Capítulo XXIII: Neil.
Cuando Azael tocó la puerta de la mansión, su mano bajó de forma pausada al ser recibida por sus protegidos. Estos chicos, que contienen parte de su alma al formar parte de la bendición que dejó a sus ancestros, tenían las manos entrelazadas y unos rostros genuinamente preocupados, sonrío de manera casi imperceptible por eso.
Es bueno que por fin hicieran las pases...
Crepus corrió a recibirla bastante angustiado, alzándola en el proceso mientras detrás de él, Adelinde se acercaba con toallas y abrigos para los invitados.
El dúo de chismosos miró de reojo a Scaramouche quién solo rodó los ojos cuando se percató de sus celos.
-¡Estaba tan preocupado! ¡Las horas pasaban y no llegabas! ¿Dónde estabas?
Adelinde se dirigió a los demás para que se adentrarán dentro de la mansión.
-Pasen, hace frío afuera.
Algo tímidos la siguieron, Bosacius tuvo cierto conflicto al percatarse que, el lodo en sus zapatos hacía demasiado contraste con la madera pulcra y ostentosa debajo de sus pies. Al ver detrás suyo, notó que todos tenían el mismo dilema.
Nadie quiere ser regañado por la hermana Azael...
Desde Venti disculpándose por el desastre, hasta Raijin cuidando su lenguaje al hablar, le daba cierta ternura este panorama. Eridanus y Bennu eran los más acostumbrados a este tipo de cosas, supone que es porque se ensucian mucho o procuran mostrar sus modales inculcados cuando su madre está presente.
Una vez el pequeño Bennu le dijo con una madurez que no solía ver en él y con ese característico tono infantil, que su madre lo educó bien y por eso les tenía respeto, pero que lamentablemente él aprendió malas palabras y a insultar por sí mismo.
Ojalá Bosacius hubiera podido consolarlo cuando siglos después entendió que se refería a Morax.
-Crepus, no es necesario... -trató de insistir Azael cuando el dueño de la mansión revolvió sus cabellos y cubrió su cuerpo con un cariño fraternal que no sentía en siglos, a pesar de que Crepus es consciente de su edad milenaria, tal vez sea por su apariencia joven que él no puede evitar cuidarla como a uno de sus hijos; y eso, aunque no pueda admitirlo en voz alta... rompe un poco su consciencia, no porque rechace el cuidado de otros, sino por qué la mayoría de sus relaciones interpersonales se tratan de cuidar y guiar al más joven, ella no puede tomar el papel de hija o alguien menor porque sencillamente, no lo es.
Y lo recordó.
Recordó al hombre que hizo el papel de su "padre" cuando Bitru estaba lo suficientemente mal como para cuidar de sí misma, recordó como acariciaba sus cabellos con cariño mientras le decía que no era su culpa todo lo que sucedía a su alrededor.
En ese entonces, parecía más niña por su falta de experiencia, no sabía relacionarse y creció, definitivamente creció junto a quién después consideró su "abuela".
"-No es tu culpa" -le repetía con constancia ese hombre buscando calmar el corazón herida de la guardiana que lo perdió todo, a pesar de ser más joven que ella, era tan maduro para su edad, "-No es tu culpa, Aniam... Bitru tomó una decisión al salvarte de esa prisión"
"-Pero lo es, es mi culpa. ¡Fue mi culpa que mamá cayera en la locura!" -insistió sollozando "-Si tan solo... Si tan no hubiera ignorado mis deberes, si ella no me hubiera encontrado, si yo... Si yo hubiera permanecido encerrada en mi prisión, mamá... estaría bien"
Si desde un principio hubiera cumplido con mi papel de gobernar el Mundo Humano, ¿Crees que hubiese podido crear un mundo mejor para nosotros?
Me pregunto si ella siente lo mismo que yo, porque después de todo... Incluso esa tonta de Shejiná no ha permitido que nadie más posea su nombre.
Azael observa de reojo a Raijin.
Incluso si no lo deseo, tendré que visitar mi habitación más tarde.
Va a doler.
Porque incluso los que cuidan a los demás quieren ser cuidados de vez en cuando. Por eso sostiene su muñeca para que pare, dándole una mirada tranquilizadora para decirle que está bien.
Lo malo de estar roto, es que las pequeñas acciones de los demás... pueden ser la gota que derrame el vaso.
