Capítulo 32: El renacer de la Oscuridad
Malefor escaneó con la vista todo a su alrededor: el campo de batalla, los restos de sus ejércitos, varios de las fuerzas de Warfang y el resto de las ciudades aún agotadas por la guerra y, para su placer, a Spyro, Cynder, Nina, tres de los guardianes y los jóvenes dragones.
"Spyro... Cynder... Nina..." sonrió maliciosamente Malefor, "Y los demás... es bueno verlos a todos de nuevo..."
"Malefor..." gruñó Cynder.
"Cynder, ten cuidado..." le previno Spyro, "A mí también me hierbe la sangre, pero no podemos atacar alocadamente"
Malefor rugió y una poderosa furia de fuego surgió y arrasó todo a su alrededor (amigos y enemigos). Por fortuna, Thorr consiguió protegerlos a todos con un mega escudo de tierra, pero este quedó negro por las marcas de carbón que había dejado el ataque.
"Eso... estuvo cerca..." musitó cansado.
Y no era el único: las batallas contra los Oscuros les habían dejado al borde del agotamiento. Ese era el plan de Malefor. Utilizar a los Oscuros para recolectar los cinco tipos de maná y usarlos como receptáculos de la oscuridad. Incluso si eran derrotados, habrían dejado a los dragones bastante cansados de sus peleas.
"Veo que aún les quedan energías para continuar..." dijo Malefor.
Al instante, lanzó una torrencial lluvia de témpanos de hielo. Spyro trató de contraatacar.
"¡Explosión de fuego!"
El fuego colisionó con el hielo y se neutralizaron el uno con el otro. Teniendo la oportunidad, Cynder y Nina se movieron a un costado de Malefor.
"¡Tormenta congelante!"
Sin notarlo, Edel paralizó y congeló el ala izquierda de Malefor para evitar que escape. Mientras que Thorr, pisando fuertemente la tierra, hizo que esta retuviera las patas de Malefor.
"¡Dragón Sombra!"
"¡Colmillo Relámpago!"
Cynder y Nina atacaron por el costado derecho mientras que Ray, Flint y Rayla atacaron por la espalda. Todos los ataques dieron en el blanco. Sin embargo, pasado unos segundos después de que el humo se despejó, una esfera de Ether oscuro rodeaba a Malefor: un campo de energía.
"Muy inteligentes..." se burló Malefor, "Pero todas las batallas que han tenido las he observado con detenimiento mientras mi cuerpo se restauraba... prueben algo de esto..."
Malefor concentró una gran cantidad de maná oscura en una pequeña esfera que sostenía en la garra izquierda. Luego, levantó y esta se elevó mientras el gritaba:
"¡Rugido Oscuro!"
La pequeña esfera estalló y creó un anillo en el aire. Más rápido de lo imaginado, una insoportable onda de sonido llenó el campo de batalla. Los dragones, al oírlo, gritaron de dolor: no solo los oídos, sino también los huesos y músculos temblaban de dolor. Luego, vino lo peor: una enorme sombra oscura con forma de dragón descendió de donde procedía el sonido e impactó sobre los héroes.
Después del ataque, Spyro se sentía como si le hubieran molido a golpes todo su cuerpo. A su alrededor, todos sus amigos también gemían de dolor. Sin embargo, el dragón púrpura no estaba dispuesto a rendirse, de modo que, haciendo uso de su fuerza de voluntad, se levantó.
"No has cambiado en nada, Spyro..." le dijo Malefor, "Siempre queriendo ser la leyenda que de cambio a nuestra especie"
"No se trata de ser leyenda o no" contestó Spyro emanando maná, "Se trata de hacer lo correcto: no dejaré que destruyas el mundo..."
"Así es..." dijo Cynder también levantándose, "Ya has causado mucho daño a todos los habitantes del mundo, no quiero que nadie vuelva a caer en la misma oscuridad a la que me condenaste..."
"Tú también Cynder..." dijo Malefor con una cara de ira y emanando también maná de oscuridad, "Está bien... ¡los destruiré a todos!"
