Capitulo Extra"OBSEQUIO DE INVIERNO"

nota: (esto es una pequeña parte de lo que pasaron Iori y Kaoru antes del torneo, un punto y aparte en su convivencia a partir de aquí). 

____________________________________________________________________________

Desde que Kaoru regreso a Tokio, Iori se sentía algo desconcertado con respecto a ella, a veces parecía ser la de siempre, callada y seria, pero, en ocasiones actuaba cariñosa y algunos momentos... irritante. Como cuando ella se quedaba en casa y el, al cruzar la puerta a su regreso, se disgustaba un poco al notarla en la cocina, con su ropa de chica y el mandil puesto.

-¡Bienvenido! – lo recibía en ocasiones con una media sonrisa o la mera expresión.

El no le contestaba.

Pero si había un momento del día en el que Iori se sentía mas incomodo con ella, era cuando Kaoru salía de bañarse, el agradable aroma de la chica lo hacia sentirse tenso.

Cuando estaban juntos en el sillón el no podía soportar el olor a recién bañada de la joven, y sin nada de sutileza se deslizaba para apartarse.

Kaoru comenzó a notar su extraña actitud y discretamente ella olía su cabello o su mano, pensando que algo lo estaba ahuyentando.

-¿me habré impregnado de algún olor desagradable? –pensaba un tanto acomplejada.

Al estar incomodos optaba por ir a su cama y fingía distraerse en otra cosa, para no empeorar la situación.

Una de tantas noche en las que tuvo que refugiarse en su pequeño espacio comenzó a pensar que con cada día que pasaba el torneo estaba mas cerca, así como la posibilidad de volver a Osaka, y esa idea le provocaba sentimientos encontrados. Podría volver a ver a sus amigos, pero, tendría que alejarse de Iori nuevamente, con lo ultimo en mente, decidió que haría que esas fiestas fueran especiales.

-creo que este año prepare algo para navidad –comento la chica a los pocos días.

-¿que? -dijo el otro mientras secaba el sudor después de ejercitarse.

-esta vez iré al supermercado y traeré mucha comida

-¿qué tanto planeas comprar?

-quiero hacer una buena cena

-solo somos nosotros dos, a demás siempre pasamos ese día donde Tamaki.

Los Yagami no celebraban las fiestas como las familias "comunes", pasaban la noche entera en el restaurante que abría para los solitarios y de ahí volvían a casa, comían lo que había y se echaban a dormir, en pocas palabras, era un día cotidiano para ambos.

-¡pero este año quiero que sea diferente, también me gustaría ir al templo a orar! –continuo la chica.

-¿al templo?... ¡no me interesa! –le respondió volteándole la cara y continuando con lo suyo.

Kaoru se sintió un poco triste de ver su actitud, ya que aunque Iori era frio, si ella le pedía algo el generalmente se lo cumplía, por que casi nunca le exigía nada.

Ella lo observo fijamente unos segundos y no le dijo mas, tomo su patineta y salió del departamento.

-¡¿oye a donde?!..

Antes de que él pudiera interrogarla, la otra ya había cruzado la puerta.

-estúpido Iori –murmuraba mientras iba deslizándose por las calles –solo quería que esta vez fuera de otra manera, ya que el próximo año probablemente... no este aquí.

De entre sus vueltas termino por llegar al restaurante del señor Tamaki, el cual estaba comenzando a limpiar.

-¿necesita ayuda? – le pregunto la chica

-¡hola Kaoru!, aun me cuesta reconocerte con ese atuendo.

Ella medio sonrió.

-los empleados están limpiando el lugar, podrías ayudarme a sacar las sillas para sacudirlas.

La pelirroja termino asistiendo en el local a manera de pasar el tiempo.

-¿todo bien? – le pregunto el señor Tamaki –me refiero a ustedes.

-si... creo –respondió la chica con su expresión seria.

-no me lo parece, ¿discutieron?

-no, nosotros... es solo que... -ella no sabia como explicar la situación, ya que el señor Tamaki los tenia en el concepto de hermanos –yo solo quería celebrar las fiestas de otra manera, el dijo que no le interesaba y, y ¡últimamente esta siendo un idiota! -grito lo ultimo con el entrecejo arrugado.