-Gracias... Pero es suficiente.
Crepus entonces suspiró demostrando una genuina preocupación -Me preocupas, no sueles cuidar bien de ti.
-Lo sé, intentaré mejorar en ese aspecto para ya no preocuparte, pero ahora... hay ciertas personas que deseo presentarte.
-Son... ¿Ellos? -murmuró viendo a las demás personas detrás de ella.
Ahora que los miraba más de cerca... No conocía a ninguno. Tal vez al bardo rogándole a su hijo para que no lo vetaran de la taberna por tomar siendo menor de edad, pero... Cuando Crepus dirigió su mirada a Bosacius, su boca se abrió lleno de asombro, no podía creer lo que estaba viendo, la emoción recorrió su rostro mientras se abalanzaba a examinar los brazos extras del Yaksha.
-¡Son...! ¡¿Son de verdad?!
Kaeya nunca vio a su padre tan emocionado en toda su vida, Bosacius le sonrió y correspondió su alegría.
-Sí, ¿Quieres tocarlas?
-¿Puedo?
Venti no pudo evitar reírse de manera baja por la escena, se le hacía muy tierno, es bueno que aceptaran a su amigo por cómo es.
-Ellos son mi familia -los presentó-, él es mi hermano Bosacius, los dos pelinegros son mis hijos; y el bardo junto con el otro chico son mis amigos más cercanos.
-¿Amigo? Preséntame bien. -agregó Raijin con cierta molestia en su voz cruzado de brazos.
Azael carraspeó un poco intentando desviarlos al eje central sin que notarán el intenso color rojo en sus mejillas, realmente no se esperaba ese comentario. Venti y Bosacius se miraron con complicidad mientras soltaban una pequeña risita.
-Cómo decía, lamento traerlos sin avisar, pero debo comunicarte un par de cosas respecto al tema de los FATS (Fatuis); además de, poner al tanto a ciertas personas. -dijo mirando a los más menores del grupo.
-Ya veo, es un gusto, siéntanse en casa. Cualquier cosa, estoy para servirles. ¡Soy Crepus Ragnvindr, dueño del Viñedo del Amanecer! -se presentó con bastante orgullo.
Diluc y Kaeya observaron curiosos a los dos chicos que parecían tener su misma edad; aunque, Diluc sintió cierto escalofrío al reconocer al pelinegro de ojos rojos.
¿Ese no es el Señor de Inazuma...? ¡¿Qué hace aquí?!. Se cuestionó entrando en crisis.
Raijin se sentía un poco incómodo sin su sombrero; de hecho, a excepción del bardo, todos poseían el típico atuendo de los fénixs (el cuál consistía en un traje pegado al cuerpo debajo de toda su ropa personal). Le tomó mucho tiempo entender el significado de ese regalo, el día que Benu se lo dio, se lo tiró a la cara porque estaba enfadado con él por descuidarlo con sus citas, recuerda su rostro rojo queriendo contener sus lágrimas porque estuvo toda la noche esperando a que llegara y no lo hizo hasta que se hizo de madrugada. Fujin se lo mencionó cuando estaban de camino, removiendo su consciencia ante algo que ocurrió hace más de dos siglos, si bien se disculpó y ya ese incidente fue arreglado en su momento, Bennu se volvió algo reacio respecto a expresar detalles sobre su vida en Devlin a partir de aquel día: "Solo es ropa Raijin, no le tomes demasiada importancia. No importa".
Debió ser obvio para él cuando vio que les confeccionó el mismo regalo a ellas dos...
Lo había aceptado como parte de su familia con ese regalo y él...
Maldito yo del pasado y sus estúpidos errores inconscientes. Ojalá, Dios te guarde y se le olvide en dónde.
Bennu y Eridanus inspeccionaron a ambos chicos, reconociendo y preguntándose por qué los identificaban como "familia", sentían que parte de la esencia que los componía... ellos lo tenían, pero era diferente.
-Ustedes... ¿Quiénes son? -cuestionó Eridanus mirando a su madre en busca de respuestas, empezaba a sentirse algo incómoda por la familia de cabellos rojos.
Azael se apresuró en hablar y aclarar las cosas.
-Larga historia, todo se remonta a la Guerra de los Arcontes...
