Capitulo 28:"La recompensa de la que espera y el castigo de la que busca"(Pt. 1)
Sentada a un lado de la mesa que estaba en el medio de la estancia de la casa Kusanagi, Yuki Kushinada contemplaba la taza de té que tenia frente a ella, con la cabeza baja, miraba su propio reflejo en el liquido con el aroma de las hiervas que no había tocado desde que se lo habían servido.
En el instante en el que piso Japón y habiendo regresado del desastre ocurrido en el torneo, con una memoria difusa; no había parado de preguntar por el paradero de su novio y todos los días visitaba la casa de sus suegros para saber si habría noticas sobre este, pero al paso del tiempo su temor y preocupación se acrecentaban. Yuki solía luchar contra esas ideas que le hacían pensar en lo peor, trataba de mantenerse firme a la esperanza de que su querido Kyo regresaría.
En la mesa ya era costumbre escuchar como el maestro Saisyu y Souji, que junto con Aoi, iban a Osaka con frecuencia para apoyar a quienes prácticamente los criaron, repetían una y otra vez los hechos ocurridos sacando sus propias conclusiones.
—Me siento impotente, permanecer aquí sentado sin hacer nada –dijo el sensei, que de inmediato se puso de pie —¡Debería salir a buscarlo!
—Aguarda tío, no te precipites, no tenemos pista alguna sobre donde pueda estar, y nuestros recursos no son iguales a los del clan de los Yata — Souji intento serenarlo —Yo confío en lo que dijo la señorita Chizuru, en cuanto obtenga alguna información ya sea por su parte o por medio del comandante Heidern, nos lo hará saber de inmediato.
Habiendo respirado profundamente en repetidas veces, Saisyu no le quedo mas que caer en su realidad y regresar a su asiento.
—Entonces, ¿Chizuru Kagura también esta buscando a Kyo? — pregunto Aoi — creo que habían dicho que estaba en el templo de su familia.
—Así es, Chizuru se encuentra en estos momentos en el templo principal de los Yata, el templo del norte, menciono que estaría ahí con los Yagami.
Al escuchar ese nombre, en el medio de la frente de Kushinada se produjo un movimiento, como una ligera contracción, mas no pronuncio palabra alguna, se limito a continuar en silencio siendo dejada de lado en la conversación y prácticamente de su presencia, o eso pensaba, hasta que Shizuka coloco su mano con delicadeza sobre la de la chica.
—El esta vivo y se que regresara — le dijo a su nuera.
—¿Como lo sabe? — le pregunto apenas haciendo sonar su voz —¿No cree que ya es tiempo de que supiéramos algo de él? — continuo con la cara al piso.
—Por que soy su madre, Kyo no es un chico débil ni del tipo que se de por vencido tan fácilmente en estas cosas, ademas, el sabe que lo estas esperando — le sonrío al ver que Kushinada había volteado la cara ligeramente hacia ella.
Pocos minutos después Yuki se despidió de los familiares de su novio para retornar a su hogar antes de que la noche cayera.
—¿Estas segura que no quieres que te lleve a casa?
—Te lo agradezco Souji-san, no tienes por que preocuparte por mi — respondió con una reverencia y su habitual tono de cortesía.
Souji, Aoi y Saisyu, observaron a la chica bajar por la cuesta a paso lento.
—Parece que ella realmente no recuerda bien las cosas — comento Aoi —¿Esta bien eso, tío?
—Ella es una niña que lleva su vida de manera ordinaria, lo mejor es que siga de ese modo y piense que los adversarios de Kyo la secuestraron para hacerlo perder el torneo.
—Tan solo con la ausencia de Kyo ella luce de esa manera, imagina como se pondría si sabe toda la verdad — Souji miraba a Yuki desaparecer por delante del camino —Si Yuki Kushinada se entera de que posee el alma de la ultima doncella Kushinada, podría llegar a pensar que solo le traerá desgracias a Kyo...
El chirrido de las aves repicaba en la cabeza del pelirrojo, como si de pequeños taladros se tratase, inevitablemente abrió los ojos y de inmediato se percato que estaba en un lugar desconocido, una habitación de estilo tradicional, oscura, no muy amplia y con una pequeña ventana. No contemplo el techo por demasiado tiempo, pues se sentó para frotarse la cabeza en un intento de aliviar las pequeñas cefaleas. Cual quiera se habría preguntado el como termino en ese lugar, pero Iori Yagami no podía dejar de mezclar sus recuerdos y sobre todo sus recientes acciones durante el torneo.
Uno tras otro a gran velocidad, muchos rostros y mucha sangre, las imágenes en su mente culminaron en el momento en el que le había quitado la vida a la chica que amaba, y con un —"Iori".... Pronunciado por la pelirroja en un suspiro, un fuerte dolor en su pecho comenzó a nacer, dolor que fue detenido en el instante que volvió a escuchar su nombre.
