4-. Lolan Eve.
Escena 1:-
Lisa–A, una ciudad de Asmodean, no muy lejos de Lasaland, algo al este que hacía frío terá con la región Akuna. Se veia más influenciada en la cultura oriental de dicho lugar. Su comercio florecía al igual que la natal Lasaland de el Duque Venomania.
En cuanto puso un pie allí, fue bien recibido por todo el mundo, incluído el encargado de esas tierras, quien lo saludo con una reverencia digna de el.
— Bienvenido, Duque Venomania, mirese nada más, se a vuelto todo un hombre.
— JeeJee lo sé, varios ya me lo han dicho recientemente...—agradecio el alago, mientras Moon daba un salto hacia el piso, luego de acercar a los caballos a un bebedero cercano.
— Mi casa está cerca, podemos descansar ahí si gusta, Señor Venomania...
Al parecer Moon no sospechaba que el fue quien se llevó a Nylpho, posiblemente aquella chica no haya ni una sola palabra del tema o no le hayan creído; «Desde que usted se fue, ella y mi primo se fueron a Beelzenia, mi tío dice que a formar su propia familia».
Decidió dejar pasar ese tema, nadie creería las palabras de una chica que parecía extranjera, el tenía una imagen que mantener y debía llevar, a espaldas de todos, más mujeres a su harén.
— Llega en buen momento, el show comenzará dentro de unos días...—señalo el teatro, dónde todos se estaban reuniendo a su alrededor.
El gran teatro de Lisa–A. Dónde se reunirán figuras famosas cada cierto tiempo. Moon jamás había ido a un teatro de dicha fama, su familia no tenía el dinero necesario para ir a uno, solo tenían el suficiente para subscistir entre ellos, por eso fue el único de varios cocheros en aceptar trabajar para el Duque.
— Podemos ir a casa de mis padres está cerca de aquí.
— Ah–... Si, vamos...
Siguió al chico a pie, mientras guiaban a los caballos por el lugar con cierto cuidado.
Una calle algo estrecha para estar en el carruaje y salir herido.
.....
— Lolan Eve bailara en unos días en nuestro teatro nuevamente.
— Una mujer vulgar es lo que es al estar así de expuesta.
— Pero, ¿Quiénes somos nosotras para juzgar?
Era lo que decían las viejas chismosas que se acercaban a lavar ropa, mientras una joven monja caminaba entre ellas tomando de la mano a unos niños huérfanos, todos llevando en sus pequeñas manitas boletos para la función de los siguientes días.
Dejándolos en una posada, se dirigió al teatro a ver a una vieja amiga
«Busco a Lolan... Dígale que Rindo Blume viene a verla», fue lo que le dijo al guardia el lugar, quien se adentro de nuevo al teatro y salió diez minutos después.
Ella entro mientras avanzaba, siguiendo al guardia hacia el escenario vacío, en dónde solo se hayaba las luces. Las butacas se hayaba apartadas para los menores del orfanato al cual ella pertenecía. Si su plan adoptados exitoso, algunos pequeños serían acostados esa misma noche. Desde que ella recordaba, jamás a obligado a menores pertenecer a la secta Behemo, algunos elegían sus sectas a alguna edad en específico y se iban a estás, eran muy pocos los que permanecían a la secta Behemo, «Si esa bruja de IR no nos hubiera influenciado, seríamos respetados al igual que la secta Levia», pensó mientras se acercaba más al camerino de Lolan.
La puerta fue abierta por una exótica bailarina de una saludable piel morena, quien empujó al guardia y corrió a abrazar a Rindo.
Ella no era una mujer de expresarse fácilmente, pero por esa niña rubia frente suyo, dejaba de lado su inexpresividad y la abrazaba como si jamás la hubiera visto. Rindo Blume sabía que ella jamás la llegaría a rechazar, ya que Lolan pertenecía a la secta Behemo; la única secta que no rechazaba a las personas con su orientación sexual hacia las mujeres.
.....
La plática entre ambas se volvió más animada conforme pasaban los minutos, mientras ambas reían animadas, contando sus anécdotas de la vida y también el como ambas habían cambiado demasiado en poco tiempo.
Pero antes de marcharse, Lolan le dijo algo a Rindo, quien detuvo su andar rápidamente.
— Nadie puede obligar un corazón a amar a alguien.
— ¿Eh? ¿Porque dices eso tan derepente?
— Hay varios hombres que piensan que, obligando a una mujer a amarlos, ella los amara con el pasar de los años, pero eso solo traerá desdicha a la vida de una mujer...—se acercó a una maceta y cortó una flor de una pequeño jardín cerca de la única ventana presente.—... Si esa mujer llega a quejarse de ese amor obligado, la desgracia será peor.
