Capítulo 15: El ataque de los Hunters

(Mientras caía el anochecer...)

A pesar de que aún estaban cerca del Océano Lunar, el barco Windheart había vuelto a aterrizar sobre el agua, al lado de unos islotes que sobresalían del mar y que servirían de protección temporal para los tripulantes. Sobre la cubierta, los jóvenes dragones disfrutaban de un buen té de hierbas combinado con lo último de sushi de tiburón. Este último aún había estado tan delicioso que todos se sentían con las fuerzas repuestas. Néstor terminó de descender el barco y junto a sus amigos dragones, bajaron el ancla para descansar dentro poco. A pesar de que los jóvenes aún tenían el deber de continuar su misión de embajadores por el resto de ciudades, tenían el albedrío de descansar como cualquier ser vivo. Sparx, quien había estado durmiendo a su lado desde que lo salieron de Draguamar, despertó finalmente.

"Vaya, siento que un tronco me ha aplastado como diez veces" se quejó mientras recuperaba la consciencia, "¿Qué pasó?"

"Te quedaste dormido luego de que salváramos del Kraken" explicó Spyro, acercándole un tarro de insectos, específico para él.

"Sí, creo que su modo de jugar fue demasiado para ti" se rio Ray y Lyra le siguió.

"Sí... vaya par de graciosos..." dijo Sparx, comiendo un par de bichos. Luego, notó que faltaban 2 de los jóvenes dragones, "Oigan, ¿dónde están el rojito y su novia?"

"Ambos regresaron a la cocina" explicó Thorr, "Están preparando la pócima que nos servirá si nos topamos con ese tal Malphas..."

Con la sola mención de Malphas, Cynder se mostró nuevamente preocupada. Spyro notó esto.

"Cynder... ¿te sientes mal de nuevo?" preguntó.

Todos se dieron cuenta de ello. Justo cuando la dragona iba decir algo, Jhonny y Edel salieron a la cubierta, llevando consigo un poco más de una docena de frascos con un líquido color rojo magenta.

"¿Para qué son esos frascos?" preguntó Ray al verlos.

"Son las pociones para defendernos" explicó Edel, repartiendo dos frascos para cada uno "Pueden crearnos una inmunidad de treinta minutos de absorber maná sobre nosotros"

"Considero que es algo de poco tiempo... y solo tenemos un poco de poción para cada uno..." dijo Thorr.

"No hay que preocuparse por la cantidad" les tranquilizó Jhonny, "He vuelto a usar un hechizo de duplicación como el otro fruto que le dimos a Coral. Podremos preparar más en caso de que se nos acabe... al menos dos calderos más antes de que se nos acaben el resto de ingredientes. Oh, y Sparx..." sacó de entre los primeros frascos otro más, con un líquido color azul claro, "Este es para recuperarte de los mareos"

"Gracias rojito" le agradeció la libélula, recibiéndole y tomando un trago, "Humm... bayas azules..."

"Aún así... creo que será más que solo protegernos de ese ataque el pelear de nuevo contra Malphas..." comentó Cynder, lo que les puso algo tensos a todos.

"Cynder..." musitó Spyro.

"Bueno..." dijo Jhonny, "Cynder puede tener razón: parecía que ese Malphas tenía muchos más trucos luego de que le rompí su cetro. Tal vez no debí dejarle escapar..."

"No te sientas mal, nos salvaste a todos de un ataque masivo" le consoló Edel.

"Cierto, estábamos muy debilitados en esos momentos..." le dijo Spyro; y luego recordó algo importante, "Y creo que tengo una idea de cómo enfrentar a Malphas para la próxima vez: ¿recuerdan cuando el grito de Cynder se combinó con mi aliento congelante?"

"Sí... se combinaron de una forma muy extraña y consiguieron algo inesperado" recordó Lyra, "Y congelaron la mitad de tentáculos del Kraken"

"Wow, ¿en serio?" preguntó Ray. Spyro y Cynder asintieron.

"Es verdad..." dijo Thorr, "¿Recuerdan lo que dijo el maestro Terrador antes de llegar a Skycity? Pueden realizar poderosos ataques que combinan sus poderes elementales, o incluso para crear defensas que desafíen las leyes mismas de la naturaleza"

"Sí... Convergencia... pero..." dijo Jhonny, girándose hacia Spyro, "Creo que es algo diferente vuestra convergencia, ¿no es así?"

"Creo que sí... nosotros contra el Kraken usamos solo un poder a la vez cada uno" respondió el joven dragón, "Combinamos tanto hielo como miedo y congelamos más de lo que haría un ataque normal"

"Vaya, pues creo podría funcionar" comentó Edel.

"¡Bien!" dijo Ray, dirigiéndose a Thorr, "Oye viejo amigo, ¿qué tal si probamos en usar ese gancho eléctrico que hicimos con anterioridad?"

