Capítulo III: Tatarasuna, la isla de las nubes negras.
— ¿Por qué razón estás en Inazuma? — preguntó la esposa de Nagamasa sujetando su mano izquierda con alegría, entusiasmada de conocer a alguien de afuera.
Azael bajó la mirada alarmada ante el repentino contacto físico, sus manos, aunque eran cubiertas por guantes, han sido las protagonistas de tantos asesinatos... esas manos que eran suyas y clamaban salir a la luz para que su verdad sea revelada. Ella no debía acercarse a los humanos; más, sin embargo, esta aquí, cenando despreocupadamente junto con ellos.
Al estar perdida en sus pensamientos, Raijin tomó su mano derecha la cuál temblaba por debajo de la mesa, preocupado genuinamente por su amiga.
— ¿Estás bien? — le preguntó.
La chica se recompuso con rapidez al notar las miradas sobre ella, sonrió diciéndoles: "— ¡Soy una exploradora! ¡Me gusta explorar! Esa es la razón por la que estoy aquí".
Entonces, las ingenuas personas creyeron en sus palabras y ella no se pudo sentirse más mal por mentirles. Es consciente de los asustadizos que son los humanos, no quiere que aquel chico que ha rescatado del Pabellón Shakkei (Ahora sabe su nombre gracias a Katsuragi), se ha juzgado por su culpa. También, su hipótesis de que se encerró en una burbuja Cryo para sobrevivir, se fue por la borda. Recientemente ha ocurrido algo, ese algo la despertó y es el responsable por el que ahora su poder no esté en su total apogeo.
¿Algo que está afectando a seres iluminados y de gran poder?
Está segura de que Celestia está involucrado.
Azael removió el platillo frente a sus ojos sin mucho ánimo, si bien era su platillo favorito. Sentía un hueco en el estómago.
Ramen de carne.
Recuerda cuando la madre de su abuelita llegó desde Inazuma a Liyue buscando refugio, por distintas circunstancias acabaron en su pueblo y su maestra no dudó en recibirlas, con el tiempo se establecieron. Cuando su abuelita preparó por primera vez este platillo y se lo dio a probar, ella por fin pudo comprender porque los humanos amaban tanto la comida, ¿Era realmente la comida o era por qué se lo estaba dando alguien importante para ella?
Su tacto es un vago recuerdo en su memoria.
Abre la boca saboreando el platillo, sus mejillas adquieren un color carmín gracias a la calidez del recuerdo, sabía rico. Tampoco se percató de los curiosos ojos de la marioneta que siempre estaban sobre ella.
Ambas creaciones pasaron los días siguientes en Tatarasuna, junto a los trabajadores que amablemente se ofrecieron a enseñarle cosas básicas a Raijin, Azael (ahora Fujin), dio la excusa de que su amigo había perdido la memoria. Las primeras noches fueron las más divertidas, como ambos no necesitaban dormir, charlaban o se hacían compañía esperando hasta que Katsuragi despertara para robarle un buen susto matutino.
Azael tuvo que asegurarse de hacer un ritual diario para limpiar a los herreros de su deuda Kármica, de ella misma limpiar la zona porque su Karma volvía más fuertes y viciosos a los monstruos. Estaba en deuda con los herreros por darle asilo momentáneo; así que, colocó un sello de protección adéptica en ellos. Había algo que la mantenía intranquila cada que despejaba el área, restos de un antiguo Dios se sentía en todo el lugar; aunque, aún no podía identificar su núcleo.
¿Será correcto de que ella se haga cargo del problema? No quiere meter a Liyue en una disputa con Inazuma.
Existieron ocasiones en las que Raijin durmió a su lado gracias a su voz — ¿Puedes cantar hoy también para mí? — le preguntó recargando su cabeza en su pecho para escuchar su corazón; al principio, Fujin lo había apartado enojada debido a su osadía; posteriormente, comprendió el deseo de su amigo respecto a tener un corazón, fue una charla larga en la que ella terminó cediendo al sentirse identificada con sus razones.
Después de todo, ella solo tiene una réplica de lo que alguna vez fue su corazón. Lo entiende mejor que nadie.
