Lukana Octo

Escena 8:-

Lukana estaba en estado de shock, lo cual era bastante comprensible. Nylpho se ocultaba detrás de ella asustada, ambas viendo a Sateriasis.

Sateriasis, de quien se habían despedido hace un momento, se había caído repentina y literalmente del cielo frente a ellas.

Además, tenía alas de murciélago que crecían de su espalda.

- ¿¡Lord Venomania!? ¿¡Qu-qué!?

- Lamento sorprenderte, Lukana. Solo quería verte al menos una vez más. Así que volé hasta aquí.

En este momento se encontraban en la carretera forestal que conectaba Lasaland con un pueblo cercano.

Fue muy favorable para Sateriasis que no hubiera nadie a la vista en ese momento.

- Lukana, todavía no quiero separarme de ti. Vamos a casarnos.

- ¡No!

Grito Nylpho molesta, tomando las tijeras y apuntando al duque con estás firmemente, aunque su pequeño cuerpo temblaba de el miedo. No permitirá que la separen de Lukana.

Sateriasis apartó a la niña de en medio, pero solo ganó que ella no bajará las tijeras de sastre. Lo vio acercarse a Lukana y tomar las manos de Lukana, las cuales agarro con fuerza.

Lukana, al escuchar eso, regreso en si, volviendo a tomar a Nylpho y ocultarlas entre sus brazos asustada.

- ... ¿De qué estás hablando? ¡De repente pareces ser otra persona!

Lukana se soltó de las manos de Sateriasis, alejándose mientras abrazaba con más fuerza a la niña asustada.

- Ah, sí, supongo que no debería aparecer ante una mujer en este estado vergonzoso y desvestido. Lo siento mucho por...

- ¡Eso no es de lo que estoy hablando! Esas alas... Así que, después de todo, has vendido tu alma a una criatura repulsiva, Señor Venomania...

Algo en el modo de hablar de Lukana se atascó en la mente de Sateriasis.

-¿Después de todo?

Hablaba como si supiera que Sateriasis había hecho un contrato con un demonio.

«¿¡Podría ser!? Pero yo mismo lo había olvidado hasta hace poco».

- ... Por favor, vete a casa. Olvidaré lo que he visto y todo hasta este momento. No le diré nada a nadie. Así que deberías...

- No puedo hacer eso. No me mentiré por más tiempo. Te deseo. Así que te conseguiré por todos los medios necesarios.

- Mi corazón nunca se inclinará hacia ti ahora.

Lukana miró directamente a Sateriasis.

Podía ver que sus ojos estaban llenos de una fuerte determinación.

- Ya veo... Bueno, entonces, no tengo otra opción -dijo Sateriasis, retrocediendo un paso.

Pero eso ciertamente no era para demostrar que se había rendido.

- Lukana, diré esto una vez más. Lo que quiera, lo conseguiré por todos los medios necesarios... ¡Incluso si tengo que usar la fuerza!

Y luego, inmediatamente después, su cuerpo comenzó a transformarse aún más.

Dos cuernos brotaron de su cabeza, y le crecieron unas garras. El color de sus ojos cambió de su púrpura habitual a un rojo intenso.

El cuerpo de Sateriasis gradualmente comenzó a perder cualquier apariencia de humanidad.

- ¡Aaaaaaah!

Lukana gritó al verlo. Cargando a Nylpho y tratando de huir de allí asustada, la niña había empezado a llorar, fue entonces que bajo a Nylpho antes que el duque se acercara a ambas.

- Nylpho, ¿Recuerdas a dónde lleva este camino?

- A la comunidad del bosque, ¿Que pasa? ¿El monstruo nos va a comer?

- No, yo lo distraere, tu vete, huye, ve a esa comunidad...

- Vamos juntas, no quiero estar sola.

- Nylpho, me sentía feliz de tenerte conmigo, pero ahora debes continuar este camino sola.

- ¡No, mamá Lukana!

- Fue un honor para mí... Ser tu madre...

La empujó hacia la espesura del bosque, viéndola desaparecer entre los árboles que parecieran bloquear el camino para que nadie le hiciera daño. Fue que ella escucho los pasos del duque asustada.

Agachándose, todo su cuerpo tembló, y grandes lágrimas cayeron de sus ojos.

- Ah... Todo esto es como en mi sueño... Así que el 'sueño púrpura' fue profético después de todo...

- Ja ja ja, Lukana, ¿¡tienes miedo de esta, mi forma!?

Sateriasis rió como un rugido.

Su conciencia estaba tan animada en ese momento, que estaba un poco en un estado de confusión mental. Era una especie de efecto secundario de cómo aún no había logrado controlar el poder del demonio.

- No... Señor Venomania. No estoy llorando porque tenga miedo. Es porque si fueras una persona normal... Si me hubiera enamorado de usted, pero mi corazón ya pertenece a alguien más y jamás lo cambiaría por nadie.

Lo que ella susurró después de eso fue demasiado débil para que Sateriasis lo escuchara.

Sateriasis se agarró su barbilla y la obligó a mirarla a los ojos.

- Bien, Lukana, mírame a los ojos.

Lukana seguía llorando. Viendo de reojo por dónde había ido corriendo Nylpho, esperaba que ella estuviese a salvó, miro el listón que a la niña se lo había caído de su cabello, lo sostuvo entre sus manos «Al menos ella seguirá viva...» pensó mientras lo abrazaba fuertemente contra su pecho.

Aun así, como si ella hubiera tomado una decisión, hizo lo que él dijo y miró directamente a Sateriasis a los ojos. Entonces ella dijo:

- Señor Venomania, después de esto harás que muchas mujeres sean tus esposas y pasarás muchos días ahogándote en placer. Para ti, y quizás también para las mujeres, eso estará bien. Incluso si solo hay una mujer que realmente se refleje en tus ojos.