—¡Iori!
Yagami, se viro hacia donde entraba un claro resplandor que iluminaba una porción del lugar y ahí la vio, a Kaoru, junto a Chizuru Kagura, ambas vestidas con los atuendos que se suelen usar en un santuario. No podía creerlo, ella estaba viva e incluso se miraba mucho mas repuesta.
—Ya estas bien — dijo Kaoru en un tono de alivio.
—Es curioso, nos estábamos preguntando cuando despertarías — comento Chizuru, manteniéndose a una distancia propia, en el marco de la puerta.
Asombrado, pero sin demostrarlo concretamente, el peleador permaneció en silencio unos segundos, mirando hacia las dos féminas.
—¿Que es lo que paso? — finalmente hablo.
—Perdiste el conocimiento por la sobre carga de energía, estuviste en el hospital unos días y después te trasladamos a Japón, en resumen, haz estado inconsciente por al menos unos cinco días — respondió Chizuru.
—¡Cinco dias!.. Yagami rapidamente intento ponerse en pie.
—¡NO TE LEVANTES! — dijeron las dos al unísono, mas fue inevitable.
Al ponerse en pie, Iori se dio cuenta que estaba como Dios lo había traído al mundo, a penas si alcanzo a sujetar la sabana que había traído encima, para cubrir "aquello que lo hacia hombre", aunque no era como si le importase mucho que lo vieran de esa manera.
—¿Donde esta mi ropa?
—E, estaba maltrecha, así que la lave y la arregle, p, pero... la iré a buscar — respondió Kaoru, con las mejillas coloradas y desviando un poco la mirada.
—Kaoru, asegúrate de que se vista apropiadamente y tráelo al comedor — indico la guardiana del espejo, que había volteado completamente la cara y cerrado los ojos, procediendo a avanzar.
—S, si... Pronuncio levemente una Kaoru que no se movía de su lugar.
—¡¿Kaoru?! —Chizuru llamo la atención de su discípula y volteo para mirarla de reojo, dándose cuenta que Iori había avanzado hasta ella, intentando un acercamiento.
—I, Iori... — la pelirroja se puso nerviosa un instante, pero cuando Yagami estiro su mano para tratar de tocarla, esta retrocedió abruptamente — ¡Quédate ahí! ¡Puedes resfriarte! — le cerro la puerta casi en la cara y salió corriendo.
Tan solo le tomo un segundo a Yagami volver a abrir y ver como Kaoru desaparecía por el corredor. La observo extrañado de su comportamiento, algo que también llamo la atención de Chizuru.
—Quizás es la adolescencia — comento esta. Sin embargo Yagami no respondió.
Minutos mas tarde, escuchando un pequeño golpe, Iori deslizo la puerta y hallo varias prendas, limpias y perfectamente dobladas frente a él, pero a nadie que las hubiese dejado ahí. Cuando ya se encontraba vestido en su característico atuendo, no demoro mas en aquel lugar de escasa luz.
—Por aquí — Kaoru, que estaba a unos metros llamo su atención — El comedor es por aquí.
Avanzaron a paso relajado manteniendo una distancia de alrededor de metro y medio entre ellos.
—¿Este es el famoso templo del norte? —pregunto Yagami mientras observaba el lugar durante el trayecto.
—Si, el templo principal del clan Yata — respondió sin dejar de caminar.
—Es enorme.
La otra acento con la cabeza sin voltearlo a ver.
De repente, el pelirrojo descubrió la presencia de algunos sacerdotes que venían en contra sentido a ellos y estos al momento de verlo, comenzaron a cuchichear y bajar la cabeza, fue así con cada persona que se atravesaba en su camino. A donde Iori dirigiese la mirada la gente parecía susurrar algo, incluso parecía que pronunciaban una plegaria.
—¿Por que rayos me trajeron aquí? — continuo interrogando a la chica.
—Umm... para asegurarnos de que despertaras — respondió de manera insegura.
—Eso...
—Ya llegamos — lo interrumpió y se sentó frente a una puerta doble, donde toco dos veces.
—Adelante.
Cuando Kaoru abrió las puertas de lado a lado, Iori, que estaba de pie, contemplo a Chizuru Kagura sentada en la cabecera de una extensa mesa, acompañada de una figura masculina a su derecha.
—Pueden tomar asiento — hizo un ademan como invitación.
Kaoru hizo una reverencia formal y procedió a tomar un lugar, Iori paso como si nada para depositarse en el zafu junto a la chica, la cual sirvió correctamente los platillos.
