Capitulo 8."La feria del terror"

Aoi estaba ayudando a Kaoru a guardar sus cosas para la presentación en la feria y Shizuka le habia ayudado con el vestuario, todo lo guardo en su mochila para ponérselo una vez que estuviera ahí.

-¿qué se supone que vas a hacer? – le pregunto Souji

-una especie de aparición.

-¿te va a llevar Kyo?

-no, Tsubame le pidió a su hermano que nos recogiera en su auto.

Kyo entro a la sala y vio a Kaoru.

-tu disfraz de espanto es muy bueno.

Kaoru solo viro los ojos ante el comentario.

-¿por qué tan arreglado Kyo? –lo interrogo su primo.

-Yuki quiere ir a esa tonta feria, casi toda la escuela estará ahí.

-tal vez pasemos a la casa del terror para reinos un rato – dijo burlonamente.

Kyo y Yuki llegaron a la feria, todo se veía muy ameno y colorido, la comida de los puestos olía deliciosa, su novia no espero para ir a los juegos, y en efecto se encontraron con varios compañeros de clase, a algunos los saludaban de lejos y a otros les hacían una pequeña conversación.

-Kyo mira, ahí esta la casa del terror de los de primero, entremos.

Él titubeo un poco.

-mejor después, tengo algo de hambre.

-¡pero si comiste hace poco!

-pero no me llene.

-anda, vamos, comerás después.

Yuki llevo de la mano a Kyo hasta donde estaba el puesto para la entrada.

Shingo estaba ahí a punto de entrar.

-no sabia que te gustaban estas cosas, Shingo – dijo Yuki

-bueno, se que Kaoru estará en la casa del terror y tengo curiosidad de saber de que se disfrazo.

-solo hablas de Kaoru, empiezas a asustarme – le dijo Kyo

La casa por dentro se veía rustica, no tenia telarañas ni murciélagos colgando de ella, su diseño se parecía a una casa tradicional.

-bienvenidos – dijo Tsubame que vestía una Yukata –yo seré su guía por la casa, les advierto que no deben separarse.

Kyo y Shingo se miraron y el primero esbozo una sonrisa confianzuda.

Tsubame corrió la puerta del estrecho recibidor y entraron a un pasillo, Tsubame iba por delante y nos le decía nada, pero tampoco veían ningún monstruo.

-¡ey niña, ¿cuándo se supone que saldrán los fantasmas?

Tsubame no les respondía

Kyo la tomo del hombro y la giro y cuando lo hizo Tsubame apareció sin rostro haciendo ademanes de que intentaba comunicarse con ellos.

Yuki se asusto Kyo y Shingo se sorprendieron.

Las luces se apagaron de repente, no podían ver absolutamente, segundos después lo único que los ilumino fue una tenue luz amarillenta.

Pero Tsubame ya no estaba.

-sigamos adelante – dijo Kyo

Un sonido como pasos parecía acercarse por la parte de tras, cuando voltearon no vieron nada, y los pasos se detuvieron, ellos caminaron y volvieron a escuchar el ruido, voltearon y de entre la sombras emergió una silueta por el piso, una criatura que no tenia nada debajo del torso, Shingo y Kyo sintieron un escalofrió. Con ayuda de sus brazos la criatura corrió hacia ellos y sujeto el pie de Yuki, provocando que ella gritara y corriera.

Los jóvenes fueron tras ella y la encontraron mas adelante, de pie observando que el pasillo se dividía en dos.

Un letrero colgaba del medio con una leyenda.

"un camino lleva a la desgracia y el otro el otro al infortunio, pero solo uno tiene salida"

-Creo que debemos seguir juntos – dijo Shingo, pero los otros ya lo habían dejado.

Sin saber por donde fue la pareja, el adivino para elegir el camino de la derecha.

Avanzo por el pasillo oscuro y se topo con una puerta estilo shooji

-creo que mi pasillo era el de la salida –dijo aliviado.

Una luz se encendió detrás de la puerta y una silueta femenina apareció de espaldas tras la puerta.

-si buscas la salida es por ahí – dijo la mujer sin señalar

-¿por donde?

-por ahí –insistió

Pero Shingo no comprendía

De repente el cuello de la chica comenzó a estirarse y a estirarse como si fuera una serpiente y giro la cara para mirar a Shingo.

-¡te dije que por ahí! – le grito

El otro se puso blanco y salió corriendo por donde vino.

Kyo Y Yuki sentían que estaban dando vueltas y vueltas por el pasillo y no encontraban la salida.

-esto parece un laberinto –dijo Kyo

-quizás debamos volver, pero, ya no recuerdo el camino.

-solo hay un camino Yuki, creo que debemos seguir.

Doblando por una esquina se encontraron a Kaoru quien parecía estar arreglando una de las lámparas de la casa.

