La Navidad de Spyro y sus amigos
Era una víspera de Navidad como pocas en Warfang. La nieve caía en suaves copos, cubriendo la ciudad y el cercano Templo del Dragón con un manto blanco. Desde el cielo flotante del templo, las luces de la ciudad parecían pequeños fuegos titilantes que daban un aire cálido y festivo a la fría noche.
Dentro del templo, las risas de los jóvenes dragones resonaban con alegría. Drago y Aurora, las crías de Jhonny y Edel, revoloteaban de un lado a otro del salón principal. Con sus astas falsas de reno colocadas en sus cabezas, se turnaban para empujar un pequeño trineo de madera improvisado, mientras Nina, la hija de Spyro y Cynder, iba sentada en él, dando instrucciones con entusiasmo.
"¡Más rápido, Drago! ¡Tenemos que entregar los regalos antes de que termine la noche!" exclamó Nina, sus ojos brillando como pequeñas estrellas.
"¡Estoy yendo lo más rápido que puedo!" respondió Drago, fingiendo resoplar como si estuviera tirando de un trineo muy pesado. "¡Más bien, deberías empujar más fuerte!"
Mientras, Aurora, reía al ver el juego de su hermano con Nina.
"¿Más fuerte? ¡Ya verás!" dijo Nina. Con un empujón enérgico, el trineo salió disparado hacia adelante, haciendo que Aurora soltara una carcajada mientras agitaba sus pequeñas alas.
Spyro observaba la escena desde una esquina del salón, con una sonrisa amplia en su rostro. "Parece que alguien está practicando para ser el próximo Reno del Año," bromeó mientras se acercaba.
Cynder, que estaba acomodada cerca del fuego con una taza de té caliente, los miraba con ternura. "No puedo decidir qué es más divertido: verlos jugar o imaginar cómo Jhonny y Edel van a reaccionar cuando vean el desastre que están dejando."
Spyro soltó una risa suave. "Conociendo a Jhonny, probablemente se preocupará más por cómo Aurora usó su ataque de hielo para decorar el trineo con 'copos de nieve reales'."
"¡Yo no lo hice mal!" protestó Aurora, habiendo escuchado el comentario mientras preparaba su próximo turno para empujar el trineo. "¡El hielo lo hace ver más navideño!"
"Y yo ayudé con mi fuego" añadió Drago con una sonrisa orgullosa, señalando las pequeñas velas encendidas alrededor del trineo que había hecho con su aliento.
Nina asintió con entusiasmo. "¡Es el trineo más bonito de todo Warfang! Seguro que cuando vuestros papás vuelvan, seguro que les va a encantar."
Spyro y Cynder compartieron una mirada divertida pero amorosa. "Estoy seguro de que lo harán," dijo Spyro, mientras Cynder asentía con una sonrisa.
(Mientras tanto...)
En los bosques cercanos a la ciudad, Jhonny y Edel trabajaban juntos para llevar un gran árbol de Navidad y varias bolsas con ingredientes para la cena. "¿Crees que los niños estarán bien?" preguntó Jhonny, usando su fuerza para cargar el árbol con cuidado.
"Con Spyro y Cynder cuidándolos, estarán más que bien," respondió Edel, cubriendo el árbol con una capa de hielo para mantenerlo fresco. "Pero apuesto a que el templo estará patas arriba cuando lleguemos."
"Como siempre," agregó Jhonny con una risa. "Pero al menos sabemos que están disfrutando de su primera Navidad juntos."
(Regresando con...)
El juego de los jóvenes dragones disminuyó poco a poco hasta que Nina, con curiosidad brillando en sus ojos, se acercó a su padre. "Papá, ¿cómo era la Navidad cuando eras pequeño? ¿También decoraban trineos y jugaban con astas de reno?"
Spyro dejó escapar una leve risa mientras se acomodaba junto al fuego. Sus alas se plegaron con cuidado mientras su mirada se suavizaba, aunque sus ojos reflejaban un atisbo de nostalgia. "La verdad, Nina... ni tu madre ni yo celebramos la Navidad cuando éramos pequeños."
Drago y Aurora se detuvieron de inmediato, sus astas falsas tambaleándose mientras lo miraban con sorpresa. "¿Qué? ¿Por qué no?" preguntó Aurora, inclinando la cabeza con confusión.
