12. La Isla Obsidiana

(Pv Kaito)

Definitivamente lo molestaré por desmayarse, aunque bueno, esta vez tenía un motivo.

Me levanté y lo cargué para darle un baño y limpiarlo, pero no despertó ni siquiera cuando lo sequé y le puse ropa limpia, sólo se acomodó en la cama tranquilamente.

Lo dejé ahí y comencé a limpiar nuestro desastre, tanto en el cuarto como en el baño.

La verdad estaba agotado pero muy satisfecho, por fin pude liberar gran parte de la magia que tenía acumulada por tanto tiempo.

La verdad fue mejor de lo esperado—admití mientras limpiaba el espejo del baño—. Se veía bastante lindo, parecía más casto y puro de lo que esperaba de un hombre que estuvo casado....¿Como fue entonces con su mujer?

Hace 100 años habían campañas para tener hijos lo más pronto posible para repoblar el mundo, recuerdo que a muchos humanos se les ofrecían casas y buena paga a cambio de que se casaran apenas cumplir los 18 y tuvieran al menos 2 hijos, así que la educación sexual estaba en todos lados, al menos hasta que declararon la guerra a la Bestias.

—¿Será algún lavado de cerebro? —me pregunté.

¿Qué pasó en estos 100 años que incluso los territorios de los humanos que se recuperaron en ese entonces ahora estaban muertos?

—Ojalá alguien pudiera decirme.

....¿Mn? 

Por un pequeño instante, sentí que alguien me devolvía la mirada desde el espejo.

 ¿Ahora qué me metí para andar alucinando después del sexo?

____

(Pv Rohan)

—¿Mn? 

—¿Qué pasa, Roni?

—Por un segundo...me pareció que alguien me miraba a través del espejo.

—Jaja, creo que fui muy rudo contigo—rió Ben antes de volver a penetrarme—. Extrañé tanto tu lindo trasero blanco como la nieve—y luego me dio una nalgada—. Se pone tan rojito cuando lo toco.

—Cállate imbécil que nos van a descubrir—le gruñí tratando de no gritar con sus embestidas.

Esa noche, el tren se detuvo al llegar a la frontera y se decidió descansar antes de atravesarla. Por lo que todos se fueron a dormir excepto los que estaban de guardia, se supone que iba a dormir pero en eso llegó Ben y usando un complicado hechizo antisonido me llevó al baño y  pidió que lo hiciéramos porque ya estaba desesperado de no tenerme.

Así que ahora estoy en el baño, desnudo, agarrado al lavamanos y luchando por no gritar y admitir que yo también extrañaba esto.

—Hueles tan bien—me susurró al oído antes de lamer mi oreja e incluso meter su lengua.

—N-no hagas eso—gemí avergonzado.

—¿Seguro? Sé que te gusta ¿Y si hago esto? —y me apretó los pezones, jalándomelos con fuerza.

—¡Ah!—me tapé la boca avergonzado.

No iba a admitirlo y mucho menos frente a él...pero que manoseara mis pezones de esa forma tan agresiva me excitaba demasiado, aunque al día siguiente tuviera que ponerme curitas porque el simple roce con la camisa me excitaba.

—Se nota que te gusta—rió Ben.

—Ca-cállate y termina—susurré.

—¿Seguro? Yo creo que quieres un poco más—me susurró.

Y de pronto me cargó y se sentó sobre la tapa del inodoro para sentarme sobre su pene, tuve que taparme la boca para no gritar, ya que el hechizo podría desactivarse si se alzaba demasiado la voz, lo miré molesto pero él sólo rió y me besó sin dejar de moverse y apretar mis pezones.

Mi cuerpo estaba totalmente perdido en el placer y sentí que me desmayaría, Ben casi nunca me besaba, pero cuando lo hacía, mi cuerpo prácticamente gritaba de placer y quería más.

—Ya casi, cariño, hora de llenarte—susurró antes de levantarme y darme la vuelta para volver a penetrarme y nuestros rostros quedaron a milímetros de distancia.

Era la primera vez que nos veíamos así durante el sexo, fue tan inesperado...tan...agradable.

Sentí que se corría dentro de mí, lo que hizo que tuviera un orgasmo mucho más fuerte de lo que había experimentado.

—Te amo, Roni—me susurró—. No dejaré que nos separen.

Lo abracé tratando de relajarme luego de semejante actividad, no habíamos tenido tiempo para conversar de nada en los últimos días, cada vez que tratábamos de hablar a sola casualmente alguien aparecía y se entrometía.

Sólo nos dejaban en paz cuando nos veían peleando, sobretodo porque yo le lanzaba lo primero que tuviera a la mano y muchos huían asustados, sobretodo después que me vieron levantar el sofá.

