CAPITULO 9: "Quiero tocarte"
—Ah... ah... aaah... —gemía una voz femenina, que culmino en un prolongado alarido.
El joven no demoro en recuperarse de sus jadeos y casi de inmediato se puso en pie, fue al baño para asearse un poco y después comenzó a vestirse.
—¿que estas haciendo? —lo cuestiono la mujer que ya estaba fumando.
El otro no le respondió, se concentro en abrocharse el calzado dandole la espalda.
—¿me estas escuchando?
De nuevo no hubo respuesta, siguió tomando sus cosas de manera apresurada.
—¡¿sabes que no es correcto dejar a una dama de esta manera?! —le reclamo.
—Me pregunto que dirá tu novio cuando sepa que metiste a otro hombre aquí —le respondió de manera fría.
—¡De, ¿de que hablas?!
—Tu baño tiene artículos para hombres, hay ropa de hombre en una de las esquinas.
—¡No! ¡No es mi novio!
Al escucharla el otro libero una risita burlona
—pobre imbecil, debe ser realmente patético que su mujer lo niegue y ademas lo engañe con un chico de quince años.
—¡¿que?! ¡Dijiste que tenias dieciocho! ¡No te atrevas a decir una palabra! —la chica comenzó a gritar.
El otro abrió la puerta sin importar que ella estuviera vociferando.
—¡no te atrevas a irte!
—me están esperando —dijo firmemente y se marcho.
Todavía alcanzo a escuchar como un vaso de cristal se rompía al golpear la puerta de madera que cerro detrás.
Había conocido a esa mujer esa misma noche después de tocar con la banda, y aunque por un rato no prestaba atención a sus insinuaciones algo lo hizo caer para terminar realizando aquel acto en un pequeño y desordenado cuarto de escasa luz. Sin embargo no lo sintió de la manera en que lo imagino alguna vez, le pareció un tanto forzado, mas no desagradable.
Pero su primera experiencia de ese tipo se vio difusa al notar la hora, ya no había trenes, así que corrio por varios minutos.
Llego a casa, a ese diminuto departamento de un edificio un tanto desgastado y lo primero que vio al cruzar la puerta fue a la niña de cabello rojo que se había dormido sentada con la cabeza apoyada en la mesa. La pequeña se levanto al escuchar que el otro bajo su instrumento.
—Iori —se froto los ojos —¡Iori! — fue directo a él, y Yagami la empujo antes de que pudiera acercarse lo suficiente.
—¡¿Que estas haciendo?! ¡Mira la hora! ¡Deberías estar durmiendo como corresponde!
—No podía, generalmente llegas unas horas antes, creí que algo te había sucedido.
El joven de expresión irritada miro a la niña que aunque parecía seria, sus ojos reflejaban preocupación.
Lo estuvo esperando todo ese tiempo y fue la culpa que le hizo voltear la cara para no seguir mirándola, claro que él no lo percibía de esa manera.
—¡No es necesario que te mantengas despierta! ¡Si llego tarde no es de tu incumbencia! —se quito la chaqueta y se dirigió a tomar una ducha.
La otra no respondió, solo bajo la mirada y se mantuvo inexpresiva.
Al terminar de bañarse se sentó cerca de la mesa, apoyando la cabeza con la mano y ahí contemplo a la pequeña que estaba durmiendo en el futon, la miraba fijamente y estuvo así por lo menos unos diez minutos, después se recostó al lado de ella y continuo observándola. Ella respiraba de manera pesada lo que significaba que estaba profundamente dormida, el chico se acerco e inhalo.
—El olor de su cabello es agradable, ella siempre tiene buen aroma — pensó —esa mujer aunque es atractiva tenia una fragancia muy fuerte... realmente no quería que Kaoru sintiera ese olor en mi, y mucho menos que se impregnara —Yagami estiro un poco la mano para tocar a la pelirroja en el hombro que se le notaba descubierto —Su piel también se ve suave y fresca.
En ese momento recordó lo que había hecho hace apenas un rato y se detuvo, regreso su mano y cubrió su rostro; el resto de la noche le costo dormir, trato de mantenerse de espaldas y lo mas lejos posible.
El sonido de los autos y las personas que se encontraban a los alrededores del edifico lograron que la pelirroja comenzara a levantar sus pesados párpados, aun veía algo borroso por el cansancio, así que se froto el rostro con la parte posterior de su mano.
Una vez que su vista se enfoco, reconoció el lugar, estaba en la habitación de Iori, envuelta como si fuera un rollo de sushi entre cobijas.
—Ah, esta es la horrible cama de Iori... ¿por que me duele la cabeza?—Kaoru comenzó a liberarse de las ajustadas sabanas —todo tiene su olor — hundió la cara en la almohada para respirar la esencia de el.
