10. Contrato de Sangre...y Algo Más

(Pv Kaito)

—¡Papá! ¡Papá!

Cuando abrí la puerta, vi a la niña llorando (de nuevo) y a su padre desmayado...de nuevo.

¿En serio esta familia disfruta enfermarse y llorar?

Ahora voy a tener que lidiar con Lu enfermo.

—Voy por los...¿Eh? —iba a irme ya molesto, pero entonces vi algo saliendo del cuerpo de ambos.

¿Luces? No...Magia...

Magia fluyendo de la niña hacia su padre.

¡Ay no!

¡¿Hicieron un contrato de sangre?!

Fui corriendo a buscar a Cronos y cuando le dije todo fue un caos.

Lady vino corriendo a sanar a ambos mientras Cronos me entregó a Tavi para que no se alejara demasiado. 

—Papá Kaito ¿Papá está bien?—me preguntó.

—No hace falta que me digas así en el cuarto—dije—. Pero dime Tavi ¿Qué pasó antes de que llegara?

—Papá estaba tiste y le dije que era bueno—me contó.

Eso no es una explicación.

— ¿Por qué estaban manchados de sangre? —pregunté viendo sus dedos ya vendados.

—Me piqué con la guja—dijo mirando su vestido.

—Supongo que trataste de arreglarlo—ella asintió.

Para cuando Lady terminó, pude entender que Lu le hizo una promesa y al parecer se cortó los labios y besó las manos de la niña, mezclando la sangre de ambos.

....¿Fue un accidente o una mala broma del destino?

Miré a Lu bañado en fiebre con varias toallas frías para bajarle el calor, con algo de suerte despertará esta noche mientras su cuerpo se adaptaba a los cambios.

—Kaito—me llamó Cronos pero yo ya sabía lo que iba a decirme.

—Si, cuidaré a la niña y no saldré de aquí—respondí de mala gana.

—...Iba a decirte que me ayudaras a destapar el baño pero ¡Hey! Gracias por ofrecerte—dijo levantando los pulgares.

Lo miré muy molesto ¿En serio se iba a poner con esas estupideces justo ahora?

—Oye había que relajar un poco el ambiente—se excusó—. Me temo que vas a estar más pegado a estos dos de lo que esperaba.

—Ya lo sé—gruñí—. Tampoco es como si pudiera escapar de todos modos.

—¿Por qué no admites que te caen bien y ya? —preguntó Cronos molesto—. Le diste a la niña una de tus serpientes cuando no dejas que nadie las toque, hasta la dejas bañarla y ponerle un moño, cuando Leo dijo que olías mal, te arreglaste cuando jamás te importó lo que un hombre opinara de ti, cuando estuvo enfermo y salía del cuarto delirando creyendo que estaba en la casa de su Amo, fuiste a traerlo devuelta ¡Hasta estás cuidando a Tavi cuando odiabas a los niños! Y ahora está tan tranquila en tus brazos y no sólo entendiste lo que dijo sino que ahora está dormida en tus brazos.

Miré y vi a la niña dormida en mis brazos sujetando a Isabel.

....Rayos.

—Estoy jo...estoy en problemas—me quejé.

—Yo creo que son un buen equipo—sonrió Cronos—. Dale una oportunidad, puede que te guste una relación con un hombre.

Quería decirle que ni loco tendría sexo con un hombre...pero aunque ninguno lo supiera, cuando Lu estaba enfermo tuve que dormir con él para que dejara de escapar...

¡Maldita sea! ¡Hasta dejé que me mordiera los dedos para que se callara mientras dormía!

...Si...estoy jodido.

____

(Pv Lucius)

Abrí los ojos luego de lo que pareció un largo sueño, pero no recuerdo haberme quedado dormido.

—¿Qué pasó?

—Hasta que despiertas.

Vi a Kaito mirando por la ventana, afuera todo estaba oscuro y parecía moverse...¿Moverse?

—¿Qué hora es?—pregunté tratando de levantarme.

—Alto, no te muevas—me dijo—. Y tampoco hagas tanto ruido, ya está dormida—señaló la cuna donde dormía Larisha—. Tenemos mucho de qué hablar.

Me sentía mareado, pero cuando me acomodé en la cama noté que sólo llevaba ropa interior y tenía bolsas de hielo por todas partes que ya estaban calientes.

—¿Qué me pasó?

—Hiciste un contrato de sangre con tu hija— respondió—. Es un hechizo de lealtad que se hace usando la sangre de dos magos de diferentes clases.

—¿La sangre? 

—Por lo que entendí, Larisha se pinchó con la agua, luego tú tenías sangre en la boca y cuando besaste sus manos se mezclaron—explicó—. No hubiera pasado nada sino fuera por que le juraste algo.

—¿Ju...? Ah...le dije que ayudaría a detener esta guerra para que volviéramos con mi madre—respondí confundido.

