Capítulo 13

TRAVIS

Mientras camino a casa, pienso en la conversación que he tenido con Maddy, mi instinto me dice que esconde algo o más bien huye de algo y que Daxton Hollow es su refugio y siendo sincero, me intriga conocer qué es lo que oculta, además de que no puedo negar la atracción que siento por ella y mi instinto me pide protegerla, aunque este instinto lo he tenido siempre por todas las personas que me rodean con Maddy es diferente, quiero hacerlo, asegurarme de que está a salvo y algo me dice que es la clase de chica que a veces tiende a meterse en situaciones comprometedoras como la de hoy, por supuesto, es guapa y su belleza no pasa por desapercibido, es evidente que atrae a cualquier hombre pero eso no quiere decir que cualquier hombre sea digno de ella, ni siquiera yo creo merecerla, sin embargo, aquí me tienen pensando en ella y en que quiero merecerla, sobre todo protegerla, no me parece frágil, para nada, solo que mi instinto me hace sentir como si ella fuese una muñeca de porcelana y yo alguien que pudiera quebrarla.

Pienso en eso por más tiempo una vez que me encuentro en mi habitación, después de que pasara a decirle a papá que he estado en su casa. Maddy tiene el físico que cualquier chica moriría por tener, curvas donde debe de tener y estoy seguro que tiene las medidas perfectas en aquel pequeño cuerpo, digo pequeño porque a comparación de mi cuerpo, luce pequeña entre mis brazos, incluso de estatura, cosa que no lo es, pensando en ella, cierro los ojos y quiero deshacerme de la imagen que tengo en mi cabeza de ella mordiéndose el labio inferior inconscientemente, ha sido un gesto desprevenido de su parte, pero el hecho de que se mordiera el labio inferior hacia que este se viera más apetecible de lo que ya es, carnoso, grueso y seguramente, suave, tal como su piel luce.

Por otro lado, me digo que esa clase de pensamientos tienen que desaparecer de inmediato porque de una forma, pienso en Elena, su recuerdo de pronto provoca una punzada de dolor en mi pecho, no puedo deshacerme de la culpa y la sensación que tengo cada que pienso en otra chica, sigo sintiendo como si la engañara cada que pienso en alguien más que no sea ella. Nuestro amor fue único, crecimos juntos, nos enlistamos juntos en el ejército y creo que esa parte es la que más me hace enfadarme conmigo mismo.

La culpa nunca me abandona y esa sensación de que lo que le sucedió a Elena fue por culpa mía es algo con lo que siempre he lidiado desde que se marchó, su recuerdo aun es tormentoso, su voz perdura en mi cabeza en la mayoría de mis sueños, tanto buenos como malos, la siento a mi lado y cuando despierto, esa sensación de vacío al saber que jamás volverá al lado mío vuelvo a atormentarme, la extraño, siempre lo haré y me odio por no poder cumplir la promesa que nos hicimos o más bien que yo le hice, le dije que la protegería siempre que pudiera, que jamás la dejaría, la amaría incondicionalmente, aunque esta parte la he cumplido, pues la sigo amando, no puedo negarlo, sin embargo, le prometí que cuidaría de ella en cada batalla, me aseguraría de que regresará a casa sin importar qué pero no sucedió y su familia no pudo perdonármelo.

Sin pensarlo, saco del cajón que hay en el mueble a mi lado, la carta que Mark me dio fue escrita con su puño y letra, a pesar de todo, Elena siempre creyó en mí y sé que me amó, incluso más de lo que pude imaginar, aun cuando podía pensar en ella y en salvarse a si misma, pensaba en mi y en mi bienestar, la carta era la prueba de ello.

Paso la yema de mis dedos por la caligrafía, una mueca se forma en mi boca mientras una imagen de Elena sonriéndome en invierno aparece en mi campo de visión.

Mereces darte una oportunidad, Travis, tú más que nadie lo merece.

La escucho susurrar en mi cabeza, su dulce y melodiosa voz, ojalá esas palabras hubieran salido de su boca y no de aquella hoja arrugada y vieja hoja.

A la mañana siguiente, estoy por salir a correr, he madrugado como de costumbre, pero he salido tarde para correr por la mañana, antes de que pueda echarme a correr por la vereda, los quejidos femeninos a un par de casas mía me hacen voltear hacia allá para encontrar una escena de Maddy pateando su jeep, también está maldiciendo, pero esto último no es muy audible para mí, aún así, la escena es graciosa.

