CAPÍTULO 3: ¿SUEÑO, PESADILLA O PREMONICIÓN?
Hola Masters-Pros, yo soy LRBG-2004, y como tal, les quería dar la bienvenida a esta historia; La Leyenda Maestra.
Dejó en claro que ninguno de los Personajes ni la propia Obra que me pertenecen. Todos los derechos van y están reservados para; Nintendo, Shigeru Miyamoto, Eiji Aonuma, Koji Kondo, Takashi Tezuka, entre otras tantas otras increíbles personas de esta increíble Saga.
En este Capítulo se empieza a cocinar la trama principal, con la aparición de nuevos e interesantes personajes.
Dicho esto, vamos con la Historia:
LA LEYENDA MAESTRA; CAPÍTULO 03: ¿SUEÑO, PESADILLA O PREMONICIÓN?
En una amplia y verde pradera en la Capital de Hyrule, cerca de la Ciudadela Altárea, se podía divisar una figura femenina caminando en medio del campo.
La susodicha figura era una hermosa Joven de 18 años, de 1,70 de estatura, de pelo largo rubio brillante con ojos verdes esmeralda de piel blanca.
Iba vestida con un largo y fino vestido azul zafiro y blanco puro, con detalles y decoraciones en dorado en los bordes y demás partes del vestido, además de algunos brazaletes y una tiara doradas, entre otros adornos, los cuales tenían un rubí en ellas. Esta joven era la princesa de Hyrule, Zelda.
La joven princesa miraba el precioso prado con emoción y admiración, maravillada por la belleza de la naturaleza y el lugar. Después de todo, la Princesa Zelda era conocida por ser una dama inteligente y sabia, cualidades que inevitablemente venían con una poderosa curiosidad y un fuerte deseo de aprender.
Dando pasos lentos, pero constantes por el vasto paisaje, sin querer perderse siquiera del más mínimo detalle, la joven logró mirar algunas de sus flores favoritas, una de pétalos azules y de bordes blancos, las Princesas de la Calma.
La chica sonrió con alegría para luego agacharse con cuidado con la idea de tocar y oler una de las flores.
En cuanto la mano de la princesa tocó delicadamente una de las flores, esta se volvió negra y marchita, para luego desvanecerse al punto de volverse polvo en el aire.
Al ver esto, Zelda retrocedió asustada sin terminar de entender qué era lo que acababa de pasar.
Volteó la cabeza para ver el resto del campo, viendo que como todo lo que antes era verde y vivo, se volvía negro y marchito, muriendo a una velocidad vertiginosa.
El miedo se apoderó de la joven princesa, la cual al mirar al frente vio como una gran ola de corrupción se abalanzaba desde la distancia, consumiendo todo.
Zelda se levantó tan rápido como pudo para luego echarse a correr con el objetivo de informar esto al reino.
Respiraba agitadamente mientras corría asustada con todo lo que podía, sintiendo como la gran ola de oscuridad cortaba cada vez más la distancia. Ahora mismo, Zelda maldecía no ser más rápida.
Pudo ver las gigantes murallas de la Ciudadela Altárea desde la distancia y a la vez podía sentir la oscuridad a punto de abalanzarse sobre ella y, más importante, sobre la Ciudad llena de inocentes.
En un solo momento Zelda se imaginó las consecuencias.
Se imaginó el dolor, la tristeza, la desesperación, la muerte que aquella oscuridad traería a su pueblo.
A su gente.
No podía permitirlo. No podía dejar que esa crueldad azotara a su pueblo. No. Ella era la Princesa de Hyrule y como tal su deber era el protegerlo, y moriría por ello si era necesario.
Zelda se dio la vuelta, encarando la gran marea de corrupción con firmeza.
-Zelda: ¡No permitiré que dañes a mi Pueblo! — Bramaba con tono firme y en voz alta mientras una tenue aura de color azul zafiro cubría su cuerpo.
De poco en poco esa tenue aura azul empezó a expandirse y a hacer más intensa mientras que la princesa ponía sus manos al frente preparando un hechizo.
-Zelda: ¡El amor de Nayru! — Bramo una vez más para luego lanzar su hechizo.
Una gran barrera de magia azul zafiro en forma de cristal cubrió toda la Ciudad de Altárea y sus alrededores. Además de la propia Zelda, la cual se esforzaba al máximo para mantener el Hechizo.
La Princesa veía como aquella oscuridad abordó su escudo mágico, cubriéndolo en su totalidad, haciendo que la luz apenas lograra entrar, envolviendo todo entre sombras.
La joven princesa hacía todo lo posible para mantener en pie el hechizo, notándose el esfuerzo en su rostro y en las gotas de sudor que lo cubrían, junto con los temblores corporales que eran acompañados por jadeos muy pesados.
El cansancio poco a poco fue dominando a Zelda, la cual sentía como su corazón latía contra su pecho por el agotamiento y la adrenalina. Sentía como sus piernas y brazos fallaban y estaban a punto de caer. Se sentía abrumada por la cantidad de esfuerzo que estaba realizando y por la energía maligna que cubría su escudo y la debilitaba.
