CAPITULO 8:"El lugar al que pertenezco"

Las horas habían transcurrido, el cuerpo de bomberos se encargo de evitar que el incendio del hospital se propagara, la electricidad había vuelto a las calles, sin embargo nadie fue a casa. Todos estaban en el centro comunitario para revisar a sus familiares y amigos; los peleadores que defendieron por la noche también llegaron ahí para reposar un poco y asegurarse de que su labor no había sido en vano.

Para antes del medio día todos los pacientes habían sido purificados y los tres miembros del clan Yata decidieron descansar por un momento pues aquel proceso les consumía mucha energía.

Aquellos que no sufrieron daño alguno curaron amablemente las heridas superficiales de sus protectores y se encargaron de llevar agua y comida.

—Poco a poco volveremos a la normalidad—comento Terry a Ryo que a pesar de la pelea seguían participando en las tareas.

—Espero que si, me gustaría ver a Yuri y también que King pueda volver a abrir el bar pronto.

—Ja, ja, amen por eso...

En tanto Fate le dio el maletín a sus hijastros así como instrucciones especificas para que se movilizaran y comenzaran "las negociaciones" pertinentes".

—Con los documentos que me hicieron llegar seguramente podremos hacer que las personas vuelvan pronto a sus hogares —comento los rubios. Fate se había arremangado la camisa y tirado la corbata para ser de ayuda.

—¿puedo preguntarle como es que obtuvo ese maletín?

—Que pregunta mas extraña, la señorita que me lo entrego dijo que lo enviaban los hermanos Bogard —dibujo una media sonrisa.

—¡Ah! si, es verdad —respondió Terry siguiendo la corriente, estaba seguro que había sido gracias a Blue Mary.

—¡Oigan! ¡Están hablando en las noticias de lo que sucedió a noche! —alzo la voz la bar tender para atraer la atención de la mayoría de los involucrados que se arremolinaron junto a un televisor de tipo caja que estaba en una de las esquinas superiores del lugar.

"Durante el transcurso de la noche la ciudad de Southtown se encontró bajo el ataque de un grupo de guerrilla que buscaba destruir el nuevo hospital de la ciudad y robar la vacuna que apenas había llegado al lugar"...

—¡¿que?! —exclamo King molesta

"...Por fortuna gracias a la intervención de las autoridades se pudo contener a este grupo radical y la vacuna fue suministrada de manera exitosa"...

—¡Todo es mentira! — añadió Mai también irritada.

—tranquila Mai —intento serenarla su novio.

—¡No es justo!

—Es evidente que el gobierno de la ciudad aun esta bajo el control de Geese y sus aliados, por lo tanto era de esperar que tergiversaran la información de todo lo que ocurrió —comento Fate.

˝... mientras tanto el gobernador provisional presento su renuncia esta mañana; para el medio día se designara al nuevo alcalde de la ciudad, quien se rumora para obtener este puesto es el empresario ruso Duke Burkoff "...

Al escuchar el nombre de Duke, el semblante de todos se transformo, principalmente el de Fate y el de los Bogard.

—¿Empresario? sí, como no — dijo Reiji —otro hombre impuesto por Geese.

—Igual de detestable... Esta vez no permitiremos que se repita la historia, mantendremos un ojo en él —expreso Fate sin dejar de mirar al transmisor.

Con lo que escucharon había sido suficiente, no querían saber mas sobre las malas noticias, así que decidieron apagar el televisor y continuar con todo lo que tenían pendiente.

—Reiji, ¿que hacemos con esto? — Moe le entrego las muestras a su maestro.

—lo mas prudente es destruirlo —Oogami tomo el estuche y se dirigió hasta donde se encontraba el comandante Heidern —Creo que lo mas prudente es que usted se encargue de esto, por favor llévelo lo mas lejos posible.

El enorme comandante abrio el maletín y lo primer que llamo su atención fue la muestra con las iniciales L.H. Frunció aun mas el ceño y lo cerro.

—me encargare de desaparecerlo de la faz de la tierra — Aquella muestra, esas iniciales, claramente pertenecían a Leona.

