Capítulo 15
TRAVIS
El viaje a casa es sereno, Maddy y yo nos mantenemos en silencio, las canciones de Ryan tocando en la radio evitando que un silencio incómodo se formule a nuestro alrededor. Jamás he estado tan agradecido de estar escuchando la voz de mi viejo amigo, quien diría que a veces solía ser él el mal tercio a la hora de salir, sin embargo, hoy parece ser mi salvación.
Estaciono la camioneta en la entrada de la casa de Maddy y apago el auto cuando decido bajarme y acompañarla hasta la entrada para asegurarme de que estará bien. Por una extraña razón, deseo quedarme más tiempo con ella, pero una parte de mi me pide alejarme, no debería de acercarme a ella, luce como una buena chica, la clase de chica con la que no quisieras jugar.
—Bien, ya estamos aquí.
Murmura rompiendo el silencio entre los dos, expresarme no es mi fuerte, soy reservado y prefiero omitir mis opiniones la mayor parte del tiempo, Maddy me da la impresión de ser lo contrario, me resulta tímida, aunque mi instinto me dice que no lo es, tiene esta pinta de lucir como una supermodelo y puedo ver que lucha por contenerse, por ocultar quien realmente es.
Me llevo las manos a los bolsillos de mi pantalón.
—Fue una agradable noche —inquiero, no sé qué decir exactamente pero no quiero despedirme. Maddy se muerde el labio, como si ese gesto de sirve para evitar que hable de más, quizá lo hace y lo único que provoca en mi es que quiera besarla.
—Lo fue.
Termina por decir luego de un minuto, doy un pequeño asentimiento. Su mirada tarde en encontrar la mía y cuando lo hace, percibo que hay algo más en aquellos ojos claros, como si fuera poco, la desvío hacia sus labios, los cuales me resultan apetecibles, ha pasado mucho tiempo desde la última vez que estuve con una chica y mentiría si digo que no he imaginado qué sería besarla, sin embargo, es algo a lo que no creo estar listo, en realidad, no sé si algún día lo estaré.
Es como si el recuerdo de Elena no quisiera irse aún, al menos, no creo que sea el momento, mis amigos solían decirme que soy yo quien se aferra a ella y quizá tienen razón, no quiero soltarla aún, su partida duele y recordarla solo parece alimentar la herida que hay en mí. Cuando vuelvo a posar mi mirada a sus ojos, me percato de que los suyos también se encuentran mirando mi boca, lo que me deja pensar que quizá pueda haber una posibilidad en que los dos nos besemos, como si ello fuera un indicio, avanzo hacia ella, acortando la distancia entre nosotros, mis botas chocan con la punta de sus zapatos, debería de retroceder, pero no quiero hacerlo.
Dios, es preciosa, Maddy es más que guapa, podría decir que lo tiene todo, sabe conversar, es inteligente y parece una buena chica, me sorprende que siga soltera estando en Daxton Hollow. Mientras pienso en ella, mis ojos no pierden el contacto visual y sus ojos verdes me observan con curiosidad y un atisbo de nerviosismo, pienso en que besarla puede ser una grandiosa idea y a la vez pésima, pero quiero hacerlo.
Si la beso ahora, sabre lo que es probar sus labios y estoy casi seguro de que la atracción es mutua y si no lo hago, probablemente le estaría haciendo un favor al no involucrarme en su vida, pero me quedaría con las ganas de saber qué se siente probarlos.
¡Maldición! Me digo a mí mismo.
—¡Al carajo! —exclamo en voz alta para ambos y sin pensarlo por más tiempo, coloco una mano sobre su cintura y atraigo su cuerpo al mío mientras que la otra mano se enreda entre su cabello rubio para atraerla a mí y besarla.
Al principio el repentino gesto toma a Maddy por sorpresa, pero su boca responde al beso en segundos, su cuerpo se pone de puntitas y tira de mi cuello para profundizar el beso. Sus labios son suaves y mentiría si no es un gran beso, me gusta, hace tiempo que no beso a una mujer que podría decir que estoy oxidado y no soy bueno con ello, pero Maddy sí que sabe besar y pronto me veo deseando más. Ambos nos separamos y nuestras respiraciones tan un poco entrecortadas, cuando sus ojos se posan sobre los míos veo un atisbo de inseguridad en ellos y no la culpo, acabamos de hacer algo que probablemente ninguno de los dos debió, sobre todo yo, pues mi subconsciente inmediatamente piensa en Elena y hace que me aparte de Maddy lo más rápido que mis pies me permiten.
