Capítulo 15: Veloz como el rayo
Gracias a la idea de Andy24032007 por la habilidad del enemigo, me costó un pelín más cómo vencerlo y la situación, pero también es gracias al apoyo de kionlove.
(Minutos antes...)
(De vuelta, en camino a Warfang...)
Spyro y Thorr volaban a toda velocidad de vuelta a la ciudad. Las cosas en la gran Presa parecían haberse calmado, puesto que ningún enemigo atacó luego de la derrota de Talvot. Mientras volaban, un horda o bandada de gárgolas les llegó a perseguir.
"Yo me encargo" exclamó Spyro, "¡Explosión de fuego!"
Spyro exhaló una poderosa bola de fuego que se dirigió hacia los enemigos y explotó, reduciéndolos a cenizas.
"Pan comido" dijo Spyro.
"¡Cuidado Spyro!" le gritó Thorr mientras señalaba por detrás de él.
Otra gran horda de gárgolas, con jinetes simios espectrales le sorprendió por un minuto a Spyro.
"¡Furia terrestre!"
Una lluvia de rocas y hojas cayó sobre el reducido ejército, varios quedaron atrapados y aplastados por la tormenta mientras que el resto se precipitó a una larga caída en los bosques.
"Te debo una, Thorr" le agradeció Spyro.
"No es nada" se excusó el guardián, "Vamos, la ciudad está más adelante y nuestros compañeros pueden necesitar toda nuestra ayuda"
Los dragones apresuraron el vuelo. Una vez que terminaron los bosques, se encontraron con el valle que llevaba hacia la ciudad asestado de enemigos: más espectros de simios, grublins terrestres y voladores, orcos y Trolls. Parecía que la anterior guerra era solo el aperitivo y ese ejercito era el plato fuerte.
Los Trolls golpeaban sin cesar las puertas, luchando por entrar. Thorr no lo permitiría.
"¡Ira de la naturaleza!"
Su poderoso ataque solo hizo retroceder a los Trolls, pero había más que se aproximaban hacia la puerta.
"¡Pared de Flamas!" gritaron dos voces.
Dos bolas de fuego derribaron a varios enemigos a la vez que creaban una barrera de fuego que hizo retroceder a los demás.
"¡Flame!¡Jhonny!" gritó Spyro al aterrizar junto a él en el muro, "Vaya, buena idea para frenarlos"
"No los frenamos a todos..." concluyó Jhonny al ver que algunos atravesaban el fuego aun haciéndose daño, "Plan B. Thorr, necesitamos muros de roca de inmediato: comanda a los dragones de tierra"
"Entendido" contestó este y fue volando hacia su grupo que le esperaba al pie de los muros.
Los dragones de tierra formaron una fila defensiva en cada uno de los extremos de la ciudad. El ejército se acercaba mientras los cañones controlados por los topos intentaban mantenerlos a raya. Todos juntos golpearon el suelo debajo de ellos y se levantaron enormes muros de roca que impedían el paso incluso a los Trolls.
"¡Tengan cuidado!" les gritó Thorr, "¡El enemigo también se cuela bajo tierra!"
Spyro, Flame, Jhonny y Ray también escucharon eso y descendieron a la plaza, donde varios orcos y grublins terrestres empezaban a salir de la tierra y varios dragones estaban enfrentándolos. Para Spyro, ahora contaba con una ventaja: había crecido y ahora más de sus compañeros y dragones le estaban ayudando.
"¡Allá te va, Spyro!" le gritó Jhonny golpeando un grublin con sus garras.
Spyro usó su cola y lo mandó a volar tan fuerte que incluso sobrevoló el muro de tierra.
"¡Toma ya!" gritó Flame mientras aplastaba un par de grublins más, "Ese fue un buen tiro"
Mientras terminaban con los últimos esbirros que quedaban, un dragón de electricidad llegó apresuradamente y algo nervioso.
