Capítulo 3: Conociendo al Concejo

(A la mañana siguiente...)

El sol se alzaba lentamente en el horizonte, pintando el cielo con tonos dorados y rosados que reflejaban la promesa de un nuevo día. En el patio externo del templo del dragón, los jóvenes dragones, algo aún adormitados, se reunieron con los adultos, quienes parecían un poco más acostumbrados a estas horas de la mañana.

"Nosotros nos encargaremos de cuidar el templo" dijo Sybilla. Luego, se volvió hacia Spyro, "Tu hermano y yo te recibiremos cuando regreses. Ve y acompaña a tus amigos"

"Gracias mamá" respondió Spyro, "Nos veremos pronto, lo prometo"

"Cuídate mi niña" le dijo Cynthia a su hija, "Sé que tendrás algo de miedo al conocer al Concejo, pero estate con tus amigos y todo saldrá bien"

"Eso haré mamá" respondió Cynder abrazando a su madre, "Hare lo mejor posible"

Terrador, con su imponente figura, se adelantó para dirigirse a ellos.

"Jóvenes dragones" comenzó el guardián de la tierra, "Hoy nos dirigimos a SkyCity, la ciudad de los cielos. Estaremos allí en aproximadamente dos horas si vamos a buen ritmo de vuelo; yo seré vuestro guía, así que traten de mantenerse cerca de mí para no perderse"

Todos los jóvenes dragones asintieron, entendiendo las indicaciones. Justo cuando iban a marcharse, una pequeña luz brillante apareció zumbando cerca de ellos, con dirección a Spyro.

"¡Hey! ¡Hey! ¡Hey!" exclamó Sparx, pues de este se trataba, "¿Me voy por unos días y se van de aventuras sin mí?"

"¡Sparx!" exclamó Spyro, "No bueno... no tuvimos tiempo de decírtelo..."

"Excusas, excusas... ¿entonces me dejarán tirado?"

Spyro miró a Terrador, como queriendo preguntándole si Sparx podría ir. Terrador, cambiando su mirada seria por una más tranquila, contestó:

"Si puedes seguirnos el ritmo, puedes venir con nosotros Sparx"

Aquella noticia hizo revolotear de felicidad a Sparx. Para cuando estuvo calmado, todos partieron del templo del dragón, alzando vuelo. Para los dragones, el vuelo es una experiencia emocionante y liberadora. Desde el momento en que se extienden las alas y se elevan del suelo, se percibe una sensación de ligereza y libertad.

A medida que ganaban altura, el paisaje se despliega ante ellos en toda su magnificencia. Como Warfang quedaba ligeramente al sur del Templo del Dragón, a penas se podían ver los más grandes edificios de la ciudad mientras se alejaban al Este. Cuando se encontraron en terreno salvaje, se podían ver las siluetas de las montañas recortadas contra el cielo, los valles extendiéndose a lo lejos, los ríos serpenteando por la tierra y, más hermoso aún, cascadas descendiendo de las islas flotantes, cayendo a un destino incierto.

Durante un buen tiempo, todos disfrutaban la vista comentando brevemente sobre lo que veían debajo de ellos, a excepción de Sparx (el cual hablaba tanto como Volteer).

"Nunca me imaginé que el club de los voladores se llenaría de puros dragones" comentó en una ocasión.

Sin embargo, también hubo momentos de curiosidad por parte de los jóvenes dragones.

"¿Cómo es SkyCity?" preguntó Jhonny, "¿Es parecida a Warfang?"

"Un poco" respondió Ray, "Es el doble de grande que Warfang. A decir verdad, está formada por 3 islas unidas con grandes puentes de madera. Sus edificios son casi en su totalidad de mármol gris y blanco, y varios de los techos más importantes están decorados de oro o plata"

"Sabes mucho de la ciudad, por lo visto" le dijo Spyro.

"Por supuesto, me crie allí con mi padre y mi hermana"

"¿Estabas desde que se quedó flotando?" preguntó Thorr.