-Kusanagi Kyo, Yuki-san, que bueno que vinieron a la casa.

-¿no se supone que debes ser un fantasma?

-vine a arreglar esto, creí que nadie vendría por aquí y me daría tiempo.

-¿puedes decirnos como salir?, este lugar parece un laberinto – dijo Yuki

-claro, síganme ya estaba terminando.

Kaoru iba por delante y Kyo iba vigilándole la cara para que no se convirtiera como Tsubame.

Pero de pronto Yuki se detuvo.

-¡no puedo moverme! – exclamo

Kyo tambien se congelo.

-¡¿qué esta pasando?!

-¡yo tampoco puedo moverme! – dijo Kaoru

La luz volvió a irse pero regreso de inmediato

Kyo se aseguro que las chicas estuvieran ahí.

-¿qué es ese ruido? – pregunto Yuki

-parece que proviene de... del techo dijo Kaoru

Los tres levantaron la vista y contemplaron sobre sus cabezas a una mujer colgada como una araña pero parecía que nada la sostenía, esta giro la cara hacia ellos y les mostro su desfigurado rostro arrojando un alarido.

Shingo llego corriendo en ese momento y tras de el aparecieron otros espíritus parecidos a los de la mujer.

Yuki grito y pudo moverse otra vez, salió corriendo sin esperar a los demás, no le vieron ni el polvo.

Los espíritus parecían dirigirse a Kyo y Shingo quienes tambien corrieron tras de Yuki.

-¡Kyo!, ¡¿cómo pudiste llevarme a esa casa! – le reclamo Yuki ya estando afuera intentando calmarse.

-¡¿yo?!, ¡tu querías ir ahí! – dijo el otro que se veía nervioso

-¡si, pero, no pusiste resistencia!

Shingo se sacudía para quitarse el escalofrió.

-¡¿cómo rayos hicieron eso los de primero?!

Dentro de la casa, Takeo saco la mitad de su cuerpo de un aguajero del piso, Tsubame se quito la mascara de color piel y Ayame salió detrás de las cortinas negras junto a la puerta Shooji.

Kaoru se acero a ellos riéndose.

-¡debieron ver sus expresiones!, ¡corrieron sin dejar rastro!

-ya es turno de los otros, vamos a cambiarnos y a disfrutar de la feria – dijo Takeo.

-si Chizuru supiera que use el poder de Yata para jugarles una broma me mataría –pensó la chica.

Kyo paseo con Yuki para que se relajara, Shingo se les unido después de la casa de terror.

Cosa que a Yuki no le agrado por que lo sentía un mal tercio.

-Shingo, ¿no viniste con nadie mas a la feria?

-no, estoy aquí por mi cuenta.

-¿por qué no vas a hablar con las otras chicas? – Pregunto Yuki

-bueno, no tengo interés en hablar con otras chicas.

-y ellas no se interesan en el – añadió Kyo

-¡Mira Shingo ahí esta Kaoru! –comento Yuki.

Los cuatro chicos estaban en uno de los puesto, Ayame y Takeo estaban arrojando los aros mientras que Tsubame comiendo takoyaki y Kaoru de brazos cruzados los alentaban.

-¿por qué no vas con Kaoru? – le dijo Yuki

-Em... yo... - Shingo bajo la cabeza apenado.

-Kaoru es muy chica para Shingo.

-¡claro que no Kyo, solo son dos años de diferencia!, ¡oye Kaoru! –grito Yuki.

La otra volteo al escuchar su nombre y desde donde estaba levanto un poco la mano para saludarlos.

El trio se acerco a donde estaban los chicos de primero.

-Kaoru, dice Shingo que si lo acompañas a comprar unos raspados de fruta –dijo Yuki.

-claro, no hay problema.

Al escucharlo Shingo se ruborizo pero sonrió.

-¿quieren que les traiga raspados? – le pregunto a sus compañeros de salón

-no, estamos bien, iremos a los juegos, nos veremos ahí.

-de acuerdo, bien vamos Yabuki-san.

-si...

Caminaron juntos buscando el puesto de raspados, Shingo estaba muy nervioso y no dejaba de mirarla, cuando Kaoru se dio cuenta lo miro tambien y le sonrió, provocando que se pusiera colorado.

El raspado de frutas era uno de los pocos postres que Kaoru podía consumir.

-¿cuál es tu sabor favorito? – le pregunto Shingo

-mmm, fresa.

-¿de verdad?, a mi me gusta el durazno.

-el durazno es muy sabroso, te convidare del mío, asi tendré excusa para probar el tuyo.

-no es necesario, te comprare todos los sabores que quieras –dijo Shingo

-ja, ja, ja, con uno basta – se rio Kaoru – además yo te voy a invitar esta vez, por lo de la patineta.