Aunque así me aseguraba de "justamente" agarrar algo grande o pesado y lanzarlo contra Ben que al esquivarlo, causaba daños a la pared o lo que estuviera detrás no saldría airoso, por lo que las "peleas" cerca de mi cuarto o del suyo apuntaban casi siempre a las cámaras escondidas.

—...Ya casi encontraremos al circo ¿Qué haremos?—le pregunté en un susurro.

—Dudo que nos dejen unirnos a ellos—respondió acariciando mi espalda—. Después de todo somos sus enemigos, pero podremos intentar advertirles del peligro, sobretodo a ese hombre de pelo plateado.

Asentí recordando que el Comandante nos informó que debíamos atrapar o si es necesario matar al hombre que nos atacó durante nuestro fallido intento de captura, al parecer era un hombre bestia de clase S, muy poderoso y peligroso que quería asesinar a la Sacerdotisa Mayor, por lo que debíamos acabar con él antes de que volviera a atacarla.

De pronto alguien llamó a mi puerta, asustándonos.

—Rohan ¿Estás ahí?

Era la voz de Clarisse ¡Y estaba tocando la puerta del baño!

Ben rápidamente me levantó y se escondió detrás de la puerta, yo me puse una toalla y se me ocurrió una idea, me mojé un poco el cabello y saqué una botella redondeada de shampoo que también mojé y abrí la puerta de golpe con cara de enojo, al verme sólo con una toalla pegó un brinco por la sorpresa.

 —¡¿Q-qué haces?!—exclamó.

—Yo debería preguntarte lo mismo ¿Por qué estás en mi cuarto a esta hora?—gruñí.

—Y-yo...pensaba en traerte algo de comer—dijo desviando la mirada muy roja.

Una mentira tan obvia que sólo podía significar una cosa.

Estuvo tratando de espiarme, seguramente por los micrófonos o directamente escuchando detrás de la puerta.

—¡P-pero eso no importa!—exclamó avergonzada—. ¿Por qué no me contestaste y por qué estás así?

—Porque estaba masturbándome, en mi baño, a una hora donde nadie vendría a molestarme—lo dije tan seriamente que se quedó en shock por unos instantes antes de ponerse roja.

—¡¿Qué?! ¡¿Y por qué no cierras la puerta si vas a hacer eso?!—exclamó entre avergonzada y enojada.

—Repito, este es mi cuarto, este es mi baño y a esta hora se supone que no hay nadie molestándome—dije cruzándome de brazos, mostrando la botella—. Así que ¿Me vas a decir por qué estás aquí interrumpiendo mi privacidad y mi juego sexual?

Ella se puso roja y se disculpó antes de salir corriendo, cerré la puerta y Ben estaba haciendo todo lo posible por no reírse.

—Pfff jajajajajaja Ay...la próxima vez usemos esa botella, jajajaja tengo ganas de ver hasta dónde jajaja te la metes...jajaja.

Y le di un buen puñetazo antes de sacarlo de mi baño.

—Hijo de puta—gruñí cerrando la puerta.

Escuché la risa de Ben y se fue sin ninguna pena desnudo y sonriendo, tal y como vino esta noche.

____

(Pv Kaito)

—Ya deja de quejarte.

—¡Es que me duele todo!

—Sólo tómate esto y el dolor se reducirá.

Lu me veía muy molesto y avergonzado luego de que al despertar se encontrara con el efecto secundario de tener sexo salvaje la primera vez, dolor, dolor y más dolor.

—Bueno, ve el lado positivo, ya eres un hombre hecho y derecho—le dije en tono burlón pero sólo gruño antes de esconder su cara en la almohada—. Iré a ver dónde anda la mocosa, hoy deberíamos poder entrar a la ciudad.

Iba a levantarme pero sentí un pequeño jalón en mi camisa y vi que me sujetaba.

—...Oye ¿Realmente así se siente tener relaciones?—me preguntó todavía con su cara oculta.

—Bueno, si quieres algo más romántico puedes tener una cena con tu pareja, poner flores y música romántica...al menos así decían algunas chicas que querían que fuera su primera vez—expliqué—. Curiosamente ya tenían más experiencia que yo—me reí, pero él se quedó callado—. Lo siento, creo que no debí decir eso.

—.....Creo que ahora entiendo por qué mi matrimonio no funcionó—susurró—. Sólo tuvimos relaciones durante la primera semana de casados, siempre me dijeron que el sexo era para procrear pero que no debíamos tener demasiados hijos para que la magia no disminuya en la familia.

—¿Ah? Eso no tiene ningún sentido—repliqué—. Sí, el sexo es para procrear, pero también para disfrutar, cuando tienes la confianza con tu pareja pueden hacer cosas que no harías con otra persona, antiguamente se creía que si una pareja no tiene relaciones, esa relación no iba a durar.

