Capítulo XX: La primogénita.
Hola~
¿Cómo han estado?
Espero que bien, porque yo ya me olvidé de cómo hacer capítulos cortos...
😔😔😔
— No soy Neil...
No pude evitar observarlo con sorpresa ante sus palabras, sin pensarlo mucho, le cuestioné con una notable incertidumbre en mi voz:
— Entonces... ¿Quién eres tú?
El hermano de la joven no fue el único en sorprenderse, Bennu tuvo que intervenir ante la mirada triste que pusieron el bardo y su madre, la inevitable verdad detrás del deceso del antiguo bardo tocó una fibra sensible en ellos dos, por supuesto que no culpa a su hermana mayor por preguntar pero, el desconocimiento de aquel tema es... delicado, por decirlo menos, trayendo malos recuerdos a aquellos que lo vivieron. Él no presenció ese hecho en primera persona porque para ese entonces ya se encontraba inconsciente en el plano del sueño, pero las historias de un "bardo sin nombre" y la importancia que tuvo para la independencia del pueblo Mondstadt del tirano Decarabian habían llegado incluso hasta él.
— Él es la hadita de los deseos... — fue lo único que se le ocurrió decir, un silencio incómodo los inundó a todos antes de que Venti estallara en risas por aquel antiguo apodo que el fénix utilizaba para referirse a él.
"¿La hadita de los deseos?" Pensé intentando buscar entre mis recuerdos a alguien con aquel apodo, Bennu en su niñez solía ponerle apodos a las cosas que más le gustaban de una forma muy tierna, su versión joven era cautivado con facilidad, rebusqué hasta que algo hizo click en mi cabeza "Oh, ¿Estará hablando de Barbatos? Después de que apareció mágicamente a su lado para ofrecerle una manzana, él empezó a llamarlo así, en ocasiones Barbatos solía entretenerlo mientras Neil y mi madre charlaban"
— ¡¿Aún te acuerdas de eso, Bennu?! JAJAJAJA — Venti sujetó su estómago debido a la risa.
Pude ver cómo mamá también se aguantó una carcajada y solo esbozó una pequeña sonrisa imperceptible.
Eridanus solo la observó.
— ¿Tú eres Barbatos? — pregunté pero, esta vez con más suavidad y algo de vergüenza.
— Así es, pero dime Venti — el bardo me ofreció su mano con una sonrisa y por unos momentos, dudé en estrecharla, pero decidí que las respuestas se responderían poco a poco con el tiempo.
— Entonces es bueno volver a verte, amigo.
"Así que es un viejo amigo de la familia..."
Mientras ellos charlaban, Bosacius se acercó a Scaramouche y le dijo — ¿Tú también sientes que te estás perdiendo de algo?
Está por demás aclarar que el antiguo Yaksha no se sentía amenazado en lo más mínimo por el Fatui, su hermana no está de adorno, si algo malo pasase entonces solo bastará con llamar su nombre.
Scaramouche lo observó con curiosidad ante su repentina cercanía, el chico solo atinó a encogerse de hombros en respuesta — Supongo que hay demasiadas cosas para ponerse al día — minimizó.
— Honestamente... eres igual a cómo ella te describió, pero por lo que veo, pasaste por muchos momentos duros, ¿No es así?
Scaramouche sintió que por un momento el tiempo se detuvo ante su revelación.
— ¿Qué...? ¿Ella... habló de mí?
Scaramouche se sintió nervioso al pensar en una situación así, en cómo la relación de ambos hermanos debe de ser tan estrecha como para llegar a contarse ese tipo de cosas, sus esperanzas y antiguos sentimientos emergieron de golpe, invadiéndolo por completo, haciéndolo sentir nervioso ante algo tan tonto.
"Solo ella tiene el poder de hacerme sentir como un tonto ingenuo inexperto..." Pensó avergonzado al darse cuenta de las emociones que estaba sintiendo.
— Creo que no había día que no lo hiciera — sinceró el Yaksha con una sonrisa que rayaba lo burlesco y lo nostálgico — Tienes la mirada de alguien inmortal, alguien que estuvo esperando por mucho tiempo, ¿No es así? ¿Qué se supone que estás esperando? — preguntó mirando la charla que mantenían los otros tres.
— Creo que no estoy entendiendo a qué punto estás queriendo llegar, Bosacius...
— ¿Es así? Supongo que a veces no puedo evitar divagar, discúlpame — el Yaksha palmeó su espalda para adentrarse a la otra charla — ¡Cuenten chisme! ¡Ese niño me debe muchas! ¡Yo igual me quiero burlar! ¡La crianza no fue gratis, Bennu!
Bennu tapó la boca de Venti para evitar que hablara — ¡No! ¡Vete! ¡Tengo un rehén! — amenazó apuntándolo con un palo.
Scaramouche solo negó con la cabeza algo divertido, observando como el bardo aparentemente lamió la mano del pelinegro para zafarse de él, Venti corrió a esconderse detrás de Bosacius, pero Bennu quién era detenido por Eridanus gruñó enfurecido al cambio de acontecimientos.
— ¡Suéltame! — exigió pataleando — ¡¿De qué lado estás?!
La chica guardó silencio sin saber qué responder, Venti se rió mientras le susurraba a Bosacius el suceso en el oído, el Yaksha estalló en carcajadas y Bennu no pudo evitar sonrojarse avergonzado e impotente.
— ¡Malditos! ¡No se burlen de mí! — exigió entre gritos.
— No sabía que eras tan manso de niño, sobrino — dijo Bosacius echándole más leña al fuego.
La vista de Raijin se dirigió en busca de Fujin, por alguna razón el enfoque del chico siempre estaba fijo en ella, como una clase de imán que le pide estar a su lado. La rubia se mantuvo alejada observando la escena, mirándolos con una tristeza y añoranza profunda, Raijin no pudo evitar ir sutilmente a su lado para acompañarla y una vez más, sin hacer preguntas directas, estar a su lado, puede no comprendiera del todo su dolor, pero quiere que ella sepa que está ahí, totalmente dispuesto para ella, para prestar su hombro y sujetarla cuando la carga sea demasiado pesada.
Eridanus pudo ver con bastante curiosidad la mirada que intercambiaron ambos por unos breves segundos "¿Qué clase de relación tienen ellos dos...?" se cuestionó con duda.
— ¡Dejen de molestarme!
— ¡¿Ves?! ¡El empieza y después no se aguanta! — lo siguió molestando Venti, bastante divertido con la situación.
— Bennu, creo que deberías de tranquilizarte... — quiso intervenir su hermana mayor, siendo ignorada olímpicamente por el menor, quién seguía empeñado en "recuperar" su honor.
Eridanus se sorprendió ante su desobediencia, pues todos sus hermanos acataban sus órdenes al pie de la letra.
Y la razón por la que lo hacían, era algo obvia...
La mayor terminó aplicándole una llave que doblegó al menor en el suelo — He dicho que te detengas — repitió con una aura aterradora, Bennu tragó saliva sorprendido.
— E-está bien... Pero cálmate, por favor... No hay que llegar a la violencia, somos hermanos...
Scaramouche no fue el único a quién se le hizo graciosa la escena de un tipo de 1.82 siendo sometido por alguien de 1.70, no pudo aguantarse y evitar decir entre risas — Cómo se nota que es tu hija, jaja.
Azael alzó una ceja y le cuestionó — ¿Qué quieres decir con eso, Raijin?
El Heraldo se enderezó en su sitio al caer en cuenta que lo había dicho en voz alta.
— ¡Nada! No pienses mal, solo digo que tiene tu mismo carácter — Azael lo miró cómo si le dijera que si estaba hablando enserio, este sabiendo que había metido a pata, murmuró bajando su sombrero — Mejor no me hagas caso...
Azael negó divertida al lograr su cometido de sonrojarlo — No te preocupes, está bien. Tienes razón.
Eridanus quería acercarse y tomar a su madre para preguntarle si realmente estaba bien, porque entre más los veía, más lo entendía y teme que de nuevo la historia vuelva a repetirse.
Bennu observó con curiosidad el como Eridanus no deja de ver (para nada disimuladamente) a Raijin, puede que ella lo esté intentando pero, parece de cierta forma ensimismada.
"¿Qué estará pensando?" Se pregunta.
Solo espera que sea mera curiosidad, porque si no... será extraño que otro sentimiento nazca de ahí, por no decir que incómodo. Quiere evitarse más encuentros como los que ya tiene con Raijin con respecto a sus sentimientos por su madre, ugh.
Azael al notar que su hija la estaba mirando, ambas mantuvieron una pequeña charla mental, no sé dijeron nada, porque solo bastaba mirarse para darse una idea de lo que quería decirle la otra, es por eso que se acercó a ella con pasos firmes, sorprendiéndola cuando en vez de tocar su rostro como prevenía Eridanus, ella destruyó el intercomunicador que aún mantenía encendido — Eso te lo dio ella, ¿no es cierto?
— ¿Hablas de...?
Su madre puso dedo en sus labios y la calló — No digas su nombre, ustedes pueden decirlo sin consecuencia alguna porque son mis hijos pero, ellos no — le explicó.