Al principio, solo tarareo tímidamente para él. Con el pasar de los días, se dejó llevar; tanto así, que creo una letra para él:
"Déjame cantar una canción de cuna, mientras cierras los ojos y te estás quedando dormido. Cómo espero que los sueños que encuentres sean brillantes. Amor, ¿podemos volver a encontrarnos pronto en el cielo más azul? Donde un mañana espera por ti y por mí... Así que abrázame fuerte una vez más, pero no me des un beso de despedida, porque sé que te veré del otro lado. Pensaré en nuestra canción cuando las noches sean demasiado largas, soñaré contigo porque ahí es donde pertenezco. Amor, ¿podemos volver a encontrarnos pronto en el cielo más azul? Porque solo en mis sueños nos volvemos a encontrar..."
No está segura de para quién estaba cantando; tal vez, para todos aquellos que alguna vez estuvieron a su lado. Quién sabe. La imagen de ciertos Yakshas venía a su mente cuando velaba por el sueño de su amigo.
Fue divertido cuando Katsuragi se lamentó dramáticamente por las ropas de Raijin diciendo que eran equivalentes a todo un mes de su salario, a veces su amigo la veía a la distancia curioso de saber por qué siempre parecía alejarse de ellos. Ignorante de las inseguridades de su amiga respecto a su Karma, ella ni siquiera había usado su máscara; más, sin embargo, sigue creyendo que puede hacer daño aún sin ella, como hace mucho tiempo atrás.
Tuvo que asegurarse de decirle a Raijin que no le dijera sobre sus orígenes a Katsuragi, porque los humanos son susceptibles a ese tipo de información.
— ¡Fujin! — la llamó el chico parando su entrenamiento, la Adeptus lo miro curiosa, desapareciendo su lanza y recibiendo cortésmente la toalla que le ofrecía su amigo para secar su sudor. Raijin la miro embobado, curioso por el trabajado cuerpo de su amiga a comparación del suyo — ¡Ya sé escribir! — le dijo sacando esos pensamientos de su mente.
Azael se acercó a él para observar mejor aquellos escritos, su nombre estaba escrito ahí... su letra era hermosa; sin duda alguna, Raijin aprendía muy rápido. Sonrío inconscientemente, aunque el nombre que estaba en aquel papel era falso, lo haría suyo. Es la primera vez que ella elige su propio nombre — Te felicito, te has esforzado mucho, gracias por aprender tan rápido. Haz hecho un gran trabajo.
Fujin tiene la manía de acariciar la cabeza de la gente; así que, cuando lo hizo con Raijin, no esperó que él se sonrojara tan violentamente. Raijin sujetó su mano nervioso, no queriendo soltar el contacto físico que le ofrecía la joven — Gracias a ti por apoyarme... — murmuró él, sujetando más su mano entre las suyas.
"Estoy esperando el anochecer en soledad, me siento sola sin ustedes, por favor, no me dejen atrás. No quiero confirmar que soy la única que ha quedado con vida después de todo este tiempo".
El ave fénix que yacía en su regazo había consumido su poco poder actual, invocarla fue todo un desafío para la chica de cabellos azabaches. Se sentía agotada.
Incluso si solo es una vaga respuesta, díganme que aún están aquí.
Por favor, ¿podrían responder a mi carta?
Azael acarició al ave con una notable tristeza en sus ojos, estaba segura de que ahora todos están cenando después de un arduo día de trabajo. Con la excusa de querer explorar se separó de ellos, ahora estaba en el lugar en el que había despertado. A las orillas del mar que parecía rendirse ante su penumbra, la tempestad presionó a las nubes para que descendieran y a la marea a postrarse ante ella, como si Azael también hubiera acudido al lugar para arrodillarse ante ellos y darles las gracias por haberla acogido en el fondo del océano en todo ese tiempo.
Todo parecía tan tranquilo a excepción de su mente, tiene tantas dudas e incertidumbre. Todas las cosas que ha amado han sido destruidas gracias a su maldición. Todos aquellos sentimientos que en algún momento le hicieron sentir viva, no son más que un efímero recuerdo de lo alguna vez fue. El fénix se removió en sus brazos, preocupado por su ama.
