Prólogo
——
Últimamente estoy un poco "Tenso", no es algo que quiera decirle a él, pero es un sentimiento extraño que me viene azotando tiempo atrás.
Cerca de mis 19 años, edad en la cual ya no debería ser capaz de preocuparme por esto,es demasiado tarde, siento que no quiero seguir avanzando, no quiero ser nadie en un mundo que todavía ni siquiera se cómo manejar.
De alguna forma quiero quedarme de esta manera, en una zona de confort que ni siquiera se manejar pero que me hace sentir tranquilo, protegido...
Y quizá...
¡No hay forma de mal entenderme! En realidad, no es que me sienta en mis mejores años de vida, de forma que esto no es un deseo conformista, si no,más bien, simplemente un pensamiento vano que yo mismo no entiendo de dónde proviene.
Por el contrario, siento que me encuentro en los momentos más estancados de mi vida.
El punto es; no lo estoy disfrutando.
Mientras él goza de contarme sus aventuras, mientras me cuenta de su último amor de verano (Una tal Nieves que a día de hoy me disgusta) y de los dramas adaptados a su vivaracha juventud.
Yo me siento, solo.
—S.—
Samuel observó una vez más las letras en la página anteriormente vacía, y soltó un suspiro cansado poniéndola a su lado con arrepentimiento.
—Feliz navidad adelantada....— Murmuró, recordando las palabras del chico castaño cuando le había entregado la libreta.
Es una estupidez; pensó para si mismo.
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