Se quedó callado, seguramente se sentía mal por lo de la madre de Lari.

—Yo...realmente asumí que mi esposa y yo estábamos bien, pasábamos todo el día juntos, salíamos y dormíamos juntos—susurró—. Pero creo que no vi que estaba aburrida de mí.

—Bueno, si no te dijo tampoco lo ibas a saber—insistí—. No eres adivino y una relación es un juego de dos personas.

Levantó un poco la cabeza y me miró sorprendido.

—Nunca pensé que ibas a decir algo tan profundo—dijo en un ligero toque divertido.

—Oye enano, tengo bastantes años de vida—aseguré—, los humanos tenían un refrán que decía "Más sabe el hueco por viejo que por hueco"

Rió un poco antes de que la puerta se abriera y entrara la mocosa, llevaba un vestido de flores azules y dos trenzas, pero llevaba un cubrebocas y unas orejeras azules.

—¡Buenos días papis!—saludó sujetando el conejo de peluche que Cronos le regaló y a Isabel con un moño a juego alrededor de su cuello (En serio ¿Cómo demonios le pone eso en la cabeza?)

—Buenos días, Lari ¿Por qué llevas eso en la cara?—le preguntó su padre.

¿Acaso no sabe lo que es un cubrebocas?

—Los adultos están enfermos—explicó—. Cuando salimos del salón habían muchos diciendo ¡Ay me duele! ¡Ay mi gaganta!—se puso a hacer poses dramáticas como si tratara de mostrar cómo estaban los demás fuera de nuestro cuarto—, el tío Cronos caminaba con las patas afuera—separó sus piernas y caminó como pingüino—, también tenía voz chistosa—y puso la voz más gruesa—. Así que la Maestra nos llevó de vuelta y nos puso cubebocas para que no se nos pegue nada y orejeras para estar calentitos

....Me parece que Snow debería recibir doble paga.

Por cierto ¿Desde cuando la mocosa es la expresiva y parlanchina? apenas le había logrado sacar unas cuantas palabras durante las clases ¡Y hasta habla mejor!

—Creo que la escuela es mejor de lo que pensaba—dije.

—¿Papi también está enfermo?—preguntó acercándose a él.

—Un poco, cariño—dijo avergonzado.

—Cronos debe tener una medicina para ese tipo de enfermedades—dije antes de levantarme—. Iré a traerte un poco.

—Gracias—dijo antes de mirar el peinado de la niña—. Se te ven muy lindas.

—¡La maestra me las hizo!—exclamó muy contenta—. Dijo que tengo un cabello muy lindo y me dio cositas para cuidarlo.

Salí del cuarto dejando a la niña mostrando una bolsita que tenía en el bolsillo, en el pasillo estaban los niños corriendo y jugando por todas partes aprovechando que la mayoría de los adultos estaban tomando pociones para el dolor.

—Ay...me duele todo—se quejaba el chico con alas ¿Icaro? ¿Hermes? La verdad no me he molestado en acordarme sus nombres.

Buenos días—me saludó Lady al verme entrar a la cocina, era de las pocas que se veía totalmente normal.

—¿No tuviste algún juego anoche?—le pregunté divertido pero ella me miró molesta—. Vale me callo.

—"Me alegra que tu relación con Leo haya mejorado"—escribió ella.

—Bueno, algo así—comenté—. Ya con él será el inicio de mi harem—dije levantando el pecho orgulloso—. Pronto tendré más, incluso si quieres te daré una opor...

¡CLANG!

¡AAAAAYYY!

¡Me acaba de lanzar una taza de metal!

—"Por hoy fingiré que no leí tus labios"—escribió poniendo alrededor de esas palabras algunas groserías y un muñeco de mí ahorcado.

—Hola chicos—saludó Cronos tomando una poción, tenía ojeras oscuras y se veía muy pálido,  no caminaba raro, pero ni siquiera se sentó.

—Ya veo que todos aprovechamos la noche—me burlé antes de extender la mano hacia él—. Dame una de esas pociones, Lu la necesita.

Me miró sorprendido por un segundo antes de acercarse a mí.

—¡¿Así que ya lo hicieron?! ¡¿Cómo estuvo?! ¿Fuiste amable? ¡Cuenta, hombre!

Maldito chismoso.

—Luego te cuento, dame la poción que ya se hace tarde—gruñí.

—¡¿No vas a presumir?!—me preguntaron los dos (Bueno Lady lo escribió con signos de exclamación)

—Váyanse a la mierda—gruñí—. La poción, ya.

—.....Wow realmente has madurado—dijo antes de darme una de las botellas con líquido rosa.

Me levanté y volví a mi cuarto, los niños seguían corriendo por todas partes aprovechando que sus padres seguían quejándose del dolor o regañando a Cronos por no traer las pociones.

