Capítulo V: Réquiem.

— Raijin, no te preocupes, estaré bien. No es la primera vez que me quitan mi corazón... — Azael hizo un gran esfuerzo para hablar, pero cayó de rodillas siendo sujetada por el de cabellos índigos. Intentó darle una mirada tranquilizadora, pero su dolor aumentó y salió una mueca. Suspiró invocando a su fiel amigo — Bennu — lo llamó.

El ave observó alarmado a su dueña, volando lo suficientemente lejos para atravesar su pecho, donde estaba abierta la herida, cerrándola casi al instante, el ave hizo un sonido lastimero posándose en su hombro y restregándose contra su mejilla, Raijin observó sorprendido el suceso — Buen chico, ¿Puedes cuidar de Raijin por mí? Yo... ya no puedo más... — Azael acarició al ave, sus heridas internas tardarían días en sanar; pero al menos, la sangre ya no se desbordaría por fuera de su cuerpo, sus ojos se cerraron y cayó inconsciente por fin.

El ave miró con tristeza el cuerpo de su dueña, se estaba desangrando por dentro y ella solo pensaba en la seguridad del chico que conoció hace tan solo unos meses, dio un leve suspiro concentrándose en curar sus órganos internos, ya hablarían de eso después.

— ¡Fujin! — gritó Raijin asustado, observó como el ave con sus fauces se restregaba en ella anidando en su pecho, específicamente en el lugar donde debería estar su corazón. Llamas rodearon el cuerpo de la chica, pero nada se quemó. Era consciente que la estaba curando, incluso si él lo intentara, no podría ser de mucha ayuda. Una sonrisa tranquila se dibujó en el rostro de Fujin, Raijin sujetó su mano derecha para besarla y decir: — Estaré esperando hasta que despiertes; hasta entonces, déjame cuidar de ti.

El ave fénix lo miró molesto por sus palabras, queriendo picotearlo por querer coquetear con su dueña. Pasaron horas en silencio, Raijin se sentía abrumado, esas horas de silencio le hicieron sentir culpable, si él no hubiera sido tan débil... entonces, a Fujin nunca le hubieran arrebatado su corazón, hubiera podido ayudarla, hacer algo. Se sentía molesto consigo mismo por ser una carga, se supone que fue creado para gobernar una nación, debía ser fuerte, audaz, saber muchas cosas; en cambio, era una hoja en blanco que de recién empezaba a adquirir algo de color, las primeras capaz de pintura se alzaban por sobre su lienzo y el pintor de tal obra, era aquella chica que no había dudado en dar su vida por él.

Todo lo que sucedió en Tatarasuna sucedió tan rápido...

Quería pensar en otra cosa; así que, su atención se dirigió al fénix, cada que que le decía algo al ave, esta le gruñía o hacía amague de querer picotearlo.

— Vamos, no me gruñas... eso es grosero — le dijo el de cabellos índigo al ave, Bennu picoteó su mano cuando hizo el amague de querer acariciarlo — ¡Oye! ¡Grosero! ¡Te digo algo y me dices grr! Yo digo hay que hablarlo y me dices, ¡grr! ¡Eso no es comunicación!

El ave le gruñó de vuelta en respuesta y Raijin se quejó dramáticamente de que siempre le contestaba así.

Pasaron días conviviendo esperando a que Fujin despertará, gracias a Bennu, pudo darse cuenta que cuando los guardias de la Shogun se acercaban, tuvo tiempo para escapar con ella, buscaron un lugar seguro, pero no duraban más que unos días en un solo lugar. Un día, ambos pelearon debido a sus diferencias, digamos que Raijin no quiso volver a ser perseguido mientras era picoteado por el ave.

— Oye, ¿Qué eres de Fujin? — le preguntó mirando al cielo, el ave lo miró por sobre sus plumas y no respondió — ¿Sabes? Me gusta Fujin... o Azael, al parecer tiene muchos nombres, ¿no? He leído en muchos libros sobre este sentimiento, pero aún no lo comprendo del todo. Solo sé que quiero estar a su lado, quiero caminar con ella por el largo sendero que nos espera. Quiero hacerla muy feliz, aunque tenga mucho por aprender y tenga que sacrificar muchas cosas en el camino, no importará si sé que ella estará al final de ese túnel esperándome... — dijo mirando la noche estrellada estirando su mano, intentando alcanzar alguna estrella con ella, el chico tenía una sonrisa ilusionada en su rostro. Bennu lo miró con aflicción, dudando en decir algo.