La otra no tuvo oportunidad de ver el contenido, lo único que Leona pudo alcanzar a ver es como Reiji Oogami le había arrojado una mirada, mas no era del tipo incomodo, era como si hubiera visto algo en ella que estuviera reconociendo, pero no le dijo nada, Oogami agradeció al comandante y se retiro.

Una media hora después, en la acera que estaba por fuera del centro comunitario Kaoru estaba sentada con la cabeza abajo, había tanta gente en el interior que solo pensaba en buscar un poco de aire fresco. De pronto algo frio toco su mejilla y ella se encogió por la sensación, cuando volteo vio que había sido Terry que coloco una lata de agua fría en su rostro.

—tienes un gran golpe ahí .

—Gracias— La otra sostuvo la lata un rato mas en esa posición.

—Si estas cansada puedes ir a casa, los demás nos haremos cargo aquí —se sentó junto a la chica y abrió una lata de soda que también llevaba.

—Casa... —escuchar esa palabra de repente le pareció extraño.

—Avisa si Reiji las reprende demasiado, tal vez pueda suavizarlo para que no las castigue —dijo en un tono casual.

—El no se enfada por mucho tiempo... aunque es alguien responsable, también es muy comprensivo, solo Moe le da un poco dolor de cabeza a veces.

—Ah, si, ella se ve bastante impulsiva.

—yo mas bien diría que es imprudente —la chica bajo la lata y la destapo con cuidado.

—Imagino que por eso se llevan tan bien, son como que lo opuesto y así se complementan.

—¿Como tu y Andy-san?

—algo así, solo que Andy también es un gran rival.

Permanecieron en silencio unos segundos tomando sus bebidas disfrutando de la brisa invernal que no era tan fría en esa ciudad. El rubio sostuvo con una mano su gorra para evitar perderla por la corriente y la otra se aparto el cabello del rostro.

—En Japón debe hacer mas frió, ¿verdad? He estado ahí unas veces y la verdad las cuatro estaciones son impresionantes...

Mientras Terry continuaba hablando ella no pudo evitar pensar en su tierra y sobre todo en aquella persona; sin embargo cada vez que pensaba en él, las palabras de Maki llegaban a su mente.

—Terry-san —lo interrumpió —por, ¿por que te involucraste en esta situación? No era tu obligación.

El otro la miro de re ojo

—¿Ves aquella calle al fondo? Ahí hay un lugar que vende unas excelentes rosquillas, y en esa otra, si llegas al final hay un parque muy bonito, a Rock le gusta ir ahí a veces, oh y también en la siguiente cuadra, ahí esta el bar de King y el pao pao café, cuando Mai llega de Japón le gusta ir a ese lugar.

La pelirroja lo miro confundida y Terry se dio cuenta.

—Con eso me refiero a que esta ciudad, buena o mala, es mi hogar; tengo recuerdos agradables en muchas partes, aquí esta la gente que quiero a quienes considero mi familia y mis amigos, este es el lugar al que pertenezco; por lo tanto si puede estar en mis manos haré todo lo posible por ayudar y traer tranquilidad. Ahora dime. ¿Tu por que estas aquí?

—Por que Reiji dijo que necesitaba ayuda.

—Y tu accediste por que lo aprecias, ¿cierto? —La chica acento —eso hace uno con las personas que aprecia, aun si la situación no parezca favorable.

Kaoru tamborileo los dedos en la lata que ya estaba por la mitad, meditando las palabras de Terry y después se puso de pie.

—Terry-san, ¿en que mas puedo ser de ayuda?

—Oh, creo que los chicos de Fate están repartiendo la comida y el agua, puedes darles una mano.

La pelirroja regreso al interior del concurrido sitio mientras Terry permaneció ahí disfrutando lo ultimo que le quedaba de su bebida.

El grupo de los Ikari no planeaba demorarse mucho mas ahí, solo estaban reuniendo algunas cosas para regresar a donde los aguardaba el helicóptero, o mas bien esa excusa había dado el comandante, para que sus hombres pudiera recobrar su energía.

—El teniente y yo nos adelantaremos para encontrarnos con Fio, Coronel, lo veré en treinta —dijo refiriéndose al tiempo.

—Si comandante.

Leona estaba rezagada, se había lavado la cara y al salir del sanitario su cordón se había desabrochado, así que se inclino para ajustarlo.