Cuando por fin pudo hacer a un lado los pesados lienzos se estiro, pero al hacerlo se percato que no traía las mismas ropas con las que había llegado.
—Eh... —vestía una inconfundible camisa del pelirrojo y no solo eso —¡Aaaaaaaaaaah! —debajo de eso estaba sin ropa —tranquila Kaoru, cálmate ¡CALMATE! —se decía así misma —concéntrate, ¿que fue lo que sucedió a noche?
Las imágenes del reencuentro con Yagami y la manera en que la beso llegaron a ella un tanto borrosas.
—S, si, me beso... recuerdo que la manera en la que lo hizo no me dejaba pensar con claridad, luego entramos al departamento y... — hizo un ultimo esfuerzo por tratar de regresar a ese momento —se que abrí los ojos en la madrugada y el estaba frente a mi, entonces... significa que a noche nosotros...
¡GRACIAS KAMIZAMA! —Fuera de molestarle la chica estaba feliz.
Al salir de la cama vio que los botones de la camisa estaban mal abrochados y procedió a corregirlos.
Iori ya no estaba en la alcoba y ella no lo busco, fue directo hasta la entrada por sus pertenencias, pero su mochila no estaba ahí, tampoco las prendas que habían caído al suelo la noche anterior.
—Oye — dijo Iori que venia de la habitación de entrenamiento.
Vestía sus habituales pantalones amplios para entrenar y sujetaba una toalla detrás de su cuello desnudo.
Ella se puso nerviosa de escucharlo y con lo que había pasado no tuvo valor para mirarlo a la cara.
—Q-¿que hora es? —pregunto estúpidamente.
—Más de medio día... tus cosas están en la otra recamara y la ropa que traías está en el cesto, para que laves todo después.
—Acabo de llegar de America y ¿tu quieres que lave ropa?
—No dije que tenia que ser hoy.
—hmm.
La actitud de el no era diferente a como generalmente solía ser, su expresión tampoco había cambiado.
Yagami fue hasta la cocina y destapo una bebida para apagar su sed.
—¿Te molesta si me baño primero?
El solo sacudió la cabeza en negativa mientras terminaba de beber aun dandole la espalda.
Imagino que no pretendía decirle nada mas, así que la joven se dio la vuelta en dirección al baño.
—Tu cuerpo —pronuncio de la nada antes de que ella entrara —¿tu cuerpo esta bien? —la cuestiono en un tono bajo y frio de voz.
—¡¿eh?!... ah, si estoy bien, ¡perfectamente! —entro rápidamente a la habitación y se cubrió la cara —¡oh! ¡Sí sucedió! —dijo para si misma mientras se deslizaba con la espalda por la puerta.
Una hora después Yagami ya se había duchado y vestido, habían planeado salir a buscar comida, ya que por la hora era muy tarde para ponerse a cocinar.
—¡¿Aun no estas lista?! —le reclamo a la puerta de su habitación.
—Tendrás que ir sin mi.
—¡De ninguna manera! ¡¿Que tonterías estas haciendo?! —Iori abrió la puerta
—¡Espera! ¡¿Que haces?! —Rápidamente Kaoru se cubrió de nuevo con la toalla, mas el otro no parecía sorprendido por verla así.
—¡¿por que pierdes el tiempo?!
—Me da vergüenza —dijo escondiendo la cara —Mi ropa, mi ropa no me viene... —la habitación tenia la ropa regada —Todas las prendas que están aquí, son de cuando había cumplido catorce años, algunas son incluso de antes.
Desde que había ido a Osaka para buscarlo no puso un pie en lugar, por lo tanto nunca le dio importancia a eso.
—Entonces usa algo de lo que trajiste de America.
—Solo traje lo que tenia puesto.
—¡¿Que?! ¡¿Como puedes ser tan estupida?!
—¡Me gusta viajar ligero!
—¿estas segura que nada te queda?
—Las faldas no me suben, y las camisetas me aprietan mucho —lloriqueo, ni la ropa interior le quedaba sin embargo eso no se lo menciono —ya me probé todo —dijo con aflicción.
Irritado Yagami se llevo la mano al rostro y se lo froto.
—Toma algo de mi armario y date prisa, te esperare a fuera —aporreo la puerta.
El pelirrojo caminaba por delante de ella, como siempre había sido, Kaoru generalmente se quedaba sumergida en sus pensamientos la mayor parte del tiempo y esto ocasionaba que se rezagara y esta no fue la excepción, aun tenia en la mente lo de anoche, tratando de aclarar sus imágenes, y concentrada en lo que el otro pudiera estar pensando.
