CAPITULO 16: "El futuro"
La pareja de enamorados caminaba rodeando el parque mientras el sol se terminaba por ocultar, era la manera en la que casi siempre terminaban la cita. Ella iba del brazo de su novio, charlando de cosas ordinarias, cosas que la mayoría de los jóvenes de su edad tendrían en mente. Hasta ese punto él le seguía la conversación de manera fluida, haciendo pequeñas bromas entre algunas frases, fue entonces que ella toco aquel tema que detono todo.
—¿Ya sabes tus opciones para la universidad?
—... No lo he pensado.
Sin soltarlo del brazo, se aparto un poco para mirar su perfil.
—Kyo, este será el ultimo año, ya deberías haber elegido tus opciones.
—Si, bueno... no estoy seguro de ello —suspiro y se mantuvo en silencio unos instantes —No te preocupes Yuki, todo estará bien.
Ella sabia que mas que el hecho de tranquilizarla, dijo lo ultimo para que cambiaran el tema y lo hizo, sin embargo no dejaba de incomodarla la idea de que el pudiera quedar a la deriva.
Al día siguiente Kushinada se dio a la tarea de reunir información sobre los institutos superiores a manera de ayudar a su novio pensando que de esa forma lo alentaría. Con una sonrisa en los labios y planeando que podrían hablarlo juntos, se dirigió al dojo Kusanagi, ahí encontró a su novio y a la madre de esté. Una vez que hizo los saludos formales, fue hasta la alcoba del joven donde ella finalmente le enseño lo que le había traído.
—Esta universidad tienen también un equipo de artes marciales muy popular y esta tiene un plan de estudios que puedes adaptar... — Al tanto que Yuki continuaba nombrando lugares, el semblante de Kyo se iba haciendo rígido — la tercera se encuentra en...
—¿Puedes parar? —pronuncio Kusanagi con la cara volteada hacia el jardín.
De inmediato, Kushinada noto que su humor había cambiado.
—¿Estas molesto?
—Yuki, yo... realmente no quiero seguir por ahí —dijo en voz baja sin verla a la cara — Quiero hacer algo en lo que sea bueno.
Anonadada, la joven estudiante deslizo sus ojos hacia la pila de cosas que se encontraba en la pequeña mesa de su novio y lo que noto fue un sobre, el sobre de invitación para el torneo.
—¿Volverás a competir? — lo interrogo y fue por el sobre.
—Si.
—¿por que? ¿A caso ese sujeto Goenitz no desapareció? ¿Que Yagami-san no volvió a Tokio? —la voz de la chica se entrecortaba con cada pregunta mientras apretaba el sobre casi arrugando— ya no tienes una razón para pelear.
—Si la tengo, pero aun si no fuera así, quiero seguir peleando, quiero enfrentarme a oponentes mas fuertes.
—Haz ganado el torneo tres veces ¡¿que no es suficiente?! ¡¿Tiraras tu futuro por esto?! —sacudió el sobre frente a la cara del otro.
—No se de que futuro hablas, no soy bueno para los estudios, realmente no me interesan, si sigo por ahí solo tendré un trabajo mediocre...
—Si continuas peleando, al final solo te recordaran unos cuantos y ¡habrás perdido todo! ¡¿Quieres terminar como tu padre?!
—Oye, aguarda un poco, papá puede ser duro, pero es un gran hombre y un peleador fuerte.
—¿y eso que? si no fuese por la herencia de tus ancestros, dime ¿como mantendría tu padre a su familia? —Kyo no pudo responder — ¿Como nos mantendremos cuando nos casemos? ¿A nuestros hijos?
—Wow, espera Yuki, te estas precipitando.
—¿disculpa?
—Me refiero a que un falta mucho para eso, somos bastante jóvenes como para pensar en casarnos, ni se diga en tener hijos.
Kushinada guardo silencio unos segundos y trato de serenarse ante lo ultimo que había dicho su novio.
—Kyo ¿tu piensas que nos casaremos algún día?
—Uh... si, supongo, eventualmente muy en el futuro.
La inseguridad de las palabras del heredero Kusanagi provocaron un dolor y un desespero en el corazón de su novia.
—Yo... ¡yo quiero una familia! ¡Quiero sentirme tranquila y que seamos felices! — bajo la cabeza para que el no viera que estaba soportando las lagrimas.
Pero Kyo lo noto, vio como las gotas saladas y tibias comenzaban a humedecer el sobre que sostenía en sus manos.
—Tranquila Yuki, todo estará bien, solo hay que manejar las cosas con calma... —El de cabello castaño dio unos pasos hacia su novia para intentar abrazarla y reconfortarla.
—¡No digas que todo estará bien! ¡Por que no lo esta! — en un arranque, Yuki rompió el sobre —¡Ni siquiera intentas comprender un poco el como me siento! ¡Solo piensas en lo que tu quieres! —le reclamo entre lagrimas —¡Dices que formaremos un hogar algún día! ¡¿Y cuando será?! ¡Cada vez estas menos satisfecho con esto! ¡Cada vez quieres pelear mas y mas! —dejo caer los trozos de la carta sobre el futon y las revistas regadas —Esto no te llevara a nada — bajo el tono de su voz que aun estaba entrecortada.