— Perdóname por preocuparte, dime amigo mío, ¿podrías llevar estas cartas hasta Liyue? ¿Puedes volar hasta ahí y llevar mis esperanzas contigo? Quiero que encuentres un lugar al que yo pueda llegar, lleva mi tristeza y mi arrepentimiento al Señor Morax de ser necesario — le dice posicionándolo en su brazo para amarrar el pergamino en su pata, acaricia al ave una última vez antes de impulsarla y despedirla. Cayó al suelo, pensativa por lo que acaba de hacer. Se abrazó a sí misma para darse consuelo.
Esa noche no regresó, se quedó absorta observado por donde el ave se fue. A la mañana siguiente volvió y fue regañada por la esposa de Nagamasa, la cual era la madre adoptiva de Katsuragi. Un llorón Raijin también se acercó a recibirla.
Los ojos de Fujin parecían tan solitarios y apagados aquella mañana, que Raijin no se despegó de ella en todo el día.
Espero días hasta que el ave volvió a ella, recuerda salir corriendo en cuanto la vio, preocupando a los trabajadores que en ese momento estaban con ella. Raijin incluso dejó sus clases de herrería con Niwa para perseguir a su amiga que de un momento para otro desapareció ante sus ojos al doblar en una esquina, el chico la buscó angustiado, hasta que dio con las playas que estaban no muy lejos del Pabellón en el que fue abandonado.
No muy lejos de allí, ahí estaba ella.
Observó a su amiga junto a un ave majestuosa, la más hermosa que había visto en corta vida, las alas doradas del ave lo hicieron dudar en acercarse, especialmente cuando el ave se giró a observarle, curiosa por el desconocido — ¿Fujin...? — preguntó nervioso, cuando estuvo lo suficientemente cerca frenó en seco cuando su amiga volteó a mirarlo con lágrimas en sus ojos mientras sostenía un pergamino.
— ¿Raijin? — la chica quiso disimular limpiando sus lágrimas sin mucho éxito, Raijin sujetó sus manos mirándola con desazón. Ella abrió los ojos con sorpresa, avergonzada dijo: — No te preocupes por mí, hay ocasiones en las que lloro sin razón.
"Sin darme cuenta, te habías vuelto importante para mí. Por eso no me gusta verla llorar, porque si a ti te duele, a mí me termina doliendo el doble" Pensó Raijin no creyendo esta vez en sus palabras.
— Eres una mentirosa... — le dijo.
La Adeptus lo miró desconcertada.
— Siempre finges estar bien, pero tu mirada es muy triste... Ahora es mi turno de preguntarte, ¿Por qué estás llorando? ¿Quién te ha hecho daño? En estas semanas que he pasado a tu lado, nunca te he visto sonreír genuinamente, ¿Cuántas veces me has mentido? — le reclamó por su rostro empapado en lágrimas sujetándola por los brazos, la paradoja de la primera vez que se conocieron se hizo presente en su mente.
Él quiere que ella sea feliz.
Un silencio se hizo presente, Fujin lo miro por un momento, mostrando su verdadera cara. Siendo alguien que no quiere que se metan en sus asuntos, está aquí, obligada a darle explicaciones a alguien que no es su Señor. Ella quien tiene un temperamento guerrero ha tenido que contenerse, ella quien vivió de la guerra durante milenios; ha tenido que contenerse cada que este chico la abrazaba o la tocaba sin aviso, ha tenido que contener sus reflejos de querer estamparlo contra el suelo, golpearlo o amenazarlo con su lanza.
Es consciente del terror que le está causando a Raijin, el chico la había soltado y ha retrocedido al ver el aura aterradora que la rodeaba, todo este tiempo ella ha mostrado su lado más pasivo, ahora que está mostrando su temperamento guerrero, el cuál ha estado conteniendo sin descanso, con tanta persistencia día y noche.
Él le tiene miedo. Y lo entiende, ella daba miedo. Era una bestia sedienta de sangre que andaba suelta en un prado de mamíferos pequeños.
