CAPITULO 11: "Las dos cartas"


En la cúspide del edificio emblema de la corporación a la que pertenece la cadena mundialmente conocida como "Satella", el presidente y dueño de la compañía admiraba las luces de la ciudad de Hong Kong mientras sostenía una charla con un par de caballeros, uno de ellos, su guardaespaldas y hermano menor, el otro una sombra viviente, el líder de los Hizoku.

—Esta hecho —dijo Ron —No hay nadie que vaya a aceptar un trato con la sacerdotisa, podrías quitarle los derechos del torneo si así lo deseas.

El fino caballero de impecable traje negro dejo salir una leve risa.

—si hiciera eso levantaría sospechas por querer apoderarme del torneo, es mejor que ella se mantenga como la "organizadora" eso también nos dará la libertad de movernos a nuestro antojo — abrió la enorme ventana y una ventisca recorrido La Oficina, revolviendo los papeles sueltos —Estas son maravillosas noticias... Buen trabajo Ron, tu pago ya ha sido liberado.

—¿Que pasara con el otro hombre? ¿El español?

—Ah, si, Munchausen, su jueguito idiota junto con Gesse Howard casi puso toda la orden al descubierto —Frunció el entrecejo.

—Parece que se lo ha tragado la tierra — añadió el guardaespaldas.

—¿Que esperabas? Ya no tiene a Leopold como escudo, así que se mantendrá lo mas alejado posible de la orden —suspiro para tratar de serenarse —Ron, mantente atento por si nos da alguna señal, estaremos en contacto.

El otro solo acento con la cabeza y desapareció entre las sombras como era costumbre.

—Así que este era tu plan, presionar a la miembro de los Yata para que vuelva a hacer negocios contigo —comento Genbu —¿realmente estas seguro que ella aceptara?

—La hermosa e inteligente señorita Chizuru Kagura es en efecto una mujer orgullosa —lo pronuncio como si la estuviera venerando — sin embargo también es una empresaria y tiende a doblegarse cuando de su responsabilidad se trata, ella tiene sus razones para hacer este torneo, al saber que no obtendrá el beneficio de nadie tarde o temprano recurrirá a nosotros — decía mientras cerraba los ojos y levantaba la cabeza para sentir la brisa en su rostro.

Tocaron a la puerta de la gran oficina y sin esperar respuesta ingreso la tercer miembro de los supuestos sobrinos de Goenitz.

—Lo siento, la puerta estaba sin seguro.

—Esta bien, ¿que noticas me traes de Japón mi bella Seiryu? —se viro y le obsequio una media sonrisa.

—Las cosas no podrían andar mejor, esos chicos han caído por completo, todo gracias a que están hambrientos de fama, o al menos el mayor de ellos.

—dejemos que disfruten de esta por un tiempo, cuando la tengan en las manos y se las arrebatemos serán completamente nuestros.

Genbu observo a sus dos hermanos sonreír de felicidad al ver que sus planes corrían a la perfección, y aunque también era parte de ellos, algo lo tenia inquieto desde hacia ya mucho tiempo, justamente a partir de la final del torneo.

No podía quitarse de la cabeza el hecho de haber fallado y sobre todo el encuentro con Iori Yagami, algo que recordaba cada vez que se miraba la cicatriz del brazo, producto de los ataques del heredero Yasakani en su estado Orochi.

Con eso en mente dio un par de pasos hacia los otros dos.

—Entonces, Shin, si todo esta bajo control y no me necesitas por ahora, quiero ausentarme un periodo —hablo de manera firme.

Sus palabras captaron toda la atención del mayor que lo observo con detenimiento por unos segundos.

—¿Vacaciones? —rió sutilmente —claro, ¿por que no? Toma lo que necesites para tu viaje.

—Solo necesito lo básico.

—Espera, ¿como te contactaremos?—lo interrogo la secretaria.

El otro no respondió y solo se dio la media vuelta para retirarse.

—¿dejaras que se marche así como así?