Aunque me sorprendí por la aclaración, tenía sentido — Está bien, ¿Puedo hablar con ustedes dos en privado? — sugerí.
Bennu aunque se sorprendió un poco, asintió — Volvemos en un momento.
Cuando los tres estuvieron lo suficientemente lejos para no ser escuchados, el ambiente se puso tenso.
— Eridanus... — empezó diciendo mi madre.
— Lo sé, solo... Dame un momento, necesito ordenar mis ideas — pedí.
— ¿Cómo acabaste aquí? — me cuestionó el menor preocupado.
La pregunta a la que los dos querían llegar era obvia "¿Cómo es posible que estés viva?"
Eridanus lo sabía, una vez que hablara ella terminaría por derrumbarse y no quiere verse a sí misma doblegarse en el suelo para pedirle perdón porque seguramente eso es lo que hará, la culpa la consume por la decisión que fue tomada para asegurar el bienestar de su madre.
— Cuando morimos a manos de Bitru, los seis... aunque perdimos nuestro cuerpo físico, nuestras consciencias permanecieron dormidas dentro del plano de ensueño... — empecé contando, mirando todo el tiempo el suelo, incapaz de levantar la mirada, sentía que si lo hacía, mi voz la cuál trataba de salir para explicarse, se detendría hasta apagarse — Fuimos despertados de nuestro sueño eterno, al principio pensamos que sería mamá, la cuál halló una forma de volver a invocarnos o algo así, pero...
— En su lugar con quién se encontraron, fue con Shejiná, ¿No?
Asentí despacio levantando un poco la mirada para verlos a ambos con un profunda culpa.
— Así es, nos hizo una propuesta, nos mostró el panorama actual y el cómo mamá sufría...
Los hermanos se miraron entre sí bastante preocupados, luego miraron a la Diosa y todos llegaron a una misma pregunta:
— ¿Qué quieres?
El tono era estoico y receloso.
"— Quiero a 33%" — dijo Shejiná apuntando a la rubia que discutía con 17% en la pantalla "— Tráigamela y les cumpliré su mayor deseo."
Eridanus enserio su rostro ante la mentira latente.
— ¿Por qué un Dios omnipotente necesitaría la ayuda de unos muertos para atrapar a alguien? ¿Qué me puede asegurar que serás capaz de cumplir tu promesa? — cuestioné seria, invoqué mi espada y apuntándola con ella dije — Revela tu nombre.
Shejiná sonrió ante su osadía.
Poniendo a todos mis hermanos detrás mío, Sculptor dio un paso al frente para ponerse a mi lado, me sorprendí pero, solo nos sonreímos en respuesta, aceptando la decisión del otro. Tucana fue escondida por Fornax, Grus e Hydrus se pusieron en posición de pelea, listos para proteger a los otros en caso de que la Diosa decidiera actuar en nuestra contra.
"— Veo que no confían en mí... Es comprensible y una pena" — dijo con una voz carente de emoción, todo en aquella Diosa causaba escalofrío, sus ojos contenían un absoluto vacío y era extraño porque todo su ser brillaba excepto su alma.
— Dime una sola razón por la que deberíamos hacerlo — dijo Grus escéptico.
Shejiná chasqueó sus dedos y detrás nuestro se mostró una imagen más vivida, un reflejo a cuerpo completo de como 17% era sometida por 33% en el suelo, no se escuchaba lo que decían pero, al parecer se estaban insultando.
Tucana quién era la menor ahí, no entendió el por qué su mamá golpeaba a otra persona y viceversa, parecía la más enojada, aunque algo que hizo dudar a todos fueron los ojos de su mamita, ¿Por qué los tenía rojos?
Tucana estiró su mano hacia su madre, tratando de alcanzarla y siendo retenida por Fornax, quién negó.
— ¿Por qué? — preguntó — Quiero ir con mamá, ¿acaso está mal? Mamá no nos olvidó, ¿Verdad, Fornax?
— No, no lo hizo — le aseguró con tristeza — Pero debes entender que la persona que está peleando ahí no es más que un reflejo, Tucana. No es real. — le advirtió con pesar.
— ¿Crees que Bennu aún siga siendo un bebé o por fin decidió crecer? — divagó escondiendo su cabeza en su cuello, Eridanus observó a la menor con tristeza.
"Bennu..." Pensó agobiada.
— No lo sé, Tucana... No lo sé...
Hydrus hizo una mueca al ver la enorme similitud de esa persona consigo...
"¿Por qué se ve igual a mí?" Se preguntó.
Eridanus e Hydrus son el vivo reflejo de Caos y Azael, con la diferencia de que la relación de ambas es mucho mejor que las dos primeras.
Hydrus posee largos cabellos dorados amarrados en una media cola, de ojos rojos y calculadores.
Shejiná observó a Hydrus con molestia, era claro que al ver a la hija de 17% sintió disgusto al recordar a 33%.
Shejiná le dio voz a la imagen frente a ellos, perturbando a todos los chicos al escuchar las crueles palabras que se dedicaban ambas hermanas.
"— ¡Cállate! ¡Me importan una mierda tus sentimientos! ¡Me importas una mierda! ¡Maldita escoria!"
"— ¡Todo hubiera sido mucho mejor si no hubieras nacido! ¡Solo eres una inútil buena para nada!"
Grus se acercó a tapar los oídos de Tucana — No las escuches — susurró despacio.
— ¿Se están diciendo cosas feas? — preguntó la niña con tristeza, Grus desvío la mirada confirmándole sus sospechas, entonces la menor ahí se bajó de los brazos de su hermano, teletransportándose para acercarse a la Diosa — Disculpe, Señorita... — llamó jalando de su vestido para que le prestara atención.
Shejiná se sorprendió con la menor le dirigiera la palabra, Fornax intentó alcanzarla alarmado pero, Shejiná lo impidió poniendo una pared que separaba a todos de ellas dos.
Los hermanos golpearon la barrera inúltilmente, empezando a ser consciente de la enorme diferencia de poderes entre ellos y la Diosa.
"— Habla".
— ¿Qué son ellas? — preguntó curiosa apuntando a las dos hermanas reflejadas en la pantalla.
"— Son hermanas..." — respondió con cierto repudio escondido en sus palabras.
— Los hermanos no deberían decirse cosas feas, tampoco tratarse así de mal, ¿Es que acaso no se quieren? — dijo la menor como si fuera lo más obvio del mundo.
— ¡Tucana! ¡Maldición! -— advirtieron sus hermanos preocupados golpeando el campo de protección para intentar romperlo.
En ese momento, todos cayeron en cuenta que ni uniendo sus fuerzas podrían derrotar a la Diosa.
"— ¿Qué te hace pensar eso?" — le preguntó con curiosidad Shejiná.
Tucana en ese momento tomó chance de ello.
— Mis hermanos me cuidan mucho, en especial mi hermano Sculptor, él incluso juega conmigo a la hora del té, me cocina galletitas y yo jamás podría decirle cosas tan horribles. A todos mis hermanos los aprecio mucho... — admitió con vergüenza -— No me gustaría hacerles daño alguno, de ningún modo, porque incluso si lo hago, ellos saben que estamos jugando o que no estoy hablando enserio pero... — la niña observó con tristeza a ambas hermanas, no lo entendía — Ellas no...
"— ¿Eso es lo que piensas?"
— ¿Quién es mi mamá? — preguntó, sorprendiendo una vez más a Shejiná por su valentía al hablar y por el cuestionamiento en doble sentido que hizo. Shejiná sintió que algo se removió en su interior, por un momento quiso tocar a la pequeña niña pero, se contuvo — Aquella mujer rubia no es mi mamá.
"— ¿Cómo estás tan segura de ello?"
— Mi mamá no tiene los ojos rojos — la forma en la que la niña lo dijo, mostrando los suyos propios que resplandecían como la misma escarlata, hizo que Shejiná cayera en cuenta de que no debía subestimarlos.
Eran bastantes astutos, el problema era que no se tomaban casi nada en serio.
"— Tienes razón, la pelinegra es tu madre, la rubia es su hermana. Solo intercambiaron sus apariencias físicas, no sus cuerpos..."
— ¿Esa es la verdadera apariencia de mi mamá? — preguntó con curiosidad y cierta administración.
"— Puedo ver que eres muy inteligente..." — halagó Shejiná.
— ¿Y usted quién es?
"— Yo soy el yo soy..."
Tucana asintió sin entender del todo sus palabras — Sé que usted nos quiere matar... — empezó diciendo sin un ápice de temor, observando como su madre era golpeada e intentaba defenderse, la pelirroja miró a sus hermanos dándoles una señal que todos entendieron — ¿Puedo saber por qué?
"— Ustedes nunca debieron existir".
Grus tuvo que detener a Eridanus de ir a golpearla por tal insulto — Contrólate, por favor.
— ¿Acaso no escuchaste la mierda que acaba de decir? ¿Quién se cree para decir eso? ¿Con qué derecho lo dice? — vociferó estoica.
