Capitulo Extra:"El estudiante de Abril".


Tras el primer día de clases de su ultimo año, el joven estudiante del gakuran azul volvía a casa como de costumbre. Tomaba la misma ruta, el mismo sendero, las mismas calles, nada había cambiado, excepto los arboles; rebosantes de flores por la primavera.

Repasando su pequeño cuadernillo por tercera vez ese día, trataba de que lo aprendido durante los últimos años no se dispersara de su cabeza.

Finalmente llego a casa, una ordinaria, sencilla y acogedora casa en los suburbios; de tamaño promedio y con un pequeño jardín al costado. Buscaba sus llaves cuando se percato que del buzón sobre salían cosas, así que dirigió su atención a ello y decidió recoger lo que había llegado ese día; facturas para sus padres, subscripciones de revistas de su hermana y un pequeño paquete.

—¿No esta sellado? — murmuro y le dio algunas vueltas para revisarlo.

Fue una sorpresa ver su nombre en este ya que no solía recibir mucha correspondencia. Y al abrirlo se encontró con tres objetos: una figurilla de colección y dos piezas de papel.

—¡Ah! ¡Es una postal de Kaoru!

"Feliz cumpleaños, lamento no poder ir a visitarte pero el nuevo curso ha iniciado. En el primer descanso iré a Osaka, Veamonos para charlar (carita feliz) ¡Seguro Shingo esta dando lo mejor de si! Mis mejores deseos"

—¡Awww! — dejo escapar con las orejas un poco rojas —Es muy tierno de su parte ¿Y que es esto? Una foto de ella ¿que es lo que tiene ahí? ¿un gato? Esta algo borrosa, ja, ja, ja, seguro Yagami-san la tomo...

El chico aun con la mochila al hombro procedió a ingresar a su vivienda.

—¡Estoy en casa!

—¡Bienvenido! — lo saludaron sus dos hermanas, que se encontraban bien relajadas frente al televisor.

—¡Shini! ¡mamá y papá no están! ¡¿Que haremos de cenar?! —pregunto la menor de los Yabuki.

—¿Eh? Ritsuko Si estas aquí ¿por que no cocinas? — Shingo se dirigió a la mayor.

—Mis habilidades culinarias están reservadas para conquistar a mi futuro esposo.

—¿Por eso cocinaste la ultima vez que Kusanagi-san vino de visita? — la miro con los ojos entre cerrados.

—Jo, jo, jo, ¡Por supuesto!

Yabuki viro los ojos, ante la actitud coqueta de su hermana.

—Por cierto ¡¿Por que no ha venido Kyo-chan?! Le di mi numero la vez pasada —dijo haciendo cara de puchero y dandole un sorbo a su cerveza.

—Ya te dije que el esta saliendo con Yuki-san, deja de insistir y llámalo con respeto — bajo sus cosas y después de lavarse las manos, procedió a colocarse el mandil para cocinar.

—Hmmm, pero eso no le impide tener amigas —sonrío traviesamente.

—Cielos, no tienes remedio — exhalo.

Su hermana mayor continuo hablando, mientras el comenzaba a cortar los vegetales para el platillo que estaba preparando.

—Ahora que lo recuerdo, Kusanagi-san no estuvo en la ceremonia de inicio — comienzo a pensar — Y cuando le pregunte a Yuki-san, ella me respondió en un tono indiferente — Shingo coloco una sartén sobre la estufa y después procedió a batir una considerable cantidad de huevos — me pregunto ¿habrán tenido una pelea y por eso Kusanagi-san no asistió?

—...go.

—Bueno, no recuerdo que Kusanagi-san haya asistido formalmente a todas las ceremonias de apertura años atrás.

—...ni!

—No obstante, no lo he visto en bastante tiempo...

—¡Shingo! ¡¿Me estas escuchando?! —Aporreando la mano sobre la tabla de la cocina, la mayor de los hijos Yabuki, reclamo la atención del joven peleador.

—¡¿Que pasa?!

—Hitomi y yo te estábamos preguntando sobre si tienes planes para tu cumpleaños.

—¿Mi cumpleaños? — viro la cara hacia su mochila y el paquete que había recibido.

—Es verdad, mi cumpleaños será en poco tiempo...

Después de algunos minutos, sirvió tres platos de omurice para sus hermanas y para el, habiendo dibujado con la salsa, un gatito para la mas pequeña.