Malefor rugió y su maná llenó todo el espacio, incrementándose espantosamente. Era como estar en una tormenta de nieve, con la diferencia de que todo era oscuridad. Antes de que Spyro incrementara sus poderes de nuevo, Malefor se había transportado frente a él y le había dado dos golpes con sus garras y otro con su cola.
"¡Spyro!" gritó Cynder.
Sin embargo, no pudo seguir gritando, pues fue el siguiente objetivo de Malefor. El primer golpe lo logró esquivar, pero el otro fue más rápido que su vista. Y Malefor no había acabado:
"¡Necro cadenas!"
Dos calaveras aparecieron a sus costados y escupieron cadenas oscuras. Cynder quedó atrapada, sintiendo como las cadenas apretaban dolorosamente cada una de sus escamas.
"Eso está mejor..."
"¡Dragón gélido!"
Edel se había levantado también y atacó a Malefor mientras tenía la guardia baja, pero el maestro Oscuro detuvo el ataque con ambas garras y luego, procedió a contraatacar:
"¡Estrella roja necros!"
De entre sus fauces, un brillo rojo sangriento apareció y tomó forma de una estrella de cuatro puntas que luego salió con un disparo rápido hacia la dragona.
"¡Muro de llamas!"
Jhonny apareció y formó un remolino de fuego para defender a Edel. Sin embargo, el ataque era sumamente poderoso y el guardián no tenía mucho tiempo para soportar.
"¡Dragón Ardiente!"
Desde el aire, Drago atacó. Malefor notó ello y se cubrió con sus alas justo a tiempo. El ataque a penas logró moverlo de su posición, pero no le hizo mayor daño. Sin embargo, eso había detenido el primer ataque, por lo que sus padres estaban a salvo.
"¡Jhonny!¡Drago!" les recibió Edel, "¿Están bien?"
"Había un montón de esbirros de camino aquí..." le respondió Jhonny, "Pero es mejor preguntar: ¿ustedes están bien?"
"Un poco..." dijo Cynder ayudando a levantar a Spyro (al parecer, la existencia de las cadenas dependía de la concentración de Malefor sobre ellas), "Estamos siendo apaleados... es Malefor..."
"¡Rugido Oscuro!"
De nuevo, la combinación de sonido y explosiones cayó sobre ellos, barriendo con todos de un solo movimiento. Esta vez, Nina estaba levantándose para continuar luchando, a su lado, Drago, Aurora, Ash, Rayla y Flint le acompañaban.
"Si eso quieren, muy bien... ¡Rugido Oscuro!"
Una vez más, el ataque cayó sobre los jóvenes dragones, pero esta vez, Sam protegió a sus compañeros.
"¡Barrera Astral!"
Un campo de energía protegió a los jóvenes dragones del impacto final de ese golpe. No obstante, la primera parte del ataque, el ruido, sí le había afectado. Por primera vez, Malefor puso atención en el joven dragón de luz.
"Un dragón de luz..." le dijo, "Así que esto es lo que planearon para destruir mi oscuridad... ¡Es una tontería...!"
Con un solo movimiento de cola, la ráfaga de oscuridad se volvió a repetir y sacó volando unos metros atrás a todos los jóvenes.
"¡Es hora de exterminar esa estirpe de luz de una vez por todas!" gritó Malefor mientras se acercaba a Sam, quien aún estaba entumecido por el rugido oscuro.
"¡No lo harás!" gritó Aurora poniéndose en su camino, "¡No dejaré que lastimes a mis amigos!"
"Primero, Cynder defendiendo a Spyro..." dijo el maestro Oscuro, "Luego Nina a ese dragoncito de fuego y ahora... ¿otra dragona? Bien, si eso es lo que quieres..."
Malefor se preparó para tacar exponiendo de nuevo su terrible maná de oscuridad. Sin embargo, se detuvo al ver a todos los jóvenes dragones que se acercaban caminando y cojeando con Aurora y Sam.
"¿Todos quieren seguir sufriendo?" se burló Malefor, "Es inútil que lo intenten ahora: soy trece veces más poderoso que antes. Esa fue la razón por la que creé a los Oscuros... ¡su fuerza multiplicada por mí, me ha hecho invencible...! ¡No podéis detenerme, solo les espera la muerte!"