—Si —exhalo — hay que darle espacio, nuestro querido hermano tiene el orgullo herido, nunca antes había fallado y mucho menos estado al borde de la derrota, ni siquiera permitió que le curara las heridas, prefiero que sanaran de manera natural.

—¿Ira a encontrarse con ese sujeto?

—No, el no quiere enfrentar a Yagami en su estado ordinario, quiere pelear contra el Yasakani hijo de orochi; pero sabe que para eso tiene que ser mas fuerte, así que entrenara hasta el limite... me siento orgulloso de él —sonrío.

A la tarde del siguiente día, a muchos kilómetros de distancia, en un restaurant-bar de la ciudad de Tokio, sentados en una mesa, uno frente al otro, con un semblante frio y desafiante; Iori y Kaoru se miraban fijamente uno al otro casi desafiándose.

Permanecieron en silencio de esa manera por unos segundos, ambos de brazos cruzados y sosteniendo la vista.

—Jimmy Page —Pronuncio Yagami de manera contundente.

—Jeff Beck — dijo ella apretando los dientes.

Instantáneamente ambos entrecerraron los ojos como si se hubiera iniciado una especie de combate.

—¡Lavate los oídos niña estupida! —le grito poniéndose de pie y aporreando las manos en la mesa.

—¡Y tu enciende tu aparato anciano idiota! —Le respondió de la misma manera quedando frente a frente a el.

—¡¿Anciano?! ¡Solo soy cuatro años mayor que tu!

—¡Entonces no te atrevas a decirme niña!

Mientras la pareja de pelirrojos discutía al fondo, el señor Tamaki junto con los otros miembros de "la banda" los observaban desde la barra, no estaban muy sorprendidos de que estuvieran discutiendo, sino de la energía con lo que lo hacían.

—¿Que pasa con ellos? son demasiado ruidosos — se consterno el saxofonista.

—Ademas de que Yagami siempre se va a la mesa, es como si la acaparara —dijo otro de ellos.

—si, si y ahora tarda mas en decirle que se vaya de aquí como antes lo hacia.

—y ahora ella no le obedece.

Continuaban cuchicheando mientras el señor Tamaki se dibujaba una sonrisa en la boca.

—oh, me da gusto que ellos estén felices ahora —comento mientras sacudía las botellas de la repisa.

—¿Felices? si se la pasan peleando.

—Hay que ver mas allá de lo que nuestros ojos nos enseñan, cuando Iori esta aquí solo, prácticamente no habla mas que lo necesario; sin embargo cuando ellos están juntos el se siente feliz y quiere expresarlo, pero como no sabe de que manera hacerlo apropiadamente tiende a desbordar sus emociones, lo que desemboca en eso — con una sonrisa señalo a la pareja que ya se estaba dando de empujones y tirones al tanto que seguían discutiendo.

—Lo que quiere decir es que ellos están felices y esa es su manera de demostrarlo.

El señor Tamaki acento con la cabeza.

—Al menos frente a otros, si.

—Que retorcido.

—Eso es por que ambos son como niños —agrego Oda que estaba entrando al lugar viendo de reojo la escénica de los otros dos al fondo, pero a diferencia de sus compañeros a el no le sobresalto en absoluto.

El vocalista tomo asiento en la barra y extendió un par de piezas de papel sobre esta.

—Bien, ya tenemos las fechas de la gira —dijo en voz alta y todos se acercaron a el, excepto Yagami.

—¿gira? —murmuro Kaoru tratando de espiar lo que estaban viendo al lado del señor Tamaki.

—Esta vez son mas fechas y mas días.

—si, si, por que ahora serán mas ciudades.

La chica permaneció en silencio mientras los otros ponían atención a la charla.

—el representante ya tiene los pasajes y el hotel para el primer destino —continuaban.

—¿Iori no te ha dicho de la gira? —la interrogo Tamaki al verla poner una expresión de inquietud, a lo que Kaoru negó con la cabeza — ¿recuerdas que antes de que llegaras sacaron otro disco? —ahora afirmo con la cabeza — pues hace no mucho se posicionaros como la banda numero de Tokio y les han llovido ofertas e invitaciones.