Sin pensarlo, me dirijo a su casa para presenciar más de cerca la escena, Maddy se da cuenta de mi presencia y veo su rostro sonrojarse.

—¿Qué tanto has visto de esto? —Pregunta avergonzada, mientras se mete un par de cabellitos sueltos detrás de sus orejas.

—Suficiente como para deducir que estás teniendo problemas con el auto.

Digo y una mueca se forma en ella.

—No ha querido encender esta mañana y tengo que llegar a Devyn's temprano, ya voy un poco tarde.

Me explica, su mirada se posa en su auto, a quien mira con algo de recelo, una risa baja se me escapa mientras recreo la escena de hace unos minutos en mi cabeza.

—Puedo llevarte, si quieres.

Ofrezco amablemente, Maddy lo piensa por unos segundos, se muerde el labio inferior y no puedo pasar por desapercibido ese gesto suyo. Estaría mintiendo si digo que no me dan ganas de besarla.

—¿No tienes pendientes que hacer? —pregunta dudosa, su mirada me mira de arriba abajo, observando mi atuendo—. ¿Vas a correr?

—Puedo hacerlo más tarde —me encojo de hombros como respuesta—. Vamos, te llevo.

Comienzo a caminar con la esperanza de que ella me siga, lo cual le toma unos segundos empezar a caminar a mi lado, le hago una seña para que me espere unos segundos mientras voy dentro de la casa por las llaves, papá ya se encuentra sentado en la mesa con una taza de café, puedo atisbar una sonrisa diminuta en su boca, que decido ignorar, de cierta forma, a él le agrada que pase tiempo con Maddy.

Sin decir nada, vuelvo a salir de casa, le quito el seguro al auto y me trepo en él al tiempo en que Maddy, conduzco en silencio, Maddy luce pensativa y no quiero interrumpir sus pensamientos iniciando una conversación, cuando estaciono la camioneta frente a Devyn's, ella me mira.

—Gracias por traerme, no tenías que hacerlo.

Hay cierto alivio en sus palabras.

—No tienes que agradecerme.

Ella niega.

—Podías quedarte allí parado viéndome discutir con mi auto como una loca, pero me has traído, tengo que agradecerte de alguna forma —insiste, cosa que es tierno en ella—. ¿Te invito el desayuno?

Sugiere, a pesar de que la invitación es tentadora, me veo negando porque no tengo hambre y prefiero hacer un poco de ejercicio antes de comer propiamente.

—Gracias, pero no será necesario, además, Devyn's está a cinco minutos en auto, no es nada. —Ella sonríe. Hay un pequeño silencio en el auto, estoy esperando a que se baje, pero no lo hace y vuelvo a romper el silencio entre los dos—. ¿A qué hora sales del trabajo?

Si no me equivoco, debe de terminar su turno alrededor de las seis o siete.

—Seis, aunque me quedo una hora más para limpiar el local —responde, doy un asentimiento, confirmando lo que imaginaba.

—Estaré aquí a las seis y media.

Digo para ambos, Maddy se apresura a negar.

—No hace falta, puedo decirle a Brandon que me lleve a casa.

Admito que no me agrada la idea porque quiero ser yo quien la lleva a casa, aunque estoy seguro de que estará bien con Brandon, es un excelente chico.

—No tengo ningún problema con venir a buscarte.

Insisto, deseando que ella acceda, estoy por inventarme una buena excusa solo para intentar convencerla, pero se me adelanta.

—¿Estás seguro de que puedes venir?

Intento oprimir una sonrisa para no dejarle ver que me alegra que acceda.

—Estaré aquí alrededor de las seis y media.

Maddy da un pequeño asentimiento, se desabrocha el cinturón y me da una última mirada.

—Gracias, prometo tener la cena para ambos de nuevo.

Dice esto, soltando una risita absurda. No tarda mucho en bajarse del auto, la observo caminar a la entrada, donde saluda a un par de clientes antes de entrar.

