la mayoría de ellos tienen ese instinto sobreprotector sobre otros y vaya que yo lo anhelaba.
Al final, termino quedándome dormida después de una hora, porque mis pensamientos se negaban a dejarme en paz.
***
La semana transcurre, no vuelvo a ver a Travis correr y mucho menos ir al restaurant, una parte de mi se decepciona al no volver a toparse con él durante los siguientes días. El viernes por la tarde, me reúno en el bar con Charlotte, quien ya está atendiendo la barra, como de costumbre, me da una cerveza en cuanto me siento en uno de los taburetes junto a la barra, podría sentarme en una mesa, pero no quiero tener compañía, sobre todo la de Wesley, quien ya está aquí bebiendo con los chicos de la construcción desde antes.
—¿Te quedarás toda la noche? —pregunta, recargándose en la barra.
—No lo sé, no tengo planes realmente —desde aquella noche que me encontré con Travis, me ha estado costando dormir, pues no dejo de pensar en Kyle y en que viene a por mí a cumplir su promesa después de lo que hizo.
—De acuerdo, estaré atendiendo, si necesitas algo, dímelo.
Dice mi amiga antes de alejarse.
Intento que mi cabeza no de muchas vueltas en Kyle, porque una parte muy interna se rehúsa a abandonar esos pensamientos que lo involucran, bebo un gran trago de la cerveza. Siempre me consideré una chica lista y para nada ingenua, pero con Kyle fue diferente, me dejé llevar por las emociones, por la soledad que sentía gracias a que mis padres rara vez pasaban tiempo conmigo, papá era adicto al trabajo y a mamá no le importaba nadie más que ella misma y cuanto dinero generaba la empresa de papá, por mucho que ahora lo detesto, yo era igualita a mamá, compartía muchas de sus actitudes, era mimada, engreída y presumida, no me importaba nadie más que yo y satisfacerme a mi misma, sin embargo, Kyle al principio me hizo cambiar esa parte mimada y engreída de mí, me hizo ver que no todo se trataba de mí y en cierto punto me vi enamorándome de él a pesar de que no era correcto, fui ingenua y tonta, caí en su juego no dándome cuenta de cuales eran sus verdaderas intenciones y hasta el día de hoy, me he arrepentido de ello.
Shane, el dueño del local, se acerca a la barra para hablar con Charlotte quien está atendiendo a un par de clientes, le ofrezco una sonrisa cuando sus ojos se encuentran con los míos.
—Hola Maddy, linda noche.
—Hola, Shane.
Lo saludo, él da un asentimiento antes de ponerse a conversar con algunos locales que están ordenando sus bebidas, de pronto, los murmullos de los clientes se silencian y solo la música de fondo es audible para todos, me volteo a mis espaldas para ver a donde todos miran, Travis está muy cerca de la puerta y camina hacia la barra con paso lento y seguro.
—Pensé que había quedado claro que no quería problemas, hijo.
Habla Shane en dirección a Travis, seguro no piensa que pasará un incidente como el del día en que llegó al bar.
Travis hace planta frente a él, tiene una postura un tanto relajada, sus manos guardadas dentro de los bolsillos de su pantalón.
—Solo vengo por una cerveza, prometo que no causaré problemas.
Dice con seriedad, en la boca de Shane se dibuja una mueca, a pesar de que es un hombre estricto, en el fondo tiene un buen corazón y es blando, está luchando consigo mismo por dejar a Travis pasar el rato como todos los ciudadanos. Wesley, quien estaba en una de las tantas mesas, se acerca a donde Shane, colocándose a su lado, tiene una sonrisa burlona y le sostiene la mirada a Travis quien continúa con un rostro serio que resulta casi intimidante.
—¿Dejarás que se quede Shane? —pregunta Wesley con cierta intriga en su voz—. Porque si te doy mi opinión, este hombre no mantiene nunca su palabra, ¿se te olvida que siempre termina causando un alboroto aquí a pesar de que te dice que no lo hará?
El gesto que hace Shane deja en claro que Wesley tiene razón, lo que hace que la sonrisa del constructor se ensanche. Wesley no es un hombre del todo detestable, pero tiene actitudes que a veces te sacan de quicio y que quiera convencer a Shane de que no deje a Travis quedarse me molesta un poco.