Hydrus le dio la razón — Aún así, te recuerdo dónde estamos, Eridanus. Eres nuestra carta estrella, no dejes que tus emociones te dominen, no por un par de palabras sin sentido, no lo valen.
Sculptor asintió — Aquella Diosa parece ser más dócil con Tucana hablándole, hay que aprovechar eso a nuestro favor.
Fornax asintió vagamente — Esto no pinta bien — informó — Esténse atentos y confíen en Tucana, después de todo... Ella es una buena actriz — les recordó.
— ¿Por qué? ¿Solo no debimos existir por qué tú lo dices o por qué rompimos alguna regla con nuestro nacimiento?
Tucana solo recibió un espeso silencio en respuesta.
— ¿Se siente mal...?
"— ¿Qué cosa se sentiría mal?"
La niña se acercó y con un palpable cinismo le recordó:
— Porque nosotros no somos y jamás seremos tus hijos. Nosotros no somos hijos de Dios — sentenció fríamente.
"— ¿Qué estás diciendo...?"
Sus palabras fueron cortadas por la menor — Lo he visto, la forma en la que parecías dudar a la hora de decir quién eres, el cómo las mirabas y la inexplicable relación de ambas hermanas aún cuando se supone que mamá no tenía alguna, ¿Qué le haz hecho a mi mamá? ¿Y exactamente quién eres tú y por qué deseas vernos muertos?
Shejiná sonrió divertida "— Debo admitir que me engañaste con esa fachada de niña inocente"
— Fue fácil debido a que estabas ensimismada, no... Más bien, ni siquiera te esforzaste en lo más mínimo por hacernos daño alguno.
"— Tienes razón, jamás les haría daño, no a ustedes. Yo soy Dios, el Dios de este mundo" — se presentó, rompiendo la barrera e inmovilizándonos a todos "— Uno de mis principales deberes es mantener un balance y la supervivencia de los humanos, es por ello que, su madre no puede vivir tranquilamente después de todos los destrozos que ha causado a través de los años"
— ¡¿Por qué?! — gritó Grus en protesta.
Shejiná lo observó "— Porque solo saber destruir todo lo que toca".
— ¡MIENTES! — está vez fue Tucana la que gritó apuntándola — ¡Mi mamá es muy fuerte pero...! ¡El ser fuerte no la vuelve un monstruo!
Hydrus levantó la cabeza y a Shejiná le provocó cierto asco verla, porque era como estar viendo a Caos frente a ella — No puedes recibir sin dar algo a cambio, ¿No están las leyes establecidas de esa manera?
Shejiná sonrió divertida "— Tienes razón. Déjenme proponerles algo, si ustedes me traen a la persona que quiere matar a su madre, entonces..."
La imagen terminó por ampliarse más para ampliarse más y así verles mejor la cara.
"— Te odio." — exclamó Caos con una voz ronca y severa, todos los fénixs sintieron sus bellos erizarse ante la frialdad de sus palabras.
Caos clavó la guadaña a milímetros del rostro de Azael en señal de advertencia para que le prestara atención.
"— Estoy frente a ti, perra. ¿En qué estás pensando?"
Aniam observó toda la locura, el resentimiento y la ira que albergaban los ojos de la contraria.
Las palabras dolieron, atravesando como cuchillas a su consciencia, la pelinegra retrocedió asustada.
Ninguno de los fénixs quería seguir viendo.
"— ¡No sabes cuánto te odio!"
Las palabras resonaron y se clavaron como el arma que estaba en en su corazón, la pelinegra gritó llena de dolor, sus ojos se cerraron debido al esfuerzo para acelerar su regeneración, Tucana tuvo que cubrir sus oídos aterrada al escuchar a su madre gritar.
Eridanus mordió sus labios molesta al notar lo que la Diosa quería lograr — ¡Despierten! — ordenó sobresaltándolos a todos, los gritos de fondo lo hacían aún peor — ¡No se dejen llevar! ¡Nada nos asegura que eso sea verdad!
— ¡Pero...!
— ¡Hagánme caso! — ordenó y todos acataron, la mayor se giró a la Diosa molesta — Ya me cansé de tus juegos, no aceptaremos esto.
"— Todos ustedes están muertos... Incluso si quisieran, no habría forma en la que pudieran ayudarla. Yo les doy la oportunidad de hacerlo, les doy la opción de volver a vivir..."
Los fénixs dudaron, viendo como la rubia aprovechó para clavar continuamente diversas guadañas en el cuerpo de su madre, todo para descargarse con ella.
Caos iba enserio.
Caos estaba dispuesta a matarla.
Los gritos eran horribles, la sangre en el piso también.
— Tiene razón — admitió Fornax — Nosotros ya morimos hace tiempo...
Sculptor y Grus lo miraron con pena, pues sabían que tenía razón.
Hydrus tomó a Tucana preocupada.
Shejiná aprovechó que la voluntad de los fénixs flaqueó, para mostrarles su última carta.
"— ¿Qué estás esperando, Don Fénix? ¿Acaso no quieres ver a tu mamá?"
La voz de una persona que no conocían hizo eco en el lugar, en la pantalla se hizo presentó a un joven con un sombrero extravagante, quién le ofrecía su mano a un pelinegro encapuchado, cuando este se quitó la máscara y demostró su rostro que contenía una sonrisa algo burlesca, la clara semejanza a Grus hizo que todos cayeran en cuenta de quién era.
— ¡Ese es...!
— ¡¿ES BENNU?!
— Es igual de bello que yo, no puede ser, qué buenos genes tenemos... — reconoció Grus, recibiendo un zape de su gemela — Auch, ¿Y eso por qué? ¿A qué se debe tanta agresividad?
— No estamos para bromas, Grus, Grus.
— No me llames así...
— Oblígame perro.
Todos los demás hermanos rodaron los ojos ante su discusión.
Ni siquiera en una situación seria podían dejar de molestarse.
"— No estamos del todo seguros de que sea ella, más allá de los rumores que han estado rondando por ahí. Soy consciente de que en un pasado ella tuvo el cabello rubio y largo, pero no lo recuerdo muy bien para serte honesto..." — suspiró Bennu ignorando las burlas del Heraldo para tomar su mano "— Más bien, ¿Qué hay de ti? ¿Estás bien con esto? Si quieres puedo ir yo solo..."
— ¿Están hablando de mamá? — cuestioné con duda.
— Así que no eran adoptados, eso explica el por qué son pelinegros — se burló Fornax, Eridanus lo miró mal.
Tenía mis sospechas en cuánto la apariencia de mi madre, porque vamos... ¿Dos niños pelinegros? ¿De dónde íbamos a salir nosotros? Todavía de Grus e Hydrus se entiende el ser rubios, ¡Incluso el ser pelirrojos puede estar asociados a nuestra forma fénix! ¡¿Pero que había de Bennu y de mí?! ¿De dónde sacaríamos nosotros lo cabeza negra?
Hagamos que no hice teorías locas los primeros años de mi existencia debido a eso.
— Shh — me callaron los demás.
"— No me haré muchas ilusiones, no tienes que tomar la responsabilidad por mí" — respondió Scaramouche con simpleza deteniendo sus palabras.
— ¡¿Y ese enano quién es?! — cuestionó Grus recibiendo un golpe en la cabeza por parte de Fornax — Ustedes no me valoran...
"— Entre menos expectativas me haga, es mejor. No sería la primera vez en que nos llevamos una decepción, ¿no?"
"— Sí, supongo que sí... Gracias, Raijin."
Fornax guardó silencio pensativo, antes de agregar:
— ¿Ustedes creen que Bennu sea gay?
— ¿Lo dices porque suena como una clase de código gay? — le siguió el juego Hydrus.
— ¡FORNAX, HYDRUS CALLÉNSE! — gritaron los demás.
— ¡Ay, ya! ¡Uno ya no puede decir nada!
Shejiná quiso reírse ante el show que formaban los hermanos.
"— ¿Por qué me agradeces? Estamos juntos en esto, ¿No?" — lo codeó dándole una sonrisa más sincera ya que no tenían a nadie más a su alrededor "— Tu papá pone todo su esfuerzo en encontrar a mamá, haber mi niño, dame una sonrisa~"
Tucana hizo una cara asqueada ante la obvia indirecta, mientras que Grus e Hydrus se ofendieron.
— ¡Nosotros no tenemos papá!
— ¡Oye! — intervino la rubia.
— ¡¿Qué?!
— ¡Dilo de otra manera!
— ¡¿Por qué?! — cuestionó Grus.
— ¡Porque así parece que fuimos abandonados por una figura paterna!
— ¿Y la mentira?
Eridanus lo miró como si le estuviera preguntado '¿Estás hablando en serio?'.
Sculptor intervino entonces -Silencio, por favor.
Grus asintió — Perdón hermano, me dejé llevar. — admitió avergonzado.
"— ¿Y por qué no? No hace mucho lo hiciste, ¿Recuerdas? Estabas durmiendo y me llamaste "Papá", JAJAJAJAJAJAJA".
Insinuó entre risas escandalosas sin poder continuar del todo a pesar que de Bennu tapó su boca avergonzado, no tardó en lamer la mano contraria provocando que el pelinegro la quitara asqueado.