—¡Despierta! — le señalo la calle comercial de la zona donde había muchos locales —ve a conseguir lo que necesites.
Entraron a una tienda, pero la joven no avanzo mas; se giro y vio a Iori parado detrás de ella mirándola.
—Esto es incomodo —dijo en sus adentros.
—¿te vas a quedar ahí parada?
Ella lo miro seriamente.
—No tienes que entrar o estar atrás de mi, se que estas cosas no son de tu agrado.
—Por supuesto que no lo son, las tiendas de mujeres siempre están llenas, es un fastidio.
—¿Entonces? —Ambos se miraron por un momento.
—Te esperare al final de la calle en una hora —le arrojo su billetera —¡y mas te vale no adquirir solo un par de tonterías!
—Si me dejas todo tu dinero ¿como vas?.. Ah ya se fue.
Termino incluso antes del tiempo marcado y corrio para encontrarse con Iori, que la aguardaba bajo la sombra de los edificios.
—¿conseguiste todo?
—si
—¿segura? ¿Escogiste bien la talla? Ya te creció el busto, no te vaya a marcar el sostén.
Kaoru no pudo evitar pensar en lo de anoche con el comentario de él y se puso roja y molesta.
—¡diablos! —le reclamo —¡¿por que dices eso como si fuera cualquier cosa?!
—No dije nada... —no pudo terminar su oración por contemplar la expresión de vergüenza de ella —¡¿que te sucede?!
—¡no me sucede nada! —se adelanto llevando sus bolsas —¡Idiota Iori! ¡El parece que esta tomando las situaciones como si fuera algo del diario! —decía para si mientras caminaba a paso rápido, con la cabeza abajo y la mirada a los pies.
La joven se detuvo de golpe, Yagami que venia a un paso relajado hizo lo mismo, quedando unos metros de distancia.
—hay algo que necesito —dijo tratando de recuperar la serenidad —mis tenis se rompieron hace unos días —argumento mientras recordaba el enfrentamiento en South Town.
—bien, vamos —dijo el pelirrojo regresando a la calle.
A la mañana siguiente Iori no se levanto tan tarde como otros días debido a que no pudo dormir, por fortuna aprovecho a desayunar lo que la pequeña pelirroja había preparado; mientras el comía en silencio, la niña se dio cuenta que la chaqueta de él estaba en el piso y fue a recogerla, al verla Iori se la arrebato de manera brusca.
—¡¿que haces?!
—Iba a colgarla...
—¡No toques mis cosas! ¡No tienes permiso de tomar nada mío!
Cuando se dio cuenta que le había levanto la voz, la niña lo miraba con el entrecejo arrugado.
—como quieras — se dio la media vuelta y se fue a hacer otra cosa.
Ella no le hablo el resto del día, y para toda la semana solo le ponía la misma cara, Iori inconscientemente tomaba como excusa eso para desaparecer el mayor tiempo posible y no demoro en repetir lo de aquella noche, varias veces.
Uno de tantos días como de costumbre, cada vez que terminaban de tocar Oda estaba subiendo el equipo a su camioneta, en tanto lo hacia se dio cuenta que el joven bajista estaba siento asediado por una chica, claramente el se veía molesto y para evitar que el miembro de la banda participara en una escena desagradable lo llamo con la excusa de que lo ayudara a continuar subiendo el resto de las cosas.
—Sabes, algunas de esas chicas son un tanto problemáticas —le hablaba aun con el cigarro en la boca.
—No tengo nada que ver con ellas.
—No soy idiota, se lo que haces y bueno, es tu problema no voy a decirte que hacer — le hablaba de manera casual —pero al ser mayor que tu tengo la obligación de mencionarlo una sola vez, busca una buena chica que se preocupe y cuide ti, que sea cariñosa y tratala apropiadamente.
Lo irrito un poco que el otro se entrometiera, sin embargo se dio cuenta de que no lo hacia con la intensión de fastidiarlo.
—Existe alguien —pronuncio el bajista en voz baja — alguien a quien no puedo tocar... ni siquiera besarla, por que es muy joven.
Oda era perspicaz sabia que con su compañero debía repasar las escasas palabras que el arrojara y así lo hizo, balanceo su cigarrillo mientras miraba al frente y una idea se le cruzo por la cabeza de quien podría tratarse, fuera verdad o mentira no le correspondía mencionarlo, así que solo disimulo.
—Es verdad, a veces me confundo con tu apariencia, eres menor... si realmente te importa la chica, aprende a ser paciente, tarde o temprano se alcanzaran, eso si, no te duermas en tus laureles, asegúrate de que ella sepa lo que sientes antes de que alguien se adelante, por que déjame decirte que no eres el único que querrá tocarla cuando sea mas grande.