—Bueno, al hacer eso hiciste un contrato de sangre, le juraste a tu hija que la protegerías y ella aceptó—explicó rascándose la cabeza—. Un contrato de sangre, consiste en que el mago más fuerte le da poder al más débil no sólo para cumplir esa promesa sino para protegerlo, casi siempre se hace entre magos con un nivel de diferencia.

—¿U-un nivel de diferencia?—pregunté preocupado.

—Exactamente, si hay mucha diferencia la persona de nivel bajo puede morir—explicó acercándose hasta quedar a unos centímetros de mi cara—. Y tú amigo, le hiciste un juramento a una niña de clase S siendo de clase C, si ella fuera una adulta, habrías muerto antes de desmayarte.

Tragué saliva sintiendo que me caía un peso terrible en el estómago ¿Morir? ¡¿Por un accidente que no sabía que podía ocurrir?!

—¿Por qué? Sólo quería decirle que la protegería—insistí.

—Oye no me mires a mí, realmente pensé que lo sabrías, recuerdo que muchos Amos hacían que sus sirvientes hicieran esos juramentos para asegurarse su lealtad—se quejó antes de sentarse junto a mí.

—Mi Amo es de clase A pero nunca me pidió hacer algo así—aseguré. 

—Mmmmmm parece que tu Amo es mejor persona de lo que pensaba—comentó—. Si un clase A hace un juramento con un clase C podría vivir pero estaría un día o dos enfermo unos días, luego su magia se estabiliza y pueden tener una vida normal a menos que traicionen a su Amo, en ese caso morirán en el acto.

No sé si estoy mareado por el miedo o por el malestar en sí.

—Volviendo al tema, en estos momentos tu nivel de magia está inestable—sacó de su bolsillo una piedra mágica que se solía usar para controlar el exceso de magia de los niños de niveles superiores—Sujétala. 

La tomé y comenzó a brillar, sentí que la magia de mi cuerpo era absorbida, pero no demasiado.

—¡Wuah! —exclamé sorprendido.

—Es la magia que te está dando Larisha para que cumplas tu promesa—explicó Kaito—, el problema es que tu cuerpo no podrá controlarla y podría matarte—tomó un vaso y una jarra de agua antes de llenarlo hasta la mitad—. Imagina que esto es tu cuerpo y el agua es la magia, esto es lo que lo máximo que podrías llenarlo.

Asentí comprendiendo su explicación.

—Los de clase B, llenan el vaso hasta casi rebozar—continuó llenándolo antes de que se derramara—. Los de clase A tienen tanto que se derramaría, por lo que deben liberarla cada pocos días.

Asentí ya inquieto.

—Los de clase S, deben liberar su magia prácticamente todos los días —dijo derramando todo el contenido—. De lo contrario estarán tratando de meter en un vaso de este tamaño unos tres, cuatro o hasta cinco litros—tronó los dedos y comenzó a formarse una burbuja de agua sobre el vaso—. No sólo no pueden controlarla sino que ponen en peligro su vida—el vaso se rompió de golpe dejando el agua flotando—. Si yo muriera ahora y no he gastado mi magia mínimo hasta la mitad, podría provocar una explosión y destruir todo en un radio de tres kilómetros, más o menos.

—¡¿Qué?! —exclamé antes de taparme la boca y mirar a Larisha, por suerte siguió dormida—. Entonces Lari...

—Como todavía es una niña, no hay tanto peligro, los problemas vendrán cuando sea adolescente, por eso es importante educarla desde temprano para cuando tenga esos problemas—explicó —. Antiguamente los magos de clase S tenían un séquito de magos de clase A que a su vez tenían asistentes de clase B, así el de clase S liberaba su magia de dos formas con los de clase A y hacían lo mismo con los clase B, que no sufren tantos problemas.

—...¿De dos formas? —pregunté.

—Bueno...—se rascó la cabeza incómodo—. Ya sabes que se puede gastar magia llenando estas piedras mágicas, pero eso tampoco gasta mucha magia—suspiró—. lo que sí gasta magia en los adultos...es el sexo.

...¿Perdón?

—Así que...para que gastes magia debes...bueno...lo mejor...es que...—tronó los dedos e hizo aparecer una especie de burbuja a nuestro alrededor—. Bueno ya, no sé como coño decirlo amablemente así que te lo diré a la cara para que grites y entres en pánico aquí donde no te escucharán...tú y yo tendríamos que tener sexo....

...Que bueno que puso la barrera.

Antes de darme cuenta perdí la cabeza y me puse a gritar toda clase de insultos que jamás pensé decir.

—¡¿Qué carajos?! ¡¿Cómo maldita sea el sexo tiene algo que ver con la magia?! ¡¿Y cómo crees que voy a hacerlo?! ¡A duras penas lo hice para tener a mi hija! ¡¿Y cómo coño se te ocurre que voy a tener sexo con un hombre?! ¡¿Tienes una puta idea de lo que sufrí cuando pensé que sentía atracción por uno?!

Y así seguí y y seguí diciendo de todo hasta que se me acabó el aire.

—¿Ya acabaste de hacer berrinche?—preguntó molesto.

—...No, pero ya no puedo decir más....¿Y por qué...debo hacerlo contigo?