Los ojos rojos de Sateriasis brillaron con más intensidad. El ojo de Lukana se dilató como respuesta a eso.

- Pero Lord Venomania... esperándote... al final de eso... es... ru... en. Para evitar eso... debes... no... perder de vista... verdad... amor...

Lukana perdió toda la fuerza en su cuerpo, y cayó hacia Sateriasis, recostándose contra él.

- Lukana, volvamos a mi mansión.

Sateriasis tomó a la inconsciente Lukana en sus brazos y la besó suavemente.

Cuando lo hizo, sus párpados se agitaron un poco y, finalmente, sus ojos se abrieron completamente.

Ella no hizo ningún movimiento para alejarse de Sateriasis. Más bien, puso sus brazos y lo abrazó con fuerza, como si lo acariciara.

- Sí, volvamos. Mi amado Lord Venomania.

Y luego se besaron una vez más, durante un período de tiempo mucho más largo.

La chica limpia, inteligente e intelectual que se había negado a Venomania, la forma de Lukana Octo, ya no estaba allí.

En el momento en que Sateriasis alejó su rostro de Lukana se escuchó el sonido de algo rompiéndose delante de ellos.

Sateriasis miró hacia delante y vio una jarra de agua que se rompió en pedazos, y el probable propietario, una chica de cabello verde.

- Qu-p-pe-él-com-cuan-uh-

Estaba balbuceando sin sentido, sentada en el lugar y temblando.

Sateriasis quedó cautivado con su cabello por un momento. Porque era del mismo color que el cabello de la chica que estaba buscando, aunque no se parecía a ella en la cara, y su cabello era mucho más largo.

Probablemente era una campesina de aquél pueblo cercano. Estaba vestida con sucia ropa de granja, y su largo cabello estaba atado al azar en dos coletas. Parecía joven, probablemente en su adolescencia.

- ¡Eeeeeeeek!

Mientras soltaba un grito, ella trató de huir. Pero parecía que era incapaz de moverse, arrastrándose y raspando alrededor del suelo.

Al verla, Sateriasis hizo una expresión de perplejidad.

- ¿Por qué tiene tanto miedo de... ah, ya veo. Eso es todo. -Se miró a sí mismo e hizo una expresión de comprensión-. Se sobresaltó porque estoy medio desnudo.

- ¡No es eso! ¡Tú, simplón!

Este nuevo grito vino de detrás de él.

Esperándolo allí, cuando se dio la vuelta, estaba una chica con túnica y el pelo blanco en trenzas.

Un gato rojo estaba sentado tranquilamente sobre sus hombros.

- Oh, esta vez apareces en tu forma humana, ¿verdad, IR?

- Estaba preocupada, así que pensé en seguirte. Pensé que te dije antes que nadie te viera.

- Ah, ¿Lo hiciste?

- ¡Esos cuernos! ¡Esas garras! ¡Esas alas! ¡Ella lo vio todo! ¡Al igual que aquella niña!

- ¿Nylpho?-miro hacia el bosque, sin encontrar rastros de aquella pequeña de cabello negro, al parecer había escapado antes que el volviera a perseguirlas. Luego se encargaría de ir a buscarla, por ahora, se debía de encargar de otros problemas más importantes ahora.

- Ya veo, eso es un problema, ¿no?

Aunque a pesar de decirlo, la expresión de Sateriasis no mostró ningún sentido de peligro inminente.

- Pero no hay necesidad de estar ansioso, IR.

Se alejó de Lukana y se acercó a la chica de cabello verde, mirando su cara asustada.

- Ahora que tengo una mejor vista, eres bastante hermosa. ¿Qué te parece? ¿No vendrías conmigo a mi mansión?

Atrapándose en el objetivo de Sateriasis, IR emitió un pequeño suspiro.

- Así que eso es... Bueno, hazlo a tu manera.

Mientras fijaba su mirada en la niña, los ojos de Sateriasis se agrandaron, una vez más comenzando a brillar de color rojo.

- Ah...

Al igual que lo que sucedió con Lukana antes, los ojos de la niña se desenfocaron.

Pero a partir de ahí fue diferente.

- ¡N... no!

Ella lo empujó lejos y luego se puso de pie, huyendo tan rápido como pudo.

- Eh... Que extraño. -Sateriasis miró a IR-. Mi magia 'Lust' no tuvo ningún efecto sobre ella. ¿Por qué es eso, IR?

- Hmph... Eso es un poco molesto. Se me ocurren varias posibilidades...

- ¿Qué tengo que hacer? ¿Debo volar de nuevo y perseguirla?

- No, no hagas eso. Dentro de poco será la hora en la que los carros comerciales comienzan a tomar este camino. Simplemente será demasiado problemático.

IR se dio la vuelta, dando la espalda a Sateriasis.

- Volvamos a la mansión por ahora. Tengo muchas cosas de las que quiero hablarte sobre lo que va a suceder a partir de ahora. A parte de encargarnos de la pequeña peste que se te escapó.

- ¿Está bien con dejar ir a esa chica?

- También hablaremos de eso... Bueno, no te preocupes por ahora. Habrá algunos medios para que cuidemos de ella cuando llegue el momento.

- ... Está bien, claro. Entonces vamos a casa, Lukana.

Sateriasis, una vez más, atrajo a Lukana a sus brazos, que había estado de pie, atenta, observando lo que había estado sucediendo hasta este punto desde una pequeña distancia.

- Sí, Lord Venomania -respondió Lukana con una sonrisa.

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Harem de Venomania
Número actual de miembros: 1

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