Capítulo 6: La esencia del maná
"Esto es una lata" dijo Nina mientras esperaba arañando un poco el suelo, "Tal vez aún no seamos mayores, pero no es justo: hemos vencido ya una vez a Malefor y no sería problema derrotarlo de nuevo"
"Esto... si no me equivoco, él te poseyó y luego casi matas a Drago" le recordó Rayla, "Luego, nos impactó con una serie de ataques que me duelen de nuevo de tan solo recordar"
"Escapamos porque todos unimos fuerzas en Nina" dijo Drago, "Seguro que, si unimos fuerzas de nuevo, podremos derrotarlo"
"Felicidades Drago por el plan" dijo Aurora en tono sarcástico, "Y, ¿cómo planeas entrar en el reino de la oscuridad?"
Drago se cortó: era cierto que la montaña de Malefor estaba reducido a rocas y no había ninguna magia que los llevara allí.
"Tu silencio me indica que no lo pensaste, ¿eh?" preguntó Aurora.
"¡Ay! tú siempre con tus deducciones" le respondió su hermano, "¿Tú no tienes idea?"
"Nada por ahora..."
"Entonces, estamos atascados" concluyó Flint.
En ese instante, los guardianes, Spyro y Cynder entraron en la habitación. Los jóvenes dragones se formaron y esperaron a que les hablaran.
"Skylanders, se les solicita su presencia en el salón de reuniones" dijo Thorr.
(Segundos después...)
"¡¿Qué?!" dijeron todos los jóvenes.
"¿Cómo que vamos a traer un aliado del pasado?" preguntó Nina, "¿No participaremos en las luchas?"
Ignitus, en la habitación del centro de la habitación contestó:
"Si bien han demostrado que tuvieron gran fortaleza y unión para derrotar a Malefor una vez, las cosas nunca pasan dos veces del mismo modo. Además, los enemigos a los que nos enfrentaremos no son fáciles y ustedes aún no han dominado completamente su maná"
"Pero, podemos lanzar ataques y todo eso..." dijo Drago.
"Drago, ¿has olvidado la tercera regla del maná?" preguntó su madre.
"El espíritu guerrero hace crecer el maná. Sí, lo recuerdo..."
"Bien pero, ¿qué me dices de la regla especial?" preguntó su padre.
"Bueno..."
Nina vio a Drago bastante nervioso: tal vez era fuerte, pero le faltaba algo de... estudio. Por su parte, él ya supuso que sería Aurora la que respondería:
"El espíritu guerrero puede ir más allá de solo su fuerza, sus sentimientos, sus habilidades, su elemento o sus instintos. Para controlar efectivamente el maná se debe hallar la esencia de la misma, superando todos los sentidos"
Drago se sintió tonto cuando su hermana respondió.
"Sí, lo recuerdo..." dijo Nina, "También la memoricé, pero no entiendo cómo se hace eso"
"Es cierto que ya una vez consiguieron unir su maná para derrotar a Malefor" les dijo Spyro, "Pero liberar ese poder los dejó agotados, necesitaban más entrenamiento"
"Pero, hemos entrenado bastante..." empezó a decir Flint.
"Es cierto y por eso, antes de enviarlos a una guerra, deben demostrar que pueden hacerlo" interrumpió Thorr, "Cuando completen su segunda y su tercera prueba, estarán listos para volver y ayudarnos en la confrontación final. Hasta entonces, nosotros reuniremos nuestro ejército y combatiremos con los Oscuros"
"Un momento, ¿y la primera?" preguntó Rayla.
"Tal vez no lo hayan notado" dijo Ignitus, "Pero, cuando derrotaron Malefor, superaron la primera prueba: la perseverancia"
Los jóvenes se miraron los unos a los otros muy sorprendidos ante esa revelación
"Ahora... su siguiente prueba es la de la reflexión, es decir, encontrarse consigo mismo" continuó Ignitus, "Para ello, deben ir al congelador de Dante. Debajo de sus cuevas, más debajo de donde Spyro derrotó al rey de hielo y salvó a Volteer, hay una cueva secreta que solo los guardianes de hielo conocen cómo abrir: la Cueva del Reflejo"
"Significa que... ¿vendrás con nosotros, mamá?" preguntó Aurora.