—¡Todavía no respondes! — insistió la mayor llevándose un pedazo del alimento a la boca —¡¿Que no te emociona tu cumpleaños?! — dijo con la comida aun en la boca.

—Ritsuko, lo único que buscas es una excusa para hacer una fiesta y que Kusanagi-san venga ¿no es así?.

—Eso es verdad, pero solo en parte; ha pasado mucho tiempo desde que celebramos tu cumpleaños debidamente, y cumplir dieciocho no es cualquier cosa, formalmente ya serás un hombre.

—¡Ademas será divertido! ¡Podrás tener a tus amigos contigo! — insistió la menor.

No les dio una respuesta concreta en ese momento, y terminada la cena, el chico tomo un baño reconfortante para después permanecer en su habitación y terminar sus deberes.

—Una fiesta — pensó mientras acomodaba la nueva figurilla entre su colección y ladeaba la cabeza a manera de contemplarla — Tan solo me gustaría pasar un día entrenando con Kusanagi-san. N, no creo que lo mejor seria...

Al día siguiente, Yabuki se levanto muy temprano como siempre, pues tenia la costumbre de entrenar por las mañanas. Apenas si el sol comenzaba a salir el lo contemplaba a través de su ventana mientras levantaba enormes pesas. El día en que obtendría la mayoría de edad, estaba cada vez mas cerca.

Nuevamente las clases transcurrieron de manera ordinaria, era el tercer año, el ultimo y seria el mas difícil pues debía tener contemplado su camino en cuanto a estudios superiores, y aunque no era alguien brillante para lo académico, hacia su mayor esfuerzo siempre, logrando estar entre el promedio.

—Hoy tampoco llego Kusanagi-san, tal parece tuvo una pelea con Yuki-san, pero cuando el falta por varios días suele avisar ¿estará enfermo?.. No, algo como eso, Yuki-san lo habría mencionado.

Preocupado por su maestro, Shingo se dirigió al dojo Kusanagi inmediatamente después de terminar las clases, si tan solo se hubiera quedado un par de minutos mas, habría coincido con su hermana mas pequeña, la cual hizo todo el camino hasta la escuela de Yabuki, esperando en la puerta a alguno de los tantos conocidos que su hermano siempre mencionaba.

—¡Wah! ¡De verdad es Athena Asamiya! — dijo la pequeña con las manos juntas y los ojos brillando al tener a la idol en frente.

Asamiya, que siempre le daba gran prioridad a sus fans, no dejo mucho tiempo a la embelesada niña aguardando.

—Es un placer conocerte — dijo la de cabello morado, con una gran sonrisa —¿Como te llamas? — se agacho a manera que la otra pudiera mirarla mas de cerca.

—Hitomi Yabuki.

—¿Yabuki?

—Si, Shini estudia en tu salón, el habla mucho de ustedes, principalmente de Kusanagi-san, pero también menciona a Athena-san.

—Ya veo, eres hermana de Shingo, desafortunadamente el se fue en cuanto sonó la campana, supongo tenia algo que hacer.

—Esta bien, por que vine a hablar con los amigos de Shini, en unos días será su cumpleaños y queremos hacer una fiesta sorpresa para el. Mi hermana me dijo que los invitara.

Al haber escuchado a la pequeña con atención, Athena se llevo el dedo indice sobre el mentón, reflexionando la situación.

—Podría ser un evento oportuno, si Kyo y Yuki-chan se reúnen, tal vez puedan arreglarse estando en un ambiente mas relajado, ademas de que Shingo estaría feliz de celebrar su cumpleaños con Kyo — pensó

—¿Athena?

—¡Me parece algo divertido! — sonrío a la niña —¡Incluso te ayudare a invitar a algunos amigos de Shingo ¿que te parece?

—¡Kyaaa! ¡Muchas gracias Athena! ¡Sobre todo es importante que Kusangi-san este ahí!

—¡Déjamelo a mi! —le guiño un ojo.

La primera persona con la que se topo Shingo Yabuki al llegar al dojo de los Kusanagi, fue con Shizuka, quien antes de responder a sus preguntas, lo hizo pasar y lo sento frente a una mesa con bocadillos y bebida, la típica y gran amabilidad de la señora de la casa.

—¡Oh mi dios! ¿No lo sabes? Kyo no esta en Osaka.

