Capítulo 25

MADDY

—Puedo dormir en el sofá si te parece —inquiere Travis, llamando mi atención y una risita se me escapa antes de enarcar una ceja en su dirección.

—Pensaba que podríamos compartir cama.

Confieso y cinco minutos más tarde, ambos nos vemos des tendiendo mi cama, me he puesto el pijama de siempre, shorts y una blusa que me llega hasta los muslos y Travis se ha deshecho de su ropa y puesto pantalones de dormir, quedándose sin camisa y me cuesta apartar la vista de su bien definido cuerpo.

Después de convencerlo de quedarse en casa, accedió a bajar la maleta de su camioneta, la cual yace en una esquina de mi habitación, es una maleta verde militar que seguramente se la habrán dado en el ejército.

Travis se ha acostado en el lado derecho de la cama mientras que yo en el izquierdo, no hablamos mucho, pues veo su falta de ánimos durante la noche y aunque quisiera pedirle que hable de cualquier cosa solo para matar el rato, darle su espacio me parece lo correcto.

En algún punto de la noche me quedo dormida en un profundo sueño, sin embargo, termino despertándome gracias a Travis, al principio, me cuesta recordar que se encuentra pasando la noche conmigo, me siento sobre la cama y enciendo las luces para comprobar que aún continúa durmiendo.

Su cuerpo se mueve de un lado a otro, tiene el ceño fruncido y me parece que está sudando a pesar de que la noche es un poco fría, de pronto, comienza a balbucear algo que no entiendo, me inclino hacia él.

—¿Travis?

Su nombre sale en un breve susurro, su ceño se frunce de nuevo.

—Elena... —sentencia con angustia en su voz, veo su pecho subir y bajar con fuerza, su respiración es agitada—. No... Elena... no... yo...

Veo como su cuerpo se agita y su ceño continúa fruncido, la expresión que tiene es una combinación entre angustia y miedo, insegura, me acerco a él susurrando de nuevo su nombre, pero no me escucha, coloco una mano en su pecho y eso lo pone alerta. De un segundo a otro, tengo a Travis encima de mí haciendo presión en mi garganta con ambas manos, cuando sus ojos se encuentran con los míos, el terror es reemplazado en segundos por una nueva mirada fría que consigue infundirme terror, su mirada es oscura, intento forcejear con él para que suelte mi garganta, pero no funciona, es como si sus pensamientos estuviesen controlados y su único objetivo aquí es asfixiarme.

—T-t-tra-vis... —consigo decir con la voz entrecortada, sus ojos se cierran, aún continúa haciendo presión en mi garganta y cuando abre los ojos de nuevo, esa expresión fría es inmediatamente reemplazada por una de pánico y me suelta en segundos y se quita de encima de mí para salir de la cama.

Me siento sobre la cama, recargando mi cuerpo en la cabecera de la cama y me llevo las manos al cuello, intentando sobarlo, seguramente debo tener sus dedos marcados en mi garganta y podrían hacerse moretones, observo los movimientos Travis con un poco de terror, se encuentra moviéndose de un lado a otro, se pasa las manos por el pelo y se acerca a la pared para encender las luces, pues la pequeña luz que la lámpara al lado de la cama no le resulta suficiente.

—¿Te encuentras bien? —pregunta cuando se gira en mi dirección, veo miedo en su mirada. Es la primera vez que le veo tener una expresión como esa y no sé cómo reaccionar al respecto, no mentiré que tenía miedo mientras me ahorcaba. Doy un leve asentimiento mientras continúo sobándome el cuello, Travis suspira pesadamente, cierra los ojos y cuando vuelve a abrirlos y el café de ellos se encuentra con el verde de los míos, veo total arrepentimiento—. Lo siento mucho... yo...

Se pasa las manos por el pelo y se sienta en el borde de la cama, todo este tiempo me sostiene la mirada y cuando la baja, se obliga a explicarse.

