Hay un gato de muy malos gustos.

Recorre las calles del centro central.

Dos cadenas de oro, anillos de plata,

carga una bolsa Chanel de las caras.

Va presumiendo su estilo perdido,

y en el maquillaje lleva el labial corrido.

Bien podría decirse que es un gato de clase,

de la alta que vive en chalets o en Versalles.

Mas si atento tú eres y con cuidado revisas,

verás que su vestido no alcanza la libra.

Y ha comprado sus joyas en un mercado chino.

En bazares hindúes ha gastado un dinerillo.

¡Qué mal gusto tiene el gato!

Si ya lo decía yo:
"Quien mucho presume fortuna,
mucho más pasa de hambruna"