"Lo siento, pero mañana debemos reunirnos con el gran consejo de Skycity para prepararnos para la guerra" contestó Edel, "Pero su abuelo Cyril los estará esperando y los guiará hasta la entrada. Tengan cuidado: la cueva se transforma en laberinto y es complicado salir de ella"
"De acuerdo..." dijo Nina, algo nerviosa.
"Nina, no te preocupes, solo ten fe en que puedas conseguirlo" le apoyó Cynder.
La dragona recuperó confianzas, pero justo en ese momento, una sacudida hizo ponerse a todos en alerta.
"¡¿Un ataque?!" dijo Spyro.
(Afuera del templo...)
Un gran ejército de gárgolas y asesinos espectrales oscuros estaba lanzando bolas incendiarias al templo. Varias zonas prendían con el solo contacto. Todos salieron a enfrentarlos.
"Edel" le dijo Jhonny, "Por favor, ya sabes qué hacer"
"De acuerdo, me encargaré del incendio" contestó ella, "Ustedes, encárguense de ellos"
La dragona de hielo levantó vuelo de inmediato y empezó a utilizar su aliento de hielo para apagar el fuego de las torres del templo. Por su parte, los demás se apresuraron y se dividieron para acabar con los invasores.
(PoV de Spyro)
Para Spyro, no era la primera vez que atacaban el templo frente a sus narices, por lo que la batalla se lo tomó bastante en serio: no podía permitir que ese lugar tan especial sea destruido de nuevo.
Al tomar vuelo, una gran horda de asesinos espectrales montados en gárgolas le rodeó e intentó herirlo con bombas humeantes de un color verde pantano. No obstante, así como había crecido, había ganado experiencia, además que esta vez no había campo de fuerza que lo debilitara. En un segundo, había esquivado los ataques y lanzado una poderosa llamarada que derribó a los enemigos en menos de un minuto.
Pero, como en la ciudad, parecía que por cada enemigo que derrotaba, dos más aparecían para respaldarlo. En un momento de descuido, un asesino estuvo a punto de dañarlo, pero Cynder le aturdió con un grito de miedo.
"¿Necesitas ayuda, Spyro?" le preguntó ella.
"Hace tiempo que no luchamos juntos, Cynder" sonrió Spyro, "Será como en los viejos tiempos"
"La diferencia es, que no estamos encadenados"
Agitando violentamente sus alas y resoplando con todo su poder, Cynder provocó una poderosa ráfaga de viento a la cual se le combinó una fría brisa de Spyro. El resultado fue una poderosa ventisca helada que congeló todo a su paso.
"Y, este trabajo en equipo es tal y como lo recuerdo" se alegró Spyro chocando patas con Cynder.
Pero la victoria les duró poco: de repente, una sombra veloz se atravesó el cielo y le dio un golpe a Spyro. Cynder le ayudó a mantenerse en vuelo cuando casi pierde el equilibrio.
"¿Qué fue eso?" preguntó Spyro.
Se escuchó un gruñido como de alguien que está molesto. Luego, una especie de portal oscuro apareció frente a ellos dos, y de este salió un dragón negro con varias cicatrices y tatuajes en el cuerpo. Algo les decía que era uno de esos nuevos generales oscuros.
"¿Quién eres tú?" le preguntó Cynder, manteniendo su defensa.
"No me interesa decirte quien soy" le contestó este de una forma grosera, "Lo único que quiero es matarlos a todos para volver a mi maldita vida de nuevo..."
Generando fuerza en su cuerpo, electricidad oscura empezó a acumularse en sus garras delantera, creando unas garras aún más grandes echas de su misma oscuridad.
