Capítulo XIII: Bosacius, el Yaksha electro.
Venti apreciaba a una Monstadt nocturna cuando observó como desde el cielo caía una 'estrella fugaz' descender de los cielos; al acercarse, pudo notar que el cuerpo de una joven inconsciente de largos cabellos rubios era la que descendía, por la sorpresa abrió los ojos con asombro, la consternación lo embargó "Esa no es... ¿Fujin?" Se preguntó incrédulo.
Cerca de la Guarida de Dvalin, debajo de un árbol con un pequeño regato, ella cayó.
Su cuerpo que cayó echo polvo, volvió a renacer en cuestión de segundos, cómo un fénix, Venti limpió su rostro de los cabellos rebeldes que evitaban que la identificase "Pasaron más de 3.000 años, ¿Por qué ahora vuelves a aparecer?"
El pecho de la joven subía y descendía paulatinamente, indicando que estaba respirando.
Venti la tomó entre sus brazos y observó con una profunda tristeza a la joven - ¿Dónde se supone que estuviste todo este tiempo? - le preguntó.
Azael abriría sus ojos al escuchar su voz, al reconocer que después de tanto tiempo, por fin, estaba a fuera de aquel mundo. Ambos se mirarían en silencio, hasta que ella lo saludaría con una voz áspera y cansada: - Hola, Barbatos...
Venti la abrazaría emocionado con lágrimas en sus ojos - Hola, Fujin - le respondería soltando una suave risa.
Nací bajo la sombra de Tianheng, para luchar y retribuirle a Rex Lapis. Soy aquel al cuál ella encomendó su vida, me presento: soy el Yaksha de cuatro brazos mejor conocido como "Bosacius", el Yaksha electro.
Cuando la conocí, lo primero que pensé de ella fue que, al contrario de su imponente apariencia, ella era muy tierna. Una guerrera distinguida y respetable, su excelente desempeño como general (predominaba por su experiencia en el campo), lo que hizo que lo que sintiera por ella; sin duda alguna, fuera un profundo respeto y admiración.
Siempre me gustó molestarla junto a Alatus y nuestros demás hermanos.
Tal vez fue al momento de firmar nuestros contratos con Rex Lapis que pude darme cuenta que había algo más entre ellos dos, pues Morax tenía una "absoluta" confianza en su persona, ¿Por qué nadie lo notaba? La forma en las que sus iris parecían temblar ante su nombre. Al contrario de todos nosotros, su contrato contenía información de los nuevos seres que surgieron después de la guerra, ¿Por qué?
Ahora conozco la respuesta, después de que ella me contara su historia, ahora la comprendo. Comprendo sus objetivos y razón de ser.
- Eres una buena persona, Azael - le dije la primera vez que la vi jugar con distintos animales, tenía pajaritos en el pelo y un par de zorros a sus pies, un contraste muy distinto al que solía ver diariamente en su persona. Mi presencia pareció sorprenderla, porque se paró al instante y de forma avergonzada me pidió perdón. Cómo la vez que le pidió perdón a un pecesito por tener que comérselo.
"¿Por qué se disculpaba?" Me pregunté aquella vez.
- Solo... - dudó un momento al hablar, supuse que diría una excusa por la forma en la que sus ojos esquivaban verme, pero me sorprendí cuando ella simplemente fue honesta - Quería jugar con ellos... - admitió.
Bosacius no pudo evitar soltar una risa ante su timidez "¿Se supone que es la misma general que suelo ver en el campo de batalla?" Pensó con diversión.
Azael haría un leve puchero al no entender la situación, ¿Qué le causaba tanta gracia al Yaksha? ¿Será una risa irónica? No, era demasiado... real para ser fingida.
- Hermana mía, creo que acabo de ser cautivado por contemplar una nueva faceta tuya - admitió con una gran sonrisa Bosacius.
Azael se sintió al igual que un niño recibiendo un cumplido - ¿Eh? ¿Qué? - murmuró sintiendo sus mejillas calentarse.