"Algo así. A decir verdad, cuando estaba en tierra era conocida como la ciudad Antara. Pero luego vimos el gran cataclismo y pensamos que era nuestro fin... cuando volvimos a ver, la ciudad estaba casi destruida, pero flotando en el cielo. Ayudé a los adultos a reconstruir parte de la ciudad y cuando, escuché sobre las elecciones de guardianes, me mudé a Warfang"

"Entonces, tienes familia allí" dedujo Edel.

"Sí. Mi hermana y mis padres. Mis abuelos viven en Glowridge..."

Continuaron hablando sobre las ciudades que se conocían hasta ahora (cosa que llamó la curiosidad principalmente de Jhonny, pues el desconocía sobre otros lugares fuera de Warfang y El congelador de Dante). Finalmente, luego de un buen tiempo de charla y vuelo, Terrador les interrumpió:

"Jóvenes dragones, necesito comentarle algo importante" les dijo, y todos les prestaron atención obedientemente (incluso Sparx, aunque tuvieron que tranquilizarlo, "Reafirmo mis opiniones sobre vuestra generación: sois bastante diestros en varios aspectos y equilibran correctamente la luz y oscuridad en vuestros corazones. Vuestro trabajo en equipo también es equilibrado. Es por ello que creo, y realmente creo, que pueden dominar una técnica que multiplicaría vuestros poderes: la Convergencia"

"¿Convergencia?" preguntó Cynder, sintiéndose algo familiarizada con esa palabra, "¿Te refieres a lo que sucedió cuando las lunas celestiales se alinean?"

"Hay muchos conceptos relacionados con Convergencia, como aquel" explicó Terrador, "Pero la Convergencia de la que hablo es de la unión de vuestros poderes. Si no me equivoco, en la competencia, usaron una combinación tierra-electricidad, ¿no es verdad?"

"Sí... fue algo raro, pero funcionó" respondió Thorr.

"Sí, la forma en que el chico amarillo salió volando aún me causa gracia" mencionó Sparx, cosa que molestó ligeramente a Ray (pero en el fondo también le pareció gracioso).

"A ese nivel en que estaban, es normal y tiene una mejora pequeña a vuestras habilidades" dijo Terrador, "Sin embargo, con vuestro nivel actual, puede tener un impacto más impresionante, incluso pueden combinar todos sus elementos juntos para crear hazañas sin precedentes"

"¿Qué tipo de hazañas?" preguntó Spyro, impresionado como el resto de sus amigos.

Terrador sonrió, sabiendo que despertaría su interés.

"Podrían canalizar la energía de la Convergencia para realizar poderosos ataques que combinan sus poderes elementales, o incluso para crear defensas que desafíen las leyes mismas de la naturaleza. Es una habilidad que solo unos pocos dragones han dominado a lo largo de la historia, y ahora está en sus garras aprenderla"

"¡Genial!" comentó Edel.

"Sin embargo", continuó Terrador con seriedad, "la Convergencia es una habilidad que requiere más que solo habilidad individual. Para lograr estas combinaciones, deben estar en sincronía y equilibrio entre ustedes. Cualquier desequilibrio o falta de coordinación podría llevar a consecuencias desastrosas. Incluso podrían terminar atacándose entre ustedes en lugar del enemigo"

"Nunca son las cosas fáciles..." comentó Sparx.

"¡Chicos, miren!" exclamó de repente Ray.

Desde la distancia, pudieron distinguir claramente las tres islas flotantes que formaban la ciudad, unidas por majestuosos puentes de madera que se extendían como arterias de vida. Las islas parecían levantarse majestuosamente sobre el cielo, como guardianes imponentes de un mundo más allá de las nubes.

Los edificios de mármol gris y blanco se alzaban en las islas, destacándose contra el fondo del cielo azul y las nubes esponjosas. Algunos de los techos más importantes estaban adornados con detalles dorados o plateados, centelleando bajo la luz del sol matutino como joyas incrustadas en la corona de la ciudad.