-¿Dónde todo era monte? -se burló Scaramouche recibiendo una mala mirada de su parte, Bennu se río bajo ocultándose detrás de él para que no le peguen por reírse.
-Donde aún no te habías... ¿Sabes qué? Olvídalo. -se resignó.
Raijin solo sonrió apoyando su rostro en su mano para verla.
-Entonces si era verdad que era MUY vieja... -dijo Kaeya recibiendo un pellizco por parte de su papá- ¡Ay! ¿Y eso por qué?
-Esos comentarios mejor guárdatelos para ti, hijo.
Azael carraspeó -Como decía, cuando la Guerra recién había iniciado, el único pueblo que logró resolver la problemática del trono divino sin tener un campo de sangre tras sí, fue la nación de Mondstadt.
-¿Es cierto que la Guerra duró mucho tiempo? -preguntó Crepus bastante interesado en saber del pasado y todos estos seres místicos.
De joven siempre le fascinaron las cosas sobrenaturales y fantasiosas. Ahora uno de sus sueños se hizo realidad.
Azael y Bosacius se miraron, respondiendo al mismo tiempo:
-La Guerra duró mil años.
Algunas personas casi se atragantaron con sus propias salivas al hacer cuentas -¿Y ustedes tienen...?
-Unos 2700 años -dijo alegremente el de hebras moradas sin prestarle mucha importancia.
Azael rodó los ojos cuando todos voltearon verla esperando su respuesta -Qué les importa. -respondió de forma automática.
-Yo igual quería saber... -se quejó de manera baja Eridanus, Venti palmeó de manera suave su espalda en forma de consuelo.
-Te comprendo, es difícil saber la edad de la anciana de tu madre.
Todos apartaron sus sillas alejándose del bardo cuando la mayor empezó a caminar hacia él, Eridanus entró en pánico al tener que proteger a su amigo de la mirada asesina de su madre.
-¡Él seguro no quiso decir eso! ¡¿Verdad?!
A penas nos reencontramos y ya te nos vas, Barbatos.
-¿Anciana? -bramó engullendo su puño en energía elemental anemo, Bosacius se puso de pie para frenarla, últimamente esos dos a pesar de ser bastantes tranquilos, no dejaban de molestarse- Yo no estoy anciana.
-Claro que no, solo estás vejete. -siguió respondiendo como si su vida no estuviera en peligro.
-Estoy repartiendo putazos y tú tienes todos los boletos, Venti -dijo siendo retenida inmediatamente por Bosacius antes de que se lanzara sobre él- Suéltame Bosacius, ¡Voy a meterle la poesía lírica por el culo...! ¡HMMM!
Su hermano le tapo la boca antes de empezará a insultar.
-Guarda tu lenguaje, por favor, este no es el momento y tú -miró al bardo- Vas a tener que disculparte después.
Raijin esta vez no pudo evitar soltarse a reír al relacionarlos con un gato molesto y un pitbull.
Bosacius suspiró pidiéndole a todos que se sentarán en la mesa para poder charlar con más tranquilidad, Adelinde asintió y trajo un par de bebidas para apaciguar el ambiente.
Los demás sirvientes no llegaban hasta en unas horas, la mayoría de ellos tenían sus viviendas cerca de la mansión, durmiendo fuera antes de iniciar su jornada laboral.
Adelinde era una tumba, Azael ya lo comprobó muchas veces.
Hasta parecía que pocas cosas la sorprendían.
En un inicio, lo que Azael les contó a los Ragnvindr fue bastante vago, sin entrar en detalles.
-¿A dónde quieres llegar con contárnoslo? -preguntó Eridanus con cierto temor en su voz, ella no era tan cerca a Neil como lo fue su madre pero, fue gracias a él que le gustó la música.
Fue Neil quién hizo que amara la música.
-A la verdad para que todos ustedes comprendan la conexión que nos une a pesar del tiempo interpuesto.
-¿Y esta es la forma correcta de abordarlo, mamá? -preguntó entonces Bennu tomando un sorbo del vino que le ofreció Adelinde.
Diluc y Kaeya casi se atragantan con sus bebidas ante el título empleado. -¡¿Mamá?! ¡¿Tienes hijos?! ¡¿Ellos son tus hijos?!
-Shh, no interrumpan a sus mayores -los regañó Crepus.