— ...
— Lo que trato de decir, Rindo, es que si tú, un día te llegas a enamorar, que sea de alguien de quién igual tu te enamores, no de alguien a quien te obliguen a amar... Hazle caso a tu corazón, no a las palabras del mundo...
— Lolan...
— Vive feliz y ten una larga vida feliz, si gustas seguir siendo monja, hazlo, tu eres quien rige tu propia vida, nadie debería de controlarla... Ni siquiera los demonios internos que tengamos todos...
— ...
— Me puse filosófica de la nada jajaja...
— Pero tienes razón, es más...—sus mejillas se pintaron de carmín.— Ahí un chico en el cuál estoy interesada...
— Oh oh oh~, lo sabía, ¿Cómo se llama el futuro afortunado?
— No se su nombre, pero si su apellido... El apellido que carga es Moonlit.
— ¿Moonlit? ¿Los famosos alquimistas que viven a unas cuantas calles de aquí?
— Si, espera... ¿Los conoces?
— Solo a la hija mayor, ella me a platicado de su familia cuando viene a los ensayos, jamás creí que tú...—coloco la flor en el cabello de Rindo suavemente.— Caerias en los encantos de uno de sus miembros.
— El no lo sabe aún, pero le e dejado pequeños regalos en su cuarto cuando paso por ahí...
— Oh oh oh~, Rindo, no sabía que eras una romántica~
— ¡...! ¡N-No le digas al padre!
— No diré nada, solo prométeme que seré la madrina de la boda cuando el corresponda a tus sentimientos.
Una sonrisa surco en el rostro de Rindo, más animada viendo a Lolan.
— Lo prometo...
.....
A espaldas de ambas, el demonio de la lujuria movia los hilos de sus destinos.
Escena 2:-
Moon abrió la puerta, dejando ver el interior de su casa al duque.
— Bienvenido a mi humilde hogar...—extendio sus brazos, mostrando todo el resinto Sateriasis, quien abrió su boca ante el enorme espacio que había allí.
Un grupo de niños corría animado mientas jugaban con una pequeña de cabellera roja. Al tiempo que veía a una chica de cabello negro adornar el barandal de la casa con cierta calma.
— ¡linda, ¿En dónde está mi chaleco?!
— ¡Está en la ventana secándose!
Esos debían ser los padres de Moon, el chico lo guió hacia la sala de su hogar, mientras veían la mesa con pocos lugares puestos, mientras la comida se preparaban lentamente en el fuego, llenando el aire de un agradable aroma a pan.
«No es tan grande como la mansión, pero es cómoda», informo el chico mientras se retiraba su sombrero y lo colgaba en el perchero, al tiempo que se quitaba sus botas.
— Pues tiene un aire familiar en ella... Y eso que es la primera vez que vengo aquí...
— JeeJee... Si gusta siéntese en lo que aviso a mi madre que usted se hospedarse aquí...
Lo vio salir corriendo, mientras dejaba sus cosas cerca de la entrada.
.....
Sentado esperando pudo darse cuenta de un árbol genealógico pintado en una pared que era iluminado por la ventana. Acercándose a investigar un poco, se dió cuenta que había algunos nombres escritos y unas pequeñas cruces negras bajo cada uno.
— Caín y Gretel Moonlit, fallecieron hace treinta años atrás... Siguientes generaciones desconocidas, hasta dar con Moon...
Pasó su mano en cada nombre, algo nostálgico en ver todos los nombres y los faltantes en aparecer, todos unidos por una red dorada que se expandía cada vez más por las paredes. Nuevas generaciones que aún no nacian.
Sin darse cuenta, había entrado alguien a la sala, quien se acercaba a pasos lentos hacia el, como inspeccionando de arriba hacia abajo su físico.
— Se ve distinto a la última vez que lo ví.
— Lo se, varios que me empiezo a lucir como hombre.
— No, luce más como una mujer después de dar a luz.
— ¿... –Eh?
— ¡Mamá!
— Solo digo la verdad. Me enseñaron a jamás mentir, tu tatara abuela jamás mentía, tu tatara abuelo siempre a dicho que las mentiras dañan el alma.
Se acercó a Sateriasis drásticamente, mientras el jovencito se cubria su avergonzado rostro rápidamente.
— Y empezaré a decir, usted no es buen recibido en esta casa... Por esta noche se queda, pero mañana lo quiero fuera...—al decir eso, ella abandono la sala sin girarse a ver al hombre
— Pido disculpas de nuevo Señor Venomania...—apenado por el comportamiento de su madre
Sateriasis no necesitaba más explicaciones, haría lo necesario para que esa mujer fuese su tercera amante, aunque, debía estar a solas con ella en algún lugar de la ciudad.