—Por que soy el único clase S aquí, y si no quieres morir en una semana no tenemos otra opción—se quejó dándome una bolsa llena de piedras—. Cronos me dio todas las vacías que tenemos y gastamos todo lo que pudimos, pero eso no será suficiente.

—¿...Pero...cómo se gasta magia...con eso?—pregunté.

—Bueno, no estoy seguro, nunca nadie preguntó el por qué, sólo nos decían ¿Tienes exceso de magia? Ve a darle a alguien duro contra el muro y Fin—dijo con tanta calma que parecía que le hubiera preguntado sobre la hora—. Y que sepas que a todos les han dicho lo mismo, puedes preguntarle a cualquiera mañana, pero si no hacemos algo ahora, puede que mañana no despiertes.

—...¿Eh?

Él me miró y mientras mi magia era absorbida por las piedras, sentía que iba a desmayarme de nuevo.

¿Hacerlo...ahora?

—No tiene que ser algo completo, al menos hoy no—aseguró—. Pero necesitas excitarte lo suficiente como para agotar tu poder.

—E-E-es que...es-es demasiado—susurré nervioso—. Yo...no sé qué hacer.

Kaito me miró molesto, cuando las piedras se llenaron por completo me quitó la bolsa y las dejó sobre la cómoda.

—Por hoy lo haré por ti, pero más vale que te acostumbres porque hasta que esa promesa se cumpla, ahora estamos pegados, quieras o no—dijo en un tono seco.

—....Realmente no me molesta que sea contigo.

Él abrió los ojos sorprendido antes de mirarme.

—Creí que habías dicho que te daba asco.

—Bueno...al principio sí—admití—. Pero me cuidaste cuando estaba enfermo, has cuidado y entrenado a Lari...hiciste más de lo que su madre hizo desde que nació—me sacudí el cabello incómodo—. Yo...entiendo que es por la situación...y aunque eres molesto, grosero y muy arrogante...

—Gracias por los cumplidos—gruñó de mala gana.

—Oye, no dije mentiras—aseguré con una sonrisa—. Pero aunque seas así...realmente eres una buena persona...no me daría asco hacerlo contigo.

Me pareció ver que su cola se movió por un momento.

—Aunque no creo que pueda hacer mucho hoy...más que la magia, siento que sería mi propio corazón el que explotaría—confesé.

—Muy bien, entonces algo rápido—dijo poniéndose de pie—. ¿Te parece un oral?

...¿Ah?

—Por tu cara ni me entendiste—se quejó mirando al techo—. Esa cabrona ¿Ni siquiera puede educar correctamente a su gente?

No sabía cómo tomarme ese comentario.

—En fin, acuéstate—dijo quitándose la camisa—. Fíjate bien porque tendrás que aprender.

—Va-vale—susurré mirando nervioso la cuna de Lari

Al ver a dónde miraba, rápidamente puso una barrera a su alrededor que tapaba su visión, luego sacó todas las bolsas de hielo y las puso sobre la cómoda antes de ponerse sobre mí.

—No suelo hacer juego previos, pero no tengo otra opción—dijo acariciando mi pecho.

Sentí un escalofrío en mi cuerpo que me sacudió ¿Así se sentía estar abajo? Realmente no tenía muchos recuerdos de mis veces anteriores, así que estaba todavía más nervioso.

—Trata de relajarte—susurró Kaito acariciando mi cuello, mis hombros y mi pecho.

—E-eso trato—susurré sintiendo que me ponía rojo.

—Sólo respira. 

Aunque me pidiera eso, no podía dejar de pensar que estaba haciendo algo malo.

Recordaba la mirada de miedo de mi padre por pensar que me gustaban los hombres y ahora estaba haciendo esto para evitar morir.

—Estás temblando—susurró Kaito.

—L-lo siento—dije tapándome la cara.

Esperaba que continuara, pero en cambio sentí que se levantaba de la cama, lo que hizo que lo mirara confundido.

—Iré a buscar más piedras para ti—dijo acomodándose el pantalón—. No soy tan patético como para hacerlo con alguien que no quiere.

—¿Eh? P-pero ¿Y el exceso de magia?—pregunté nervioso.

—Buscaremos la forma—respondió secamente—. Usa tu magia para enfriar de nuevo las bolsas de hielo y trata de mantenerlas frías.

Por alguna razón, sus palabras se clavaron en mi cuerpo como cuchillas.

Kaito sólo estaba tratando de ayudarme y yo respondía como si me fuera a hacer algo repugnante. 

Rápidamente tomé su mano, lo que lo sorprendió un poco.

—Lo siento, por favor continúa—le pedí mirándolo a los ojos—. Estoy muy nervioso, pero no me desagrada...en serio.

Kaito me miró por un momento, parecía estar luchando internamente sobre lo que haría.

Al final suspiró y se acercó a la cama.

—Haré algo rápido y ya—dijo tomando mi miembro.

Esto me tomó tan de sorpresa que grité.

—¿Te han dicho que gritas como niña?—se burló con una media sonrisa.

