Capítulo 4: Fuego vs Acero
Jhonny sostenía firmemente la cadena que estuvo a punto de atacar a Spyro. Rea se quedó por un momento impactado, mientras que Spyro estaba aliviado.
"Lamento la tardanza" dijo Jhonny a Spyro, "Necesitaba ese tiempo de meditación..."
Luego, sin previo aviso, atacó las cadenas de Spyro con un golpe de sus garras. El chocar de las garras con el metal hizo saltar chispas, pero logró despedazarla. Spyro salió y mucho mejor luego de extender sus alas.
"Uff" dijo Spyro, "Mucho mejor, me confié... Ah, es verdad... Jhonny, ese sujeto trabaja para Malefor"
"¿Malefor?" preguntó Jhonny no muy sorprendido, "Eso lo explica..."
"¿Lo explica...? ¿Qué quieres decir?"
"Te cuento luego" dijo Jhonny, "Regresa a la ciudad, necesitan ayuda. Yo me haré cargo de él"
"¿Tú solo...?"
Spyro le puso una pata en el hombro, como diciendo que no podía dejarlo pelear solo.
"No te preocupes, amigo" le contestó Jhonny, "Sé cómo lidiar con él"
No sabía si era un exceso de confianza o es que seguramente tenía un plan en mente, pero sabía que debía confiar en su amigo, de tal manera que se regresó a apoyar a los habitantes de colmillo de guerra. Mientras lo veía irse, Jhonny sintió un tirón: Rea estaba jalando de vuelta la cadena.
"En una cacería el orden de los factores no altera el producto" se rió este mientras trataba de jalar a Jhonny quien tenía la cadena en la pata derecha.
"No me queda duda..." dijo Jhonny sin inmutarse, "Esa frase solo la conoce un humano. Entonces, ¿quién eras antes de ser un dragón?"
"Aaaa... vaya poder de deducción. Malefor tenía razón: un dragón aquí es mitad humano..."
"Y también trabajas para Malefor" continuó Jhonny aún sin inmutarse del aumento del tirón, "¿Qué te ofreció a cambio?"
"¡¿Eso te debería importar?!" gritó Rea antes de atacar.
Con un movimiento de su garra derecha, lanzó una nueva ráfaga de cadenas, Jhonny extendió sus alas al mismo tiempo que se liberó de las que lo tenía atrapado. El primer y segundo ataque fue fácil de esquivar; sin embargo, todo era una trampa: un ataque imprevisto de una de las gárgolas le hizo pararse, e inmediatamente su cuerpo quedó encadenado.
"Un ataque sin honor..." dijo Jhonny.
"¿Honor?" se burló Rea, "No juego limpio. Yo solo hago lo que necesito hacer para ganar"
"Como cualquier cazador furtivo... ¿ese era tu antiguo trabajo?"
"Adivinaste: antes era un simple cazador, trabajaba con mi jefe para convertir terrenos animales y de tribus aborígenes en lugares como establecimientos, fábricas, plazas, etc. Mi trabajo era quitar de en medio a los animales, y de paso adornar mi casa..."
"Eres un monstruo: solo cazando por diversión... los animales estuvieron antes de ti en el mundo y los tratas como premios..."
"¿No es lo que las bestias hacen? ¿El más fuerte devora al débil? Es raro que hables de decirme monstruo considerando que eres mitad dragón y mitad humano. Pero no importa, serás una de mis mejores capturas..."
Rea hizo que las cadenas rodearan al dragón. Sin embargo, cuando trató de jalarlo de vuelta, este no se movió.
"No trates de resistirte..."
Al instante, las cadenas empezaron a electrificar y drenar maná. El enemigo ya pensó que tenía ganada la batalla; no obstante, Jhonny empezó a reírse.
"¿De qué te ríes?" preguntó Rea, "Tu maná está siendo absorbida, ¿acaso te rindes?"
"Ja, ya quisieras" le contestó, "Eres nuevo por aquí y recibiste esos poderes espontáneamente si acostumbrarte a ellos. Además, soy un guardián y un maestro de los jóvenes dragones, y hay cosas que debes saber sobre el maná..."
Rea intentó tirar con más fuerza, pero no consiguió nada.
"Primero, el maná es la manifestación de la energía mágica interior. Segundo, el maná no es una fuente de reserva que mides cuanto usar o cuanto reservar. Y tercero..."
Con un simple tirón, Jhonny despedazó las cadenas de su pata derecha e, inmediatamente, la de su pata izquierda.
"Mientras más espíritu tiene el guerrero, ¡más puede hacer crecer su maná!"
"¿Cómo?" preguntó Rea, sorprendido.
Luego, agarrando las cadenas aún electrificadas que le rodeaban el cuerpo, las rompió como si fueran de cristal.