.....
Esa misma noche, mientras todos dormían, el salió a inspeccionar más de cerca esa misteriosa casa, aún tenía lugares que les faltaba construcción, o mejor dicho, solo era un lugar temporal hasta que hayaran un mejor lugar a donde vivir y estuvieran mejor que en los barrios bajos de Lisa-A.
Incluso la pared con los escritos se hayaba desatendida, como si esperarán que la pintura desaparezca para poder mudarse a otro sitio. Todo en esa casa era misterioso y mágico a la vez.
Pasando por dónde era la cocina, escucho una discusión, no, no era una discusión, era una reunión de los miembros adultos de la familia. Acercándose un poco y viendo por la ventana, reconoció a Moon, la matriarca, la hermana de este y quién era su padre, al parecer la más pequeña no fue incluida, ella debía permanecer dormida y no escuchar la conversación.
— El Duque debe irse de nuestra casa...
— No a hecho nada malo...
— Hijo, ese hombre trajo el mal a toda Asmodean desde su nacimiento... Ese hombre nos perjudicará a todos y solo para si mismo, sin importarle nadie.
— Pe-Pero madre...
— ¿Acaso olvidaste lo que ese hombre le hizo a Nicholas durante toda su infancia y parte de su adolescencia?—esa voz era la de la hermana mayor, quien permanecía en silencio escuchando las palabras de su madre.
— ¿Y solo porque su padre hizo lo mismo, lo juzgarán del mismo modo?—Pregunto mirando a su madre y Hermana —Sólo tiene que conocerlo, él... Es diferente, yo lo se.
— No te haz fijado, ¿como me vio cuando entro aquí acaso?—hablo la chica algo asustada, temblando.— Me vio como un trozo de carne en la mesa.
— Eso no es todo, se que te diste cuenta también, tiene algo aferrado a su alma....
— El es alguien bueno... Yo lo sé.
— Aún así, ya tomé mi decisión... Lo quiero fuera de esta casa mañana en la mañana...
— Si, madre...—Sin mas se retiró sin decir ya nada— Pero sigo creyendo que lo juzgan mal sólo por lo que tiene en su alma.
— ...
— Algo me dice que... Te va a arrebatar aquello que más amas...—fueron las palabras de su hermana.
Sin saberlo, Sateriasis se alejo de allí antes de ser descubierto.
Escena 3:-
«En la región de Lisa-A, había un gran teatro, funciones especiales se realizaban y ese día, su más famosa y bella bailarina, Lolan Eve, bailaría para todos sin excepción, no puede irse sin antes verla», le había explicado Moon mientras le daba un recorrido por los lugares más famosos de la ciudad, mientras señalaba varias tiendas en todas partes.
Una joven monja cuidaba de un pequeño grupo de infantes, una extranjera Elphe fue a comprar algunas cosas para su familia, una chica Netsuma buscaba desesperada a alguien con algunas partes de sus brazos llenas de quemaduras, un chico con cadenas tratando de librarse mientras una mujer compraba acompañada de una silueta más delgada.
Pero todos estaban de acuerdo en algo; habían llegado allí para ver a Lolan.
.....
Unos días después, se dió el reporte de la desaparición de Lolan.
.....
Unas pisadas en el sótano se escuchaba, al tiempo que una niña y una jovencita Elphe jugaban en el piso del sótano a gusto, ignorando todo lo ocurrido en el exterior.
Lukana las veía a ambas mientras sonreía feliz.
«Ellas lucen felices, pero lo seríamos más Mikulia, Nylpho yo y...», el nombre de la última persona le llegó a su corazón que causó que se agitará brevemente, pero decidió ignorarlo, ahora ella amaba al duque Venomania.
Decidió continuar en la confección de los vestidos, mientras veian llegar a alguien que tanto extrañaban.
— Mi Príncipe~, bienvenido...—Mikulia corrió a saludar a Sateriasis, quien la recibió con un abrazo y un apasionado beso.
Lukana igual se unió después que Mikulia volviera a jugar con Nylpho, quien fingía vomitar por lo que veía.
— Bienvenido, Lord Venomania, ¿Cómo estuvo su viaje?
— Algo agitado, pero bien... Traje más telas para ti, Lukana...
Mostró las finas telas, quien fueron un precioso tesoro para Lukana, quien empezó a trabajarlas.
Miro a Nylpho y Mikulia jugar en el piso, hasta ser llamadas por Lukana para empezar a limpiar el sótano entre todas, sin saber lo que encontrarían ahí abajo.
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