Capítulo 15: El enigma del laberinto
(Al anochecer...)
Todos los jóvenes dragones descendieron a las puertas del reconstruido congelador de Dante, el cual aún empezaba en levantamiento de una ciudad. El frío del recorrido les afectó a todos, excepto a Edel. Jhonny encendió una llama entre sus patas delanteras, la cual calentó a los demás presentes.
"Brrr" comentó Ray, "Muchas gracias"
"No hay de qué" respondió Jhonny.
"No te acerques demasiado al fuego Sparx" le advirtió Cynder.
"No tienes que decírmelo, tengo malas experiencias con él" recalcó la libélula.
"Miren, es mi padre" señaló Edel.
Cyril y un par de dragones soldado estaban en camino a recibirlo.
"Edelwise" le dijo Cyril a su hija, "Jóvenes elegidos. Bienvenidos al nuevo Congelador de Dante. Adelante, sígannos"
Los adultos llevaron a los jóvenes dragones a través de la entrada principal, hacia un frío camino de piedras. Si no fuera por el sonido del aire helado, habría una gran calma en la atmósfera, límpida y fresca. A pesar de la oscuridad de la noche, se veía toda la ciudad reconstruida con sus tejados blancos, el humo de las chimeneas, los árboles plateados por la escarcha, los montones de nieve. En el cielo, miles de estrellas parecerían hacerle alegres guiños a la Tierra de los dragones.
"Este lugar está tan frío como siempre" comentó Sparx en camino.
"Me alegra ver cómo se empieza a reconstruir la ciudad" dijo Spyro, "La última vez era todo torres de guerra"
"Las hemos derribado y usado los ladrillos y otros materiales que dejaron los simios para reconstruir nuestro antiguo hogar" explicó Cyril mientras entraban a la pequeña aldea.
Finalmente, se detuvieron en una pequeña cabaña cuyo techo estaba cubierto de nieve, pero tenía una chimenea en la que sobresalía un calor bastante confortante. No obstante, no muy lejos de allí, estaba la entrada de una cueva oscura cuyas paredes reflejaban el brillo de las estrellas del cielo.
"Esa es la entrada al Laberinto de Cristal" les dijo Cyril, "Su última prueba. Pero, por esta noche, dormirán en esta cabaña. Hay un gran festín esperándolos adentro y camas cómodas para que descansen para el gran desafío"
Había dos habitaciones en la cabaña: el interior estaba alegremente caliente por la gran fogata de la chimenea en lo que era la sala; frente a esta, en un círculo, había seis colchones de tamaño perfecto para los jóvenes dragones. La otra habitación era un comedor con una gran mesa redonda de leño, con un enorme jabalí asado sobre esta, acompañado con algunas frutas silvestres. Alrededor, había seis asientos del mismo material.
Para cualquier viajero que ha cruzado una tormenta helada hubiera ido directamente a la mesa, y estos jóvenes dragones no fueron la excepción. Primero llegaron las dos chicas; luego, se sentaron los chicos. En un momento, todos estaban repartiéndose las mejores porciones de la comida. Por su parte, unas cuantas polillas volaban cerca del pórtico, perfectas para Sparx.
"Disfruten el festín, jóvenes" les dijo Cyril mientras se retiraba, "Y descansen, se los digo por experiencia: necesitarán todo de ustedes"
"Gracias maestro" le respondieron los jóvenes.
Cyril se retiró, mientras que los jóvenes dragones comían con tranquilidad. Spyro, Cynder y Jhonny comían menos rápido.
"¿Qué les pasa chicos?" preguntó Ray, "No me digan: siguen nerviosos por la prueba"
"¿Y tú no?" le preguntó Spyro, "Digo, ¿alguna vez han entrado en contacto con su lado oscuro?"
"Pues... no, lo siento"
"Tal vez debas ser más empático que relajado, Ray" le recalcó Thorr, "Yo también me siento nervioso, pero me trato de relajar lo más posible antes del verdadero problema: no deben estar siempre con esa cara"
"Es cierto, si piensan que perderán, entonces eso pasará" añadió Edel.
"No habrá ganadores, sino verdades" interrumpió Cynder, "Eso dijo Ignitus, ¿qué tal si mi verdad es que siempre seré una de sus marionetas?"
"No te atormentes, Cynder" le dijo Spyro, "Yo también tengo mis dudas: ¿es cierto que Malefor y yo nos parecemos? ¿Qué opinan, chicos?"
"Solo en el color" le dijo Jhonny, "La gran diferencia es que tú tienes a tus amigos y familia ahora, y él está cubierto de oscuridad hasta la médula. Tú tienes un corazón de luz, y él de oscuridad"
"Me alegra que lo pienses así... y tú, ¿por qué estás preocupado?"
Jhonny suspiró antes de decir:
"Una parte de mí siempre quiso ser un héroe, para darle un propósito a mi vida. Me rechazaban por ser el tímido, y a veces se burlaban de mí. Me sentí... con odio cuando eso sucedía. Los humanos se dejan llevar por el odio y usan el poder para venganza. No se si yo... soy diferente"
"¡Pues claro que eres diferente!" le recalcó Edel, "Eres un dragón, ya no un ser humano"
"Pero, una parte de mi aún se siente como uno. La parte que soñaba con cosas como esta: aventuras, amigos, salvar el mundo... Si no creo en esa parte mía, entonces quizá nunca hubiera llegado aquí"
"Oh, bueno..."
No había muchas objeciones en contra de los dilemas que aquejaban a los tres. A decir verdad, el resto de la noche continuó con tranquilidad, incluso hasta la hora de dormir. Inclusive no se durmieron hasta más tarde, por lo que a saltaron de un susto cuando Cyril tocó la puerta por la mañana.