—¿Así es como me ves? ¿Piensas que soy un cabeza dura que solo le gusta pelear y al final será un perdedor sin oficio ni beneficio? — Kyo tenia el entrecejo arrugado.
—No...
—¿pero?
Yuki Kushinada siempre veía lo mejor de su novio, solo que en ese momento no podía ver mas allá del deseo de ambos, un deseo que iba por distintos caminos, caminos que los apartaban cada vez mas.
Esa conversación sin finalizar provoco que el joven líder del clan Kusanagi comenzara a tomarse un tiempo a solas, las visitas a la chica eran menos frecuentes y también breves, cosa que no ayudaba a calmar las angustias de Yuki, terminando por discutir de manera mas frecuente, hasta que un día, Kyo se marcho a Tokio sin siquiera avisarle al respecto...
El torneo nacional había terminado y los amigos esperaron al nuevo campeón a las afueras del lugar para felicitarlo por su desempeño y triunfo.
Athena, Kensou y Yuki permanecían juntos, mientras que Kyo no se separaba de su primo, usándolo como excusa para no mezclase tanto con los otros, lo mismo hacia Aoi, permaneciendo cerca de Nikaido cosa que a este no le desagradaba en absoluto.
Cuando Shingo salió de detrás del edificio fue recibido con felicitaciones y palmadas en la espalda, todos lucían felices por él y por su victoria, pero los ojos de Yabuki se concentraron en su maestro que aun se mantenía distante de los otros.
—¡Kusanagi-san! ¡Mira! ¡Lo, lo hice! — fue hasta este y le mostró el trofeo que le habían dado por su victoria.
—Pude verlo, bien hecho Shingo — coloco la mano en el hombro de su discípulo —Sin embargo aun necesitas trabajar mas, este torneo no es nada comparado al KoF.
Solo esas palabras en un tono casual le parecieron maravillosas al joven del gakuran azul, tener el apoyo de su maestro e Idolo había valido toda la pena del mundo.
—¡Gracias Kusanagi-san!
Souji también lo felicito, al igual que Aoi y Benimaru a su manera; así, Shingo se percato del par de cabelleras rojas que estaban a varios metros atrás, en silencio observando de reojo, sabiendo de quienes se trataba dibujo una sonrisa amistosa y se aproximo a ellos.
Kaoru se puso de pie y fue a su encuentro, en cambio, Iori se dio la media vuelta y se alejo aun mas, dejando que la pelirroja diera algunos pasos hacia el nuevo campeón.
—¡Muchas felicidades! ¡Peleaste muy bien, sobre todo en el encuentro final!
—Honestamente estaba un poco nervioso al principio —se tallo la cabeza por detrás... Gracias por venir.
—No tienes que agradecer, tienes todo mi apoyo—sonrío.
Shingo la miro en silencio un par de segundos con la misma expresión de alegría.
—¡Oh y gracias a ti también Yagami-san! —dijo lo ultimo en voz alta para que el otro escuchara. A lo que Iori no respondió y continuo de espaldas.
El pequeño trio liderado por Athena se emparejo a los dos discípulos de Kusanagi para comenzar una charla.
—¡Debemos celebrar! —propuso Asamiya —¡vayamos a comer todos!
—¡Si! —la secundo Kensou y después hubo silencio.
—Ugh... detesto los silencios incomodos — murmuro Aoi y de un movimiento entrelazo su brazo al del modelo, como si un caballero llevara a una princesa, no le dio ni un segundo al otro de entender por que lo había hecho — Lo siento, Benimaru me ha invitado a una cita y como me dio mucha pena le dije que si, así que no cuenten con nosotros.
—¿eh? —pronuncio el rubio un tanto perplejo de la mentira de la prima de Kusanagi, sin embargo le siguió el juego.
—¿A que hora piensas regresar a casa? —la cuestiono su hermano en corto.
—Por lo que se, ya soy una adulta — La joven de cabello castaño se acerco al oido de su hermano —lo mejor seria que dejaran a Kyo y a Yuki-chan a solas, en lugar de estar rodeándolos —susurro y después se despidió con un ademan.
Entonces Souji comprendo que su hermana había hecho eso para ayudar a su primo.
—Buen movimiento —le dijo Nikaido una vez que se alejaron y llegaron hasta donde estaba la moto de la chica — ¿crees que los demás se den cuenta?
—Dejare lo demás a Souji, el sabrá como darlo a entender.
—Entonces, ¿que hay de esa cita falsa?
—Tu lo dijiste, es falsa — saco su casco — pero estoy de humor para dejar que me lleves al cine —le guiño un ojo.
El modelo contemplo a la joven Kusanagi, y el brillo de su chaqueta que se desprendía por las luces de la ciudad dejando ver su hermosa silueta.
—Será un placer — confirmo con una sonrisa galante.
Por otra parte, Souji le sugirió a su primo que fuera con sus amigos y después se hiciera de una oportunidad para hablar a solas con Yuki.
—¿y si ella no quiere hablar? —dijo el otro en un tono apático.