—¿Qué sucede con tu política de no permitir la entrada a alguien después de ocasionar varias peleas? —pregunta otro chico, quien es Zach, un chico rubio quien es dueño de la frutería local. El cuerpo de Travis se tensa, claramente no le agrada la conversación en la que se ve involucrado.
Shane se pasa una mano por el cabello, viéndose en una situación comprometedora que no quiere verse.
—Travis, te conozco desde siempre, pero me temo que todos tienen razón —dice avergonzado, no quiere correrlo, pero no puede dejarlo quedarse cuando les ha prohibido la entrada a varios locales después de generar varias peleas.
—Vamos, Shane, esta es la segunda vez que visito tu bar desde que regresé.
—Sí, lo sé, pero siempre terminas metiéndote en una pelea —Shane, suelta un suspiro pesado y antes de que vaya a pedirle que se vaya, me veo levantándome de mi asiento y colocándome entre medio de ellos.
—Shane, dejalo quedarse —de pronto, me tenso por ser el centro de atención de todos, la mayoría me observa con curiosidad y sorpresa, incluyendo el dueño y Wesley—. Prometo que no provocará alguna pelea, ¿no es así?
Digo esto volteando a ver a Travis, quien apenas asiente, con una gran mueca en la boca. Es lo mínimo que yo puedo hacer después de que me ayudara un par de veces.
La mirada de Shane vaga entre la mía y Travis, quien no se mueve de su lugar, es como una estatua.
—No lo sé, Maddy...
—Por favor, prometo que tendré un ojo encima suyo. A cualquier discusión o pelea, yo misma lo sacaré.
Insisto, Wesley rueda los ojos, demostrando su enfado ante el hecho de que defienda al soldado, Shane, lo piensa un par de segundos más antes de suspirar y asentir al mismo tiempo.
—De acuerdo, es tu responsabilidad, Maddy.
Concluye Shane, y una enorme sonrisa se dibuja en mi boca, el dueño le da un empujoncito a Wesley para que se vaya de nuevo a su lugar, quien lo hace inconforme y después él desaparece detrás de la barra. Sin voltear a ver a Travis, me regreso a mi taburete para terminar mi cerveza la cual va a la mitad, Travis llega segundos más tarde y se sienta en el taburete desocupado a mi lado.
—Gracias —murmura en mi dirección, tengo el rostro enrojecido por lo que he hecho que no tengo el valor suficiente para voltear a verlo, ha sido muy inesperado de mi parte.
—No tienes que agradecerme, estamos a mano.
Le digo, antes de beber un gran trago de mi cerveza. Charlotte aparece.
—Hola Travis, ¿Qué puedo servirte?
Dice mi amiga con una gran sonrisa, es tan grande que no puedo evitar mirarla y sé a qué se debe esa sonrisa cuando me da una fugaz mirada. La chica a contemplado toda la escena.
—Dos cervezas por favor.
Charlotte asiente antes de desaparecer y guiñarme un ojo de complicidad, luego regresa y coloca las dos cervezas frente a Travis para continuar atendiendo al resto. Travis desliza una de las cervezas en mi dirección y volteo a verla.
—Por dejar que me quede.
Dice, está vez, no puedo evitar que vea el sonrojo en mis mejillas porque estoy viéndolo, sus ojos marrones, observándome intensamente.
—Gracias —acepto la cerveza, Travis da un asentimiento antes de dar un trago a su cerveza, su perfil es hermoso, aunque tiene facciones un poco toscas, es lo suficiente atractivo—. ¿Llevas mucho tiempo aquí?
Me encojo de hombros.
—Llegué hace rato, después de terminar mi jornada en Devyn's.
Siento curiosidad por preguntarle dónde ha estado los días en los que no lo he visto, me muerdo la lengua para no hacerlo.
—¿Brandon no te ha acompañado?
Niego.
—A preferido salir un poco de Daxton.
Algunos fines de semana, Brandon suele irse a la ciudad para salir a comprar suplementos para el restaurant y pasa gran parte del fin de semana fuera.
De pronto, Wesley aparece a mi lado izquierdo, recargándose en la barra con una cerveza en la mano.
—Díganme algo, solo por pura curiosidad —nos dice a ambos llamando nuestra atención, puedo oler el alcohol en él, sin embargo, no luce ebrio aun, pues no hace mucho que llegó y se requieren más cervezas de las que lleva para que este ebrio—. Más bien tú contesta mi pregunta Travis, ¿Qué tan buena es chupándola? Porque me imagino que ya lo hizo contigo, ¿no?
