Capitulo 18." MALOS AMIGOS"

Kaoru entro al sanitario para lavarse las manos antes de la hora del almuerzo, lavaba desde sus codos hasta la punta de sus dedos para sentir que realmente estaban limpias, mientras lo hacia dos chicas se encontraban hablando en el interior los cubículos.

-¿crees que quiera adelantar los planes?

-¡ay no, aun somos jóvenes!, pero, tengo el presentimiento de que quiere formalizar la petición, es decir, su voz sonaba seria por teléfono y me dijo que tenia "algo importante" que hablar conmigo.

-¡que suerte tienes!

-¡aun no es seguro!, sin embargo, ¿qué otra cosa puede ser?, ahora comprendo por que estos días estaba tan callado y reflexivo.

Kaoru cerro la llave y se acerco para tomar una de las servilletas de papel, cuando lo hizo vio salir a las chicas de los cubículos.

-¡¿entonces ya puedo llamarte Yuki Kusanagi?! –dijo la otra chica a Yuki en broma.

-¡ay, no exageres, aun es pronto, hablaremos después de la escuela!

Kaoru se quedo helada al ver a la novia de Kyo reflejada en el espejo.

-Hola Kaoru no te había visto -la saludo Kushinada.

Ella seguía perpleja

-¿me escuchaste? –la cuestiono poniendo su mano en el hombro de la pelirroja.

Kaoru encogió los hombros y se despabilo.

-hola Yuki-san, disculpa... -se dirigió a la salida pero Kushinada la detuvo.

-¡Kaoru aguarda!, quería preguntarte si Kyo no te ha dicho nada sobre mi estos días.

-¿como que?

-no lo se, ayer me hablo por la noche para decirme que tenia algo importante que decirme pero no me dio ninguna pista.

-le pedirá que adelanten su compromiso –dijo la otra chica.

Kaoru cerro los ojos dándole la espalda a Yuki.

-el no me ha dicho nada, pero, si es verdad... les doy mis mejores deseos.

-te lo agradezco sin embargo aun no he confirmado nada, el y yo habíamos platicado de eso hace algún tiempo pero no de manera tan formal.

Kaoru salió aprovechando que las chicas volvieron a hablar entre ellas.

Una vez mas en su asiento suspiro y bajo la cabeza.

-es mejor así... es como debe ser -susurro.

A la salida Kaoru vio desde lejos a Kyo y a Yuki partir en la motocicleta juntos.

-no debería afectarme tanto –pensó –debería estar contenta de que el comprendió que su felicidad esta con Yuki.

De repente sintió una fuerte palmada en la espalda.

-¡¿qué haces ahí parada?! – dijo Tsubame -¡todos iremos al centro y vendrás con nosotros!

-pero...

-¡pero nada!, te hemos visto gimotear desde hace días, por eso nos divertiremos en el centro comercial!

Kaoru volteo y vio a Ayame y a Takeo darle una sonrisa.

-¡vamos por un helado y después a la tienda de curiosidades! –dijo Takeo

-¡no!, ¡iremos a la galería a ver los nuevos bolsos! – exclamo Tsubame.

-¡Tsubame eso hicimos la vez pasada!

La pelirroja contemplo a sus amigos discutir por una trivialidad.

-¡anda Kaoru!, ¡apresúrate!

Ella sonrió, mientras los observaba.

-¡voy! –dijo corriendo para alcanzarlos.

Los amigos la estaban pasando bien en el centro comercial, no había lugar para entrenamiento ni para chicos complicados, solo cuatro compañeros divirtiéndose, Kaoru se sentía ordinaria y eso le agradaba.

Ayame, Takeo y Kaoru compraron helados mientras que Tsubame ordeno una hamburguesa.

-¿a dónde iremos ahora?

-hay una librería que abrió a dos cuadras de aquí, podemos ir a dar un vistazo.

-eso me parece aburrido – dijo Tsubame

-seguramente también venderán revistas de moda –comento Kaoru para animar a su amiga

-mmm.. bueno esta bien, pero no se queden ahí mucho rato – añadió Tsubame.

Caminaban en pareja, Kaoru junto a Tsubame y Takeo al lado de Ayame, el chico iba contándoles un chiste que escucho de los de segundo año y ellas iban riendo.

-¡oh Dios mío no puede ser! –grito Tsubame apretando el hombro de Kaoru

-¡Tsubame me lastimas!

-¡es, es, es Benimaru-sama!

El apuesto rubio estaba parado fuera de una tienda mientras buscaba sus gafas de sol.

Ante los ojos de Tsubame el parecía una obra de arte, con un rostro como los ángeles y un torso de Dios griego.

-vaya, si que es apuesto –comento Ayame –creí que las fotos estaban arregladas pero en verdad es guapo.

-ahora entiendo por que Tsubame le dice Beni-sama –dijo Takeo

Benimaru se percato del cuchicheo a unos metros de él y giro la cabeza en dirección a los chicos.

-¡esta mirándome! – exclamo Tsubame que se puso roja.