"Deja de agitar tus alas, Ray" le detuvo este, "Aquella vez pudimos porque aún éramos principiante. Hoy en día, nuestro maná ha crecido tanto como un guardián"

"¿Y qué tiene que ver eso?"

"Terrador también dijo la Convergencia es una habilidad que requiere más que solo habilidad individual" les recordó Cynder, "Debemos estar en sincronía y equilibrio entre nosotros, y cualquier falta de coordinación podría llevar a consecuencias desastrosas"

"¿Y cómo lograron hacerlo ustedes sin tanto esfuerzo?" preguntó Lyra.

"Es posible que se deba a la experiencia" supuso Jhonny, "Spyro y Cynder han batallado desde temprana edad y tienen tanta experiencia que para ellos es más fácil dominar hasta 4 elementos cada uno"

"Bien, ¿pero, y la sincronía entre ambos?"

"Oigan todos, no sé qué significa eso de convergencia, pero yo creo que estos dos ya están bastante sincronizados" interrumpió Sparx, aun comiendo sus insectillos, lo que hizo sonrojar un poco a ambos dragones.

"Pues entonces deberíamos practicar..." empezó a decir Ray, pero le interrumpió un bostezo, "Quizá mañana.... ¿a cuánto tiempo estamos de la siguiente ciudad?"

"La siguiente ciudad... es Glowridge" dijo Lyra, algo triste. Los demás recordaron de inmediato el porqué: era la parada de Lyra. Ray se quedó callado.

"Oh, amiga..." le dijo Edel, pues ahora, con Lyra, eran 3 sus mejores amigas (contando a Cynder y Ember), "¿No te puedes quedar? ¡Has sido una gran compañía durante el viaje!"

"Totalmente de acuerdo" le apoyó Sparx, haciendo una broma "Ya me aburría no tener a mi viejo colega Spyro para escuchar sus quejas"

"Sparx, ¿sabes que sigo aquí, verdad?" le cuestionó Spyro.

"De todas formas, aún queda un largo camino hasta Glowridge" indicó Jhonny, "Y aún hay tiempo para un poco de tiempo de compañerismo. Descansemos por ahora y por la mañana partiremos hacia la ciudad. Néstor, ¿los tienes?"

"Sí, joven maestro" respondió el topo, entregándole unos pergaminos, "Los he dibujado como usted me indicó"

"Gracias"

"¿Eh? ¿Para que son esos pergaminos?" preguntó Cynder.

"Medidas de seguridad" respondió Jhonny, colocándose un bolso en el cual guardaba el libro de hechizo y un par de cosas más, "No podemos bajar la guardia mientras dormimos. Esto puede detectar pensamientos malignos y crear una barrera. Lo leí en mi libro. Tomad, quédense uno, todos se conectan y nos alertarán"

"¿Por qué no nos dijiste antes?" preguntó Spyro, algo indignado.

"No tuvimos tiempo en realidad, lo planeamos cuando estaban desmayados, solo como precaución de que nos atacaran" les tranquilizó Edel, "Además, necesitábamos estar en ambiente rodeado de rocas, no en mar abierto. Vamos Jhonny, te ayudaré a colocarlos"

La pareja de fuego y hielo voló con dirección a las rocas cercanas, mientras que los demás ayudaban a Néstor a ordenar un poco antes de irse al dormitorio.

"Es una buena idea lo de estos sellos" le dijo Edel mientras adhería uno de los trozos de pergamino en los islotes cercanos.

"Sí, con esto estaremos más seguro" le respondió Jhonny, haciendo lo mismo.

"Cuando terminemos, ¿tienes un momento? Quisiera que tuviéramos un tiempo"

"Claro, terminemos para poder conversar en tranquilidad"

Así lo hicieron y, una vez terminado de colocar todos los sellos, ambos jóvenes dragones se sentaron sobre un islote. Jhonny entonces sacó de su bolso un par de pastelillos y los compartió con Edel.

"Vaya, gracias" le dijo ella, "Me encantan tus dulces. Y también es una suerte tener ese libro, ya sabes muchos hechizos"

"Sí, pero aún me cuesta algunos, incluso los más fáciles" le respondió Jhonny, comiendo igualmente, "¿Recuerdas el de desvanecimiento? No sé porqué no puedo... y se supone que debo aprender bastante para ser buen guardián..."

"No necesitas ser perfecto tampoco. Por ejemplo, mi padre le encanta la poesía, pero no es uno tan bueno y no se molesta por ello"

"Sí, tienes razón..." se rio el joven dragón, dejando de comer por un segundo, "Es solo que... antes lo estropeaba todo y tampoco tenía rumbo o ambiciones en mi vida... gracias ti y los demás eso cambió y... tengo miedo cometer un error: si eso sucede, ustedes..."

Pero Edel le interrumpió poniéndole una pata en la boca.

"No debes pensar así" le tranquilizó, "Lo hemos hecho bien hasta ahora, y mientras estemos juntos, todo irá bien, estoy segura"

Edel se acercó a Jhonny, y este, suponiendo lo que significaba, también se preparó para ello. Pero, en último segundo, uno de los pergaminos que habían sobrado empezó a brillar. Al notarlo, los jóvenes dragones interrumpieron su momento romántico y se pusieron en alerta.

