Lukana Octo.

Escena 7:-

Una mañana, cinco días después, la ropa de Sateriasis se completó, justo como Lukana había dicho. Mientras Nylpho la sacaba de la caja en dónde venía y se la extendia a Sateriasis.

— Terminamos a tiempo...

— Utilizamos como base el diseño que originalmente usabas, Lord Venomania, pero ella agrego algunos arreglos particulares aquí y allá.

Era un tono de color morado oscuro, que combinaba con el color del cabello de Sateriasis. La ropa, un atuendo llamado “sastre redondo” adaptado al estilo de la última moda en Marlon, el país que cruza el mar. Se ajusta perfectamente al cuerpo de Sateriasis.

— Oh, sí, sabían que me gustaba bastante la ropa Occidental.

— Mi mamá siempre lo repetía muy seguido... Ya que el viajaba mucho con abuela, a quien casi no veo...

— Los estilos orientales son la corriente principal entre las masas generales en Asmodean, por lo que los nobles también tienden a preferir la ropa oriental. Pero hay una tendencia a que muchos nobles de élite del país principal, Beelzenia, favorezcan las tendencias occidentales, incluida la familia imperial.

— Ya veo. Siento lo mismo, la ropa oriental no me queda.

— Esta mansión en sí fue hecha de acuerdo con la arquitectura occidental. Pero hay una teoría de que los abrigos como este vinieron originalmente del Este.

— ¿Eh, en serio? … En cualquier caso, la ornamentación detallada de este diseño es muy buena, estoy seguro de ello.

— Muchas gracias. Con esto, nuestro trabajo está terminado.

Lukana retrocedió un paso, y luego asintió con satisfacción al pasar una ojeada sobre todo el cuerpo de Sateriasis, vestido con la ropa que había confeccionado para él.

—¿Qué les parece, Lukana, Nylpho? En celebración y agradecimiento, deberíamos salir a comer hoy como no lo hemos hecho en un…

— S–...

— No, hoy tenemos la intención de dejar Lasaland y regresar a Mystica. Ya hemos terminado de guardar nuestras cosas.

— Es muy pronto. Todavía no he tenido la oportunidad de pagarles.

—Me he quedado en Lasaland mucho, mucho más tiempo de lo que había planeado. Mis padres, amigos y la abuela de Nylpho en mi localidad natal estarán preocupados por nosotras. En cuanto al pago  si envias el dinero a mi tío, estoy seguro que lo enviara a nuestra casa, así que no tienes que preocuparte por eso.

— … Estaré solo.

Lukana hizo una sonrisa algo preocupada, tal vez porque Sateriasis realmente se veía mal en su expresión.

— ¡Debes contratar algunos sirvientes de inmediato! Realmente no puedes hacer nada por ti mismo, Lord Venomania. Jaja.

— Aún si contrato a nuevos sirvientes, todavía existe el problema de si podrán o no hacer un tan delicioso pan de baba ganoush como el que tú haces... O el de ese extraño ser de ocho patas.

— Te gusta mucho la baba ganoush, ¿verdad? Hay algunos que preparé en la cocina, así que, por favor, comaselos más tarde.

— Le deje la receta escrita sobre la mesa, no se haga, usted me vio escribirla...

Nylpho le hizo frente a Sateriasis, haciendo un adorable puchero ante ellos.

— Jaja, gracias. Bueno, entonces… las acompañaré a la entrada de la ciudad

— ¡Eso es demasiado! No puedo permitir que vayas tan lejos…

Lukana agitó ambas palmas hacia Sateriasis, como para mostrar su moderación.

— Déjenme hacer eso al menos… ¿por favor?

— … Bien. Vale.

Con Sateriasis usando su nuevo atuendo, y Lukana con su equipaje lleno de preparativos para su viaje en la mano, tomando la mano de Nylpho, quien había tomado su pequeña bolsa, los tres abandonaron la mansión y se fueron a la ciudad.

El festival de Año Nuevo había concluido hace ya mucho tiempo, por lo que la ciudad de Lasaland había regresado a su escenario habitual. Tal vez porque se estaban preparando para el mercado de la mañana, varios comerciantes se amontonaban en la ciudad.

Al igual que la otra vez que fue por la ciudad, Sateriasis llamó la atención de la gente.

Naturalmente, fue por algo completamente opuesto a lo de antes.

— Ooh… que espléndido es.

— ¿Finalmente ha recuperado sus sentidos?

— ¡Idiota! Por supuesto, nunca estuvo loco en primer lugar.