Mi repentino movimiento la incómoda y desvía su mirada de la mía y de pronto también me siento incómodo, me aclaro la garganta, cosa que llama su atención y la hace mirarme.
—Yo... —¿Qué he hecho? Quería besarla, realmente quería y ha sido un beso grandioso que me gustaría volver a atraer su cuerpo al mío y besarla de nuevo, pero no puedo. Mi corazón comienza a latir con gran fuerza y las memorias entre Elena y yo de pronto se reproducen en mi cabeza como si fueran una especie de película, ¿Por qué siempre pienso en ella cuando estoy con otra chica? Me maldigo por lo bajo y desvío la mirada de Maddy, no merece esto y mucho menos a un idiota como a mí—. Buenas noches.
Estoy quedando como un completo idiota, pero no puedo quedarme aquí un segundo más, no está bien, esto no ha sido una buena idea, al menos, he arruinado lo que sea que Maddy y yo estábamos teniendo, el indicio de una buena amistad se ha esfumado y lo he arruinado. Aunque ella parece ser el tipo de chica con el que me gustaría salir, sé que no soy el mejor hombre y, sobre todo, no soy el más adecuado para estar con ella o cualquier mujer.
Estoy dañado, la guerra me dañó, he salido herido de ella y dudo mucho que esas heridas puedan repararse, no han sanado y no están listas para ser sanadas, en realidad, creo que nunca lo estarán.
Voy hacia mi auto sin más, y me subo a él para encender el motor y conducir a quien sabe donde pero no tengo intenciones de ir a casa, no cuando no estoy de buen humor y necesito aclarar mis pensamientos. Al principio, doy una vuelta por las frías calles de Daxton y sin querer, llego al lago al que solía venir con mis amigos cuando era niño.
Sin pensarlo, apago la camioneta y me bajo de ella, mi corazón continúa latiendo con fuerza y consigo agarrar una piedra la cual lanzo con fuerza al lago, después busco otra y hago lo mismo, lo repito tres veces más y después me rindo sentándome en el césped que hay cerca del lago. Ni siquiera sé que estoy haciendo con mi vida, perdió sentido desde la muerte de Elena y las cosas nunca volverán a ser como antes.
Como si necesitara saber sobre ella, de uno de los bolsillos traseros de mi pantalón saco la carta que Matt me había dado un par de meses atrás, la carta que Elena escribió para mí donde pedía que regresara a casa. Creo que, si mi amigo jamás me hubiese entregado la carta, no hubiese regresado, pues no tengo nada aquí. Daxton Hollow dejó de ser mi hogar hace mucho tiempo, el ejército era más como mi hogar, había construido una familia con mi escuadrón y mis amigos, sí, era consciente de que tarde o temprano todos tomaríamos rumbos diferentes, pero el ejército era parte de mi vida.
Leo la carta e intento ignorar la impotencia que siento en estos momentos. Recordarla duele.
Sé que pude hacer más por ella, pude salvarla, hubiese dado la vida por ella como la di por muchos de mis compañeros que ya no están y la culpa es algo con lo que he tenido que vivir desde que murió y estar aquí en Daxton solo lo hace peor pues cada lugar me recuerda a ella y aunque nadie menciona su nombre frente a mí, sé que hacen comentarios al respecto, hablan sobre lo que pasó y me culpan de ello, aunque estoy seguro de que yo me culpo más por su muerte.
—Te hubiese salvado —murmuro al vacío pues no hay nadie para escucharme—. Merecías ser tú quien estuviera aquí y no yo.
Tomo una profunda respiración que suelto segundos después. Sigo creyendo que es una mala decisión haber vuelto, no tengo un trabajo, ni siquiera sé que hacer con mi vida y quizá estar con papá no es suficiente, nuestra relación nunca ha sido del todo buena y estar aquí no se siente bien, sin embargo, estoy aquí por ella, porque es lo mucho que puedo hacer después de no haberla salvado, de haber visto como se acaba su vida frente a mis ojos.
El recuerdo de aquel día se repite en mi cabeza y cierro mis ojos con fuerza, como si fuera a hacer que se borrara.
Escucho su voz gritar mi nombre, después la veo caer a pocos metros de distancia míos, intento moverme, pero mi cuerpo está estático, no puedo alcanzarla ni tocar su mano, de nuevo, su voz pronuncia mi nombre y mis ojos se cierran, no puedo verla.
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AAAAAAAH SE BESARON!!!! ¿A quién más le emociona? :D
Personalmente, me gusta el rumbo en el que van tomando las cosas y hay que decir que ya era hora que Maddy y Travis se besaran! ¿Qué piensan ustedes?
Espero que disfruten del capítulo, nos leemos ❤️
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