-Sí y Bennu, tienes razón. Me he precipitado un poco, me disculpo si los asusté, es solo que... creo que es primordial para ustedes -miró a sus hijos-, y todos en general saber de esto. Verán, la conexión que tienen conmigo es algo de cuidado, porque los poderes otorgados con esta conexión no son una broma; así que, saber la procedencia o inicio de esta es primordial para dominar lo más básico.
-Somos fénixs de nacimiento, no entiendo a dónde quieres llegar. -refunfuñó Bennu- Respóndeme algo, lo que siento... la necesidad que siento de protegerlos, el hecho de que los sienta como mi familia a pesar de que no lo son, ¿Es por algo que hiciste en el pasado? ¿Es por esa conexión que dices? Si es así, prosigue. Me pica la curiosidad.
-Así es, a su ancestro le dejé parte de mi poder como muestra de gratitud por su arduo trabajo, no solo con su pueblo, sino que también... con mi mejor amigo.
Crepus entonces lo entendió, Kaeya más, sin embargo, no.
-Yo... no soy hijo sanguíneo de mi padre, entonces... ¿Por qué estoy incluído en esta conversación?
Azael acarició los cabellos del peliazul para después golpear con dos de sus dedos su frente en modo de regaño.
-Porque en el momento que ellos te consideraron parte de su familia, fuiste bendecido por mí, Kaeya.
-Lo siento... puedes seguir con tu explicación, supongo que estuve mal al reaccionar así, ando algo sensible.
-Está bien, vamos paso a paso, ¿Quieres? No siempre se puede ser imparcial.
-Sí, comprendo. Muchas gracias.
Azael le sonrió y Bennu tuvo cierta envidia de ese trato tan maternal.
Claro, reemplázame con un random que apenas conoces. Yo soy más fuerte, tengo más dinero, ¡Soy mil veces más guapo que él! ¡No es justo tal favoritismo!
Su hermana se río por sus gestos.
-Hace 3.000 años, cuando la Guerra aún no estaba en su total apogeo, Mondstadt era presa de un dios corrupto que creía que encerrando a su pueblo y negándoles la libertad de ver el mundo era lo mejor para ellos, esto... aunque algo entendible por la Guerra que se producía fuera, no era la manera correcta de abordar las cosas y a largo plazo, cobró muchas vidas. Pues mucho prefirieron morir luchando por esa libertad, que ser presos todos los días de su vida.
-La libertad nuca es dada voluntariamente por el opresor, estaba debe ser demandada por el oprimido. Porque la única manera de lidiar en un mundo sin libertad es llegar a ser tan absurdamente libre, que tu misma existencia sea considerada un acto de rebelión. -dijo Venti mirando con cierta complicidad a Azael por los eventos que vivieron juntos en el pasado, ella sonrío con algo de tristeza asintiendo a sus palabras.
-Así es, el bardo "sin nombre", en realidad se llamaba Neil, él usó solo su voz, una lira de madera y el corazón para luchar. En ese tiempo, cada uno tenía que velar por sí mismo para no morir, en especial en lo que ahora es Liyue y donde yo habitaba, en aquel territorio se llevó las más catastróficas y violentas peleas entre Dioses. Cuando volví al lugar donde solíamos reunirnos, Neil había muerto por un flecha que -irónicamente- atravesó su corazón.
Eridanus dejó de escuchar, se dio cuenta de que todo eso... sucedió después de su deceso. Neil fue el detonante que tuvo para que empezara a amar la música, lo que sentía por el bardo de aquel entonces, no era romántico, sino era una completa, genuina y sincera admiración por su trabajo. Porque el bardo desbordaba en talento y sus melodías estaban llenas de sentimiento. Lo respetaba, reconocía sus habilidades y valoraba sus cualidades como persona.
Neil era su ejemplo a seguir.
Él inconscientemente la ayudó a conectar con sus propias aspiraciones y metas, con sus sueños y esperanzas... y él murió de esa horrible forma, sin siquiera ver por sí mismo el futuro que creó para los suyos.
Admirarlo era como apreciar una estrella.
Yo... me enamoré de su música.
Yo en serio lo admiraba tanto.
Yo... ¿Por qué siento mi mundo romperse en pedazos?