- Juguemos juntos - le propuso - me gusta pasar tiempo contigo.
Una de las cosas que más disfrutaba Bosacius eran las batallas, en ocasiones no podía evitar observar con detenimiento a cada uno de sus hermanos, sus mañas, sus formas de pelear, o esas miradas inconscientes que solían lanzarse Azael y Xiao al pelear codo a codo. Algunos decían que él era tonto o poco atento a los detalles; al contrario, Bosacius es muy perspicaz, en especial si se trata de sus hermanos.
Xiao le limpió el paso y Azael pudo encargarse con más facilidad de los monstruos, ninguno dijo nada, solo asintieron y siguieron con su trabajo. Bosacius observó esta interacción con atención, los ojos de uno de ellos resplandecieron al estar frente al otro, a pesar de estar luchando, uno de ellos parecía cautivado. Son como aquellas veces dónde Azael usaba la ropa de Xiao.
- Es cómodo - les dijo ella encogiéndose de hombros, los demás no pudieron evitar especular en sus cabezas sobre la extraña relación de ellos dos y Xiao nunca dijo o aclaró algo al respecto.
En una ocasión los escuchó hablando, Bosacius se sorprendió cuando escuchó a Azael decir: "- Si nos preguntan que somos, tú diles que somos todo y nada".
"- ¿Todo y nada? -" escuchó el murmullo confundido de Alatus.
"- Sí, porque el todo se acaba y la nada es para siempre -" explicó la contraria.
"- ¿No es eso muy ambiguo, Azael? - " le cuestionó el chico golpeando levemente su brazo para molestarla.
La pelinegra río y se frotó dónde el otro golpeó "- ¿Tú lo crees? Tampoco tienes que dar explicaciones, es extraño como pasamos de ser enemigos a ser esto".
Bosacius decidió darles privacidad y largarse de ahí ante el silencio que los embargó a ambos, ¿Iban a besarse o por qué el silencio? Tampoco es que quiera ser metiche "Yo creo que se ven muy bien juntos" pensó encogiéndose de hombros y dándoles su bendición.
- Oye Bosacius, ¿Tú odiarías a alguien que con su sola existencia puede destruir todo aquello que amas? - le preguntó la pelinegra.
Bosacius se vió sorprendido por la pregunta; aún así, le respondió con sinceridad - No sé qué se te metió a la cabeza, pero depende.
- ¿Depende? - cuestionó con confusión.
- Depende si realmente esa persona quiere destruir lo que amo, si es inconsciente, lo comprendería - le explicó su punto.
- ¿Por qué?
- Hubo un tiempo que hasta yo fui inconsciente de mi propio poder, de mis responsabilidades, fuí inmaduro al no ver que estaba dañando a personas más débiles que yo - le dijo nostálgico - Tal vez, por eso me gustan tanto los humanos, aprenden de sus errores y vuelven a levantarse, ¿No son acaso los humanos muy tiernos?
Azael miró absorta aquella confiada sonrisa que le demostraba su hermano, su corazón bombeó cautivado antes sus palabras - Sí, lo son - admitió con un leve sonrisa tranquila.
Oh, ojalá el arcoiris durará para siempre.
Bosacius no recuerda mucho aquel día, solo recuerda una gran desesperación carcomiendo su alma en consecuencia del mal Karma.
- ¡Menogias! ¡Bonanus! ¡Vuelvan en sí! - les gritó el Yaksha exasperado - ¡Indarias! ¡Ayúdame! - pidió, Bosacius contendría el aire al observar a la Yaksha pyro gritar llena de terror al ser consumida por su propio Karma - ¿Indarias...? - murmuró petrificado.
¿Por qué justo ahora deben de perecer?