—Si no lo quisiera no hubiera venido hasta Tokio, ¿o crees que Yuki-chan vino exclusivamente a un torneo de pelea para apoyar a Shingo?
Kyo suspiro y se aproximo con toda calma a sus amigos, justo después de ver marchar a Souji en su moto.
—¡Vamos! —continuo Athena — ¡será divertido! ¡Ademas es Tokio!
—Me disculpo —dijo Kaoru, nosotros debemos regresar.
—¿por que?
La pelirroja miro por detrás a Yagami.
—El ya hizo mucho por mi hoy —pensó antes de darle su respuesta a la Idol —tenemos algunas cosas que hacer, lo lamento mucho — hizo un reverencia y volvió a felicitar a Shingo para después ir a donde estaba Yagami.
—Creí que irías con ellos — le dijo mientras comenzaban a caminar.
—Fue divertido, pero ahora solo quiero estar contigo.
Iori la miro por el rabillo del ojo después de escucharla
—Tengo hambre, quiero carne.
—Tu siempre quieres carne.
—Vayamos a comer.
La pareja se alejo caminando lentamente mientras seguían hablando en tono bajo.
—Bueno solo quedamos nosotros cinco — Los ánimos de Athena se habían mermado ligeramente.
—Yo tampoco puedo — dijo Kushinada, debo volver a Osaka, mi papá me espera.
—oh ¡no! Yuki-chan, por favor, solo un rato mas.
—N, no, ademas se esta haciendo tarde...
—¿por que no te quedas aquí la noche? — hablo su novio —dile a tu papá que te quedaras con Athena, o si quieres, puedo hablar con él.
Todos los demás se quedaron mudos, esperando la respuesta de Kushinada, la cual demoro varios segundos, reflexionando su respuesta.
—E, esta bien — respondió en voz baja volteando la cara, como si no estuviera segura.
El grupo de cinco, aquellos compañeros de escuela meses atrás fueron a comer a un lugar módico para celebrar a su amigo y después deambularon por las calles un rato; poco a poco el ambiente se siento menos pesado, pues Asamiya y Shingo lo amenizaban, al final decidieron ir todos al apartamento de Kusanagi para relajarse antes de despedirse.
—Tu apartamento es pequeño —dijo Kensou
—Es solo para una persona — expreso el inquilino.
—Luce desordenado —comento Athena.
—No esperaba visitas.
—¡Esto es increíble! ¡Así que este es el apartamento de Kusanagi-san! —Shingo parecía el único emocionado de ver los descuidados aposentos de su maestro —¡aquí es donde descansa! Y ¡aquí seguramente es donde piensa sus movimientos nuevos!
—Parece el baño — menciono el integrante de Psycosoldier.
El pequeño tour llevo a que deslizaran la ventana que servia como puerta al balcón y contemplaran la ciudad desde esa altura.
—La vista es muy buena — dijo Yuki apoyada del barandal.
—¿por que tus vecinos tienen una terraza mas grande? — pregunto Kensou
—Por que su apartamento es mas grande.
—¿y te llevas bien con ellos?
—Pues, em...
—¡¿Que?! ¡Vives al lado de Iori Yagami! — gritaron al unisono los otros tres.
—No es como que yo lo haya planeado, fue una... casualidad.
—¿y no te ha dado problemas ese chiflado?
—Mas o menos, pero se ha mantenido tranquilo últimamente, probablemente por que sale de viaje con frecuencia.
—Kaoru, ella ¿se queda sola? —pregunto Kushinada.
—Si, porque tiene que ir a la escuela, al parecer están acostumbrados.
—Quiero ver — dijo Athena que se coloco en posición para saltar al otro lado —quiero ver como viven ellos.
—¡Espera Athena! —pero fue inútil, la joven cantante ya había saltado al otro lado.
—¡Rayos! — exclamo Kensou que la siguió, no sin antes arrastrar a Shingo con el.
Kyo vio el desastre que sus amigos estaban por hacer y se dispuso a ir a ponerles un alto, pero algo lo detuvo del brazo. Era su novia que le estaba pidiendo de esa manera que se quedara con ella.
La pareja entro al apartamento de Kusanagi y cerraron la ventana para poder hablar.
Al principio no dijeron nada, solo se sentaron uno frente al otro, con la mirada baja.
—¿Volverás a Osaka? —comenzó ella.
—Si, si volveré, aun todavía tengo cosas que hacer aquí...
—¿Regresaras a la escuela?
—Si.
Los ojos de Yuki se iluminaron al escucharlo, saber que volvería a su ciudad natal calmaba su corazón, así que se dejo llevar un instante por lo que estaba sintiendo y se arrojo a él para abrazarlo.
—Que alivio... pense, pense que te perderia.
No obstante Kyo no parecía compartir la emoción.
—Volveré a terminar la escuela, sin embargo, no iré a la universidad — El corazón de Yuki latió rápido, esta vez era por los nervios.
—¿Que hay de tu futuro? ¿De nuestro futuro?
Kyo exhalo.
—Escucha Yuki, el que llevemos las cosas con calma no significa que nuestro futuro sea desdichado, sabes que haría todo para cuidar de ti, pero también tengo derecho a elegir mi camino, así como tu haz elegido el tuyo.