Bennu bajó la mirada pensativo, por supuesto que sabía la historia, pero escucharlo de la boca de alguien que estuvo en el lugar de los hechos es completamente diferente. Venti notó la vista perdida de Eridanus, cuando volteó a verlo, se veía tan perdida, pero intentó disimularlo. Al ver la palpable tristeza en sus ojos, se decidió a tomar su mano por debajo de la mesa, acarició suavemente con su pulgar, los dedos ajenos.
"Está bien. Estoy aquí" le estaba diciendo a través del tacto, Eridanus entrelazó sus dedos con los del bardo recibiendo la muestra de apoyo.
Pensé que había muerto por causas naturales ya estando viejo, que había vivido una vida llena de gozo y dicha como él deseaba, no que lo habían... matado...
A veces creo que hubiera sido mejor si... Nunca hubiera vuelto al mundo real.
Pero me tienen fe, depositaron sus esperanzas en mí, ¿Por qué?
Es mi turno de dar la cara, de no huir y luchar por lo que considero mío por derecho.
Eridanus siente cierta culpa.
Empezó a sentir rechazo por la música gracias a terceros, repudiaba incluso las más suaves notas melancólicas expresadas por amantes, porque sí, Eridanus odiaba con todo su ser las músicas que se trataba sobre desamor.
-Encontré a mi querido amigo siendo sostenido por uno de sus camaradas, Arrats Ragnvindr, él lo acompañó en toda su travesía, su sueño se había cumplido, pero no estuvo ahí para verlo. -hizo una breve pausa mientras tragaba saliva de manera pesada, tenía el estómago revuelto mientras recordaba la escena. Fusionarse con Caos le trajo sus consecuencias, porque ahora recordaba todo como si hubiera pasado hacia apenas unos días, sin duda era horrible. Prefería sufrir amnesia y dejar los malos ratos en el pasado que seguirse amargando por ello-. Le otorgué mi bendición y por ende un acceso limitado a mis poderes, estos usualmente son accesibles con una visión para no dañar a su usuario. Kaeya, tú igual puedes hacer un fénix, pero distinta manera, contradictoriamente a lo estipulado... El frío de tu fénix quemará a tu adversario.
-Pero... ¿Cómo?
Al percatarse de la salida del sol, Azael se puso de pie, estirándose sobre su sitio -Te voy a enseñar, ven conmigo a la cascada después de que termines de desayunar. Crepus, Raijin, ¿Puedo dar un paseo con ustedes?
Ambos se miraron ciertamente confundidos -Sí, claro...
Venti nunca supo contradecir sus palabras sin tener que revelar que fue ella quién le dio fin a Decarabian en la independencia de Mondstadt.
Lo sostuviste en tus brazos hasta despedirte de él.
Barbatos jamás olvidará cómo uno de los dragones de tormenta murió.
Caminaron en medio del viñedo, admirando las uvas que estaban a nada de madurar para ser prontamente cosechadas.
Scaramouche miró su espalda pensativo, recordando vagamente el pasado donde una vez ella dijo y cito: "Él era sinónimo de libertad, tal vez... Fue por eso que me enamoré de él".
¿Acaso ella estaba enamorada de su mejor amigo?
Incluso si quedó en el pasado, no puedo evitar sentirme algo... Celoso.
-Verás Crepus, logré conseguir nueva información. El artefacto que te dañó aquel día es denominado "engaño", en su mejor versión puede igualarse a una "visión", aparentemente las versiones menos nocivas son usadas para las filas de los Fatuis. Son nuevas, en este poco tiempo que la tuve en mi poder, pude hacerme una idea sobre sus materiales y métodos de producción, debo de admitir que es increíble -Scaramouche tragó pesado al notar su pesada mirada, como que había olvidado por completo la sensación de ser observado constantemente-. Su circulación apenas inició, tú fuiste uno de los desafortunados que usaron para ver el potencial de ellos.
-Ya veo...
Artefactos similares a visiones... es la primera vez que escucho algo así.
Azael jugó un poco con el engaño para después dárselo a Scaramouche -Restos de dioses fallecidos y seres elementales de alto nivel, ¿no? En mi antiguo trabajo me encargaba de limpiarlos, como decía, hace un tiempo que llevo investigando dicha organización... es increíble como hacen para expandirse de forma tan eficaz. Básicamente, lo que hizo este engaño es drenarte la vida a cambio de poder, es por eso que tienes más que prohibido el volver a usarla. -su sonrisa algo siniestra mientras lo decía, les causó escalofríos- Te voy a dar algo mucho mejor que esa basura y a un menor costo.