El Yaksha electro sentiría un gran pitido cegar su audición con la explosión que causaron el Yaksha Geo y la Yaksha hydro en su pelea, cuando observó a la Yaksha Cryo llegar y gritar para intentar detener la pelea, todo se volvió confuso. Alatus no tardó en intentar auxiliarlo a pesar de su propio Karma, lo último que pudo ver, fue a Azael en medio del campo de batalla, llorando. La joven Yaksha reclamaba algo, con tanta desesperación que le dolió en el alma, "Hija de las montañas escarpadas y de la arena cristalizada, por favor, no llores por mí" pensó, antes de caer desmayado y verla por última vez con consciencia propia, ella causó una gran explosión Cryo que los consumió a todos. No recuerda nada después de ese momento, cuando despertó, Morax le dio la bienvenida, como la primera vez que despertó en este mundo, qué dejá vù.
- Despertaste - le dijo preocupado el Arconte, Bosacius intentó recomponerse sin éxito alguno, pues sus huesos crujieron y su cabeza dolía como el demonio - No te esfuerces, Bosacius.
- ¿Qué...? ¿Dónde estoy? ¿Dónde están mis hermanos? - fue lo primero que preguntó.
Morax lo observó con lástima ante la desesperación del Yaksha - Bosacius... Menogias, Indarias y Bonanus están muertos - le dijo - Ellos sucumbieron ante el karma.
Bosacius sentiría como algo dentro de sí, moría ese día, algo se desconectó de él al escuchar tal noticia, pues dejó de escuchar órdenes y solo suspiró de forma temblorosa sintiendo un nudo en su garganta, su estómago se sentía pesado y solo tenía unas desagradables ganas de vomitar - ¿Y... Xiao? ¿Dónde está Azael? - le preguntó a su Dios, su voz aunque rogó por saber el paradero de sus hermanos, se escuchó en tono tan... Apagado.
Morax hizo una mueca llena de tristeza al verlo - Xiao está afuera... Respecto a Azael, Bosacius no-
Bosacius en otro momento hubiera escuchado sus palabras; pero ahora, lo único en lo que podía pensar, era en verlos. Morax no lo detuvo, se compadeció del Yaksha electro y lo libró de su contrato, ya era suficiente. Ya había hecho suficiente, el Yaksha electro había cumplido con su deber, no podía exigirle más.
Eres libre, Bosacius.
Xiao se mantenía al borde de la montaña junto a la Yaksha Cryo, una Yaksha que no le respondía y que tenía la mirada pérdida. Una Azael que había sido consumida por el Karma.
Xiao sujetaría con fuerza la mano de la pelinegra, se sentía mal, el Yaksha Anemo solo quiere que Bosacius despierte pero, ¿Cómo le explicará sobre esto?
"No pude hacer nada para protegerlos" Pensó con una profunda tristeza "Por favor Azael, respóndeme, solo respóndeme una vez más" Pidió en su interior observándola.
- ¡Alatus! ¡Azael! - escuchó el grito de Bosacius que venía corriendo a su encuentro.
Xiao se volteó sorprendido al ver al Yaksha ser tan descuidado con su propio cuerpo - ¡Bosacius! ¿Por qué estás...? ¡Vuelve a la cama! - le regañó intentando cubrir a Azael y recomponiéndose, su regaño no sería escuchado en lo absoluto cuando Bosacius se abalanzaría directo hacia él.
Un pequeño Bennu saldría levemente al ser aplastado, su ceño se contraería en molestia ante los fuertes brazos que parecían querer estrujarlo. Se ocultaría de inmediato al notar al par de Yakshas y notar rara a su madre.
"¿Qué está pasando?" Se preguntó.
- ¡Azael! ¡Alatus! ¡Yo...! - dijo Bosacius con una gran sonrisa aliviada antes de estallar en llanto, estaba tan asustado, el Yaksha estaba tan desconsolado, su corazón se encuentra tan conmocionado por todo lo que pasó, lo único que quiere el Yaksha es poder vivir un tiempo más a su lado - ¡Me alegra! ¡Me alegra que estén bien...! - sollozó hipando, los mocos salían descuidadamente mientras Bosacius trataba de formular palabras coherentes.