—Bueno, es un alivio saber que al menos no le ha ocurrido nada grave — Respondió el de Gakuran azul, mientras tomaba un bocado.

—Fisicamente el se encuentra bien, es solo que... durante el descanso de primavera, tuvo una pelea tanto con Yuki-chan así como con su padre. Ambos parecían insistir mucho con el tema de la universidad, mi esposo incluso dijo que si el no quería continuar estudiando, debía quedarse en el dojo para que se hiciera responsable.

—¿Como Sensei?

—Si, Saisyu ha dicho que como Kyo es la cabeza del clan, debe estar al frente —colocando su mano al pecho, Shizuka Kusanagi suspiro — Mi esposo siempre ha presionado a Kyo, parte de esa actitud despreocupada es gracias a que siempre ha tenido demasiadas obligaciones a cuestas.

—Que raro, fuera de los torneos, jamas he visto que Kusanagi-san se sienta presionado — dijo Yabuki para si, rascándose un costado de la cabeza.

—Después de la ultima discusión con su padre, tomo algunas cosas y se mudo a Tokio, se miraba bastante serio.

—¡¿Tokio?! ¡¿Mudarse?!

—Supongo que quería estar mas cerca de Souji.

—Y, ya veo...

—¡KYOOOO! —Un grito estrepitoso que resonó por toda la propiedad Kusanagi se hizo presente, seguido de pesadas pisadas que corrían hasta el recibidor, habriendose de par en par las puertas de madera —¡¿DONDE ESTA?!

—Calma querido, no es Kyo, es Yauki-kun.

—¿Yabuki? Ah, cierto, el pobre chico del que Kyo se aprovecha e intento poner sus manos sobre mi discípula.

—¡N, no es... — Shingo escupió su bebida y tartamudeo tratando de saber que comentario refutar primero.

—El estaba muy preocupado por que Kyo no ha asistido a la escuela.

Tomando asiento junto a su esposa, con los brazos cruzados y tratando de lucir imponente, el viejo sensei tan solo repitió lo que Shizuka le había comentado al chico hace ya unos minutos atrás.

—¿Usted cree que regrese?

—Hmmm, no lo se, Kyo tenia una expresión de determinación cuando estaba empacando sus cosas, pienso que en parte es bueno que el busque su propio camino, solo espero que no tome las cosas a la ligera y se vuelva un vago haragán.

—Querido ¿ya olvidaste que tu te fuiste de viaje varias veces para entrenar?

—¡Eso fue diferente, yo ya había sentado cabeza! — tomo uno de los deliciosos bocadillos y lo mastico entero —¡Yo los dejo con un techo sobre sus cabezas a sabiendas de que volvería!

Shingo Yabuki se despidió de los padres de su maestro y continuo con su rutina, ir a la academia y de ahí tomar la ruta de vuelta a su hogar, donde durante el trayecto comenzó a meditar las recientes acciones de su maestro en el estilo Kusanagi.

—...Tokio... Kusanagi-san es admirable, el toma sus propias decisiones sin importar nada — miro el cuaderno de estudio que tenia en las manos — Quizás debería mudarme a Tokio, ahí podría seguir entrenando con Kusanagi-san, pero... mi promedio no es suficiente para la universidad de Tokio...

Arribo a su casa, agotado mentalmente, sacandose las zapatillas sin desatarse las agujetas y frotándose los ojos. Por fortuna, su madre estaba en el lugar así que no tuvo que hacerse responsable de sus hermanas en ese momento.

Los Yabuki tomaron una típica cena casera en familia, hablando de cosas cotidianas y mirando al televisor.

Por su parte, Shingo estaba perdido en sus propios pensamientos, realmente le había afectado el hecho de que Kyo Kusanagi ya no se encontrara en Osaka.

—¡Hey Shingo! ¡Mira eso! — le dijo su padre refiriéndose a la televisión.

Cuando Yabuki alzo la vista, pudo contemplar un anuncio del torneo nacional que se llevaría acabo dentro de algunos meses y recordó que era el primer torneo que su sensei gano.

—¿Por que no haces la prueba y participas? — sugirió su padre.

—Me parece algo peligroso — comento su madre — ademas, Shini debe enfocarse en sus estudios.