Cuando regreso a casa, corro por la vereda tal como tenía planeado hacerlo, después hago ejercicio en casa y me limito a prepararme el desayuno con calma, tomando en cuenta que no tengo planes por el resto del día, pienso en que puedo arreglarle el jeep a Maddy, podría ir ahora mismo y hacerlo, sin embargo, no tengo las llaves de su auto como para revisarlo por mi cuenta, lo mejor que puedo hacer es entretenerme viendo televisión, esperando a que sean las seis para pasar a buscarla.

Estaciono la camioneta en la entrada de Devyn's, he llegado veinte minutos antes para esperarla, no tengo intenciones de entrar al restaurant, desde aquí, puedo ver por el enorme ventanal que hay un par consumidores aún y veo a Maddy atender una mesa con la sonrisa más grande que posee.

Es tan dulce, pienso. A simple vista es guapísima y aunque al principio me daba la impresión de que era una chica tímida, me he dado cuenta qué no lo es.

Mientras estoy en mi auto, me es imposible no pensar en Elena y compararla con Maddy, no tienen nada en común, Elena era castaña y de piel aceitunada, labios gruesos, sonrisa encantadora, estatura baja, delgada, pasaba horas entrenando en el gimnasio y se lanzaba a cualquier problema sin titubear, tenía un grandioso corazón y una personalidad imponente, mientras que Maddy es rubia, su rostro es bastante angelical y tierno, su cuerpo estilizado es complemente diferente a como era el cuerpo atlético de Elena y aunque aun no conozco del todo la personalidad de Maddy, estoy seguro que no se parece nada a la de Elena.

Pasados los veinte minutos, bajo del auto para hacerle saber que estoy afuera, sin embargo, no entro al local porque ella sale al tiempo en que llego a la entrada-

—Travis —me saluda llamando a mi nombre, le ofrezco una sonrisa por mucho que no sonría a menudo, con ella quiero hacerlo.

—Hola, estaba por entrar a buscarte.

Inquiero haciendo una seña al local y ella asiente, tiene una pequeña sonrisa en la boca, es mucho mejor que la mía.

—Recién he terminado, he visto que has llegado temprano. No tenías que hacerlo, gracias. —dice antes de hacer una seña hacia la bolsa blanca que trae en mano—. Tengo dos sándwiches de pavo y una ración doble de papas fritas.

Hay gran orgullo en sus palabras que no puedo evitar soltar una risita seca.

—Suena bien.

Digo, Maddy comienza a avanzar hacia mi camioneta y hago lo mismo, es cuestión de minutos para que los dos nos subamos y comience a conducir hasta su casa, al estacionar el auto en la cochera, ella deja escapar un suspiro pesado mientras tiene la mirada en la ventana.

—Es una lástima que se haya descompuesto. Creo que ha sido de mis autos favoritos.

Nunca me ha gustado ser una persona entrometida, tampoco me gusta indagar en la vida de los demás porque no me gusta que indaguen en la mía, sin embargo, quiero preguntarle sobre su vida, sobre cómo era la vida que llevaba antes de Daxton Hollow, porque estoy seguro de que debió ser completamente diferente a la que es ahora.

—Puedo arreglarlo por ti —agrego, ganándome una mirada de su parte, hay cierta duda en su mirada—. Quise hacerlo después de llevarte al restaurant, pero necesitaba las llaves de tu auto.

—¿En serio harías eso por mí? —Pregunta con curiosidad y asombro, asiento.

—Si me das las llaves, podría arreglarlo mañana.

Maddy se muerde el labio inferior un poco pensativa.

—Te lo agradecería mucho, aunque puedo llamarle a Bill para que venga a checarlo, entiendo que debes tener cosas importantes que hacer —se apresura a expresar, Bill es uno de los mejores mecánicos del pueblo y aunque es una buena idea llevárselo a él, preferiría hacerlo, no tengo mucho que hacer desde que llegué al pueblo y deseo encontrar una buena distracción, algo que me mantenga ocupado la mayor parte del tiempo, arreglar su auto, es una excelente oportunidad.

—No tengo ningún problema con ello, realmente puedo hacerlo.

Insisto, Maddy lo piensa por unos segundos más antes de asentir.

—En verdad te lo agradecería mucho, es muy considerado de tu parte.

Es su forma de decir que está de acuerdo, le doy un asentimiento antes de que salgamos del auto para entrar a casa, le he dicho a papá que no hace falta que ponga un segundo plato para mí, tampoco ha hecho falta que le diga a dónde voy o con quién cenaré porque él se me adelantó a los hechos, deduciendo que vendría a cenar con Maddy.