Volví al cuarto, le di la poción a Lu y volví a darle clases a Larisha sobre la magia, lo bueno es que aprendía rápido y como ahora compartía su poder con su padre sus poderes se estaban estabilizando.

—Mmmm a ver, ven conmigo—dije antes de cargarla—. No me tardo.

—¿A dónde van? —preguntó Lu saliendo del baño con ropa limpia, aunque todavía caminaba como pato.

—Le buscaré un catalizador antes de que vayamos a la ciudad—respondí antes de irme.

Llamé a los pocos adultos que se estaban recuperando para que ayudaran a vigilar a los niños y abrí la puerta para salir. 

Enseguida una manada infantil casi me tumban y el mocoso zorro se subió a mi hombro al ver a Larisha.

—¡Tavi juguemos! 

—Ahora no—gruñí poniéndole de nuevo la capa—. Y tápate las orejas que se ven.

Me sacó la lengua pero no se bajó de mí ¡¿Por qué demonios los niños se me pegan si no me gustan?!

Fui al bosque donde Lu encontró su bastón, pero llevé a los mocosos al río.

—Veamos, un buen catalizador podría ser de metal—dije dejando a ambos en el suelo—. Ahora que lo pienso ¿Qué clase eres tú, enano?

Case A—respondió.

...Mmmmm si estos dos se relacionaran podrían ser una pareja poderosa.

—Veamos—metí las manos en el río y lancé un hechizo de detección, debería haber un buen material como metal o rocas fuertes.

....Creo que no hay mucho por aquí.

—Vamos, todos a lavar lo que falta para tener el mínimo de ropa sucia—escuché decir a Cronos mientras me iba con los mocosos río arriba mientras jugaban corriendo a mi alrededor, volví a meter las manos un par de veces al río y por fin pude sentir un catalizador en alguna parte del río.

—Esta parte de muy profunda—dije viendo que parecía haber un espacio de agua casi de mi tamaño—. Ustedes dos, no se muevan, Isabel, crea la barrera.

Isabel se bajó y rodeó a los niños creando una barrera protectora, así que levanté mi mano abriendo el portal de mis serpientes.

—¡Ven a mí, Ana!

La enorme anaconda salió y se metió al agua 

—Busca un metal raro—le dije y se sumergió.

—¿Por qué no puedo jugar con Ana?—preguntó Larisha.

—Porque no controla su fuerza y puede matarte si te aprieta—respondí directamente

Mejor decirle sin tantas vueltas a que se confunda y se meta en problemas. 

Ana salió del agua con una piedra pequeña, la tomé y la examiné rápidamente.

—Mmmmm no era lo que esperaba.

—¿Qué es eso?

Lu se acercó a nosotros y vi que los demás adultos ya estaban saliendo de la carroza con más ropa y hasta con cañas de pescar.

—Un trozo de plata, debió de caerse de la ciudad, aunque no es gran cosa, puede ser un buen catalizador—expliqué antes de agacharme frente a Larisha—. Usa tu magia en esta piedra y luego acerca tu gema.

—¿Y para Zulia? —preguntó

—Ya le buscaré algo—me quejé—. Primero tú.

—Mmmmm ok—dijo tomando la pequeña piedra que le pasó, le dio un poco de magia y esta brilló levemente, luego se quitó la gema con forma de luna de su cuello y la acercó.

Ambos comenzaron a brillar y comenzaron a fusionarse hasta formar un cetro.

—¡Wuahhhh!

—¡Que bonito! —exclamó Zulia

—Es bellísimo—dijo Lu.

—Estoy sorprendido que los dos hayan formado buenas armas usando cosas tan sencillas—comenté—. Normalmente se requiere un material resistente para hacer catalizadores de calidad, pero parece que ustedes literalmente pueden controlar su magia con cualquier cosa.

—¡Atención a todos! —gritó Cronos llamando la atención de todos, así que guardé a Ana e Isabel se subió a los hombros de Larisha—. Acaba de llegar un mensajero de la Isla Obsidiana, mañana a primera hora nos dejarán entrar, así que debemos tener todo listo, tenemos que dejar todo impecable.

—Niños, vamos a aprender a lavar ropa—dijo Snow acercándose a nosotros—. Leo, Snake, estaremos cerca de la carroza, por si acaso.

—Gracias Snow—dijo Lu antes de mirarme—. Ve a traer toda la ropa sucia que tengamos.

—¿Qué soy tu criado?—pregunté molesto.

—¿O prefieres ser el que lave?—preguntó en tono burlón.

Rápidamente subí a la carroza, entré al cuarto y saqué toda la ropa sucia que encontré, incluyendo las sábanas.