La joven se aparto de con sutileza y lo miro a los ojos por un momento.
—Prométeme que este será el ultimo torneo, a cambio yo no te molestare mas con los estudios, decidiremos todo juntos de ahora en adelante.
Kyo separo los labios con la intención de responder, mas no salieron palabras de su boca, se paso la mano por el cabello y trato de mirarla a los ojos.
—Yo...
—¡Te apoyare! ¡Te apoyare para este torneo! tan solo dime que será el ultimo —Yuki tomo las manos de su novio entre las suyas y le mostró un semblante radiante.
Kyo no pudo decirle la verdad, la verdad de lo que sentía y quería para si mismo, solo contemplo los brillantes ojos de Kushinada a la cual no deseaba romperle el corazón.
—L, lo prometo —susurro.
—¡¿Es broma?! ¡¿De verdad ellos viven aquí?! —dijo Kensou —luce como un lugar ordinario.
—A mi me parece que es un lugar agradable —añadió Shingo.
El trio que salto del otro lado estaba husmeando el interior de la vivienda de Yagami y su compañera, en ese momento la parte que ellos podían apreciar estaba sola, así que no moderaron su habla y mucho menos el nivel de intrusión.
—¡Ahí esta Kaoru-chan! Vaya, ya trae la pijama puesta —menciono Athena
—¡Creo que esa chica no esta consciente que vive con un hombre! — agrego el escandaloso Sie.
Shingo se cubrió un poco la cara.
—¡Ni se le ve nada! —insistió Athena —ademas esta en su casa.
La pelirroja llevaba en brazos a su gato, Hiei, y le dio algo de agua mientras lo acariciaba, no se había percatado de la presencia de los otros.
—Aww tienen un gatito — menciono la psíquica.
—Es momento Yabuki, ¡entra y roba a esa chica!
—¡¿que?! ¡¿Que estas diciendo Kensou?! ¡¿Por que haría eso?!
—Ah olvidado ahí vine el lunático...¡Oi! —El semblante de Kensou se descompuso al ver que Yagami andaba solo con las ropas inferiores, exponiendo su musculatura y por instinto cubrió los ojos de Asamiya.
—¡Hey! —dijo la otra —¡¿Que pasa? ¿Kensou?!
—¡¿como se atreve?! ¡Ese exhibicionista!
El heredero de las llamas púrpura parecía estar intercambiando palabras con su pareja, probablemente una charla común, pero irremediablemente voltearon al escuchar el alboroto afuera.
—Oigan... creo que ya nos vieron —dijo Shingo.
Con una expresión de ira, Iori camino hasta la ventana.
—Por favor no hagas un desastre aquí —le alcanzo a decir Kaoru.
Una vez frente a ellos, los tres intrusos le sonrieron para amansar su furia y disculpar su atrevimiento, a lo que el pelirrojo, aunque apretaba los puños, no olvido que tenia a su compañera detrás y tan solo reacciono cerrando la cortina con fuerza.
—Creo que se molesto — comento Yabuki.
—¿Crees? — lo corrigió Sie.
Athena miro hacia el departamento de Kusanagi y vio que la luz estaba apagada.
—Esto es muy bueno, parece que ellos finalmente se reconciliaron, pero... no podemos interrumpirlos —coloco ambas manos sobre sus mejillas enrojecidas.
—¡¿Quiere decir que estamos atrapados aquí?!
—Podemos saltar —propuso el discípulo de Kyo, que miraba por el balcón.
—¡Son ocho pisos! —recalco un histérico Kensou.
—Tranquilos chicos, le pediremos a los Yagami que nos dejen cruzar, solo les expondremos la situación.
—A ese sujeto no le importara en absoluto, ¡nos dejaría morir aquí!
—No seas exagerado Kensou.
El par de vecinos de Kusanagi estaban escuchando absolutamente todo lo que el trio estaba diciendo, ellos se habían quedado en la estancia aguardando a que se marcharan, para recobrar su intimidad.
Yagami chasqueo la lengua y se limito a retirarse a su habitación.
Kaoru se dio cuenta que estaba sumamente irritado por el hecho de que los amigos de Kusanagi aun deambularan por los alrededores.
—Entonces tu diles Athena.
—¿Y, yo?
—Tu lo propusiste, ademas no se molestaran contigo.
—Yo creo que Shingo es la persona adecuada — propuso la idol.
En lo que ellos se ponían de acuerdo, escucharon correr la ventana.
—¿Ya terminaron? —los cuestiono la pelirroja.
Apenados ingresaron uno a uno, disculpándose por la intromisión.
—Solo cruzaremos a la puerta de salida.
—¿En verdad piensan irse sin calzado?
Los tres miraron hacia sus pies, no cayeron en la cuenta que sus zapatos y el resto de sus pertenencias estaban en el apartamento de Kyo.
—Le dire a Kusanagi-san que nos pase los zapatos — Shingo intento dar un paso al frente y Asamiya lo detuvo.
—¡No! ¡Shingo no puedes ellos están!...¡Muy ocupados!