Su antiguo yo nunca hubiera salvado a este chico, su antiguo yo jamás se hubiese relacionado con humanos porque ella era sensata con las consecuencias, su antiguo yo jamás se hubiese dejado llevar por sus sentimientos, su antiguo yo hubiera matado sin dudar al joven frente a él por ser un metiche y eso le da náuseas. Le daba asco su antiguo yo. Porque ella ahora defendería a este chico de la muerte de ser necesario, ¿En qué momento se había vuelto importante para ella? No es una santa y lo sabe, amar también es una forma de pecar y ella está amando a estas personas. Suspiró intentando controlarse, ella verdaderamente está intentando no contarle todo al joven que está frente a ella, intenta no contarle de todo su dolor interior que ha albergado desde que despertó.
Lo que aquella carta tenía escrito...
Oh, aquella carta terminó por romper sus ilusiones.
El ave fénix no encontró a ninguno de sus hermanos y Rex Lapis se lo había confirmado, todos sus hermanos estaban muertos. Sus puños sangraron debido a la impotencia, quiere llorar y gritar hasta desgarrarse la garganta, porque la razón por la que ella había despertado era porque habían destruido Khaenri'ah, aquel pueblo que salió de la guerra de los Arcontes sin un solo Dios había sido destruido por Celestia. El cataclismo debido al impacto había ocurrido exactamente hace 100 años, ella había estado sellada por el mismísimo Morax en el océano por más de 700 años, su sello se rompió junto con el cataclismo, ¿Qué debe sentir? Incluso Morax le había dicho que no volviera por un tiempo, él no quería verla.
¿Por qué? ¿Acaso ha hecho algo imperdonable?
Ha fallado, otra vez ha fallado. Es una fracasada, ni siquiera ha podido defender a las personas que quiere. Su último ápice de honor le dice que se merece la muerte, debe suicidarse. No ha podido cumplir con su deber y eso para un guerrero es... deshonra.
Quiere morir, ella enserio cree que se merece todo lo que le está pasando, es su Karma. Todos los crímenes que cometió en la guerra se los están cobrando.
— Entiendo tu preocupación, pero esto es algo personal. Te pido amablemente que por favor no te entrometas — le dijo a Raijin en un tono de voz firme que pretendía sonar amable, el chico negó asustado — ¡Carajo! ¡¿No me estás escuchando?! ¡LÁRGATE!!
Raijin siguió negando reiteradas veces, intentando agarrar valentía para responderle, no queriendo irse a pesar de que ella le haya gritado — No, no, no... Yo... ¡Yo no pienso dejarte sola!
La ira de Fujin se disipó con sus palabras; pero, aun así, se negaba a creer que era importante para alguien — ¡Cállate! ¡Cállate! ¡No voy a creerte! ¡Me estás mintiendo! — la chica volvió a llorar mientras rompía en mil pedazos la respuesta que Morax le había dado, sorprendido a su amigo — Raijin, fuera de mi vista.
— ¡No! ¿Qué sucede? ¡Fujin no entiendo! ¿Por qué estás molesta? ¿Por qué estás llorando? ¡No lo entiendo! ¡Quiero ayudarte, pero no sé cómo! — dijo exasperado llorando; tal vez, más que su amiga, parecía llorar todo lo que ella no podía en su lugar. El chico de cabellos índigos se aferró ella. Azael se rindió en poco tiempo, abrazándolo más fuerte y explotando en llanto. A Raijin le dolió verla así, desgarrándose la garganta no por un dolor físico, sino por uno mental. Emocional.
¿Qué había exactamente escrito en aquella carta?
— Solo abrázame más fuerte como ahora, no me dejes ir. Quédate a mi lado, aunque sea solo por hoy — le pidió.
— Te lo prometo, no te dejaré ir... ni hoy, ni nunca — Le respondió Rajin, mejor conocido como Kabukimono.
Tomemos nuestras almas y entrelacémoslas, porque no hay promesa que no guardaré por ti. Estaré ahí para ti, incluso si no me lo pides. Te compartiré mi vida, es toda tuya, así que consérvala. Porque te estoy entregando todo de mí; así que, estrégame todo de ti.