— ¿Por qué? — preguntó una voz algo grave, Raijin se sentó de inmediato y miró para todos los lados intentando descubrir la procedencia de esa voz, girándose para observar al fénix que lo miraba afligido — ¿Por qué ella te puso su nombre?

Raijin no entendió la pregunta en lo absoluto — ¿A qué te refieres?

— ¡¿Por qué ella te puso su nombre?! — su tono de voz paso de ser tranquilo a uno dolido y demandante, el fénix intentaba buscar una respuesta a una incógnita que solo Azael podría responder.

Silencio, Raijin no sabía qué responder ante aquella información, ¿Él poseía el nombre de alguien más? ¿De quién? ¿Eso significaba que era el remplazo de otra persona?

— No puedo responder a algo que ni tú mismo sabes. Si Fujin no te lo contó a ti, su mejor amigo. Debe de haber una razón, ¿no lo crees? — le insinúo con molestia por cómo le habló.

Las palabras de la marioneta enfurecieron al fénix, quien, en un arrebato de ira, reveló su forma humana, quien contrario a su bestia iluminada de 1.20m: era un hombre alto de 1.75m, delgado, de cabellos negros y ojos rojos. Él se situó encima de la marioneta, alzando su mano derecha para golpearlo, forcejearon mutuamente, Bennu lo golpeó y Raijin para defenderse golpeó su estómago con sus piernas y se lo quitó de encima — ¡¿Qué te pasa?! — le reclamó.

Yo soy su hijo, no existe algo que ella no pueda contarme, soy aquel que sobrevivió ante la masacre que provocó su propia madre. — respondió con una voz cargada en cólera, sorprendiendo a Raijin que lo miró con sorpresa.

— ¿Qué...? ¿De qué hablas? — susurró pasmado.

— "Fujin" como tú le dices, es mi madre — repitió Bennu mirándolo con mofa, debajo suyo Azael dio un leve gruñido en señal de molestia entre sueños, captando la atención del ave y preguntándose qué estaría soñando para actuar así — soy una creación involuntaria de mi madre, no muy diferente a ustedes.

Raijin sintió que el alma le volvió al cuerpo con esa aclaración — Entonces... ¿Fujin no ha estado con alguien más antes? — preguntó, olvidando la pelea que tuvieron hace instantes, para saciar su curiosidad de saber la vida amorosa de la chica.

— No lo sé — respondió con simpleza Bennu, negándose a darle más información.

— ¡¿Cómo que no sabes?! — le reclamó Raijin.

— ¡No estoy siempre a su lado! ¡¿Sabes?! — le grito devuelta Bennu — ¡Además, qué te importa!

— ¡Por supuesto que me importa!

— ¡No te voy a contar nada de la vida amorosa de mi madre! ¡Chismoso! ¡Estoy seguro que intentarás coquetearle! ¡Enano! — lo acusó convirtiéndose de vuelta en fénix para perseguirlo e intentar picotearlo, Raijin intentaba quitárselo de encima lanzándole piedras que encontrará en su paso. Se escuchó un gruñido monstruoso, ambos chicos voltearon asustados cuando una lanza se dirigió hacia ellos, temblaron en sus sitios observando a una dormida Fujin en posición de pelea. Al parecer sus gritos activaron sus instintos.

— ¡CORRE!! — le gritó Raijin a Bennu en advertencia esquivando una de las tantas lanzas dirigidas hacia ellos, esa noche no descansaron bien por el repentino entrenamiento de tener que sobrevivir a una sonámbula Fujin.

— ¿Cómo te sientes? — preguntó cansado Bennu.

— ¿Respecto a...? — le cuestionó con el mismo cansancio Raijin.

Bennu suspira y algo dudoso termina la pregunta — No escuché mucho, pero... ¿En serio te creó la Arconte Electro?

Silencio.

Bennu cree que la ha cagado.

Antes de que el pelinegro pudiera retractarse, Raijin habló: — Sí, pero todo fue muy confuso... — admitió frotándose la cabeza.

