Capitulo 28:"La recompensa de la que espera y el castigo de la que busca"Pt. 2.


—¿Que es esta sensación?.. ¿Por que? ¡¿Por que no puedo moverme?!

Dentro de las profundidades de un oscuro y estéril laboratorio subterráneo, la silueta del peleador y poseedor de la reliquia de Kusanagi, reposaba dentro de un contenedor. Había estado bajo el flujo de un sueño inducido por varios meses, pero esto era algo que él desconocía; no obstante, en el momento en que Kyo sintió un "hormigueo" que le nacía del pecho, fue recobrando algunos de sus sentidos, podía sentir humedad y el frío, así como el olor del acero y el sabor que le provocaban las sustancias que su cuerpo estaba procesando, pero sobre todo, su cabeza comenzó a regalarle imágenes de sucesos pasados y los rostros de sus seres queridos.

—¿Que es lo que sucedió? — era una de tantas preguntas que se hacia así mismo, sintiéndose imposibilitado — Mamá, Papá... Souji, Aoi... — Su familia; sus amigos, Shingo, Athena, Kensou, todos iban desfilando uno a uno —Yuki, esa voz que me llamaba ¿Era Yuki?.. No, era una voz distinta — su corazón se acelero — tengo que regresar...

—Es una formación rocosa a las orillas del mar x, ya habíamos inspeccionado esa área, y no encontramos nada al momento de peinar la zona con los radares.

Al haber obtenido el indicio sobre el paradero de el joven de las llamas carmesí, la miembro y líder de la familia Kagura, seguida de su primo, su discípula y Iori Yagami; había contactado al comandante Heidern para reunirse en uno de sus cuarteles cercanos y trasladarse hasta la zona.

—Es probable que las instalaciones de ese lugar se encuentren bajo tierra — Heidern había proyectado un mapa en distintos ángulos del terreno.

—Aunque este bajo tierra, tiene que existir una entrada — comento Chizuru.

—Por supuesto y no solo una — hizo pausa un momento — ¿Hay alguna otra característica que podamos usar para comenzar el procedimiento de rescate? — Dijo a la sacerdotisa de Kagura y esta a su vez se viro a su pupila.

—Yo, no pude ver el lugar con exactitud, tan solo vi su imagen — la chica hablo con algo de timidez —Él esta inmóvil, sus ojos permanecen cerrados y se encuentra rodeado de agua.

—¿Sera el mar?

—No, se veía un poco turbia... algo que me provoco escalofríos, era su expresión, como si le doliera algo.

El comandante y Chizuru Kagura se enviaron una mirada rapida.

—Enviare a un grupo para que revise la zona a pie.

—Eso los pondrá sobre alerta — intervino Yagami —si tienen la capacidad de tener instalaciones bajo tierra, es probable que tengan vigilada el área.

—Como mencione antes, los radares no registraron nada, es probable que mantengan un perfil bajo para no llamar la atención — Heidern dirigió su respuesta en un tono contundente, seguido de una mirada fría, posando su filoso ojo sobre Iori, el cual no parecía agradarle en absoluto.

Una vez que los Ikari comenzaron a intervenir, Chizuru y Reiji Oogami se evocaron a ser observadores de los movimientos ejecutados por estos.

—¡Tsk! ¡Estos idiotas! — Yagami estaba irritado por la respuesta que el comandante le había dado y termino por chasquear la lengua mientras daba vuelta de un lado a otro.

—¿Por que estas tan nervioso? — Pregunto Kaoru y el otro se detuvo para contestarle.

—Obviamente estos sujetos van a terminar por llamar la atención de quienes tienen a Kusanagi y una vez que los vean podrían llevarlo a otro sitio o incluso asesinarlo.

—¡¿Que?! — Ella cerro los ojos unos segundos y luego volvió a abrirlos — Aun puedo sentir a Kyo en el mismo lugar, así que, no deben haber caído en la cuenta de...

—Espera ¿Aun mantienes la conexión con él?

—Si, con la chispa.

Iori deslizo sus ojos como si algo se le hubiese venido a la cabeza.

—Bien, vamos.

—¿A donde?

—Afuera, ¡¿Donde mas?!

— Chizuru dijo que...

—¡Me importa una mierda lo que haya dicho Kagura! ¡Si no va a escuchar sugerencias entonces haremos las cosas por nuestra propia cuenta!

—Como si tu escucharas a las personas — pensó la chica, haciendo una mueca de ironía.

—¡Date prisa! — avanzo dandole la espalda.

—Iori, creo que deberíamos meditar esto un poco, nosotros...

El tan solo viro la cara lo suficiente para que ella lo escuchara.

—Creí que querías llevarlo a su casa.... Cada minuto que el pasa ahí, es un minuto que sus familiares pasan un mal rato.

—¡No puedo creerlo! ¡Tu realmente estas preocupado por Kyo!

—¡De ninguna manera! ¡No digas estupideces! ¡Simplemente tenemos cuentas pendientes y el único que va a terminar con ese imbecil, seré yo!

Los ojos de ella brillaron ante el argumento de Yagami y sonrío.