El desconocido se abalanzó contra ellos y Cynder hizo lo mismo. Si bien Cynder tenía más experiencia con oscuridad, al intentar lanzarle un escupitajo de veneno, este pasó por su cuerpo, como si fuera un fantasma. Antes de darse cuenta por qué el ataque falló, el enemigo pasó por su lado dándole un golpe con sus garras que le causó un fuerte daño.
"¿Cómo...?" se preguntó Cynder mientras se tocaba su costado herido, "No pude tocarlo..."
"¡Cynder!" gritó Spyro abalanzándose contra el oscuro.
El dragón púrpura lanzó una descarga de rayos, pero este también pasó por su cuerpo como si fuera un fantasma. Spyro se detuvo por un momento y analizó la situación:
"Nuestros ataques le atraviesan, pero se hace tangible para atacarnos..."
Pero antes de que pudiera seguir pensando, el dragón cruzó el cielo con suma velocidad y levantó ambas garras hacia Spyro. Este, previniendo su atauque, los detuvo antes de golpearle.
"¿Eso es todo...?" preguntó el enemigo.
Spyro hacía todo lo que podía en retenerlo, pero las garras despedían tal negatividad que se asemejaba al contacto de un cristal oscuro. No se debilitaba, pero sí le estaba provocando daño.
"No podré resistir mucho más..."
Cynder se recuperó y atacó, pero el enemigo se volvió intangible de nuevo y atravesó a Spyro. La dragona detuvo su ataque a unos centímetros de la cara de Spyro.
"Oh, lo siento" dijo ella, "Eso estuvo cerca"
"No te preocupes, Cynder" respondió.
Ambos volvieron la mirada al enemigo oscuro.
(Mientras tanto...)
En el patio exterior, los jóvenes dragones se enfrentaban a un grupo pequeño de espectros que habían conseguido entrar al templo.
"¡Toma esto!" gritó Drago lanzándole una bola de fuego a uno de ellos, "¿Son todos?"
Nina acababa de darle un golpe fuerte con su cola a otro de los espectros. A su lado, Flint había aplastado a un par más.
"Creo que son todos..." dijo exhausto.
"¡Nina, mira allí! gritó Aurora.
Nina vio a sus padres en problemas.
"¡Mamá!" gritó.
En ese instante, el dragón dio la vuelta, fijándose en ellos. Una sonrisa malévola se dibujó en su rostro, mostrando dientes filudos.
"Ustedes han sido muy fáciles de vencer" les dijo a Spyro y Cynder, "Pero les perdono la vida... aunque quiero comprobar si los huesos de los niños dragones son tan frágiles de romper como los de los humanos..."
"¡¿Qué dijiste?!" gritó Cynder, indignada.
"Los niños solo son inmundicia en mi mundo, no sirven para nada más" se burló como un enfermo, "Me gustaba escuchar sus huesitos crujir con cada atizada. Bueno, es hora de probar mis nuevas garras, ¿cómo sonaran con los de un niño dragón?"
El dragón solo empezó a reírse y rápidamente voló hacia Nina, quien estaba en la defensiva. Sin embargo, Thorr le cerró el paso.
Antes de que el Oscuro se enfrentara al Guardián de la tierra, sintió algo extraño en su cuerpo: Cynder, quien utilizó su elemento Sombra, le había travesado a una velocidad casi imperceptible. Al estar atontado por ello, Thorr aprovechó y le lanzó un misil terrestre al enemigo.
Aunque el Oscuro preparó su habilidad especial, algo había pasado: su cuerpo ya no era intangible y recibió el ataque de lleno.
"Maldita sea... ¿cómo sucedió?" se preguntó.
Cynder se le puso en frente.
"Tu no eres el único que se convierte en fantasma" le dijo, "Eres un monstruo, ¿cómo te atreves ha hacerle daño a un niño? Nunca pensé que hubiera un humano así"
"Así, es nuestro mundo" se rió el Oscuro como un maniático, "No soy el único que le encanta su trabajo. Si veo un niño, lo uso fácilmente..."