— ¡¿Que lo llamó cómo?! — exclamó escandalizado Fornax.
— Yo igual quiero un papá... — murmuró Sculptor con tristeza.
— Eso ya es envidia — se burló Hydrus.
— ¿Por qué razón lo llamaría así? ¿Estaba teniendo una pesadilla? — se cuestionó Eridanus.
"— ¡Puaj! ¡Qué asco! ¡No escucho! ¡No escucho! ¡Tengo orejas de pescado! ¡ESO FUE UNA EQUIVOCACIÓN! ¡TE CONFUNDÍ CON ALGUIEN MÁS! ¡No te escucho! ¡No te escucho! ¡LALALA!" — gritó Bennu sonrojado al recordar la bochornosa situación, alejándose de él.
— ¿Con quién se confundió? ¿Con Papa Noel? — cuestionó Tucana.
— Ese gordo panzón no me trajo mi capa de invisibilidad para invocar mil espadas a la vez — gruñó Fornax molesto.
Shejiná se preguntó seriamente si los hermanos siempre se comportaban así, en el historial de asesinatos de cada uno, resaltaba el 0. Eso solo significaba que en toda su vida, los hermanos nunca mataron a nadie.
Era irónico mirando el historial de la madre y del hijo más joven...
"— ¡Solo admite que ya me aceptaste como tu papá y aquí se acaba! ¡No voy a molestarte más!" — río apareciendo frente a él mientras se acomodaba su sombrero mofándose de él.
— ¿A mamá le gustan los enanos? — cuestionó Hydrus.
— ¿A mamá siquiera le gustan las personas? — cuestionó Fornax con duda.
"— ¡NUNCA!" — gritó esquivándolo y hechándose a correr.
"— ¡Vamos Bennu! ¡La vida nos hizo amigos, pero tu mamá nos hará familia!" — insinuó.
— ¡ME NIEGO! — gritaron al unísono Grus, Fornax e Hydrus.
"— ¡LALALA! ¡NO ESCUCHO! ¡NO ESCUCHO! ¡Si te acercas juro que voy a golpearte, enano de mierda!" — gritó Bennu tapándose los oídos.
— ¡Ese lenguaje! — gritaron exaltados esta vez pero, Eridanus y Sculptor, Tucana solo se preguntó por qué sus hermanos eran tan raros.
Scaramouche río divertido, molestar a Bennu o devolverle sus bromas era uno de sus pasatiempos preferidos.
"— ¡Espérame, hijo mío~!"
— Lo admito, yo igual quiero un papá — comentó con envidia esta vez Tucana cruzándose de brazos.
— ¿Y tú para qué quieres un papá? — le preguntó Fornax.
— No sé, ¿Qué es un papá en primer lugar?
— ¿Qué se hace con un papá?
— Ni idea. — respondieron todos a la vez.
Eridanus miró a Shejiná con vergüenza.
— Nos los conozco — agregó la mayor.
"— ¡NO ME LLAMES ASÍ! ¡ME DAS ASCO! ¡QUE TE CAIGA UN RAYO, RAIJIN!"
— ¡¿SE LLAMA RAIJIN?! — exclamaron todos con sorpresa.
— ¡NECESITO UNA EXPLICACIÓN NO GAY! — exigió Hydrus.
Eridanus negó divertida ante todas las ocurrencias que decían sus hermanos.
— ¡¿Por qué no gay?! — se escuchó la pregunta de Grus en el fondo.
— ¡¿Quién es gay?! — gritó Fornax.
— ¡¿Qué es ser gay?! — preguntó Tucana.
Todos los hermanos guardaron silencio sin saber qué responder, Eridanus se golpeó la cabeza con la palma de su mano ya rendida con ellos.
"Ay Dios, dame paciencia porque si me das fuerzas los golpeo..."
"— ¡SOLO ADMÍTELO Y TE DEJO DE MOLESTAR!"
"— ¡NUNCA!!" — Bennu no pudo soportarlo más y empezó a correr con más fuerza dejando al Heraldo atrás, Scaramouche lo siguió sonriente.
La pantalla se deshizo ante aquella última escena.
— ¿Qué se supone que querías lograr con mostrarnos eso?
Shejiná observó a los fénixs.
"— Eligan a uno".
— ¿Qué...?
"— Solo uno de ustedes podrá volver y ayudar y volver nuevamente a los brazos de su madre".
Por instinto, todos voltearon a ver a Eridanus, la mayor se acongojó con el peso de la decisión.
— ¿Qué hay de ellos? ¿Qué pasará con mis hermanos?
"— Morirán para darte la vida".
— Me niego. — sentenció, sus hermanos pusieron sus manos en sus hombros — No me hagan esto... — pidió.
— Es divertido cuando estamos juntos y hacemos nuestras ocurrencias — dijo Fornax acercándose a ella, el chico quién fue el segundo en nacer la observó como una clase de cómplice — Descuida, yo cuidaré bien de todos. Tú encárgate de mamá y de ese malcriado de Bennu — se burló, sacándole una pequeña sonrisa a su hermana mayor.
— Fornax...
— Dile a Bennu que tiene mucha suerte de tener una cara tan hermosa como la mía.
Eridanus miró detrás suyo a Grus divertida, incluso en una situación como esta, estos tipos no dejaban de hacer bromas.
— Esto está mal... No debería ser así...
— La Diosa tiene razón, no podemos hacer nada con solo nuestras almas, no podemos ayudar ni ser ayudados tampoco — agregó Sculptor, pidiéndole a la Diosa un poco de tiempo para hablar con su hermana.
Shejiná se los concedió.
A diferencia de 33% y 17%, los fénixs son... Unos comediantes sin remedio.
Una familia bastante numerosa dónde el silencio no es una opción.
— Chicos, esto no es lo mejor...
— Cuando nacimos... lo prometimos, protegeremos a mamá y a nuestra familia de cualquier cosa, sin importar el costo. El costo es este: déjanos ir. — Fornax puso sus manos en sus hombros mirándola a los ojos.
— No... No puedo... Ustedes son mis hermanos... — Eridanus negó — ¡¿Por qué solo uno?! ¡¿Por qué no podemos volver todos?! — le terminó reclamando a la Diosa.
Shejiná guardó silencio esquivando la pregunta, en vez de eso les cuestionó a todos "— ¿Por qué ella?"
Hydrus se giró responderle — Es la más apta, la más fuerte y la más inteligente de todos nosotros. Ella ayudará mil veces más que cualquiera de nosotros.
"— ¿Cómo pueden estar tan seguros?"
— Porque desde un inicio ella tomó el deber de protegernos y hasta ahora, lo ha hecho genial. No podría pedir una mejor hermana mayor — respondió.
Shejiná sintió algo amargo ante esa respuesta.
Realmente Hydrus y Eridanus no se parecen en nada a 33% y 17%...
Shejiná terminó por cambiar el lugar donde estaban al antiguo pueblo de Devlin pero, en aquella ilusión que preparó para ellos, el pueblo estaba más que vivo.
La ilusión de lo que pudo haber sido pero, nunca llegarían a ser, los golpeó.
El pueblo estaba festejando un festival, las cabellos de todos se mecieron en una brisa que en cualquier momento se llevaría sus
almas consigo.
Los fénixs no tenían que ser muy inteligentes para darse cuenta de que estaban en algún lugar del plano de ensueño, han estado ahí millones de veces, para ellos no es nada nuevo.
Era de noche, las luces de la festividad era lo único que los iluminaba en ese momento aparte de la luz de Shejiná.
— En este mismo lugar, dónde alguna vez pasamos lindos momentos, es donde hoy mismo me despido de ti — dijo Hydrus abrazando a Eridanus para despedirse.
Grus se acercó a abrazarla, uniéndose al abrazo, dónde se terminaron sumando todos los demás — Solo espero que si alguna vez volvemos a renacer, seamos de nuevo hermanos, porque honestamente nunca me sentí tan cómodo que con ustedes. Nunca hubiera podido pedir una familia mejor que esta, cuida a mamá y Bennu por nosotros, Eridanus.
"— Nos volveremos a ver, Eridanus..."
Y cómo si el viento los estuvieran reclamando, ellos la empujaron.
— ¡No, esperen! ¡Chicos! ¡Hydrus!
— Cuando desperté, me encontraba en el plano de ensueño, en él vi a mamá peleando con aquella mujer, me puse la máscara e intervine aquí. Lo siento... — me expliqué sintiendo la garganta picarme, cuando levanté la mirada...
Las miradas sorprendidas de mi madre y mi hermano me recibieron.
Azael sintió como si un vidrio roto acabara de romperse en su interior, desquebrajándolo más y más las piezas hasta el punto de hacer añicos su corazón.
Ninguno dijo nada por unos segundos que parecieron eternos para todos.
El cielo que se mantuvo nublado durante toda la pelea...
Aquel que parecía haber contenido todo por tanto tiempo...
Explotó.
Empezó a llover de golpe alarmando a todos.