Bennu entiende su confusión, la Arconte que él conoció junto a Azael era amable, bondadosa, algo débil a comparación de los otros Arcontes, pero era una buena persona, ¿la Arconte a la que conocieron habrá sido su hermana? En algunas ocasiones la señorita Makoto era acompañada por Ei, su hermana gemela. Las recuerda con claridad porque los gemelos son algo difícil de ver o encontrar en Teyvat, recuerda haberse sorprendido tanto que su madre tuvo que pararlo de querer abalanzarse a preguntarles sobre el tema. En su defensa, era bastante joven aún.

— ¿Se siente mal? — cuestionó.

— No hagas preguntas a medias, que no te entiendo — le dijo Raijin ya cansado de tanto misticismo.

— Si mi madre me dijera palabras tan crueles, yo estaría muy triste, ¿Cómo te sientes tú? ¿Cómo se siente el haber escuchado palabras tan crueles de tu propio creador? — preguntó Bennu de manera directa y sin tacto.

El ave fénix muy pocas veces se ha relacionado con otras personas, mayormente hacía de intermediario (mensajero), él nunca tuvo curiosidad de relacionarse con otros más allá de su propia creadora; así que, al notar el increíble apego que estaba desarrollando Azael hacia Raijin en cuestión de meses, despertó su curiosidad, ¿Era porque la Adeptus se sentía identificada por el chico o había algo más?

Raijin empezó a llorar recordando las palabras de la Arconte: "No soy tu madre", "No eres mi hijo".

— Duele, por supuesto que me duele, ¿Cómo es posible que ella no me quiera? Soy su hijo, su propia creación, soy... — Raijin tapó sus ojos intentando parar sus lágrimas, su voz se cortó y sollozó — Solo fui un prototipo del resultado final, ¿No?

Bennu podría ser muchas cosas, menos un insensible. Por eso acunó al chico entre sus brazos dejando que se desahogue — Lo siento... No eres una carga pesada, los Dioses tienen una forma muy distinta de amar a comparación de nosotros, ¿Sabes? Pospongamos las cosas difíciles para otro momento, por ahora, déjame contarte una historia en compensación por haber herido tus sentimientos — le dijo.

— ¿Qué clase de historia?

— Mía, te contaré mi historia — aclaró — Tal vez eso te haga entender un poco esta situación, todo es muy raro. Lo de la Fragua y el tema de la Arconte lo hablarás con Azael porque es mejor, será más sensata en qué palabras usar.

— Está bien... — dijo el de cabellos índigos recomponiéndose y secando sus lágrimas, debía admitir que se sentía conmovido por las palabras de Bennu, no lo diría en voz alta, pero se notaba que Fujin era su madre, su manera de expresarse, aunque más arisca, era la misma, se notaba la diferencia de experiencia de ambos.

Su hijo, Bennu era su hijo.

El pelinegro carraspeo un poco y pensó por dónde empezar a hablar, hasta que una idea pasa por su cabeza — Eridanus, Fornax, Grus, Hydrus, Sculptor y Tucana fueron los primeros en nacer. Ellos eran mis hermanos mayores... — Raijin observó con atención como Bennu bajaba todas sus barreras al recordar a su familia — No sé si lo sepas, pero toda la altura que le falta a mi madre se fue a otro lado.

Cuando Bennu dijo "esa frase", algo hizo cortocircuito en su cabeza — ¿Qué?

— Los Adeptus poseen una forma adéptica y una forma humana.

AH, con que era eso, Raijin soltó un suspiro de alivio — ¿Con forma adéptica te refieres, así como tú en fénix?

Bennu asintió algo ofendido por las palabras que usó para expresarse — Azael es MUCHO más grande que yo en su forma adéptica, mis hermanos y yo fuimos creados a partir de sus llamas; en ese entonces, ella desconocía totalmente que éramos sus creaciones... — hizo una pequeña pausa dudando en si decir o no lo siguiente — Ella era totalmente devota a su creadora; entonces, cuando ella le dijo que éramos sus creaciones, le creyó, porque para Azael sus palabras eran verdad absoluta, si su creadora le decía que el cielo era rojo, ella le creería. Nunca me gustó aquella mujer. — susurró lo último para sí mismo, pero Raijin logró escucharlo.

— ¿Por qué? ¿le hizo algo malo a Fujin?