Esas palabras del vocalista, le dieron vuelta durante el trayecto a casa.
Kaoru revisaba los modelos con atención, eso era algo que realmente si le agradaba.
—¿porque en lugar de tenis no llevas un par de zapatos para dama?
—¿de que hablas?, estos son los modelos para dama... odio ese tipo de zapatos de los que hablas, no me imagino patinando con esas cosas —le respondió mientras seguía mirando —sabes que solo uso tenis y ...
En ese instante la mirada de la pelirroja fue capturada, en uno de los aparadores estaba un par de botas del estilo que ella gustaba.
—son increíbles... —dijo con la cara pegada al vidrio.
Las correas y estoperoles se reflejaban en sus ojos y sin perder un minuto decidio probárselas.
Iori se mantenía de pie junto a la puerta observando a lo lejos a la jovencita.
—Aquí tiene señorita, el numero que solicito —El empleado se agacho con uno de los zapatos en mano y tomo el pie de la chica —Permita ayudarla —dijo sin ninguna mala intención.
Los ojos de Iori se encendieron de furia, clavando su mirada en la mano que tocaba el tobillo de Kaoru.
—no, no se preocupe, yo lo haré — Se acomodaba el calzado cuando giro la vista a la puerta para darse cuenta que Iori ya no estaba —¿y ahora que? —murmuro mientras su mirada se afilaba y no demoro en alcanzarlo por la calle —¿que sucede?
—Nada, solo me harte.
—Aun hay que ir por comida —dijo ella.
—ordena algo, no estoy de humor —le respondió entre dientes.
—bien.
De regreso al apartamento Iori fue directo a la habitación de entrenamiento, solo se despojo de su chaqueta, la cual arrojo con violencia sobre el sillón, Kaoru solo lo miro sin inmutarse.
Mientras el otro se ejercitaba ella se dedico a revisar que era comestible y que no en la cocina.
—¡¿que demonios?!, ¡este envase estaba desde la ultima vez que yo estuve aquí, y eso fue hace dos años! —Con una expresión de ira contenida, sacaba lo que estaba descompuesto —¡maldición Iori!, ¡esto es asqueroso! —pensó.
Lavaba sus manos enérgicamente después de la desagradable experiencia cuando escucho el timbre sonar, algo que era sumamente inusual, ellos nunca tenían visitas, de hecho, las únicas personas cercanas que sabían donde vivían eran Oda y el señor Tamaki y ni ellos aparecían por ahí, su conocimiento solo era para una mera emergencia.
—¿será alguno de los vecinos? —dijo intrigada.
Al abrir se topo con una hermosa mujer, de cabello castaño claro ondulado, ojos como la miel, labial rojo perfectamente delineado sobre sus labios y un pequeño y sexy lunar.
La dama miro a Kaoru de pies a cabeza.
—Busco a Iori.
—Disculpa, ¿pero quien eres?
—Su novia.
Kaoru se sintió mareada en ese momento, e incluso el aire se le corto un instante, pero se mantuvo estoica.
Hizo pasar a la otra la cual admiro el departamento hasta por los rincones.
—Lindo apartamento —comento mientras se dirigía sin ser invitada hasta el sillón.
—Iori esta arriba, no creo que demore, iría a buscarle pero no me gusta interrumpirlo.
La otra seguía mirando el lugar.
—¿y tu como te llamas? —cuestiono a la pelirroja.
—Kaoru.
—Mm, un gusto —comento de manera antipática.
La joven miro de reojo a la del lunar mientras servia un poco de té, contemplaba como con toda confianza cruzaba sus largas piernas que salían de su entallada falda. Cuando el té estuvo listo llevo una taza a su intrusa, tratando de ser una buena anfitriona y conservando sus modales, aunque por dentro quería golpear a ambos, tanto a Iori como a la chica.
—Por suerte, acababa de preparar un poco de té.
—Ah, gracias.
Antes de que la otra pudiera darle un sorbo, la silueta de Yagami descendía por los escalones, su impávido semblante se transformo al encontrarse con la escena de ambas mujeres.
La intrusa se puso de pie de inmediato.
—Hola —dijo la mujer.
Kaoru evito mirarlo.
—¡¿que rayos haces aquí?! —la interrogo tratando de contener su enojo.
—Te vi en el centro con tu hermana y te seguí hasta aquí, que envidia, ojalá pudieras llevarme de compras también.
—¿hermana? —penso la pelirroja.
—¿creíste que a mi me harías lo mismo que a las otras? —dijo la chica y hubo un silencio sepulcral.