—Yo... —bufa para sí mismo—. En verdad lo siento, estaba...

Le cuesta hablar y me digo a mi misma que no deseaba matarme realmente, aunque en su mirada había completa determinación en lastimarme, sé que no ha sido ese el caso, no estaba en sus sentidos y no estoy justificándolo, pero tengo el presentimiento de que jamás le pondría una mano encima a una chica.

Insegura, me alejo de mi lugar y me acerco un poco hacia él, con timidez, coloco mi mano sobre la suya, el gesto lo hace mirarme y la manera en que su pulgar acaricia el dorso de mi mano, eriza los vellos de mi cuerpo.

—Travis...

Murmuro y él niega.

—En verdad lo siento —vuelve a asegurarme—. Yo... pensé que estaba en peligro y... intentaba protegerme.

—Pensabas que estabas en una misión, ¿no es así?

He escuchado que muchos soldados después de la guerra, suelen tener pesadillas mientras duermen. Me quedo pensando en que Travis debe ser una de esos tantos soldados a los que les cuesta dormir.

Travis suspira y aparta su mano de la mía, está vez se pasa ambas manos por la cara y se ánima a hablar tiempo después.

—Suceden a menudo —responde a mi pregunta con cautela—. Es difícil conciliar el sueño, eso que hiciste, tocarme... —niega para sí mismo y de nuevo su mirada me encuentra, es intensa—. Pudo haber terminado mal.

Termina, hay bastante arrepentimiento en él.

—Juro que no quería lastimarte.

—Te creo —me acerco más a él y me permito colocar una mano en su mejilla para acariciarla con mi pulgar, sus ojos se cierran, permitiéndose sentir mi tibio tacto—. Sé que no me lastimarías.

—No intencionalmente —asegura para ambos, aunque me temo que es más para él mismo—. Por favor, no vuelvas a hacer lo que hiciste. No sé qué haría si supiera que realmente te he lastimado.

Vuelvo a acariciar su mejilla y le ofrezco una media sonrisa.

—Sé que no lo harás —me aferro a mis palabras.

Travis coloca su mano sobre la mía, su mirada está de nuevo en la mía, se ha relajado, sin pensarlo mucho, me inclino hacia él para besarlo. Le toma unos segundos reaccionar a mi beso y cuando su boca se permite saborear la mía, el beso resulta cálido y tierno, Travis coloca su mano libre sobre mi cintura y me siento en su regazo mientras continuamos besándonos, a diferencia de nosotros besos, no es apresurado y hambriento.

Su boca abandona la mía y esparce dulces besos sobre mi mentón y mi cuello, consiguiendo sacarme una risita, después se acuesta en la cama con mi cuerpo encima suyo y acaricia mi cabello alborotado para apartarlo de mi cara.

—Cuando creo que no podrías ser más perfecta me parece que lo eres. —murmura para ambos y encuentro cierta admiración en su mirada, lo que provoca una nueva sensación cálida en mi corazón. Me temo que nunca ha habido alguien en mi vida que me mire de la forma en que Travis lo hace.

—Créeme, tú y yo no somos muy diferentes —le acaricio el pecho.

—Tal vez, pero ante mis ojos eres la mujer más perfecta que pude haber encontrado —me inclino a besarlo porque no tengo palabras para agregar.

Y mientras estoy besándolo, de pronto todo se centra en ambos, solo somos él y yo y me gusta, me gusta la sensación que Travis me produce.

—Supongo que te costará conciliar el sueño, ¿no es así? —le pregunto y él oprime una mueca.

—Solo un poco.

—¿Puedo preguntarte algo? —de pronto la habitación se vuelve seria él asiente y me quito de su abdomen para sentarme a su lado, él también se sienta.

—¿Qué sucede?

—Era sobre ella, ¿no? —pregunto, bajando la mirada a mis manos. No hace falta que mencione su nombre, él sabe bien de quién estoy hablando y aunque ha evadido el tema con anterioridad, me gustaría que este no fuera el caso.