—Justo ahora están en el medio de algo —Kensou sonrío pícaramente —Tal vez puedas ir a comprarnos algunos zapatos —dijo a la pelirroja.
—Claro, los dejare aquí a solas con Iori, el los atenderá muy bien.
—¡No tienes que ser sarcástica!
—No hay de otra, habrá que esperar —concluyo Athena —Lo haremos en el pasillo, así no molestaremos a nadie.
La chica de ahora apellido Oogami los detuvo, sabia que lo que estaba dispuesta a hacer no le agradaría a Iori, mas no podía dejarlos quedarse en el pasillo, no solo era descortés, sino sumamente desconsiderado, ademas de que ellos la habían albergado tiempo atrás y debía devolver el favor.
Y así, terminaron los tres sentados en la alfombra en el medio de la habitación de Kaoru.
—¡¿Como rayos terminamos de este modo?! —reclamo Kensou.
—Lo mejor será mantenernos en voz baja para no causarle problemas a Kaoru-chan —le dijo Athena exhalando —espero que Kyo y Yuki-chan realmente se hayan reconciliado y todo esto este valiendo la pena.
No demoro la anfitriona en llegar con una bandeja de té y bocadillos, para ofrecer a los intrusos.
—Tu habitación es linda Kaoru-chan —elogio la Idol
—Gracias.
—Para ser sincero imaginaba que la casa de Iori Yagami seria distinta — hablo Kensou mientras masticaba uno de los bocadillos que le acababan de servir — tenia una visión mas lúgubre, similar a un agujero de la peor clase.
—Kensou no hables con la boca llena.
El comentario del joven proveniente de china le había desagradado a la pelirroja, sin embargo se reservo de responder en ese momento, pues una parte era cierta, de todas las veces que Yagami había estado solo, no solía mantener muy limpio el lugar.
—Es bueno saber que ustedes se están llevando bien y ahora que Yuki-chan y Kyo están arreglando las cosas todo ira muy bien —comento con alegría Asamiya, levantando su taza de té.
—Si, todo gracias a Yabuki y la lectura del futuro.
Kaoru no comprendía como se podrían relacionar Shingo y las adivinaciones.
—¿Que?
—¡Si! Athena me leyó el futuro — Repitió Yuki a su novio, una vez que ambos se encontraban acurrucados uno junto al otro sobre el futon —ella dijo que en mi futuro me esperaba una vida plena y que tendría felicidad al lado de un hombre trabajador, que tendría dos hijos y una vida armoniosa.
—No sabia que a Athena le gustaba la adivinación.
—También me sorprendió, pero cuando escuche todo eso sabia que las cosas entre tu yo podrían arreglarse —recostó la cabeza sobre el pecho de Kusanagi — no creía en esas cosas, ahora se que podemos tener una vida tranquila y maravillosa.
—Si... —fue lo único que dijo antes de que Kushinada se quedara dormida pacíficamente, cosa que para Kyo fue distinto, aquel futuro que predijo la peleadora de Psycosoldier no parecía encajar con la propia visión del heredero de las llamas carmesí, en el fondo no se sentía muy satisfecho de escuchar algo como eso, sin embargo, ya no deseaba seguir angustiando a su novia y decidió callar.
—Cuando le leí el futuro a Yuki-chan ella parecía mas animada y aprovechamos la oportunidad de venir a apoyar a Shingo para reunirlos.
—Ya veo — sorbió su té.
—Dime Kaoru, ¿quieres que te lea tu futuro?
—No.
—¿por que? será divertido, oh, no me digas que no crees en la adivinación.
Creer o no creer no era el problema, simplemente ella ya sabia demasiado sobre su futuro, no obstante, deseaba ya no escuchar sobre el.
—Estoy enfocada en el presente.
—Bueno entonces te dire algo que no sea tan relevante, ¿que te parece?
—Mmm... —no le dio tiempo de responder cuando la de cabello morado ya había tomado su mano.
El semblante alegre de Athena se iba desdibujando conforme pasaban los segundos observando su palma, al notarlo Kaoru le arrebato la mano.
—Seguramente no encontraste nada —interrumpió Kensou — estando con alguien tan inestable como Yagami, es imposible que pueda darle una buena vida — trago el quinto bocadillo que se había servido.
En la oscuridad de su habitación, Iori se había colocado los audífonos para no escuchar a los que habían estado en el balcón, para cuando se los quito ya no percibió ruido alguno del exterior y decidió salir para beber algo, fue entonces que escucho los cuchicheos provenir de la habitación de su compañera, cosa que le irrito mucho y decidió terminar con las visitas, aun si era por la fuerza. Justo antes de abrir la puerta sin anunciarse se detuvo, pues la conversación atrajo su atención.
— Enserio chica, debes reconsiderar las cosas, él es un hombre violento, grosero y que no le importa nada mas que sus propios asuntos ¿que futuro te puede esperar con un loco como Yagami a tu lado? — Continuaba Sie que tomo otro bocadillo.
Iori desistió de abrir la manija y bajo la mirada, el discurso del fiel seguidor de Athena le había clavado una puñalada cargada verdad.