-Parece como si intentaras venderme drogas...
-Me ofendes, Crepus. Ahora, dame tu mano.
Algo dudoso, miró a Scaramouche para saber si tenía idea alguna de lo que quería hacer, pero este solo se encogió de hombros, negando.
-Está bien...
Al juntar sus manos, su cuerpo fue cubierto por energía elemental. Sintió un extraño hormigueo recorrer su columna y un cambio que no supo identificar.
-¿Qué? ¿Qué está pasando? -preguntó preocupado.
-Solo te estás quemando -respondió Scaramouche como si no fuera la gran cosa.
-¡¿Me estoy quemando?!
-No literalmente, ósea sí, pero es más simbólicamente. Si en verdad te estuvieras quemando, sentirías dolor, ¿No?
-Eso no ayuda...
-¿Pueden dejar de hablar? Me desconcentran -dijo ya un poco harta del escándalo.
Se nota que hoy no tiene paciencia... ¿Qué estará pensando?
Crepus se miró a sí mismo dudoso -No me siento diferente, ¿Me veo diferente?
-Yo te veo igual de burro -le respondió Scaramouche, Azael le pellizco su costado, sobresaltándolo -Ugh, no hagas eso, duele.
-Que te duela, tú... -antes de terminar su oración, esa expresión sugestiva la hizo retroceder- Deja de mirarme así.
-¿Así cómo?
"Vaya, se están coqueteando", pensó Crepus carraspeando un poco para llamar su atención.
-Disculpe pero, ¿Qué hizo?
-En unas horas lo sabrás, eres una persona muy valiosa Crepus, demasiado. Básicamente te di el equivalente a ser un ser elemental sin alterar tu línea de tiempo como ser humano, las instrucciones vendrán después -le dijo poniendo una mano en su hombro, Scaramouche alzó una ceja dudoso ante la interacción.
¿Por qué lo toca?
-Gracias, no quise preguntar porque sé que Diluc no se lo tomará bien, pero usted... ¿Es un Heraldo? Se parece demasiado al Sexto.
La pregunta fue directa, Scaramouche no pudo evitar suspirar mientras asentía -Lamento que te hubieras visto involucrado, no soy quién se encarga esos artefactos. Ando de infiltrado en la organización y aunque me preguntes hay muchas cosas que no podría responderte por tu propia seguridad.
-Ya me había ilusionado, saliendo un poco del tema... -el pelirrojo puso unas llaves en la mano de su salvadora- Esto es para ti.
-¿Unas llaves?
-De tu nueva casa.
¡Se me adelantó!
Scaramouche sentía que le habían declarado la guerra.
Yo pensaba hacer lo mismo... Pero después de confirmar que sí fuera ella.
Digamos que el Heraldo se había llevado mucha desilusiones con descripciones similares.
-¿Una casa?
Crepus jamás creyó que verla fuera de su faceta estricta y melancólica fuera tan reconfortante. Hasta hoy, creía que la tristeza la estaba matando por dentro.
Porque lo ha vivido y sabe cuando alguien está desesperanzado.
Recuerda la época en la que tuvo que aceptar que sus sueños jamás se harían realidad porque no era suficiente.
A pesar de entrenar día y noche, de matarse estudiando... Jamás estuvo a la altura de su sueño.
Comprende que para ella es diferente, ver morir a alguien es duro pero, ¿A cuántas personas o seres vio morir esa persona que parece escasear en lágrimas incluso para llorar? Crepus cree firmemente que con las personas correctas... uno saca su mejor lado, quiere decir, su lado más realista.
Su verdadero yo.
Es un poco curioso, estar al borde de la muerte le hizo replantearte muchas cosas, entre ellas el peso que tal vez inconscientemente estuvo posando sobre sí mismo.
-Te lo debo, mínimo tendrás un lugar donde volver y al cuál llamar hogar.
-Muchas gracias, Crepus. No sabes cuánto necesitaba volver a dormir en una cama decente.
Honestamente quería llorar y saltar de alegría, se la veía demasiado feliz.
Scaramouche palmeó su espalda -Entonces vendré a visitarte cada tanto.
-Ahora podrás hacerla de Romeo y enviar cartas de amor a esta señorita -bromeó codeándolo.