—Vaya que contraste — pronuncio el hombre que los acompañaba, después de observar a Yagami de pies a cabeza, así como también sus modales y su postura de piernas hacia el frente y brazos cruzados.
Inmediatamente Iori le arrojo una mirada fría.
—Tranquilo, en realidad fue como un cumplido — rió levemente, aquel de piel bronceada y cabello teñido en naranja —Me habían dicho que eras todo un personaje y no se equivocaron.
Chizuru se detuvo de tomar un sorbo a su taza, tratando de liberar una risa elegante ante el comentario del otro hombre que pese a su apariencia, vestía ropas tan formales como las de las damas.
—Quien diría que a mi pequeña y seria Kaoru, le gustarían los chicos rudos y desafiantes — dijo sonriendo a la otra, provocando que Kaoru se sonrojara.
—¡¿Quien diablos eres?! — reclamo Yagami, fuerte y claro, con un semblante de pocos amigos, al ver que le hablaba de manera muy fresca a su compañera.
Sin embargo, el sujeto no parecía intimidado en absoluto.
—Me llamo Reiji, Reiji Oogami — sonrío un tanto confiado.
—Oogami... murmuro Iori.
—El es primo de Chizuru — le indico Kaoru.
—Y el padre adoptivo de Kaoru — añadió Chizuru, bajando su taza.
—Puedes llamarme suegro —volvió a reír levemente.
Una pequeña punzada apuñalo a Iori Yagami por dentro, al escuchar que aquel sujeto de apariencia relajada era el "padre"
—¡Estupida Kaoru! Pudo haberme advertido de esto en el trayecto — pensó, mas no se retracto en absoluto.
—Reiji, por favor, para con esas bromas — le dijo su prima —vas a poner nerviosa a Kaoru.
—Oh, lo siento... no quería incomodar, es solo que me alegra que el haya despertado, así ella estará menos angustiada.
Al oírlo, Iori elevo una ceja y deslizo la mirada a la pelirroja, que tenia la cabeza baja y las orejas muy coloradas.
Colocando los palillos sobre los tazones donde no quedaba ni un grano de arroz, Chizuru procedió a aclarar su voz antes de comenzar a hablar.
—He de suponer que tienes preguntas —se dirigió al heredero Yasakani.
—El hecho de que estemos aquí, en una pieza, significa que ¿Orochi esta muerto?
—No, Orochi no ha muerto, nosotros volvimos a contenerlo y sellarlo, tal cual hace mil ochocientos años y ese sello descansa en este templo.
—Y sobre esos sujetos, los reyes celestiales...
—¡Chizuru-san! ¿puedo retirarme para continuar con mis deberes? — interrumpió Kaoru.
—Si, adelante.
Agradeciendo por la comida y haciendo una reverencia de nuevo, Kaoru dejo la mesa y la habitación, sin mirar a Iori, quien por su parte, la siguió con la vista hasta escuchar las dos puertas chocar entre ellas.
—Ellos murieron — prosiguió Chizuru — Yashiro Nanakase y la dama Shermie, perdieron la vida tal cual lo presenciamos y del otro chico... — Chizuru suspiro, miro hacia la puerta y después al lugar vacío que dejo la pelirroja —al parecer su ser se desvaneció por completo.
Se hizo un silencio por algunos segundos.
—¿Por que me trajeron aqui?
Chizuru y Reiji se miraron uno al otro.
—Para que Kaoru pudiera permanecer aquí en lo que logramos hacer la búsqueda.
—¿Que?
Respirando profundamente, la sacerdotisa de Yata comenzó a explicar lo sucedido con el rival de Yagami.
—El paradero de Kyo Kusanagi es aun desconocido, sin embargo estamos haciendo todo lo posible por hallarlo...
—¡¿Y como rayos lo están haciendo?! ¡Aquí sentados comiendo como si nada!
—¡Serenate! — le dijo Reiji que cambio su fresco semblante en uno bastante serio.
A lo que Yagami lo miro con furia mientras apretaba los dientes y el puño.
—Sabemos que la organización que se llevo a Kyo se dedica a realizar experimentos de diversos tipos, pero sus instalaciones son secretas. El comandante Heidern y los Ikari, han estado buscando mas no han obtenido ni una sola pista.
—¡¿Entonces que están haciendo ustedes?!
—Hmm, bueno...
—Esta bien prima, yo le mostrare — Reiji se levanto y se dirigió hacia Yagami —ven conmigo — dijo lo ultimo de manera respetuosa hacia el pelirrojo.
El heredero de las flamas púrpura miro a Chizuru y luego hacia Oogami, chasqueando la lengua y siguió al otro de muy mala gana.
Abandonaron el edificio por la parte de atrás, internándose entre la vegetación de los alrededores.