—¡¿de verdad?! ¡Increíble! — respondió con los ojos brillando de emoción y —¡eso eso es!... ¡felicidades!

—Gracias —sonrío Oda y los otra de manera fraternal.

Los que estaban en la barra parecían estar celebrando las buenas nuevas, no obstante, Iori se mantenía mas que serio dándoles la espalda, al parecer no estaba compartiendo el jubilo.

Poco antes de que comenzara la presentación de esa noche la chica se retiro y la banda comenzó a prepararse.

Aprovechando que no habían llegado los clientes aun, Yagami fue hasta su compañero de mal habito.

—¡¿quieres que llevemos un remplazo de bajista para la gira?! ¡¿Por que?! —exclamo Oda tratando de sostener su cigarro con los dientes y no dejarlo caer de la impresión.

—Cambie de opinión, no iré —le respondió tajante mientras revisaba las cuerdas de su instrumento ni lo miraba a la cara.

El vocalista observo detenidamente al pelirrojo unos segundos, tratando de descifrar sus verdaderas razones.

—Ah, entiendo... quieres quedarte para estar junto a ella, ¿no es así? —Iori no le respondió continuo en lo suyo —lo comprendo, ustedes tenían mucho tiempo de no verse y eso, ahora quieres estar el mayor tiempo a su lado, pero ¿te haz puesto a pensar en como crees que reaccione al saber que estas dejando esto por ella?

Iori siguió sin responder pero le envío una mirada rápida, como si sus palabras lo hubieran dejado reflexionando al respecto.

Después de dejar el bar e ir a comprar los ingredientes de la cena, Kaoru llego al edificio donde estaba su apartamento, se sacudió un poco los pies antes de entrar y en eso observo que algo sobre salía del buzón que les correspondía. Las únicas cartas que recibían eran de los servicios y a veces de Moe, teniendo eso en mente abrió el buzón mas solo encontró una única carta, un sobre que identifico de inmediato, una invitación al torneo que estaba dirigida al heredero de las llamas púrpura.

La chica lo contemplo estando ahí, bajo la sombra del buzón de metal frio y su mente la llevo a días atrás.

Un día después de lo que había sucedido con Chizuru, Kaoru había regresado al edificio para ofrecer sus disculpas apropiadamente y llegar a un acuerdo formal con respecto al nuevo entrenamiento y las peticiones de ambas.

—¿Volverás a la escuela?

—si, Iori lo sugirió.

La empresaria la miro con desconcierto y un tanto de asombro.

—me parece un tanto increíble que él haya propuesto algo así, parece que de verdad quiere hacer las cosas bien —murmuro.

—¿Dijiste algo?

—ah, eh... estaba diciendo que es importante que también comiences con el entrenamiento, mientras mas pronto mejor.

—Bueno... tengo tiempo ahora.

—Entonces hagamos una primera lección.

Chizuru llevo a la joven a su sala personal de entrenamiento donde ambas se sentaron una frente a la otra. La líder de los Yata le entrego de nuevo el espejo ordinario.

—Comenzaremos primero con esto, la clave para entablar la comunicación por espejos es la conexión con aquello que deseas ver o la persona con la que deseas hablar. Para ello deberas mantener tu mente en blanco y lograr que tu espíritu se extienda mas allá de tu cuerpo.

Kaoru que ponía mucha atención a su segunda maestra acento con la cabeza sin dejar de observarla.

—Haremos una prueba, yo te guiare, con eso lograras percibir el grado de energía —Chizuru tomo las manos de la pelirroja entre las suyas mientras esta sostenía aun el espejo.

Ambas cerraron los ojos.

La poderosa Chizuru envolvió con su propia energía a la joven que sintió como si comenzara a flotar, a pesar de mantenerse en el mismo lugar.

—es... como si estuviera volando hacia algún lado —pensó

—Esta hecho.