—Oh Iori, aunque lo niegues, le tienes respeto a él y a su familia... a tu manera, claro esta — susurro.

—¿Dijiste algo?

—N, no — trato de ocultar la sonrisa.

—¡¿Porque diablos te estas riendo?! ¡No es el momento!

—Si si, tienes razón — dio una pequeña carrera para alcanzar al pelirrojo — Aguanta un poco mas Kyo, se que nos veremos pronto...

La noche cayo de golpe, el escenario perfecto para que los agentes de Ikari se movilizaran sobre el terreno y que los "Yagami" se desplazaran hacia la costa.

—Si la entrada principal esta en la parte superior, lo mas probable es que alguna de las salidas sea hacia esta parte.

—Así podrían evacuar mas rápido ¡que listo eres Iori!

—Es solo sentido común.

—Y ademas modesto — le sonrió.

—¡Deja tus tonterías!

—Lo siento, estoy algo nerviosa, como sea ¿por que el comandante no envío hombres a esta parte?

—Primero quiere establecer la ubicación exacta de donde esta Kusanagi para luego rodear ese perímetro.

—¿Y que se supone que haremos nosotros?

—Entrar, antes de que ellos se den cuenta de la presencia de los Ikari y así substraer a Kusanagi.

—¡¿Como rayos vamos entrar?!

—Tu nos meteras.

—¡¿Que?!

—Puedes transportarte siguiendo tu conexión con Kusanagi ¿no?

—S, si, pero no tengo idea de como será el lugar en el que terminaremos, quizás Kyo este vigilado.

—Eso déjamelo a mi, tu solo concéntrate en llegar hasta Kusanagi — se sacudió las manos y entrecerró los ojos fríamente.

Al notar la seriedad de su compañero, Kaoru respiro profundamente y su semblante se torno de la misma manera que el otro.

—Muy bien — Como no tenia una imagen clara de donde estaba Kyo, la chica se aproximo a Yagami, para después cerrar los ojos.

—Dios, que sea certera — murmuro y en un instante, con un amplio giro de su brazo trazo una forma circular, un portal por el cual ambos pelirrojos desaparecieron.

Apenas volvieron a sentir la rigidez bajo de sus pies, se separaron un tanto, encontrándose en el medio de un oscuro pasillo.

—Por aquí — señalo hacia el fondo — puedo sentir a Kyo mas cerca —Ahora ella era la que estaba por delante, siguiendo la presencia de su maestro de las llamas carmesí.

No demoraron en llegar a una zona mas iluminada, revelando así, la naturaleza del lugar.

—Esto se parece a donde Kyo peleo contra Rugal Bernestein — murmuro la chica.

Yagami la alcanzo a escuchar, limitándose a enviarle una mirada por sobre el hombro.

Cuidaron sus pasos antes de entrar al complejo y al momento en que se encaminaron por la ruta correcta, Iori Yagami no parecía tomar otras precauciones, lo que inevitablemente los llevo a toparse con alguien de los que trabajaba ahí, justo al doblar por una esquina.

—¡¿Quienes... ¡Intruzo... — antes de que el hombre pudiera terminar su frase de advertencia, el pelirrojo decidió silenciarlo con uno de sus violentos ataques.

—¡Pensé que no querías que nos descubrieran! — reclamo la chica después de la escena.

—Ya estamos en el interior, que mas da.

Kaoru torcio la boca y le echo un vistazo al hombre que estaba en el suelo.

—No esta muerto — dijo Iori y avanzo.

—Pudimos hacerlo hablar para saber mas de este sitio.

El de las llamas púrpura no le respondió, como si no le interesara conocer a profundidad el asunto; así que Kaoru tomo rápidamente del desfallecido, algo que quizás les serviría, una tarjeta de identificación.

—Parece de esas llaves modernas — se puso de pie y fue tras Yagami.

Mientras tanto, el grupo de reconocimiento bajo las ordenes del comandante Heidern, se disperso por una gran porción del área y con sigilo tomaban ventaja de la noche y la vegetación.

—¿Aun nada? — pregunto Oogami, quien junto a Chizuru se quedaron en la guarida del comandante.

—No hay que desesperar, este tipo de cosas suele demorar, incluso horas — comento el hombre del parche.

—Reiji ¿Donde están Yagami y Kaoru?

—No lo se, yo venia detrás de ti...

Ambos miembros de Yata se miraron uno al otro, temiendo lo peor.

—¡¿Que dice?! ¡Si ellos hacen las cosas por su cuenta arruinaran la misión! — El comandante se mostró irritado al enterarse del desacato de la pareja de pelirrojos.

—Lamento mucho la situación comandante — Chizuru, estando muy apenada, hizo una reverencia.

—... No se disculpa señorita Kagura — trato de volver a la compostura y de mantener su estoico semblante — Usted no es la culpable de la osadía de esos dos.

—Que compresivo es usted comandante — Reiji dibujo una sonrisa sugerente

Heidern aclaro la garganta y se dispuso a entablar la comunicación con sus hombres.