Pero el solo pensar en el sufrimiento que su gente podría vivir si fallaba la hizo sacar fuerzas para seguir manteniendo su hechizo, para seguir protegiendo a su pueblo.
Pero Zelda no era ingenua, y ella sabía que no podía resistir por siempre. Sin embargo eso no importaba. Si ella tenía que morir por su pueblo, lo haría. Estaba dispuesta a derramar hasta la última gota de su sangre y sudor si eso significaba proteger a su gente.
A cada segundo que pasaba sentía como la presión iba en aumento; veía como las grietas se formaban en su hechizo. Sentía como sus fuerzas abandonaban su cuerpo; sentía como iba a caer rendida.
-Zelda: [No... No puedo fallar...] — Pensaba con agotamiento mientras trataba de mantenerse de pie y continuar.
Los pensamientos de la joven fueron interrumpidos al escuchar rápidos pasos a su espalda, seguido del sonido del desenfundar de una espada.
Justo cuando la princesa volteó a ver de qué se trataba, únicamente logró divisar una silueta masculina saltando en contra del hechizo, empuñando la espada con maestría.
-Zelda: ¡¡Espera!! ¡¡¡SI HACES ESO EL HECHIZO SE ROMPERÁ!!! — Gritó con desesperación la princesa al ver en riesgo el escudo que protegía su pueblo.
Si el misterioso espadachín no escuchó, o si lo hizo pero la ignoró, era algo que la Princesa desconocía por completo, ya que aún con lo dicho, él no se detuvo ni por un segundo.
Aquel espadachín dio un tajo preciso y limpio antes de caer en el suelo, aun manteniendo su postura.
Poco a poco el escudo se fue agrietando, terminando de romperse en miles de pedazos, pero junto con eso, la oscuridad se fue dispersando y retrocediendo.
Haciendo que la luz entre, y que el espadachín sea más visible.
Siendo un chico de cabello rubio, vestido con una túnica verde, pantalones y remera blancos, hombreras doradas, botas y guardabrazos de cuero marrón, además de una amplia capa roja.
Junto con eso, en su mano izquierda había una espada ancha plateada, espada que Zelda logró reconocer.
-Zelda: La Espada Maestra... — Susurró la princesa con impresión al ver la legendaria espada.
Sus pensamientos fueron interrumpidos al escuchar la voz de aquel desconocido guerrero.
- ¿Se encuentra bien? — Pregunto el joven girando ligeramente su cabeza para mirarla.
Los profundos ojos azul zafiro del espadachín y los brillantes ojos esmeralda de la princesa se encontraron directamente, perdiéndose por un instante en los mismos.
Antes de que alguno dijera algo más, sintieron el aura oscura de aquella marea corrupta, a lo que el joven empuñó el mango con fuerza, haciendo giros con la misma para calentar un poco y unos movimientos de cuello para destensarse.
- Espero esté lista, princesa — Le dijo el joven, concentrándose en aquella corrupción, mientras ponía su escudo en alto.
La princesa se puso de pie y asintió con la cabeza, preparando sus manos para usar su magia.
~ ~ ~ ~ ~ ~ ~
La princesa se despertó alarmada; sentándose en su cama, puso su mano en el pecho, sintiendo su corazón latir con fuerza y de forma agitada, y su respiración acelerada.
Sus ojos empezaron a formar lágrimas por la desesperación que sentía.
Su casi ataque de pánico fue detenido cuando su padre, el Rey Rhoam Daphness, entró apurado en su habitación junto a su guardaespaldas y mejor amiga, la guerrera y líder de los Sheikah, Impa.
-Impa: ¡Princesa! — Exclamó mientras desenvainaba su espada, mientras observaba alrededor, en busca de alguna amenaza.
-Rey Rhoam: ¡Zelda! — Dijo apurándose a su lado para abrazarla — ¿Estás bien, hija? — Preguntó mirándola fijamente, acariciando su mejilla.
-Zelda: Vi a... Vi a Hyrule siendo atacada por una ola de corrupción, una marea de oscuridad que mataba todo lo que tenía el más mínimo roce con ella. Por más que trataba de detenerla, era imparable. Parecía que consumiría todo Hyrule... — Explicó todo esto mientras pequeñas lágrimas caían de sus ojos, siendo observada por su padre y mejor amiga — ...Pero... — Eso llamó la atención de ambos — ...Apareció un guerrero misterioso, usó su espada y la doblegó aquella oscuridad...
El Rey y la Líder Sheika se miraron entre sí, algo extrañados y confundidos, pero también ligeramente preocupados.
Tal vez.
No, rechazaron esa idea.
-Rey Rhoam: Hija mía, seguro que solo fue un sueño... — Dijo con una sonrisa tranquilizadora, posando sus manos en los hombros de su pequeña.
-Impa: Más bien una pesadilla — Comentó envainando su espada.
-Zelda: Creo que fue una premonición — Soltó mirando a ambos.