Travis suspira.

—Sí, la mayoría de las veces son sobre ella —se atreve a confesarme. Doy un ligero asentimiento.

—¿Tienen qué ver con lo que le sucedió?

Me atrevo a preguntar con un poco de miedo, pues siento que es terreno prohibido en la vida de Travis.

—No con exactitud —voltea a verme, de nuevo asiento y espero a que se explique mejor—. A veces solo es ella buscándome, llamándome, pidiendo que la rescate.

Oprimo una mueca.

—¿Qué fue lo que sucedió?

Su mirada se oscurece en cuanto mi pregunta concluye, lo que me advierte que estoy yendo lejos aun cuando solo ha sido una simple pregunta, Travis se queda callado mirándome por unos eternos segundos y niega.

—No puedo hablar de ello. No ahora. —responde y asiento levemente—. Lo siento.

—No tienes por qué disculparte —niego asegurándole—. Entiendo que sea complicado... en realidad entiendo mucho más de lo que tú crees.

Me atrevo a decirle. Si tan solo supiera que no es el único que carga con una perdida.

Volvemos a intentar dormir de nuevo, dado que es de madrugada y aunque me debo de quedar dormida en algún punto de la noche, me cuesta conciliar el sueño aun con las luces apagadas.

No me cabe duda de que Elena debió ser alguien muy importante no solo para la vida de Travis sino para todos en este pueblo, porque lo que sucedió horas atrás, me dejaba claro que ella había marcado la vida de la mayoría aquí, no solo en Travis, porque cada vez que su nombre era mencionado, podía ver como el recuerdo afectaba a mis amigos, Elena era especial y por más que intentaran apaciguar los recuerdos, la chica era inolvidable.

Por la mañana siguiente, me despierto con el otro lado de la cama vacío, asegurándome que Travis no está, dudosa, me siento sobre la cama y me paso las manos por el cabello para colocarlo detrás de mis orejas, no tengo la menor idea de qué hora es, pero dado que anoche fue la cena de acción de gracias, Devyn nos había asegurado que hoy tendríamos el día libre y el restaurant no abriría, lo que me permitía tener una mañana un tanto relajada, sin embargo, salgo de la cama lo antes posible para comprobar que Travis realmente se ha marchado.

Al salir de la habitación e ir a la cocina, observo el cuerpo de Travis de espaldas a mí mientras está cocinando en la estufa, huele a tocino y panecillos calientes.

—Buenos días —inquiere sin mirarme, una sonrisa que permite ver mi dentadura se asoma en mi boca y me acerco hacia él al tiempo en que termina de colocar el desayuno en el plato y me lo extiende—. Es lo mucho que puedo hacer después de lo de anoche.

Inquiere y acepto el plato. Travis termina de apagar la estufa y los dos nos vemos minutos después desayunando, tengo que resaltar que no cocina nada mal y en lo personal, la cocina no es mi fuerte, es por eso que Brandon es el grandioso cocinero de Devyn's.

—¿Qué harás hoy? —le pregunto cuando los dos hemos acabado de desayunar y estamos limpiando la cocina, Travis se limpia las manos con la servilleta que tiene al lado y se encoge de hombros al verme.

—No lo sé, quizá vaya a casa —responde un poco inseguro, doy un leve asentimiento y me muerdo el labio inferior.

—Podrías quedarte aquí otra noche si lo deseas... —sugiero y él luce considerarlo.

—Gracias, pero no busco evadir mis problemas.

Enarco una ceja a su comentario y me burlo un poco al recordar la escena de anoche, cuando estaba por irse del pueblo.

—Anoche, parecía todo lo contrario. —me acerco a él con los brazos cruzados sobre mi pecho, tengo que alzar un poco mi cabeza para mirarlo debido a su estatura.