—Pospondremos la misión de reconocimiento, al finalizar esta comunicación dará inicio una misión de búsqueda de emergencia. Un grupo diríjase a la costa, los objetivos son un hombre joven adulto, alrededor de un metro ochenta y una fémina de entre quince y diesiciete años, ambos de cabellos rojizos, los quiero aquí vivos.

—¿No se supone que debería haber dicho que tampoco los lesionaran? — comento el primo de Chizuru —¿Comandante?

Estaban confiados en que la oscuridad y sus diestras habilidades los harían prácticamente indetectables, sin embargo, no contaron con que la tecnología de su enemigo era superior.

—¿Que?

Iori Yagami y Kaoru se detuvieron repentinamente, al ver que el pasillo se iluminaba con tonos naranja y amarillo.

—¡Eso es una alerta! — dijo ella.

—Probablemente nos detectaron o a los hombres de Heidern.

—No emite ruido alguno.

—Quieren mantener una posición encubierta...

—La presencia de la chispa de Kyo aun permanece inmóvil.

—En ese caso hay que darnos prisa —Yagami fue hacia la puerta mas próxima, con la intensión de abrirla por la fuerza — cortaremos camino.

—¡Espera! — lo detuvo la chica y saco la tarjeta para deslizarla en la ranura, logrando que la puerta abriera con facilidad —Esta bien si no todo es con fuerza bruta.

—Le quitas lo divertido.

—Estoy segura que encontraras algo con que divertirte mas adelante...

Y Kaoru no estaba equivocada, por que al abrir las puertas al mismo tiempo, ya no se encontraron solos, una gran parte del cuerpo de vigilancia, aproximadamente unos veinte o mas, que se estaba organizando los noto de inmediato.

—¡Hey! ¡No olvides lo que te dije! — Iori se coloco delante de Kaoru —¡Enfoca tus fuerzas en buscar al idiota de Kusanagi!

Kaoru trago en seco y acento con la cabeza.

—¡Muy bien! ¡Pero ten en cuenta que tampoco abandonare este lugar sin ti! — Dio un salto hacia un lado y otro mas para llegar hasta la parte superior — ¡Ni se te ocurra dejarme esperando! — Con un movimiento rápido y asistida de las tuberías, se balanceo para romper una rendija que al parecer era parte del sistema de aire.

—Que insolente — susurro el pelirrojo y sonrío ladinamente hacia donde desapareció su compañera.

Los hombres sacaron sus armas, dispuestos a disparar hacia donde la chica había tomado su ruta, pero Yagami no les daría ni tiempo para apuntar, pues barrio con la mayoría usando sus llamas.

Kaoru solo alcanzo a percibir el resplandor púrpura producto del "Sakazuki" y los alaridos de los hombres que iban cayendo, algo que no la perturbo de continuar. Repto por el estrecho ducto por unos minutos, siguiendo la chispa de su maestro, hasta que el camino se cerro y no le quedo mas que bajar.

—¡Ugh! — dejo escapar un pequeño gemido de dolor al dejarse caer desde esa altura —Mi pierna aun duele, debo cuidar mis movimientos— se puso en pie lentamente —Mas importante ahora ¿Que es esta habitación?

Rodeada de lo que parecían ser contenedores, se decidió por atravesar el lugar, manteniendo la conexión con su maestro, pero al ser un lugar un oscuro, trastabillo con uno de los tantos cables que se encontraban en el piso.

—Eso estuvo cerca — susurro, mientras se apoyaba en uno de los contenedores — que suerte que estaba...

Teniéndolo cerca y levantando la vista, contemplo un rostro familiar dentro de este.

—¡Kyo! — exclamo —¡Es el! ¡P, pero... aun sigo sintiendo la chispa mas adelante — retrocedió un poco y se topo con otro de los contenedores —¡No puede ser! ¡¿K, Kyo?! ¡Hay dos Kyos! ¡¿Que es esto?!

—¡Detengan a esa mujer!

Las puertas de aquel lugar se abrieron por un lado y un grupo de al menos media docena de agentes entro de inmediato, Kaoru no pudo ni asimilar las cosas pues de inmediato se tuvo que encargar de ellos. Al caer el ultimo de ellos al suelo la chica regreso la vista a los contenedores, en eso, la alerta silenciosa se transformo en una alarma que comenzó a resonar por todo el lugar y las luces se tornaron en un ardiente rojo.

Tal cual, Yagami también había terminado por rebajar al ultimo de los hombres, sin embargo no cayo en la cuenta que uno recobro la conciencia para avisar sobre los intrusos activando la alarma sonora.

La única diferencia con respecto a su compañera, es que Iori se mantenía mas sereno. Tomo a uno de los primeros que había golpeado y lo sacudió.

—¡¿Donde esta Kusanagi?!

—¡N, no, no se de quien... — pronuncio el aterrado hombre.

—¡Si no hablas claramente te matare! — lo miro con sus ojos encendidos en furia.

El sujeto logro levantar su brazo tembloroso para señalar una de las puertas con las que limitaba el lugar.

—Los laboratorios...

Iori, lo dejo caer como si fuera un saco de residuos, para ir en la dirección que le acababan de indicar.