De repente se hizo presente un ruido estrepitoso, Kaoru aporreo las manos, sin importa que los platos estuvieran en el suelo.
—¡La ropa que estoy usando! ¡La cálida cama que esta ahí! ¡La lavadora, las alfombras, los muebles! ¡El jabón! ¡Las cortinas! — se puso de pie con el entrecejo arrugado —¡El té que estas bebiendo y la comida que te estas tragando! ¡Todo! ¡¿Sabes quien paga por todo eso?! —Kensou se quedo mudo con el bocado a medio mascar mientras la pelirroja elevaba la voz a conforme iba nombrando las cosas —¡Puedes decir que Iori es grosero, por que así es! ¡Pero no te permitiré que digas otra cosa mas de él y menos en mi propia casa! ¡El siempre ha cuidado bien de mi! ¡El se ha esforzado mucho y aunque al principio no lo entendí, el no permitió que yo trabajara por que desea que me esfuerce en mis otras responsabilidades, por que quiere que yo sepa que estando con el debo sentirme segura! ¡Así como confía en mi para administrar y cuidar de todo! ¡No te perdono que hables así de Iori, él, él es mi familia! — Athena sonrío de nuevo — ¡No se cual sea tu concepto de "hombre ideal" pero no aceptare criticas de un sujeto como tú que solo se la vive tras... que no tiene idea de lo que quiere! ¡Y si vuelves a hacer otro comentario de ese tipo, yo misma te echare por ese balcón!
Yagami había escuchado todo y se limito a volver a vestirse y salir del apartamento.
—¡¿Eso quieres?! ¡¿Quieres pelear?! —se levanto el de cabello castaño para desafiar a su anfitriona —¡No podrías vencerme!
—¡¿Quieres probar?! — encendió sus llamas púrpura — ¡te dejare hecho cenizas! ¡Mediocre!
—¡Vas a pedir disculpas niñata!
De un salto Shingo y Athena se levantaron para separarlos.
—Tranquila Kaoru, Yagami-san se enfadara si escucha el escándalo — fue lo primero que se le ocurrió.
—Kensou, vamos a hablar afuera —le dijo Asamiya y el otro obedeció de inmediato.
Mientras esperaban que los miembros de Psycosoldier regresaran, Shingo le sirvió una taza de té a su amiga para que se calmara y está la bebió en silencio.
—Pienso, pienso que tu ganarías — se refirió a la pelea con Kensou y Kaoru sonrío.
—Lo dices por que somos compañeros.
—Lo digo por que lo creo —ahora le sonrío él.
Shingo recorrió la alcoba de la chica con la mirada y sus ojos aterrizaron a la foto que estaba en su espejo, aquella que se tomaron hace mas de tres años.
—¡Todavía la tienes!
—¿Por que no habría de tenerla?
Continuo revisando el lugar desde donde estaba y de nuevo se detuvo, esta vez sobre la cama, donde descansaba a un lado el osito de peluche.
—¿Siempre lo dejas ahi?
—Si.
Finalmente la luz se volvió a encender del lado de Kusanagi y Yuki fue quien salió para tocar a la puerta de los vecinos y rescatar a sus amigos, lucia aliviada y de nuevo contenta.
—¿segura que no quieres quedarte? — le insistió Kyo
—No, no quiero preocupar a papá; ademas ellos ya están cansados.
—Me alegra que ahora estés tranquila.
—Y a mi me alegra que las cosas se hayan aclarado —le dio un beso a su novio en la mejilla.
Kyo acompaño a sus amigos a la estación, donde mantuvo su semblante a como usualmente lo llevaba, pero una vez que regreso se miraba un tanto confundido, ni siquiera fue donde su apartamento, pues aun sentía el aroma de su novia en este, así que se dirigió al techo para contemplar las estrellas y pensar.
Al poco escucho el maullido de un pequeño gato que lo distrajo.
—¡Hiei! ¡ven aquí!
Kusanagi se incorporo un poco al ver saltar al minino casi sobre el y usarlo como trampolín.
—¡Oye pequeño demonio! ¡¿Que te sucede?!
—No le hables así —dijo Kaoru que recogió a su gato y lo abrazo.
—¿que haces aquí? ¿No deberías estar durmiendo?
—Si, pero todos se fueron, me refiero a que Iori no esta en la casa, me vestí para buscarlo, en eso Hiei entro al cuarto de entrenamiento y salto por la ventana.
—¿Que? ¿Tienen un cuarto de entrenamiento? Y yo que creí que era una bodega o algo así.
—Como sea, buenas noches —se dio la media vuelta.
—Espera, hay algo que quiero reclamarte, ¡no aceptaste ir conmigo al torneo, pero si fuiste con Yagami!
—¿Que tiene eso de raro?
—Eh, significa que me mentiste.
—Si, lo hice.
—¡No seas cinica!
—¿Por que me invitaste si iba es estar Yuki-san? Eso hubiera creado problemas, ademas, tu sabes que yo estoy con Iori.
—Si, eso lo se —suspiro y se volvió a recostar sobre la superficie en la que estaba.
—De todos modos, gracias por decirme, pude ver a Shingo ganar, eso fue increíble.