La chica abrió los ojos y vio que en el espejo ya no estaba su reflejo sino el rostro de la que era idéntica a Chizuru.

—¡Maki-sama!

—Hola Kaoru, me da gusto ver que ahora te estas concentrando en expandir tus habilidades.

—Si, ahora que he vuelto a Japón aprenderé mas de Chizuru-san.

—Bien eso es... —antes de que la sacerdotisa que habitaba en el mundo astral pudiera continuar fue interrumpida súbitamente.

—¡¿Donde esta?! ¡¿Donde?! — junto a la otra sacerdotisa, surgieron un par de siluetas, una de cada lado reduciendo el espacio de visibilidad y acaparando la atención —¡¿Donde esta ese sujeto?! —eran las Hakkesshu que ya habían logrado recuperar la energía suficiente para materializar sus espíritus en aquel mundo.

—¡tiene que darnos una explicación! — dijo una irritada Vice

—¡o tan si quiera dar la cara! —añadió Mature.

Extendiendo los brazos Maki a parto a las dos de golpe mientras trataba de mantenerse estoica.

—¡¿que no ven que estoy hablando con mi discípula?!

—¡¿y por que crees que somos insistentes?! ¡debemos aprovechar, para que la mocosa le diga a Yagami que tiene una deuda con nosotras!

Maki logro apartar a las otras dos y recuperar un poco la atención.

—l- lo siento Maki-sama... ellas te están dando problemas.

—como no te imaginas —le respondió su maestra — descuida su presencia es tan débil aun que puedo arreglármelas. Mas importante que eso, mi deber es recordarte aun que Goenitz ya no este en este entre ustedes no deben bajar la guardia ya que existen otros tres reyes celestiales.

—¿esas desagradables mujeres no te han dicho quienes son? —la cuestiono Chizuru

—No, ellas no conocen la identidad de esos tres.

—puede que te estén mintiendo.

—¡Por supuesto que no! —dijo Mature tratando de regresar al centro empujando a Maki con la cadera — ¡nosotras queríamos que ese hombre los enfrentara para saber si eran iguales a Leopold y una vez que despejara el camino nosotras podríamos ser libres ja, ja, ja!

—Tal parece que aun entre los Hakkesshu hay ciertas divisiones —argumento Maki quitando a Mature de nuevo con ambas manos —deben mantenerse alerta ya que no sabemos cuando podrían aparecer.

—¡Mocosa dile a Yagami que ya nos volveremos a ver! —comenzaron a interrumpir al fondo las irritadas ex secretarias.

Una vez que la comunicación se corto Kaoru se quedo pensativa con respecto a las palabras de su primera maestra.

—Se lo que estas pensando —dijo Chizuru — llegue a la conclusión de que lo mejor seria no esperar a que ellos vengan y nos tomen por sorpresa, para eso es mejor si los atraemos; lo que me dio la idea de organizar de nuevo el torneo, esta vez deseo que tenga una difusión mundial, así, donde quiera que estén los reyes celestiales estarán al tanto y nosotros los estaremos aguardando.

La joven estudiante no sabia que decir, estaba al tanto que era obligación de Chizuru y responsabilidad de todos los Yata, pero algo la tenia nerviosa.

—Los tres tesoros debemos estar presentes en ese torneo.

Con esas palabras Kagura lo dejo claro.

Kaoru tomo el sobre y se dirigió a su hogar, suspiro y lo dejo en la mesa, totalmente a la vista, estaba preocupada por lo que había sucedido con Iori el torneo anterior y temía que se repitiera; mas no seria capaz de evitar que el asistiera y cumpliera con su deber.

—¿Ya te vas? Pero si es temprano —dijo uno de los compañeros de "la banda" a el pelirrojo.

Acababan de terminar su numero y rápidamente este se echo su instrumento al hombro sin responderle a los demás, y salió del restaurante.

—Hace unos meses el se quedaba para tomar unos tragos, ahora sale sin siquiera esperar que todos bajen del escenario —volvieron. Comentar entre ellos.