A los pocos segundos una sombra la cubrió, era la pelirroja de Japón que le extendió una botella de agua.

—Gracias, de nuevo —le dijo con una voz mesurada.

Leona la miro con su característico semblante.

—¿que quieres? — la cuestionó mientras regreso a arreglar sus agujetas.

—Solo eso.

—te lo dije, era mi misión —respondió de manera firme.

—Mencionaste que durante el torneo había sido tu misión, pero, esta vez no fue de ese modo, ¿no es así? —La soldado no le respondió continuo con la cabeza abajo —quizás, debido a lo que ese hombre dijo tu creas que tienes alguna deuda conmigo, eso de ninguna manera, al contrario, yo te debo a ti el haberme ayudado dos veces.

—se breve —pronuncio entre dientes la peliazul en un tono golpeado.

Kaoru respiro profundamente

—lo que haya sucedido en el pasado, sea verdad o no, no nos corresponde a nosotros pagarlo.

Leona también respiro profundamente, se puso de pie y tomo la botella de agua, no miro a la otra ni le dijo nada, simplemente se comenzó a perder entre la gente.

—Es verdad, no era tu misión — dijo Ralf que la esperaba detrás de un pilar y había escuchado todo —y no solo ayudar a esa chica, sino también el tomar partido, realmente eres una buena persona.

La joven Heidern miro a Jones por el rabillo del ojo.

—te equivocas...

—¿en serio? —sonrío —supongo que el tiempo lo dirá — se estiro un poco — vamos, es hora de regresar a casa... Muero por una cerveza fría.

Para cuando el sol estaba por caer en el lugar solo quedaron las personas que esperaban regresar a sus hogares en el transcurso de las horas, el resto de los peleadores se despidió y tomaron sus respectivos caminos.

Terry llego a su apartamento sosteniendo al pequeño Rock, apoyado en un hombro; el niño se había quedado dormido, estaba exhausto igual que su tutor; pero como siempre Terry no flaqueo. Lo primero que vio al encender La Luz fue una nota que habían pasado debajo de la puerta y después de acostar al pequeño, sacar una cerveza de la nevera y echarse al sofá; procedió a darle lectura.

"Los siento guapo, debo ir a otra ciudad por trabajo, te debo una cita... Blue"

Dejo la nota a un lado, suspiro profundamente y dibujo una media sonrisa, se cubrió la cara con la gorra y no se dio cuenta cuando se quedo dormido.

El grupo de Oogami al fin pudo regresar a la casa de Sound Beach, estaban maltrechos, sucios y agotados, no pudieron hacer nada mas que desplomarse por todo el living y pasar ahí el resto de la noche.

A pesar del cansancio Kaoru tuvo un sueño, esta vez no fue uno de esos extraños que se le presentaban a ratos, en realidad fueron imágenes del pasado de cuando era una niña y se encontraba en el futon de la casa Yagami, en las noches de invierno que nunca le parecieron frías cuando Iori dormía a su lado, ella a veces abria los ojos en mitad de la noche y se percataba que el otro la abrazaba, a un que siempre se recostaba dando la espalda creyendo que ella no se daría cuenta, su conciencia lo traicionaba y terminaba por aferrarse a la niña.

Entonces despertó del sueño y miro la moderna casa de Sound Beach, giro la cabeza y contemplo a sus compañeros; a Miu y Sinobu durmiendo casi tomados de la mano, a Jun y Reiji en el piso y a Moe que estaba a un par de metros entre unos cojines. Estaba en un buen lugar, con gente agradable y hasta cierto punto cariñosa, pero su corazón estaba inquieto.

Se levanto y fue hasta el jardín de la parte posterior, ahí se sentó en los escaloncitos de madera y contemplo la luna que brillaba intensamente en ese lienzo negro.

No pudo volver a dormir.

El ruido de las sartenes y los platos despertó a Moe que era la única que quedaba dormida en el living.

—¿eh? ¿Que? —dijo somnolienta y el cabello revuelto.

—Buenos días —la saludo Reiji que ya estaba aseado y vestido, y junto a Kaoru y Sinobu preparaban el desayuno.

—¡¿están locos?! ¡Vuelvan a dormir!

—ya pasan de las diez —comento Sinobu en voz baja

—entonces me despiertan cuando sea medio día —se levanto y se arrastro hasta su habitación para echarse a la cama.