Xiao se mordería los labios al escuchar tales palabras, solo lo abrazaría con más fuerza, le devolvería el abrazo a su hermano sintiendo una profunda culpa - Bosacius... - murmuraría ocultando su rostro entre sus fuertes brazos - Yo... Debo decirte algo.
Azael saldría de detrás de Xiao para limpiar las lágrimas de Bosacius, el Yaksha abriría ojos asombrado al notar aquellos ojos apagados que junto a su cuerpo desprendía el mal Karma - ¿A-azael? - murmuraría él estupefacto.
Bennu no entendería el por qué el Yaksha estallaría en llanto pidiéndole perdón a su madre, el menor no entendería la preocupación de los inmortales para con su madre "Mi mamá no está enferma, ella solo está cansada" Pensó sujetando levemente la mano de su progenitora, Bennu no entiende el porque los compañeros de su madre han muerto "¿No sé supone que son inmortales?" Se preguntó con confusión, el pequeño fénix odiaba no entender la mitad de lo que pasó.
Azael estaba en un estado de supervivencia, lo único que había en ella, era su eficiencia para con las peleas. No existía un pensamiento coherente, solo su instinto, su deber. Su programación inicial.
Bosacius observaría con una profunda tristeza a su hermana, la cuál ahora se encontraba en una posición de alerta junto a su lanza, haciendo guardia. A diferencia de los demás, sin una buena razón, ella no ataca. Al contrario, sigue protegiendo a Liyue a pesar de su inconsciencia, admira su persistencia. Xiao bajaría el arma de Azael, la contraria observaría absorta la acción - Ha sido suficiente, ya acabamos con todos lo monstruos - le dijo.
Azael de alguna forma lo entendió y con pasos torpes se sentó en un lugar con abundante yerba para dormir.
"Ella tampoco hoy dijo algo" Pensó viendo como en cuestión de segundos ella se durmió.
- Hay que curarla - diría Bosacius preocupado, Xiao asentiría ante lo dicho. Ambos se verían sorprendidos cuando una energía externa rodearía el cuerpo de la Yaksha Cryo, incendiándola - ¡Xiao! ¡¿Q-qué es eso?! - preguntaría alarmado.
- ¡Azael! - gritaría Xiao intentando tocarla, por instinto apartaría su mano, el cuerpo de la joven fue cubierto por llamas y de ellas surgió una pequeña ave molesta, la cuál estaba a la defensiva gracias a su osadía - No puedo comprobar su estado físico - le comunicó a Bosacius.
Xiao se sorprendería al ver una sonrisa en el rostro del Yaksha electro.
¿Él se ha perdido de algo?
Xiao no entiende la situación, está preocupado.
- No toquen a mi mamá - les advirtió con enojo.
Xiao cree que tal vez ha dañado su audición, porque cree que ha escuchado mal, ¿Su qué...?
- Mi nombre es Bosacius - le dijo el Yaksha electro cuando lo vio, Bennu se puso en guardia y gruñó, cubriendo con sus alas a su madre por instinto, ya que ella estaba durmiendo - Tranquilo pajarito, ¿No me recuerdas? Soy hermano de Azael.
"¿Hermano?" El fénix observó como Xiao salía detrás de Bosacius para saludarlo y presentarse formalmente ante él. El Yaksha Anemo cree que lo mejor será seguirle el juego al General Vritas, pues parece saber lo que hace.
Bosacius aunque no conocía al ave personalmente, lo ha visto jugar y estar al lado de Azael por mucho tiempo, no sabe por qué ella lo esconde, pero supone que es un asunto personal.
- ¿Son hermanos de mi mamá? - les preguntó con curiosidad el ave esta vez más alto.
La pregunta pareció desencajar al par de Yakshas, pues la palabra "mamá" con Azael sonaba raro, demasiado extraño.