"Porque cuando éramos niños, el mundo estaba en guerra," intervino Cynder con una voz tranquila, pero cargada de sinceridad. Se unió a Spyro, acomodándose junto a él y mirando a los jóvenes dragones. "Durante la guerra oscura, todo era caos y miedo. No había tiempo para celebraciones. Solo tratábamos de sobrevivir."
La revelación dejó a los pequeños dragones en silencio por un momento. Nina frunció el ceño, sin poder imaginar un mundo sin la magia y la calidez de la Navidad. "¿Entonces nunca tuvieron regalos ni decoraron un árbol?"
Spyro negó con la cabeza, pero una sonrisa se formó en su rostro. "No cuando éramos niños. Pero... tuvimos nuestra primera Navidad después de que la guerra terminó, cuando todos estábamos juntos."
"¿Quiénes estaban?" preguntó Drago, inclinándose hacia adelante con interés.
Spyro continuó, su voz ahora cargada de un tono más alegre. "Estábamos tu madre y yo, junto con nuestros amigos: Flame, Ember, Jhonny, Edel, Ray y Thorr. Todos trabajamos juntos para hacer que esa primera Navidad fuera especial."
Cynder agregó, su tono cálido y lleno de gratitud, "Además, esa fue la primera vez que estuvieron nuestras madres: Sybilla, la madre de tu padre, y Cynthia, mi madre. Fue un momento muy especial para nosotros, porque no solo celebrábamos la paz, sino también el hecho de que finalmente teníamos una familia unida."
Aurora y Drago intercambiaron miradas, impresionados. "¿Y qué hicieron?" preguntó Aurora, con un brillo de emoción en los ojos.
"Decoramos un árbol tan grande como los que ahora ves en Warfang," explicó Spyro, levantando una garra para señalar el tamaño. "Cocinamos juntos, intercambiamos regalos, y lo más importante, compartimos historias y risas. Fue un día lleno de esperanza, algo que nunca habíamos sentido tan profundamente."
Nina sonrió, imaginándose la escena. "Eso suena increíble... ¿puedes contarnos?"
Spyro cambio su cara a una nostalgica...
(Flashback...)
Warfang lucía mágico bajo el manto de nieve que cubría sus calles y tejados. La ciudad, usualmente llena de dragones y topos ocupados con sus labores, ahora estaba tranquila, con risas y gritos de jóvenes dragones resonando por el aire.
En un rincón abierto cerca de las murallas, una intensa batalla de bolas de nieve estaba en pleno apogeo. Por un lado, Spyro, Cynder, Flame y Ember se mantenían juntos, ideando estrategias mientras se agachaban tras una improvisada barricada de nieve. Al otro lado, Jhonny, Edel, Ray y Thorr se deslizaban entre las sombras y la nieve, volando ocasionalmente para lanzar bolas de nieve desde el aire.
"¡Ray, por la derecha!" gritó Jhonny mientras lanzaba una bola de nieve que pasó rozando a Flame.
"¡No tan rápido!" exclamó Cynder, materializándose desde las sombras para lanzar una bola directa al rostro de Ray, quien terminó riendo mientras sacudía la nieve de sus cuernos, "Rápido como un rayo, pero lento en reaccionar"
Ember y Edel compartieron risas cuando ambas chocaron bolas de nieve en el aire, creando un pequeño estallido blanco entre ellas. "¡Te lo dije, Ember, soy mejor que tú en esto!" bromeó Edel, aunque su sonrisa mostraba lo mucho que disfrutaba del momento, "El frio es mi elemento, después de todo"
Después de lo que parecieron horas de risas, vuelo y bolas de nieve, los ocho dragones finalmente se dejaron caer sobre la nieve, agotados pero felices. Todos respiraban con dificultad, mirando al cielo que comenzaba a teñirse de tonos anaranjados con el atardecer.
"Esto fue increíble," dijo Flame, dejando escapar una nube de vapor mientras suspiraba. "Siempre quise celebrar esa cosa llamada 'Navidad' de la que nuestra madre solía hablar. Decía que era una época de alegría, regalos y familia."
Spyro, tumbado a su lado, giró la cabeza hacia su hermano. "Mi mamá luciérnaga, Nina, mencionó eso un par de veces, pero nunca entendí bien de qué se trataba. Apenas había tiempo para pensar en festividades cuando todo estaba tan... oscuro."
Thorr, a unos pasos de distancia, asintió, aún con un trozo de nieve pegado a su ala. "Es cierto. Durante la guerra, nadie pensaba en estas cosas. Pero ahora que finalmente hay paz, parece que esas viejas tradiciones están regresando."