"Eso... no lo sabremos..." contestó Ash, "Sin antes intentarlo..."
"Nos apoyaremos mutuamente..." dijo Rayla.
"Para ser más fuertes..." agregó Flint.
"También uniremos fuerzas..." agregó Aurora.
"Emanaremos el maná..." continuó Drago, "Hasta la esencia del mismo..."
"Y haremos brillar luz..." continuó Sam.
"Incluso en el más profundo abismo de oscuridad..." terminó Nina.
Cada uno de los jóvenes dragones irradiaba un maná de su propio elemento, pero eran más fuertes que antes. Malefor miró sorprendido: nunca creyó que esos jóvenes dragones avanzaran más lejos de la última batalla con ellos. Sin embargo, no estaba dispuesto a dejar que lo que pasó antes con Nina sucediera de nuevo. Entonces, volvió a irradiar su terrible poder oscuro.
"¡Estrella roja necros!"
El ataque de Malefor se precipitó sobre los jóvenes dragones con toda su oscuridad. Ellos también contraatacaron.
"¡Sombra Dragón!"
"¡Rayo fulminante!"
"¡Ira de la naturaleza!"
"¡Furia helada!"
"¡Explosión de llamas!"
"¡Dragón Ardiente!"
"¡Meteoro Fulgor!"
Los siete Skylanders unieron sus técnicas en una sola combinada y en contra de la de Malefor. El choque de ambas potencias fue brutal y quedó retenida en el aire: mientras todas las rocas de su alrededor se quebraban y el viento rugía con fuerza. Ninguno de los dos bandos parecía que iba a rendirse.
Pero de pronto, el ataque combinado ganó terreno y avanzó hacia Malefor. No obstante, el maestro Oscuro no estaba dispuesto a perder. Finalmente, la concentración del choque llegó a su punto límite y explotó muy cerca de Malefor. Los Skylanders, agotados casi se desploman del agotamiento.
"Lo... logramos..." pensó Nina.
"Aún es muy pronto para descansar, mocosos..." dijo la voz que ellos no querían oír.
Del humo provocado, Malefor apareció: tenía a penas la pata derecha algo quemada por intentar detener el ataque, pero lo había conseguido. Además, su oscuridad parecía aún más grande. Los jóvenes dragones miraron con miedo: ¿había alguna forma de vencerlo?
"¡Los aniquilaré!" rugió Malefor con ira, "¡Cometa Ether Oscuro!"
Un gran cometa de energía producido por la oscuridad de Malefor y lanzado por él se avecinó hacia los cansados Skylanders.
"¡Terra Escudo!"
"¡Muro de cristal!
"¡Electro esfera!"
"¡Muro de llamas!"
"¡Barrera de sombras!"
"¡Barrera Ether!"
Seis escudos defensivos de tierra, electricidad, hielo, fuego, sombra y ether de Spyro y sus amigos protegieron a los jóvenes dragones. Sin embargo, las fuerzas de Malefor superaron esos impedimentos y dejaron mal heridos a todos ellos: Spyro tenía fracturada la pata derecha; Cynder, el ala izquierda; Thorr, la columna; y Jhonny la pata izquierda; Ray y Edel fueron más afortunados, pero cada uno de sus huesos también parecían estar a punto de ser quebrados.
"¡Papá!" gritó Nina.
"Todos ustedes..." dijo Malefor en su ira, "¡Ya me tienen harto! ¡Muerte final!"
El maná de Malefor se elevó hacia las nubes, generando una tormenta de rayos negros y expandiendo la oscuridad a terrenos más allá de las ruinas de la montaña... quizá, a todo el mundo. Thorr, con el dolor que sentía, logró hundir una garra en la tierra, haciendo que el área en la que pisaban Spyro y los demás se sumergiera.
Lastimosamente, nollegó a tiempo: un poderoso rayo cayó de la tormenta sobre todos los héroes yla tierra se abrió causando que ellos caigan a un profundo pozo.
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