Capítulo 34: La batalla aún no termina

(Mientras tanto...)

Malefor estaba aún elevando su maná hacia el cielo, causando que cada vez más y más el mundo quede cubierto en completa oscuridad. La tierra temblaba de caos. El siguiente paso era, una vez la oscuridad reinara, la resurrección del destructor, aunque le llevaría un tiempo...

Pero antes de que continuara pensando en sus planes, un disparo de fuego se aproximó hacia él explotando a un metro de distancia y quemándole con los restos. Esto enfadó mucho al maestro Oscuro, haciendo que descendiera fugazmente hacia el autor de ello.

No obstante, se encontró con una sorpresa mientras caía con tanta fuerza que destrozaba el suelo: Nina, Sam, Ash, Drago, Aurora, Rayla y Flint estaban esperándole. No se veía rastros de los guardianes, Malefor creyó que los había destruido.

"¡¿Aún no han aprendido todos ustedes que no me pueden destruir?!" les gritó el maestro Oscuro, "¿No les han enseñado que no pueden ganar todas las batallas?"

Nina, dispuesta a demostrarle su error:

"Es cierto, no podemos ganar todas las batallas..." le dijo mientras emitía su maná.

"... pero hay un elemento que nunca falta en ellas..." continuó Drago.

"Es el espíritu que ponemos cuando luchamos..." siguió Ash.

"Y siempre nos levantaremos..." dijo Rayla.

"Incluso con los huesos rotos..." dijo Flint.

"Nunca nos rendimos..." les apoyó Aurora.

"Y nuestro maná resplandecerá..." terminó Sam.

Malefor estaba descuidado: había escuchado el discurso de los Skylanders ya que quería doblegar esa determinación que tanto los distinguía, que se había olvidado completamente de Spyro o los demás. Ese fue un gran error.

No obstante, la recarga de energía que recibieron hace un momento no había sido suficiente para los jóvenes dragones

"Son bastante persistentes..." dijo Malefor mientras emanaba maná en un pequeño orbe, "¡Rugido...!"

Pero no logró completar su técnica, pues en ese preciso momento, Cynder, Jhonny, Edel, Ray y Thorr se colocaron a sus lados y espalda. Spyro por su parte, se puso entre los Skylanders y él. Todos hacían crecer su maná con el espíritu guerrero que mostraban.

"¡Ahora!" gritó Jhonny golpeando el suelo y expulsando la mayor cantidad de maná que podía. El resto hizo lo mismo.

Sello de cinco dragones elementales!" gritaron los cinco.

Los maná de fuego, hielo, tierra, electricidad y oscuridad se transformaron en columnas con cabeza de dragón que amarraron a Malefor como sogas de energía. El maestro Oscuro rugió de ira mientras le detenían las cuatro patas y el cuello.

"¡Malditos...!" gritó mientras trataba de liberarse.

"¡Su turno, Spyro... jóvenes!" gritó Cynder.

"¡Sí!" gritaron Spyro y los más jóvenes mientras encendían su espíritu también.

Sombra Dragón!"

Rayo fulminante!"

Ira de la naturaleza!"

Furia helada!"

Explosión de llamas!"

Dragón Ardiente!"

Meteoro Fulgor!"

Ether máximo!"

Como la vez anterior, los siete ataques de los jóvenes dragones se convirtieron en un solo rayo multicolor. Pero, esta vez, fue envuelto en el maná Ether de Spyro y también Malefor no pudo defenderse. El golpe impactó en su cuerpo, pero estaba tan cubierto de oscuridad que parecía una membrana de la misma. El ataque combinado sacaba chispas al tocar la oscuridad.

"¡No se rindan!" gritó Spyro comandando a los más jóvenes.

"¡Sí!" contestaron al unísono ellos.

Pero Malefor no se rendía aún: moviendo ligeramente la garra donde tenía el orbe, lo hizo elevarse.

Rugido Oscuro!"

El devastador ataque cayó sobre todos... incluido Malefor. Estaba dispuesto ha atacarse con tal de liberarse. Todos gritaron de dolor, pero no se detuvieron: estaban dispuestos a continuar reteniendo a Malefor y los otros a destruirlo.