—Oye si yo también tuviera una muñequita esperando en casa saldría corriendo, ja, ja.

—ya cierren la boca —les dijo Oda para que no imaginaran cosas mas allá.

Camino de regreso, Iori seguía teniendo en su cabeza las palabras del vocalista. No solo se trataba de estar o no con la chica, sino el hecho de que no quería que estuviera sola, aun si comenzaba a ir a la escuela de regreso no habría nadie en casa.

Al cruzar entre un par de edificios le fue inevitable enfocar su mirada al callejón, el peleador de la magatama se detuvo al percibir algo en el estrecho y oscuro espacio.

—¡Bienvenido a casada!... —dijo la joven caminando hacia la puerta al escuchar la llave del pelirrojo girar.

Pero Iori no llego solo esa noche.

—¡no puede ser! ¡Un gatito! —Kaoru movió los pies de emoción como si estuviera dando pequeños saltos en su lugar. Al tanto que Iori sostenía al mínimo casi frente a su cara.

Sin esperar ni un segundo mas ella lo tomo y lo abrazo.

—¡es tan lindo! —lo acariciaba —¿se habrá perdido?

—Lo abandonaron en el callejón que esta a un par de cuadras, dentro de una bolsa —le respondió quitándose la chaqueta y bajando el instrumento.

—¡¿que?! ¡Cuanta crueldad!

Iori contemplo como la chica de expresión seria había cambiado su semblante drásticamente con la presencia del minino. En silencio, después de quitarse las mayoría de las prendas superiores y arrojarlas por donde le dio la gana, fue hasta la nevera y saco la caja de leche.

—espera, hay que calentar la leche —le indico la chica.

—Debe tener hambre ahora.

—le agradara mas si esta tibia.

El joven heredero seguía mirando como ella atendía al pequeño gato de color negro con blanco, y el como lo contemplaba con ternura una vez que le sirvió la leche.

—Iori, crees que podamos... em...

El comprendió las palabras de la chica de inmediato.

—Cuida bien de el —fue lo único que le dijo mientras se dirigía a la estancia.

A ella le brillaron los ojos y de nuevo abrazo al gatito.

—eso significa que puedes quedarte con nosotros — le susurro tratando de contener su alegría.

Yagami no demoro en ver el sobre que estaba sobre la mesa y se detuvo para revisarlo.

Kaoru junto con el gatito lo observaron darle lectura de espaldas, una vez que termino, arrugo el sobre y lo arrojo al cesto de basura como si no fuera nada.

—Iori... —se acero para cerciorarse de que el otro estuviera bien.

Sin embargo el no le dio oportunidad de hablar.

—me daré un baño, ¿hay algo para comer?

—ah, si hice cocido de carne, se que te gusta.

—bien espérame —después de eso se metió al cuarto de baño.

Al parecer estaba actuando de manera ordinaria, como si nunca hubiera visto el sobre. Lo que dejo un poco desconcertada a la otra.

—Mañana comprare comida para el gatito, necesita algo mas que leche —dijo ella mientras cenaban.

El otro no le contesto, estaba concentrado en comer, ya era la tercera vez que se servia.

—wow, si que tenias hambre... —comento al ver como mordía los trozos de carne cual bestia salvaje.

—Esta bueno — comento al mismo que masticaba.

—lo preparare mas seguido, solo no te vayas a ahogar.

Después de eso terminaron de cenar en silencio y ella lavo los platos mientras Yagami volvía a hurgar en la nevera en busca de alguna bebida de sabor agradable, mientras lo hacia deslizo su mirada hacia la chica que parecía tararear alguna melodía mientras seguía con su labor.

—¿cuando comenzaras la escuela?

—La ceremonia de inicio será el 1, estarás de gira para esa fecha...

—Es probable, que no vaya a la gira —la joven pelirroja casi dejo caer uno de los platos al escucharlo —¿por que?

—simplemente no tengo ganas de ir —Iori se dio cuenta que el semblante alegre de la chica se había borrado.

