Capítulo 2: El viaje del aprendiz
(Por la mañana, cuando estaba aún amaneciendo...)
Cada uno de los aprendices de guardián se habían levantado y tomaron cada uno un morral artesanal de piel de ciervo, en el cual llevaban sus cosas para 5 días de supervivencia en sus respectivos destinos. Con todo empacado, se dirigieron con un poco de silencio a la salida del templo.
"Tengo nervios..." comentó Ray, mostrando esa actitud, "A pesar de lo que dije anoche, jamás he ido solo a terrenos inexplorados, ni siquiera con mis padres"
"Sí, yo también" dijo Thorr, "Quiero ser guardián, pero esta prueba... es diferente a lo que he imaginado: ahora estaremos por nuestra cuenta, ¿qué opinan ustedes? ¿Edel? ¿Jhonny?"
Ambos dragones se miraron el uno al otro.
"Yo también quisiera que esto fuera distinto" contestó Jhonny, "Pero, creo que... en el fondo, necesito encontrarme a mí mismo. Es como si quisiera saber si realmente valgo para esto"
"A mí también me parece una prueba muy importante, ¡oh!" exclamó, "Miren, hice estos"
Edel sostenía en sus garras amuletos para las muñecas de distintos colores.
"Es para la suerte" les dijo, entregándoselos a todos, "Así sabremos que no importa que tan lejos estemos, estaremos seguros que nos reuniremos otra vez y estaremos listos para ser guardianes"
"Gracias Edel, eres fantástica" le dijo Jhonny, poniéndose el suyo. Esto hizo sonrojar a la joven dragona.
Se dieron cuenta de que se hacía tarde, por lo que se apresuraron a la plataforma de salida. Al parecer, Terrador, Cyril y Volteer les estaban esperando desde hace solo unos minutos. Spyro, Cynder y Sparxs también estaban, pero algo adormitados aún.
"Buenos días aprendices" les saludó Volteer, "Espero que estén listos para semejante aventura llena de desafíos, retos, peligros..."
"Volteer, cálmate o les darás sueño de nuevo" interrumpió Cyril. Luego, se volvió a su hija, "Buena suerte hija, te estaré esperando"
"Gracias papá" le respondió ella.
Mientras tanto, Spyro, Cynder y Sparxs estaban despidiéndose de los demás.
"Oye novato" le dijo la libélula, "Asegúrate no caer desmayado, no quiero tener que ir entre las llamas para despertarte"
"Jajaja" rio Jhonny, "Descuida Sparxs. Bueno chicos, nos veremos pronto"
"Supongo que te veré en la isla blanca" le dijo Spyro a Jhonny, "Trataremos de ir allí a visitar a Ignitus cuando se cumpla el plazo"
"Yo estaré en Caves City" dijo Cynder, "Pero les estaré deseando suerte a ambos"
"Gracias amigos" les respondió este.
Cumplidas las despedidas, Terrador les dijo que se prepararan: hasta cierto punto, a un kilómetro de allí, volarían una vez más juntos. Pasado ese punto, se separarían hacia los lugares destinados, con la esperanza de reunión. Antes de partir, Terrador les dio su apoyo:
"Que los ancestros los protejan, aprendices" les dijo, "Y que regresen victoriosos"
Terminada la frase, los jóvenes dragones aprendices tomaron vuelo y volaron en dirección recta desde el templo y, casi pasada la distancia acordada, se despidieron:
"Buena suerte" dijo Ray.
"Sean fuertes" dijo Thorr.
"Siempre estaremos unidos" dijo Edel.
"Sí, contaré los días en volver a reunirnos" terminó Jhonny.
Al llegar al punto, cada uno se separó y Jhonny, tomando seriedad en su misión, solo pudo ver a sus compañeros y Edel desde atrás hasta perderlos de vista. Luego de eso, respiró profundamente mientras abría el pergamino con el mapa asignado.
"Pasado el punto de separación, debo ir al Oeste, donde la tierra se ve de un rojo y amarillo magma" se dijo mientras leía, "Es como un día de playa, solo que, sin sol, con rocas en lugar de arena y magma en lugar de agua"
Esta última frase era obviamente sarcasmo, ya que quería ver un atisbo de felicidad. De todas, formas, ¿había algún lugar perfecto para los demás? Un pico donde truenos caen seguidamente, una montaña donde ocurren derrumbes cada dos por tres y la montaña más fría de la tierra de los dragones...
"Deja de preocuparte" se dijo a sí mismo, mientras volaba, "Seguro estarán bien: ellos son verdaderos dragones. Yo, por otro lado, quiero saber si realmente lo puedo ser..."
El viaje fue de lo más silencioso, pues no había nadie más para hablar, por lo que solo podía pensar en sus fallas pasadas... Ignitus le había dicho que por fin su verdadero ser había salido a la luz. Pero, ¿cuál era su verdadero ser? ¿el dragón o el humano? ¿realmente podía tomar las riendas de lo que protegió un héroe como el maestro y padre de Spyro? Era demasiada carga sobre sus hombros. Primero en su lista, debía encontrar su verdadero yo... algo que incluso a muchos humanos les cuesta, ¿podrá logarlo ahora como dragón?