—El estará bien, Shingo ha demostrado ser responsable para la escuela, ademas — se viro hacia su hijo — haz entrenado mucho tiempo y nunca haz puesto en practica tus habilidades, no es necesario obtener la victoria sino saber hasta donde puedes llegar y seguirte superando.

El joven no podía decirle a su papá sobre la aventura que tuvo en la antigua casa Yagami, pero en parte era cierto, jamas se hizo a la idea de competir en un torneo, al menos no seriamente, siempre lo había dicho mas nunca tomo la iniciativa y eso era por que en el fondo, se sentía un poco inseguro de sus habilidades.

Varios días transcurrieron después de eso y Yabuki aun continuaba preguntándose cual seria la mejor decisión. Después de haber conversado con sus padre aquella noche y saber que lo apoyaban se sintió un tanto culpable, no deseaba abandonar sus estudios y decepcionarlos en ese aspecto, pero tampoco quería darle la espalda a su sueño de ser un peleador.

Dando un gran suspiro, como ya parecía costumbre. Llego a casa al termino de su día.

—Me duele la espalda, tendré que hacer algunos estiramientos antes de dormir y mañana temprano regulare el peso... — iba murmurando para si — Por suerte mañana es día de descanso — abriendo la puerta, anunciando su llegada con un "tadaima" encendió la luz para proceder a sacarse los zapatos.

—¡Sorpresa! — dijeron al unisono, provocando que el de cabello castaño y corto se sobre saltara.

—¡Wow! ¡¿Pero que?!

—¡Feliz cumpleaños Shingo!

Sus dos hermanas, Athena Asamiya, Sie Kensou y Yuki Kushinada, estaban ahí, frente a el, sonriendo junto a una mesa llena de comida y un fabuloso pastel en el que se apreciaba a un Shingo con una pequeña flama en su mano.

—Por su expresión podemos decir que la sorpresa salió bien — dijo Kensou.

—¿A caso lo olvidaste? — pregunto la siempre alégrese Asamiya.

Era verdad, lo había olvidado por completo debido a que estuvo concentrado en sus pensamientos durante días.

Contagiado de la alegría de sus amigos y del ambiente, el pudo recuperar su propio optimismo, comiendo, riendo y conversando, sobre todo por los comentarios de Kensou para tratar de impresionar a las hermanas de Yabuki. Al abrir sus obsequios se encontró con cosas de uso cotidiano: Sus hermanas le obsequiaron una billetera, pues la de el ya estaba algo desgastada, Athena y Kensou habían buscado por el centro de Osaka una chaqueta como las que Kyo usaba, y Yuki, le había obsequiado el pastel, decorado con sus propias manos.

—Es una pena que Kyo no haya llegado — murmuro la psíquica al festejado —No pudimos contactarlo a tiempo, lo lamento Shingo.

—Esta bien, probablemente este ocupado.

—Supongo — por un momento el semblante de la de cabello morado se hizo melancólico al observar como Yuki miraba su reloj y suspiraba.

—¡Oh! ¡Parece que las bebidas se están acabando! ¡Iré por mas!

—Te acompañare — dijo Kensou al discípulo de Kusanagi.

—E, esta bien, no te preocupes conozco bien la tienda— Shingo se apresuro para evitar la respuesta de su amigo y poder salir por su cuenta — Siento que fui grosero con Kensou, pero...

Por un momento deseaba mantenerse solo, pues el semblante de Yuki Kushinada le había recordado la ausencia de su querido maestro.

—Aunque mi promedio sea bajo, tal vez pueda entrar a una universidad regular en Tokio...

Continuaba pensando de manera distraída, hasta que de pronto, algo lo paralizo y dejando caer la bolsa con las botellas que recién compro, se quedo impávido un segundo, con la mirada fija y la boca abierta.

A unos metros de la entrada, junto al buzón, el mismo Kyo estaba apoyado, con una expresión serena, como si estuviera aguardando.

—¡Kusanagi-san! — exclamo y corrió hacia su maestro —¡¿Estoy soñando...

En el momento en que Shingo estiro los brazos para encontrarse con su Idolo y darle un recibimiento efusivo, el del sol en la espalda, lo detuvo colocando la mano abierta sobre su cara, dejando entre ellos una distancia considerable.

—O, oye Tranquilo — Dijo el campeón, tratando de disimular lo irritado que lo había puesto la conducta de Shingo y haciendo una señal de que guardara silencio.