El hombre abrió los ojos perplejo por su expresión.

-el también dijo algo parecido la otra noche, por eso te preguntaba si estaban bien, Iori generalmente no dice nada a nadie, pero ese día no paro de quejarse de ti.

Kaoru apretó los labios al enterarse.

-¡¿y por que rayos quería que regresara si se iba a quejar de mi?!

-por que eres especial para él, realmente quería que regresaras, aunque no lo admito ni una sola vez.

De repente, ella recordó aquel día que tomo el tren para ir a Osaka, el rostro frio de Iori y el como la ignoro durante el trayecto a la estación.

-no lo creo... quizás solo es por costumbre...

-a mi me parece que las cosas no son como ustedes lo están viendo, Kaoru, tu y Iori no son hermanos, ¿cierto?

Ella se quedo muda, si las autoridades descubrían que estaban viviendo juntos tendrían problemas.

-lo imagine, sabes, creo que la actitud de ambos puede ser producto del hecho de que tu estas creciendo, ya no eres una niña y tal vez Iori se ha dado cuenta.

-no comprendo a que se refiere.

-es sencillo, simplemente ustedes están conteniendo sus sentimientos y al estarse forzando por eso, terminan discutiendo.

-¿como esta tan seguro?

-la prueba esta en el tiempo que te marchaste a Osaka, Iori parecía un fantasma desde que te fuiste, muchas veces Oda tuvo que cantar de corrido por que el no parecía tener la energía para hacerlo.

La pelirroja bajo la vista

-¿Iori estaba triste?

-mucho... no se exactamente que tipo de relación tengan ustedes, pero se que existe un gran cariño de uno hacia el otro, solo es cuestión de que vuelvan a comprenderse ahora que están enfrentando tantos cambios.

La chica Yagami se había pasado casi todo el día en el lugar y cuando termino de ayudar al señor Tamaki, se topo con Iori que venia entrando al restaurante.

-¿qué haces aquí? – le pregunto el pelirrojo

-¿a caso no puedo estar aquí?

-vete a casa, antes de que sea de noche por completo.

Ella frunció el ceño y lo miro fijamente, estuvo a punto de decirle algo pero se marcho en silencio.

Cargo su tabla, prefirió caminar y aprovechar el trayecto para reflexionar las cosas.

-tal vez el señor Tamaki tenga razón... las cosas han cambiado y nosotros, quizás estamos forzando todo por mantenernos como antes, pero, si las cosas cambian demasiado, ¿seremos capaces de?...

A pesar de darle vuelta a sus pensamientos, Kaoru se detuvo repentinamente en un aparador, como si algo hubiera llamado su atención. Minutos después salió de aquella tienda, sostenía algo entre sus manos y lo miraba con una pequeña sonrisa.

-solo espero que le guste - pensó

Mientras guardaba el objeto en su mochila y esperaba que la señal de peatones se activara, no pudo evitar escuchar a dos chicas conversar a su lado.

-entonces, ¿iremos a "ese lugar" de nuevo? - dijeron refiriéndose al restaurante del señor Tamaki

-sí, hoy tengo todas las intenciones de que ese chico me de su autógrafo, y sabes a lo que me refiero -dijo una de ellas en un tono sugerente.

-¡que envidia!, ¡ese bajista es muy varonil! - respondió la otra.

Kaoru pudo haber tenido muchas reacciones al escucharlas, sin embargo, se mantuvo seria y con la mirada baja, tratando de no quebrarse al imaginar otras cosas.

Esa noche Iori regreso tarde, la pelirroja estaba acostada en su cama con la luz encendida, no lo saludo ni nada, solo le había dejado la comida en la mesa.

-¿aun no te haz dormido? –la interrogo desde el otro lado

-no – respondió cortante

-¿y ahora que sucede contigo?

-no me sucede nada.

Iori se froto la cara para mantener la paciencia, sabia que a veces las chicas decían eso cuando realmente algo estaba pasando.

-solo dime que te pasa, Kaoru.

Ella se puso de pie y lo miro fijamente.

-¡si tanto te molesta convivir conmigo solo dilo!, ¡si haz cambiado de parecer con respecto a eso puedes expresarlo!, ¡prefiero que lo hagas a que me trates de esta manera!