Recogí todo y salí rápidamente, le entregué la ropa a Lu y me senté cerca de los niños, que lavaban pañuelos o fundas.

—¿Mn?

Me fijé que Larisha tenía unos zapatos con algo de tacón que aunque estaban lustrados, se notaba que estaban rayados y la suela desgastada, parece que eran zapatos de sirvienta pero claramente no eran adecuados para el lugar donde estábamos.

Tal vez debía comprarle unos zapatos nuevos

Pero mientras pensaba en eso, sentí que me levantaban la camisa y algo mojado.

—¡Ahhh! ¡¿Pero qué?!—exclamé cuando vi a la mocosa tratando de frotar el pañuelo en mi estómago.

—¡Tavi! ¿Qué estás haciendo?—preguntó Snow llegando rápidamente—, les dije que buscaran una tabla de lavar.

—Papá Atem tiene taba—dijo como si nada señalándome—. Tías dicen que tiene taba de lavar.

Cronos y los demás se taparon la boca tratando de no reirse, incluso Lu trataba de no reírse mientras la agarraba.

—Tavi, esa tabla no sirve—dijo Cronos sacando una tabla de lavar de su túnica—. Se te va a ensuciar la ropa si usas esa, toma, esta es mejor.

—¡¿Disculpa?!—exclamé molesto mientras ella tomaba la tabla y se iba a lavar con los demás mocosos.

—No es mentira—se burló Cronos sacándome la lengua.

Lu me agarró y me hizo ayudar a tender la ropa antes de que golpeara al pendejo ese.

—Ahora que lo pienso ¿Dónde está la ciudad? —preguntó Lu para desviar el tema—. No veo edificios por aquí.

—¿Mn? Ah cierto, nunca has visto una ciudad flotante—comenté de mala gana—. Lo verás mañana.

____

(Pv Lucius)

¿Ciudad Flotante?

Kaito no me quiso decir nada más en el resto del día y no tuve mucho tiempo para preguntar, ya que estuvimos ocupados lavando, limpiando e incluso almacenando comida, los niños después de lavar, fueron a recoger leña, algunas hierbas y hongos comestibles, realmente estuvimos muy ocupados hasta el anochecer y después de recoger la ropa, prácticamente todos nos fuimos a dormir temprano.

Una serie de campanas sonaron en algún punto de la madrugada, lo que hizo que recordara mis tiempos de mayordomo y rápidamente me levanté, tendí mi cama y fui a bañarme, cuando me puse el uniforme de mayordomo, Kaito ya se había despertado.

—Oye, no es necesario que te pongas eso—se quejó cargando a Lari que me miraba enojada por levantarla.

—Lo siento...lo..lo hice sin pensar—dije al darme cuenta de lo que hice.

—Agh, voy a bañarme—gruñó molesto dándome a Lari.

Cuando terminó, bañé a Lari y le puse uno de los vestidos que mi madre nos dejó, por lo que dejó de hacer pucheros y se puso muy contenta cuando fuimos a desayunar.

—Perfecto, todos se levantaron temprano—dijo Cronos al vernos—. Sólo tomaremos avena para desayunar, es mejor no tener el estómago tan lleno cuando subimos.

Todos tomaban de sus tazones mientras yo pensaba en sus palabras y las de Kaito ¿Realmente había una ciudad flotando en el cielo?

—La verdad es que hace tiempo que no venimos a este lugar, no me extraña que tardaran tanto en darnos la autorización—decía Hefesto—. Lo bueno es que podremos dormir cómodamente, bueno si nos dan la misma casa que nos dieron hace cinco años.

—¿Una casa para todos? —pregunté.

—Si, Cronos logró convencerles que nos dejaran dormir en una casa grande, después de que la limpiáramos la usamos para vivir una semana y cuando nos retiramos la pudieron usar para otra cosa—me contó—. La verdad es que es la forma más rápida de cruzar el continente sin que nos descubran.

Iba a preguntarle si entonces la ciudad se movía cuando de pronto nuevas campanadas se escucharon y Cronos comenzó a gritar.

—¡Todos a sus habitaciones! ¡Ya vienen por nosotros!

—Lo entenderás muy pronto—aseguró Hefesto bebiendo lo que le quedaba de avena antes de irse.

—Vamos Lu—me llamó Kaito tomando la avena de un sorbo antes de agarrar a Lari y llevándosela con todo y tazón. 

—¡Los que no hayan terminado pueden llevarse el plato! ¡Pero no dejen que se rompan como la ultima vez o tomarán sopa de sus manos!—exclamó Gwen, haciendo que casi todos se tomaran todo de golpe y se fueran sin nada.

Yo tomé todo, por suerte no estaba tan caliente pero el líquido caliente entrando de golpe en mi estómago se sintió terrible.