"¡Generales!" gritó, "Un enemigo oscuro ha penetrado las defensas y se encuentra en la bodega de gemas. Ha convertido a los guardias en piedra"
"¿En piedra?" preguntó Jhonny, "Rayos, será mejor que lo detengamos"
Un sonido de golpe en el muro les hizo alertarse: los Trolls intentaban derrumbar la defensa.
"Ese muro no aguantará mucho con tantos Trolls golpeando" dijo Ray, "Vosotros encárguense de defender, yo iré a enfrentar al ladrón"
"¿Estás seguro, Ray?" le preguntó Spyro, "Si te convirtiera en piedra..."
"¿Confían en mí?"
"Por supuesto que confiamos en ti. Pero si necesitas ayuda..."
"Tranquilos, si eso llegara a pasar, sé que debo huir y luchar otro día"
Jhonny se le acercó y le dijo:
"Mucha precaución, compañero. Defenderemos la ciudad hasta que vuelvas"
Ray asintió y todos se apresuraron. Luego, se dirigió hacia la bodega principal de la ciudad, en donde se había recolectado la mayor cantidad de gemas espirituales para reabastecer a los ejércitos. En la puerta abierta (o, mejor dicho, derrumbada), había un par de estatuas de piedra con forma de dragones que estaban impresionados y a la defensiva.
"Así que no bromeaba, esto son los guardias..." pensó Ray, pero igualmente entró.
El lugar estaba repleto de gemas espirituales distribuidas en filas y por colores para diferencias las que eran para sanar como para recuperar maná. También había unos cuantos escudos por se acaso los topos los necesitaran. En el centro de la habitación, un Oscuro estaba metiendo en un cofre varias gemas sin ningún respeto.
"Esas gemas no te pertenecen" le dijo Ray, "Ahora ríndete o tendré que destruirte"
El Oscuro se giró. Tenía un ojo menos y marcas de serpientes en su cuerpo, de su cuello colgaba una especie de piedra con una forma que un dragón nunca había visto antes. Se llamaba Zigbar.
"Vaya, otro dragón que se quiere convertir en estatua..." mencionó.
El dragón levantó la cabeza, señalando la extraña piedra que colgaba en su cuello. Por instinto, Ray se movió hacia un lado y se ocultó detrás de un pilar para evitar ver directamente el amuleto mientras este despedía un brillo.
"De modo que... sabes un poco de mi habilidad..." inquirió Zigbar, "Pero no creas que puedes escapar... ¡Ráfaga de serpientes de Medusa!"
Las serpientes dibujadas en su cuerpo como tatuajes cobraron vida y atacaron al pilar donde se escondía Ray. No eran normales: pues al morder el mármol este se volvió piedra. Una de ellas, alcanzó a Ray en el ala. El dolor pasó casi de inmediato, pero eso no era lo peor: su ala ahora se estaba convirtiendo lentamente en piedra.
Ahora, al descubierto, Zigbar intentó usar su amuleto una vez más. Ray, quien no tenía ninguna cobertura más, solo intentó cerrar los ojos. Para cuando los logró abrir parecía que no el afectó.
"No es tan fácil" explicó Zigbar, "No creas que puedes escapar con los ojos cerrados. Mírate"
Ray miró su pata trasera izquierda: se estaba convirtiendo lentamente en piedra y su ala derecha estaba casi totalmente convertida, no tenía mucho tiempo para derrotarlo.
"No podrás vencerme sin que mires el emblema de medusa aunque sea un poco..." se rió Zigbar.
"Cuando me muestre el emblema, es cuando no quiere atacarme..." pensó Ray mientras descargaba toda su electricidad en las partes de su cuerpo que aún se podían mover, "Tengo que ser más rápido que el efecto de medusa..."
"Muy bien... adelantemos tu conversión en estatua..."
"Bien, entonces debo aceptar esta competición. No permitiré que te lleves las gemas sin pasar por encima de mi cadáver petrificado..."