—¡Oi! ¿Hasta donde iremos?
—Estamos cerca.
Tan solo unos metros mas adelante, en un claro, donde desembocaba una cascada de manera lineal, Reiji se detuvo y levanto la cara hasta la parte superior. Iori hizo lo mismo y sus ojos se abrieron al mismo tiempo que observo a Kaoru con los ojos cerrados y de pie en la cornisa que se encontraba bajo la naciente de la cascada, recibiendo el peso del agua helada.
—A Kyo Kusanagi le fue entregada la chispa de guardián, esa chispa es un vinculo que une a los guardianes con el espíritu de aquel que esta dentro de ella. Gracias a esa conexión, no importa donde se encuentren cada uno, llegaran a sentirse... No obstante, cuando intentamos que ella lo buscara por medio de su chispa, no dio resultados, lo que nos llevo a pensar que Kusanagi no solo se encuentra a una gran distancia, sino que debe estar en algún estado inconsciente forzado, es por ello que apresuramos el entrenamiento de Kaoru para adquirir el nivel de gran sacerdotisa... todos los días ella realiza una meditación profunda como esta y después va con Chizuru para que le permita expandir su poder espiritual con el espejo Yata.
Iori escucho cada palabra de Oogami mientras contemplaba a la chica que se mantenía firme bajo la presión que caía sobre ella.
—Comer, descansar y despejar la mente es también parte de un entrenamiento, ya le estamos exigiendo mas de la cuenta, a pesar de su estado emocional y de que no le es muy grato estar aquí — Reiji continuo explicando a Iori la situación — Perdió a un amigo que resulto ser un rey celestial, su maestro esta extraviado y siente la angustia de los seres queridos de este... ella no quería separarse de ti ni un segundo y se vio entre la espada y la pared al saber que podía hacer algo por hallar a Kusanagi, así que te trajimos aquí — Oogami se viro para mirar al pelirrojo que se mantenía observando a la chica— ¿Esto aclara tus dudas?
El otro no respondió.
Iori permaneció en ese lugar por un largo rato, sentado sobre algunas rocas, mirando en silencio a la pelirroja, acompañado por el sonido del agua. A ratos, Reiji regresaba para asegurarse de que todo estuviera bien, y cada que lo hacia, se sorprendía que Yagami siguiera estando ahí, como si no moviera un músculo y fue de esa manera los días siguientes.
Una noche, después de deambular por los pasillos del gran templo, Yagami se detuvo a la entrada de aquel lugar donde abrió los ojos después del torneo, el sitio que ocupaba para dormir. Su curiosidad había sido atraída por un resplandor cálido que provenía del interior y al ir a inspeccionar, vio a Kaoru acomodando unas cosas.
—No demorare, solo traje mas ropa y algunas frazadas — le dijo de espaldas y sin la necesidad de girar para mirarlo, como si lo hubiera sentido desde el pasillo.
Apoyado en el marco, Iori la observo en esa posición por unos segundos.
—Tu ¿estas bien?
Ella no respondió.
—¿Kaoru?
—¿Deseas que traiga algo mas?
—No me importa nada de eso, hemos estado en lugares mas desagradables que esta bodega ¿no crees?
—... Esta era mi habitación — le respondió en voz baja —Pero tienes razón, viéndolo bien parece una bodega, tal vez como era pequeña me parecía mas grande —la chica se dirigió a la puerta no sin antes dirigirle una sonrisa a Yagami — arreglare que te trasladen a una alcoba decente mañana, o quizás, te sentirías mas cómodo estando en casa...que pases buenas noches — hizo una pequeña reverencia y se fue.
Un sabor amargo se deslizo por su garganta, dudando de la expresión de ella. Habían hablado muy poco durante el transcurso de los días, la joven se mantenía ocupada mayormente y los escasos momentos en los que coincidían, ella parecía tener una actitud esquiva y apática, evitando sobre todo mirarlo a los ojos.
—La verdad tengo curiosidad de saber que piensas cada que la estas mirando — dijo Reiji al pelirrojo, en uno de esos tantos días en que se sentaba al pie de la cascada.
Y como siempre, el otro no solía responder a menos que fuera absolutamente necesario; eso no parecía evitar que el padre de Kaoru se desanimara de entablar conversación con Yagami, no obstante, antes de que Reiji intentara arrojar otro comentario o pregunta para sacar conversación, la expresión de Iori cambio y rápidamente se levanto.
—¿Que sucede? — al alzar la cara, Oogami vio a su hija que había flaqueado ante el peso de la cascada.
—¡Kaoru! — exclamo el Yasakani —¡¿Que rayos te pasa?! ¡Es solo agua!