El otro la miro desconcertado.

-¡¿de que rayos hablas?!

-¡crees que no me he dado cuenta?!, ¡desde que volví todo el tiempo estas irritable!

-¡por que actúas como un fastidio!

Al escucharlo ella se quedo muda y solo lo miro fijamente, aunque su expresión era seria, sus ojos parecían que retenían el llanto.

-entiendo... -murmuro

La chica apretó los puños y los dientes, y se dirigió a la salida de nuevo.

-¡aguarda! - intento detenerla Yagami.

Pero la otra le aparto la mano y le arrojo algo a la cabeza.

-¡diablos¡ ¡¿que te pasa Kaoru?! –le reclamo enfadado.

-¡ya lo dejaste claro, tu no quieres que este aquí! -La chica se dio la media vuelta y volvió a salir del departamento.

-¡estúpida!, ¡es de madrugada vuelve aquí!

Iori se tallo donde había recibido el pequeño golpe, cuando bajo la mirada vio que era una especie de caja, envuelta como un regalo.

Intrigado se sentó en el sofá cama para abrirlo, era una caja de joyería, pequeña y negra, en su interior estaba un anillo grueso de color plata, justo a la medida de él, al examinarlo con cuidado noto que en el interior tenia grabado una fecha, era la misma del día en que se conocieron.

Kaoru camino por toda la ciudad, hasta llegar al paseo del muelle.

-¿qué rayos hice?... ¿Por que estoy actuando así?... quizás, quizás debí permanecer en Osaka, después de todo a el realmente no le intereso, tal vez solo me vea como una carga... –dijo para si misma.

De repente la chica se golpeo la cabeza en el barandal en el que estaba apoyada.

-¡tonta!, ¡deja de pensar de ese modo!, ¡¿que esperabas?!, ¡entiende de una vez, que el nunca te vera de esa manera! –exclamo volviéndose a golpear –se supone que me conformaría con solo estar a su lado, aun si el nunca...pero no me quiere a su lado...

-¡tranquila! – la detuvo Yagami que la había alcanzado.

-¿cómo me encontraste?

-no lo se, solo pensé que estarías por aquí –le respondió mientras le revisaba la frente.

Los dos se miraban mas serenos, la forma en que el le sostenía el rostro hizo que ella se ruborizara.

-lo lamento –se disculpo la chica –no debí haberte gritado, no se que me sucedió, te prometo que después de las fiestas buscare algún lugar para alojarme...

-¡¿deja de decir tonterías?!, ¡tu no iras a ningún lado!

-pero, tu dijiste que yo era un fastidio...

-¡¿me vas a obligar a decirlo?!

Ella lo observo confusa.

-decir, ¿que?

Nuevamente Iori se comenzó a poner molesto.

-¡esto es a lo que me refiero!, ¡¿por que no puedes simplemente comprender la situación?!

-¡por que tu esperas que te lea la mente!

Iori dirigió sus ojos a los de ella, manteniendo ese inexpresivo e impávido semblante mientras la escuchaba con atención.

-siento que las cosas son diferentes entre nosotros –continuo la chica en voz baja –no quiero que sean diferentes tratándose de ti y de mi...

Un pequeño copo de nieve se poso en la nariz de la pelirroja, convirtiéndose en una gota de agua.

El la acerco y la envolvió con el frente de su gabardina mientras comenzaba a nevar.

-esta situación... no me desagrada -le respondió en voz baja -ahora puedo saber como te sientes de una manera mas clara, me gusta que puedas enojarte conmigo, también el que seas... afectuosa.

Iori levanto la cara de la chica.

-la razón por la cual me irrito muchas veces con respecto a ti es por que, me frustra...

-¿yo te frustro?

-si, bueno, no... no eres tanto tu, sino... tu atuendo, tus nuevos modos y tu olor.

-¡¿qué?!

-¡no lo digo como ofensa!

Iori entre cerro los ojos y desvió la mirada, luchando para que ella no notara que se empezaba a avergonzar.

-me frustra que estés junto a mi y yo no pueda...

-¿no puedas que?

El pelirrojo regreso la mirada a ella y contemplo su rostro de muñeca.