—Lo sé, pero tengo que ver a papá.

Se refiere al señor Ian y doy un pequeño asentimiento.

—Debe de estar preocupado.

—Seguramente cuestionándose donde pasé la noche.

—Supongo que no imaginará que estás aquí.

—Seguro que no —se encoge de hombros.

—¿Se te ocurre en lugar en el que crea que pudieras estar?

—No lo sé —vuelve a encogerse de hombros—. Daxton es un pueblo pequeño, si estuviera buscándome, ya me hubiera encontrado.

—Eso es verdad. Supongo que prefirió darte tu espacio.

—Cómo todo el tiempo. —hay en pequeño silencio en la habitación y Travis aprovecha el silencio para atraer mi cuerpo al suyo y besarme, es un beso corto—. Gracias por lo de anoche.

Se refiere a todo lo que sucedió, asiento levemente y de nuevo se inclina para besarme.

—¿Qué harás hoy?

—Probablemente me quede en casa.

Me encojo de hombros.

—¿Te parece si salimos al rato? No sé, podemos ir a la ciudad.

Sugiere y no me parece una mala idea.

Travis regresa a casa dejándome sola, decido ordenar la habitación y tomar un baño luego de que se va, como hemos hecho planes para vernos más tarde, accedo ir a visitar a Charlotte cuando me llama y como es de esperarse, intenta sacarme toda la información posible de lo que pasó anoche.

Decido omitirle el hecho de que Travis tuvo una pesadilla y el pequeño incidente ya que lo encuentro personal, por alguna razón, creo que decírselo no me parece seguro y prefiero callarlo para mí misma, por suerte, Charlotte se queda conforme con la pequeña información que le cuento.

—Bueno, me alegro de que lo hayas apoyado —dice con sinceridad y ladea la cabeza un poco—. Creo que Travis lo necesita, necesita a alguien en quien confiar.

—¿Y crees que yo soy esa persona?

Pregunto y mi amiga se encoge de hombros.

—No estoy segura de ello, Travis es testarudo y la persona más complicada de tratar —asegura con seriedad—. Lo que sucedió anoche... estaba segura que se largaría del pueblo de nuevo. Sé que lo detesta.

—Creo que es complicado estar en un lugar donde te culpan de todo —me atrevo a decirle—. Quizás no lo digan abiertamente, pero puedo ver esas miradas acusatorias hacia él, todos lo miran como si realmente fuera el culpable de la muerte de Elena.

Me atrevo a decirle y Charlotte suspira.

—Tienes razón. De cierto modo, todos lo han culpado de ello, su familia, vecinos, viejos amigos, conocidos... —niega para sí misma—. Imagino que eso es lo que hace que no pueda evitar sentir culpa de lo que sucedió, sobre todo ahora que los padres de Elena han vuelto al pueblo.

Dice con cierta tristeza en su voz.

—¿Puedo preguntar por qué volvieron?

Cuestiono y ella se encoge de hombros.

—Créeme, eso es lo que me he estado preguntando desde que vi a Rubén anoche. En realidad, nadie sabe el verdadero motivo por el cual están aquí, ni siquiera el motivo por el que Travis volvió. —se ánima a explicar—. Todos jurábamos que jamás volverían, quizá los padres de Elena lo harían, pero Travis... sinceramente, creo que todos en algún punto llegaron a creer que la única forma en que Travis volvería a Daxton sería para ser enterrado aquí después del ejército.

—Pero volvió —me veo diciendo.

—Sí, lo hizo. Y solo él tiene una explicación para ello.



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 Ya es algo tarde y me iba a ir a dormir sin actualizar pero tenía ganas de publicar el capítulo, ¿Qué les pareció? 

Como pueden ver, Travis tiene un pasado complicado y la guerra sin duda le ha afectado... 

Espero que hayan disfrutado del capítulo, buenas noches o días, espero que les vaya bien, abrazos❤️

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