—¡Oye! — Reiji quiso callar al pelirrojo.
Este lo empujo y entro al agua helada para colocarse por debajo de donde estaba ella.
—¡Mierda! ¡Mas te vale ponerte en pie o yo mismo te voy a echar de esa cornisa! ¡Me escuchaste! — vocifero.
Por su parte, Kaoru con una expresión de molestia comenzó a erguirse de nuevo, sin abrir los ojos. Cuando ella volvió a su posición, Yagami salió del agua y regreso a tomar asiento.
El primo de Chizuru y poseedor del espejo Hetsu quedo atónito al ver la escena.
—El otoño avanza y el agua cada vez esta mas fría, no la culpes por cometer un error —argumento el padre adoptivo.
—Ese error pudo costarle la vida — respondió Yagami al de cabellera naranja, luego guardo silencio, permaneciendo hasta que ella termino su meditación.
Tratando de continuar con su vida de manera ordinaria, Yuki Kushinada se presentaba puntual a sus clases, a primera vista lucia serena y concentrada, no obstante la realidad era muy distinta, Yuki no sonreía demasiado, tan solo para no provocar que sus amigas le siguieran preguntando acerca del paradero de su novio y las pocas veces que lo hacían, solía justificar su ausencia con la excusa de que Kyo estaba en un entrenamiento, pero que mantenían contacto por teléfono. El único que comprendía la situación y con quien podía hablar al respecto, era el primer discípulo de Kyo.
—Yuki-san ¿iras esta tarde a casa de los Kusanagi? — Pregunto Yabuki alcanzándola a la salida.
—¿Eh? Ah, si.
—¿Puedo acompañarte? Quiero saber si tienen alguna pista de su paradero.
—La verdad es que ellos aun no saben nada — dijo con tristeza.
—Adiós, Yuki, nos vemos mañana, envía saludos a Kyo de mi parte cuando hables con el — una de las compañeras de su clase se despidió interrumpiendo momentáneamente la conversación. Provocando que Kushinada hiciera un ademan de despedida y cambiara su semblante a una sonrisa.
—Si, lo haré ¡nos vemos! — y lentamente ella bajo la mirada — Estoy cansada de mentir — pronuncio en voz baja.
—¡Yuki-san! ¡No te desanimes! ¡Kusanagi-san va a regresar de eso estoy seguro!
—y... ¿y que tal si no lo hace? — su voz se quebró —¡que tal si no lo vuelvo a ver! — se cubrió la cara para tratar de contener su expresión.
Al notar su terrible aflicción, Shingo no pudo evitar compartir su pesar, sin embargo, algo en el interior del chico de gakuran azul le impedía reconocer una idea como esa.
—Tu, tu no lo sabes pero ¡Kusanagi-san peleo contra un dios!
—¿Un dios?..
—¡Eso es algo que solo Kusanagi-san podría hacer! ¡Y si le hizo frente a un dios, ten por seguro que regresara! N, no, no tengo pruebas de ello, sin embargo ¡Yo creo en Kusanagi-san! ¡El va a volver!
—Shingo...
Dando pequeños golpecitos con la punta del lápiz sobre el papel, Yuki reflexionaba sobre las palabras que Yabuki le había expresado horas antes; debía concentrarse en sus tareas, pero al tener fotografías y recuerdos de su novio a su alrededor le era complicado.
—Shingo realmente tiene mucha fe... igual Shizuka-san... quisiera ser tan fuerte como ellos — cerro los ojos y se recostó sobre sus apuntes, para alzar los ojos hacia la imagen de Kusanagi que tenia frente a ella —Te extraño, Kyo ¿Tu me extrañas?... ¿Estarás bien? — las lagrimas comenzaron a caer de sus ojos y las palabras de ambos, tanto de su suegra como de su compañero resonaron una vez mas.
No le quedo mas que alejarse de la mesa para no empapar sus cosas, y se dirigió a la ventana para contemplar el cielo nocturno, donde algunas nubes cubrían las estrellas.
—¡Quiero ser fuerte! ¡Debo serlo! — se limpio la cara —No puedo perder las esperanzas, tu me prometiste que volverías y tendríamos la vida que soñamos, así que yo... yo te esperare, Kyo...
—¡Kaoru! ¡Espera! — exclamo Chizuru mientras trataba de detener a su discípula que corría para alejarse de la habitación donde ambas procedían a hacer la búsqueda de la chispa.
—¿Que es lo que sucede? — pregunto Reiji al ver a la chica marchar en dirección contraria.
—Nada — suspiro la sacerdotisa — aun no logramos nada y Kaoru a comenzado a frustrarse.