El modelo levanto ambas cejas y se dirigió a ellos.

Tsubame parecía que le daría un infarto, Takeo y Ayame prácticamente la sostenían.

-¡miren nada mas!, ¡pero si es la linda Kaoru! –dijo una vez estando frente a ellos.

-hola Benimaru-san –lo saludo la pelirroja.

-¿qué haces aquí?, ¿ya no huyes del cabeza dura?

Kaoru se rio

-no, estoy con mis amigos, ellos son Takeo, Ayame y Tsubame.

-un placer – dijo Benimaru a los chicos de manera cordial

-el, el placer es mío – dijo Tsubame nerviosa

-no sabia que aun estabas en Japón –comento Kaoru

-ya que Kyo no participara en el torneo estoy en busca de otro compañero de equipo así que decidí permanecer aquí hasta encontrar a alguien.

-espero que tengas suerte.

-gracias preciosa.

Al escuchar eso Tsubame comenzó a molestarse.

-bien, los dejare ahora, tengo un compromiso mas tarde, me dio gusto conocerlos- dijo a los chicos –por cierto Kaoru...

Benimaru levanto el rostro de la chica Yagami con su dedo índice.

-me da gusto verte sonriendo – Le guiño el ojo y se despidió con un ademan y su esplendorosa sonrisa.

-hasta su voz es perfecta –dijo Takeo

-oye Tsubame ¿qué sucedió contigo?, creí que le pedirías su autógrafo o algo por el estilo–dijo Ayame.

Cuando los tres se voltearon a Tsubame ella tenia un semblante serio.

-¡¿qué rayos te pasa Kaoru?!, ¡creí que eras mi amiga!

-¿qué? – dijo la otra

-¡como pudiste dejar que te llamara así, sabes que el me gusta!, ¡además lo conocías y no me lo presentaste!

-Tsubame cálmate, ¿qué querías?, ¿qué Kaoru lo llevara a la escuela?

-lo siento Tsubame, yo solo me lo he encontrado algunas ocasiones, ni siquiera se donde vive o como contactarlo, lo conocí por que tiene amistad con los Kusanagi.

-¡aun así!, ¡pudiste haberme dicho!, ¡no eres mas que una farsante que intenta robarme el amor de Beni-sama!

Kaoru estaba en shock al ver la actitud de Tsubame

-Tsubame eso es absurdo.

-¡el te coqueteo!

-¡el le coquetea a todas!

-¡no es verdad!, ¡eres una mala amiga!

Tsubame salió corriendo lejos de sus amigos, sin embargo Kaoru la alcanzo fácilmente, incluso corría de espaldas mientras le hablaba de frente.

-bien Tsubame tienes razón, debí habértelo comentado, ahora detente para que hablemos.

-¡no quiero oírte serpiente venenosa! –dijo empujándola

Tsubame cruzo la calle con esfuerzo y se subió al autobús que estaba en la parada.

-¡esa es la ruta industrial! –dijo Takeo –Tsubame no tiene idea a donde se dirige.

-¡Hay que alcanzarla!

Kaoru cruzo rápido y Ayame fue detrás, Takeo se retraso un poco al evadir los vehículos.

El autobús ya había arrancado, pero Kaoru corrió detrás de él y se sujeto en la parte de atrás, extendió la mano y ayudo a subir a sus compañeros.

-¡subiremos al autobús en cuanto haga la siguiente parada!

-no Kaoru, este autobús va directo a la terminal industrial, se detiene en la parada del centro solo una vez.

-¡¿qué clase de ruta es esa?!

Fueron todo el camino sujetos de la parte de atrás y cuando el autobús llego a su terminal vieron bajar a Tsubame que parecía algo preocupada de no saber como regresar.

-¡Tsubame! – le gritaron sus amigos a la distancia, pero ella volvió a correr lejos de ellos.

-¡no deja de correr! –exclamo Ayame

-¿y ahora a donde piensa ir?

-hay que seguirla

Los chicos fueron tras Tsubame, ella corría nerviosa con la mano en el pecho de tan agitada.

-¡no se dan por vencido! –dijo jadeando

Tsubame avanzo dentro de unos callejones, cansada y habiendo reflexionado un poco decidió dar marcha atrás, pero cuando se volteo se dio cuenta que no estaba sola, había dos hombres tras de ella.

-¿a dónde se fue?, la vi dar vuelta por aquí –dijo Kaoru

-¡miren! –Takeo recogió algo del suelo –es el prendedor de Tsubame, ella nunca se lo quita.

Comenzaron a mirar a su alrededor buscando algún otro indicio de la ubicación de su amiga y lo segundo que hallaron fue su mochila.

-creo que debemos avisar a la policía –dijo Takeo

En ese momento escucharon el grito de Tsubame provenir del fondo del callejón.

Los chicos corrieron en dirección del alarido de su amiga hasta contemplar una deteriorada y lúgubre fabrica, antes de entrar una fuerte ventisca paso entre ellos, levantando las hojas y el polvo a su alrededor.