El aire empezaba a sentirse sofocante... eso era indicio de un cambio en la atmósfera. Al mirar abajo se dio cuenta del ambiente era extremo: una tierra negra y chamuscada, donde se ven piedras salidas como del rojo vivo, mientras que en otras partes se contemplaba algo de blanco de las brasas las cuales desprenden vapores de roca derretida. Las chispas de fuego sobresalían del suelo, sobre todo en las cercanías de los ríos de lava... si un humano lo viera, pensaría que estaba en el infierno (cosa que por un momento se pasó por la cabeza del joven dragón).
Jhonny bajó al suelo con extremo cuidado, temiendo que sus patas delanteras se quemaran por solo tocar el suelo caliente. Grande fue su impresión cuando al tocarlas sintió apenas un ligero calor: como el de la arena en un día caluroso en la playa. Suponiendo que era por ser un dragón de fuego, caminó un rato por aquella inhóspita tierra. No parecía que nadie pudiera vivir allí (excepto por un dragón), pero debía encontrar un lugar en el que pudiera pasar los 5 días que le habían asignado. Primero lo primero, el joven aprendiz conocía que esta misión era como hacer camping: tenía que encontrar un lugar dónde refugiarse por las noches.
Mientras caminaba en silencio, se podía escuchar el borboteo de algunas piscinas de lava. Algo era cierto: quería encontrar un refugio un poco lejos de ellas, para evitar peligros inesperados. Era extraño caminar sobre las cenizas y escuchar el crujir de estas bajo sus patas.
"Debo superar esta prueba" se repetía una que otra vez en la mente. Luego, al ver delante, se dijo: "Eh, ese parece un buen lugar"
Frente a él había el levantamiento de una pared rocosa casi como una pequeña colina de rocas negras por el carbón. En ella, había un agujero lo suficientemente grande como para un dragón adulto. Sin embargo, al entrar, se dio con la sorpresa de que, efectivamente, debía ser para un dragón adulto: había una cama de paja grande, varios cazos de piedra y arcilla, algunas plantas que parecían medicinales, hongos comestibles y antorchas en las paredes, que iluminaban el lugar.
"¿Quién vive aquí?" se preguntó Jhonny mirando alrededor, "Los guardianes no me dijeron que había alguien viviendo aquí... o, ¿no lo mencionaron? De cualquier forma, el dueño de este lugar podría volver pronto, así que será mejor que busque otro refugio"
El aprendiz salió de aquel lugar, pero, apenas hubo recorrido un par de metros cuando una enorme criatura apareció frente a él: era un enorme y bestial perro de tres cabezas (la del centro se movía, mientras que las otras solo parecían hombros) con grandes garras y colmillos. El cuerpo de la criatura parecía estar protegido por una armadura-cáscara viviente.
Algo era seguro: no era para nada amistoso, pues a penas hubo visto al joven dragón, lanzó tal zarpazo que cortó un pedazo de la tierra. Por fortuna, Jhonny esquivó ese ataque. Disponiéndose a contraatacar, le lanzó una ráfaga de fuego a su enemigo, pero este lanzó otra llamarada de fuego, de color verde pantano de vuelta. El poder de aquella criatura era increíble y Jhonny se vio superado al segundo siguiente.
El dragón recibió el golpe de las llamas, las cuales le dolieron (a pesar de ser un dragón del elemento fuego). No obstante, se levantó rápidamente al ver que el perro se la abalanzaba y voló alrededor del campo, para tratar de atacarlo por la espalda: atacarlo por enfrente parecía imposible. Para su desgracia, cuando se hubo acercado en lo que parecía un punto ciego, una de las cabezas giró levemente y lanzó otra llamarada verdosa en dirección a su enemigo. De nuevo, Jhonny pudo esquivarla, pero cuando se volvió para concentrarse en la criatura, a esta le brillaron los seis ojos (los principales más los de las otras cabezas) y todo alrededor se volvió oscuridad.
El joven aprendiz no podía ver nada en un ambiente tan oscuro; por más que intentaba centrar sus ojos, no veía al enemigo para nada. De inmediato, sintió un golpe con zarpa y luego otro y otro: el enemigo atacaba desde las sombras y no podía hacer nada para defenderse. Las fuerzas se la agotaban...
De repente, algo brilló entre la oscuridad con la intensidad de una poderosa flama... era la sensación. Con aquel poder, la oscuridad se disolvió y pudo ver alrededor. No obstante, estaba agotado: el daño parecía haber sido fuerte. Mientras caía, pudo ver la silueta de un dragón de fuego adulto que gritaba (no era una voz que él conocía):
"¡Aléjate Cerberus!"
Luego, cayó rendido.
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