Negó divertido -Sabes que no va conmigo.
-Ni conmigo -admitió- Pero sí, si deseas comunicarme algo, ya sabes dónde enviarlo. Mínimo.
Crepus sonrió disfrutando de la escena.
-Qué hermoso es el amor joven.
-Crepus, somos mayores que tú...
El resto del día, Azael estuvo enseñándole lo básico para dominar su bendición a Kaeya. Claramente entusiasmado, le contaba a Diluc quién alegre por él, lo felicitaba por sus avances.
La mayor dejó que charlaron para sentarse al lado de Scaramouche que había estado mirando en silencio de lejos.
-¿Cansada?
-Abrumada diría yo, nunca pensé que tendría que volver a recordar la teoría sobre mis poderes... -suspiró echándose sobre el césped.
El día estaba bastante tranquilo, Eridanus se fue con Venti a la ciudad para visitar la biblioteca, Bennu y Bosacius mantenían una pelea amistosa mientras ellos supervisaban el entrenamiento del peliazul.
Scaramouche apartó los cabellos de su rostro.
-¿Sabes? Nunca me disculpé como debía -tenía los ojos fijos en él mientras se concentraba en transmitir sus sentimientos- Tardé demasiado en salir del Mar Oscuro y, aún más del Abismo. Debió ser difícil para ustedes dos lidiar con el peso que dejé sobre sus hombros, yo...
-Espera, ¿Dijiste el "Abismo"? ¿Acaso estuviste ahí?
Oh, él había sido enviado varias veces a incursionar ese lugar, ¿Por qué nunca se encontró con ella?
¿Estuve tan cerca de encontrarla y no lo sabía?
-Sí, el Abismo conecta a muchas partes, encontré un acceso por el Mediterráneo, estuve perdida un tiempo hasta que pude salir.
-No es un lugar sencillo de explorar, incluso para mí que soy un Heraldo.
-Lo sé, no es un lugar fácil para nadie, es como un laberinto que cada tanto mueve sus paredes y accesos. -Azael pensó en sí decirle sobre Caos por un momento, se arrepintió al instante, no cree estar lista para decir en voz alta sobre las cosas que descubrió-.Yo, sinceramente... Te extrañé mucho... Raijin.
-No tienes idea de cuánto esperé por escucharte decir eso, tonta.
No bastaron decir más palabras para saber que todo estaba bien por el momento.
-Vendré a visitarte, después de echar un par de mentiras en la organización.
-¿Mentiras por mí? -bromeó jugando, esperando que se sonrojara o mínimo le reprochará por decirlo, pero Raijin se había vuelto más atrevido que la última vez.
-Mataría por ti. -afirmó en cambio
Hubo un silencio de su parte antes de soltarse a reír -Yo lo decía de a broma Raijin, no tienes que hacer ese tipo de cosas por mí. Con que estés bien, para mí es suficiente.
Esas palabras nunca le terminaron de convencer del todo al Heraldo.
-Puedes pedirme lo que quieras. Lo que me pidas, lo haré realidad.
-Qué palabras tan tentadoras y poco realistas, pero creo que hoy solo te haré una sugerencia.
-Ah, ¿Si? ¿Cuál?
-Que si llegas a amar a alguien más... Espero que me lo digas, no me voy a enojar. Ya me enteré de tus andanzas a los inicios de tu mandato, no pensé que fueras a tener un número tan grande de ex's. No perdiste el tiempo, ¿Eh?
Esas palabras pasivo-agresivas solo salían a relucir los celos ocultos de su dama.
Raijin hizo que ella lo mirara y vociferó con palabras frías:
-No digas algo así. Jamás me gustará alguien tanto como me gustas tú, ya lo comprobé muchas veces. El día que te conocí, el tiempo que pasé a tu lado, fue tan significativo para mí, que sigues siendo especial para mí hasta el día de hoy. No creas que mis sentimientos por ti son tan volátiles como las de un humano, Fujin. Va a ser difícil que me desenamore de ti.
Ojalá pudiera creerte, chico bonito.
¿Dónde se encuentra la casita de los vagabundos de esta historia?
R.- Así es, hablo de Azael, Venti y Bosacius. Esta se encuentra en Mondstadt cerca del Viñedo del Amanecer:
Se despide:
"Mr_Swag95"
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