Raijin se había hecho muy amigo de Katsuragi, tras la forja del Daitatara Nagamasa, realizó una danza de espadas con él. Fujin se mantuvo fuera de la festividad comiendo un par de dulces, después de aquella pelea, ella se había disculpado con Raijin; si bien, no le explicó a detalle su situación, les dijo la verdad a medias. Había sido separada de sus hermanos y su padre no quería verla debido a eso.
Sí, una verdad a medias...
Porque sabía de antemano que su amigo era ingenuo y que, si le preguntarán por eso, él les terminaría contando a los trabajadores. Estaba tan absorta pensando, que se sorprendió cuando Niwa se le acercó.
— Hola Fujin — le saludó — ¿Puedo hablar contigo un momento?
Se sorprendió por la petición, aunque no le vio problema, así que le siguió.
Raijin observaba como Fujin se iba junto a Niwa a una de las habitaciones más alejadas de todos, ¿Por qué se sentía tan molesto? Apretó levemente sus ropas no prestando total atención a lo que Katsuragi le decía. Él quería invitarla a bailar...
Azael cerró la puerta y Niwa le puso seguro, no se sintió amenazada, pero dudo un poco sobre la charla que irían a tener — ¿Quieres tomar algo? — la chica asintió y observó con sus ojos azules la taza frente a sus ojos; incluso si tenía veneno, no le causaría efecto alguno — ¿Sabes cuál es la razón por la que estás aquí?
— Creo hacerme una leve idea, está relacionado con la Fragua y los mensajeros, ¿no es así? — le respondió tranquila dando un sorbo al té.
— Ayúdame — rogó él sin tapujos.
— Pensé que no me lo pedirías nunca — enfatizó — La gente aquí se está muriendo día con día y los mensajeros que enviabas misteriosamente nunca volvían. Dime Niwa, ¿Cómo asumirás las consecuencias que traerá esto?
Niwa apretó los puños y le reclamó — ¡No lo sé! ¿Qué debo hacer? He intentado de todo y la gente no parece mejorar...
— Hay asuntos que como extranjera no puedo entrometerme, no quiero que Liyue entre en guerra con Inazuma... — declaró terminándose el contenido de la taza de golpe — pero no puedo quedarme quieta viendo el estado de los trabajadores. Niwa aquí hay algo más grande que nosotros, tu deber en lo que estoy fuera será investigar al Sr. Escher.
— ¿A qué te refieres? — le preguntó.
— Si bien la tecnología que trajo parece de lo más novedosa, piénsalo, ¿por qué hay estas bajas tan graves? Todo esto empezó desde que él llegó; además, los materiales con los que trabajan son altamente peligrosos. Explícame a detalle sobre la historia de Tatarasuna, ¿Qué había pasado antes aquí?
Fue una charla larga donde Niwa le explicó sobre Orobashi, la Adeptus Azael llegó a la conclusión de que los restos del antiguo dios se encontraban por toda la isla y que solo era cuestión de semanas o días para que toda la vida en ella sea consumida. Abandonó la habitación después de encargarle un par de cosas a Niwa antes de su partida.
"El Tatarigami solo parece ser capaz de infectar a los seres sintientes sin visiones, los seres no sensibles como Slimes parecen no verse afectados por ello". Esa fue su conclusión, no quiere usar su máscara porque eso será suficiente para reclamarle al Dios Geo el por qué uno de sus vasallos está en la región causando estragos, primero debe intentar hacer las cosas de la manera correcta.
Necesita una audiencia con la Shogun.
No tendrá otra opción que deshacerse de un par de sellos que están impregnados en su cuerpo, necesita su cuerpo al máximo. Caminó hacia la habitación de Katsuragi, quien parecía haber ido a recoger un par de cosas para seguir con la fiesta.
— Katsuragi, iré con Raijin hacia Tatarasuna, no sé lo que pasará, pero... cuídate — le dijo a su querido amigo con una mirada intranquila irrumpiendo en su habitación.