Seguí a todos afuera y al llegar a mi cuarto, cerré la puerta y me acerqué a Kaito y Lari que miraban por la ventana. 

Entonces vi que algo se acercaba a nosotros con los primeros rayos del amanecer, parecía una especie de animal volador pero ¿hecho de metal?

—¿Q-qué es eso?—pregunté sorprendido.

—No-no tengo idea—respondió Kaito igual que yo.

Pero antes de darnos cuenta, el ave tomó la carroza con sus garras y la levantó haciendo que nos agitáramos y cayéramos al piso.

—¡Papis, estamos volando! —gritó Lari corriendo hacia la ventana.

—Debieron decirnos que nos pusiéramos cinturones—gruñó Kaito creando una barrera sobre nuestras cosas para que no se cayeran.

No sabía lo que era eso, pero estaba más sorprendido porque esa cosa nos levantara, así que corrí hacia la ventana para ver mejor. 

Realmente....estamos...volando....¡Estamos volando!

El suelo se alejaba más y más de nosotros, para dar paso al cielo azul, el bosque se quedaba a nuestros pies, creando una especie de alfombra verde debajo, se veía el desierto, pero también se podía ver un poco de azul en tierra ¿Un lago?

No estaba seguro, pero el hecho de estar tan arriba, lejos del suelo, me daba una sensación extraña, mi pecho saltaba emocionado.

—¿Pasa algo?—me preguntó Kaito.

—N-no estoy seguro—dije tocando mi pecho—. Siento algo extraño aquí, como si quisiera saltar y gritar...que extraño.

—Tal vez sea euforia—dijo tranquilamente—. Es la primera vez que tus pies se alejan del mundo que conoces, estás sintiendo lo que es la libertad.

—¿Libertad?—pregunté.

—¿Sabes? Aunque sabes muchas cosas también desconoces mucho—dijo en tono burlón.

—Perdón por mi ignorancia—gruñí, pero él se rió y me sacudió el cabello.

Ese gesto...se sintió realmente agradable, era amable pero seguía siendo algo tosco, tal como solía ser.

La verdad, me alegró que lo hiciera...o que me lo hiciera.

—Mira, se puede ver el mar—señaló el lago—. Dicen que nuestro mundo está totalmente rodeado de agua salada, unas 3/4 partes de agua cubre la Tierra. 

—¿El mar? —pregunté asomándome un poco más.

—La verdad creo que cubre más, después de todo el mundo es diferente de cuando se registró ese dato—comentó antes de sonreír—. Mira, vamos a atravesar nubes.

Lari miró antes de gritar de la emoción cuando el pájaro de metal entró en una enorme nube.

De pronto nos vimos rodeados de una intensa niebla, no se podía ver nada aunque Lari gritaba emocionada.

—¡Estamos en las nubes! 

—Tranquila, enana, no te muevas tanto o te vas a marear—dijo Kaito antes de cargarla—. Afuera debe hacer mucho frío, también la gravedad será diferente, así que no se muevan demasiado mientras se acostumbran.

Iba a preguntarle cómo sabía, pero recordé que durante la batalla parecía moverse en el aire con tanta gracia que parecía que simplemente estaba jugando.

...En cambio yo...estaba escondido llorando por no ser capaz de hacer nada. 

Dejando de lado a la Sacerdotisa Mayor y a los militares, había un mundo mucho más grande de lo que alguna vez hubiera imaginado, realmente no sabía nada.

—Kaito, ¿Puedes enseñarme a pelear?

Él me miró sorprendido, como si le hubiera dicho alguna grosería.

—¿La altitud ya te afectó el cerebro?

—No es eso, es que...realmente no sé nada del mundo, sólo sé hacer las cosas de un mayordomo, pero ahora...ya no lo soy...todo lo que sabía...ya no sirve en este mundo.

—Eso no es cierto, limpiar, cocinar, lavar, ser sociable, atender invitados, incluso sabes hacer cuentas mejor que muchos aquí—aseguró antes de jalar mi chaqueta de mayordomo—. Es sólo que todavía no te adaptas a tu nueva vida—asentí resignado—, pero sabes de medicina básica, te llevas bien con todos y en el comedor todos están contentos—no estaba seguro de si realmente eso era un logro—, además ¿Sabes qué has logrado más rápido que nadie e incluso tu hija ya lo aprendió?—lo miré extrañado—. Aceptaste a las Bestias como tus iguales a pesar de haber sido criado para odiarlas.

Me quedé sorprendido.

¿Acepté a las Bestias?

Ahora que lo pienso ¿Había tratado a alguien diferente por ser parte de las Bestias?

...No, sólo la primera porque me sorprendió, pero...comencé a tratar a todos por igual, estaba tan concentrado en encajar que no me di cuenta que hablaba con todos como si nada, nunca rechacé a nadie, incluso dejé que Lari jugara con Zulia y ella  jugaba con él como con los demás niños, puede que incluso fueran más unidos.