Gracias a la tarjeta que aun mantenía con ella, Kaoru se abrió paso hacia la siguiente habitación, y como si se tratase de una película de terror, encontró mas contenedores llenos con los rostros de su querido maestro en el estilo Kusanagi, mas lo que impacto a la pelirroja, fue el hecho de que había algunos con cosas que aun no parecían humanas.

—¡¿Que es lo que esta sucediendo en este lugar?! —dijo horrorizada.

El inequívoco sonido del metal que se producía al tirar del martillo de un revolver se incrusto en su oido derecho pues estaba siendo apuntada con el cañón.

—¡Tus manos donde las pueda ver y ponte de pie, lentamente! —Aquel que sostenía el arma, no era alguien del cuerpo de seguridad, portaba una bata larga y blanca, sobre una ropa ordinaria de camisa y corbata— ¡¿Quien rayos eres tu?!

La chica no respondió, por un momento se olvido de lo que estaba en los contenedores y afilo mas su expresión, para hacer lo que el desconocido le había indicado. Elevo ambas manos hasta la altura de su cabeza y se levanto rápidamente, sin dejar de mirarlo fijamente.

—¡Te hice una pregunta!

Ella continuo en silencio, con los ojos clavados en este.

—¡Bien! ¡Si no hablas! — el hombre sujeto el revolver con las dos manos —¡Te matare!

Kaoru no hizo gesto alguno.

—¿Que estas esperando entonces? ¿Vas a matarme? ¡Hazlo de una vez!

El sujeto abrió los ojos de golpe ante las palabras retadoras de la joven.

—De lo contrario, ¡Hazte a un lado! —Una segunda figura de Kaoru, que pareció despegarse de ella, ataco ágilmente al hombre, lo que causo que este se distrajera, dandole la oportunidad a la Kaoru real de desarmarlo y llevarlo hasta el suelo —La próxima vez que amenaces a alguien con un arma, asegúrate de no estar temblando cuando lo hagas.

—¡Suéltame! — gimió, al encontrarse preso de la llave de brazo por parte de la pelirroja.

—¡Dime! ¡¿Donde esta Kyo Kusanagi?!

—¡No se de que... ¡Argh! — grito al sentir como ella lo apretaba con mas fuerza.

—Trata de no subestimarme —le dijo con frialdad — Puedo llegar a Kyo, pero será mas rápido si me indicas el camino corto y a cambio te dejare ir.

—¡¿Como se que lo harás?!

—No estas en posición de negociar — le volvió a torcer el brazo.

—Puedo sentir la energía de Kaoru — pensó Iori, que sin importarle que la alarma sonara por todas partes, continuaba a paso relajado — Tal parece que ha encontrado algunas molestias en el camino — dijo al hallar al grupo de seguridad que ella había dejado en el suelo, uno de estos se encontraba inconsciente en el medio de la puerta de acceso del primer laboratorio, lo que permitió que Yagami ingresara sin problema. Y al igual que su compañera, se llevo una gran impresión al observar los contenedores que tenían los cuerpos de las copias de Kyo Kusanagi.

—¡¿Que demonios?! — dijo para si, quedándose de pie e inmóvil por unos segundos — No se que mierda esta pasando aquí — camino hasta uno de los contenedores para quedar casi cara a cara con una de las copias —Pero si ella no esta aquí, debe significar que ninguno de estos es el real.

Como parte del protocolo de seguridad las puertas de distintos lugares se cerraron instantáneamente, dejando atrapado a Yagami en un área bastante amplia al poco de abandonar el mismo recorrido de laboratorios que la chica había hecho. La alarma dejo de sonar, aunque las luces no cesaron y la puerta que estaba a un costado del peleador volvió a abrirse, mas no para permitirle el paso, sino para que otro grupo ingresara a esa área, uno mas numeroso, contando solo con sus propias manos como armas, todos vestidos de la misma manera, todos con el mismo rostro.

Esta vez Iori no lucia sorprendido, sino irritado al tener frente a el a una cuantiosa cantidad de replicas de su rival.

— Esa chica tendrá que cuidarse sola por un rato mas —se coloco en posición para recibir a sus adversarios.

Lo atacaron sin titubear un instante, en pares, en tríos, las llamas carmesí chispeaban por todo el lugar, combinando con las flamas púrpura, casi como un espectáculo de fuegos pirotécnicos; pero lo mas impresionante era que el pelirrojo no parecía flaquear ante el grupo de copias.

—¡Debe ser una maldita broma! — pronuncio estando mas irritado —¡¿A caso creen que estas copias baratas... son rivales para mi?! — Con toda su fuerza y su ira, el Yasakani logro atrapar a una de las replicas y clavando sus garras al punto de atravesar su carne, separo esta de los huesos, produciendo que la sangre de ese falso Kusanagi corriera hasta el suelo —¡No son nada mas que juguetes defectuosos! — Tomo a otro de estos y lo acabo con un movimiento similar al anterior.

Nadie podría sentir empatía de semejantes criaturas que no eran muy diferentes a un puñado de muñecos, no podría considerarse un homicidio el hecho de que Iori, entre alaridos, sangre y ataques violentos, fuera acabando con estos, uno por uno dejando en la espaciosa habitación una decoración en tonos carmín y borgoña que corrían como riachuelos proveniente de los cuerpos de las replicas que se iban apilando.