— En cualquier caso, gracias a Dios por eso.

Al parecer, Sateriasis Venomania era una persona popular en la ciudad. Casi podía sentir las reacciones de la gente hacia él sobre su piel. Pero como había perdido la memoria, no podía alegrarse por eso, no importaba cuánto lo intentara. No pudo evitar sentir que el gran elogio hacia él era para un extraño.

Nylpho estaba frente a ellos, realizando pequeños saltos sobre un pie y luego sobre el otro. Mientras reía girandose a ver a Lukana sonriente «Mama Lukana, mira como salto...» la sonrisa de la pequeña le daba un toque de risas por parte de Sateriasis, quien se giró a ver a la mujer unos momentos, pero no había ni una sonrisa en el rostro de ella, la expresión de Lukana era rígida. Parecía estar algo asustada de estar caminando con el. Por esa razón, Sateriasis aceleró su ritmo y corrió hacia la entrada de la ciudad. Lukana lo siguió, como si lo persiguiera Nylpho igual los empezó a perseguir sonriente, no sabiendo si era un juego o iba enserio.

A medida que se acercaban a la entrada de la ciudad, la multitud de personas se disipó gradualmente.

Y cuando llegaron a la frontera de la ciudad, casi no había nadie alrededor de ellos.

— Bien, entonces… Adiós.

Habiendo dicho esas palabras de despedida, Lukana tomo la mano de Nylpho y comenzó a correr. Sorprendiendo a la niña, quien no entendía nada.

Sintiendo que algo estaba mal, él rápidamente tomó su brazo izquierdo y la retuvo.

— ¿Por qué? ¿Por qué me dejan tan apresuradamente?

Ahora que lo pensaba, Lukana había parecido bastante impaciente estos últimos días.

Ellas habían sido tan amables como siempre con Sateriasis, y siempre le habían respondido con una sonrisa. Incluso se había vuelto un poco más familiar en cómo se dirigían a él.

Pero por otro lado, trabajaban más duro en la costura que antes. Era común que ella permaneciera encerrada en su taller toda la noche, aunque varias veces a visto a Nylpho dormida en la cama. Fue por eso que se sintió como si ellas estuvieran tratando de terminar su ropa lo antes posible, para poder abandonar la mansión. Incluso hoy, ellas habían hecho el equipaje sin que Sateriasis lo supiera y al poco querían irse. Ni siquiera se habían despedido de su tío, que las había cuidado.

Lukana lentamente, pero con una contundencia que mantuvo su clara intención de rechazo, se apartó de la mano de Sateriasis. Nylpho veía ambos más confusa.

—Nosotros… Tú y nosotras no deberíamos vernos más, Lord Venomania.

Luego de decir eso, Lukana se fue corriendo.

—Nosotros… ¿”no deberíamos vernos más”?

Sateriasis cayó de rodillas en el lugar, agazapado.

«No deberíamos vernos más»

Esas palabras resonaron varias veces en su mente como el estribillo de una canción.

Tuvo un pequeño shock. Para él esas palabras tenían un mayor significado.

«Sí… Alguien me dijo esa misma frase hace un tiempo…»

Tres caras pasaron por la mente de Sateriasis a la vez, y luego desaparecieron.

Una y otra vez.

Las caras de las tres mujeres que no conocía, lo único que Sateriasis pudo recordar después de perder su memoria.

Una niña pequeña de pelo negro, que tenía los ojos púrpuras, vestía un lindo vestido de el mismo tono al igual que una cinta.

«Es adorable... Pero no... Ella no es...»

La siguiente fue la otra niña, ahí estaba la niña de pelo blanco, que tenía los ojos rojos ardiendo y un gato que montaba en su hombro, cuyo pelaje era del mismo color que aquellos ojos.

«No… Esa tampoco es. No es ella… Sí, la que me dijo eso fue la otra chica…»

Tenía un vestido blanco puro, con una gran flor decorativa. Ella tenía el pelo verde.

Su expresión sonriente. Su expresión de enojo. Su expresión de llanto. Su expresión de puchero. Su expresión deprimida. Su expresión preocupada.

Y… esa horrible expresión, cuando ella lo miró con una mirada fría.

Él la había adorado.

La había adorado más que a nadie, más que a nada, y aún así…

«Gumina. Recuerdo, finalmente he recordado tu nombre».

Sateriasis se puso de pie. Ya no podía ver a Lukana ni a Nlypho.