A la mayoría no le importó ser empapados por la lluvia, pero Venti terminó refugiándose debajo del sombrero de Scaramouche, quién solo lo rodó los ojos irritado.
La lluvia se intensificó y los truenos resonaron en el lugar.
— Siento que hayan tenido que pasar por malos momentos...
Eridanus y Bennu prestaron atención a las palabras de su madre, como si esperaran ser regañados, se vieron consternados ante sus palabras.
— Aún recuerdo como si fuera ayer el día que los conocí y se presentaron ante mí, han crecido mucho en todo este tiempo, ya son adultos... ustedes crearán su propio camino y tomarán sus propias decisiones, me temo que será doloroso para todos ese momento, pero... — Azael tuvo que sostener su voz que parecía querer flaquear en ese momento — Quiero que sepan que a pesar de todo, su mamá siempre estará para ustedes, porque siempre los recibiré con los brazos abiertos, apoyándolos a todos ustedes como a todos sus sueños. Estoy algo triste, porque para mí ustedes siempre serán mis niños... es por eso que les pido perdón por no poder protegerlos como era debido, les pido perdón si en algún momento les fallé o les decepcioné.
— Mamá... Yo...
Bennu se quedó en silencio, escuchando atentamente la conversación.
— Si tus hermanos decidieron eso, respetaré su decisión — dijo acercándose para abrazarlos a ambos, Eridanus negó arrepentida mientras empezaba a llorar — Lo haz hecho bien, Eridanus. Los dos se han esforzado al máximo y lo reconozco, valoro su esfuerzo. Han dado lo mejor de sí... Los felicito.
Bennu se aferró con fuerza al abrazo — Yo... Hace mucho tiempo que quería volver a verte, mamá... — dijo sintiendo todo un manejo de emociones situado en su estómago.
Desde hace un buen tiempo había procesado y aceptado que sus hermanos jamás volverían a la vida pero, la vuelta de Eridanus lo cambió todo.
Volviendo a hacerse esas preguntas cómo: "¿Qué hubiese pasado si...?"
— ¿Es así? Yo también los extrañé...
Azael los cubrió a los dos con sus alas, diciéndoles que debían volver.
— Está bien, Eridanus... — dijo Bennu en el camino de vuelta.
La pelinegra lo miró con cierta sorpresa — ¿Sabes? Aún es raro verte.
— ¿Por qué lo dices?
— Porque realmente te pareces mucho a Grus...
Ambos hermanos soltaron una risa burlesca.
— Supongo que tienes razón — admitió Bennu.
Cuando volvieron los demás se alegraron, pero los rostros algo decaídos y la sombría mirada de Fujin fue lo que le terminó helando la sangre a Scaramouche.
Había algo mal con ellos.
— ¿Están bien? — se animó a preguntar Bosacius preocupado, Azael asintió.
— No te preocupes mucho, Bosacius. Solo dale tiempo al tiempo.
— Sabes qué es inevitable.
— Gracias de todos modos.
Eridanus guardó silencio, pensando en cómo desviar el tema de su familia, después de todo, tenía que tomar cartas en el asunto es por eso que todos depositaron su fe en ella, no había tiempo para llorar.
Eridanus es la primogénita.
La primogénita de la hija de Dios...
Al ser la hermana mayor, se le encomendó el deber de velar y cuidar de su familia.
Oh, su amada familia.
Una familia grande y algo rota debido a los sucesos anteriores a sus nacimientos.
Eridanus miró a su madre y se preguntó qué estaba pensando, porque era algo sombrío.
Lo que pasaba por la cabeza de Azael era muy diferente...
Solo una palabra podría definir el sin fin de cosas que pasan por su cabeza: venganza.
Ya está cansada...
De Caos, de Shejiná...
Ellas dos fueron demasiado lejos.
Ya es suficiente, se han lastimado demasiado.
Deben parar.
Las va a parar.
No importa el costo, ellas dos tendrán que responder ante ella.
Unas horas después, Scaramouche estaba sentado, recordando cómo no es el ser más comprensivo que digamos, desde que todo terminó, se ha estado aguantando, pero hasta él tiene un límite sobre ser observado tan descaradamente por alguien que no conoce.
— ¿Qué tanto me ves? ¿Acaso tengo algo en la cara? — le preguntó irritado, confrontando a la chica y tomándola por sorpresa.
Eridanus se sobresaltó y viéndose descubierta, solo pudo atinar a disculparse por su actuar fuera de lugar — Discúlpeme, ¿Se... Ñor...? No era mi intención hacerlo sentir incómodo... — murmuró sin saber cómo llamarlo, hasta donde se da cuenta, todos son mayores que ella, incluso su hermanito, ¿Cuánto tiempo ha estado muerta?
Bennu se hecho a reír junto con Venti — JAJAJA, ¡Te dijo viejo! — exclamaron divertidos.
— Pues, mentira no es — comentó Bosacius con una media sonrisa intentando contener su risa.
Scaramouche les miró feo a todos — Cállense — espectó.
Azael solo los observa con una mirada divertida, no se acerca, mantiene su espacio, observando sus alrededores cada tanto, cruzada de brazos, recordando continuamente lo que había sucedido anteriormente.
Todas las horribles palabras que estuvo recibiendo de Caos desde hace más de 50 años, el hecho de que intentara matarla, el que haya recordado todo... Es demasiado para procesar.
Aunque de cierta forma, era de suponer que sería "especial".
Especial...
Odia ser especial.
Ser especial en el sentido de poder conlleva responsabilidad, mucha responsabilidad... Dejarte a ti mismo de lado por el bienestar de los demás.
Vaya mierda.
"¿Tuviste tanto celos de mí que deseaste arrebatármelo todo?" le preguntó al cielo.
La lluvia no paró en ningún momento, su madre les pidió que se quedaran con los demás mientras ella iba a dar una ronda para asegurarse que todo esté en orden, su hija quiso decirle que no era necesario, que ella se había asegurado de que nadie se viera involucrado en una pelea de tal magnitud pero, supuso que su madre solo quería estar un momento a solas y lo respetó.
Bosacius se acercó a la chica ofreciéndole dos de sus brazos para que lo estrechara.
— No nos hemos presentado formalmente, así que, me presento: Mi nombre es Bosacius y soy hermano de juramento de Azael.
— ¿Azael...? — murmuró sin entender, pensando en qué mano tomar y si tomar solo una mano sería una falta de educación... Es por eso que se decidió a estrechar las dos, pero Bosacius mostró sus otros dos brazos y Eridanus viéndose acorralada, invocó sus alas y las estrechó, mostrándose orgullosa por lograr su cometido — Mi nombre es Eridanus, primogénita de Aniam.
— Mamá tiene muchos nombres y apodos entre ellos está el nombre de Azael y Fujin — le explicó Bennu sin mirarla, el pelinegro acomodó uno de sus brazos encima del sombrero de Heraldo sin pudor alguno — Este enano es Raijin — lo presentó, recibiendo una mirada molesta de su amigo.
— No te pases de confianzudo, Bennu.
— ¿Con qué derecho lo dices tú? — le cuestionó en cambio.
Scaramouche solo bufó en respuesta — Como sea.
Eridanus los miró curiosa — Ya veo... Supongo que hay muchas formas de la que debo enterarme... — dudó un momento en hacerle la pregunta a su hermano — Al final... ¿Qué pasó con la guerra?
— No creo que nadie aquí pueda darte una respuesta precisa más allá de Xiao, al menos en lo que respecta a tu madre — contestó Bosacius pensativo — Pero en general, se nombraron a los siete Arcontes.
— ¿Quién es Xiao?
— Mi hermano — respondió Bosacius como si fuera lo más obvio.
— Oh...
"¿Qué son los Arcontes?" Se preguntó internamente, cuando vaya a una ciudad se meterá directo a una biblioteca.... "¿Aún existen las bibliotecas en Devlin?"
Eridanus es consciente de que, de todos sus hermanos, ella es la más parecida a su madre, no solo en apariencia física, sino también en su personalidad y posible temperamento.
Eso es lo que diría cualquier persona de no ser, que por más que te parezcas a uno de tus padres, tú eres tú. Tienes tus propios deseos y ambiciones, forjas tu propio camino, pero por sobre todo: sientes.
No sientes como nadie más y eso te hace único e irremplazable.
Nadie puede decirte lo contrario.
Cuando miras al cielo e intentas darle forma a las nubes, ¿Qué ves? Dónde tú puedas ver un elefante, alguien más podrá ver un avión.
¿No es eso acaso un claro indicio de lo real que eres?
No importa cuánto te parezcas o quieras parecerte a uno de tus padres, no eres ninguno de ellos.
Tú eres tú.
Y así eres perfecto.
Por el simple hecho de ser tú, es lo que te hace tan especial.
Es así de simple.
Todo es cuestión de perspectiva y tu perspectiva es única.
Después de un rato, Scaramouche salió afuera para ver qué hacía o dónde estaba Azael.
Eridanus se acercó al Heraldo, el cuál se preguntaba qué afligía tanto a su amante, queriendo ir a consolarla sin tener que invadir su espacio.
— ¿Por qué está así? — preguntó para sí mismo.