- ¿Tu "mamá"? - le preguntó Xiao con duda, el Yaksha Anemo se acercó sutilmente al fénix que aunque en un principio lo picoteo, no desistió y lo acarició - Mi nombre es Xiao, solo queremos asegurarnos de que ella esté bien - le dijo en un tono amable para hacer que baje la guardia con ellos.
- Está bien... - murmuró el ave observando que eran buenas personas, se sentía algo presionado. Bennu sabe que aunque desconfía de todo el mundo, si su madre confía en ellos, entonces debe hacerlo - Solo... no le hagan daño - pidió observando a su progenitora dormir - Yo solo la estaba curando - explicó.
- No seríamos capaces de hacerle daño a nuestra hermana - le dijo Bosacius en respuesta, sería mentira si el Yaksha dijera que la primera vez que observó al ave no sé sorprendió.
"Es una cría de aquel monstruo" Pensó al reconocer sus llamas "Al ser una cría, no tiene la culpa de lo que hizo su progenitora; aún así, creo que entiendo el enojo de Morax hacia Azael, pues ella posee a uno de los hijos del monstruo que mató a la señorita Guizhong".
En qué complicada situación estás metida, Azael.
- Mi nombre es Bennu - dijo el ave estirando su alita para que le den la mano, Bosacius sonrió y con mucho entusiasmo, pero con delicadeza la estrechó.
Bennu permaneció mucho tiempo en su forma adéptica hasta que se vió obligado a cambiar a su forma humana para luchar.
- ¿Qué... eres? - le preguntó Xiao al ave consternado, su poder... ese poder era el de...
- Soy un fénix - respondió el pelinegro limpiándose la suciedad de su rostro - Y mi nombre es Bennu, solo Bennu.
Xiao y Bosacius se guardarían el comentario de que Bennu se parecía demasiado a Azael, tampoco indagarían mucho en el tema.
"¿Será su hijo biológico...? Pero acaba de decir que es un fénix..."
El trío convivió por 200 años donde su rutina pasaba de cumplir sus deberes a intentar domesticar al ave que se empeñaba en sacarles de quicio.
- ¡Bennu! ¡Vuelve aquí! - gritó Bosacius enojado correteándolo - ¡¿Qué te dije sobre pintar sobre mi rostro?!
- ¡Corre más rápido abuelo! ¡Estás muy viejo! - se burló un joven Bennu sacándole la lengua con diversión.
Xiao suspiraría al verlos corretear como dos niños de aquí para allá - Azael, traélos - le pidió cansado, la Yaksha Cryo en cuestión de segundos volvería a aparecer frente a él junto a los dos chicos que gritaban por algo de piedad porque la chica los trajo de las orejas.
- ¡Mamá! ¡Lo siento! ¡Me duele!
- ¡Perdóname, Azael! ¡Por favor! ¡Suéltame!
Xiao suspiraría por décima vez en el día, era todo un caso esos dos.
Bosacius creyó que aquella paz en cualquier momento se iría a terminar y cuánta razón tuvo cuando todos los Adeptus fueron llamados a proteger la ciudad porque alguien estaba creando disturbios.
El panorama era muy diferente a como se les fue informado.
- ¿Azael...?
La Yaksha Cryo matando a la gente de Liyue era algo que en su momento no pudo perdonar "Se supone que prometimos protegerlos, ¿Qué estás haciendo?" Pensó.
La pelinegra mató a cientos de civiles sin compasión alguna, ¿Por qué?
- Bosacius, deténla - ordenó Morax.
Bosacius aunque intentó seguir la orden, por primera vez se vió incapaz de hacerlo, "No puedo" pensó "No puedo ir contra mi propia hermana".
- No puedo - admitió.
- No voy a obligarte.
Bosacius observaría como Xiao intentó detenerla sin éxito, ¿Por qué se acobardó a último momento?
"- Tío Bosacius, mamá no es mala, ella solo está cansada... -" le explicó una vez Bennu "- Mamá solo quiere dejar de pensar después de todo lo que pasó, para ella fue demasiado, pues perdió a todos".
"- ¿A qué te refieres, Bennu?"
