Capítulo 25: Hacia el campo de batalla

(De vuelta en el presente...)

Luego de la derrota de los dos Oscuros el día anterior, Spyro, sus amigos y toda Warfang tuvieron un tiempo de descanso toda la noche y prepararse para el día siguiente. Era ya de madrugada en ese momento, y el amanecer estaba próximo.

Varios de los topos guerreros y los dragones ahora descansaban en habitaciones compartidas en la ciudad. Por su parte, los altos mandos como Spyro y los demás, se alojaban en Castle Hill, donde tenían dos habitaciones compartidas: Una para Spyro, Flame, Jhonny, Ray y Thorr, y otra para Cynder y Edel. Otros topos y dragones estaban tomando turnos de vigilancia.

Spyro estaba en la terraza, había tomado ese turno de vigilancia por voluntad propia, aunque tanto Thorr, Flame o Jhonny habían ofrecido tomarlo en su lugar. De cualquier manera, no hubo forma de hacerle cambiar de opinión. Y allí estaba esperando el amanecer y las últimas batallas. Hasta ahora, ocho de los oscuros habían caído, pero aún quedaban cinco... esta guerra estaba empezando a ser más dura cada segundo.

Un ronquido fuerte le hizo alertarse. Para su tranquilidad provenía de la habitación debajo. Luego trató de concentrarse para percibir el maná de Malefor. En su última batalla, lo había percibido... y lo había sentido muy dolorosamente. También recordaba que casi había perdido a Ignitus en aquella ocasión. Si bien no sucedió y tampoco había pasado algo tan trágico hasta ahora, no quería que llegara a pasar, pues el dolor y la pérdida de un ser querido era un sentimiento difícil de soportar y más aún cuando lo ves con tus propios ojos.

"¿De nuevo reflexionando, Spyro?" le despertó Jhonny quien también se había despertado.

"No era necesario que vinieras" le dijo Spyro, "Deberías descansar"

"Trata de dormir con los ronquidos de Thorr a tu costado..."

Spyro rió por ese comentario y luego continuó la vigilancia.

"Nada aún, ¿eh?" preguntó Jhonny, "Es bueno que nos den descansos así, pero en la guerra uno debe estar siempre alerta y esperar lo inesperado..."

"¿De dónde sacaste eso?" preguntó Spyro, "Parece que has progresado en esto de ser general"

"Lo leí hace ya mucho tiempo, más exactamente cuando era humano. Un libro llamado 'El arte de la guerra'. Aunque no estaba de acuerdo con el título, tenía cosas interesantes"

"Quizá algún día podrás escribir tu algo así..."

"No lo creo. A estas alturas, el primer volumen lo tiene ya tu padre. Por todo lo que ha pasado..."

"Sí..."

Se hizo silencio, en el cual Spyro solo estaba paseando de un lado al otro. Finalmente, cuando se aburrió, preguntó:

"¿Tenemos noticias de nuestros hijos?"

Jhonny sacó la gema hermana, pero aún estaba apagada (los hechos que acontecen ocurren antes de que los Skylanders vuelvan a usar el pergamino).

"Aún nada" respondió.

Spyro suspiró de decepción y se sentó con un rostro preocupado.

"No debes perder la cordura..." le dijo Jhonny sentándose frente a él, "Otra cosa que leí del libro es que el secreto para la guerra es conseguir situarse por encima de las preocupaciones para no ceder a los engaños de la mente, que nos confunden y neutralizan. Yo confío en que nuestros hijos lo conseguirán"

"Yo confío en Nina y sus amigos, pero lo de mantenerse calmado... es más fácil decirlo que hacerlo" respondió Spyro, "Malefor no es cualquier general Oscuro o hombre maligno de tu mundo. Es muy poderoso..."

"A mí me parece que te preocupa algo más..."