— Tiene miedo — le respondió alguien más llegando a su lado.
Scaramouche la observó algo escéptico pero, decidió aprovechar a preguntar.
— ¿A qué?
— A su propio fracaso, a que esos pensamientos inexorables sean más fuertes que ella, a que el hecho de que no debe ser feliz sea... una realidad inevitable — suspira — Es por eso que huye, se aferra a la probabilidad de ser feliz. Mi madre siempre anheló la felicidad, pero siempre fue algo por lo que tuvo que luchar, no algo que realmente se mereciera.
Eridanus pensó brevemente en las palabras de Shejiná.
"— ¿Qué es lo que deseas?"
— Deseo ver un final donde ella sea feliz — dijo en respuesta.
Lo había dicho como algo automático porque en el fondo eso era lo que anhelaba su corazón, ¿Qué no daría ella por su madre? La mujer que le dio la vida y la cuál la ha amado incondicionalmente siempre, sin importar sus errores o fallas, ella siempre estuvo ahí.
— ¿Fue tan mala la noticia que le diste?
— ¿Existe una forma sencilla de decir lo que dije? — se preguntó mirando el cielo, un cielo tan extraño para ella, no es como una vez lo conocieron, este cielo es... diferente — Raijin... vaya, es extraño incluso decir aquel nombre, ¿Ese es su verdadero nombre? ¿Enserio se llama usted así?
— Sí. Ese es mi nombre. Me llamo Raijin, solo Raijin.
La firmeza en su respuesta la sorprendió, tal vez por eso sonrió.
— Ya veo... Noto que quiere hablar a solas con ella, yo me encargo de los otros, supongo que tienen mucho de lo que ponerse al día, ¿No? Buena suerte.
Raijin la observó irse hasta perderse en medio de los árboles, suspiró nervioso, caminó y caminó hasta que la encontró.
La chica se mantenía sentada en la cima del acantilado, mirando el cielo en silencio.
— ¿Qué haces? — le preguntó sentándose a su lado — Siempre tuviste la manía de ir a esconderte en lugares muy altos...
— ¿Aún recuerdas eso?
— Recuerdo todo — se sinceró.
— Ya veo... Supongo que hay manías que jamás se olvidan.
Un silencio algo espeso los invadió, Scaramouche se sacó su sombrero para ponérselo a la chica. Azael no dijo nada, solo lo observó en silencio, analizando atentamente cada una de sus acciones y gestos.
Memorizando y recordándolo todo.
El cómo él acomodó sus cabellos para que se le sea más cómodo portar su sombrero, quiso sujetar su muñeca y recargar su cabeza en su hombro pero, como si ella misma estuviera en contra suya, el recuerdo de Caos gritándole no dejó de golpear su consciencia, gritándole lo débil que era y que jamás ella sería merecedora de portar su título.
"No quiero ningún título" pensó mientras poco a poco sus pensamientos se iban torciendo "Lo que quiero es simple pero, honestamente para mí... Algo tan simple como ser feliz al lado de las personas que más quiero parece incluso imposible"
— Cuídate, no debes enfermarte... — señaló Scaramouche algo avergonzado por estar actuando así, tan considerado.
Sintiéndose igual que hace 400 años atrás, un inexperto que teme terminar rompiendo más con cualquier mínimo toque a la persona que más ama.
— No soy un humano, Raijin. Yo no puedo enfermarme — le recordó con cierto deje de diversión en sus palabras.
— Es verdad... — dijo el menor dándose cuenta, rascado un poco su cabeza en señal de confusión.
Fujin lo notó entonces.
— ¿Saliste... con humanos? — le preguntó directamente.
— ¿A qué... se debe la pregunta?
— Te preocupas... Cómo si hubieras salido con alguno de ellos — enfatizó — ¿Estuvo... bien? ¿Aprendiste algo? Perdona, solo... Tengo curiosidad.
— No lo negaré, sí salí con un par de humanos... — admitió.
"Oh..."
— Con que eso pasó... ¿Actualmente sales con alguien? — curiosió sin alguna intención por detrás.
Azael realmente sentía curiosidad, quería saber si lo trataron bien, si lo amaron lo suficiente o si actualmente hay alguien más que se adueñó de su corazón.
Una parte suya quiere que responda que sí y se olvide de ella.
Cómo una clase de masoquismo interno que le dice que no importa todo lo que intente, se merece lo peor... Esa cosa, esa maldita voz interna no para de recalcarle cada uno de su errores, hasta los más mínimos y es.. es molesto, de pensar, de sentir...
Incluso sentirse siempre mal suele ser cansador.
"Esto es... Tonto" pensó regañándose a sí misma por no pensar con claridad y dejarse cegar por el odio.
— No. — se apresuró en responder con firmeza el chico — No salgo con nadie.
— ...
Raijin quiso decir algo más, pero no quiso forzar las cosas, supone que está pensando, en la pelea, en los gritos o en todos los sucesos anteriores a este.
Después de semejante putazo uno se queda pensando.
— ¿Cómo me reconociste? — se animó a preguntar por fin Fujin.
— Tus ojos...
— ¿Mis ojos? — cuestionó con una genuina sorpresa.
— Jamás confundiría esos ojos... — declaró provocando que un trueno cayera del cielo en aquel momento, Fujin se exaltó un poco por eso, pensando mil y un cosas que no debía porque... mierda, ella no debería esta en una situación como esta después de lo que pasó hace unas horas, ella debería estar consolando a sus hijos, no tratando de aislarse o buscando consuelo en otra parte — ¿Qué te tiene tan preocupada?
— Estoy pensando...
— ¿En qué estás pensando?
— Supongo que en todas las veces en las que alguien me dijo que era un error, sé que no debería hacerlo pero, mi cabeza parece no pensar lo mismo — admitió con algo de vergüenza, la realidad es que lo cuenta todo esto porque ya no puede más, quiere ser sostenida por alguien sin sentir que está mal ser débil.
No quiere sentir que está mal ser consolada cuando debería ser al revés.
Raijin hizo un mueca ante su respuesta.
— No eres un error — regañó con firmeza, es medianamente consciente de la pelea que tuvo con Caos, si él se encontrará con su versión de hace unos años, ¿Qué le diría? ¿Se insultaría a sí mismo? — Cuando el mundo te deshecha no es porque no tengas valor, es porque temen de tu potencial, temen que seas mejor que ellos, temen lo que representas, ellos tienen miedo de lo que puedas llegar a ser, temen que puedas cambiar las cosas, porque tú tienes el poder de hacerlo, es por eso que representas una amenaza, todo el estatus cuo teme de ti, ¿No es así? Amenazas su poder, su liderazgo, sus órdenes, sus enseñanzas, sus límites, las reglas mismas. Cuando el mundo te dice que nadie te necesita, por favor, piensa en mí, yo te necesito. No necesitas el mundo, Fujin... El mundo te necesita a ti.
— ¿A mí?
¿Quién como él podría llegar hasta su corazón tan fácilmente? Deshaciéndose de las capas como si supiera la fórmula para hacerla sentir así.
"Basta" quiso decir, intentando aferrarse a la dura fachada que terminó creando para mantener a todo el mundo alejado y a raya "No te acerques demasiado rápido".
Se siente vulnerable.
Porque aquella fachada de ser una persona fría e indestructible está siendo despedaza rápidamente hasta el punto de sentirse a sí misma vulnerable sin todas ellas.
"Vete a la mierda", "Me importa una mierda", palabras que usa para asegurar su propia seguridad y mantener un espacio entre ella y los demás.
— Mientras la llama de tu ser no se apague, el mundo no podrá detenerte. — afirmó Raijin tomando suavemente su mano, apreciando el tatuaje que brillaba intensamente en su brazo izquierdo, sus ojos brillaban mirándolo, su vista viajo hasta los ojos de la chica, la cuál tembló levemente al cruzar miradas con él.
— No me gusta dormir — dijo como una forma de intentar entablar una conversación para desviar el tema de lo que pasó hoy, porque en cierta forma, no quería pensar más en ello, quiere hablar de otra cosa, centrarse en otra cosa...
No quiere recordar cómo una vez más cada que obtiene algo, otra cosa más se le es arrebatada de sus manos.
Porque una vez más, cada que llega a tenerlo llega a perderlo.
Raijin la observó con intriga — ¿Por qué?
— No me gusta soñar, porque si sueño... — ella hizo una breve pausa, intentando distraer su mente de amargos recuerdos que azotaban su mente — Entonces, yo... tengo miedo de despertar en la realidad y darme cuenta de que todo fue un sueño efímero — le respondió recomponiéndose, ella le ofreció su mano para levantarse y Raijin no dudó en aceptarla, la triste mirada de Fujin le decía que, como aquella vez en el Dominio de la forja, habría verdades que revelar.
— ¿Qué sueñas? — le cuestionó entonces con un palpable tono de interés.
Fujin guardó silencio un momento antes de responder, soltando un suave suspiro cansado — Con libertad... — admitió.
— ¿Qué es la libertad para ti? — le preguntó con curiosidad, inclinado levemente su cabeza, Fujin suavizaría su mirada al notar su accionar.