—Bueno, solo no se lo digas tanto, se lo va a creer.
—¿Que tiene de malo? ¿No estas siendo muy injusto con él? —torció la boca y los ojos.
—Mira, Shingo no es como yo, es decir, se que soy un poquitín presumido...
—¿Poquitín? —levanto la ceja.
—No interrumpas —aclaro la voz — Shingo se empeña mucho, no creas que no lo he notado, el es mas hábil de lo que parece, no solo aprende técnicas en poco tiempo, sino que también ha creado su propio sistema, a muchos podría llevarle años. Ahora, si el comienza a creer que ha llegado al máximo, puede que se le suba a la cabeza y se confíe, deje de entrenar o peor aun, deje ser la persona que es.
La cara de la chica ya no era de irritación, sino de sorpresa, ella pensaba que en fondo Kyo no valoraba a su discípulo.
—Yo pensé que tu no lo tomabas en serio —Bajó a Hiei.
—Confieso que al principio no mucho y eso es por que creí que el solo me quería usar — la mirada de Kusanagi pareció fugarse en el pasado —Yo no tengo muchos amigos, al menos no los tenia antes de mi primer torneo nacional, en la escuela los chicos me detestaban, aun lo hacen; por eso cuando Shingo apareció creí que el solo estaba jugando y quería, tu sabes "ser alguien popular" pero con el tiempo se convirtió en un buen amigo... el amigo mas fiel que tengo, junto con Benimaru, no me gustaría que el dejara de ser esa persona tan noble.
Nuevamente la chica se quedo perpleja, siempre le había parecido que Kyo era un tanto insensible hacia Yabuki.
—Por eso esta bien que lo felicites pero que no se le suba, no quisiera perder a mi amigo — se hizo silencio en lo que Kusanagi regresaba de su transe —ademas, me pondría celoso de que lo animes a él y a mi no —volvió a su característica forma.
Mas ya era tarde, la otra había observado uno de sus lados vulnerables.
—¿pudiste arreglarte con Yuki-san? —se trepo en el borde que delimitaba los espacios en el techo.
—Algo así... ¡bájate de ahí!
—Me da gusto por ustedes — no le hizo caso.
Iori volvió a casa, encontrando el lugar sin la chica, sin el gato y sin los molestos intrusos, la busco en su alcoba y no la hallo, así que se dirigió a la suya, fui ahí cuando vio la puerta, que conducía al techo, abierta.
—¿Puedo preguntarte algo? —dijo Kyo
—¿que eso no es una pregunta?
—¡Arg! ¡Enserio!.. — se levanto un poco —¿Que harías si Yagami ya no quisiera ser músico, sino alguna otra cosa? ¿O que tal si el quiere seguir peleando siempre?
—fueron dos preguntas...
—¡Solo responde!
—Si Iori quiere dejar de ser músico y convertirse en otra cosa entonces me preparare para apoyarlo, si el quiere ser modelo aprenderé a tomar fotos, o si el quiere convertirse en peluquero aprenderé a teñir el cabello, si quiere ser un obrero me encargare de que este bien alimentado siempre, y con respecto a lo otro, no se si sean realmente sus deseos, a Iori realmente no le gusta la violencia, el pelea por ciertas razones, pero en el fondo yo estoy segura que el desea tener paz algún día, y por eso me gustaría darle lo que el merece.
—¿A que te refieres?
—...Una familia, quisiera darle una familia —dijo con claridad.
Ninguno de los otros se dio cuenta, solo el gato pues al sentir su presencia fue hasta sus pies para restregarse, era Iori que de nuevo escuchaba en las sombras la conversación.
—¿Y que hay de ti? ¿Que quieres para ti? —Continuo Kyo — ¿Te conformarías con eso? ¿Hay algo que tu quieras para ti?
Kaoru pensó por unos segundos su respuesta y después miro a la luna que estaba en lo alto.
—Tiempo, desearía poder tener todo el tiempo del mundo, para poder disfrutar y estar con él.
—Eso es muy ordinario.
—Lo que a ti te parece ordinario, puede ser imposible para muchos — respondió bajando la cabeza y sin darle la cara.
—Pienso que es un desperdicio por que tienes mucho potencial como peleadora — suspiro — Aunque, si es lo que deseas, lo comprendo... ojalá ella también lo comprendiera —susurro y bajo un poco la mirada.
—Vaya, agradezco eso viniendo de ti.
—¿Te estas burlando? —Kyo levanto la mirada hacia la chica, que seguía caminando por el borde, pero ahora con un expresionismo diferente diferente.
—No, lo digo en serio, ya te lo había dicho antes, aun si esto incrementa tu vanidad insaciable — realmente eres un buen maestro, y un gran peleador —sonrío — por eso te admiro.
Fue como una estampa para Kyo, las palabras, el ambiente, todo fue creado para que su corazón latiera fuerte al ver a su discípula bañada por el reflejo de la luna y expresándose así de él.
—... — no pudo responder en ese instante.
—¿Que pasa? ¿Por que pones cara de idiota? —dijo ella bajando de un salto.
—¡Acabas de arruinar mi vision!