"Es lo que le enseño a los jóvenes dragones" se rió Jhonny, "Además, esas descargas no son nada en comparación de un ataque eléctrico de un amigo guardián, con quien practiqué varias veces"
"¡¿Qué dices?!" preguntó el enemigo sorprendido.
"Y eso no es todo" continuó, "Rodeé mi cuerpo con una onda de calor que las dañó aún más desde el primer momento que me encadenaste, claro, sin que lo notaras"
"Solo... ¿fingiste para que hablara?"
"Recién te enteras, que listo" se burló Jhonny.
"¡Me las pagarás!" rugió Rea, "Te mataré con mi ráfaga de cadenas-espina"
El resto de las cadenas de su cuerpo se separaron y se agitaron como los tentáculos de un pulpo; luego, brotaron espinas de acero. Luego, se juntaron para atacar con un solo golpe.
"Si eso quieres, te enseñaré la capacidad del poder guardián" le contestó Jhonny, "Te atacaré con mi mejor ataque"
En ese instante, las alas del guardián se prendieron en llamas y las agitó al tiempo que se escuchaba gritar:
"¡Dragón ardiente!"
Una enorme bola de fuego salió de su cuerpo, pero, en mitad del vuelo, se convirtió en una cabeza de dragón abriendo las fauces. Las cadenas nunca llegaron a tocar el contraataque: se derritieron a pocos metros de impactar, lo que dejó vía libre. Rea solo miró asustado antes de que el ataque le diera de lleno y una enorme explosión cubriera el cielo.
Al segundo siguiente del impacto, el cuerpo del dragón enemigo cayó cerca de un lago cerca de la ciudad, junto con los restos de sus cadenas, que se evaporaban en un humo oscuro. Cerca, Jhonny aterrizó y, al segundo siguiente, Spyro.
"¿Cómo están las cosas en la ciudad?" preguntó Jhonny.
"Las gárgolas se retiraron justo antes de ver ese impacto" explicó Spyro, "¿Qué fue eso?"
"El resultado de una técnica que hace tiempo estaba practicando hace ya un tiempo. Me costó dominarla, porque nunca había sido hecha en la realidad o aquí. Pero dejemos eso a un lado, ¿cómo te sientes?"
"Algo mejor, aunque no puedo decir lo mismo de él..."
Rea estaba agonizando mientras Spyro y Jhonny se le acercaban. Luego, al minuto siguiente, se empezó a reír.
"Así que decides traicionar a tu antigua raza para unirte a las bestias..." dijo burlándose.
"Tú ya dejaste de ser humano desde el momento que mataste por diversión" le advirtió Jhonny, "Tú eres la bestia. Y ellos, mis amigos"
Rea continuó riendo, pero luego soltó un grito de dolor.
"Bueno, supongo que el cazador ha sido cazado esta vez" dijo, "De cualquier forma, les daré una recompensa... una recomendación: No soy el único, los otros doce será más precavidos con ustedes..."
"¿Doce...?" preguntó Spyro preocupado, "Pero, ¡ya no queda ninguno de sus seguidores!"
"Consiguió nuevos, de un lugar que conoce tu amigo..."
Spyro miró a Jhonny, bastante desconcertado. Este respondió:
"Almas humanas caídas en la oscuridad, ciegas por la avaricia y el deseo de poder... ¿Y los humanos aceptaron? Creí que no se podía caer más bajo..."
"¿Y tú nunca caíste tan bajo... como nosotros?"
Jhonny reflexionó y respondió:
"Admito que soy mitad humano y alguna vez que otra fui tentado o influenciado por algo cercano, pero esos sentimientos quedaron anulados por la luz que tengo con mis seres queridos que me rodean. Y no caeré como ustedes"
"Bueno, qué más da..." se escuchó otro sonido de dolor, "Así como nuestro mundo, este está a punto de sufrir otra guerra... y esta vez, la oscuridad cubrirá su mundo..."
Y, dando otro grito de dolor, expiró. En un minuto, nadie dijo nada. Luego, el cuerpo se desvaneció como si se tratase de cenizas.
"Pobre alma... ¿era necesario?" preguntó Spyro.
"Lo lamento, en mi mundo, está mal herir a los semejantes" explicó Jhonny, "Pero si no lucho, muchos más pueden salir heridos o morir incluso. Además, no es mi culpa lo que le pasó: su deseo de poder selló su destino"
"Si, supongo... Pero, eso del regreso de Malefor, generales oscuros, una nueva guerra, ¿será verdad?"
"Bueno, debemos regresar al templo del dragón para reagruparnos y discutir sobre ello. Y, si Malefor sigue vivo y planea una nueva guerra, debemos reportarlo al Gran Consejo de Skycity"
Spyro, dándose cuenta de que no tenían opción, asintió. Y luego, juntos, regresaron rápidamente a la ciudad.
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