El joven herrero la miro extrañado, entendiendo el doble sentido de sus palabras, había escuchado la historia de la chica por parte de Raijin — ¿Por qué lo dices?
— Sé lo de tu padre — soltó directamente.
— Él es mi padre, Fujin. Él jamás me haría daño — le aseguró.
Fujin suspiró y le entregó un sello de protección disfrazado de espada, sabía que esa espada la había hecho junto a Raijin, no debería haber ningún problema en aceptarla — Toma, cuídala, por favor. Al estar allá preguntaré sobre la familia de Raijin.
El joven guerrero asintió de acuerdo — Cuídense, ¿si? Iré con los demás, por cierto... — Fujin lo miro curiosa — ¡No le digas a la señorita Izumi sobre que ronco por las noches!
Ella le sonrío en respuesta, asintiendo antes de salir de su habitación, sintió una mirada amenazante a lo lejos, decidió no ir directo a sus aposentos; en vez de eso, cambió de rumbo y al llegar en una esquina, amenazó sin dudar a la persona que la estaba siguiendo. Su lanza resplandecía en un intenso color azul, atentando contra la vida de aquella persona.
— Vaya señorita Fujin, no pensé que fuera de las que mata sin dudar — habló con burla Escher, aquel tipo de Fontaine. Azael sujetó con más fuerza su lanza haciéndole un pequeño corte en el cuello, la sangre se deslizó despacio manchando su arma. En la mirada de la joven se mostraba irritación y repudio.
— ¿Quién? — preguntó con una voz sepulcral y exigente.
— Dicen que esta lanza se forjó con materiales procedentes de otros mundos, que presenció una infinidad de combates de principio a fin y derramó la sangre de muchos monstruos, demonios y dioses en la Guerra de los Arcontes. Se dice que esta lanza resplandecía como una estrella helada en el campo de batalla, la lanza "Inmersión antes del Desastre" también desapareció junto con el Yaksha que la empuñaba, y así se sumieron en el silencio. Es todo un honor poder verla en persona — soltó en una sonrisa, mirando descaradamente su arma, ¿Cómo sabía si quiera el nombre de su arma? Fujin estaba sorprendida.
¿Dónde había conseguido esa clase de información?
— Hablas mucho — sentenció, cuando estaba a punto de degollarlo, sus palabras la frenaron.
— ¿No fuiste tú la que dijo que no quería que se armará una guerra entre Liyue e Inazuma?
Masculló molesta; aun así, no desapareció su lanza — ¿Qué quieres?
— Captas rápido, me alegro — le respondió paseándose alrededor de ella, su sonrisa le daba asco.
— Déjate de halagos, humano. — recalcó lo último, la persona en frente de ella dejó de sonreír, molesto; aun así, no se retractó.
— No te tengo miedo, Yaksha — le dijo Escher — Solo quiero hacer mi trabajo en la Fragua, ¿Por qué actúas así? ¿Hmm?
— Estás matando a la gente y, aun así, no muestras ni una pizca de arrepentimiento. Sabes lo que estás haciendo; y aun así, no te importa — contratacó, ambos se miraron, ninguno cediendo a la dominancia del otro, cuando Escher iba a responderle, se escuchó una voz preocupada acercándose.
— ¡Fujin! ¡Fujin! — se escuchó a Raijin, cuando lo observó vestir sus elegantes túnicas, temió. Se giró rápidamente a mirar a Escher, la mirada de aquel tipo era de absoluto deseo. Un deseo de querer corromper y sacar lo peor de su amigo. Su mirada viajó a ambos antes de decidirse:
"Al diablo las reglas, te quiero a ti". Pensó abalanzándose hacia Escher y aventarlo a uno de los cuartos para desaparecer con él. Cuando el Kabukimono llegó, no encontró a nadie en la habitación, se sintió muy triste, ¿Por qué su amiga había escapado así de él y quién era ese tipo?
¡FELIZ NAVIDAAAAAAAAAD!!!!
¡Jueguen mucho Genshin y sean muy felices!
Se despide:
"Mr_Swag95"
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