—Ella no tiene experiencia con esto, es normal que no lo logre rápidamente — Oogami hizo el comentario como si se lo estuviera aclarando a Yagami, a quien acompañaba en sus travesías por los pasillos, en otro intento de hacerle conversación.
—Admito que también estoy consternada, ella ha incrementado notablemente su energía espiritual durante estos meses y al combinarla, nosotras... bueno, ya es como para que hubiésemos encontrado algo.
—Sus emociones son lo que debe estar interfiriendo.
—Así es, ella lo expreso anteriormente "se lo debo a Kyo"
El que portaba la luna a su espalda, solo se limito a escuchar lo que los miembros de la familia Kagura hablaban, al mismo tiempo que observaba el camino por donde Kaoru había huido.
Ah diferencia de la ciudad y a pesar de que el invierno se estaba haciendo presente, las noches en las montañas donde se encontraba el templo, ofrecían una hermosa vista del cielo, una vista que Kaoru no podía apreciar por tener los ojos vidriosos a causa del sollozo que intentaba contener. Se había alejado hasta la parte boscosa, con la esperanza de que nadie la viera y así enfrascarse en sus propios pensamientos.
—¿No se supone que las chicas buenas ya deben estar dormidas?
Kaoru se volteo y encontró a Yagami apoyado en uno de los gruesos troncos de los arboles, en una actitud relajada con una mano en su bolsillo y la otra sosteniendo un cigarrillo que llevo a sus labios mientras deslizaba sus ojos hacia ella.
—...I, Iori ¿En que momento llegaste?
—¿A caso importa?
Ella se encogió de hombros y no se dijeron mas por un rato.
—¿No piensas volver al templo? Ya pasa de la media noche — dijo el pelirrojo.
—No tengo sueño...
—Entonces, si no tienes nada que hacer, ven aquí — palmeo la porción del tronco que tenia libre —a menos, que ahora ya tengas miedo de mi.
—¿Um? ¿Por que habría de tener miedo de ti?
—¡Que pregunta! ¡¿Te golpeaste la cabeza luego del torneo o algo así?! — repentinamente, él dejo atrás su serenidad.
—No, por fortuna mi cabeza permaneció intacta gracias a... — se detuvo y bajo la cara.
—¿Gracias a?
La chica cerro los ojos y sintió la brisa helada de la montaña y no dijo nada mas.
—Creí que no habría secretos entre nosotros — se acerco a ella.
—Seguramente ya lo sabes, sino no hubieras preguntado, así que de que sirve volver a decirlo.
—Por que quiero escucharlo de ti, quiero ver que expresión pones al momento de contarme como Kusanagi te protegió hasta el ultimo momento, a diferencia de mi que estuve a nada de romperte el cuello.
Kaoru abrió los ojos de golpe y hallo al pelirrojo sentado a su lado, pretendiendo fumar su cigarro sin revelarle su semblante.
—¿Por que mencionas eso?
—Evidentemente me temes ahora.
—Yo no te tengo miedo — le respondió con tranquilidad, dirigiendo su vista a la mano suelta del peleador — por que quien me sostuvo de esa manera no era Iori — tomo su mano y las sostuvo con delicadeza.
—¡Que absurdo! — dijo entre dientes, sin liberar su mano de las de ella —En ese caso ¿Por que diablos me estas evitando?
—Bueno, desde que te recuperas he sentido ganas de... tocarte, pero este es un lugar sagrado, no puedo estar con Iori como yo desearía — sus mejillas estaban muy coloradas —ademas, ya es suficiente con que te miren de mala manera cada que te ven pasar, no quiero que piensen mal de ti.
Finalmente el se movió para poder contemplar el rostro de ella.
—Me importa una mierda lo que esa gente piense con respecto a mi...
—A mi no — lo miro fijamente — el que vean mal a la persona que quiero me enoja bastante, sin embargo debo poner de mi parte ya que Chizuru-san y Reiji están manteniendo en secreto que vivimos juntos...
Iori callo un momento, recordando que el había dicho algo similar a Kagura cuando le comento que quería comprometerse con la joven.
—¿Es la única razón?
Kaoru bajo la mirada hasta las manos de ambos y comenzó a acariciar con los pulgares la piel un tanto áspera del pelirrojo.
—No puedo olvidarme de Chris... ni de ellos — se refirió a Yashiro y a Shermie — mucho menos de Kyo — sus ojos comenzaron a ponerse vidriosos y de inmediato soltó a Yagami para limpiarse con su manga, revelando que aun usaba la muñequera del joven rey celestial — Lo siento, no quiero hacer una escena... es solo que, no pude hacer nada por ninguno y ahora tampoco puedo hacer nada por Kyo... su familia debe estar tan preocupada, Shingo y Yuki-san, ella debe estar deshecha... cuando pienso que podrías haber sido tu, me duele el pecho... Quiero encontrarlo y que regrese a casa sano y salvo; que tu y yo también regresemos a casa con Hiei... quiero ir al restaurante del señor Tamaki, quiero acurrucarme contigo en el sillón y mirar una película vieja, quiero...