Jadeando, tan solo dejo caer el ultimo cuerpo que había arrastrado por un poco.

—¡Esto es una deshonra! — pronuncio con los dientes cerrados y continuo su paso.

Pese a todo, había recibido algunas lesiones ademas de que el agotamiento comenzaba a tocarle la espalda.

—¡Kyo! —Por fin, Kaoru estaba ante el verdadero Kyo Kusanagi, suspendido en un contenedor que lucia mas amplio y aparatoso —¡¿Que te han hecho?! — lo miro con aflicción.

Desde sus adentros, Kyo abrió los ojos por unos segundos.

—Esa voz y esa energía... la conozco, es de... Su vista era muy borrosa y el agua del tanque no lo hacia mejor.

—¡Sus ojos! ¡Los abrió por poco!... ¡No te preocupes Kyo, te llevaremos a casa! — toda la ternura y preocupación que había dejado fluir al ver a su maestro, se borro instantáneamente al mirar hacia el hombre que le había apuntado previamente con el revolver.

—¡Tu! — la chica lo tomo por la corbata, casi estrangulándolo —¡Sácalo de ahí! ¡Ahora!

—¡Dijiste que solo querías que te trajera hasta él!

Ella no respondió y momentáneamente dejo ver a través de sus ojos la parte de su sangre que era Yasakani, clavando estos en los del aparentemente hombre de ciencia. Las llamas púrpura se encendieron por todo su brazo, mientras apretaba con mas fuerza al sujeto.

Refunfuñando y maldiciendo a la fémina, el científico se vio presionado para liberar al peleador de su prisión. Primero se dreno el agua y después se abrió la compuerta. El cuerpo desnudo de Kyo se vino de inmediato hacia Kaoru, que ya lo esperaba para atraparlo.

—¡¿A donde crees que vas?! — Aun sosteniendo a Kusanagi, se las arreglo para arrojar uno de sus proyectiles de fuego hacia el hombre de la bata, quien aprovechaba el reencuentro para huir —¡¿que crees que estas haciendo?!

—¡Maldición niña! ¡¿Que mas quieres de mi?!

—¡Tu trabajo aun no ha terminado!— arrojo otro proyectil, haciendo que el sujeto se encogiera —Tengo que asegurarme de que Kyo esta bien, así que desconéctalo —lo miro de manera amenazante — O incendiare todo este lugar y te dejare dentro.

Entre ambos recostaron al peleador de las llamas carmesí sobre una improvisada camilla de metal, el científico se aseguro de hacer las cosas con cuidado, sobre todo por que la jovencita no cedía ni un poco por sobre de él, al cabo de unos minutos, el de la bata blanca bajo el estetoscopio.

—Sus signos vitales están estables.

Kaoru pego su oido al pecho de Kusanagi, donde escucho el latido de su maestro.

—¡¿Por que no despierta?!

—Los sedantes y el resto de sustancias lo tenían en un estado de supresión, demorara algunas horas en reaccionar.

Escuchar aquellas palabras le parecían terrible, recordar las figuras dentro de los contenedores, que eran ideáticas a Kyo, una atrocidad.

—Ustedes — pronuncio entre dientes —¡Ustedes son unos monstruos! — se abalanzo sobre el científico —¡¿Que es lo que le hicieron?! — El sujeto no pudo reaccionar rápido, dejandose caer al suelo —¡¿Que es aquello que se encuentra en los contenedores?!

Por un momento, el sujeto dejo de sentirse nervioso ante la posibilidad de que la pelirroja lo envolviera en sus flamas púrpura, y quedo absorto navegando ante los recuerdos de todo lo que habían hecho con el joven Kusanagi.

—La perfección.... Un peleador como Kyo Kusanagi, tan joven y poderoso, alguien que derroto a una deidad — su semblante se torno ligeramente distorsionado — ¡Imagina las posibilidades para manipular ese ADN! ¡Un guerrero perfecto! ¡Un...

De un golpe con el puño descubierto que no solo le rompió el labio, sino que le logro fracturar una pieza dental, la chica cerro la boca del científico.

—¡Me enfermas! ¡Tu y quienes han querido jugar a ser Dios! ¡Van a pagar por esto! —Volvió a golpearlo.

La tierra dio una sacudida y la alarma volvió a sonar estrepitosamente, esta vez acompañada de una voz artificial.

"Se dará iniciado al protocolo de salvaguardar la integridad y los conocimientos"

—¿Salvaguardar?

˝Trescientos segundos para activar el protocolo"

El hombre de la bata comenzó a reír, estando en el suelo, donde dejaba caer sangre y la saliva.

—Parece que todos arderemos después de todo — fue lo ultimo que dijo antes de desfallecer.

Comprendiendo la situación, Kaoru reparo en que solo le quedaban algunos segundos para que Iori la alcanzara y pudieran salir antes de que el lugar volara en pedazos.

—¡Maldición! —exclamo apretando los ojos al comprender que no podía abandonar a su maestro para buscar al otro —¡Iori date prisa! —aporreo los puños en una de las mesas vacías.