Conforme se acercaban más, los jóvenes dragones podían distinguir la actividad en las calles y plazas de Skycity, viendo a los habitantes ir y venir, llevando a cabo sus quehaceres diarios (en los dragones, los trabajos más comunes eran la forja o la arquitectura) en un trasfondo de belleza arquitectónica impresionante.

"Wow" mencionó Spyro, "Es realmente enorme..."

Mientras sobrevolaban la ciudad, los jóvenes dragones no podían no notar las miradas sobre ellos y algunas veces los susurros que decían: '¿esos son los sucesores?' o 'vaya, los aprendices'; mientras que, en el caso de Spyro, algunos decían cosas como: 'el joven dragón púrpura' o el dragón que enfrentó al maestro oscuro'. Por último, en el caso de Cynder, algunos decían cosas como: '¿ella ayudó al joven púrpura?'; pero, para disguste o incomodidad, pocos decían cosas como '¿qué hace ella aquí?'

Esos últimos comentarios herían a Cynder, pero por suerte Spyro y los demás estaban para reconfortarla. Finalmente, llegaron al lugar.

"Ese es nuestro destino" mencionó Terrador, señalando el edificio del centro, "La Catedral del Concejo"

En el centro se alzaba majestuosa la imponente catedral del concejo. Su estructura de mármol blanco resplandecía bajo la luz del sol y estaba coronada por un techo de cristal que permitía que la luz del día se filtrara en su interior. Poseía, asimismo, columnas altas y elegantes, añadiendo un aire de nobleza y solemnidad al lugar. A ambos lados de la entrada principal, dos estatuas de esmeralda representaban a dos dragones, sus formas esculpidas con detalle y precisión. Parecían guardianes eternos, observando con serenidad a todos los que entraban y salían de la catedral.

"Sparx" le dijo Spyro a este, "¿Podrías esperarnos aquí afuera?"

"¿Qué?" preguntó este, "¿Acaso piensas que seré una molestia? Espera un momento, no lo digas... ya bueno, estaré aquí tarareando junto a estas estatuas que seguramente les encantará mis canciones más que a ciertos dragones..."

Dejando a Sparx conversar solo, los jóvenes dragones descendieron detrás de Terrador, quien los llevó hacia el interior del edificio. Los pisos de los pasillos, a diferencia de las paredes, eran de piedra pulida y, a lo largo de estos, había imponentes figuras de piedra de otros dragones (más tarde Terrador les explicó que eran grandes maestros y/o concejales a lo largo de la historia). Finalmente, llegaron a una gran puerta.

Detrás de esta, se encontraron con una sala impresionante y solemne. Era de forma redonda, con filas de asientos dispuestos en círculo, cada uno marcado con un símbolo que representaba la ciudad a la que pertenecía. Sin embargo, estos asientos parecían vacíos y olvidados, cubiertos de polvo y con un aire de antigüedad que sugería que no habían sido ocupados en mucho tiempo.

En el centro de la sala, una mesa rectangular dominaba el espacio, y sobre ella estaban sentados tres dragones de mayor edad, vestidos con capas que les cubrían el cuerpo desde la parte posterior del cuello hasta la mitad de la cola. Sus capas, tejidas con telas nobles y adornadas con símbolos antiguos, les conferían una apariencia majestuosa y misteriosa a la vez. No había duda de que estos eran los tres concejales que habían convocado a los jóvenes dragones.