"Sí... Malefor no se rinde en la misión de 'crear un nuevo mundo'. Ese plan, según me dijo, es el destino de los dragones púrpura. Pero yo no lo creo"

"Yo tampoco. Ignitus dijo que el dragón púrpura es una especie única: Sí, está destinada a dejar una huella... hacer una leyenda. Pero la idea de Malefor es de crear un nuevo mundo, aunque su idea está totalmente fuera de serie: debajo de su nuevo mundo, estaría los cuerpos de los inocentes del antiguo, ¿Quién aprobaría eso?"

"Absolutamente nadie..."

Hubo un tiempo de silencio en el cual se podía escuchar la fría brisa del aire nocturno. Durante ese tiempo, Spyro recordó más palabras de Malefor:

"Tanta determinación para llegar... parece que el color no es la única cualidad que compartimos..."

"Jhonny..." le dijo Spyro a su amigo, "Cynder me dijo que yo no era igual que Malefor... Me gustaría saber si compartes esa opinión"

Jhonny rió.

"Eres fuerte, determinado... y una leyenda como él..." respondió, "Pero hay grandes diferencias entre tú y él: Primero, tú pones encima a los demás antes que tus propios poderes. Segundo, tú tienes un corazón lleno de luz por los que te rodean..."

Con ello, le dio una seña para chocar patas.

"Y, por último, tú tienes amigos y familia que te apoyan y él solo súbditos tan ambiciosos como él. Alguien ambicioso es fácil de ser manipulado por la oscuridad, pero alguien humilde y amable como tú, no"

Spyro se alegró por la respuesta y chocaron patas.

"Has madurado mucho como dragón... ¿recuerdas el día en que viajamos a LunaVillage la primera vez? Dabas vueltas sin cesar y estabas distraído en el vuelo"

"Sentí que estaba en el paraíso de un niño: podía volar, dejar de tener miedo, y ver estos maravillosos paisajes no alterados. Y por estar distraído, perdí el equilibrio y caí en ese río. Aunque gracias a eso, comimos pescado"

"Ja, también fue divertido como lo recuerdo. Por cierto, tus dotes del fuego y la comida no han cambiado en lo más mínimo"

Ambos rieron recordando viejos tiempos. Era bueno hacerlo mientras estaban tranquilos. Luego, el sol empezaba asomarse por el horizonte.

"Oye, ¡mira!" indicó Spyro señalando en el cielo.

Cinco dragones estaban volando en su dirección. Eran definitivamente dragones y no Wyverns, tampoco eran Oscuros: sus elementos eran de fuego, tierra y electricidad. Los guerreros dragones que estaban a cargo de las defensas los dejaron pasar, pues eran de los suyos.

"¡General Spyro! ¡General Jhonny!" les dijo cuando uno llegó hacia ellos, parecía algo exaltado.

"¿Qué noticias nos traes Cyrus?" preguntó Jhonny, "¿Ocurrió algo grave? ¿Skycity o algún lugar?"

"No, es... la montaña de Malefor"

Spyro y Jhonny se miraron el uno al otro pasmados. Cyrus continuó:

"Los exploradores pasamos cinco veces anteriores el área cercana sin resultados. En un sexto reconocimiento, un ejército oscuro nos atacó. Escapamos, pero era una parte de un ejército aún más grande, enorme. Están reunidos al pie de los restos de la montaña y una especie de gema negra está empezando a surgir de la tierra..."

Spyro se dio cuenta de que era el momento: Malefor estaba empezando con su resurrección. Jhonny también pareció comprender:

"Descansa, Cyrus" le dijo, "Pero primero, ve abajo y trae a Seth de los cuarteles. Infórmale de lo que viste y dile que se prepare y forme a los ejércitos. Les avisaremos nuestra decisión luego de haber escuchado esto"

(Minutos más tarde...)

Spyro, Cynder, Flame, Jhonny, Edel, Ray y Thorr estaban reunidos alrededor de una mesa en el cuartel general de la ciudad. Sobre la mesa, un mapa del área de la montaña de Malefor (mejor dicho, las ruinas, pues se derrumbó) se extendía.