—¡Oye! ¡No me des ordenes! — como si lo hubiera invocado con sus palabras, Yagami se apareció ante ella, cruzando la puerta.

—¡Iori! ¡¿Estas bien?! — de inmediato noto las manchas de sangre por todo su atuendo, así como el agotamiento en su rostro.

—Olvídate de eso... ¿Es el verdadero? — la cuestiono al mirar a Kyo sobre la mesa.

—Si, lo es.

—¿Entonces que estas esperando para sacarnos?

Tal cual habían ingresado, Kaoru volvió a dibujar en la nada una forma elíptica, lo suficientemente grande para que pudiera pasar un ser humano.

—Yo sostendré las piernas de Kyo y tu...

Para cuando ella se dio cuenta, Iori se había echado al hombro a su rival y a ella la tiro de por la mano para atravesar al otro lado.

Para quienes se encontraban en la parte exterior, finalmente lograron ver que el laboratorio se revelaba ante ellos, emergiendo de la formación rocosa que colindaba con la costa.

"Comandante, los radares indican que hay actividad sospechosa en el interior del lugar" — Se comunico el líder de la misión terrestre.

—Muy bien, retrocedan hasta la costa y esperen por nosotros.

—¡¿Que es lo que sucede?! — pregunto Reiji.

—... Parece que el lugar va a detonar.

—¡¿Que?! ¡¿Y que hay de Kaoru y el otro?! — Oogami comenzaba a descontrolarse. Mas el comandante no respondió.

—¡Reiji! ¡Quizás ellos ya salieron! — su prima intento volverlo a la calma.

—¡No los han encontrado!

—Eso significa que las probabilidades están en 50-50 — añadió Heidern.

Reiji se quedo sin palabras ante esa respuesta.

"—¡Comandante! ¡Los hemos encontrado, están a unos metros dentro del mar!"

Parecia un milagro.

Cuando por fin, Iori, Kyo y Kaoru, salieron del lugar, todo comenzó a transcurrir en segundos; los hombres de Ikari se aproximaron de inmediato y con esa misma velocidad, se hizo presente el helicóptero que abordaba el mismo Heidern. Rápidamente buscaron revisar los signos de Kyo y tratar de ponerlo estable, pues este aun permanecía inconsciente.

—Debemos llevarlo a un hospital — dijo Chizuru.

El helicóptero partió dejando por detrás el gran destello que resonó por la zona, indicando que aquel complejo laboratorio, había sido destruido.

—¡Cuando la zona cese de peligro, revisaremos que es lo que quedo del lugar! — Indico Heidern a sus hombres.

La pareja de pelirrojos permaneció como espectadores relegados ante todo el movimiento, si apenas les dieron un par de toallas para secarse el agua que les chorreaba de todas partes.

La tarde comenzaba a hacerse oscura y Yuki Kushinada sabia que era el momento de regresar a casa, había ayudado a su suegra a levantar la mesa y lavar los platos. Una vez que seco sus manos y se quito el mandil, se dispuso a despedirse de todos los miembros de la casa, comenzando con Souji y su suegro.

Kushinada tomo el pasillo que conectaba la estancia a la parte del dojo y fue ahí donde sin querer, logro escuchar a un Souji sobre saltado, algo muy inusual.

—¡Lo encontraron! ¡Acaban de trasladarlo a un hospital, la señorita Kagura dijo que el avión de su empresa nos llevara allá para reunirnos con él!

Escuchar la palabra Hospital, provoco un vuelco en el corazón de la chica, que cubrió su boca para contener su desbordado llanto.

—¡¿Donde estaba?! ¡¿Como lo hallaron?! — pregunto el Sensei.

—Chizuru Kagura nos dará los detalles una vez que estemos ahí, tan solo me resumió que lograron encontrarlo gracias a la chispa y que fueron los Yagami quienes lo sacaron del lugar.

—¡¿Que?! — El padre del joven heredero estaba asombrado de que el mismo Iori Yagami se hubiera involucrado tanto —¡No tengo idea de que decir al respecto, tan solo, que ahora le debemos mucho a ese sujeto.

—Tengo curiosidad en sus razones, ¿podría ser este el final de la enemistad familiar?... Como sea, me alivia que Kyo este vivo y me alegra que haya aceptado su responsabilidad con el clan, al igual que la chispa y ser guardián de Kaoru.

—¿Guardian? — Aquello se quedo grabado en la mente de Yuki.

—Por que sin la chispa, quien sabe cuanto mas hubiéramos demorado en encontrar a Kyo — prosiguió Souji — Todo esto ha sido tan complicado para mi primo, entiendo que la carga es excesiva para alguien tan joven, pero el demostró estar a la altura.

—Si, Kyo logro lo que nuestro ancestro al hacerle frente a Orochi y también en proteger a su discípula, incluso a costa de su propia vida.

—¡Por favor! — Yuki abrió la puerta de golpe y se soltó de lagrimas en presencia de los caballeros —¡Se los ruego déjenme ir con ustedes!

En ese momento los modales y cualquier otra cosa quedaron de lado para la novia de Kusanagi que tan solo añoraba ver a su Kyo.