"Vaya, vaya..." dijo una voz burlona, desde arriba de ellos, "Que parejita tan extraña... de igual forma me dan ganas de robarles todo su maná"

Los dos jóvenes miraron hacia el cielo, encontrándose con tres gárgolas oscuras y sobre estos estaban tres asesinos de élite, entre los cuales reconocieron el arma rota de Malphas. De inmediato, ambos dragones se sintieron acorralado: un enemigo había sido difícil... ¿ahora tres?

"Malphas..." dijo Jhonny, "Y has traído refuerzos esta vez..."

"Esta vez no tendrás tanta suerte en escapar..." le respondió este, "Te presento a mis hermanos: Draknar yVorax

"¿De modo que ese joven dragón es el que consiguió romper tu arma?" dijo el tal Draknar, "No veo nada especial en él, pero quizá si lo capturamos junto al dragón púrpura, tal vez pueda diseccionarlo para hallar su especialidad..."

"¿Diseccionar?" preguntó Vorax, aun riendo y mostrando sus dos garras, "Yo lo haré picadillo primero..."

Y, diciendo aquello, latigueó a su gárgola para lanzarse al ataque. Sin embargo, antes de que los alcanzara, la gárgola se estrelló contra lo que parecía una pared invisible y fue repelida hacia atrás, impactando con fuerza contra uno de los islotes. Antes del impacto, Vorax saltó hasta la gárgola de Maplphas, salvándose. Los sellos fueron realmente útiles.

"Tonto, ¿no has visto los sellos repartidos?" le cuestionó Malphas, "Caíste peor que un insecto"

"Uff, menos mal que esos sellos si sirvieron..." le susurró Edel a Jhonny.

"Descuida, nos libraré el camino primero..." dijo Draknar, levantando su arma, imbuyéndola de un aura oscura y lanzándola.

La espada doble salió girando como un búmeran filoso e, increíblemente, atravesó el campo de energía. A continuación, cruzó todos los islotes, despedazando varias rocas donde los pergaminos estaban adheridos, de modo que los removieron sin tocarlos. Lo curioso era que, a pesar de que la había lanzado, el arma se movía como si lo controlara sus movimientos a distancia con su mano. Cuando terminó de remover los sellos, ya no había nada que protegiera a los jóvenes dragones y el arma se dirigía a toda velocidad hacia ellos...

Muro de hielo!" exclamó Edel.

La joven dragona creó un muro de hielo enorme y consiguió detener el arma búmeran. Sin embargo, cuando creyeron que se salvaron, el hielo empezó a quebrarse y cedió al segundo siguiente. Jhonny y Edel alzaron vuelo de inmediato, esquivando el ataque.

"¡Ahora son míos!" exclamó Vorax, quien se había lanzado al ver a los jóvenes dragones volar.

Llamarada!"

Una potente ráfaga de fuego impactó sobre Vorax, arrojándolo contra uno de los islotes. Al girar la vista, todos vieron a Spyro, Cynder, Ray y Thorr volando hacia ellos.

"¡Chicos!" gritó Cynder, "¿Están bien?"

"El dragón púrpura y el Terror de los Cielos..." musitó Draknar, algo impresionado de verlos, "Son más pequeños que Malefor, que conveniente..."

Draknar entonces señaló a Spyro. Su arma pareció obedecer y voló con velocidad (aún girando como búmeran) en aquella dirección.

"¡Cuidado!" exclamó Thorr, "¡Bombardero terrestre!"

Flechas electrizantes!" atacó Ray.

Una lluvia de espinas rocosas y una serie de rayos eléctricos se lanzaron contra la lanza, pero estas los despedazó con demasiada facilidad. Cuando estuvo a punto de golpear a Spyro, Cynder le tomó de la pata y, usando sus poderes oscuros, se convirtieron en sombra y el arma no pudo tocarlos.

"Uff, gracias Cynder" le dijo Spyro a su compañera.

Algo amargado, Draknar ordenó a su arma a volver con su dueño.

"¡Esta es la mía!" pensó Jhonny, arrojando fuego contra Draknar. No obstante, Vorax, quien se había repuesto repentinamente, había saltado con potencia, se había cruzado en el ataque y protegido con sus garras.

Para empeorar las cosas, estas armas también poseían, cada una, un mini-orbe incrustado, parecido al que el joven sucesor de fuego había roto con anterior del arma de Malphas. Detrás

"¡Gracias por el subidón!" se burló Vorax.

Si bien las cosas no podían ponerse peor, así lo fue: las garras de Vorax empezaron a encenderse como si aquel ataque de fuego hubiera sido absorbido y ahora se hubiera fusionado con el arma. Ninguno de los jóvenes dragones podía creer la de habilidades que tenían esos tipos.

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