Capitulo 2."Porque así lo hubiera querido"

Esa noche "la banda" tocaba de manera excelente en aquel popular bar de Tokio, el ambiente era esplendido y el publico no dejaba de aplaudir la presentación, la energía de sus integrantes y el increíble sentimiento que su vocalista se habían robado la noche.

Se despidieron del publico pasada las primeras horas de la madrugada, pero permanecieron en el establecimiento poco antes de que el bar cerrara, para ese entonces ya solo quedaban escasos clientes que se tambaleaban por la gran cantidad de bebidas embriagantes.

Iori tomo el estuche donde venia su bajo con una mano, y se dirigió a la barra del establecimiento, ahí, en un rincón que parecía oculto, dormía un joven apoyado en sus brazos.

-despierta, es hora de irnos – dijo en voz baja sacudiéndolo despacio.

Emitiendo pequeños sonidos y apartando la gorra que le cubría media cara levanto la mirada identificándolo.

-¿qué hora es? – pregunto

-tarde, camina de una vez – dijo avanzando hacia la salida

Acomodándose la gorra y la camiseta fue tras él y lo alcanzo una vez que cruzaron la puerta.

-te he dicho que no necesitas venir aquí, puedes quedarte en casa y dormir tranquilamente – comento Iori seriamente.

-si me quedo sola me aburriré en casa, además, siempre disfruto de su música.

-pero debes descansar bien, es parte de tu entrenamiento, Kaoru, y un bar no es lugar para una chica de trece años.

-todos piensan que soy tu hermano menor, no le veo el problema a eso.

-aunque fueses un chico sigues siendo muy joven para esos lugares... -Iori se detuvo y miro de pies a cabeza a Kaoru –además, pronto comenzaran a notar que eres una mujer, por mas que uses mi antigua ropa no lo disimularas.

-no uso tu ropa para disimular nada, la uso por que me gusta y por que creo que es un desperdicio dejarla en tan buen estado.

-¿entonces por que usas la gorra?

-por que con ella me sostengo el cabello.

Siguieron caminando en silencio hasta llegar al parque que les quedaba a medio camino, era la ruta que siempre usaban desde que "la banda" habia comenzado a tocar ahí.

Kaoru bostezaba a momentos y se tallaba los ojos despacio, Iori se distrajo para voltear a verla y en ese momento no pudo percatarse de los vehículos que se posicionaron a un costado de ellos.

Varios hombres armados descendieron rápidamente de estos y los rodearon a punta de pistola, todos lucían bastante fornidos y agresivos.

Iori bajo su instrumento con cuidado sin dejar de mirar a los sujetos.

-Kaoru, quédate detrás de mi.

-en realidad, lo ultimo que deseo es lastimarlos – dijo una voz proveniente del vehículo mas elegante.

Chizuru Kagura descendió con toda elegancia de este, después de que uno de los hombres le abriera la puerta y la ayudara a salir.

-¡Chizuru- San! – exclamo Kaoru con los ojos bien abiertos

-cuanto tiempo Kaoru –Chizuru contemplo a los dos antes de realizar cualquier movimiento.

Iori no quitaba la mirada de nadie, parecía un tigre al acecho.

-debo hablar con Kaoru en otro lugar, puedes intentar evitar que la lleve conmigo y causar un problema mayor o puedes acompañarnos y escuchar lo que tengo que decirle.

Se hizo un silencio sepulcral, Iori contemplo la tenacidad en la mirada de Chizuru y opto por la salida pacifica.

Recogió su instrumento y movió un poco la mano que le quedaba libre a modo de solicitar la de Kaoru, ella la tomo sin dudarlo.

-viajaremos en el mismo vehículo sin sorpresas –expreso Iori.

Se trasladaron hasta la famosa empresa Kagura, una de las mas prestigiosas de Japón y fueron escoltados hasta la oficina principal de Chizuru la CEO de la empresa.

Una vez detrás de su finísimo escritorio ella les extendió la invitación para sentarse, pero ambos permanecieron juntos y de pie.

-realmente me han causado un gran problema, ¡tres años!, ¡tres años sin saber del paradero de Kaoru!, si no fuera por que firmaste un contrato con la disquera de la que tambien pertenece a la corporación, ¡no los hubiera podido localizar!

Ellos no decían nada solo la escuchaban con atención.

-¡incluso los Yagami me reclamaron que por culpa de todo esto tu abandonaste la casa y no serian responsables de lo que le sucediera a Kaoru estando contigo!

-ella esta bien – comento Iori

-¿en verdad?, una menor de edad en un bar a altas horas de la madrugada, ¿te parece que esta bien?