—E-Eso fue...p-porque no e-esperaba...—chillé avergonzado, pero era peor el hecho de que mientras hablábamos seguía tocando mi pene de una forma muy rara—. ¿Y- qué estás haciendo?

—Masturbarte—respondió como si nada—. Ayudará un poco.

¿Mastu...qué?

Pero ese movimiento hizo que mi cuerpo se calentara de nuevo, incluso mi pene se estaba poniendo duro.

—Te ves más alegre ahora—se burló.

—N-no te burles, m-mi cuerpo está haciendo esto por tu culp-¡Ah!

¿Q-qué fue eso?

—Jeje parece que ya lo estás disfrutando—se burló moviendo más rápido la mano—. Vamos, nadie más que yo te está escuchando, gime y grita todo lo que quieras.

—N-no puedo.

Mi cabeza estaba dando vueltas 

¿Qué es todo esto?

¿Por qué me siento así?

¿Así fue cuando estuve con Gerata? Honestamente lo dudo, aunque tenga pocos recuerdos de aquella vez, no creo que me pusiera así.

—¿Quieres apostar?—preguntó en tono burlón antes de acercarse y...¡¿Meter mi miembro en su boca?!

—¡¿Qué estás haciendo?!—grité asustado—. ¡Te vas a enfermar!

—Ni que tuvieras una enfermedad—se quejó—. Además, esto es algo normal en el sexo, aprendelo.

¿Es..normal?

Pero todo desapareció de mi cabeza cuando sentí su lengua en mi miembro, nunca había sentido algo tan húmedo en una zona tan...privada, mi cuerpo se sacudía y de nuevo ruidos raros salieron de mi boca.

—¡Ah! ¡K-Kaito!—las palabras se mezclaban con esos gemidos y ni siquiera yo mismo me entendía.

Él en cambio parecía moverse más rápido y fuerte, sentía que iba a explotar si seguía así.

Y luego de lo que me parecieron horas, realmente creí que iba a explotar.

—Ka-Kaito..para...voy a...

Pero no se alejó y antes de que pudiera quitar su cabeza, sentí un placer enorme saliendo por mi cuerpo y grité cayendo agotado a la cama.

____

(Pv Kaito)

—Listo, tu magia bajó lo suficiente como para que tu fiebre desapareciera, ahora duerme un poco.

—S-Si—susurró Lu tapándose la cara con las sábanas, imagino que todo esto fue nuevo para él, así que no quise burlarme de él....al menos por hoy.

—Bueno, hasta mañana—dije deshaciendo las burbujas e irme al baño.

—Esto...gracias...Kaito.

Asentí y entré al baño, puse una barrera anti-ruido y ahí...

—¡¿Qué carajos pasa conmigo?!

¡Masturbé a un hombre!

¡Y aún peor...me metí el pene de un hombre en la boca!

¡¿Por qué coño lo hice?!

Encima todo esto me calentó demasiado.

Me quité la ropa y me metí en la ducha, mi propio pene estaba tan duro como una roca, así que tuve que jalármelo mientras me caía agua fría.

—¿Por qué hice eso? Nunca había hecho eso ni siquiera con las chicas que tuve, ellas me lo hacían a mí, no al revés.

Definitivamente hay algo mal conmigo. 

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(Pv Lucius)

—...Y ahora con el contrato de sangre, debes gastar magia diariamente para no morir.

Al día siguiente, Cronos,  Lady y Hefesto vinieron a revisarme y para decirme lo mismo que Kaito.

—¿Cómo puedo tener tan mala suerte? —me quejé abrazando a Lari, quien estaba feliz de que despertara.

—No es tan malo, entiendo que en Tornasol son muy puritanos, pero aquí es algo normal—aseguró Hefesto—. Sólo míralo como un deporte.

Dudo que lo que pasó anoche pueda considerarse un deporte.

Miré a Lady para preguntarle cómo hacía ella para controlar su magia ya que era clase A y según sabía, ella era viuda y no la veía capaz de hacer esas...cosas.

Lady escribió rápidamente en su pizarra y me la mostró.

—"Mi hija es clase B, así que cuando tengo mucha magia le doy parte de mi poder besando su frente o mejilla"—escribió antes de borrarlo y volver a escribir—. "En tu caso, no puedes hacer lo mismo, sería devolverle a Tavi su propia magia"

—¿Entonces ya no puedo ni hacer eso? —pregunté frustrado pero ella negó rápidamente.

—"Para eso debes decir un conjuro, así que no te preocupes"—aseguró.

—De todos modos, me temo que "eso" no será suficiente en tu caso, necesitas gastar mucha magia, así que tendrás que ayudarnos bastante—explicó Cronos y asentí  sin muchas ganas—. Bueno ya es algo.

—Ayúdame con mis experimentos, como nivel B, siempre gasto mucha magia así que me vendría bien—dijo Hefesto emocionado y también asentí—. ¡Perfecto!