—Kusangi-san ¿no quieres entrar?

Kyo se quedo mirando a la ventana, justo donde se podía ver el rostro de Kushinada.

—No, mejor hablemos en otra parte.

Iluminados por las linternas de la calle, los dos hombres se apartaron un poco del lugar hasta depositarse en un parque cercano para poder hablar.

—Es verdad, ¿es verdad que ahora vivirás en Tokio? —Shingo fue el primero en hablar.

—Por el momento si, aunque no estoy del todo seguro de que es lo que sucederá... han pasado muchas cosas — se froto el cuello

—¿Que pasara con tu relación con Yuki-san?

—Ella y yo seguimos juntos, tan solo... Hmm... ¡Hey Shingo! es tu cumpleaños, no arruines tu noche hablando solo de mi, es decir, se que escuchar de mi te parece interesante — dijo con una ligera expresión de seguridad que aludía a su vanidad — mas no vine aquí para eso.

—Para ser honesto, yo solo deseaba pasar el día en un entrenamiento con Kusanagi-san, habría sido muy especial — dijo mientras se balanceaba en uno de los columpios.

—N, no vuelvas a decir eso en voz alta — Kyo se cubrió media cara y exhalo —¿Como haz estado en estos días?

—¡NO PUEDE SER! ¡KUSANAGI-SAN ME HA PREGUNTADO ESO DE LA NADA! — gritos internos de Shingo —B, bien en general...

—¿En general?

—Estoy algo confundido, yo... siento que quiero ir mas allá con mi entrenamiento, tan solo es que no quiero decepcionar a mis padres, ellos me han apoyado con todo, sin embargo, estoy seguro que se molestaran si no asisto a la universidad.

—Ya veo, te sientes culpable — respondió el otro, apoyado sobre la escalera de la resbaladilla.

—Por eso ¡Por eso he pensado en asistir a una universidad promedio en Tokio y estar al lado de Kusanagi-san!

Lo ultimo que comento Shingo le cayo como un balde de agua fría a Kyo.

—Uh...

—¡Imagínalo! ¡¿Podríamos ir a la misma universidad y rentar un buen apartamento! ¡Hasta tener empleos de medio tiempo en el mismo lugar!

—V, ¿vivir juntos?... la expresión "cool" de Kyo comenzaba a desfasarse.

—¡Será increíble, comeremos la misma comida y podremos usar pijamas gemelas como hermanos...

—¡Aguarda! ¡Aguarda! ¡Aguarda! — exhalo — ...Mira Shingo todo eso suena... genial, pero yo no estoy seguro si me quedare en Tokio de manera permanente, aun estoy tomando algunas decisiones y si regreso a Osaka no será solo o eso espero...

—¿Eh?

Kyo aclaro su garganta.

—Lo que trato de decir es que aun no estoy seguro de que camino debo tomar, a diferencia de ti, yo no tengo un plan B... lamento si esto te decepciona, no soy el tipo de persona que piensas que soy, estoy igual o mas perdido que tu en varios aspectos, y no creo conveniente para ti que tires a la basura tu vida solo para seguirme, no soy una buena influencia, Shingo.

El silencio se hizo presente después del discurso de Kyo Kusanagi, que por un momento dejo de lucir como el tipo vanidoso.

—Cuando era niño, miraba los programas de super héroes, me parecía increíble lo fuerte que eran y sobre todo, que siempre peleaban por la justicia; quería convertirme en uno por que a los super héroes siempre los respetaban y trataban bien, en cambio de mi se burlaban por mi manera de ser, pero no era nada comparado a lo que le hacían a otros compañeros, pensaba "si tan solo fuera mas fuerte"...

Kyo se mantenía callado y atento ante la anécdota de su discípulo.

—Hace unos años, te vi en el torneo nacional y pensé: "¡Ese sujeto es como un super héroe, puede sacar fuego de sus manos!". Comencé a seguirte y a observarte, la gente no se acercaba mucho a ti y aun así tu solías defender a quienes trataban mal, incluso, una vez me defendiste aunque no notaste que era yo, tan solo me diste la mano para levantarme y te marchaste... Kusangi-san es un superhéroe en la vida real, gracias a que te conocí, no solo me he vuelto mas fuerte, sino que ahora mas que nunca, deseo proteger a otros... definitivamente alguien así, no puede ser mala influencia — levanto la cara y sonrío.