-olvídalo... ven, quiero mostrarte algo -dijo mientras se quitaba su abrigo para colocarlo sobre ella.

-¡¿qué ibas a decir?! – lo interrogo mientras lo intentaba alcanzar.

-¡dije que lo olvidaras!

Los Yagami llegaron aun edificio que parecía nuevo en un vecindario que se veía por mucho, mejor que en el que vivían.

Subieron hasta el ultimo piso y abrieron la puerta de uno de los departamentos. El lugar tenia algunas cajas, un refrigerador grande nuevo y otras cosas pero desordenadas.

Kaoru miro el lugar de esquina a esquina.

-¿recuerdas lo que te dije en el hospital?

Ella lo observo asombrada mientras sus palabras de aquel entonces pasaron por su mente.

-"en cuanto termines tu entrenamiento vendré por ti para llevarte de nuevo a Tokio y buscaremos un apartamento mas grande... solo tu y yo".

-se que debí esperar a tu regreso, pero se me ocurrió que fuera... de esta manera, sin embargo no contaba con que regresaras de improviso.

Iori abrió la primera habitación, la cual tenia una atmósfera acogedora.

-Quería tenerlo listo para tu cumpleaños... espero aun te guste ese color.

La tomo de la muñeca y la llevo por todo el lugar, incluso tenia una escalera que daba al techo, donde había una habitación lo suficientemente espaciosa, planeada para entrenar.

La joven iba en silencio observando con atención y asombro.

Bajaron de nuevo y concluyeron en el balcón que estaba después de la estancia, ahí Kaoru alcanzo a ver la luna sobre un cielo que comenzaba a tomar un tono azul claro por el amanecer.

-esto... ¿rentaremos este lugar? –pregunto con la voz baja.

Iori sacudió la cabeza.

-es nuestro –dijo colocando las llaves en las manos de la chica -me molesto el que quisieras hacer una cena en el otro departamento por que te imaginaba aquí.

Quedo perpleja, no sabia que responder.

-Iori... yo... esto... -pronunciaba algo nerviosa.

Kaoru miro las manos del joven Yagami, traía puesto el anillo, al percatarse él levanto la mano para que ella pudiera contemplarlo mejor.

-tu me diste un obsequio antes y por eso te doy el tuyo.

La chica no pudo contenerse mas y se llevo las manos a la cara.

-¡¿estas llorando?!, ¡¿serás una chillona ahora?!

-¡cállate, es tu culpa! – le reclamo la otra entre sollozos aun con las manos en la cara.

-no creí que te desagradara... -comento el otro un poco decepcionado.

-¡¿qué te hace pensar que no me agrada?!

-¡evidentemente el hecho de que estas llorando!

-¡también se llora de felicidad, ¿sabes?!

Yagami trato de disimular un poco su expresión de contento por lo que ella había dicho, y usando como excusa el que ella seguía llorando se acerco para cruzarle los brazos.

Una vez rodeada por él, Kaoru empezó a tranquilizarse un poco, sobre todo por el hecho de estar apoyada sobre su pecho.

-¿puedo poner un árbol de navidad?. –pregunto aun con lagrimas en los ojos.

La pareja Yagami tomo una decisión, en realidad había sido Kaoru pero el otro no se opuso, ocuparían los días antes de la víspera para tener listo su departamento nuevo y amanecer en este, el día de navidad.

Solo había un problema, ambos detestaban comprar... y para colmo había mucha gente en las calles durante esas fechas. Los dos se sentían agobiados de recorrer los lugares infestados de gente, cada escaparate, cada local, era un suplicio para ellos.

-no necesitamos tantos muebles nuevos –dijo la chica con el afán de que se apartaran de las tiendas lo mas pronto posible.

-yo quiero una cama decente y ahora que estas creciendo necesitaras un espejo y esas tonterías.

-no lo necesito.

-¡si lo necesitas!

Kaoru arrugo el entrecejo y torció la boca.

-hay muchas cosas que podemos llevar del antiguo lugar -continuo la pelirroja.

-solo llevaremos nuestra ropa y cosas inmediatas.

-¡Iori no seas derrochador!, ¡serás un irresponsable cuando tengas hijos!