El pelinegro río sarcástico — Oh, qué no le hizo — enfatizó, cuando Bennu se dio cuenta de su confesión, ya era demasiado tarde para retractarse, esa información no solo era confidencial, era sumamente personal, ¿Cómo es posible que haya podido admitir algo así tan a la ligera? Ahora entiende el por qué su madre es tan cercana a este tipo, su habilidad de persuasión es increíble, ha este paso... él sabrá la historia completa.

Raijin estaba sorprendido, por no decir que enojado, ¿Cuántos secretos más ocultaban estos dos? No preguntará; al menos, no ahora, es consciente de que es un tema un tema delicado y uno que solo Fujin puede explicarle porque se trata de ella, de su pasado y con lo poco que ha descubierto de ella, sabe que no será nada grato.

¿Cuánto daño le han hecho a Fujin?

El silencio los embargó, Bennu decidió cambiar el tema para aligerar el ambiente, agradece internamente que el chico comprenda la situación sin tener que explicarle — Raijin, respecto a Azael... debo admitir que me encuentro ansioso con su despertar, la última vez que le arrancaron su corazón, fue como un reinicio, ¿Sabes?

— ¿Cómo así?

— ¿Es que tengo que explicarte todo? — le dijo reacio, Raijin lo miro molesto por sus palabras — Ya, ya, lo siento. Pero enserio, no sé lo que sucederá esta vez; así que, vete preparando mentalmente. El resto déjamelo a mí, puedo no ser tan fuerte como ella, pero soy mucho más fuerte que una persona con visión, aunque no tengo mucha experiencia en batalla, mamá dice que puedo hacer cosas irreversibles con mi poder, me hago una idea, pero aún no estoy seguro de a qué se refiere, me dijo que solo en casos de suma emergencia tengo permitido pelear — Bennu soltó una leve risa sonriéndole con orgullo.

Raijin solo lo observó con atención, suspiró y le dijo: — Bennu, me gusta tu mamá.

— ¡Hijo de-!

Y otra vez ambos se pusieron a pelear...

¿Cómo llegué hasta aquí?

Me duele.

¿Por qué cada que obtengo algo termino por perderlo? Lo he perdido de nuevo, siempre me arrebatan aquello que más amo.

Duele.

Me duele.

¿Cuándo dejará de doler?

— Fujin, ¿Ya llamaste a Niwa y Katsuragi para que vengan a cenar? Últimamente se quedan mucho tiempo forjando aquella espada, no cuidan de su salud — Raijin suspiró resignado con sus manos en sus caderas, Fujin abrió en grande los ojos al escuchar ambos nombres, se quedó sin habla, no sabiendo qué responder.

— Lo siento... — murmuró recordando el final de ambos hombres.

Raijin la miro confuso — ¿Por qué te disculpas?

— No pude hacer nada por ellos, en especial por Katsuragi, ¡Él...! — un sollozo salió de sus labios, la culpa la estaba consumiendo viva, ¿Cómo era posible que acabarán con su vida con la espada que debía protegerlo? ¿Cómo no vio aquella posibilidad? ¿Cómo es posible que haya fallado tanto?

Katsuragi era su amigo, dejando de lado sus temores como humano, Katsuragi no se merecía morir así.

Es su culpa.

Ella trae desgracia por donde quiera que va, es su culpa.

— No sé qué está pasando, pero está bien. Escúchame Fujin, no tienes la culpa de nada. Creo en ti. No te culpo por nada, hiciste lo que pudiste. — le dijo para sonreírle con dulzura y acunar su rostro entre sus manos.

"Creo en ti".

Soy peor que la escoria; pero aún así, Raijin me sonríe con dulzura aún sabiendo como soy.

¿Existe persona más pura que él? ¿Quién creería ciegamente en ella que no sea él?

— Perdón, perdóname Raijin... — incluso de rodillas sabe que no merece su perdón.

Pero él siempre está ahí para consolarla, está en aquellos momentos cruciales donde cree que su alma está por romperse.

Oh, ella había dicho que no se volvería a enamorar porque era peligroso, pero aquí está él. Se encontró a alguien que parece estar hecho especialmente para ella y no puede evitar llorar.

Incluso entre la gran oscuridad que es su Karma, lo ha encontrado a él, resplandeciendo con tanta fuerza que cree que es irreal.

¿Desde cuándo comenzó? ¿En qué momento se enamoró de él?