Mi boca se abre en asombro por el comentario inesperado de Wesley, ¿Qué diablos?
No me queda duda de que esto se debe a que lo he rechazado más de una vez y asume que con Travis a sido diferente, escucho el taburete de Travis rechinar cuando se levanta de su lugar, de un paso, acorta la distancia entre Wesley y yo, haciéndole frente.
—¿Qué has dicho?
Le pregunta con voz firme y para nada contenta. La sonrisa socarrona de Wesley demuestra que ha conseguido lo que quería, provocarlo.
—Lo que oíste, ¿o no me escuchaste a la primera? ¿es buena no? Tiene pinta de serlo.
Inquiere burlesco.
Estoy algo sorprendida por el inesperado comentario de Wesley que me toma tiempo reaccionar a las cosas, el comentario ha sido ofensivo y fuera de lugar, pero ha bastado como para ocasionar problemas, escucho a Travis gruñir molesto y lo toma por la camisa con una mano, mientras que con otra forma un puño dispuesto a golpearlo.
—¿Qué? ¿no es tan buena como Elena?
Continúa burlándose, Travis aprieta su agarre, alzando a Wesley del piso, el chico no se intimida de él y aunque deseo tanto que Travis le de un buen golpe a Wesley, recuerdo que le he prometido a Shane no dejar que ocasione una pelea, por lo que me levanto de mi asiento e intento colocarme frente a Travis. No hace falta aclarar que ya somos el centro de atención de todos aquí.
—Travis —digo su nombre para llamar su atención, él decide ignorarme—. Por favor, dejalo —insisto, pero me ignora por un buen rato, tengo el presentimiento de que las cosas se van a poner muy feas y quien va a salir aquí perjudicado no será Wesley sino Travis, así que insisto, acercándome más a él—. Vamos, dejalo, Shane ha sido muy claro.
Mis palabras consiguen hacer que Travis voltee a verme, me sostiene la mirada por un buen rato y yo hago lo mismo, deseando que deje al idiota de Wesley, después desvío mi mirada de la suya para comprobar que nuevamente somos el centro de atención, Shane, no tarda mucho en aproximarse.
—Travis, suéltalo por favor, dejaré que te vayas ahora mismo junto con Maddy —dice, con cierta preocupación, Travis oprime una mueca de disgusto antes de soltar a Wesley, quien comienza a alisarse la camisa—. Y tu también tienes que irte, Wesley, no puedo permitir que hagas ese tipo de comentarios aquí.
Le deja en claro Shane y Wesley bufa.
—Claro, no pensaba quedarme mucho tiempo.
Sin decir más, Wesley se va de nuestro lado a su mesa para tomar su chaqueta y salir del bar, Travis sigue parado de pie con las manos hechas puño, siento su mirada fija en mí, sin pensar, antes de que Wesley se vaya por completo, salgo corriendo del local.
—¡Wesley, espera! —grito, llamando su atención, el chico está por subir a su camioneta, cuando llego a su lado, sin pensarlo, con mi puño golpeo su rostro, ignorando el dolor que esto me provoca—. Eres un hijo de perra, ¿lo sabias?
Y sin desear oírlo hablar, me meto corriendo al bar, notando que Travis ya está muy cerca de la puerta, casi a punto de salir, pero estoy demasiado aturdida por mis propios pensamientos como para pensar en él con claridad y el dolor en mis nudillos dibuja una mueca en mí, le he golpeado fuerte a Wesley.
—Has visto eso, ¿no? —le pregunto y él asiente, al parecer a salido a tiempo para verme golpear a Wesley, quien se ha quedado junto a su camioneta cubriéndose el puente de la nariz. Una sonrisa torcida se posa en la boca de Travis antes de que tome mi mano entre la suya para inspeccionarla.
El roce de sus dedos con mis nudillos provoca un escalofrío por mi cuerpo.
—Tendrás que ponerte un poco de hielo.
Dice y asiento.
—Lo haré en cuanto llegué a casa.
De nuevo asiente.
—¿Has venido en tu auto?
Niego. Había venido con Charlotte en su auto y esperaba irme con ella cosa que no va a suceder.
—Ven, te llevo a casa.
Dice haciendo un gesto hacia su camioneta.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top