"- Mamá dijo que si algún día hace algo malo, que por favor la pares".
Bosacius corrió y atrajo a un monstruo marino para atraer la atención de Azael, pues sabe de antemano que en sus venas fluye la emoción por la peleas, por cumplir sus deber.
- Ella estará entretenida ahí por un buen rato - le dijo a Morax sin voltear a mirarlo, se siente avergonzado de sí mismo - Tal vez lo mejor sea sellarla.
"No la mate por la falta tan grave que acaba de cometer" estaba pidiendo.
Bosacius le pidió a Morax que no matará a Azael.
- Escucharé tu petición General Vritas, no por ella, si no por ti.
Bosacius vagó los siguientes años con una gran culpa, porque antes de que Azael fuera sellada el Yaksha electro pudo ver a Bennu llorando llamándolo por su nombre - ¿Tío Bosacius? - fue lo último que escuchó.
El pasar de los años le pasó factura, Bosacius guardó sus tesoros en Minlin y sucumbió ante el Karma, lo atrajo la sed de la batalla y cayó en la Sima, no recuerda casi nada, solo una incesante carga de consciencia que le pedía volver con los suyos, con sus hermanos.
Estuve mucho tiempo durmiendo, hasta que escuché su voz en medio de toda la oscuridad que me rodeaba.
La voz de Azael parecía cansada, estar a nada de romper a llorar, ¿Por qué su hermana sonaba tan triste? ¿Por qué ella sonaba tan cansada? ¿Dónde estaba? ¿Por qué no puede abrir los ojos? ¿Por qué su cuerpo no responde?
- Las voces de quiénes murieron en mis manos, me atormentan constantemente... - Bosacius escuchó un cansado suspiro de su parte - Es insoportable, pero cuando me pongo a pensar en volver a verlos, sé que puedo resistir un poco más, ¿Cuándo volveré a verlos? - Hubo un breve silencio, uno dónde ella soltó una suave risa irónica - Perdóname Bosacius, sé que no puedes oírme, pero eres el único al que puede decirle esto, supongo que estoy loca al decirle esto a alguien inconsciente, pero supongo que tengo que hablar con alguien para no enloquecer del todo, ¿Verdad? - le preguntó.
Bosacius quiere levantarse y reconfortarla, pero no puede hacerlo.
- Caelum me miente, Bosacius. He intentado volver a confiar en ella, pero lo sé, la he visto. He visto como extorsiona a otros y como cree que todos somos peones en su juego de ajedrez... - Azael ocultó su rostro entre sus brazos y piernas, se hizo bolita intentando ocultarse a sí misma - ¿Qué puedo hacer, Bosacius? No me gusta estar aquí...
"Aquí todos quieren usarme para su propio beneficio" Le dijo.
La joven volvía cada cierto tiempo a visitarlo, en una de sus tantas visitas, ella le confesó algo. Ella le habló de su primer y único amor.
Ella le habló de cómo por su mortalidad y otros factores, tuvo que ver al amor de su vida ser feliz con alguien más.
- Tal vez fui egoísta, tal vez si era un caso perdido como decía mi madre... Pero yo... no quería que la única persona que me amó sinceramente en ese entonces, la única persona que hizo que yo sintiera que valía algo, que valía la pena... Tuviera que dejarlo ir, volé demasiado alto y me estrellé duramente contra el suelo debido a eso - vociferó en un tono neutro cargado de sentimentalismo - Recuerdo que por mucho tiempo no entendí el constante dolor en mi pecho, el porque dolió tanto verlo besarse con alguien más o el porque su "sí" en el altar nos condenó a ambos. No entendí que lo amaba hasta que ya no lo tuve. Soy una idiota Bosacius, porque ahora él... Olvídalo, solo... Es complicado.
Azael venía de vez en cuando, hasta que un día ella empezó a pasar mucho tiempo con él, Bosacius recuerda que ella le contó todos sus secretos, tal vez para desahogarse, tal vez porque tenía miedo que alguien lo supiera, tal vez porque estuvo mucho tiempo ocultándolo.