"Entonces no eres más que un abusador..." dijo Jhonny acercándose con los demás guardianes, quienes acababan de vencer al pequeño ejercito y ahora rodeaban al enemigo para evitar que escape.
"Vaya... el mitad humano... me contaron sobre ti... ¿acaso vienes a matarme? ¿acaso odias a alguien como yo?"
"Realmente detesto a los tuyos, pero no voy a hacer justicia como si estuviéramos en mi mundo. Eso no me corresponderá a mi... es todo tuyo, Spyro"
Spyro, ya recuperado, le plantó cara al dragón oscuro.
"No me voy a quedar solo mirando" dijo el Oscuro, "Prueba esto... ¡Salamandra satánica!"
El enemigo escupió una especie de salamandra negra por la boca que se dividió en varias a la vez, era grotesco porque las cosas se movían y tenían ojos desorbitados. Pero él no tenía idea de con quién se metía.
"Y tu prueba esto... ¡Furia Ether!"
La exhalación Ether de Spyro había mejorado hace años, más específicamente luego de la batalla contra Simian. Si bien, durante la batalla en la montaña, tanto él como el resto de los guardianes, el campo de fuerza no permitió usar sus poderes al cien por ciento, esta vez no había nada que se lo impidiera.
Al igual que la exhalación del guardián del fuego, el ataque se convirtió en un dragón, pero a la vez se dividió en varios más. Furiosos y poderosos, los dragones se lanzaron hacia el ataque del enemigo y lo superaron, destruyendo al enemigo en el proceso. Solo se escuchó un grito de dolor del Oscuro antes de desaparecer.
Spyro, luego del ataque, se sintió un poco mareado, pero Cynder le sostuvo antes de que decayera. Todos pudieron descansar... por ahora.
(1 hora después...)
Todos habían regresado adentro. Por fortuna, la remodelación del templo lo había hecho más resistente a un ataque y, además, todos apoyaron en su defensa.
"Dos menos, quedan once" comentó Ray, "Vaya, no era broma eso de que no se están confiando con cada batalla, ¿qué pasaría si vinieran todos juntos?"
"No quisiera ponerme en esa situación" dijo Thorr.
Cynder parecía algo molesta por esa última batalla.
"¿Te sucede algo, Cynder?" preguntó Edel.
"Bueno... aún no me puedo creer que ese sujeto quisiera hacerle daño a un niño" respondió, "¿Qué clase de sujeto era?"
"Uno de la peor clase" respondió Jhonny, "Estaba enfermo, pero no por algo tan trivial: su deseo por hacer daño podía más que su conciencia y ofuscaba su mente. Es el tipo de sujetos que no le importa qué deba hacer para satisfacer sus deseos. Luego, entregó su corazón a la oscuridad y finalmente pereció por la decisión que tomó"
"Lo haces sonar muy reflexivo..." mencionó Spyro.
"Es cruel realidad que se vivía todo el tiempo en mi mundo. Pero ahora, dejemos eso a un lado. Jóvenes dragones, ¿están dispuestos ha realizar la misión encomendada?"
Nina, Drago, Aurora, Rayla y Flint dieron un paso al frente.
"Estamos listos" dijeron todos.
"Bueno, pues tenemos fe en ustedes" les dijo Ignitus, "Deben superar la prueba de la reflexión para encontrar la esencia de su maná. Y recuerden: deben obtenerla por su propia cuenta, no de alguien más"
"De acuerdo" dijeron ellos.
"Bien, ahora..." continuó dirigiéndose a Spyro, "Spyro, Cynder, Jhonny, Edel, Ray, Thorr... hablen con el consejo y reúnan a los ejércitos. Con lo que se ha sucedido hoy, nunca sabremos cuando atacará el enemigo y cada batalla parece más dura que la anterior"
"Esta bien Ignitus..." dijo Spyro, "Me parece que tendremos mucho que hacer mañana..."
Y con eso, todos se fueron a descansar para los desafíos del día siguiente.
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