"¿Cómo estamos seguros de que esa enorme gema que dicen los exploradores es la guarida de Malefor?" preguntó Ray.

"La montaña de Malefor, un gran ejército Oscuro, una gema de oscuridad..." resumió Thorr, "Si ese no es la guarida, no sé qué pueda serlo..."

"Aunque Ray tiene un buen punto..." aclaró Cynder, "¿Qué tal si es una distracción para dejar a la ciudad desprotegida?"

"Es cierto" le apoyó Edel, "Podríamos desplegar nuestro ejército hacia ellos y sería una trampa para separarnos"

Hubo un minuto de silencio, hasta que Flame opinó:

"Chicos, dejen solo a la cuarta parte de nuestras fuerzas en la ciudad y vayan a atacar a ese ejército"

"Flame..." le dijo su hermano, "¿Qué pasará si atacan la ciudad?"

"Spyro, estoy consciente de ello, pero deben confiar en que protegeré a la ciudad incluso si tengo que arriesgar mi vida en ello"

"Flame, ¿estás seguro de esto?" preguntó Jhonny.

El hermano de Spyro vio directamente a Jhonny.

"Deberemos dividirnos si queremos ganar" dijo Flame, "Ustedes deben liderar a nuestro ejército hacia la guarida del enemigo. No se preocupen, sin solicitamos su ayuda, les haré una señal"

"De acuerdo" le respondió Jhonny, "Sé que no habrá forma de hacerte cambiar te opinión"

Justo entonces, la puerta del lugar en el que estaban reunidos se abrió y dos guepardos entraron.

"Queremos acompañarlos al campo de batalla" dijo Meadow, "Nuestro pueblo está al tanto y desea ayudar"

"Además, le debemos a los Skylanders que salvaran a nuestro pueblo" continuó Cazador, "Será un honor acompañarlos de nuevo Spyro, Cynder..."

"Muchas gracias, Cazador, Meadow..." les dijo Cynder. Y los demás agradecieron también tanto apoyo. Al minuto siguiente, Seth entró en la sala.

"Generales" les dijo, "Tenemos nuestras tropas listas. Esperamos sus órdenes"

Spyro tomó aliento y luego dijo:

"Diez minutos. Por las murallas noreste y... prepárense lo mejor que puedan. Es hora de acabar con esta guerra de una vez por todas"

(Más tarde...)

Los ejércitos estaban formados: los dragones guerreros estaban listos y preparados con sus mejores armaduras; los topos también estaban armados y protegidos, su tarea sería llevar las gemas espirituales al campo de batalla para ayudar a los heridos; por último, los mejores arqueros, los guepardos de Avalar, estarían montados sobre los dragones y serían los que atacaran a distancia por su excelente puntería.

"Chicos" les detuvo Flame a Spyro y los demás cuando estaban pasando revisión a los ejércitos, "Les tengo algo que dar"

Siguieron a Flame hacia la armería, donde cada uno se quedó con la boca abierta: seis juegos de armaduras para dragones adultos estaban listas para ellos. Para Spyro Jhonny, Ray y Thorr, casco, pechera, protección de cola de colores púrpura claro, naranja con símbolos de llamas, oro con signos de relámpagos y verde con símbolos de tierra y hojas. Para Cynder y Edel, lo mismo, pero agregando los brazaletes y también eran de colores negro y celeste hielo.

"Las hice con los mejores materiales" explicó Flame, "Y las reservaba para un momento así. Ahora, pónganselas"

Todos los generales se pusieron sus armaduras. Se sentían bastante ligeras, pero a la vez parecían bastante resistentes. Spyro solo pudo decirle a Flame:

"Gracias, hermano"

"No hay de qué. Ahora, vayan y acaben esta guerra de una vez por todas. Si los jóvenes dragones llegan, les mandaré allá"

Entonces, todos listos, se prepararon para luchar las últimas batallas.

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