Fue entonces que comprendió, Nylpho era la primera niña, la niña de pelo negro, la única que compartía las mismas características.

En ese momento, aunque había pensado que estaba solo, Sateriasis repentinamente escuchó una voz detrás de él.

—… Idiota. ¿Por qué no las detuviste? ¿Por qué no te has apoderado de ellas?

Él no se dio la vuelta.

Había recordado a quién pertenecía esa voz.

— IR, ¿verdad? Mucho tiempo sin verte.

— -! Oh… ¿Has recuperado tus recuerdos?

— Sólo parcialmente, me temo.

— ¿Qué has recordado, en general?

— Veamos… Bueno, está el hecho de que eres una hechicera extremadamente linda y hermosa…

— Deja de bromear. Contéstame seriamente.

— Ja ja, lo siento, lo siento. —Sateriasis soltó una risa exagerada— . Por ahora, al menos, he recordado lo que he hecho. Y lo que debo hacer. Esas dos cosas que recuerdo claramente.

— Entonces persiguelas. Si quieres obtener un mayor poder, no dejes escapar a tus presas

— … Pero parece que ya se han alejado bastante.

Saterisis levantó su mano izquierda horizontalmente sobre su frente y se comportó como si estuviera buscando a Lukana y Nylpho en la dirección en que ellas había huido.

— Sin siquiera un carro, me imagino que será difícil perseguirlas desde aquí.

— Entonces vuela. Persíguelas por el cielo.

— Eso es absurdo.

— Es el amanecer y casi no hay signos de personas alrededor, por lo que no hay problema si lo haces aquí.

— No, eso no es lo que quise decir…

— ¿Qué pasa? ¿Todavía no recuerdas cómo usar tu ‘poder’?

— … Ah, ya veo.

En otras palabras, IR le estaba diciendo a Sateriasis que usara “ese poder”.

El poder del “Demonio del pecado capital” que había obtenido a través de su contrato.

— Lo recuerdo. Pero nunca lo he puesto en práctica.

— Creo que ahora es el momento de probarlo. No te preocupes, no debería ser tan difícil. Creo que… hm.

— Qué manera tan irresponsable de hablar. ¿No puedes teletransportarme con tu magia o algo así?

— … No puedo. Ahora mismo, al menos —dijo IR, dando vueltas en la línea de visión de Venomania—. En esta forma no puedo usar magia.

De pie había solo un gato rojo.

— Ah, entonces estás en esa forma en este momento.

— De todos modos, sigue con esto. Si te entretienes ellas realmente estarán demasiado lejos como para atraparlas. Quédate aquí un poco más y te quemaré hasta las cenizas.

— Pensé que no podías usar magia en este momento.

— Solo calla y ve.

— Está bien, está bien.

Sateriasis se aseguró de que no hubiera nadie alrededor, además de IR, y luego se desvistió para que la mitad superior de su cuerpo estuviera desnuda.

«Lukana y Nylpho se tomaron tantas molestias haciendo esto por mí. No puedo simplemente rasgarlo» .

A continuación, cerró los ojos.

Y luego habló en su mente al “ser” que él sabía que habitaba dentro de él.

«Oye ¿me puedes oír? Si puedes, contéstame, ¡demonio!»

.

Cuánto tiempo…

.

«No pude escuchar tu voz por mucho tiempo, ¿qué estabas haciendo?»

.

Estaba durmiendo. Un poco a la fuerza. Tal vez porque habías perdido tus recuerdos…

Fue realmente aburrido. No soporto cuando las cosas son aburridas…

.

«Bueno, como sea. Necesito tu poder. Dámelo, ahora».

.

Un corazón tan impaciente. Muy bien.

Se pondrá interesante esto después de todo.

.

Primero, un escalofrío intenso recorrió el cuerpo de Sateriasis.

—Nng… ¿Es esto?

Podía oír un zumbido en sus oídos, como si un insecto volara a su alrededor.

Se dio cuenta de que el sonido hacía eco directamente desde el interior de su cabeza.

Había una extraña sensación en su espalda.

Sentía algo retorciéndose dentro de él.

.

Te he dotado de alas.

El cielo es tu escenario.

¡Baila al ritmo de tu corazón!

.

Al momento, el cuerpo de Sateriasis, habiendo obtenido enormes alas de murciélago, voló en el aire.

—¡Ve tan alto como puedas! ¡Asegúrate de que nadie te vea! —le gritó IR, aunque no estaba segura de si su voz lo alcanzó o no.

Sateriasis desapareció en el cielo.

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