-no es culpa de Iori, yo soy la que insistió en ir...

-¡no trates de encubrirlo Kaoru!, ¡desde un principio el jamás debió huir contigo, atraso tu entrenamiento tres años!

-el me ha estado entrenando...

-¡tu entrenamiento debió continuar con los Kusanagi!... solo que el no te lo dijo.

Kaoru giro la cabeza a Iori quien se mantenía con la cara al frente pero la mirada baja.

-hace tres años el maestro Yagami y yo nos reunimos para establecer que en tu decimo cumpleaños debías ir a Osaka para ser entrenada en el dojo Kusanagi, pero, de alguna manera Iori se entero y te convenció de irte con él.

-¿es verdad? – le pregunto en un ligero tono de consternación a Iori

-si... ellos iban a mandarte a Osaka.

La joven se sintió un poco herida al saber que el otro le habia mentido, pero, la idea de alejarse de Iori fue lo que hizo comprender las acciones que el habia realizado.

-y-yo... yo no quiero ir a Osaka... quiero quedarme con Iori.

-no esta a discusión Kaoru.

-¡Pero Chizuru-san! – exclamo enérgicamente

Chizuru se puso de pie aporreando las manos en el escritorio.

-¡Kaoru! -con solo eso y su fría mirada la chica retrocedió y apretó sus labios.

El respeto hacia Chizuru y en general a toda la familia Kagura la hacían doblegarse, no habia olvidado el tiempo que paso con ellos, fueron quienes la criaron desde que habia sido un bebé, sin embargo, Iori habia sido su mundo durante mas tiempo.

-¡controla tus emociones!, no tienes idea de lo que podría suceder si le das rienda suelta a estas- Chizuru rodeo la mesa hasta quedar de nuevo frente a ellos –recuerda que tu naciste con un deber a cuestas, ¿o ya olvidaste lo que te dijo Maki?.

Escuchar el nombre de Maki producía que Kaoru sintiera una enorme tristeza.

-continuar con tu entrenamiento, así lo hubiera querido Maki... no hagas que su sacrificio sea en vano – comento Chizuru mientras contemplaba la foto que tenia con su gemela en el escritorio.

Con eso habia logrado que la joven se resignara, Kaoru haría todo por la memoria de su primera maestra.

-comprendo... - respondió con tristeza y bajo la cabeza, apretando la mano de Iori la cual no habia soltado para nada.

El se volvió a ella y le levanto la cara desde el mentón para revisar que no estuviera llorando.

-Kaoru, espera afuera, debo hablara con Kagura – le dijo casi en un susurro.

La otra obedeció y salió de la oficina cabizbaja.

-¿por qué quieres obligarla?, es una niña.

-ya no es una niña, Kaoru a crecido y pronto cambiara, no puedes seguirla protegiendo de su propio destino.

-no necesita a los Kusanagi.

-por supuesto que si, ella es una parte Kusanagi.

Al escucharla Iori quedo boquiabierto.

-¿no lo sabias?, Kaoru posee la sangre de los tres clanes y para desarrollar su potencial debe manejar los tres estilos, si no lo hace su poder se vera mermado, y cuando llegue el momento, su cuerpo y su mente no podrán resistir el poder que despertara.

-¿qué clase de poder será ese?

-el poder para acabar con Orochi y sellarlo para siempre.

Iori sabia que Kaoru llevaba un entrenamiento riguroso y exigente, pero no conocía la razón exacta, las palabras de Chizuru lo habían dejado consternado.

-imposible... todo eso era una absurda leyenda.

-el que los otros clanes hayan dejado de lado la PROFESIA, no significa que no fuera verdad, desde que nació supimos quien era y quien llegara a ser.

Chizuru descubrió una pisca de aflicción en la reflexiva mirada de Iori.

-se que la quieres como a una hermana, pero, si realmente te interesa su bienestar deberás dejarla ir.

El otro no le respondió y se dio la media vuelta para reunirse con Kaoru.

-hare todos los arreglos para que parta mañana mismo, solo encárgate de que suba a ese tren –recalco la empresaria.

Se detuvo justo antes de abrir la puerta y viro un poco la cabeza para que Chizuru pudiera escuchar lo ultimo que tenia que decirle.

-solo para dejar en claro, yo no la quiero como a una hermana...

Ninguno de los dos durmió después del encuentro con Chizuru, para cuando llegaron a su pequeño apartamento el sol ya habia salido.

Una vez que llegaron Kaoru abrió la ventana para dejar entrar al gato de color negro al que habían alimentado desde que se mudaron a ese lugar, fue al frigo bar que Iori estaba revisando y tomo un poco de leche para dársela al animalito.