Kaoru sentía que Shingo le daba la oportunidad de ser una persona jovial, ella misma se sorprendía de la manera en que su expresión se hacia mas relajada al estar con él.

Shingo se sentía en una nube, caminando junto a ella compartiendo los postres, pronto comenzó a hablar de manera mas habitual con ella.

-no te he visto en el dojo, creí que entrenabas con los Kusanagi tambien.

-si, Kyo me esta entrenando, pero lo hacemos en la escuela.

-en, ¿en la escuela?

-fue el trato a cambio del almuerzo, ¡pero no importa, estoy muy feliz por eso, admiro mucho a Kyo, es un gran peleador!, ¡algún día espero llegar a ser tan fuerte como el!

Kaoru miro a Shingo impresionada de la admiración que le tenia a Kyo, le costaba creer que fuera como lo describía.

-¡mira, es un tiro de pelotas, ganare un oso de peluche para ti!

-¿ah?, Em... bueno – balbuceo Kaoru.

Se acercaron al puesto pero algo los hizo hacerse a un lado.

Un par de sujetos vestidos con chaquetas y camisas negras estaban asediando al encargado del puesto.

-¡tienen que pagar un porcentaje por estar aquí!

-¡pagamos la comisión al ayuntamiento! – dijo el dueño

-¡pero no la "comisión especial"!

Los sujetos comenzaron a golpear al hombre.

Y la gente del rededor se aparto asustada.

-¡que desgraciado le están pegando entre dos! –reclamo Kaoru

otro escandalo se escucho en el puesto de detrás, era una pandilla extorsionando a los locatarios.

-¡esto no esta bien, algunos de los puestos son de la escuela! – dijo Shingo.

Kyo y Yuki aparecieron de entra la multitud.

-¿qué sucede?

-esos hombres están robando a los puestos y están lastimando a los dueños.

Uno de los hombres saco una navaja para herir al dueño del puesto.

-¡desgraciado!

Kyo corrió y de una patada mando a volar la navaja.

-¡largo de aquí cobardes!

-¿quieres hacerte el héroe? – dijeron los hombres

-¡no tengo ningún problema con eso!

-¡Kyo, no! – grito Yuki

Kyo noqueo con facilidad a uno de los sujetos, pero otro por detrás pretendía atacarlo tambien con arma blanca.

Kaoru lo vio y de un salto cruzo la barra del puesto, y con el mismo impulso le arrojo un puñetazo al otro.

-¡oye niña, lo tenia controlado! –le reclamo Kyo

-¡no me digas! –respondió la otra.

Un sonido estrepitoso se escucho, los asistentes corrieron para abrirle paso a uno de los hombres, el que se veía mas alto y fornido de todos, habia disparado al aire para intimidar a los demás.

-¡mocosos, no se metan en lo que no les conviene!, ¡van a pagar caro!

Kyo y Kaoru cruzaron de nuevo al otro lado.

-Kaoru, ve con Yuki y Shingo.

-¡estas loco!, ese sujeto esta armado

-¡exactamente!

Kaoru retrocedió para estar cerca de Yuki, Shingo se puso enfrente de ellas.

Yuki estaba muy asustada por Kyo.

-¡a puesto que sin tu arma no eres nada! – le dijo Kyo al hombre

El otro solo lo miraba furioso.

-¿qué?, ¡¿no puedes pelear contra mi cara a cara?

El sujeto enfundo su arma y levanto los puños, el reflejo de la nudillera deslumbro a Kyo.

-¡voy a romperte esa gran boca! –le advirtió el pandillero.

Kyo peleo con el hombre, quien al parecer solo era pura apariencia, el heredero Kusanagi no tuvo la necesidad de usar sus llamas si quiera, el otro no logro asestarle un golpe.

-¡eso es Kusanagi-san! –grito Shingo.

Los otros al ver que su jefe no podría ganarle a Kyo, lo rodearon dispuestos a golpearlo con tubos de metal y cadenas.

Shingo corrió y se puso de espaldas a Kyo para ayudarlo.

-¡¿qué estas haciendo?!, ¡¿tratas de impresionar a Kaoru?!

-esos tipos pelean sucio Kusanagi-san, ¡seré tu apoyo!

Kaoru se sorprendió de ver que Shingo tambien era muy hábil, su personalidad no reflejaba en absoluto su capacidad.

El jefe de la pandilla vio que Kyo y Shingo estaban distraídos peleando con sus hombres y volvió a sacar su pistola.

Kaoru corrió hacia él, y con una patada al aire le quito la pistola.

-¡maldita!

El sujeto le arrojo un puñetazo con gran fuerza.

-¡Kaoru! – gritaron Kyo y Shingo al mismo tiempo.