Él siempre inclinaba levemente su cabeza cuando tenía curiosidad por algo "Como un gato" pensó divertida.
— Para mí... — relamió sus labios pensando en qué decir — La libertad, es tener la opción de decidir... Sobre... mí misma, sobre mi propio destino. La libertad es volar sin límites... eso es lo que significa la libertad para mí es aquella que nos da libre albedrío y nos permite tomar nuestras propias decisiones — le explicó, la mano de la joven se acercó sutilmente a la suya, sujetando tímidamente la mano contraria. Raijin observó esta acción con detenimiento, sintiéndose tranquilo con aquel gesto.
— Es un lindo concepto de libertad — le dijo entrelazando sus dedos con fuerza para darle apoyo.
— ¿Tú lo crees? — le preguntó suavizando su mirada, Fujin suspiró mentalmente tratado de tomar valor — Dame tu mano. — le pidió.
Raijin la tomó y fue jalado hasta pararse para estar frente a ella, Fujin lo abrazó en ese momento, escondiendo su cabeza en su cuello cómo solía hacerlo en antaño, rodeo sus brazos alrededor de su cintura, tapando a ambos de la lluvia con el sombrero del chico, no serviría de mucho porque ya se encontraban empapados pero, con sus manos en la cadera contraria, situó las manos de Raijin a sus hombros, todo eso lo hizo para danzar con él, al principio fue despacio, manteniéndose cerca y aspirando despacio para tranquilizarse, para disipar cualquier duda que hubiera de por medio.
Hasta que fue avanzando.
Los pasos se volvieron precisos y más rápidos, hasta que el sombrero empezó a estorbar.
Fujin se lo quitó en un movimiento rápido y lo lanzó al suelo, sujetando al chico para girar sobre su eje y hacer que caiga en sus brazos, fue en ese preciso momento que envuelta por la situación, se rió.
Fue una risa dolorosa, cargada en melancolía con clares muestras de que en cualquier momento se soltaría a llorar pero, no lo hizo.
En cierta forma, no podía.
Raijin la observó sorprendido — ¿Qué haces? — le preguntó.
— Solo me estoy dejando llevar — le respondió ella con simpleza.
Y siguió, en algún punto la pequeña danza se convirtió en una batalla para probar sus habilidades en el baile.
Entre saltos divertidos y suaves, ella solo estaba jugando, parecía estar jugando...
Fingiendo.
¿Cuál es el sentido de bailar? ¿Qué quiere lograr al hacer esto?
Scaramouche se sentía mejor cada que hacía estás tontas costumbres humanas con ella, él se olvida de todos sus problemas. Él se siente desconectado, pues lo único en lo que piensa en ese momento, es en ella.
Raijin se sumerge de apoco en aquella burbuja donde solo existen ellos dos.
Porque allí, su amor es eterno.
Raijin y Fujin son tan el uno para el otro que ellos darían todo para hacerse feliz mutuamente, incluso si solo son palabras, si es su cuerpo o si solo son sus sentimientos, no importa.
Raijin es tan suyo que Azael daría todo para hacerlo feliz, porque así ella es feliz.
— Sí... Solo dejémonos llevar... — susurró cautivado siguiéndole el juego, importándole poco los papeles ambiguos de género en su relación, ¿Qué importa de todos modos? ¿Acaso alguna vez importó en su relación?
¿Qué importa qué papel tomemos cuando se trata de tú y yo?
Con suavidad Raijin se dejó guiar hasta que ella paró aquella danza, sus manos temblorosas se aferraron a él, queriendo mantenerlo más tiempo consigo, tratando de recordarse a sí misma que la persona frente a ella es real, que la está tocando, que no es nuevamente un sueño que su cerebro produjo para recordarle todo lo que hizo.
Raijin suavizó su mirada y le devolvió el abrazo.
— ¿Fue duro? — preguntó — ¿Te dijeron muchas cosas horribles? ¿Quién fue aquel que te hizo daño? ¿Quién se atrevió a pasar sobre ti?
— Pensé que si cambiaba de apariencia, gran parte de mis problemas desaparecerían, al contrario, esas pequeñas cosas siguieron atormentándome por milenios. Perdóname Raijin, por mucho tiempo, yo odié mi verdadera apariencia — le confesó avergonzada, evitando mirarlo — Sentía que todo lo que hacía estaba mal, tal vez por eso me tomó demasiados tiempo el volver a ti... Pero... cuando pienso en todo lo que pasamos tú y yo... Creo que... no es tan malo. Creo que tal vez... Y solo tal vez puedo... Amar, que amar no es malo, que...
Su voz se rompió conforme avanzó, la lluvia se intensificó conforme el avance de sus palabras.
— Lo siento... — le dijo — Lo siento...
— ¿Por qué te disculpas?
— ...
Fujin no respondió, en cambio, más allá de responderle con palabras se acercó a él y depósito un suave beso en sus labios que lo dejó completamente estático, los truenos resonaron y una tormenta estalló de golpe en dirección hacia ellos, Fujin levantó su mano y como previniendo lo que iría a acontecer, la dispersó. El chico se quedó pasmado, sonrojándose al instante por su accionar, importándole poco la tormenta detrás de ellos.
— ¿Qué acabas de hacer...?
Azael suavizó su rostro, con la cabeza gacha, no lo miró cuando le dijo:
— Raijin — lo llamó — Mi amor por ti es inexorable, indeleble e inmarcesible. Es por ello que lo que sentí por ti, fue tachado como una abominación para los demás.
— ¿Eh? ¿A qué te refieres? ¿Eso qué significa? — preguntó alterado, algo le decía que tenía un significado muy profundo y él no era un diccionario andante para andar adivinando — ¿Qué? ¿Qué significa?
— Tendrás que averiguarlo por tu cuenta — se burló dejando otro beso en sus labios, pero este fue más efímero, un pequeño roce.
— Eso no es justo... — fue lo único que pudo murmurar.
— ¿Puedo confesarte algo más? — le preguntó, el suave asentimiento del Heraldo le causó ternura — Gracias. Gracias por haber cumplido tu promesa — le dijo.
— ¿Qué promesa? — preguntó él con confusión.
— De volver a mí.
Raijin jugó con sus dedos hasta entrelazarlos.
— Me gustas — se animó a decir.
— ¿Por qué te gusto?
— Es algo muy especial y complicado de responder.
— Si no te sientes cómodo entonces, puedes dejarlo ahí... No tienes por qué decirlo si no quieres — sugirió con cautela.
— No es eso, es que... sin darme cuenta, mi corazón ya te pertenecía completamente — admitió.
— ¿Qué?
Fujin se quedó inmóvil ante esa revelación, Raijin no se habrá enamorado a primera vista, ¿Verdad?
Porque si es así, entonces...
— Desde el primer momento, mi corazón ya te había elegido; tanto así que, cada vez que te miraba algo en mi fallaba... El sonido de algo golpeando en mi pecho se intensificaba, me ponía nervioso, perdía fácilmente el control sobre mí mismo.
— ¿Cuándo empezó? — le preguntó recargando su cabeza en su hombro para mirarlo.
— Yo... sin darme cuenta, ya te amaba — confesó con vergüenza — En especial cuando me veía a mí mismo reflejado en tus ojos, cuando te veía sonreír, cuando te escuchaba hablar, ¡No tengo idea de cuándo comenzó! — confesó con algo de pavor, intentando ocultar su rostro sonrojado — ¡Probablemente desde la primera vez que te vi! Pero... para ser honesto, me hace feliz, sentirme así contigo, de alguna forma, me hace bien.
"Me hace bien..." Esas palabras resonaron como un eco en su cabeza.
— Perdóname por ser tan lenta en esto...
— Si fuera por mí me saltaría todos los pasos de una relación simplemente para besar tus labios y por fin estar juntos — suelta Raijin sin pudor alguno, sorprendido a Fujin ante sus palabras tan sinceras, el chico ríe pues sabe que la ha tomado por sorpresa — Pero no puedo ser tan intenso contigo, quiero ir a tu ritmo. Sé que debemos volver a conocernos porque en todos estos años, hemos cambiado, somos las mismas personas pero hemos pasados tantas experiencias que pudieron cambiar nuestra manera de pensar, forma de ser, nuestra forma de ver las cosas que... Quiero conocerte, una y mil veces volvería a conocerte, me encanta descubrir nuevas cosas de ti.
Azael guardó silencio pensando en todo lo que pasó en el Mar Oscuro y en el Abismo.
— Yo... También quiero volver a conocerte... Quiero... Quiero hacerte feliz, Raijin... — dijo, no queriendo admitir en voz alta de que se murió, entre otros feos recuerdos que la hicieron temblar y encogerse en su sitio para intentar protegerse a sí misma de aquellos antiguos escenarios — Lamento darle tantas vueltas al asunto.
— Basta de disculparte o voy a decirle a Bosacius que te pegue — amenazó, Fujin se sobresaltó y empezó a negar recordando cómo golpeó a Caos en la batalla — Jaja, es broma. Hay cosas que no te he dicho y otras cosas que serán difíciles que me cuentes. Tomémonos un tiempo, pasamos muchas cosas difíciles, vamos sanando poco a poco, te amo... Y justamente porque te amo es porque quiere lo mejor para ti.