—"¿No quieres aprender a combatir?"—preguntó Lady, sorprendiéndome bastante—."Si juraste protegerla y ayudar con la guerra, me temo que tendrás que pelear de vez en cuando"

—¿Pelear? 

El tema del sexo se esfumó cuando me di cuenta de ese detalle.

Ayudar a terminar la guerra, podría simplemente curar a los heridos o con comida si fuera un mago normal, pero ahora era (por decirlo de algún modo) un mago de clase S, así que...tendría que participar en la guerra....directamente.

Pero nunca he peleado.

—Mmmmm aunque eso sea cierto...mandar a un novato al campo de batalla por más fuerte que sea, sería un suicidio —meditó Cronos—. Necesitamos que al menos sepas defenderte....tal vez podemos hacer que sea algo menos peligroso.

Los tres meditaron por un momento hasta que Sansón entró.

—Estamos por llegar al final de la barrera ¿Por qué no lo llevan al bosque para que busque un catalizador? —preguntó sorprendiendo a los otros.

—¡Buena idea!

—¿Eh?

____

Cuando la carroza se detuvo, salimos a descansar y estirar las piernas, ya que al ser un lugar protegido por la Isla de la zona, no tendríamos de qué preocuparnos por ahora.

—Mañana subiremos a la Isla y nos quedaremos una semana, así que puedes aprovechar para aprender a curar heridas, tener un médico en el campo de batalla sería de mucha ayuda —me dijo Cronos cargando una canasta de ropa sucia.

—Creo que sería lo mejor —admití—. Nunca he usado armas ni magia para pelear...aunque mi hija esté en peligro...no creo ser capaz de...

No creo ser capaz de matar.

Eso es lo que quería decir...pero también había mucha impotencia en mí.

Sabía perfectamente que aunque hubiera peleado en la Mansión, contra ese hombre en el sótano o contra los soldados, habría muerto fácilmente.

Pero eso no borraba mi frustración de ser un inútil que no puede proteger a su hija. 

—No te sientas tan mal...realmente no es fácil tomar semejante decisión —aseguró Cronos mirando el piso—. Una vez que matas a alguien...nunca regresará...y tú no serás el mismo...lo único que te alivia es saber que, si no lo hicieras, muchos inocentes morirán.

—Supongo que sería lo mejor —comenté.

—¡Papá! ¡Hay peces! —exclamó Lari mirando un río junto con Zulia.

—¿Peces? —me acerqué a verla me quedé sorprendido ante la enorme cantidad de peces coloridos—. ¡Oooohhh! ¡Qué bonitos!

Etos no se comen, son muy chicos—nos dijo Zulia.

—Bueno, en tiempos de guerra habrá que comerlos—dijo Hermes pasando junto a nosotros con otra canasta de ropa.

—¡¿Eeeeehhhhhh?! —gritamos los tres muy tristes.

—Bueno bueno, no nos los vamos a comer, hay peces coloridos que son venenosos, así que mejor no correr riesgos—dijo nervioso ante nuestras caras.

—Jaja Leo podría ser parte de la escuela de los niños—rió Hefesto—. A veces actúa más como ellos.

Me dio un poco de vergüenza escuchar eso, pero supongo que al no conocer tanto como ellos, sería como un niño pequeño.

—Leo, ayúdanos con el almuerzo—me dijo Gwen—. Ya verás los peces luego.

—Si, linda no te alejes de aquí—le dije antes de ayudar a cocinar.

—Sip—dijo tomando la mano de Zulia para irse con los demás niños a jugar.

____

(Pv Rohan)

—¡La nave está lista!

—¡Todo listo para partir!

—¡Los Generales están llegando!

Todos nos saludaron mientras subíamos a la nave, se dio la orden de no regresar hasta averiguar cuantos magos de clase S habían fuera de las diez islas aliadas y capturar a la niña, al ser una misión tan complicada iríamos en un tren de exploración, por lo que tardamos un día en preparar todo.

Miré disimuladamente las dos filas de soldados que nos acompañarían, todos parecían jóvenes, no mayores de 30 años, seguramente sería la primera misión de muchos. 

¿Tendría que matarlos si tratan de detenerme?

Tal vez haya una forma de escapar sin que interfieran, al fin y al cabo eran víctimas de un constante lavado de cerebro....

¿Mn?

¿Por qué estaba preocupado por otras personas? Eso nunca había pasado, no es que menospreciara a nadie...pero nunca me preocupé por nadie más que...

—Que sueño tengo—se quejó Ben.

—¿Podrías decir eso cuando no haya nadie presente?—se quejó Walter mientras seguíamos caminando.

—¿Qué más da? No es como si fueran a decirnos algo—aseguró tranquilamente. 

—No hay duda de que eres patético—se quejó Clarisse caminando como si nada—. Jamás llegarás a ser como el Comandante.

Ben subió al tren y se metió un dedo en el oído.

—Mmmmmm creo que hay un error bastante grave aquí—susurró sacándose el dedo—. Yo no tengo intención de ser Comandante, así que lo que dices no tiene sentido.