Pero ella lo evadió.

Al no tener guardia ella le dio un golpe certero en el estomago, el sujeto se en congio por la falta del aire y Kaoru con las manos entrelazadas le dio un ultimo golpe directo en la cabeza, noqueándolo.

Kyo y Shingo fueron hacia ella, ya habían dejado en el suelo a los otros.

-¡Kaoru!, ¿estas bien?

Ella acento con la cabeza.

-Vamos chicos hay que apartarnos antes de que los detengan a ustedes – dijo Yuki tomando a Kyo del brazo.

Kaoru miro al hombre que estaba inconsciente en el piso y llamo su atención uno de sus tatuajes en el brazo, era una especia de ovalo de manera horizontal con varias líneas emergiendo de él, ocho en total, era un símbolo que le parecía muy familiar.

La policía llego para retirar a los sujetos, Kyo y los demás se colaron entre la multitud para evitar dar declaraciones.

-¡fue increíble! – Exclamo Shingo con emoción

-¡estas loco Shingo, pudieron haberlos matado! – dijo Yuki

-su única ventaja era el arma que tenían, de resto no representaban ningún tipo de reto – comento Kaoru.

-Kaoru tiene razón –dijo Kyo.

-este tipo de cosas nos pasaban con frecuencia a mi y a Iori.

-que horror, una chica tan joven peleando con rufianes – comento Yuki

-en realidad, Iori no dejo nunca que interviniera.

-¿quién es Iori? – le pregunto Shingo a Kyo

-es su hermano.

-¡Hermano!

-Iori no es mi hermano – dijo Kaoru

Takeo y Ayame alcanzaron a los demás, no habían presenciado la pelea pero si escuchado los disparos y las sirenas.

-¿están todos bien? –Pregunto Takeo

-si, ¿dónde esta Tsubame? –pregunto Kaoru

-se fue hace rato, dijo que tenia que irse por su sueño de belleza.

-creo que deberíamos hacer lo mismo Kyo e ir a casa – dijo Yuki

-esta bien te llevare, ¿ustedes como se irán? –pregunto Kusanagi a los demás.

-yo llevare a Ayame a su casa, y después a Kaoru.

-Takeo seria ir de un extremo a otro y la casa de Ayame esta mas cerca de la tuya que el dojo, yo caminare –comento la joven Yagami.

-¡olvídalo!, ¡no puedes irte a casa tu sola! – exclamo Kyo -¡el que puedas defenderte no significa que debas exponerte.

Kaoru giro los ojos sin responderle, no quería discutir e incomodar a Yuki.

-yo puedo acompañar a Kaoru – dijo Shingo – si ella no tiene inconveniente.

-¡perfecto! – comento Yuki -¡seria estupendo asi todos estaremos tranquilos!

Kyo miro a Kaoru y a Shingo, parecía haberle disgustado la propuesta.

-bien, asegúrate de que entre a la casa, vamos Yuki.

Durante el trayecto Shingo cargo la mochila de Kaoru, procuraba darle todas las atención y muestras de caballerosidad.

-no quería decirlo frente a Kusanagi Kyo, pero tenias razón, fue estimulante pelear contra esos tipos –dijo Kaoru

-diría que hay que hacerlo mas seguido, pero no seria buena idea, ja, ja, ja.

La risa de Shingo era contagiosa para ella, su positivismos y buen humor le dibujan una sonrisa siempre, él era todo lo contrario a las personas con las que se habia rodeado anteriormente.

-Kaoru, ¿puedo decirte algo sobre esta noche?

-si.

-en verdad me impresiono lo que hiciste, y no me refiero a que derribaras a ese sujeto, sino al como reaccionaste, cualquiera se hubiera acobardado al ver una arma de fuego, lo que trato de decir... eres muy valiente.

Kaoru no estaba acostumbrada a ese tipo de comentarios se sintió apenada, pero contenta de que la viera de esa manera.

-gracias Yabuki-san, puedo decir lo mismo de ti.

-puedes decirme Shingo...

-de acuerdo, Shingo –sonrió la chica.

Cuando llegaron al dojo Kusanagi Shingo le entrego sus cosas, sin embargo no se fue de inmediato.

-me dio mucho gusto... eh, quiero decir, me dio alegría compartir ese raspado de frutas contigo, Em... ¿te gustaría acompañarme la próxima semana al cine? – pregunto nervioso.

-Por supuesto.

-¡¿en verdad?!, ¡es maravilloso!... yo... eh... ¡afinaremos los detalles en la escuela!

-me parece bien, descansa Shingo.

Ella le sonrió y entro a la propiedad.

Shingo se fue saltando y arrojando los puños al aire como si hubiera sido una victoria que ella aceptara salir con él.

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