—¿Ahora estas mas tranquila? — cuestiono Yagami a Kaoru, apoyando la espalda, en la pared de la sala de espera del hospital. Había sido atendido de sus lesiones menores y lucia mas entero.

—¿Crees que fue demasiado venir hasta aquí?

—Ellos nos trajeron... ademas, muy seguramente tu querrías confirmar que él estuviera bien — volteo la cara.

—Iori no suena como si estuviera molesto, normalmente le desagradaría que estuviera preocupada por Kyo, pero es diferente justo ahora — dijo en sus adentros —El esta siendo... considerado.

—Estas planeando quedarte hasta que despierte ¿no es así?

—¿Eh? — ella quedo perpleja, lo había pensado mas no era algo que hubiera decidido aun.

—Bien, ire por algo de comer.

—Hay una cafeteria abajo.

—La comida de hospital es basura.

—Que quisquilloso eres...

—Nos merecemos una comida decente después de todo esto — se incorporo.

—¡Iori! — Kaoru lo detuvo con su voz y al escuchar llamarlo, la miro por sobre el hombro — Ve con cuidado — le sonrió.

Yagami la contemplo por unos segundos y sin decir nada cruzo por la salida.

Pasados los minutos, la primera en aparecer fue Chizuru junto con Reiji Oogami y esta fue directo al grano, sabiendo que la discípula estaba a la espera del estado de Kusanagi.

—No corre peligro, sus signos son fuertes y en general parece estar sano.

—¿En general?

Chizuru exhalo y continuo.

—Tal parece que el estuvo en ese lugar desde hace mucho tiempo, su cuerpo no podrá recuperarse de inmediato, llevara un proceso...

—¿Puedo verlo?

—...Si.

La joven peleadora de cabello rojo, lo contemplo sobre la cama del hospital, todavía con los ojos cerrados y los labios un tanto cuarteados.

—No luce pálido, eso es buena señal, aunque, parece que perdió un poco de peso — decir eso le provoco una punzada en el pecho y recordó la manera en la que él, la había cubierto con su cuerpo —Si tu no hubieras hecho eso, quizás habrías tenido las fuerzas para evitar que te llevaran... Estoy agradecida de que seas mi maestro y sobre todo, te admiro aun mas —Tomo la mano de Kyo que tenia próxima y la coloco entre las suyas — Te cuidare hasta que abras los ojos, así como tu lo hiciste conmigo.

Las tupidas pestañas del peleador que usaba el sol en su espalda, se movieron como si fuesen mariposas revoloteando, logrando levantar brevemente sus párpados; todavía no podía hablar ni enfocar su visión, sin embargo, logro percibir el color rojo, largo y suave que descansaba sobre un costado en la parte baja de la cama, así como la calidez que tenia atrapada su mano, sin duda, una sensación que lo hizo sentir mas tranquilo.

Kaoru no se percato cuando se quedo dormida sosteniendo la mano de su maestro y apoyando la cabeza en la cama de este, fue una caricia sobre su cabeza lo que la hizo despertar.

—¡Mamá-Kusanagi!

Habían pasado varias horas y los Kusanagi llegaron para reunirse con el mas fuerte de ellos.

—Querida, ve a comer un poco, lo necesitas — sonrío de manera amable y tierna.

—No te preocupes, Kaoru, nos quedaremos con él — hablo Souji que venia entrando junto Saisyu.

Ella se mantuvo con la boca abierta unos segundos, emocionada de verlos ahí.

—Si despierta, te notificaremos — El viejo sensei revolvió el cabello de su antigua alumna.

Pequeñas lagrimas intentaron brotar de los ojos de la pelirroja, pero esta se puso de pie para hacer caso de lo que le decían.

—Solo iré por algo de comer... — La chica apretó el paso hacia la puerta.

—Kaoru — la llamo Shizuka e inmediatamente la chica se detuvo para dirigirle su atención — Gracias — inclino un poco la cabeza — Y también a Iori Yagami, por traerlo de vuelta.

Kaoru sonrío levemente y le respondió con otra reverencia, algo le decía que las cosas irían un poco mejor, sin embargo, esa sensación no le duro demasiado, pues no avanzo mucho mas allá de la puerta sobre el pasillo y coincidió con Yuki Kushinada, es mas, parecía que la otra la estaba esperando.

—¡Yuki-san! ¡También estas aquí! — se alegro —¡Cuando Kyo despierte se pondrá muy feliz de verte y a todos!

Kushinada no respondió, guardo sus palabras por unos segundos.

—¿Yuki-san? ¿Te encuentras bien?

—No lo se, no se si podré estar bien... Sabes, cuando supe de la desaparición de Kyo, sentí que me habían arrancado el corazón del pecho, pase noches en vela temiendo lo peor y confieso que llegue a pensar que probablemente el no regresaría — camino rebasando a la pelirroja y se quedo frente a la habitación, contemplando a su novio en la cama, aun inconsciente —Les agradezco mucho el que lo hayan encontrado, pero... —El verlo en ese estado, la hizo soltar algunas lagrimas —No quiero, no quiero volver a tener esa sensación de angustia, no quiero nunca mas verlo de esta manera — se cubrió el rostro.