Entró a la sala de descanso y se sentó en uno de los sofás que estaban colocados de forma circular en la pequeña habitación y colocó los pies sobre la mesa de té mientras los soldados iban a la sala de mando o cerraban todos los accesos del tren.

Cuando sólo quedamos los de clase S, cerré la puerta y fui a preparar algo de beber, sabía que algo iba a pasar y sinceramente no tenía ganas de lidiar con nada.

—¡Eres una mierda! ¡¿Cómo puedes decir algo tan estúpido?!—exclamó Walter—. Eres el más antiguo de los cuatro ¡Y aún así no has hecho nada útil! ¡Has seguido en el mismo rango desde hace cien años! ¡Está claro que eres un inútil! Aunque bueno, ¿Qué se puede esperar de un maric...?

Pero no pudo decir nada, de pronto Ben estaba frente a él, apretándole el cuello con una mano y rozándole la mejilla con su espada,  con un aura maligna a su alrededor que me provocó escalofríos.

—Te lo voy a decir UNA sola vez, pequeño—dijo en un tono tan aterrador que todos palidecimos—. Yo podría matar al comandante si realmente me hace enojar, pero te advierto que si...tú me levantas la voz, podría matarte con un sólo movimiento, lo único que te mantiene con vida es tu utilidad a la Sacerdotisa Mayor, pero no olvides que eres un simple niño que mientras yo estaba rebanando cuellos de rebeldes, tú te estabas cagando en un pañal.

Walter se puso rojo, pero no sabría decir si fue por miedo, vergüenza o por ira.

—Y si me gustan los hombres, no es algo que te afecta a ti, mientras haga mi trabajo no hay  problema—continuó en un tono igual de amenazante—. Es mejor que te calles, porque que yo recuerde, estás tan concentrado en ser friendzoneado que ni la has metido una sola vez.

—¡Maldito maricón de mierda!

¡ZAP!

TAP

Cuando Walter trató de atacar a Ben, este simplemente cortó su brazo a tal velocidad que apenas lo vi y la sangre comenzó a chorrear por todas partes.

—Ese fue sólo un aviso, recógelo y cúrate, no tengo ganas de comer en un lugar sucio de sangre—dijo antes de darse media vuelta y pasar a mi lado para irse.

Walter comenzó a gritar de dolor, pero luego se puso a insultar a Ben.

—Date prisa y cura eso, que asco—se quejó Clarisse antes de ir a la sala de mando—. Nos vamos.

Walter parecía dolido de que la mujer no le mostrara un poco de compasión mientras se curaba y el tren comenzaba a moverse.

Miré por la ventana observando como poco a poco, la enorme máquina de color negro que se movía mediante magia de los soldados de clase A creaba un camino de vías para desplazarse y por el otro lado se esfumaban como si nunca hubieran existido, era una forma de moverse sin que queden marcas para ser detectados.

Generales, estamos saliendo de la barrera de la Isla, todo está en orden—se escuchó desde los parlantes. 

Entré a la sala de mando, ignorando la sangre del chico.

—¿Cómo están los niveles de magia?

—Todos están estables—respondieron los soldados que revisaban los monitores.

—Muy bien, activen el camuflaje—ordené.

—¡Sí señor!

Tan pronto nos alejamos de la barrera se activó el hechizo de camuflaje, haciendo prácticamente invisible al tren, nuestro segundo viaje estaba comenzando.

Clarisse informó al Comandante que ya estábamos fuera mientras Walter se recuperaba en la sala y la sangre del suelo desaparecía, así que fui a buscar a Ben para que nos dieran las instrucciones.

____

Su primer objetivo es llegar a la Isla que nos reportó, se llama Obsidiana—se escuchaba la voz del Comandante desde uno de los monitores.—. Averigüen quienes son, su líder y cuantos magos de clase S tienen a su favor.

—Como ordene, señor—dijo Clarisse en un tono medio meloso medio serio, como tratando de expresar cómo quiere besar el suelo por el que pisa.

Comienzo a sentir un poco de asco de esta situación.

También investiguen más sobre las otras islas y busquen la manera de averiguar si ese circo está en alguna, incluso si la mocosa se encuentra con ellos—dijo el comandante—. Sabemos que la carroza es más grande de lo que parece y hay mucha más gente, así que busquen detenidamente a esa enana, recuerden que no debe haber otro error.

—Entendido, Señor.

Cuando la transmisión terminó, cada quien fue a hacer lo suyo, Ben se fue a su cuarto y yo preparé té, era algo que siempre hacía cuando teníamos una misión los cuatro, así que nadie sospecharía.

Seguro que ahora van a preguntarme por qué no preparo té en bolsitas en lugar de pulverizar las hojas—pensé antes de sentir la presencia de alguien atrás mientras usaba magia para calentar el agua.

—¿No crees que a estas alturas ya deberías usar té en bolsas? —me preguntó Clarisse.

Lo sabía—pensé antes de responder—. El aroma es diferente y es más agradable—dije colocando el contenido en un filtro antes de ponerle agua caliente.

—Veo que sigues igual que siempre, en fin, sigue con lo tuyo—dijo antes de irse.