— No me dejes sola, incluso si no me correspondes, solo quédate a mi lado. No pediré nada más allá de eso. Seamos amigos, hermanos, lo que tú quieras, ¡Pero por favor...! No te alejes de mi lado, no me dejes sola — pidió de rodillas ante él, ni siquiera tuvo el valor para levantar la vista y ver el gesto en su rostro, es lo suficientemente cobarde como para no querer verlo.

— No te dejaré estar sola — le respondió Raijin.

Entonces, su corazón se conmovió.

Por primera vez en milenios, alguien más veló por su sueño y ella no tuvo pesadillas, porque sus sueños estaban llenos de recuerdos de sus historias.

Azael se despertó llorando, sus ojos se movieron observando con detenimiento su entorno.

Raijin y Bennu dormían en una cama improvisada, el de cabellos índigos tenía uno de sus pies en la cara del más alto, incluso durmiendo, ambos no dejaban de pelear. No los despertó, ni hizo ruido alguno, su pies tampoco se movieron solos, solo se quedó inmóvil ahí, viéndolos. Se preguntó cuánto tiempo había estado dormida para que ambos se vuelvan tan cercanos, porque solo pocas personas han tenido la suerte de ver a Bennu en su forma humana.

No sabe cuánto tiempo estuvo observándolos dormir, pero un gran paz la invadió al verlos así. Sonrío sintiendo una leve ventisca moviendo sus cabellos, ¿Está bien que ella pueda sentirse así? 

Tan ligera, tan libre.

Azael se río de lo caprichoso que era el destino y cómo los Dioses de Celestia parecían divertirse al hacerla sufrir constantemente, cayó al suelo aún riendo, sintiendo lágrimas caer mientras abrazaba su torso, ella ya había enloquecido. El dolor la había vuelto loca y no la sorprendía, ¿Quién no enloquecería estando en su lugar? La muerte de sus hermanos se sentían como si hubiese sido ayer, el peso de la culpa por todo lo que sucedió en Tatarasuna estaba más que presente en su mente, sin contar sobre sus acciones en Liyue. 

Estuvo así un rato, observando la noche estrellada, se preguntó sobre todo el desastre que había provocado el Cataclismo, porque las tres lunas ya no existían, el cielo que se alzaba sobre ella era falso. Incluso los seelies habían perdido su verdadera forma.

"Empiezo a creer que la verdadera razón por la que Morax me pidió no ir por un tiempo, sea por la Orden Celestial, ¿Habrá hecho algún trato con ellos?"

Astaroth, dime, ¿Es divertido verme así? — preguntó al cielo sin recibir respuesta, suspiró levantándose y recorriendo el lugar, había un dominio no muy lejos de donde estaban; de hecho, la isla en la que estaban era pequeña.

Se podía pescar y habían un par de árboles frutales, esos chicos lo hicieron bien. Su única duda es cómo llegaron ahí. Azael se sentó en la cima del dominio, sus sentidos se alertaron cuando escuchó pasos, pero se quedó quieta al reconocer el sonido de sus pies.

— ¿Fujin...? — Raijin se había levantado, alarmado de no verla, la buscó, muy pronto la encontró. Ella estaba ahí, esperando a por él — ¿Cuándo despertaste?

— No hace mucho — le respondió.

Raijin se sentó a su lado en silencio, ambos apreciaron el cielo nocturno un buen rato. Azael miraba la sonrisa de Raijin al mirar las estrellas, sonrío de forma disimulada al capturar esa imagen en sus recuerdos.

¿Cómo no enamorarse de estas pequeñas cosas de él? ¿De estos momentos a su lado?

— Supongo que tenemos una charla pendiente, ¿No? — empezó hablando, el chico la miró nervioso — ¿Qué quieres saber?

— Antes que nada, ¿Estás bien? — le cuestionó.

La pregunta la tomó por sorpresa, sus hombros se contrajeron hacia su cuerpo y lo miró por primera vez con timidez — Sí, ya estoy bien, perdóname por hacer que te preocupes innecesariamente, no quería causar problemas.

— No tienes por qué disculparte, es inevitable que no me preocupe por ti — le confesó sintiendo sus nervios al tope — ¿Puedes explicarme lo que sucedió en el Thenshukaku? Dijiste muchas cosas que me confundieron.