Envolviéndonos en la rutina del día anterior, le ayudo a colocar la mesa mientras ella saca de la bolsa la comida y la sirve para los dos, saco dos latas de refresco y le entrego uno.

—Hoy hemos tenido una discusión con la señora Margot sobre la pechuga de pollo que ordenó —inquiere Maddy, para romper el silencio entre los dos, enarco las cejas curioso, la señora Margot es muy mayor para su edad, no me sorprende que sea terca, al menos, es el recuerdo que tengo de ella desde siempre—. Le ha pedido a Brandon que le vuelva a preparar la pechuga de pollo, más bien que la dorara más de lo normal y cuando le entregué el platillo de nuevo, se quejó sobre estar muy quemada, el cuarto platillo fue la vencida.

Una risita baja se escapa de ella, antes de darle una mordida a su sándwich.

—Mantienes buena relación con la mayoría en el pueblo, ¿no es así?

Me atrevo a preguntarle, a simple vista, me he dado cuenta de que la mayoría es afecto a ella.

—Intento tenerla, todos aquí me han tratado de maravilla desde el primer día en que puse un pie en el pueblo, es imposible no tomarles cariño también. —dice contenta, presiento que tiene un mejor humor que en la mañana, pues luce contenta desde que salió de Devyn's, me pregunto a qué se debe—. ¿Puedo preguntarte como era tu vida aquí antes de irte?

Afortunadamente, consigo no atragantarme cuando bebo de mi refresco, claramente no esperaba una pregunta como esa. El día en que puse un pie fuera de Daxton Hollow, me dije a mi mismo que enterraría al Travis que todos conocían, aunque la cosa nunca fue sencilla, creo que lo conseguí después de enlistarme cuando perdí a Elena, ya no era el niño problemático que todos conocían.

—Muy diferente a la que es ahora —respondo, no es la mejor respuesta, tampoco es una que quiere oír, pero ha salido de manera espontanea de mí, me aclaro la garganta, por alguna razón, tengo la sensación de que Maddy no merece las respuestas cortas y sistemáticas que estoy impuesto a dar desde siempre, sin embargo, salen de mí sin esperarlo.

—Seguro que sí —dice enarcando las cejas. El silencio que se avecina es un tanto pesado, ninguno de los dos hace un esfuerzo por romperlo, me permito observar a Maddy por unos segundos.

Terminamos de comer en silencio, no es un silencio incómodo, al terminar, le ayudo a limpiar, vuelvo a lavar los trastes por ella, pero esta ocasión, ella decide secar los platos a mi lado.

—Si sigues ofreciéndote a lavar los platos para mí, me temo que conseguirás que te invite a cenar todos los días —dice para ambos, su comentario saca una sonrisa ladeada de mi boca.

—Con que no te gusta lavar los trastes, ¿eh?

Enarco una ceja en su dirección y una sonrisa que encuentro coqueta se forma en ella mientras niega.

—Me temo que no, lavar trastes no es lo mío.

Arruga la nariz de una forma que encuentro tierna.

—¿Y qué es lo tuyo?

Mi pregunta parece tomarla por sorpresa y por unos segundos veo que su cuerpo se tensa mientras tiene la mirada perdida, como si estuviese recordando.

—Es una pregunta que aún intento averiguar.

De la nada, el ambiente a nuestro alrededor se vuelve serio, Maddy suspira, veo que hay un mechón de cabello que cubre parte de su rostro y estiro mi mano para retirarlo de su cara y meterlo detrás de su oreja, me percato de que estamos un tanto cerca, sus ojos se encuentran con los míos, hay algo en sus ojos que no puedo descifrar con exactitud, carecen de ese brillo habitual que suele tener y me temo que ha tenido un mal recuerdo como los que yo suelo tener.

Retiro mi mano, deseando no incomodarla, puedo ver el pequeño sonrojo en sus mejillas que le dan un toque de timidez, me aclaro la garganta pensando en que debería de ir a casa ahora antes de que me entren ganas de acortar la distancia entre los dos y besarla.



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¡Holaa! ¿Cómo están? Esta semana ha sido ocupada para mi pero vengo con nueva actualización! ¿Qué creen que pasará después? ¿Se imaginan que sucedió con Elena? Espero que disfruten el capítulo ❤️

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