- Lo siento, lo siento mi hermano, pero no puedo borrar lo que soy, aunque lo intenté múltiples veces, inevitablemente volvía al mismo círculo vicioso - le confesó - Perdóname por ser un pecador...
Azael pasó mucho tiempo intentando negar que era un cáncer para el mundo.
- ¿Cómo podría decírselo? Todo lo que tuve que hacer para proteger a nuestro pueblo, toda la sangre derramada que se escurría entre mis manos, no quería preocuparla, yo enserio... No quería ensuciarla - le confesó, Bosacius la escuchó, cómo siempre lo ha hecho en estos cientos de años - Si ella salía lastimada, ¿Qué podría hacer yo? No quería eso para ella, nunca quise lastimarla; más sin embargo, lo hice, la lastimé y mucho, en ese entonces... yo fui tan egoísta, pues solo la quería a mi lado, sin tomar en cuenta que... le haría daño.
"¿Enserio no luchaste por él?" Bosacius le quiso preguntar.
- Creo que lo que más que dolió, fue que se olvidará de mí.
Bosacius puede decir que Azael es una poeta con mucho potencial, porque cuando le explicó lo que dijo en media Guerra, él entonces unió los hilos.
El fénix de más de 50 metros que acabó con la vida de Miles de personas en la Guerra, era ella.
Porque lo que le confesó, fue lo mismo que una vez dijo ella.
"Al confiarle mi amor a usted, lo único que consigo es un eterno sentimiento de ansia que nunca se satisfará.
Ansío los sueños, ansío un hogar, ansío que mi amado trascienda los ideales mundanos.
Pero a día de hoy, oh, amado mío, continúa inmerso en la avaricia y la hipocresía propias de un tirano.
Para aplacar esta tristeza y furia que su traición me hace sentir, causaré sobre mi persona la ruina durante toda la guerra".
Su semblante se oscureció al decirle: - ¿Cuánto tiempo más debo de ser castigada para que se me perdone por haber nacido? - le preguntó - Me morí, Bosacius... Si no fuera por Caos, yo hubiese muerto definitivamente. No quiero volver a experimentar eso, me dolió mucho...
Bosacius entonces se levantó de su sueño eterno y la abrazó. Él salió del plano de ensueño y cubrió su cuerpo con el suyo, Barbatos aunque se sorprendió con su repentina aparición, decidió no intervenir en el extraño reencuentro.
- Bosacius... - dijo Azael intentando escapar de él, temblaba debido al miedo de no ser reconocida, otra vez.
"Mi apariencia, mi apariencia" pensaba aterrada, cerró los ojos con fuerzas cuando él le levantó la mano; más sin embargo, el golpe nunca llegó, Bosacius solo puso su mano en su hombro para darle ánimos, para reconfortarla, para decirle en un solo gesto, que está de su lado.
- ¿Alguien alguna vez te ha dado las gracias por tu servicio? - le preguntó.
Azael abrió los ojos con asombro ante la pregunta, sus ojos lagrimearon de inmediato y nada pudo hacer para detener el repentino llanto que salió de sus labios - No... ¡Bosacius, yo...! - le respondió mordiéndose sus labios, intentó frenar su propio llanto, sin éxito alguno, Bosacius acarició sus cabellos con cariño.
- Muchas gracias Adeptus Azael por su servicio - le dijo haciendo el gesto militar que los caracterizaba.
Azael abrió y cerró los labios intentando formular algo, hasta que lo decidió.
- Fue un honor servirle a usted y a todo su pueblo - le correspondió ella, haciendo el mismo gesto militar, sus ojos azules brillaron y sonrió, ella ahora estaba mejor.
Venti no entendía la extraña relación de ambos, ¿De dónde se conocían? ¿Adeptus...? ¿Qué? ¿De qué se perdió?
- No entiendo nada... - susurró.
Se despide:
"Mr_Swag95"
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