—¡Si te duermes mucho tiempo te dolerá todo! —le advirtió Oogami.

Solo se escucho la puerta cerrarse detrás de Habana.

—¿quieres que la traiga?

—No, déjala, creo que todos nos merecemos una recompensa —respondió Reiji.

—Por cierto Kaoru-sama , feliz cumpleaños —dijo el tímido Sinobu —hoy es tres.

El corazón de la chica de nuevo palpito.

—Gracias —le respondió de manera serena.

—Entonces traeré otro pastel de regreso —comento Jun que se había arreglado muy bien.

—¿saldrás tan temprano? ¿Te ligaste a alguien en el centro comunitario? —rió levemente.

—No bromees Reiji, iré a comprar los pasajes de Sinobu y Miu, ellos deben volver a Japón, para que puedan inscribirse en el próximo curso.

—¿tu no iras?

—me quedare aquí un par de semanas, después debo ir a una sesión de fotos que tengo programada.

—Sinobu, ¿puedes ir a buscar a Miu? — le dijo la pelirroja en voz baja.

El otro obedeció y se dirigió a encontrarse con su "hermana". En eso Kaoru aprovecho para dialogar con los mayores.

—Reiji, June ¿puedo hablar con ustedes?

La única que no estuvo presente para el desayuno fue Kagami, todos los demás comían como de costumbre y esta vez no encendieron el televisor.

—Olvide decirlo Moe, te llego una carta el otro día es tus padres, con todo lo que paso no lo había recordado hasta ahora —Reiji entrego el sobre a la cabello corto y esta le dio lectura de inmediato.

—¡Es genial! —salto de felicidad —¡Mis papas aceptaron que pueda vivir aquí!, solo quieren que regrese para concluir el ciclo de la escuela, pero a final del verano estaré de vuelta.

—Bien, entonces podemos llevar el entrenamiento de lleno.

—¡Si! ¡será genial! ¡Kaoru ahora si podremos divertirnos todos los días y entrenar juntas!

La otra abrió la boca pero fue interrumpida por Oogami.

—En ese caso dejare tu habitación tal como esta, haré remodelar la que Jun dejara.

—Es una lastima que Sinobu y Miu no estarán —continuo Moe

—Nosotros debemos volver también, por la escuela —dijo Miu —Jun quiere que partamos lo antes posible para ponernos al corriente.

—quiere que salgamos mañana en el vuelo del medio día —agrego Sinobu

—¿tan pronto?

El otro acento

—Ellos pueden volver cuando lo deseen, esta casa estará abierta siempre, ya que de un modo u otro, somos una familia —sonrío Oogami mientras miraba a Kaoru.

—Reiji, tengo una duda ¿por que antes no pudiste ver el parasito en los afectados? —lo cuestiono la japonesa de cabello rojo.

—Probablemente a las alteraciones que esos dementes hicieron para implantarlo, lo manejaron como un "virus" así que tuvo que incubar lo que le tomo un tiempo.

—sabes, ¿sabes si exista otra manera de extraer la presencia de Orochi de un cuerpo?

Oogami la miro con sospecha, la chica lo cuestionaba teniendo la imagen del heredero Yasakani en su cabeza, justo cuando el fue afectado por el disturbio de la sangre.

—No tengo una respuesta a eso, bueno, podría decirte que no, sin embargo técnicas y rituales como la purificación fueron desarrolladas por antiguas grandes sacerdotisas del clan Yata que se superaron en conocimiento y poder, así que decir que no existe seria como poner un limite a la energía del espíritu humano.

Las palabras de Oogami le dieron un ápice de esperanza a la chica.

Al día siguiente todos los miembros de la casa de Sound Beach fueron al aeropuerto a despedir a los demás.

En el trayecto Jun no paro de darles indicaciones de todo lo que tenían que hacer en cuanto el avión aterrizara.

—Esta bien, no somos bebes — Miu apretó los dientes fastidiada del trato de la modelo hacia ellos.

—No son bebes, pero aun son niños —la apoyo Reiji.

—Lo bueno es que Kaoru los acompañara... —en ese momento Kagami se cubrió la boca

Y Habana se giro perpleja hacia su amiga, la cual tenia la mirada al piso.

