Capítulo I: Un grandioso equipo.


La guerra de los Arcontes ha llegado a su fin. Han perdido más de lo que han ganado, ¿Cómo pueden recuperar lo que eran antes de la Guerra? Azael no tiene una respuesta clara, gran parte de los que pelearon a su lado, cayeron en batalla. La ahora nombrada Adeptus, se está acostumbrando a una vida "cómoda", sin guerra ni atentados de muerte, sin gritos ni llantos. Es una verdadera utopía.

Al menos, así fue durante unos 20 años, hasta que los resentimientos y el odio de los dioses caídos empezaron a manifestarse por todo Liyue en forma de demonios.

— Xiao... — llama la chica con mechas azules dándole pase libre a su compañero para que se le acercara, él observó sorprendido el pergamino en sus manos, el cuál traía un listón rojo que significaba que era de suma importancia y una carta directa de Rex Lapis — El Señor Morax nos llama para renovar nuestro contrato, al parecer... llamará a los mejores Adeptus para hacerles frente a esta plaga. Vete preparando, hay que dejar todo el territorio despejado para ese momento.

Ambos se miraron mutuamente, procediendo a ponerse sus máscaras para seguir con sus deberes, Azael estaba más animada con aquel aviso, ya se estaba cansando de la rutina, también tenía curiosidad sobre lo que les esperaba, después de tanto tiempo conocería a los otros Adeptus de mayor renombre que cuidaban Liyue.

"En el quinto día de la semana, antes de que el sol se ponga, alrededor de las cinco de la tarde. Deberán presentarse ante Rex Lapis para renovar sus contratos y mostrar sus debidos respetos. En el hogar de la Preservadora de Nubes. Los esperaremos con ansias".

Atte: Morax.


A comparación de los demás Adeptus, ella no pasó por un arduo entrenamiento para convertirse en una bestia iluminada (como es dejar su cuerpo mortal) o nacer siendo una, pero a estado entrenando sin descanso por más de 1.000 años (No tiene noción del tiempo, así que cree que aproxima esa edad). Tiene curiosidad sobre los otros Adeptus, solo ha escuchado rumores o lo que el ave mensajera les cuenta, ¡Ellos tienen sus propias ofrendas! ¡Comida gratis! ¡Ella igual desea algún postre de vez en cuando! ¡No es justo!

Al parecer los otros Adeptus son menos ariscos con los humanos, no como Xiao y ella que pocas veces se hacen ver y cuando lo hacen la mayoría de veces es ella dando la cara. Rayos.

— Extraño los dulces... — murmura para sí al matar al último slime pyro contaminado de aquel recinto abandonado.

Los pasos de su compañero se hacen escuchar, voltea para observarlo y esperar a sus palabras — He terminado y por lo que veo tú también — afirmó él desvaneciendo su lanza.

Reí por su actitud, nos sentamos y usé la caldera para hacer un par de Tofus con almendras, con algunos ingredientes que había pedido a cambio por salvarle la vida a un par de humanos hace unos días atrás — No seas necio, come algo. Debemos de tener nuestras energías al máximo para la reunión — notando que Xiao aún permanecía quieto en su lugar, me reincorporé y senté a mi amigo el cual se movía de mala gana, parecía un niño chiquito, era lindo — ¡Está bien comer algo de vez en cuando, nos lo merecemos! Hicimos un excelente trabajo después de todo, gracias, Xiao. Eres un excelente guerrero.

Xiao no respondió ante ella revolviendo sus cabellos con cariño, solo la observó sonreír y comió de su comida, guardándose para sí mismo esas palabras.

— Están aquí.

Todos los Adeptus se arrodillaron ante Rex Lapis, mostrando un absoluto respeto y servicio, Azael se reincorporó cuando se le permitió, sus ojos vagaron a los otros seres que se encontraban en el lugar, solo eran seis invitados (contando a Xiao y ella), dos mujeres y dos hombres, eran realmente hermosos, admiró sus bellezas en silencio, prestando atención en cuanto la Preservadora de Nubes habló, preguntándose a sí misma por el reciente déja vù que sentía al verlos. Cree haberlos visto en algún lado, pero no recuerda en dónde.

— Como sabrán, han ocurrido sucesos de alta peligrosidad estos últimos días, los restos de los dioses surgen desde el fondo de la tierra para tomar no solo forma de demonios, sino también criaturas de un aspecto monstruoso que afecta el balance de la tierra — la grulla invocó una mesa con varios pergaminos, junto con tinta, pinceles y plumas — su nuevo deber tratará de erradicar estas amenazas para el pueblo de Liyue, todos ustedes son los Adeptus más fuertes en nuestro ejército, no solo eso, ustedes son los más capacitados para esta tarea. Cada uno será nombrado General y se le asignará un territorio junto a un batallón para estar bajo su tutela, así esta plaga acabará lo más pronto posible. Cada uno pasará a renovar sus contratos y jurarán lealtad ante Rex Lapis.