El giro la cara por un momento y demoro otro poco en hablar.

-con respecto a eso... ¿tu no piensas en tener hijos? – le pregunto aun sin regresarle el rostro.

Ella lo miro de reojo y después se mostró reflexiva.

-no lo se, soy muy joven para preocuparme por eso... ni siquiera se si lo tengo permitido... -susurro lo ultimo

-¿no?, deberías pensarlo con anticipación si quieres tener varios hijos.

Iori la miro de reojo y por encima del hombro

Kaoru hizo una expresión extraña, que él tocara el tema era por mucho raro.

-¿y que hay de ti?, ¿piensas tener hijos?

Iori volvió a hacer una pausa y de nuevo le volteo la cara.

-Diez...

-¡¿queeeeeeeee?!, ¡¿Diez?! –exclamo asombrada.

-tengo que preservar mi linaje -sonrío diabólicamente.

-¡pero Diez es demasiado!, ¡¿cómo vas a meter Diez niños en el departamento?!

-¡no seas tonta Kaoru, para eso compraríamos una casa!

-¡¿y como los vas a mantener?!

-mi carrera va muy bien, por si no te haz dado cuenta.

-¡pero, pero, con tantos niños uno debe estar de tiempo completo en casa!

-por supuesto, ¿o qué?, ¡¿pensabas trabajar?!

Kaoru estaba impactada de las respuestas de Iori, le asombraba que el tuviera interés en tener hijos, cuando en definitiva no aparentaba ser ese tipo de persona.

-¡¿que rayos?! - murmuro la chica -¡seguramente esta jugando conmigo!

El se detuvo y giro a la pelirroja, que estaba aun sumergida en lo anterior.

-¡¿a caso no lo haz comprendido?! –le reclamo.

-¿qué? –pregunto la otra.

Iori la observaba con seriedad, esperando su reacción.

Kaoru entrecerró los ojos.

-espera, ya entendí... ¡no quieres que trabaje por que me quieres de niñera de tus diez hijos que seguramente tendrás con distintas mujeres! -le reclamo con ira.

El chico Yagami abrió los ojos por completo, no podía creerlo, le hervía la sangre de disgusto, tanto que se froto la cara con ambas manos a una velocidad impresionante.

-¡¿cómo puedes ser tan?!... ¡olvídalo!.

-¡¿por que te molestas?!, ¡tu eres el que comenzó con tonterías!

El pelirrojo solo le arrojo una mirada rápida de disgusto mientras la dejaba atrás.

Kaoru corrió y tomo la mano de Iori

-de acuerdo, acepto cuidar de tus diez Yagamis, pero porque serán tuyos y solo por eso los voy a querer –comento irritada

Iori respiro profundamente para tratar de tranquilizarse.

-a veces olvido la edad que tienes – susurro apretando la mano de la chica.

Era víspera de navidad, los pelirrojos aun estaban moviendo cosas en su nuevo departamento, y faltaban otras.

-¡rayos!, sabia que no traerían mi cama para antes de navidad –dijo Kaoru

-dormirás en la mía.

Kaoru se asomos sigilosamente a la habitación de Iori.

-tu cama es muy grande.

-es por que soy grande

-pero es exageradamente grande... como si pensaras compartirla –dijo molesta.

-no de nuevo, Kaoru, haz odiado esa cama desde que viste que la escogí.

-es por que no comprendo para que quieres una cama tan grande, ahí pueden dormir dos Ioris cómodamente –dijo la pelirroja.

Iori le arrojo una expresión de irritabilidad.

-si tanto la odias, dormirás en el sofá.

-¿cuál?, si aun no lo han traído.

-¡pues en el suelo!

Kaoru le arrojo una mirada de enfado y sin decirle nada mas llevo un par de cajas a la cocina. Una de ellas traía pocas cosas de su antiguo apartamento, algunos trastos que a ella le gustaban.

-no puedo creer que trajeras esta cosa –dijo Iori sacando la tira de fotografías que habían tenido en su otro refrigerador.

Ella se la arrebato y la llevo hasta su cuarto.

-solo creo que deberíamos tomarnos una mejor –comento el heredero Yagami estando bajo el marco de la puerta de la alcoba de la chica.