—¿como? —dijo sin poder creerlo.

—Lo siento, se disculpo Jun.

—no, esta bien, de todos modos iba a pasar —Kaoru levanto los ojos.

—Los acompañaras y luego regresaras, ¿cierto? —la voz de Habana se quebró un poco, hacia muchos años que no se veían y apenas se reencontraron unos meses atrás, la Hawaiana ya la veía como su familia y probablemente para la otra también era así.

La de cabello mas oscuro la miro directamente.

—Este lugar ha sido muy agradable y todos han sido muy amables....

—¡Entonces quédate! —insistió.

—No puedo hacer eso, veras, hay alguien en Japón a quien debo ver, una persona que quizás me esta esperando, es realmente especial para mi y mi corazón no estará tranquilo mientras este lejos de esa persona.

Impresionantemente Moe se puso muy seria y guardo silencio unos segundos.

—Ya veo —escondió la cara un instante —si es así, todo esta bien –le sonrío—al menos ahora, ya se donde podemos encontrarnos.

Kaoru sonrío de vuelta a su amiga.

—Cuídate, y por favor recuerda lo que te dije —Reiji coloco su mano sobre la cabeza de Kaoru de manera paternal —No olvides, que también Sound Beach es tu casa.

La chica asento.

—Gracias Reiji, Gracias Moe, pero el hogar es donde mi corazón pertenece —la imagen de Yagami inundo sus pensamientos —quiero hacerlo feliz y transmitirle adecuadamente mis sentimientos—dijo para si y apoyo la mano en la ventana del avión que se encontraba en el aire, mientras Miu y Sinobu dormían —Por favor espera un poco mas...

Con un pie en Japón y después de llamar a Reiji para avisar que habían llegado bien, el grupo de tres salio de la terminal para ser golpeados por la helada noche de Tokyo.

—¡Si es una gran diferencia en la temperatura de Tokyo y Southtown! —Sinobu cruzo sus brazos para darse calor.

—Te dije que usaras un abrigo mas grueso —le dijo su hermana que se había preparado correctamente —incluso esta nevando.

Siendo la mayor y por lo tanto la responsable, Kaoru se vio obligada moralmente a sacrificarse y le entrego su abrigo a Sinobu.

—¡Pero! —se ruborizo el chico por la vergüenza de ser atendido

—Esta bien, no me moriré.

Un chofer contratado por Jun llego por los chicos, a la terminal, dejaron a la pelirroja cerca de la ciudad y ellos se dirigieron hacia su casa.

—¡Mierda! ¡Que frio! —exclamo la pelirroja una vez que se fueron —¡todo por intentar verme genial ante ellos! —estornudo.

A paso apresurado avanzo por las calles en dirección al apartamento donde solía vivir, solo podía pensar en abrir la puerta y ver a su persona mas querida, eso era suficiente para resistir el frio. En unos minutos reconocía bien las calles, estaba en su vecindario, no obstante se detuvo de repente y recordó la llamada que él le había hecho días atrás.

—Oh no... ¿y si esta molesto? —Ya no estaba tan segura de continuar hacia el lugar, su hermosa visión se convirtió en una escena de rechazo por parte del pelirrojo.

Aun cuando el la había llamado, la chica recordó que la abandono en el templo antes del torneo.

—Tal vez yo me estoy haciendo falsas esperanzas... no, no puede ser... —Kaoru cambio su ruta y corrio hacia otro lado —necesito saberlo.

Corrio al menos tres cuadras y cuando estaba llegando a la ultima esquina redujo la velocidad y permaneció en la acera contemplando el restaurante-bar del señor Tamaki, con sus brillantes luces de color cálido encendidas y el sutil rebote de la música rodeándolo.

—Ah, esa canción, él aun esta adentro —La chica aguardo al menos unos veinte minutos, en el frio de la noche las melodías la acompañaban, ella solo podía cerrar los ojos e imaginar al bajista en el escenario.

La música dejo de sonar, era el receso de la banda, y sus miembros salieron para fumar un cigarro.

No fue difícil ubicarlo, era el mas alto e imponente de ellos, ademas, ella lo reconocería donde fuera.