Finalmente, la membrana de oscuridad fue penetrada y el golpe le dio de lleno a Malefor, causando una gran explosión, pues aún estaba activa la energía del rugido oscuro. La potencia fue tan fuerte que se sintió a kilómetros, incluso en la ciudad. Cuando terminó, una gran nube de polvo cubrió el lugar.

Spyro se levantó y agitó sus alas. Desde otro lado, Jhonny y Ray hicieron lo mismo. Cuando encontraron a Cynder y Edel derribadas en el suelo, Spyro y Jhonny se preocuparon. Por fortuna, estaban vivas, pero se habían quedado exhaustas. También encontraron a los jóvenes dragones debilitados en el suelo.

"Están bien" concluyó Thorr, quien estaba un poco herido, pero bien, "Están muy cansados, pero estarán bien..."

"Oigan amigos" dijo Ray mirando el cielo, "¿No se supone que hemos vencido a la oscuridad?"

Entonces, todos miraron al cielo y comprendieron: las nubes cargadas de maná oscuro aún persistían. Sin embargo, lo peor fue cuando escucharon un ruido de dolor detrás de ellos y descubrieron lo peor: Malefor continuaba vivo. Su oscuridad se había reducido por tanta luz proveniente del choque de poderes y parecía muy débil.

"¡Una y otra vez...!" les gritó a los sobrevivientes, "Siempre hay alguien que entorpece mi creación del mundo. Spyro... Cynder... Nina... y todos ustedes..."

"Eso crees tú" le contestó Spyro, "Nosotros peleamos porque queremos proteger la destrucción que quieres causar para traer nueva vida..."

"No es necesario destruir la vida para forjar un mundo mejor Malefor" le apoyó Jhonny, "Siempre hay alternativa"

Malefor jadeaba, pero no quería escuchar. Sin embargo, pareció cambiar de idea por un minuto, de modo que dijo:

"Sí... hay alternativa... le pondré fin desde el centro... ¡Estrella roja necros!"

Terra escudo!"

Malefor atacó, pero Thorr logró defender a sus amigos a tiempo. Por fortuna, se había comprobado que Malefor estaba débil sino hubiera sido imposible detener ese último ataque. No obstante, el maestro oscuro impactó sobre la tierra, en el agujero donde estaba hace unos minutos.

Una gran luz salió del agujero y Jhonny pudo percibir una gran honda de calor proveniente de allá abajo. Sin embargo, Malefor no tuvo ningún miedo y voló hacia allí abajo.

"Le pondrá fin desde el centro..." repitió Thorr, "¡Oh no! ¡Va al núcleo de la tierra!"

"Si llena de oscuridad el núcleo, el mundo quedará en completa oscuridad en unos minutos" dedujo Ray, "Y si lo ataca, ¡destruirá todo!"

"Debo ir a detenerlo" dijo Spyro acercándose al hoyo que había hecho Malefor, "¡Regresen a la ciudad, yo seguiré desde aquí!"

Pero las llamas le impedían el paso. A pesar de que había crecido, aún no podía atravesar una gran capa de fuego.

"Si continúas, quedarás hecho cenizas, Spyro" le detuvo Jhonny.

"Aún así, debo ir" le explicó Spyro, "Malefor está débil y puede ser la última oportunidad de detenerlo"

"Lo sé, amigo. Por eso te acompañaré esta vez"

"Pero..."

Hubo un segundo en que Spyro recordó la ocasión cuando perdió a Ignitus gracias a una pared de fuego. Sin embargo, Jhonny irradió su maná hasta hacerlo del mismo nivel de calor que el fuego que protegía el núcleo.

"Ya te lo dije: no soy Ignitus" comentó Jhonny, "Pero estoy dispuesto a luchar hasta el final por un futuro mejor en este reino. Le debo bastante a cada uno de ustedes... no moriré por este fuego: mi espíritu arde más fuerte que él. Ahora, ¿a qué esperas? Vamos"

"Jhonny" le dijo Spyro antes de saltar, "Gracias. Eres un gran amigo y, de verdad, mi padre no se equivocó: te mereces el puesto de guardián"

Entonces, los dosjuntos se lanzaron y se engulleron el muro de fuego mientras los que estaba aúnconscientes (Ray y Thorr) les deseaban suerte. 

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