-hare el desayuno –dijo ella

Preparo entonces algo rápido con lo que tenían, para Iori hizo un omelette y tostó pan, y ella los comió hervidos.

Ambos se sentaron sin decir una palabra, no querían tocar el tema en absoluto.

Después de desayunar, Iori tomo su gabardina y se dispuso a salir, Kaoru no solía interrogarlo nunca sobre las cosas que el hacia o los lugares a los que iba, solo en ciertas ocasiones le pedía que trajera algo a su regreso.

En su ausencia ella se quedo en la mesa de madera que usaban como comedor, su mirada estaba en el suelo, contemplando al gatito beber la leche, la idea de dejarlo le parecía irreal, así mismo observo todo el departamento, su mirada no necesito extenderse demasiado para abarcarlo por completo, a dos pasos estaba la cocineta y a medio metro el estuche con el bajo apoyado en el sofá cama que Iori usaba para dormir, una puerta de madera desgastada en la parte mas recóndita ocultaba el baño y una cortina de tela dividía todo eso de una pequeña habitación que era la que ella ocupaba.

-hay muchas telarañas – dijo como si se refiriera al gato.

Para evadirse de lo que le esperaba limpio todo el lugar, de cabo a rabo aprovechando tambien la ausencia de Iori.

Una vez que termino se dio un buen baño y se hecho en su cama de tamaño individual, se coloco los audífonos para escuchar el disco que "la banda" habia grabado un par de meses atrás.

Kaoru se quedo dormida y lo que pareció ser un segundo fueron horas.

Iori fue quien la despertó al regresar, sin embargo antes de poder asomarse para verlo, el ya habia vuelto a salir, solo habia pasado a buscar su instrumento.

Esa noche ella no fue al bar.

Para la madrugada escucho de nuevo la puerta, estaba acostada y así se quedo, al escuchar los pasos de Iori dirigirse hasta donde ella estaba se fingió dormida.

El permaneció de pie observándola, movió las cobijas y la cubrió hasta los hombros.

Podría jurar que sintió que el acaricio su mejilla, pero lo hizo con tal suavidad que en otras circunstancias hubiera sido imperceptible.

Los pasos se volvieron a escuchar al igual que la puerta de madera abrirse, enseguida el agua de la regadera se escucho correr.

Cuando Kaoru se levanto, encontró que Iori estaba haciendo el desayuno, algo extremadamente inusual, se veía bien arreglado y perfumado, le dio los buenos días y le dijo casi como una orden que se sentara a comer.

-iremos a la estación para el medio día, así que evócate a empacar tus pertenencias – dijo con frialdad.

Cuando la hora llego y el la fue a buscar a la habitación descubrió que la maleta aun permanecía vacía.

-creí haberte dicho que estuvieras lista.

-esperaba que algo sucediera a ultimo momento para no tener que ir.

-no estoy jugando Kaoru – Iori comenzó a meter la ropa de ella en la maleta deportiva –arréglate de una vez –decreto.

Camino a la estación, él avanza rápido cargando la maleta, como si no le importase por donde venia ella, habia demasiada gente y ella los iba sorteando sin dejar de mirar la luna de su gabardina, Kaoru cargaba su patineta cuidando de no golpear a nadie en su intento de perseguir al otro.

Cuando por fin lo alcanzo él le entrego su maleta, casi aventándosela.

-aunque ellos sean Kusanagi no olvides tus modales, y se útil, no te conviertas en una carga –Iori evitaba mirarla a toda costa. – los Kusanagi te recogerán en la estación cuando llegues, Kagura les notifico de tu llegada - dijo justo al detenerse a la espera del abordaje.

Ella sabia que Iori siempre era serio, pero con ella nunca habia actuado de manera tan fría, realmente esperaba que le dijera algo antes de su partida.

Las puertas se abrieron y la gente comenzó a subir, ella titubeo para hacerlo e intento tomar su mano pero el la aparto.

La chica entro al vagón casi arrastrando los pies y en ese instante se arrepintió, se dio la vuelta pero las puertas se habían cerrado.

A través del cristal vio a Iori que la estaba mirando fijamente, Kaoru se pego al cristal, tratando de decirle algo, pero no lograba escucharla.

Desde que se conocieron aquella noche tormentosa, cuando ella tenia seis y el diez no se habían separado, los recuerdos de su niñez corrieron por su mente y fue inevitable para ella el no llorar.

Al marcharse el tren, al le pareció escuchar el llamado de ella a la distancia.

Se habia ido y el habia reprimido sus emociones, pero una vez que se dio cuenta, desahogo su frustración en el muro de concreto que tenia cerca, golpeándolo al punto de fracturar la estructura.

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