—Oye Oda, ¿esa no se parece a Kaoru? —pregunto uno de los miembros de la banda que la noto del otro lado —¿no esta muy alta para serlo?

—Idiota, ya estaría mas grande —le respondió el vocalista. —¡Hey Yagami! Mira allí —dijo el otro sacando su encendedor.

Iori no alcanzo a poner el cigarro en su boca, casi se lo dejo caer a su compañero mientras miraba al otro lado de la calle.

—Me vio —susurro ella y comenzó a avanzar hacia el. Iori hizo lo mismo —luce molesto — dijo para si misma.

Yagami se detuvo a mitad de la calle y ella lo alcanzo en ese punto. La contemplaba con su mirada fría y el entrecejo arrugado, como si se estuviera conteniendo de reclamarle.

—Lo, Lo siento —inclino la cabeza en disculpa —no debí... —Algo un tanto pesado, cayo en su espalda y le cubrió la cabeza, de repente ya no sintió tanto frio.

—Tu... ¿me odias? —le susurro Yagami que se había quitado su abrigo y se lo había puesto.

Kaoru alzo la cabeza sorprendía de la reacción del pelirrojo y con los pies firmes, mirándolo directo a los ojos le respondió:

—¡No hay manera!... ¡yo jamas podría odiarte! —pronuncio con toda claridad y las mejillas rojas.

El la contemplo fijamente, con su expresión seria por unos segundos mas, y después cruzo uno de sus brazos para acercarla a él.

—Suficiente, no necesito escuchar nada mas —Yagami apoyo un poco su cabeza en la de la chica, y una pequeña sonrisa se dibujo en él, una expresión que solo fue de él.

Ella se aferro al joven, estaba realmente feliz de estar de nuevo con el, tanto que le parecía increíble que fuera verdad.

Iori la soltó y se limito a tomarla del brazo.

—Vamos — solo eso le dijo y se encaminaron a su hogar.

—Creo que no volverá por hoy —dijo Oda apagando su cigarrillo y encendiendo otro —Esta bien, es justo — hizo una expresión de alivio.

De camino a casa, Iori no dijo nada, ni la volteo a ver, solo la sujetaba y parecía ir un poco rápido. Su expresión tampoco había cambiado en absoluto.

Ella prefirió no abrumarlo con interrogantes, simplemente se dejo guiar.

—Quizás es por el frio — se convenció a si misma.

Cuando llegaron al ultimo piso, donde estaba su apartamento. Yagami le impidió continuar, la giro y la acorralo con sus dos brazos apoyados en la pared.

—Q- ¿que? —trato de hablar pero los nervios no la dejaron, tenia el rostro de Iori a unos centímetros del suyo y el la miraba con tanta seriedad que no sabia si podría estar enojado.

La chica no pudo ni pronunciar dos palabras.

El hombre la beso sin previo aviso; aun cuando venían de la nieve, el calor de los labios de Yagami comenzó a llenarla de esa misma sensación por todas partes y mas aun que a como avanzaba los besos se hacían mas profundos, las rodillas de la joven se vieron débiles ante el abrupto.

De esa manera la llevo hacia la puerta, Iori busco con desesperación las llaves en su bolsillo, por suerte solo había dos en todo el juego, no lograba atinar a la cerradura, fue una suerte que pudiera abrir, ya que sus manos, su mente, sus ojos y su boca, estaban indispuestos. Después de entrar solo cerro la puerta de una patada, el sonido fue tan estridente que algunos vecinos de los pisos inferiores sacaron la cabeza por el pasillo para saber que lo había provocado.

Ella dejo caer todo, su mochila sin importarle bien en donde y una vez que se sacaron los zapatos con los mismos pies, el la despojo del abrigo que cayo con pesadez debido al tamaño y a la humedad.

Yagami se aparto un segundo y contemplo su rostro enrojecido, le pareció sumamente adorable y lascivo.

La otra estaba completamente nublada, nunca espero algo así por parte de él.

El pelirrojo la levanto en un movimiento rápido y ágil, esta vez la cargo de frente, y volvió a besarla con intensidad.

—a ¿a donde? —ella intento preguntar hacia donde la llevaba pero no le respondió aun tenia esa expresión seria y así la llevo hasta su habitación.

La puerta de la oscura recamara de Yagami se cerro de tras de ellos. 

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