—Y, Yuki-san, tranquila te traeré algo de agua.

—¡No me pidas que guarde la calma! ¡he luchado con ello por meses!

Kaoru trataba que la otra no se alterara mas.

—¿Que puedo hacer por ti?

Kushinada se destapo la cara lentamente.

—No vuelvas a ver a Kyo, ni tu ni Yagami-san.

La mas joven dio un paso atrás, de las inesperadas palabras de Yuki.

—No comprendo...

—Kyo solía ser un chico flojo en los estudios y que disfrutaba de los encuentros locales de las artes marciales, sin embargo, todo cambio cuando tu y Yagami-san aparecieron.

—Pero Kyo sigue siendo el mismo, incluso su relación con Iori...

—No me refiero a eso, todas estas cosas, todo lo que ha ocurrido, el no ha parado de poner su vida en peligro — Yuki se volteo para mirar cara a cara a Kaoru — Yo no tengo una gran fuerza física, no se de artes marciales y carezco de habilidades especiales, así que la única manera que tengo para proteger a Kyo es esta, por favor comprende, mientras el continue siendo acechado por Iori Yagami o siendo tu... viendo por ti, su vida correrá peligro.

La discípula de Kusanagi recordó como Kyo la había protegido durante el impacto del torneo y la culpa la volvió a recorrer, sintiendo las palabras de Yuki Kushinada como una serie de puñaladas cargadas de verdad.

Con una postura relajada, Iori se encontraba nuevamente apoyado en la pared de la sala de espera, había visto pasar a la familia de su rival, pero estos no lo notaron y el no tuvo interés en llamar su atención. Tan solo se encontraba a la espera de lo siguiente que ocurriera.

Pronto Oogami se aproximo al heredero de la magatama para romper su paz con su charla poco mesurada, e imitando la posición de Yagami se dirigió a este con toda la confianza del mundo.

—Chizuru va a venir a hablar con ustedes para que cooperen con los Ikari, el comandante desea saber que es lo que vieron en aquel lugar, en unas horas otro grupo se encargara de...

—Copias, el lugar estaba lleno de copias de Kyo Kusanagi —dijo el pelirrojo de brazos cruzados.

—¡¿Que?! ¡¿Que quieres decir con eso?!

—Realmente no estoy seguro de que es lo que estaban haciendo en ese lugar o que era lo que pretendían, pero los malditos de alguna manera se hicieron de replicas con la cara, complexión y las llamas de Kyo.

Reiji estaba sorprendido, no podía si quiera imaginárselo.

—Pero ni la fuerza ni el poder de ninguno, era como la de Kusanagi, en realidad, dudo que fueran humanos... quien haya planeo todo eso, es alguien sumamente ambicioso.

Cuando Reiji conoció a Yagami, de inmediato se percato que no era del tipo que inventaba cuentos y mucho menos que hiciese bromas, por lo tanto, no le quedo mas que llevarse la mano al mentón, en desconcierto.

—V, voy a informarle esto a Chizuru, también querían hablar con Kaoru, por favor haz que permanezca aquí — comento el dueño del espejo hetsu, que ya se dirigía hasta donde estaba la sacerdotisa.

Aliviado de que el padre adoptivo de su chica lo dejase tranquilo, Iori cerro los ojos unos segundos para recobrar su serenidad y fue durante ese lapso que no vio como la pelirroja había llegado al asiento justo al lado de él.

Ella permaneció sentada sin decir nada, con la espalda recta y la vista al frente.

—¿Que pasa? ¿Ya despertó?

—No... Iori, vayamos a casa — dijo en un tono bajo —Su familia esta aquí y Chizuru dijo que estaría bien... nosotros solo estamos de mas.

Iori la examino desde esa altura, el tono de su voz, su carencia de gestos y su mirada ligeramente perdida.

—Muy bien — No la volvió a cuestionar. Y ni se tomo la molestia de comentarle respecto a lo que los Ikari querían, lo que menos deseaba era perturbarla.

Iori Yagami y su chica, se marcharon del hospital sin decirle a nadie ni ser vistos por nadie.

Cuando Kyo Kusanagi logro abrir los ojos por completo y mantenerlos de esta manera, lentamente las siluetas que lo rodeaban tomaron forma, principalmente la que tenia frente a él.

—¡Kyo! ¡Despertaste! — Kushinada no pudo contener su dicha y rodeo a su novio con los brazos.

El desorientado peleador no pudo responder de inmediato, tan solo se limito en levantar uno de sus brazo y devolver el gesto a su chica.

Su familia no paraba de decir lo felices y aliviados que estaban de verlo de nuevo, así como el hecho de que ya habían planeado trasladarlo lo antes posible para que continuara su recuperación en su ciudad.

—Todos cuidaremos mucho de ti, Kyo — dijo su madre.

Y Yuki tomo la mano del heredero, el calor de la mano de Yuki definitivamente era diferente al que había percibido anteriormente.

Pero Kyo aun estaba sumamente confundido, algo definitivamente había cambiado en su interior.

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