—¡Oh!, bueno, yo... tengo que ir a hacer algo —Kaoru estaba tratando de escapar de la escena.
—¡¿tu a donde crees que vas?! —la alcanzo Iori a medio corredor.
-—Pues!, ¡yo!... ¡debo ir al supermercado! -—le respondió arrebatándole la mano —¡quédate en tu casa! —dijo a la otra chica al cruzar la puerta prácticamente corriendo.
Por los pasillos de la tienda, la pelirroja deambulaba sin tener mucha idea de que comprar, seguía sumergida en sus pensamientos al igual de que se sentía un poco alterada, finalmente, después de unos minutos logro concentrarse y llevar dos bolsas grandes repletas de comestibles.
Y en el trayecto a casa vio que alguien venia de frente.
—Es esa chica —murmuro.
La supuesta novia de Iori venia aporreando los tacones y al parecer limpiándose la cara con las mangas de la blusa.
—Oye, ¿te encuentras bien?
La preciosa chica se detuvo al escucharla dejándole ver su maquillaje corrido y su mirada de frustración y furia. Levanto la mano y la arrojo en dirección de la pelirroja, con toda la intención de encestarle una bofetada, pero Kaoru la evadió con facilidad, lo que provoco que la otra enfureciera mas.
—¡cínica! —le grito y continuo hechando maldiciones mientras caminaba a toda prisa.
—Iori, ¿que le hiciste?...
Cerro la puerta del apartamento y se dio cuenta que su compañero no estaba en el lugar, después de guardar las cosas, se sentó en la mesa en silencio. Lo único que la acompañaba en ese momento era el sonido de las manecillas del reloj que estaba en la pared, retumbando junto con sus pensamientos.
—Queee-diaaaa... —había muchas cosas que quería hablar con Yagami, los eventos del torneo, sobre America, no obstante en ese momento primero quería dejar en claro la situación con él —Me molesto mucho saber de aquella chica pero... también la comprendo, después de todo ¿que me diferencia de ellas?...
Horas después se había puesto su ropa de dormir y secaba su cabello, aun con el ruido del aparato logro percatarse de que alguien había cruzado la entrada principal.
Con la puerta entre abierta solo observo de reojo a Iori pasar de perfil, él se detuvo al verla en la habitación.
—Hola —le dijo ella con su inexpresivo semblante.
El de las llamas púrpura no le respondió y camino hasta ella.
—si quieres darte un baño, el agua aun esta caliente.
Sin aviso previo el la tomo del brazo y la sento en la cama.
—¡¿que estas?!...
Le quito la media y sostuvo su pie entre sus manos, el mismo pie donde se probó el calzado, y comenzó a frotarlo.
Ella se ruborizo estaba confundida.
—¡n-no! —decía con la cara roja.
Yagami acerco sus labios a sus pies y la otra lo evito.
—¡para! —exclamo la chica y lo empujo —¡¿que rayos estas haciendo?!
El se levanto y la miro en silencio con el entrecejo arrugado
—vete... —le dijo con la chica con la mirada baja.
—No.
—fuera de mi alcoba —El permaneció donde estaba —¡dije que te fueras!, ¡no quiero hacerlo contigo!
—¡No te atrevas a decirme eso! —grito el otro.
Kaoru abrió los ojos de golpe y de inmediato su expresión se hizo dura.
—¡Idiota!, ¡¿que demonios pasa contigo?!, ¡no se que le habrás hecho a esa chica, pero no dejare que me trates así!, ¡¿crees que soy de piedra?!, ¡¿crees que no siento?!, ¡no voy a ser tu juguete!, ¡si piensas que para mi lo de anoche fue solo por el calor estas equivocado!, ¡para mi fue importante, si tu solo lo vas a ver como haberlo hecho con cualquiera de una de tus conquistas de una noche, entonces!..
—¡¿De que demonios estas hablando?!
—¡¿como de que?! ¡De lo que paso a noche! ¡Tu y yo!... —Quería llorar mientras continuaba gritándole, sin embargo apretó los puños para evitar que las lagrimas salieran.
—Estas equivocada ¡no paso nada a noche!
—¿que?... —estaba desconcertada —me llevaste a tu habitación, desperté en tu cama, ¡sin mi ropa!
—Te la quite por que estaba húmeda y fría.
—¡Espera! ¡Tu me preguntaste sobre mi cuerpo!
—Cuando te quite la ropa note que tenias marcas como si hubieras peleado días atrás, pensé que te podría doler algo, ademas estabas tan fría a noche que quizás te habrías resfriado.
Kaoru bajo la cara.