-creí que te parecía ridículo -le respondió mientras acomodaba las fotos en su espejo grande y nuevo, junto a las otras de sus amigos de Osaka.

Los ojos de Iori se deslizaron a las imágenes que tenia con Kyo y Shingo, y en ese instante sintió la gran necesidad de romper el espejo de un puñetazo.

-ah... que rápido acomodaste la foto de tu "noviecito"

-¿vas a comenzar? -Ella lo miro de reojo.

-solo digo que te ves muy feliz ahí, mientras el te abraza.

La pelirroja giro la cabeza despacio con los ojos entrecerrados.

-¿qué es lo que te pone celoso?, ¿el hecho de que tenga una foto con él o que me este abrazando?

-¡yo no estoy celoso!, ¡¿por qué habría de estarlo de ese par de Idiotas?!, ¡tu eres la que se pone molesta por estupideces, a demás no seas absurda no hay razón para que me ponga celoso!

-¡bien!

-¡bien!

Continuaron acomodando todo en silencio, con las caras serias y sin siquiera mirarse.

-¡estúpida Kaoru, como se atreve a creer que estoy celoso de Kusanagi, no se ni siquiera que es lo que ella le ve, con su cara de imbécil arrogante! –pensaba Iori

-¡Iori Idiota, de seguro esa cama la compro para tener espacio para otras chicas, imbécil mujeriego!- pensaba Kaoru.

Ella llevo unas cosas a la habitación de Iori, y solo de ver la cama nueva torcía la boca.

-¡voy a darme una ducha! – vocifero Iori

-¡aun no hemos terminado! – le respondió la otra

-¡¿y eso que?!, se hace tarde y saldremos a comer.

-¡yo no quiero salir contigo!

-¡pero si fuera Kusanagi irías saltando, ¿cierto?!

-¡¿qué?!, ¡¿el que tiene que ver?!

-¡de acuerdo, si no quieres salir, iré yo solo!

Esperando un grito como respuesta por parte de la pelirroja el se cubrió los oídos, pero no hubo sonido alguno.

Cuando se asomo al cuarto la observo sentada en la orilla de la cama, con la mirada baja.

-no me digas que ya estas llorando de nuevo.

Ella le lanzo una mirada significativa.

-Pensé que ya te ibas.

-pensé que no querías tocar esa cama.

Iori se sentó junto a la chica, y torno su rostros del mismo modo.

-es víspera de navidad... no quería discutir –comento ella

-vayamos a comer –respondió él.

-no.

Permanecieron unos minutos en silencio, Iori tamborileaba los dedos sobre el colchón tratando de no perder la paciencia, pero cuando deslizo los ojos hacia la chica contemplo que tenia una expresión de tristeza.

-¡maldita sea!, ¡no soporto que haga eso! - pensaba irritado

La idea de que ella estuviera triste lo hacia desesperarse y mas aun si era por causa de él, La tomo del mentón y la giro a el.

-¡¿que tengo que hacer para que quites esa cara?!

-nada... -respondió desviando la mirada.

La respuesta de ella solo lo hizo ponerse mas impaciente, así que tomo el rostro de la chica con las dos manos y lo acerco al suyo en un rápido movimiento, y justo unos centímetros antes de hacer lo que se le había cruzado por la cabeza en ese instante, se detuvo.

Kaoru se ruborizo y contemplo a Yagami debatiéndose en su mente sobre la acción que estuvo a punto cometer, al notarlo de esa forma decidió apartarse, pero después lo tomo de la mano y contemplo el anillo en su dedo del medio.

-tonto... -dijo ella –no es como si fuera infeliz estando aquí contigo... solo estoy preocupada.

-¿qué es lo que te preocupa?

Ella suspiro antes de responder.

-no volveré a Osaka, me quedare aquí.

Aunque era lo que él mas deseaba escuchar, sabia que ella debía avanzar en su camino de preparación, sobre todo porque Chizuru seguramente se la arrebataría para siempre si ella no cumplía con su requisito.

-se que me arrepentiré por esto, pero, debes regresar y terminar con ese asunto, solo así te tendré de vuelta definitivamente.

El corazón de la chica latió tanto que hasta le dolió un poco con lo que el le dijo y aun sosteniendo la enorme mano de Iori se cubrió su rostro para resistir que el no pudiera notar su expresión.