"Buenos días, concejales" les dijo Terrador, haciendo una pequeña reverencia, "Dejadme que les presente a nuestros estudiantes: Spyro, Cynder, y la siguiente generación de guardianes, aquellos que superaron exitosamente las pruebas: Thorr, Ray, Edel y Jhonny"

Los concejales no respondieron inmediatamente, sino se dedicaron a escudriñar a los jóvenes con los ojos. Nadie sabía si les llamaba la atención Spyro, o la presencia de Cynder, o quizá el nombre de Jhonny. Sin embargo, finalmente uno de ellos, Sylas, les habló:

"Bienvenidos, jóvenes dragones. Es impresionante ver que vuestra juventud haya superado pruebas que parecían casi imposibles"

"Es cierto" agregó Idila, "Vuestras habilidades y valentía son conocidas en todo nuestro reino: Spyro y Cynder... vosotros son los que detuvieron al Maestro Oscuro y su plan de destrucción. Ahora, los jóvenes dragones que los acompañan serán la futura generación que protegerán y enseñará a las demás"

"Sin embargo, como creo que lo habrán notado, o como se los habrán comentado" dijo Aeros, "Hay incertidumbre en los corazones de muchos y sobretodo con uno de ustedes en particular..."

Los tres concejales se fijaron en Cynder, quien se sintió terriblemente mal al oír eso.

"¿Podemos hacer algo para cambiar eso?" preguntó Edel, quien no quería ver a Cynder de ese modo.

"Deben saber que cambiar a los demás es una tarea mucho más difícil que enfrentar el fin del mundo" les dijo Idila, "Sin embargo, hemos propuesto una forma para solucionarlo. Ya que 'El terror de los cielos' causó desesperanza y desunión. La nueva Cynder tiene que traer esperanza y unión. Claro que esta tarea no es solo de ella, sino de todos ustedes"

Un poco más animada, Cynder levantó la cabeza.

"¿Cómo puedo... quiero decir, podemos hacer eso?" preguntó.

"Sí, por favor" dijo Spyro, "Díganos cómo podemos ayudar, señores concejales"

"La misión que les encomendamos hoy, jóvenes dragones, es de una naturaleza diferente a lo que están acostumbrados" dijo Sylas, "Vuestra tarea será la de ser embajadores de la paz y la cooperación"

Hubo un segundo de silencio, en los jóvenes dragones trataban de comprender la misión que les asignaban.

"¿Embajadores?" preguntaron al unísono.

"Sí" continuó Idila, "Viajarán por las ciudades del reino de los dragones, conversando con sus líderes y representantes. Nuestro objetivo con esto es formar un nuevo Gran Concejo: una alianza de todas las ciudades para promover el diálogo y la colaboración"

"Eso suena importante" comentó Thorr.

"Esta misión requerirá diplomacia, paciencia y un profundo entendimiento de las necesidades y aspiraciones de cada ciudad" dijo Aeros.

"¿Entonces, debemos ser como mediadores?" preguntó Jhonny.

"Exactamente. Deberán demostrar no solo su valía como dragones, sino también como líderes capaces de unir a nuestro pueblo en tiempos de incertidumbre"

"Y, ¿Cuándo empezaremos esta tarea?" preguntó Ray.

"Inmediatamente, por supuesto" dijo Sylas.

"¡¿Qué?!" volvieron a exclamar los jóvenes al unísono. La razón era simple: aún estaban algo cansados de haber volado por dos horas hasta allí.

"Disculpad la interrupción señores" les dijo Spyro, "Pero hemos volado por mucho tiempo hasta llegar hasta Skycity; y, si no me equivoco, el resto de las ciudades quedan a una gran distancia de más de dos horas, ¿podríamos descansar hasta volver a viajar?"

"¡Ja! ¡Lo olvidaba por completo!" mencionó Idila, "Hemos resuelto una forma de viaje que les ayudará a ir de ciudad en ciudad sin mucho esfuerzo para vuestras alas. Nuestros mejores topos ingenieros lo han construido como prototipo para futuros modelos de vuelo. El primero es un regalo para ustedes..."

De repente, la sala se ensombreció: algo grande había pasado por el techo de cristal.

"¿Qué fue eso?" preguntó Cynder.

"Eso, jóvenes dragones" les dijo Sylas, "Es vuestro regalo y transporte"

El Próximo Capítulo será el mejor Nombre para el barco, sigan pensando hasta en entonces!

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