—En cuanto te recosté en la cama te quedaste dormida, seguramente estabas exhausta, hasta caíste de la cama y te golpeaste la cabeza sin despertar.
Era verdad, hacia noches que ella no dormía bien y después de los hechos de South Town no se había respuesta del todo.
—Todo este tiempo yo pensé que habíamos...
—De ninguna manera, y eso... no sucederá —dijo de manera contundente —¿comprendes?
Ella demoro en responder, le había dolido.
—si... comprendo, comprendo que tu no ves como una mujer —se le cristalizaron los ojos y apretó los labios —por que no soy tan exuberante y atractiva como la chica que vino...
—¡No! ¡tu!... esa mujer no es nada mío, ella solo creyó que por una vez...
—¡fuera! —exclamo interrumpiendo —¡largo!, ¡no me interesa escuchar eso!
Kaoru empujo a Iori con una gran fuerza casi arrojándolo por el pasillo, el se levanto de inmediato y se dirigió a la puerta pero antes de que pudiera girar la perilla escucho el seguro caer.
Yasakani llevo sus manos hasta su cabello donde casi enterró sus uñas en las raíces de su cabellera y apoyo la frente en la puerta.
—¿que estoy haciendo? —murmuro.
El joven bajista estaba sentado a la mesa de su pequeño apartamento, con el rostro impávido observando a la pequeña que estaba comiendo, le clavo los ojos y se los sostuvo mientras la otra mantenía la vista en su tazón de arroz.
Para ella comenzaba a ser incomodo.
—¿que? —le pregunto mirándolo de reojo –¿tengo algo en la cara?
Yagami no le respondió, seguía tal cual, y la niña volteo la cara con la intensión de aminorar la carga de la penetrante mirada del chico.
—Hoy no tengo que tocar, así que iremos a caminar —dijo casi como si fuera una orden.
—No quiero.
—te saldrán raíces.
—no me importa.
—incendiare el apartamento
—Entonces moriré —claramente ella estaba molesta.
El otro exhalo y se dio la vuelta para mirarla de frente, cuando lo hizo ella giro estando sentada en la dirección contraria.
—¡deja de evitarme!
—no se de que hablas —masco una porción de arroz.
—¡no te hagas la tonta! —exhalo y trato de moderarse —ven —le dijo en un tono mas sereno —quiero salir contigo...
En el idioma de Iori eso era casi como suplicar.
—Bien — le respondió apretando los dientes.
Por un rato anduvieron sin decir nada, parecía una competencia de quien se mantenía callado mas tiempo hasta que llegaron a un parque.
—Hace calor, sentémonos ahí —dijo Yagami
Bajo la sombra del árbol el se recostó en el pasto y ella se quedo sentada; un grupo de niños a la distancia se aglomero donde un vendedor de raspados y Kaoru miraba con curiosidad.
—¿Quieres uno?
—no se si pueda comerlo
—claro que puedes, vamos.
—¡Sabe muy bien! —el semblante de la niña cambio al probar el raspado de fresa que había elegido
—Te dije que estaba bueno.
—¿puedo probar del tuyo? —Yagami le ofreció una cucharada y de pronto ella puso una mueca graciosa —sabe raro.
—Es de limón —rió levemente al ver la expresión de la otra —te quedaron rojos los labios del frio.
—¡¿de verdad? —Kaoru jalo a Iori del brazo para darle un beso en la mejilla —¿que tal? ¿Estaba frio?
El pelirrojo se la quedo viendo esta vez de manera distinta
—No podría decirte, fue muy rápido — se agacho un poco —tendrás que repetirlo –dijo en voz baja.
La pequeña se puso de puntillas y lo volvió a besar, esta vez un poco mas despacio, el beso fue tibio.
—Esta helado —le dijo para molestarla —se te caerán.
—¡claro que no!
Se reconciliaron sin darse cuenta y con ese mismo ambiente regresaron a casa.
Durante la noche, ambos dormían aun con algo de espacio entre ellos, pero esta vez fue Kaoru que abrazo al chico entre sueños.
El quiso hacerla a un lado mas el aroma de la niña lo golpeo y de nuevo intento acariciar su brazo.
—"si realmente te importa... aprende a ser paciente"...
Recordando las palabras de su compañero de banda se detuvo nuevamente antes de tocarla.
—¿que estoy haciendo? — se pregunto a si mismo
Estaba intrincado, cuatro años no parecía mucho, pero estaban en un punto en el que ella aun era una niña y el se estaba convirtiendo en hombre.
De pronto Kaoru abrió los ojos y se encontró con un Iori totalmente despierto observándola de cerca; el no supo como reaccionar así que permaneció callado, la pequeña estiro su mano y comenzó a acariciar el rostro de él.