Kaoru sintió un escalofrío recorrerle su espalda, algo no estaba bien, dentro de ese lugar había algún tipo de energía negativa.

-es mejor que ustedes esperen aquí – le dijo a los otros

-no, debemos mantenernos juntos, además Tsubame nos necesita –dijo Ayame.

Kaoru los miro un poco insegura de continuar, pero el grito de Tsubame no les dejo alternativa, entraron por la puerta que estaba en un costado, la única que parecía estar abierta.

El lugar era oscuro y olía a humedad, caminaron por un largo pasillo, Kaoru iba por delante y Ayame en el medio, avanzaban de manera sigilosa y sin hablar. Contemplaron un resplandor proveniente de una puerta que estaba del lado derecho, Kaoru les indico que se pusieran de espalda a la pared y ella se asomo con cuidado.

Ahí estaba Tsubame, atada a una silla, al parecer se había desmayado del susto.

Ayame quiso ir corriendo para ayudarla, pero la pelirroja la detuvo y moviendo su cabeza le dio a entender que era una mala idea.

-es probable que no este sola – susurro Kaoru.

-¿qué haremos entonces?

-yo iré, ustedes permanezcan aquí y si algo sucede corran por ayuda.

Kaoru se quito la mochila y se la entrego a Takeo, avanzando por la orilla y aprovechando las partes oscuras trato de llegar hasta su amiga, cuando se encontraba cerca comenzó a desatarla.

Sostuvo a Tsubame del brazo con el hombro para llevarla hasta donde estaban los demás.

-¡creo que tenemos una ratas! – dijo un sujeto apareciendo por el costado, seguido de otros.

De la puerta donde estaban escondidos Ayame y Takeo fueron empujados hacia el interior, los habían estado vigilando.

Pronto era media docena de hombres que los tenia rodeados.

-¡¿qué es lo que quieren?! – les grito Kaoru

Y ellos señalaron hacia ella, la chica Yagami pensó que intentaban secuestrar a Tsubame por que su familia gozaba de tener una buena economía.

Ayame, Takeo y Kaoru fueron llevados al centro de la fabrica, Kaoru coloco a Tsubame en el suelo y se mantuvo atenta al movimiento de los hombres.

Ayame estaba asustada y abrazaba a Takeo.

-¡déjenos ir! – gritaba el joven

-no lo harán – le respondió Kaoru con la mirada seria – no te separes de ellas, indico a su amigo.

-¡no tienen escapatoria niñitos! –se burlaban los tipos.

Kaoru se puso en guardia y los hombres comenzaron a reír.

-¡¿realmente vas a intentar pelear con nosotros niña?!

-no soy una niña... soy una Yagami y ustedes no son mas que matones de quinta.

-eso esta por verse.

Dos fueron sobre ella, Kaoru los evadió y en ese mismo instante les propino varios golpes fluidos, un tercero se acerco, ella se agacho velozmente y haciendo un movimiento giratorio con la pierna derribo al suelo para después aplicar un golpe con el codo.

Pronto se vio peleando contra los seis hombres al mismo tiempo, realmente no eran mas que simples pandilleros y no le tomo mucho ir noqueando a cada uno de ellos.

Cuando cayo el ultimo sus amigos celebraron.

-¡Kaoru eso fue increíble! – dijo Takeo

-¡si!, ¡ahora se porque entrenas tanto! – lo secundo Ayame.

La pelirroja estuvo a punto de regresar a donde estaban ellos cuando algo llamo su atención, aquel tatuaje que había visto en uno de los sujetos de la feria se repetía en el brazo de todos esos hombres, no sabia que significaba, pero si le daba una sensación incomoda.

-hay que irnos – dijo Kaoru quien rápidamente junto con Takeo levantaron a Tsubame sosteniéndola uno en cada brazo.

No habían avanzado ni la mitad cuando vieron que la puerta por donde habían entrado se cerraba por el viento.

Ella se alarmo

-tranquila, solo fue el viento – comento Ayame

-Ayame... no hay viento aquí adentro –respondió consternada.

Una enorme ventisca les vino de frente, era tan fuerte que los arrastro con todo y Tsubame hasta golpear uno de los muros del lugar.

-¡¿qué rayos?! – dijo Takeo poniéndose en pie.

Kaoru miro en dirección a la puerta, podía percibir una silueta en la oscuridad.

-¡¿Quién eres?!, ¡muéstrate!

De entre las sombras apareció un hombre sosteniendo una enorme y macabra sonrisa, vestido con un uniforme parecido al de los sacerdotes, de cabello de dos colores y un rostro que ella de inmediato reconoció.

Kaoru quedo perpleja, al tener al sujeto frente a ella un recuerdo la golpeo, el de la noche que le cambio la vida por completo.

-es el... - murmuro mientras aun escuchaba los truenos de la tormenta en su cabeza –eres... - ¡eres el hombre que mato a Maki-sama! –grito.

El rostro de Kaoru se desencajo en ese instante.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top