Daphness se levantó dándole la espalda a su hija e Impa, rechazando la idea de que esto estuviera pasando.
-Zelda: Padre... — Dijo en un susurro algo asustado, haciendo que Rhoam la viera de reojo — ...En la visión... Ese guerrero vestía de verde y... — Tragó saliva, sabiendo que lo que iba a decir era cosa seria — ...La espada que blandía, creo que era la Espada Maestra...
Impa y el Rey abrieron los ojos con asombro y miedo, adivinando lo que esto podría significar.
-Rey Rhoam: Impa... — Le dijo a la Sheika, la cual se levantó con firmeza.
-Impa: ¡Sí, mi rey! — Exclamó lista para escuchar cualquier orden.
-Rey Rhoam: Quiero a Smith y a nuestros soldados más discretos y confiables; iremos a hacerle una visita a Perícleo en su biblioteca lo más pronto posible — Ordenó con seriedad.
-Impa: Su majestad, Smith está en su pueblo natal; tardará unos al menos 3 días en llegar, y otro en recibir el mensaje — Declaró la guerrera con algo de seriedad.
-Rey Rhoam: Yo me encargaré de llamar a Smith, enviaré a uno de nuestros mensajeros Orni y le diré que es urgente; no lo pido como su Rey, sino como su Amigo. Encontrará la forma de hacer que esos 3 días de viaje se acorten — Dijo entre el humor y la preocupación — Por su parte, Impa, te encargarás de llamar al resto.
-Impa: ¡Entendido, majestad! — Fue lo único que dijo antes de salir corriendo para hacer lo dicho.
La habitación quedó en un tenso silencio unos segundos, cuando la princesa decidió hablar.
-Zelda: Padre... Esto podría significar... — Murmuró asustada.
-Rey Rhoam: No lo sé, hija mía... No lo sé... — Contestó, adivinando la pregunta que haría su hija — ...Sólo sé que debemos aclarar esta situación... — Declaró con preocupación en su tono — ...Trata de recordar y anotar todo lo posible de ese sueño. Si es una premonición... Es mejor estar preparados.
Cuando terminó la conversación, Rhoam abandonó la habitación con nerviosismo, dejando a Zelda con el mismo estado.
Si esto era real, si era lo que temían, si sus preocupaciones eran acertadas, podría ser el fin de la paz.
Incluso el fin de Hyrule.
FIN DEL CAPITULO:
Hola Masters-Pros.
Si, ya se, ya se, muchiiiiisimo tiempo sin subir nada, ja, ja.
Me gustaría poder decir algo, pero realmente no puedo, no tengo excusa.
He estado pasando malos ratos combinados con la flojera, pero volvi, y ojala para actualizar más seguido.
Me encantaría decir que pronto, pero eso sería mentira.
Más a allá de prometer intentarlo.
Encima, para empeorar el caso, un capituló corto. Siempre dije que no hago capítulos cortos o largos.
Hago capítulos que duran lo que tengan que durar, y este es el caso.
Originalmente tenía planeó hacer un cap un poco más largo, pero sentí que lo mejor seria terminar aquí, y poner lo que tenia pensando en el siguiente capítulo.
Que espero salga más pronto que tarde.
Espero.
Ahora, antes de ir con las Aclaraciones, he decir que, aparte de algunos detalles, realmente no tengo mucho que aclarar. Más allá de detalles ligeros, pero prefiero agruparlos en un único punto:
ACLARACIONES:
01) ETIMOLOGÍA/NOMBRES:
Se que muchos habrán notado el detalle de que combine diversas formas de llamar a los personajes.
Por ejemplo;
Altárea es la forma de llamar a Skyloft en España, el cual se llama Nerubia en Latinoamérica.
Una de las razones por las que hice esto, aparte de las referencias, es porque siento que "Ciudadela Altárea" queda mejor como nombre de la Capital/Ciudad Principal de Hyrule.
Esto, dejó en claro, pasará mucho en la historia. Si siento que algo queda mejor con el nombre en otro idioma que no sea el Latino (Soy Argentino) lo llamare asi.
Tanto con personajes, zonas, ciudades, objetos, etc.
Así que si conocen algo por el nombre de su idioma natal, ya sea Castellano, Latino o Inglés, puede que cambie para esta historia.
Igual lo mas seguro es que ponga imagenes para estar más seguro.
FIN DE LAS ACLARACIONES:
Bueno, ¿Que dicen del capítulo?
Personalmente me gusto, ademas, da un inicio medianamente potente, y la trama va avanzando un poco.
Pero muy poco, eso sí, pero algo es algo, creo, ja, ja.
Bueno, creo que eso es todo Masters-Pros.
Si tienen algún comentario, sugerencia y/o pregunta, haganla con toda confianza, que las leo todas y me encanta recibirlas.
Yo soy LRBG-2004, y como tal me quiero despedir hasta el próximo capítulo y/o publicación. Nos vemos pronto.
-FECHA DE PUBLICACIÓN: 12/10/2024.
-CANTIDAD DE PALABRAS: 2330.
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