—Kaoru ¿tienes frio?
—¿Eh? ¿Que? N, no, ya me acostumbre.
Yagami hizo una mueca de irritabilidad y arrojo con brusquedad lo que quedaba del cigarrillo al suelo, donde lo aplasto con fuerza.
—¡Kaoru! — se puso de pie y la levanto también —¡Dime que tienes frío!
Ella lo contemplo un poco confundida.
—...Tengo frío — pronuncio e instantáneamente él la abrazo. Estrechando con tal firmeza que la levanto un poco del suelo y ella se ruborizo de saber que el podía sentir todas su silueta.
Era algo que Yagami deseaba hacer desde que la vio parada al despertar en ese templo, mas que sentirla por su piel o sus curvas, era el hecho de sentir su calor y el latido de su corazón.
—Que tu estés aquí.... Que estés viva... — la estrecho aun más mientras decía eso en su cabeza — Que no me odies...
Entonces, ella extendió sus brazos, asegurando que sus largas mangas cubrieran la espalda del pelirrojo.
—Iori... — susurro al sentir el olor de él — ¿crees que seria muy egoísta de mi parte si te beso a pesar de como están las cosas?
Yagami se despego un poco y la miro directamente a los ojos, en ese instante no lo noto, pero su piel se comenzaba a enrojecer con cada segundo que pasaba contemplando la piel suave de la chica, bajo los tonos índigo de la noche.
—¿Iori?
Estaban solos, nadie los estaba buscando y los arboles no dejarían que nada se vea o se escuche mas de la cuenta, todo era demasiado estimulante para el hombre, incluso el hecho de que ella vistiera con las ropas tan puras de una doncella del templo.
—Será mejor que dejemos eso para después — la fue liberando lentamente — a si que, trata de contenerte — le extendió la mano, indicándole que volvieran al templo — créeme, valdrá la pena — dijo en una expresión que Kaoru no pudo descifrar si se trataba de una sonrisa amable o maliciosa.
Caminaron juntos hasta que llegaron al pasillo donde se dividirían hacia sus respectivas habitaciones.
—Buenas noches...
—¡Oye! — la detuvo —En lugar de enfocarte en el que debes encontrar al idiota de Kusanagi, céntrate en lo que los une — se dio la media vuelta.
—Un consejo ¿Iori esta preocupado por Kyo? — murmuro y esbozo una sonrisa.
Habiendo dejado a la chica y continuando en dirección de la habitación a la que había hecho de menos, noto el resplandor de la luz que provenía de un saloncito. No tenia la intensión de husmear, pero al escuchar de quien se trataba la conversación, se detuvo.
—¡¿Estas de su parte ahora?!
—¿Y tu no?
Eran las voces de Chizuru y su primo Reiji
—Chizuru si no estuvieras de parte de Kaoru y Yagami, no estarías arriesgándote tanto — prosiguió Oogami en un tono confiado — Cuando me dijiste que el tenia la intención de casarse con Kaoru no pude evitar sentir curiosidad por saber que tipo de persona era, mas allá de tu descripción.
—He visto que lo haz seguido durante estos meses.
—Por que quería estar seguro de sus sentimientos.
—¿Y?
—No me queda duda — cruzo los brazos para guardar sus manos en los bolsillo del kimono —Ese hombre la ama.
Chizuru se llevo la mano a la frente.
—¡Yo se que puede parecer enternecedor desde tu punto de vista, pero comprende! Iori Yagami no controla el disturbio de la sangre si el sucumbe ante el poder de Orochi o pierde la vida debido a su maldición, la única magatama que quedara será la de Kaoru.
Al oír eso, Iori se quedo perplejo.
—Sabes que ella es un ser valioso, y un remplazo para cualquiera de los tesoros en una emergencia, ademas, su obligación era tomar el lugar de mi hermana como guardiana del sello, el poder de la gran sacerdotisa de hace mil ochocientos años se dividió en nosotras, en Maki y en mi, una protegería el espejo principal y la otra el sello, al morir, como Maki no tuvo descendencia, Kaoru es la responsable por ser su primera y única pupila, nació con un destino trazado... Y estar a lado de Yagami puede ser peligroso ¡Ella confía plenamente en él! ¡Jamas lo dejara por su cuenta, lo seguirá a todas partes así como lo hizo cuando escaparon de niños! ¡Aun si representa un gran peligro! ¡Estamos hablando del hombre que fue débil ante el llamado de orochi! ¡El hombre que casi le rompe el cuello!