Durante el regreso a Osaka, Kensou no dejo de quejarse de lo que sucedió en el apartamento de los Yagami, mientras que Yuki le contaba a Athena lo que Kyo le había dicho en la ausencia de ellos.
Por su parte Shingo, sosteniendo su mochila y su trofeo, observaba las lineas del tren atreves del cristal.
—Te vez muy contento — menciono Kensou sentándose al lado del nuevo campeón.
—¡Por supuesto! ¡Fue un gran día! —amplio su expresión.
—¿No estas molesto? Yo estaría furioso o desdichado si Athena viviera con otro chico, intentaría robarla a toda costa.
—¿por que? ¿No deberías estar feliz si ella lo es?
—Eh... p, pero en tu caso es diferente, estoy seguro que esa chica tonta no será feliz con ese sujeto.
—A mi me pareció lo contrario.
—¡No seas conformista! —se descompuso un segundo en lo que le reclamo y luego regreso a su posición de brazos cruzados —aunque no esta todo dicho, el futuro es incierto y puede que ellos se separen.
—No me agrada esa idea, por que ella estaría triste.
—¿Quieres saberlo? — intervino Athena que los escucho desde atrás, incluso Kushinada se aproximo —Shingo, puedo leer tu futuro como lo hice con Yuki-chan.
—Si, así sabrás si aquella chica es para ti.
—O saber como te ira en el torneo.
Shingo medito unos segundos, moviendo los ojos hacia arriba.
—¡Muchas gracias! ¡Pero no! — sonrío — pienso que es mejor esperar la sorpresa, mientras seguiré adelante.
—¿Piensas olvidarte de ella?
—A los amigos no se les olvida, solo que si esta con alguien debo respetar esa situación.
—Muy bien Shingo, eres bastante maduro en esas cuestiones —le dijo Asamiya.
—Yo lo siento por ti —dijo Yuki —en verdad, ¿no te molesta?
—Nop, por que hoy confirme que soy importante para esa persona, lo demás debemos dejarlo al destino — sostuvo su semblante alegre.
Los otros tres continuaron charlando y riendo, excepto Athena, pues en ese momento recordó lo que había leído sobre el futuro de su joven amiga.
—Espero equivocarme —dijo para si con aflicción —No deseo que ese futuro lleno de tristeza se haga realidad...
La noche transcurrió y al día siguiente Yagami debía partir para su siguiente fecha en la gira, y como había dicho serian tres semanas ahora.
Llegaron muy temprano en la mañana, tomaría la primera corrida.
—Gracias por permitirme despedirte aquí—dijo Kaoru — y por cierto, lamento mucho todos los problemas de anoche, tu fuiste bueno conmigo por llevarme al torneo y todo termino...
—Deja de hablar un rato —dijo Yagami y ella obedeció. Al ver que realmente no pronuncio otra palabra, chasqueo la lengua — Supongo que cada vez hay menos cosas que pueda negarte — le dijo en un tono serio y virando la cara.
—¿En verdad? Si te pido algo ¿lo harás?
El otro no respondió, se dio cuenta de lo que había dicho hasta ese instante y las consecuencias que podría tener, pero ya no podía retractarse.
—Piensas aprovecharte de mi ¿eh? — la miro por encima de su hombro.
—Un poco — dijo en tono de broma — cierra tus ojos y quédate quieto.
Yagami le arrojo una expresión de enfado.
—¿de verdad?
—Vamos, no hay nadie aquí —le sonrío enseñándole los dientes.
El enorme peleador de las llamas púrpura exhalo, cerro los ojos tal cual le indico y permaneció inmóvil, con las manos dentro de los bolsillos de su abrigo.
De repente sintió algo sobre el, algo que iba desde el cuello hasta la cadera, una calidez que incluso lo rodeaba por la espalda. Kaoru lo estaba abrazando, pero no como cualquier abrazo, ella lo estrechaba con la suficiente firmeza para transmitirle una sensación de paz y armonía.
—Quería hacer esto desde que estábamos en la puerta del torneo —le dijo despacio y en voz baja —Gracias por todo, soy muy feliz —continuo con el mismo tono y recostó su cabeza sobre él —Te amo Iori, te amo mucho.
Yagami no cumplió del todo con su palabra, pues había abierto los ojos y apoyado su mentón en la chica.
—Y yo... yo estoy perdidamente enamorado de ti, te quiero, desde el fondo de mi corazón, siempre ha sido así y siempre lo será... pero, aun no puedes oírlo, solo espera un poco más — dijo para si al tanto que ella se separo un poco para encontrarse con los ojos de el y sus labios mudos — Te prometo, que seremos formalmente una familia, mientras, sigue mirándome de esta manera, sigue siendo descarada conmigo y dame tu cariño, por que eres tu quien me mantiene humano, quien me hace vivir, quien me hace feliz... quiero estar contigo lo que me reste de vida...
Todas esas palabras que Iori guardaba en un prolongado silencio, en el fondo de su ser, se las dejo saber al corresponder el beso que ella le dio al estirar sus piernas sobre las puntas de sus pies, pues ya no importaba la distancia, ella haría todo por alcanzarlo.
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