Kyo no dijo nada de inmediato, se sentía tan halagado y al mismo tiempo un poco apenado, que no se atrevía a mirar a Yabuki a la cara.

—Ya veo... con que es así — fue lo único que se le ocurrió decir de primero — Shingo, el que quieras seguir mis pasos, no significa que debas ir exactamente sobre mis huellas — Kyo se enderezo y se paso la mano por el cabello —Ya es tarde, será mejor que me vaya antes de que pierda el ultimo tren.

—¡¿Que?! ¡¿Te vas ahora?! ¡¿Por que no te quedas hasta mañana?

—Tengo que madrugar para molestar a alguien mañana temprano — sonrío con la mirada perdida en el satélite que cernía sobre ellos —y quede con Souji de ayudarle en algunas cosas.

—Entiendo... —Dijo Shingo con la cabeza baja y en un ligero tono de desanimo.

De repente algo golpeo la cabeza de Yabuki, algo muy ligero que cayo al suelo, una pieza de papel hecha una pelota.

—¿Hmm? — el del Gakuran azul, la levanto y reviso lo que era; un volante para el torneo nacional, donde venia la información completa de las inscripciones —¡¿Esto es... — Shingo levanto la mirada y vio que su maestro ya había avanzado cierta distancia para volver a la capital.

Yabuki se levanto sin importar que sus pies se llenaran de arena del parque o que las bebidas ya estaban tibias, quería despedirse de su maestro apropiadamente.

—¡Kusanagi-san! — Kyo se detuvo y viro un poco la cara para contemplar a su discípulo que le hablaba desde la lejanía — ¡El próximo año celebremos juntos mi cumpleaños!

Kyo esbozo su característica y confiada mirada, elevando su pulgar con una pequeña flama, símbolo y respuesta de que era un trato.

—¡Gracias Kusanagi-san! ¡Ahora entiendo que tu también piensas que estoy listo para esto! — apretó el papel — ¡Te prometo que ganare y defenderé el titulo como un discípulo tuyo y algún día podremos pelear hombro con hombro... estarás orgulloso de mi!

Contemplando el sol en la espalda del otro, que desaparecía conforme se alejaba, Shingo había recobrado su confianza nuevamente y se preparo para ser el nuevo campeón del torneo nacional de aquel año, no obstante, nunca se imagino llegar tan lejos después de eso, concursando en un torneo de talla internacional como KoF y mucho menos, se imagino todo lo que vendría después de ello...

"La primavera siguiente, Kusanagi-san no pudo cumplir con su promesa, pasaron muchos meses y no tuvimos noticias de él tras su desaparición, pero, yo sabia que estaba vivo y que tarde o temprano volvería, nunca creí que el, ya no seria el mismo de siempre..."

Regresando de sus clases regulares en la universidad, Shingo se detuvo por un instante para ver el ocaso, suspirando con una mirada de determinación. Aun llevaba consigo el librito donde tenia anotadas las técnicas especiales, todavía entrenaba cada mañana y cada que podía, aun guardaba su gakuran azul junto a los guantes que su maestro le había obsequiado como un premio por todo su esfuerzo de aquel entonces.

Shingo había obtenido el titulo de campeón nacional el año siguiente a su primera victoria y era el defensor, había crecido un par de centímetros mas y había mejorado sus calificaciones, tan solo estaba a la espera de la oportunidad indicada, para seguir avanzando en su camino como peleador, y esa oportunidad, estaba sentada en la sala de su casa, siendo muy bien acompañado de sus hermanas, sobre todo por la mayor.

—Bienvenido a casa — dijeron los tres.

Shingo dejo caer sus cosas sorprendido por la visita.

—B, Benimaru...

—Ha pasado un tiempo — el modelo de cabellos rubios coloco de manera elegante, su taza sobre la mesita del centro, justo al lado de un sobre blanco con sello rojo — Te vez bien, chico...


*Este capitulo fue elaborado gracias a la sugerencia de:  @brandonceroncornelio  (El 8 de Abril fue cumpleaños de Shingo y aun que tarde, aquí esta).


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Fin del volumen 3...

GRACIAS POR LEER.

¡Nos vemos en el volumen 4! 



****(No olviden pasar a la sección del autor para la ultima entrada)****

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