—esta bien, si así lo deseas — regreso a terminar, mas ya no tarareo.

Kaoru soltó el listón del mandil y lo colgó como de costumbre, el pequeño gatito dio vueltas entre sus tobillos tratando de llamar su atención.

Ella de inmediato sonrío y lo levanto.

—aun debo preparar un espacio para ti — la chica se dio la vuelta y vio que la gran ventada del balcón estaba abierta y alcanzo a percibir media silueta de Iori en el exterior, que estaba fumando.

Con el gatito entre brazos se acerco a el de manera casual.

—la noche se ve muy agradable — dijo a este —ya no hace tanto frio.

—es por que es primavera.

—si, los cerezos florecerán muy pronto.

Se quedaron en silencio contemplando la noche y dejando que la brisa los acariciara.

—¿Ya elegiste un nombre? —pregunto después de varios minutos, refiriéndose al gato.

—hmm, estaba pensando en ponerle algo así como Riku o Haru...

—¡Ugh! —dejo salir Yagami a manera de desagrado.

Kaoru se rió suavemente.

—sabia que no te gustarían.

—Esos nombres suenan un poco blandos...

—¿y que tal Hiei?

—¿como el barco o la montaña?

—El barco lleva ese nombre por la montaña .

—hm, cierto... bueno, suena mejor que los otros.

Volvieron a hacer una prolongada pausa por otro rato, y en ese momento Iori volvió a mirar a la chica de reojo, lucia seria pero algo en su rostro le indicaba que no era así, ella parecía estar contenta.

—ya te he dicho que no estés tan cerca de mi cuando estoy fumando.

—esta bien, no me molesta, en realidad, ahora pienso que el sutil aroma a cigarrillo que aveces se queda en ti es atractivo.

—pff... ¿atractivo? ¿De donde salió eso? — rió burlonamente e hizo una mueca de incredulidad — jamas imagine que dirías algo así tan tranquilamente.

—Q- ¿que tiene de malo? —se apeno un poco — cuando volví aquí me dije a mi misma que quería ser mas... abierta.

—pero... ¿atractivo? —volvió a reír —¿a caso me estas seduciendo?

—¡¿que?! ¡Lo decía enserio! ¡si lo vas a tomar así entonces no lo volver a decir! —dejo bajar a Hiei y se dispuso a regresar al interior.

—No seas ridícula — la detuvo, y giro un poco el rostro para que no lo viera —nunca dije que me desagradara.

Kaoru volvió a su posición junto a el pelirrojo.

—Con respecto a lo que mencionaste, ¿es verdad? Realmente quieres ser mas abierta? — apago la colilla en un cenicero que había llevado con el.

—Si.

—entonces —de un moviendo rápido Yagami se posicionó por detrás de ella, y coloco los brazos sobre el barandal, a manera de rodearla —¿por que no me dices que es lo que te esta molestando? —le susurro al oido.

Ella sintió un cosquilleo recorrerla al sentir su aliento cálido rozar su oreja.

—¡Eh! ¡Espera! ¡Te pusiste de esta manera para que no pudiera huir, ¿cierto?

—je, je —rió malévolamente ante el éxito de su fechoría —¿vas a decirme?

—Lo haré después de que me digas la razón real del por que no iras a la gira y por que no dijiste nada del torneo.

—no lo haré

—entonces yo tampoco lo haré.

—bien, nos quedaremos aquí por tu necedad —Iori se inclino de nuevo para hablarle al oido — te haré hablar de una manera u otra — le susurro.

Kaoru volvió a estremecer, y para evitar que el otro le diera rienda suelta a una mala broma suspiro profundamente, y decidió ceder esta vez.

—No quiero que te limites... si es por mi no quiero que lo hagas —el escucho con atención —a ti te gusta mucho tocar, fuiste tu quien compuso la mayoría de esas canciones, mereces disfrutar eso, yo no iré a ningún lado, estaré aquí cuando regreses — alzo la cara para contemplarlo.