— Quiero hacerte feliz... — repitió.
Raijin no es tonto, sabe que muy probablemente esas palabras tienen un contexto detrás.
— ¿Y qué hay de ti? Si hacerme feliz significa dejar tu comodidad de lado, entonces no quiero que me ames así. Ámame... Pero ámame correctamente. Amarme no significa hacerte daño.
Fujin se rompió con sus palabras, negó algo confusa, no sabiendo como recibir tales palabras.
¿Cómo se supone que correspondes el amor de alguien después de saber sido repudiada por tanto tiempo?
— He matado tanta gente y yo-
— Si quieres hacer una competencia, te aseguro que sales ganando — la interrumpió — Fujin, no me importa si tus manos están manchadas, porque las mías incluso se mancharon después de conocerte, olvídate de todo eso. Dime más bien, ¿Cómo has estado? ¿Haz dormido bien? ¿Haz probado nuevos platillos? ¿Conociste gente nueva? ¿A qué te dedicas ahora? Cuéntamelo todo, quiero saber qué es lo piensas ahora, cómo es tu filosofía, que mueve tu ser como para desear tener ambiciones, quiero conocerte. Por favor, déjame volver a conocerte otra vez.
— Está bien, te concederé aquel deseo. Todo lo que me pidas será tuyo.
Fujin rió levemente ante el comentario y Scaramouche no pudo evitar observarla demás, ensimismado, volviendo a cautivarse por esas pequeñas acciones, volviendo a recordar más vividamente todas las razones que le hicieron enamorarse de ella.
Más allá de su apariencia o de su pasado, es esto. La forma en la que lo hace sentir digno de ser amado, la manera en la que su alma parece envolverse con la suya de una forma más íntima.
¿Qué puede ser?
Tal vez es por eso que no pudo evitar agregar:
— Porque si amas todo de mí, amaré todo de ti. No vuelvas a pedirme que te deje ir.
Fujin asintió — Lo prometo, una vez que esté lista te lo contaré todo; así que, por ahora, por favor, permíteme ir despacio.
— Incluso aquellos que están hechos de conocimiento prohibido tienen dificultades para entenderse a sí mismos, ¿Eh? La mente en sí misma es algo inconstante, complicado y difícil de entender en ciertas situaciones. Es posible que nunca puedas entender del todo quién o qué eres, pero quiero que sepas que, independientemente de cómo te sientas ahora, puedes mejorar. Te esperaré mil vidas de ser necesario.
— ¿Mejorar? — cuestionó con curiosidad.
— Nuestro mayor regalo como creaciones: es nuestro potencial, nuestra esperanza, la perseverancia a pesar de la dificultad.
"Cierto, creaciones..." Fujin pensó sujetando el sombrero que había sido arrojado en el baile.
— ¿Qué hay de la ambición? — le cuestionó.
— También entra, mientras tengas todas esas cosas, nunca caminarás sola.
— ¿Y si quiero vengarme?
— ¿Quieres vengarte? — le cuestionó divertido.
Azael guardó silencio solo dándole una intensa mirada en señal de afirmación.
Scaramouche entonces se puso serio para decirle:
— Entonces, yo seré tu verdugo, si me lo ordenadas, si me aceptas, cumpliré con cualquier orden que me sea impuesta. Ordénamelo, Fujin... ¿A quién mato primero? — le preguntó tomando su mano para besarla.
Azael observó su sonrisa maliciosa y tomándolo de sus mejillas, le dice:
— Si haces ese tipo de preguntas, ¿Estás dispuesto a satisfacer cualquier deseo que tenga? — le preguntó en un tono bajo y cargado en ira, Scaramouche no dudó en asentir de manera entusiasta, la chica sonrió y acarició sus mejillas con cariño, dictó sus siguientes palabras — Si es así, déjame pensarlo bien, es una oportunidad excepcional para probar hasta donde llegarías por mí.
— No hay cosa que no haría por ti, Fujin... — murmuró perdido en sus ojos.
Y fue así como lo besó y su pacto se selló.
— Eres mío Raijin, no te atrevas a mirar a nadie más.
— Jamás lo haría mi Diosa.
Para Raijin la fe es como estar enamorado.
Cuando te conviertes en un siervo del Señor, renaces de nuevo y cambias, tienes un nuevo inicio, por la misma razón por la que cambias es porque haces todas esas obras.
Cuando estás enamorado no te reconoces a ti mismo, te ves a ti mismo pensando en esa persona y acciones qué creías que antes jamás harías.
Para Raijin, la fe en esta Diosa es cómo estar enamorado.
Y tal vez es porque está profundamente enamorado de su Señora que es capaz de hacer lo que sea por ella.
Pasado un tiempo después, cuando volvieron con los demás, Raijin observó como Bennu tenía en sus hombros a Venti mientras esté se reía y gritaba escandalosamente apurando al pelinegro para que corra y no puedan ser atrapados por Bosacius, Eridanus estaba nerviosa corriendo detrás de ellos intentando detenerlos.
Ambos sonrieron por la escena.
Raijin pudo ver ese brillo único en su mirada, como con una pequeña sonrisa, pero mierda, esa galaxia, la expresión que ponía en su rostro cuando los observaba... Definitivamente lo cautivaba.
¿Cómo puede los ojos de alguien brillar de aquella manera?
Eridanus los observó a ambos, en realidad ella los había visto y escuchado a escondidas, cuando le dijo al chico con sombrero que iba a irse, mintió, porque en realidad se quedó escuchando.
Observó todo a escondidas de nuevo.
A su mente vino una antigua conversación que tuvo con su madre cuando la descubrió con esa persona cuando estaba viva, cuando ya había crecido y las preguntas empezaron a llegar a ella.
— Eridanus, mi mente no sabe cómo hacerle entender a mi corazón que ya no es amado — le confesó.
— Mamá...
— Hay veces dónde me encuentro a mí misma esperando a porque él me llame, espero su llamada día y noche, pero ya no puedo escucharlo... Ya no puedo oír el dulce sonido de la voz que más tranquilizaba aunque mi ser flaqueaba y deseaba desistir — su madre se abrazó a sí misma, sus dedos temblando aferrándose a algo que perdió hace ya mucho tiempo atrás, pero inútilmente aferrándose a algo que murió hace mucho tiempo, a algo que ya no existe, a algo que dolió Demasiado en su momento y que se supone ya debería haber sanado pero, su madre no había sanado ni un poco — Me hace frío... — dijo a pesar de que era verano — Ya no... Ya no siento el calor de sus abrazos, sigo... esperando, lo he esperado demasiado, lo he esperado hasta un punto que me empezó a doler de solo recordarlo... Este dolor que ha permanecido intacto por años, porque... él ya no me ama, ¿Cómo le explico a mi corazón que su amante dejó de amarle? — se cuestionó para sí misma, Eridanus guardó silencio acongojada, no sabiendo qué decir — ¿Cómo puedo explicarle que está con alguien más? Lo siento Eridanus, no deberías estar escuchando esto...
Dolía.
Dolía como la mierda.
Dolía al punto de querer llorar como lo hacen los humanos pero, Aniam nunca ha llorado, más su corazón se siente agobiado al punto de querer hacerlo.
Y lo peor era que no lo entendía, no entendía por qué su pecho dolía tanto.
— No mamá, no te disculpes... Fui yo quién pregunté y te hice recordar malos momentos, lo siento... — se disculpó desde su sitio apenada.
— No haz hecho nada malo — le corrigió en cambio — tienes derecho a saberlo... El problema solo es tu madre que no sabe cómo contarlo, no te preocupes... Preguntar no es algo malo, la ineficaz soy yo por no saber cómo tratar con estos sentimientos. No sientas culpa, porque no tienes la culpa de nada.
Eridanus quiso preguntarle si alguna vez pensaba decírselos en voz alta, pero solo se calló.
Cómo la vez que descubrió por qué razón habían nacido.
Era inexplicable porque...
¿Por qué razón ellos nacerían para "proteger" a su madre si eran mucho más débiles que ella?
La pregunta la carcomió y terminó por buscar las respuestas por su cuenta, desencadenando un montón de recuerdos enterrados hasta llegar a este mundo.
Algo en su interior le dice que no debió, porque la herida de su madre estaba fresca y no lo sabía, aunque su madre le dijo que no debe sentir culpa... Se siente culpable.
¿Por qué nací, mamá?
Su madre la había mirado con sorpresa ante su pregunta, se acercó a ella y con una increíble ternura y voz dulce, le dijo: "Eres uno de los mayores regalos que se me puso haber concedido tener, jamás me arrepentiría, incluso si sus nacimientos fueron un accidente... Para mí son la mejor coincidencia que pude encontrar, son mi luz, mi corazón... Ustedes son mis hijos... Los hijos del fénix y la llama eterna. Eridanus, mi primogénita, gracias por haber nacido y haber llegado a mi vida".
Se despide:
"Mr_Swag95"
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