—Eso...

—El que hayas hecho eso, es más de lo que muchos magos han logrado, ya los viste en el pueblo ¿No?—preguntó—. Tuvimos que traer al mocoso porque la gente lo rechazaba, lo viste asustado de todos, pero Larisha lo aceptó como si nada, ahora no paran de llevarse bien.  

Lari nos miró confundida.

—¿Están hablando de Zulia?—preguntó—. Zulia es muy lindo, me deja peinar su cola y salta muuuuy alto.

—Creo que ese enano también necesita algunas clases—se quejó Kaito—. Bueno, ¿Te das cuenta de lo mucho que cambiaste? Claro que puedo enseñarte un poco a pelear, aunque creo que deberías darte cuenta de lo mucho que sabes y que has aprendido.

Le di las gracias y los rayos del sol volvieron a iluminarnos hasta salir de las nubes.

Entonces, frente a nosotros, apareció un enorme cúmulo de tierra flotando gracias a una serie de hélices de gran tamaño, se podían ver caídas de agua por varios lados y a medida que el ave subía vimos una enorme ciudad, edificios de piedra de color blanco con árboles de un color violeta sorprendente, canales de agua con pequeñas barcas, también había una segunda isla un poco más pequeña sujeta con cadenas y puentes, en esta habían sembradíos que se alzaban de un color dorado brillante como nunca había visto.

Pero lo más sorprendente era que habían más aves de metal volando por los alrededores de las islas, parecían más pequeñas pero se podían ver personas volando sobre estas o dentro de carritos que las aves llevaban en las patas.

Bienvenidos a la Isla Obsidiana—se escuchó la voz de Cronos en los parlantes —. No olviden tener a mano sus documentos para el registro, Leo, los tuyos y los de Tavi te los doy antes de bajar, igual para ti, Kaito.

El ave comenzó a acercarse a una zona plana y vimos a un grupo de personas que usaban trajes coloridos y bastones con gemas mágicas, cuando la carroza fue dejada en el suelo, traté de abrir la puerta pero sentí que me costaba respirar.

—Tranquilo, camina despacio, no estás acostumbrado a tanta altura y el aire es distinto aquí—dijo antes de hacer aparecer una esfera parecida a una burbuja alrededor de nuestras cabezas. 

Tomé la mano de Lari y seguí a Kaito con cuidado, aunque el viaje no fue tan aterrador, la idea de caminar sobre una roca flotante a kilómetros del piso no me agradaba para nada.

En el pasillo se estaban ordenando en un lado mientras Cronos con una burbuja similar revisaba que todos tuvieran sus documentos, al llegar con nosotros nos dio una tarjeta con nuestros nombres.

Nombre: Leo De Orinoco

Origen: Isla Tornasol

Clase: Clase B

Estado Civil: Casado

Estatus: Refugiado

—Se ve muy realista este dibujo—dije viendo mi retrato muy bien detallado.

—Sansón tiene la habilidad de copiar imágenes que haya visto en objetos planos—explicó divertido—. Es de mucha ayuda cuando necesitamos guardar imágenes de algo.

—Eso es increíble—dije al ver mi antiguo yo reflejado en la placa—. Por cierto ¿A qué se refiere con Refugiado? —pregunté al leer la leer la placa—. Cronos, mi clase no es...

—Tu nivel de magia es más alto y levantarías sospechas si eres un clase C—explicó antes de señalar el estatus—. Al ser refugiado significa que no eres bienvenido en tu isla, por lo que no te investigarán demasiado.

—¡Oye! ¿Por qué el mío dice que estoy casado?—preguntó Kaito molesto.

—Es cierto, el mío también lo dice pero...—traté de decir pero todos nos miraron con cara de molestia.

—Ustedes son idiotas para ciertas cosas—se quejó Hermes—. Casados...entre ustedes.

—Por algo tienes el apellido del serpertino—se quejó Ícarus. 

—No los dejarán estar juntos si no dicen que están casados—dijo Cronos—. Hasta lo comenté ayer.

Nos miramos confundidos ¿Cuándo dijo eso?

—Mira mejor digan que son pareja y ya—dijo Cronos antes de ir a la puerta—. Abriré la puerta en 3, 2...1.

Cuando la puerta se abrió, un fuerte viento entró con fuerza sacudiéndonos casi hasta tumbarnos.

—¡Sujétense fuerte!—gritó Cronos antes de salir seguido de Sansón.

Iba a gritar que era imposible caminar, pero sentí que algo me sujetaba por la cintura y vi que era Kaito quien cargaba a Lari y me sujetaba con la cola.