Yagami bajo sus brazos a manera de liberarla y se acomodo a como estaba anteriormente.

—Con respecto al torneo, no tengo nada que decir, ya que aun no he tomado una decisión, solo no quiero que estés pensando demasiado en eso.

—Ya veo, él no quiere que me preocupe —dijo para si —pero, ¿que hay de la gira?

—¿pues que mas? Tendré que ir para que no estés con tus absurdas suposiciones.

Kaoru sonrío levemente.

—aun falta una cosa —dijo ella

—¿y ahora que?

—En tres días será tu cumpleaños.

—¿que con eso?

—Tu me haz estado dando cosas desde que regrese de America, quiero darte algún obsequio.

—ah, ¿realmente me darás algo?

—si, pero no esperes gran cosa, mi presupuesto es algo corto.. ¡ya que ALGUIEN no me permitió tener un trabajo!

Iori Yagami se la quedo viendo, su expresión como un puchero disfrazado de irritación mientras arrugaba la nariz y la manera en que había respondido desemboco en la carcajada de el pelirrojo.

—Pareces un chiquillo —dijo entre la carcajada.

Kaoru lo miro asombrada de que estuviera riendo de esa manera, definitivamente no era algo usual, mas la hizo sentir que todo estaría bien y le termino por sonreír de vuelta.

—Se esta haciendo tarde —comento una vez que se detuvo —vamos adentro.

No demoraron mucho mas en ir cada quien a sus respectivas habitaciones.

Iori se levanto a media noche, no por un sobre salto, no por una pesadilla, ni por ningún susurro, simplemente se levanto por algo ordinario.

Antes de regresar a su habitación, contemplo su departamento, estaba todo en silencio, y la luz de la luna iluminaba sutilmente la decoración. Se dio cuenta que sus prominentes hombros no pesaban en absoluto.

Entre sus idas y venidas en el corredor hecho un vistazo a la habitación de la chica, que dormía tranquilamente, entro para mirarla mas de cerca.

—Duerme tan profundamente, ella realmente se siente segura de estar aquí —Iori estaba por reclinarse sobre la cama cuando de dentro de las cobijas, cerca del pecho de Kaoru apareció el gatito.

Con una ceja en alto Yagami se aparto y le hizo una seña al animalito para que se quitara, pero este se pego mas a la chica.

—Pequeño insolente —murmuro y los dejo seguir descansando.

Después de cerrar la puerta de la alcoba de la joven, al darse la vuelta vio en la parte superior del cesto de basura las arrugadas hojas de la invitación del torneo.

Pensó en sacarlas, sin embargo se detuvo, en su lugar, Yagami fue hasta donde tenia el diario de su padre y nuevamente le dio lectura a la carta que este le había escrito.

"Esta carta es para mi hijo, que espero le sea entregada cuando el comience a convertirse en un hombre...

Iori, la razón por la cual decidí redactar esto es para ofrecer una disculpa.

Lamento tanto de corazón el dejarte solo en este mundo siendo aun un pequeño, pero como ya sabrás para este entonces, nuestra familia posee una maldición que hemos heredado desde hace muchos siglos atrás, una maldicion que a pesar de dotarnos con un gran poder también nos consume lentamente, no solo en cuerpo, sino también en alma.

Es por eso que nosotros estamos exentos de tener una vida ordinaria, hemos sido condenados por nuestros antepasados a ver como nuestro clan poco a poco se marchita.

Sin embargo, entre todo ese veneno y oscuridad, una tenue luz llego a mi vida... una persona que para mi fue como el aire.

Conocí a tu madre por accidente, ella había sido contratada desde un lugar lejano para trabajar en esta casa, pero se perdió en el camino; y la encontré cuando caminaba cerca de la vereda, aquella donde te lleve cuando cumpliste dos años. Ella estaba corriendo de unos hombres que la intentaron agredir, así que no dude en hacerme cargo y después la lleve conmigo.