—¿no puedes dormir?
El no le respondió.
Kaoru siguió acariciando el rostro del pelirrojo de manera suave hasta que lo relajo y con delicadeza le cerraba los ojos, el suspiro en alivio de que ella fuera quien lo tocara, entonces estiro el brazo y la rodeo con cuidado para seguir durmiendo.
Pasaron un par de días, y al termino de la presentación de la banda, un grupo de fanáticas se acerco a ellos, estaban subidas de copas y una de ellas se colgó del pelirrojo que agito el brazo para liberarse, fastidiado salió a fumar, mas la chica no se rendiría, de manera chocante lo intento besar en la boca y el volteo la cara, de inmediato ella comenzó a besarle el cuello, poco a poco su naturaleza lo iba traicionando permitiéndole a la otra continuar. Pensó que en ese callejón nadie vería nada, aun así deslizo la vista para estar atento y vio pasar a Kaoru, que claramente lo reconoció; la pelirroja se detuvo solo dos segundos con los ojos completamente abiertos y sin decir nada siguió caminando un poco mas rápido.
Yagami empujo a la mujer y corrio tras la otra que se quedo parada de espaldas a un lado de la puerta del local.
—¡¿que demonios estas haciendo aqui?!
—yo... eh... paso algo, fui... —no lo miraba a los ojos ni levantaba la cara —salí para tirar la basura, y accidentalmente perdí mi llave —hablo nerviosa —decidí esperar a que regresaras, pero ya eran muchas horas...
Iori se froto la cara y después busco en su bolsillo para entregarle su llave.
—vete a casa.
Ella acento con la cabeza y tomo la llave, avanzo dos pasos y se detuvo.
—La dejare en el buzón ya que llegaras tarde —fue lo ultimo que dijo y corrio.
Iori vio como la niña se alejaba sin si quiera mirar atrás, sabia que ella no era tonta, solo rogaba por que no lo detestara.
El reloj marcaba la una de la madrugada y Kaoru no había pegado el ojo, aunque estaba serena, aun sentía un nudo en su garganta, aprovechando que todo estaba en silencio, salió con cautela para preparar una taza de té que le permitiera descansar.
Ni siquiera encendió la luz para que el no se diera cuenta que estaba fuera de la habitación.
Lleno el recipiente con agua y lo coloco sobre la estufa, antes de poder accionar la hornilla algo atrajo su atención, detrás de la cortina que cubría la ventana hacia el balcón, había una pequeña luz que a ratos se hacia mas intensa.
—¿luciérnagas? ¿En invierno? —corrio la cortina y no fueron insectos lo que hallo, sino a Iori sentado bajo el cielo nocturno fumando un cigarrillo y un pequeño vaso con licor al lado.
Yagami escucho la ventana deslizar y cuando volteo vio a Kaoru que le coloco una frazada alrededor de el.
—Por lo menos cúbrete apropiadamente —le dijo en voz baja y con toda delicadeza le acomodó la prenda — el no se quejo.
La joven estaba por regresar al interior pero lo vio de reojo, tenia una expresión melancólica, suspiro y se sentó junto a él.
—Creo que te he molestado desde que regrese y no quiero incomodarte, podría pedirle asilo a Chizuru.
Iori se saco el cigarro de la boca y demoro un poco en responder.
—Si, seria lo mejor— se estiro, lo apago en el piso y después miro a la otra —pero realmente no quiero eso.
Kaoru se quedo muda.
—Cuando te vi al otro lado de la calle, sabia que eras tu, sin embargo por un segundo no te reconocí, ya no eras una niña, tenia frente a mi a una chica que se esta volviendo una mujer...Haz estado lejos de mi por mas de un año y pensé que quizás habrías cambiado, que ya no serias mi Kaoru, tal vez serias como esas mujeres desagradables, mas no es así, sigues siendo tu en un cuerpo que ahora mas que nunca deseo tocar.
—Iori, tu siempre me haz tocado, en Osaka...
—Eso era diferente, no hay comparación en eso y en la manera en la que quiero hacerlo en este momento...por eso te bese, quería sentirte y saber que eras tu ¿Crees que no te veo como una mujer? No tienes idea de lo mucho que me estoy conteniendo desde que cruzamos esa puerta, a noche si no te hubieras quedado dormida realmente lo hubiera hecho, pero ¿sabes que pasa cuando a un botón lo obligas a florecer? Lo destruyes... si hay algo que no deseo es hacer algo que pueda afectarte y termines rechazándome. Eres la única persona que no quiero que me odie... puedo intentar vivir lejos de ti, mas no sabiendo que me odias... no seré capaz de soportarlo...por eso, no digas cosas como que no quieres estar conmigo o que pienses que no deseo tomarte. Estoy consiente de todo, de que haz crecido, de que te he lastimado varias veces, sin embargo ahora es diferente, esto es algo que quiero atesorar de ti, tal vez no use las palabras correctas, pero lo que quise decir es que no hay prisa, te he esperado por muchos años, así que te esperare un poco mas —Yagami había dado unos sorbos a la bebida para desinhibirse y poder decirle lo que pensaba y sentía.