"Eso se puede arreglar..."
Ray se preparó mientras Zigbar exponía el emblema. Con su maná al máximo, su electricidad le permitía ser más rápido y ver los movimientos del enemigo en cámara lenta. Justo cuando estaba a punto de brillar nuevamente el emblema, saltó apresuradamente.
"¡Saeta, relámpago veloz!"
Ray se movió rápidamente mientras el brillo del amuleto volvía a descargar su terrible poder. En ese momento, Zigbar cerró los ojos para contemplar su obra. Cuando los abrió, Ray estaba detrás de él, pero su cuerpo se había hecho totalmente de piedra.
"Pues parece que yo fui más..." empezó a decir, pero se oyó algo resquebrajarse.
Zigbar miró a su amuleto: una descarga eléctrica lo rodeaba y lo estaba rompiendo. Al segundo siguiente, cayó destrozado en pedazos. De inmediato, Ray y los guardias de la entrada volvieron a su estado normal.
"Vaya... por poco pensé que no lo lograba" le dijo Ray, "Pero siempre confío en mi velocidad. Ahora, sin arma, es hora de acabar con esto..."
"Maldito, si eso es lo que quieres..." se enfureció Zigbar, "¡Tormenta de serpientes de medusa!"
Volviendo a maximizar su maná, Ray contraatacó:
"¡Cuchilla Relámpago!"
Un corte veloz de una serie de rayos cortó todas las cabezas de las serpientes y atravesaron a Zigbar sin que este lo notara al principio. Luego, cayó abatido.
"Ere muy rápido..." le dijo mientras desaparecían en las cenizas de las sombras, "Bueno, ya se me da igual morir, al menos cumplí con la misión..."
"¿Misión?" preguntó Ray confundido.
No pudo seguir preguntando, pues el Oscuro desapareció entre las sombras al igual que con el cofre. Por fortuna, parecía no haber tomado gran cantidad de gemas espirituales, pero algo temía de que las gemas solo eran un segundo premio para Malefor...
(Mientras tanto, en las murallas...)
Los ejércitos se estaban retirando.
"Parece que ganamos esta batalla" comentó Flame, "Es genial. ¿No lo crees, hermano? ¿eh? ¿Spyro?"
Pero Spyro estaba algo preocupado: no era la primera vez que veía al ejército oscuro retirarse, la última vez que ocurrió eso, el golem de las profundidades casi destruyó la ciudad. Mirando en dirección a la montaña de Malefor, todo parecía estar en orden.
"¿Crees que el golem o el destructor se levantará en cualquier momento?" preguntó Jhonny.
"Eso es lo que quisiera saber" le respondió Spyro, "No me gustaría que estuviéramos desprevenidos"
"Algo me dice que Malefor está planeando algo diferente. Si estuviera en el reino, podríamos sentir su presencia, pero... no está y no puede invocar a ninguna de esas dos monstruosidades sin su presencia"
"Parece que esta guerra está aún lejos de terminar... ¿cómo estará mi hija?"
Jhonny mostró la gema hermana que Meadow le había dado unos minutos antes a los Skylanders. En ese momento, no brillaba como la otra.
"Ya superaron su prueba y han obtenido el pergamino" explicó el guardián, "Debemos confiar en que traerán ayuda antes que las cosas se pongan más oscuras"
(Mientras tanto, en el reino de la oscuridad...)
"Por fin" dijo Malefor, "El maná de electricidad que necesitaba del guardián. Y unas cuantas gemas espirituales... Zigbar fue un buen receptáculo después de todo"
Los cinco maná robados (Ether, Fuego, Tierra, Hielo y Electricidad) se integraban a Malefor junto con las gemas robadas.
"Es muy poco, pero servirá" se dijo Malefor, "Por ahora, solo me quedará dormir por unos tres días y el resto de los humanos continuará luchando... su oscuridad es impresionante y cuando el último caiga, finalmente despertaré..."
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