Terminé de preparar el té y serví dos tazas para ellos, después tomé otras dos para irme a mi cuarto, debía mantener la calma e investigar más a detalle.

Claramente quedarnos aquí ya no era una opción, como no teníamos familiares no podrían usarlos como amenazas, pero si sabían que Ben y yo teníamos algo podrían secuestrar a cualquiera para que el otro obedezca...y odio admitirlo pero soy el más débil de los dos, así que sería la presa perfecta.

Puedo ganarle a estos dos, pero no tengo oportunidad contra el Comandante y mucho menos la Sacerdotisa Mayor—pensé—. Pero dudo que en el circo nos reciban...no sólo por el ataque—me detuve en medio del pasillo un poco incómodo—. Si descubren lo que pasó en ese pueblo seguramente nos matarían...después de todo, ellos trajeron un poco de esperanza a esa gente y nosotros los matamos.

....Cierto.

Al final...somos asesinos...

....¿Por qué ahora pienso en eso?

Mi cabeza estaba hecha un lío, ni yo mismo sabía lo que pasaba por ella.

Seguí caminando y al llegar a la puerta de Ben, le di dos golpecitos para avisarle que estaba ahí, pero no tuve ninguna respuesta.

—¿Ben? ¿Estás bien?

Abrí la puerta preocupado, pero de inmediato me enojé al ver el cuarto echo un desastre y el tipo totalmente dormido roncando con el uniforme puesto.

—¡¿Cómo carajo destrozaste tu cuarto en menos de una hora?! —le grité dejando el té para lanzarle lo primero que encontraba.

—¡Ay! ¡No espera! ¡Es que no encontraba mi ropa interior en la maleta! ¡Ay! ¡Ay! ¡Espera, baja silla!

____

Cuando me calmé, tomé mi té ya frío mientras Ben se sobaba la cabeza.

—Que malo eres—se quejó.

—Es tu culpa.

—Pero rompiste la pared con la silla—dijo mirando la pared del lado de la cama que ahora tenía una grieta enorme y se ponía ver un poco del interior.

—Sólo arréglala, no es ningún problema para ti.

—Jaja eso sí—dijo antes de tomar mi mano.

Entonces, sentí que estaba haciendo figuras en mi palma, una serie de puntos y rayas que aprendimos una vez que investigamos a un grupo rebelde que trataba de atacar a la ciudad y tuvimos que aprender para interceptar las líneas de comunicación; Código Morsa le llamaban.

—"Hay-una-cámara-debe-haber-una-tu-cuarto"

Sentí un escalofrío en mi cuerpo, así que nos vigilaban aún más.

—"¿Dónde-está?" —pregunté mientras hablaba por si nos seguían escuchando—. Date prisa y arregla tu cuarto.

—"Donde-lanzaste-silla" —respondió divertido—. "Sabía-que-atacarías-me-moví-ahí"—dijo mientras hablaba—. Es que me da flojera.

—"¿Cómo sabes?"—pregunté—. Deja de decir tonterías, da el ejemplo.

"Usé-magia-la-sentí"—respondió—. ¿Y si la arreglas tú?

"Sigamos-lo-de-siempre"—dije—. No soy tu criado, pedazo de idiota, tómate el té, yo voy a revisar la radio.

"Si, actúa como siempre"—aseguró antes de ponerse de pie y tomar el té—. Ahhh aunque está frío sabe bien, me encanta el té que preparas.

Asentí y me retiré a mi cuarto, donde estaba una radio que usaba para captar señales.

No tenía idea si la cámara estaba en el mismo lugar y por ahora no sé si hay micrófonos, sólo debo actuar como siempre hasta que se cansen...espero que lo hagan.

—Día 1, hora 14:06—escribí antes de ponerme los audífonos y revisar las señales.

____

(Pv ???)

—¿Cómo están portándose nuestros pequeños?

—Por ahora todo normal, Ben estaba limpiando su cuarto antes de quedarse dormido, Clarisse está leyendo los informes, Rohan están captando señales de radio.

—Entiendo, asegúrate de vigilar bien a todos, especialmente a Ben, tiende a ser un poco rebelde.

—Como ordene Sacerdotisa, ¿Cómo le fue en la reunión con los líderes de las diez islas?

Sonrió ya más tranquila.

—Muy bien, nos dieron la información que necesitamos, como sospechamos, ninguno tiene más de tres magos de clase S, así que tenemos una ventaja.

—¿Y qué saben sobre el circo?—pregunté.

—Me temo que casi nada, todos dicen lo mismo, van de isla en isla una o dos veces al año, se quedan una semana y siguen su camino, nada raro ha pasado durante su estadía—respondió ella tomando té—. Es posible que, o estén investigando sobre las islas, o al encontrar a la mocosa pensaron que tendrían una oportunidad para derrotarnos, es posible que ambas y sea un grupo de rebeldes.