Tu madre era una mujer dulce y ligeramente torpe, sin embargo se esforzaba mucho siempre. Me acostumbre rápidamente a sus buenos días de cada mañana, a su manera de servir el te, en como a veces olvidaba sacudir su calzado antes de ponérselo y a nunca atar correctamente su obi. Para cuando me di cuenta ya estaba perdidamente enamorado, amaba todo de ella, no solo su belleza natural, amaba como podía ver atreves de mi, de su paciencia, de su infantil manera de llamar mi atención, todas sus virtudes y sus defectos.

Estaba ciego ante la maravillosa sensación que me daba estar a su lado y no pensé en las consecuencias. Le confesé mi amor y le pedí que fuera mi esposa.

Por supuesto al resto del clan no le agrado; ella no tenia una sangre especial y era casi diez años mas joven que yo. Aun así me despose con ella, nadie me detuvo por que yo era el líder.

Fueron años maravillosos, realmente sentía que todo era un sueño, esa felicidad que pensé que nunca podría tener la estaba viviendo. Pero nuestro amor tuvo un descuido, yo había decidido no tener hijos, tu madre nunca dijo nada, cuando supo que estaba esperando por ti no quiso dejarte ir, ella se aferro a tu existencia.

Y conociendo el destino que tendría busque desesperadamente una solución, algo que pudiera acabar con esta maldicion, todos mis apuntes, todo lo que encontré, esta en este cuaderno; pero nada pudo darme una respuesta.

Durante mucho tiempo el dolor de perder a tu madre deterioro mi espíritu, debo decir que solo el verte a ti me daba una razón de seguir viviendo... sin embargo yo sabia que tarde o temprano también tendría que dejarte.

No espero que me perdones por esto, solo te pido que no vivas con la culpa de nada, ya que el único culpable soy yo.

Algún día, quizás, conocerás a alguien que será aire para ti... a veces será la brisa mas suave y cálida que sopla en el verano, y otras la ventisca mas fría del invierno; será refrescante, te sacudirá como una hoja suelta y te llenara de paz, pero sobre todo, será quien con su ausencia, te cortara el aliento. Si ese día llega, tal vez podrás entender por que fui tan egoísta y a pesar de nuestra maldicion hice lo que no debía... ser feliz, aun sabiendo que seria por un breve tiempo y aun sabiendo que tu sufrirías por eso.

Lo lamento mucho... Mi querido hijo, fruto de nuestro amor".

Iori bajo la carta y miro hacia la puerta de la alcoba de Kaoru.

—¡Ya me voy! ¡Es tarde! — dijo la chica a la mañana siguiente.

—¿eh? ¿A donde rayos vas? —la interrogo el otro que estaba sentado en el sillón tomando un poco de café y revisando las fechas de la gira.

—Te lo había dicho, Chizuru quiere que vayamos juntas a conseguir las cosas para antes de las clases — se colgó la mochila

—Ah —dijo el otro sin darle mas importancia.

Kaoru corrio a la puerta y se detuvo, se viro y fue hasta el pelirrojo, sin previo aviso lo abrazo por detrás, rodeándole el cuello y le dio un beso en la mejilla.

—¡¿Que?! ¡Demonios!.. —exclamo sobresaltado

—Tal vez te traiga una sorpresa, pero solo si eres bueno —ahora ella le había susurrado a como el lo hizo la noche anterior.

—¡Tu! ¡Estupida! — vocifero con la cara roja y cubriéndose la oreja. Mientras la otra huía carcajeando, y evadiendo las cosas que le arrojaba, se había vengado por lo que el le había hecho.

Iori chasqueo la lengua y se volvió a sentar.

—Y tu —dijo al pequeño gato — ¿que te haz crecido? Te traigo a mi casa, te alimento y de repente usurpas mi lugar ¿uhu? —el gato solo lo miraba con curiosidad — bien, haremos un trato — continuo con su frio semblante permitiendo que el mínimo se le subiera al hombro —cuidaras de ella mientras no estoy, mas no lo olvides, la gatita es mía —le acaricio la cabeza —Si... y lo haré formal, ya lo veras.

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