Los demás fueron saliendo hasta que fue nuestro turno, afuera el viento ya no estaba tan fuerte, al parecer estábamos en una especie de barrera que evitaba que saliéramos volando, pero igual mi estómago parecía estar apunto de salir de mi cuerpo junto con mi corazón.

—Ve tú primero, te vigilo desde atrás—dijo Kaito antes de que Sansón cerrara la puerta y le dijera algo al oído—. Agh, de acuerdo—y escondió su cola.

Me sujeté a un barandal y caminé tratando de no mirar abajo, aunque la imagen del cielo y un mar de nubes hasta donde alcanza la vista era muy bonito, la idea de caerme me aterraba más que las ganas de mirar.

—¡Todos por acá para revisar sus documentos!—se escuchó frente a nosotros.

Nos llevaron a un edificio de roca blanca donde Cronos mostraba su identificación a un hombre casi tan alto como Sansón pero mucho más enojado.

—Hasta que te dignaste a regresar—gruñó el hombre.

—Lo siento, cada vez es más difícil encontrar la isla sin una brújula—se disculpó tratando de calmar su cabello rubio que se alzaba por el viento—. Se nos rompió hace tres años y mi mecánico no tenía los materiales para repararla, tuvimos suerte de localizarlos esta vez.

—Compra una y tengan cuidado la próxima vez—gruñó.

—...¿La puedo pagar con dinero?—preguntó un poco nervioso.

El hombre lo miró de forma burlona pero en eso Sansón llegó y abrazó a Cronos.

—La Ley de equidad no aplica para él, hermano—gruñó.

—Cuidado con lo que dices, bastardo—respondió muy enojado—. Tú decidiste abandonarnos por un enano mestizo.

—Ya entiendo—dijo Kaito antes de tomar mi mano—. Diles que adopté a Lari cuando nos casamos.

—¿Eh?

—Parece que aquí no les gustan los mestizos—explicó—. Si decimos que Lari es mi hija de sangre la tratarán mal, puedes decir que este es tu segundo matrimonio, con eso bastará.

Entiendo.

Cronos trató de sonreír para calmar el ambiente y después de que revisaran sus papeles siguió su camino mientras Sansón vigilaba al resto, pero no pude evitar ver que los hombres miraban a Cronos de forma morbosa.

Si así lo ven estando casado, no quiero imaginar cómo sería si dijera que estoy soltero—pensé.

Pero no tuve que imaginar demasiado, cuando Hefesto pasó uno de los hombres le dio una nalgada sin ningún pudor, el chico se puso pálido y salió corriendo.

Asustado miré a Lady temiendo que también la acosaran, pero para mi sorpresa ni siquiera la notaron al igual que a Snow.

—¡Siguiente!

Nervioso, me acerqué y mostré mis documentos y los de Larisha, el hombre me miró de arriba abajo antes de fijarse en Kaito que cargaba a Lari.

—¿Es de ambos?—preguntó de mala manera señalándola.

—E-ella es de mi primer matrimonio—dije un poco molesto.

—¿Es mestiza?

—No—dije luchando por mantener la calma antes de poner mi mejor sonrisa de mayordomo—. Mi difunta esposa era una maga de clase B al igual que yo, soy de la isla Tornasol, mucho gusto.

Me miró sin muchas ganas y me devolvió los documentos con un sello, luego Kaito entregó los suyos siendo recibido de mala manera.

—¿En serio un mago se casó con una insignificante víbora?

.....¿Cómo...?

Kaito es un mago de clase S y ¿aún así lo llama insignificante?

—¿Qué puedo decir? Soy bueno en la cama—dijo tapándole los oídos a Lari.

Eso pareció molestar al hombre y le devolvió los documentos de mala gana. Kaito le dio las gracias y antes de pasar vi que Lari le sacó la lengua al igual que Isabel, me temo que estos dos son un mal ejemplo para mi hija, pero en estos momentos estoy enojado con ese tipejo, así que poco me importaba lo que pensaban

—No te preocupes, suelen dejar a la escoria de la ciudad por aquí, pero adentro no son tan insoportables...si no eres mestizo—dijo Kaito.

—¿Por qué? —pregunté.

—Para ellos los mestizos son desagradables, o eres humano o eres bestia, no se mezclan las sangres—explicó—. Son muy avanzados tecnológicamente, incluso se sienten superiores porque conservan objetos de otros tiempos, ya ves cómo miraron a Cronos, seguramente Sansón viene de aquí y no le hizo ninguna gracia que acosaran a su novio por ser mestizo.

Bajé la mirada pensativo, me temo que no iba a disfrutar mi estancia en este lugar. 

Ahora que comprendí mi forma de tratar a los demás...ver como otros rechazaban a quienes nos trataron bien...me molesta...demasiado.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top