Azael hizo una mueca antes de responder — Lo que pasó en la Fragua lo comenté claramente cuando estuvimos frente a la Shogun... — dudo un poco, pero acercó su mano a la suya para entrelazarlas y mirarlo a los ojos — Ella no era tu madre, Raijin. Era tu hermana.

El joven de cabellos índigos abrió los ojos con sorpresa — ¿Qué?

— La persona a la que nos enfrentamos ese día, era un títere, al igual que tú — aclaró —  No sé qué pasó con la verdadera Arconte, pero en teoría, aquella mujer era tu hermana, por eso no te reconoció en lo absoluto.

Silencio.

Fujin no supo que decirle para consolarlo, solo se quedó en silencio esperando a que diga algo, dándole el tiempo necesario para que el chico procese la información.

— Oh... Ahora todo tiene sentido, muchas gracias Fujin — dijo Raijin después de un rato.

— ¿Estás seguro que estás bien? — le cuestionó con preocupación.

— Sí, ¿Puedo hacerte un par de preguntas más? — dijo desviando el tema, con el permiso de ella, empezó preguntando: — ¿Confías en mí?

La forma en la que inclinó su cabeza para preguntarle de forma decidida a pesar de estar temblando de los nervios por su respuesta, le hizo reconocer su crecimiento personal en ese poco tiempo que no estuvo junto a él. Azael se sentía orgullosa de Rajin.

— Por supuesto que sí.

— Entonces respóndeme, ¿Quién eres?

Azael guardó silencio — Soy un error... — admitió con vergüenza — ¿Sabes lo que es el conocimiento prohibido?

— No, en ninguna de nuestras clases hablaste de algo así, ¿Está relacionado con Celestia? — le preguntó, recordando brevemente lo arisca que solía ponerse cuando indagaba de más en ese tema, el ambiente se puso tenso de repente. Debe de prepararse mentalmente para lo que vendrá.

— En simples palabras, el conocimiento prohibido proviene de Celestia, por eso nadie de este mundo puede utilizarla o siquiera conocerla, incluso los Dioses no están exentos de esta regla; a menos, que sean Dioses de Celestia. Escúcheme bien, Raijin. Lo que te voy a decir no debes contárselo a nadie. 

.

.

.

"Después de la creación del Sol y la Luna, varios dioses nacieron en Celestia. Un día, uno de los dioses con el rango más bajo llamada "Bitru", deseaba crear una entidad diferente a las demás creaciones, por más que pidió y rogó para que su deseo sea concedido, nunca se cumplió.

Este hecho, la llevó a hurguetear entre las posesiones de su creador. Asustada por ser descubierta, cayó entre los conocimientos prohibidos, 1.000 años eran solo segundos en aquel lugar. Cuando despertó, su alma estaba contaminada por tal conocimiento, ella ahora sabía la verdades del mundo, nunca se había sentido tan superior, la diosa menor se encerró y pasó mucho tiempo perfeccionando a su creación.

— Te creé para ya no estar sola — fue lo que dijo la primera vez que la desarmó.

— Me obedecerás y solo serás fiel a mí — fue lo que le dijo la segunda vez que notó consciencia en ella.

— Oh, Azael. Serás aquella que traiga el fin a la era de los Dioses — fue lo que le dijo al terminar su forma iluminada y ser cautivada por su magnificencia.

La Orden Celestial no tardó en darse cuenta de que otro ser habitaba en sus tierras, se desató una pelea de la cuál aquella diosa y su creación tuvieron que escapar para salvar sus vidas, otros dioses aprovecharon esta ocasión para bajar a la tierra junto con ellas. Bajaron hasta lo que ahora es Liyue y se establecieron con los humanos.

Pasaron milenios en los que aquella Diosa y su creación vivieron en paz, ocultándose de Celestia.

Un día, Azael cruzó los límites y se alejó de su pueblo, llevada por la curiosidad y su inocencia se encontró a un humano del cuál se enamoró.

Entonces, la Diosa Bitru al enterarse, se avergonzó de haber hecho tal aberración y la castigó. Le arrancó su corazón para que ya no volviera a amar y la maldijo: 

"— Tu pecado por haberte enamorado será sufrimiento eterno".

— ¿Por qué? — le preguntó su creación — Dime madre, ¿Qué he hecho mal? ¿Alguna vez te he desobedecido? ¿Alguna vez he ido en contra de tu voluntad? 