"¡Arriba jóvenes dragones!" les despertó, "¡Es el día de su gran prueba!"
Todos se levantaron, se lavaron las caras y comieron un par de frutas silvestres como desayuno. Luego, acompañaron al Guardián del hielo a la entrada de la cueva. Nada más entrar, se sorprendieron de la gran variedad de gemas espirituales que había en la entrada.
"Este solo es el túnel de entrada" explicó Cyril, "El verdadero reto está más adelante"
Caminaron por un rato, hasta llegar a unas cuevas subterráneas cuyas paredes rocosas estaban cubiertas de hielo que se acumulaba todos los años. Varias estalagmitas estaban formadas en diferentes lados, dejando espacio para un único camino. Mientras se caminaba, se podía escuchar el gotear del agua. El final del camino, estaba una gran puerta de piedra. En la parte superior, estaba la frase que había dicho Cyrus:
"Mientras más te acerques a la luz, más grande es la oscuridad..."
Y estaba anexada a otra frase:
"...busca el equilibrio y la respuesta hallarás"
"Bien, aquí les dejo aquí" les dijo Cyril, "Ten cuidado, Edel"
"Sí, lo sé papá" respondió ella. Luego, sacó un par de amuletos como los que había hecho antes de salir del templo, "Tengan Spyro y Cynder"
"¿Para nosotros?" preguntó Spyro, recibiendo el suyo.
"Para la suerte. Yo también siento miedo de no ser tan buena como para honrar a mi familia. Pero mientras tengamos esto, sabremos que al final de la oscuridad a la que nos enfrentaremos habrá un rayo de nuestra unión de luz"
"Edel..." se dijo Jhonny en su mente, "Si no te hubiera conocido, hace tiempo me hubiera rendido..."
Luego, puso su pata frente a todos, en señal de un círculo de amistad.
"Nos reuniremos de nuevo, no importa a qué nos enfrentemos" dijo.
"Si importar que oscuridad resida en nuestro interior" dijo Cynder, uniendo la suya.
"O qué verdad tengamos que enfrentar" le apoyó Spyro, agregando la suya.
"Estaremos unidos, incluso en el interior de este laberinto" agregó Ray.
"Y superaremos la prueba tarde o temprano" dijo Thorr.
"Siempre habrá luz" terminó Edel.
En orden inverso a estas palabras, los jóvenes dragones se adentraron al laberinto de cristal. Jhonny entró igualmente, con dudas en el fondo de su mente y corazón. Al principio, el camino pareció recto, aunque luego se trató de doblar al este y luego al oeste. Como era un laberinto, no tardó en perderse. Cuando se mareó un poco por el camino, se sentó para tomar un descanso.
"Así que... finalmente nos conocemos..." le dijo una voz.
"¿Quién eres?" preguntó el joven aprendiz, poniéndose a la defensiva.
"La verdadera pregunta es... ¿quién eres tú?" le respondió la voz.
El aprendiz se volteó, al encontrar de donde provenía la voz. Al hacerlo, se asustó por un momento ante su propio reflejo.
"Hola... Jhonny" le dijo su propio reflejo, moviéndose por sí mismo y saliendo del cristal.
"No, no es posible..." se asustó este.
"¿Ahora crees que no es posible? ¿No decías que volverías lo imposible posible?"
Jhonny masculló mientras su forma oscura se le acercaba. Mientras lo hacía, esta tomaba una forma demasiada conocida para él: una forma humana. Más concretamente, su propia forma humana.
"Ahora, ¿te parezco familiar?" se burló su reflejo.
"¡No me engañarás!" rugió el joven dragón, expulsando una llamarada torrencial.
Pero el reflejo lo detuvo con una sola mano, como si no fuera nada. Ni siquiera había ningún daño en el enemigo. Asustándose, Jhonny empezaba a retroceder.
"Creí que serías más fuerte" se burló su reflejo, "Pensé que Cyrus te había enseñado a mostrar valentía... ¿Qué tengo, que me temes?"
El joven dragón no quería retroceder, de tal manera que se lanzó de frente contra el enemigo con sus garras. No obstante, cuando impactó con su reflejo, esto parecía como si fuera una pared de hierro: no le hizo ningún daño.
"¿Cómo...?"
El enemigo sonrió maliciosamente mientras que, con lo que parecía un puño humano, le golpeaba el estómago al aprendiz, mandándole a volar e impactándolo contra un muro. Con dolor, el joven dragón se volvió a levantar.
"Es una lástima que desperdicies tus nuevos poderes con cosas absurdas como un mundo de fantasía" le instigó su reflejo, "Deberías regresar al mundo real y usar tus poderes para convertirte en alguien que todos respeten, que valoren... te temerán y no habrá nadie quien te vuelva a molestar..."
"¿Y convertirme en un tirano?" le preguntó Jhonny, "No, no me convertiré en alguien así..."
"Nadie te valorará por querer convertirte en héroe... los héroes no existen... y si existen, todos mueren al final..."
Volvió a tomar forma de dragón y, más rápido de lo que le joven dragón pudo reaccionar, le sostuvo de la garganta, ahogándolo.
"Claro que, yo te puedo ayudar... si me dejas controlar, no morirás tan fácil..."
"Preferiría morir en la luz que vivir en oscuridad..." le respondió, haciendo arder su maná.
Logró soltarse y contraatacar con una llamarada, pero su reflejo se cubrió con sus alas.
"Eres un tonto..." se burló.
El enemigo chasqueó las garras, y de la nada, el cuerpo del joven dragón se congeló. Acto seguido,de su pecho salió una cadena negra, que lo ató de alas hasta la cola, y se fijóen el suelo, impidiéndole moverse.
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