El pulpo bombero fue a la universidad.

Estudió todo un año su carrera ideal.

Se pasó muchos cursos, por turnos y diurnos.

Fue tanto al gimnasio que sacó mucho músculo.

Él quería ser un bombero ejemplar,

salvar muchas vidas de peces y más.

Al llegar a la estación se encontró que estaba desierta,

no había nadie allí, ni siquiera una almeja.

El pulpo entendió cuál era el problema,

y es que bajo el mar, el fuego no quema.