Su hija que desconocía hasta sus propios sentimientos rogó por piedad, por una explicación coherente ante tal castigo.

 — Es decepcionante que no entiendas el por qué te estoy castigando, un acto tan aberrante merece poseer un usuario igual de aberrante.

Entonces, la Diosa cambió su apariencia y borró sus recuerdos para que tenga un nuevo reinicio. Cuando su creación por fin recobró sus recuerdos y fue en busca de su amado, lo encontró muerto gracias a una flecha. Enojada, le reclamó a su creadora y la amenazó con decirle todo a su padre (un ser humano del cual la Diosa se había enamorado).

— ¡No es justo! ¡¿Por qué si tú puedes enamorarte, pero cuando yo lo hice fui brutalmente castigada?! ¡ÉL ESTÁ MUERTO Y TODO ES TU CULPA! ¡TE ODIO!

La creación tomó represalias contra su creador y tomó todo el conocimiento prohibido que le pertenecía, la Diosa suplicó por su perdón, pero su creación no la escuchó.

— Mantengamos la distancia, no quiero estar cerca de ti, ni siquiera me gustaría que me dirigieras la palabra... pero amo a mi padre, él no tiene la culpa de que seas una mierda, no solo como Diosa, sino también como madre.

A pesar de todo lo que sucedió, ambas actuaron como si nada hubiese pasado frente a los ojos del pueblo. Cuando empezó la Guerra, Azael se vio obligada a usar su forma adéptica, un fénix de más de 50mts se alzó sobre la tierra y corrompió la mente de sus enemigos, una gran pila de cadáveres se amontonaba no muy lejos de donde estaba asentado su pueblo. Bitru entonces, puso un sello sobre ella, ese sello la ataría de forma carnal a sus técnicas, haciéndola retorcerse por el dolor por toda la eternidad. Sometiéndola a recurrir a la caza por tener que llenar por primera vez su necesidad de hambre, sentía cansancio y nunca pensó que sus técnicas tuvieran tal peso sobre su cuerpo inmortal.

A mitad de la Guerra de los Arcontes, su pueblo pereció junto a su deidad.

Llevada por el arrepentimiento, aceptó toda clase de malos tratos como parte de su castigo eterno. Un Dios malvado la esclavizó y la obligó a cometer actos horribles; entonces, un día otro Dios se apiadó de ella y la liberó de su esclavitud, agradecida por tal noble gesto, le sirvió con devoción y lealtad. Al terminar la Guerra y cuando los siete se establecieron, llegó un período de paz, Aniam no dejó a su mente descansar; así que, ni siquiera tuvo tiempo de llorar por su pueblo o pedirle perdón a su Madre.

La chica conoció a muchas personas, entre todas ellas, destacaban cinco que se convirtieron en sus hermanos, guerreros con los que peleaba a la par y con los cuáles vivió sus momentos más felices, pero el destino encaprichado con ella no tuvo piedad y se los arrebató. Ella también se perdió a sí misma en aquella ocasión.

Se dice que ella vaga por Teyvat haciendo un Réquiem.

La cuál es una oración a los difuntos, un ruego por sus almas, clamando por sus recuerdos y su conmemoración.


— ¿Q-qué tiene que ver todo eso contigo? — le preguntó asustado Raijin.

La chica suspiró y sus ojos azules resplandecieron al decirle:

— Raijin, esa es mi historia.

El traje de Azael es así, este traje lo ha usado antes de ser una guardián Yaksha y es el que usa actualmente en la historia para tapar sus tatuajes, etc. Como Yaksha usaba un traje más descubierto, en especial por los brazos, como sus hermanos también tenían tatuajes, no le da miedo mostrar los suyos; de hecho, sentía orgullo. Porque eso los unía como iguales.

Dato: Por cierto, Raijin y Fujin son los dioses japoneses del trueno y el viento.

Yo soy re simp de Xiao y Scaramouche, así que no se sorprendan con lo que vendrá.

El cambio de personalidad que tendrán ambos protagonistas los sorprenderán, JAJAJA.

La actual Azael no aceptaría nunca una relación tóxica o con tintes así, pero aquí está su servidora para meterle un Lore (traumas) que la haga acoplarse con nuestro enano con problemas de mamá y abandono.

Me da gracia que esta historia sea #1 en Vagabundo, JAJAJJAJ

Se despide:

"Mr_Swag95"

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