—Un grupo muy bien preparado—dije abriendo una pantalla de mi computadora y mostrando la información que teníamos de los miembros del circo—. A simple vista son un grupo de magos sin mucho talento, pero hay gente que perteneció a familias importantes, ¿Fueron manipulados o engañados con falsas promesas?

—Mmmmm tal vez sean personas defectuosas—meditó ella viendo la imagen de una mujer rubia—. Esa mujer fue rechazada por sus padres por romper su compromiso asegurando que su prometido era muy violento ¿cierto?

Me sorprendió que ella supiera esa información, sin duda sabía todo lo que pasaba en la ciudad...si tan sólo hubiéramos detectado a esa maldita mocosa antes de que todo esto pasara.

—Entonces ¿Es un grupo de anormales? —pregunté.

—Mmmmm puede ser, sólo por una mujer no podremos dar por sentado que todos son rechazados—dijo pensativa—. Lo que me preocupa es lo que dijeron de que hay un clase S en el circo ¿Tienes alguna descripción de esa persona?

—Permítame—dije sacando un informe de Rohan—. Un hombre alto de piel muy oscura, cabello negro, que usaba extraños animales alargados...

¡CRASH!

La taza que sostenía la Sacerdotisa Mayor cayó al suelo y ella estaba muy pálida.

—¡Excelencia! ¿Está bien? —pregunté preocupado acercándome a ella.

—Estoy...bien—susurró mirando el suelo, luego me miró con furia en sus ojos—. Da la orden de que maten a todos los del circo, que atrapen a la mocosa y traigan a ese hombre, así sea al borde de la muerte.

—¿Es un enemigo peligroso?

—Si ese hombre está vivo, entonces todo lo que hemos hecho para destruir a las bestias no servirá de nada—dijo poniéndose de pie—. Ahora lo entiendo todo, los miembros del circo son mestizos de bestias o aliados de estas, si tienen a dos clase S, podrán revelarse y destruir a toda la humanidad...no, van a destruir nuestra isla principalmente.

—¿S-sólo con dos?

—Si, dos herejes que serán la chispa que necesitan las Bestias—gruñó furiosa mordiéndose las uñas—. Estas podrían alzarse con ese hombre liderándolos, ya lo hicieron una vez—se acercó a la computadora y miró la información—. No hay duda, ese maldito a sido liberado...hay que acabar con él, sea como sea.

—Entendido, mi Señora.

—Gracias, me alegra contar contigo—sonrió un poco más tranquila.

____

(Pv Lucius)

—Ya tenemos planeadas varias actividades para ti para que gastes magia mientras te vas adaptando a la que tienes ahora.

—Te lo agradezco mucho, Cronos—dije mientras tendía la ropa luego de terminar de preparar la comida, fue mucho más rápido gracias a la magia, aunque tardé más en adaptarme al exceso pero por suerte no tuve tantos problemas.

—Si, después de todo te has hecho buen amigo de muchos que quieren ayudarte—rió él.

—Me sorprende que seas tan amigo de las mujeres—se quejó Kaito—. Vi que mientras lavabas todas te hablaban.

—Es normal, solía hablar con muchas mujeres en la ciudad para aprender sobre cómo cuidar a mi hija, qué comida era más saludable y cómo prepararlas, incluso de ropa para niñas que estaba de moda—admití.

—Eso tiene sentido—aseguró Cronos antes de que Sansón llegara—. Mira, se nos ocurrió que tú y Kaito, podrían practicar algo que te puede servir ¡Aprender a bailar!

....¿Qué?

—Dime que estás de broma—se quejó Kaito.

—No, pueden hacer magia mientras bailan, les podría ser de ayuda a los dos—aseguró—. Se los mostraré—se acercó a Sansón y este tomó una de sus manos mientras la otra iba hacia su cadera, la diferencia de estatura se notaba mucho más que antes.

Comenzaron a bailar una especie de vals improvisado, pero de alguna manera se veía muy hermoso, a pesar de la diferencia de estatura, era como si se estuvieran complementando, Sansón guiaba a Cronos y de vez en cuando lo elevaba en el aire, de una manera elegante, suave...y con cariño. 

—Toma—de pronto Kaito me dio unos lentes de color azul que tenían los cristales un poco rayados—. Ve el baile con estos y te darás cuenta de algo.

Un poco extrañado los tomé y me los puse....¡¿Eh?!

Del cuerpo de Cronos y Sansón... salían varias luces de diferentes colores que rodeaba sus cuerpos de una manera suave y armoniosa.

—¿Qué es...?

—Es la magia que emana de sus cuerpos—explicó—. Concentrarse para sincronizar los movimientos con el otro, el sentimiento que se tienen y la felicidad que desprenden, todo es magia que se usa para expresar sus sentimientos, ellos no pueden verla pero no es necesario, de hecho en este momento dudo que se acuerden que estamos aquí, ya que es su momento especial.

Su momento especial...

Nunca tuve la oportunidad de tener un momento especial con mi esposa, pero sí había visto esas expresiones de felicidad en mis padres...no puedo culpar a Gerata porque me dejara, ahora me di cuenta de que nunca estuve enamorado de ella.


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