-Iori... ¿sabes por que te di ese anillo?

-si mal no recuerdo no me lo diste, lo arrojaste de manera violenta a mi cabeza, sin embargo lo se, te conozco y tu no le das cualquier valor a este tipo de cosas.

-tu me diste este collar, el cual siempre llevo puesto para tenerte presente, por eso quise darte algo para que me recordaras de la misma manera.

Yagami soltó una pequeña y sutil risa irónica al escucharla.

-si tan solo lo supieras - murmuro deslizando su mirada a un lado de la chica

-¿saber que?

Iori quería decírselo, quería pronunciar el hecho de que pensaba en ella todos los días, aun teniéndola a su lado, pero debido a su naturaleza y a la diferencia de edad, el no podía manifestarle lo que albergaba en su interior, y por si fuera poco, ahora, estaba la idea que aquella voz le planto en la cabeza y no sabría la reacción que la chica tendría al conocer la verdad.

De repente Kaoru lo beso en la mejilla para sacarlo de su trance.

El se despabilo y la contemplo sorprendido.

-¿por qué fue eso?

-si regreso a Osaka quiero que me prometas algo.

El la observo intrigado.

-Iori... eres un chico mayor y tienes tus "necesidades" ...

El rostro del pelirrojo se desencajo por su comentario, y cuando abrió la boca para responderle, ella levanto la palma de la mano indicándole que no había terminado de hablar.

-no soy tonta Iori Yagami, se perfectamente lo que sucede cuando te pierdes con una mujer algunas horas y no trates de negarlo, por que no te estoy pidiendo justificación alguna para eso, lo comprendo... después de todo no soy nada tuyo realmente...

-¿a que te refieres con eso? -la cuestiono con una ceja en alto, muy interesado.

-me- me refiero a que no tenemos parentesco directo o algo así... - respondió nerviosa -solo quiero que me prometas que no traerás a ninguna de esas chicas a este lugar ya que este es nuestro hogar, lo que vayas a hacer hazlo fuera de aquí.

Iori suspiro con fuerza, las palabras de Kaoru habían sido por mas incomodas y se arrojo de espaldas a la cama con los ojos cerrados.

-no seas ridícula... eres la única mujer que pone un pie aquí.

De nuevo, el corazón de la chica latió, ella sonrió y se arrojo sobre él.

-¡¿qué haces?!

La chica le dio un prolongado beso cerca del nacimiento de su boca.

El tenerla encima, sentir sus suaves y cálidos labios, provocaban que el se pusiera tenso por no poder contenerse.

-¡basta Kaoru!

Se detuvo de besarlo pero lo abrazo.

-¡quítate de encima!

-no.

Era mas de media noche, los Yagami no pudieron terminar de arreglar las cosas, su departamento aun lucia revuelto, no salieron a comer, terminaron duchándose y ordenando algo para cenar y sin una mesa aun, comieron en el suelo.

Comían en silencio como de costumbre, uno al lado del otro.

-¿estas decepcionada?

-¿por qué habría de estarlo?

-por no poder tener las cosas como pensabas.

-bueno, yo quería algo diferente esta vez, y esto definitivamente es diferente.

Iori dibujo una media sonrisa.

-el próximo año será distinto, para comenzar, tendremos una mesa.

Kaoru bajo la mirada, sabia que el próximo año, ella no estaría ahí, sin embargo, ya no quiso traer esos pensamientos y continuo alentando los planes.

-estoy segura que si, pienso que cada año será diferente de ahora en adelante.

-espero que no tanto -dijo mirándola de reojo.

-bien se que hay algo que definitivamente quiero repetir cada año.

La chica giro la mirada a una esquina, ahí, estaba puesto y decorado un pequeño árbol de navidad, con luces púrpura resplandeciendo por todo el lugar.

-no puedo creer que te haya dejado poner esa cosa –dijo el otro con una mueca de disgusto.

-luce lindo – Kaoru recostó su cabeza sobre el hombro de Iori

El no le respondió, suspiro despacio y le permitió quedarse en esa posición, para que ella pudiera contemplar las luces.


Fin del volumen 1. 


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top