Azael miró al suelo pensativa, ¿asignarles un batallón para que esté a su cargo? Esto le traía amargos recuerdos, los cuales ignoró de inmediato.

— Bonanus — una chica de cabello azulado y rasgos delicados avanzó hacia la mesa, leyendo de manera adecuada el contrato antes de firmarlo, ella se terminó por arrodillar ante sus mayores para escuchar sus siguientes palabras — se te otorgará el título de General Chizapus, cuidarás del territorio del Mar de Nubes, es tu deber hacerte responsable si algo les sucede a los ciudadanos de Liyue, ¡Eso va para todos! — advirtió la Preservadora de Nubes.

Azael asintió ante tal advertencia, no era nada nuevo, así que siguió pensando en la belleza de sus compañeros, no cree que ninguno de ellos tenga una apariencia "monstruosa" como lo describen los humanos, ella cree firmemente que los guerreros que estarán peleando junto a ella poseen una belleza digna de admirar. Estos guerreros sin duda son dignos de recordar.

— Bosacius — el hombre de cuatro brazos desbordante de un poder electro (suponía por el color que predominaba en él), dio un paso al frente, siguiendo las intrusiones y explicaciones de Rex Lapis para firmar con seguridad — serás el General Vritas, ocuparás el territorio de Lisha.

— Indarias — aquella chica solo se podría describir con una palabra: "fuego", se pregunta si su convicción ardería tanto como su apariencia, su suposición fue acertada al notar que ella ni siquiera leyó el contrato y firmó sin dudar, cada contrato estaba hecho especialmente para cada uno de ellos, ¿no se detuvo a leer siquiera por curiosidad? — General Musatas, Estuario Chiongji — la chica asintió con seriedad y volvió a su lugar pensativa.

— Menogias, serás llamado el General Kapisas, estarás a cargo del territorio de Minlin — el joven que poseía una gran semejanza a Rex Lapis y suponía que dominaba el mismo elemento, tenía un aura tan serena y parecía tan seguro de sí mismo que se preguntó cómo sería tener una charla amena con él.

— Xiao — escuchó el nombre de su compañero, él se acercó y se tomó su tiempo para leer el contrato, está segura de que su amigo se estará preguntando el porqué del contrato (ya que él le tenía absoluta confianza en el Señor Morax), firmó y ella no pudo evitar sentirse orgullosa. Xiao era el guerrero más ágil entre todos los Adeptus — tú serás reconocido como el General Alatus, Llanura Bishui — el dúo se sorprendió al oír aquel antiguo nombre, pero tampoco objetó algo.

— Azael — ella avanzó a pasos firmes, carcomida por la curiosidad de su contrato, cuando empezó a leer, su sonrisa se desvaneció, tomando con mucha más seriedad el papel, si la deuda Kármica era insoportable, lo sería aún más. Había información recolectada sobre aquellos seres, las distintas formas que habían tomado y sus categorías, se pregunta si su contrato posee esta información porque Rex Lapis sabe que le gusta leer, ¿o habrá otra razón? Preguntará después, tomó la pluma y firmó, miró a los ojos a Morax antes de arrodillarse para recibir su título — General Fides, compartirás territorio, Llanura Bishui.

Todos ellos serán reconocidos como los Seis Yakshas principales, cuando el atardecer los cubría, juraron ante Rex Lapis.

"A través de la masacre restauraremos el orden, a través de la batalla purgaremos al mal. A ello dedicaremos nuestras vidas".

Y así lo hicieron.

Unos días después de la reunión, se les convocó para hacer equipo.

— ¿Cuál es su elemento y que arma dominan? — preguntó Indarias a sus allegados, todos la observaron, algunos divertidos por su osadía y otros con confusión, tendrían unos días para conocerse mejor al limpiar la parte Norte de Liyue (antes de volver para instruir a sus batallones por un mes y volver a reunirse para ser un equipo al ser la élite), había distintas estrategias para combatir los distintos puntos de quiebre. Será algo ajetreado — Empiezo yo, soy Indarias, mi elemento es el Pyro y mi arma es el arco, fácil, ¿no? Mmm... ¡Tú! ¡El chico chiquito del grupo! ¡Es tu turno!

La vena sobresaliente de Xiao podía verla desde aquí, claramente se sintió ofendido.