En toda su vida, jamas había tenido una conversación tan extensa con el, y mucho menos que el hablara por tanto tiempo. Había puesto tal atención que casi pudo memorizar todo, seguramente no volvería a oírlo decir todo eso, pero estaba conmovida de que el hubiera decidido mencionarlo.
Kaoru trago saliva para aclarar su garganta y se acerco a el, cruzo su rodilla entre las piernas de el hombre para mirarlo cara a cara.
—Hay muchas maneras de tocar a alguien —tomo la mano de Iori y la puso en su mejilla, la mano de el estaba un poco áspera pero a ella no le importaba, su enorme mano entibiaba su mejilla —Así —dijo en voz baja y después pego su frente con la de él —y así.
Sus rostros estaban prácticamente uno con otro y la respiración de ambos se hizo ligeramente profunda dejando salir el vapor de sus alientos que se notaba debido a la fria noche.
—Eres un idiota Iori... ¿como pudiste pensar que podría odiarte? Te había dicho, que eso es imposible... ¿que no te das cuenta de cuanto te amo?... y ahora... este sentimiento es aun mas fuerte —le dio un pequeño beso rozando sus labios —No me hubiera molestado que sucediera por que eres tu, pero me hace feliz saber que piensas de esa manera. Gracias por decirme esto, te prometo que seré paciente.
Ella se aparto y se recostó sobre el. Yagami tomo el resto de la manta y la volvió.
—buena chica —susurro.
Estuvieron así por un poco mas, contemplando la luna.
La tarde siguiente Kaoru iba caminando por la calle en dirección al restaurante, llevaba una caja un tanto pesada con ella, era un enorme bento que había preparado para los miembros de la banda y el dueño del local, aprovecharía que estuvieran ensayando para saludarlos y que comieran juntos.
El torneo quedo atrás, Goenitz ya no estaba y los sucesos en South Town se apaciguaron y había logrado aclarar las cosas con Iori. Su rostro estaba mas tranquilo al igual que sus pensamientos.
—Es mejor que no haya sucedido nada entre Iori y yo, por que no me hubiera gustado no recordarlo, espero que cuando ese momento llegue ambos podamos... mmmm, a todo esto, ¿que es lo que somos exactamente? —Kaoru sacudió la cabeza al ver que estaba empezando a intrincarse —no, no, eso no, estamos juntos eso es lo que importa, no necesitamos ponerle una etiqueta.
—¡Ya te dije que me dejes en paz! —era Iori que alzaba la voz mientras se desprendía a una chica de encima a las afueras del restaurante.
Al igual que la mujer de la noche anterior, esta también era una belleza.
—¡No lo acepto! ¡No puedes pasar una noche conmigo y solo irte! —le reclamaba la otra
— ¡eso fue hace meses! ¡No pase la noche contigo solo unas horas! ¡Y ni siquiera recuerdo tu maldito nombre!
—¡pero!
—¡Ahora vivo con mi novia así que no me estés molestando!
La chica estaba furica, y de pronto deslizo los ojos a un lado de Yagami.
—¡¿que rayos miras?! — grito la chica.
Iori viro un poco la cara para ver a quien estaba ofendiendo la mujer, al hacerlo su rostro se descompuso, Kaoru estaba parada al lado, atónita y con el rostro casi como un tomate, nunca se imagino que ella apareciera y lo escuchara.
—¡hazte a un lado niña! —le exigió la otra.
—¿niña?—tomándolo como algo personal, le arrojo el paquete a Iori y confronto a la mujer—¡Yo no soy una niña! ¡Yo, yo ¡yo soy su novia! —grito.
Con eso la fémina decidió no seguirse humillando así que se fue, no sin antes gritarle al pelirrojo una retahíla de ofensas.
—¡¿que estas haciendo aquí?! — la cuestiono Iori sin mirarla a la cara.
—¡pues! ¡Comida! ¡Traje comida! —le respondió al igual, sin mirarlo.
—¡entonces entra y come para que te vayas!
—¡la comida es para todos!
—¡Maldita sea, Kaoru!
No mencionaron el asunto ni nada con respecto a lo que habían dicho y oido, simplemente entraron al establecimiento irritados y avergonzados.
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