Ray, siempre práctico, agregó, "Es un buen momento para recordar lo que hemos ganado... Luego, de casi rompernos los huesos contra los los Cazadores... Ya necesitaba unas vacaciones"
Jhonny, tumbado de espaldas junto a Edel, lanzó una pequeña risa. "Es curioso... Nunca pensé que este mundo también celebrara la navidad. En el mundo humano, la Navidad era algo enorme. Era parecido a aquí"
Edel lo miró con curiosidad. "¿Cómo era allá?"
Jhonny cerró los ojos un momento, recordando. "Había luces por todas partes, árboles decorados con esferas de colores y canciones en cada rincón. Y la comida... siempre había algo especial para compartir. Aunque a veces las personas solían exagerar con las luces y los fuegos artificiales"
El grupo se quedó en silencio un momento, dejando que las palabras de Jhonny resonaran. Cynder fue la primera en hablar, su tono suave. "Quizás... deberíamos intentar algo parecido. Esta Navidad podría ser la primera para todos nosotros. Algo que nunca olvidemos."
Los demás asintieron, y una sonrisa comenzó a formarse en los rostros de cada uno. Aunque ninguno lo dijo en voz alta, todos sabían que ese momento, bajo el frío de la nieve y el calor de su amistad, era el inicio de algo especial.
"Oigan miren" dijo Thorr, levantando la vista, "Es el maestro Terrador"
Terrador, el en ese entonces guardián de la tierra, lideraba un grupo de dragones robustos que transportaban un árbol gigantesco. Su tamaño era digno de la festividad que estaban a punto de celebrar, y su imponente presencia ya comenzaba a despertar la admiración de los habitantes.
Spyro, Cynder, Flame, Ember, Jhonny, Edel, Ray y Thorr dejaron sus travesuras y volaron en grupo para observar cómo el árbol era colocado en el corazón de la ciudad. Los dragones más experimentados trabajaban con precisión, asegurándolo con firmeza, mientras los habitantes comenzaban a reunirse, llenos de expectativa.
"¡Es enorme!" exclamó Flame con una mezcla de sorpresa y entusiasmo, su aliento escapando en una pequeña nube de vapor por el frío.
"Perfecto para la ocasión" añadió Ray, con una sonrisa, mientras sacudía un poco de nieve de sus alas.
Cuando el árbol estuvo finalmente en pie, un murmullo de admiración recorrió a la multitud. Dragones de todas las edades comenzaron a trabajar en su decoración, colocando velas alrededor de las ramas. Algunas brillaban en tonos cálidos, otras en colores más fríos, simbolizando la unidad de los elementos. Pero la vela más importante, aquella que iba en la cima del árbol, aún estaba apagada, esperando su momento.
Terrador se acercó al grupo de jóvenes dragones y les pidió ayuda para encender las velas. Spyro, Flame y Jhonny, siempre dispuestos a contribuir, se adelantaron con una mezcla de emoción y orgullo.
"Nos encargaremos de esto" dijo Spyro con una sonrisa confiada, y los otros dos asintieron.
Cada uno de ellos utilizó su aliento de fuego para prender las velas con precisión, sus llamas danzando con elegancia mientras iluminaban el árbol. Al final, cuando solo quedaba la vela de la cima, Spyro se elevó con gracia, alcanzando la cúspide del árbol y encendiéndola en un destello cálido. Los dragones reunidos abajo rompieron en vítores, celebrando el esplendor del árbol completamente iluminado.
Mientras descendía, Cynder lo esperaba con una expresión que mezclaba ternura y diversión.
"Hiciste un buen trabajo, héroe" le dijo, acercándose un poco más.
Spyro sonrió, ligeramente sonrojado, pero antes de que pudiera responder, Cynder lo tomó por sorpresa. De forma improvisada y espontánea, se inclinó hacia él y lo besó.
Por un momento, Spyro se quedó atónito, pero pronto le devolvió el gesto con suavidad, ignorando los murmullos emocionados de Flame y Ember en el fondo.
Cuando se separaron, Cynder le miró con una chispa en los ojos.
"Feliz Navidad, Spyro"
"Feliz Navidad, Cynder" respondió él, aún con el corazón latiendo con fuerza, agradeciendo por ese regalo inesperado y por compartir ese momento con aquellos que más amaba.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top