Con el ceño fruncido, a Iori le había parecido suficiente lo que escucho y retomo su camino hasta la habitación, era una suerte que estuviese solo por que nadie podría ver su expresión descompuesta al caer en la cuenta de las palabras de Chizuru.
—¡¿Y entonces por que no lo hizo?! — refuto Reiji, continuando con la conversación —¡Ese hombre es grande, pudo haberla matado en un segundo!... mas no lo hizo, es verdad que casi la mata no lo negare, ¡pero por dios! No es como que todos los días Orochi este presente, ademas, ya no quedan reyes celestiales, el cumplió con su deber ante esa pelea ¿que mas quieres?
Chizuru respiro profundamente
—Ambos solo sufrirán con esto, sus futuros son inciertos y limitados.
—Entonces deja que ellos disfruten lo que les queda por vivir —Oogami observo con detenimiento a la líder del clan Kagura —Te preocupa que pueda herirla no solo fisicamente ¿verdad? — Chizuru no respondió — Se que Yagami parece ser grosero y desagradable, mas no se ha separado de ella, no lo hace cuando esta meditando y ha permanecido en este lugar. Incluso me dijo que no se iría hasta asegurarse de que Kaoru pusiera los pies en el mismo tren que él; también muestra respeto a ciertas personas, a ti por ejemplo y cuando supo que yo era el padre adoptivo de Kaoru no volvió a insultarme, a pesar de que trato de sacarlo de quicio cada día.
—Pensé que al conocerlo en persona, te opondrías.
—Lo se, lo se — sonrío y volvió a un tono mas fresco — sin embargo, no olvides que yo jamas seré capaz de intervenir entre dos personas que se aman profundamente, no seguiré los antiguos patrones del clan, no en ese aspecto, mi deseo es que ellos puedan tener la vida que yo no tuve al igual que el resto de los miembros de la familia y eso te incluye a ti querida prima.
Chizuru volvió a suspirar.
—Espero estemos haciendo lo correcto...
A la mañana siguiente, Kaoru no fue a la cascada, se dirigió directamente hasta donde Chizuru para intentar buscar la chispa.
Por su parte Iori se mantenía contemplando un gran y e imponente Kimono que se extendía en un amplio salón.
—Era de Maki — comento Reiji entrando para hacerle compañía al otro — este Kimono se ha heredado a las guardianas del sello desde hace varios años y cuando se desgasta, la guardiana en turno debe confeccionar el siguiente para sus descendientes.
—Creí que la guardiana del sello era Kagura.
—Por ahora, ya que el remplazo de Maki aun es muy joven.
—¿Y quien es el remplazo?
Reiji tan solo lo miro y le dirigió una media sonrisa.
—Sabes, una de las habilidades de mi reliquia, el espejo Hetsu, es que me permite ver mas allá del cuerpo humano, eso incluye las emociones, mas no necesito usarlo para darme cuenta de que algo cambio de ayer a hoy contigo ¿Te preocupa que Kaoru use ese Kimono alguna vez y se aleje de ti?
—Si lo hace por que ella así lo desea y no por imposición, entonces... me sentiría orgulloso, aun si me abandona.
—Tranquilo, eso no pasara ya que Kaoru será incapaz de traicionar su corazón, permanecerá contigo hasta el final.
Iori bajo la cabeza y exhalo con fuerza.
—¡Concentrate! ¡Debes liberar tu energía lentamente... — la líder de los Yata intentaba guiar a su estudiante, tal cual cada sesión que habían tenido a lo largo de los meses, sin embargo, se percato que ella no la estaba escuchando del todo — ¿En que esta pensando?
En efecto, Kaoru estaba concentrada, pero esta vez sus pensamientos estaban en lo que Iori le había indicado horas atrás.
—Aquello que me une a Kyo...
La chica no se enfoco en buscar la chispa de este, sino en los recuerdos con su maestro desde que se habían conocido, todos y cada uno de ellos, tanto los buenos como los malos; pronto, el rostro de Kusanagi se dibujaba con mas claridad así como las expresiones que siempre le dirigía, el sonido de su voz, su risa, el contacto que habían tenido e incluso su aroma.
—Kyo... susurro en sus adentros cuando lo sintió.
—¡Es la chispa! — Chizuru estaba asombrada y de inmediato vio en el reflejo de su espejo una pequeña porción de tierra a kilómetros de ahí.
—Puedo sentirlo, puedo sentir la chispa de Kyo, pero — el semblante de la pelirroja se torno afligido —¡¿Que le están haciendo?!
Chizuru Kagura se percato que la pelirroja había visto algo dentro de sus pensamientos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top