— Anemo. Lanza. — respondió secamente Xiao para continuar avanzando.

— ¡Vamos! ¡Es importante para la misión! ¡Tampoco hace falta ser así de seco! — le reclamó Indarias siendo ignorada olímpicamente por Xiao, no pude evitar reír por la situación, las risas de Bosacius también se hizo escuchar a la par de la mía, Bonanus parecía querer contener su risa sin mucho éxito.

— ¡Yo no uso arma! ¡Pero mi elemento es el electro, señorita! — contestó Bosacius sujetando su estómago por haberse reído tanto, no pude evitar mirarlo, estas personas tenían un aire que me hacía sentir cómoda desde el primer momento, tal vez por eso no se me era difícil abrirme con ellos.

— ¡Bien Bosacius! ¡Esa es la actitud! — lo elogió Indarias palmeando su espalda, sin duda era la más energética de todos.

Menogias río levemente y dijo con una sonrisa: — Mi elemento es el Geo y uso el mandoble, puedo proporcionar escudos de ser necesario, señorita.

Creo que no fui la única que fue cautivada por la belleza de tan elegante Adeptus, porque hasta Xiao se quedó observando tan cautivadora sonrisa a la distancia.

"Es bellísimo" Pensé.

Bonanus carraspeo un poco para seguir con la ronda de preguntas — Mi nombre es Bonanus, manejo el elemento Hydro y soy usuaria de catalizador.

— ¿Alguna vez te han dicho que eres muy tierna? — pregunté seriamente, estoy segura de que ella se sonrojó un poco ante mi atrevimiento, ignoré la mirada insistente de Xiao sobre mi persona (seguro me regañaría después), así que respondí la pregunta de Indarias — Soy Azael, usuaria de Lanza y espada ligera, mi elemento característico es el Cryo, será un placer trabajar con ustedes. Estaré a su servicio.

Hubo un leve silencio que me hizo preguntarme si había dicho algo incorrecto en mi presentación, poniéndome nerviosa y adelantando el paso para estar a la par de Xiao, quien solo me sonrío para que me tranquilizara, agradecí su gesto en silencio. Prefiero pensar que les sorprendió mi belleza y que no los hice sentir incómodos por algo que dije.

Indarias aplaudió para llamar la atención y prosiguió — ¡Bueno compañeros Generales! ¡Será un placer trabajar con ustedes! — su atención fue a un pequeño grupo de demonios, calculaba unos quince, sería una excelente forma de calentar y conocer sus habilidades — ¡Generales! ¡En formación! — gritó.

Todos ellos se dividieron, una leve prueba para conocer sus habilidades, excelente.

Azael se deslizó rápidamente por el campo reuniendo a los enemigos en un solo punto junto a Xiao, el escudo de Menogias envolvió a los enemigos a la par que los protegió de cualquier posible ataque, Indarias usó sus flechas incendiándolos, Bosacius atacó sobrecargándolos, usó el elemento Cryo para inmovilizarlos junto a Bonanus y Alatus les dió el golpe de gracia, los enemigos se deshicieron en partículas en cuestión de segundos.

Exhaló un poco cansada — ¡Somos un excelente equipo! — exclamó emocionada, ¡Solo fueron segundos! ¡Si siguen con este ritmo podrán despejar toda el área Norte antes de lo esperado!

— ¡Eso fue impresionante! — le siguió Bosacius.

— ¡Sin duda somos increíbles! — halagó Bonanus.

Serán un gran equipo, de eso está segura.

Sin saberlo, fue muy feliz en ese momento.

Han pasado varios meses desde nuestro primer encuentro. Ahora, somos un equipo, la élite de los Yakshas que se encargan de las plagas mayores, las bajas que hemos tenido superaron las expectativas, algunos Yakshas y parte de las tropas humanas no resistieron y cayeron en batalla sucumbiendo ante la locura.

Es aterrador, pero es nuestro trabajo.

Me posiciono en mi sitio correspondiente y recargo mi energía, el elemento Cryo formándose en la palma de mi mano derecha junto a mi lanza, escucho a lo lejos a mis compañeros gritar que están información, todos listos para atacar a la vez, así que les sigo: — ¡General Fides, en formación! — Nuestros elementos característicos envuelven al demonio hasta hacerlo explotar, algunos caen por el cansancio, Bonanus se acerca para curarnos y lo agradezco silenciosamente, ayudo a Menogias a subir a Indarias a su espalda — Xiao, ayúdame con Bosacius.

El Yaksha Anemo me mira desconcertado — ¿Estás segura de poder llevarlo tú sola?

— Por supuesto, no te lo pediría de no estar segura — afirmo, algo que siempre me ha caracterizado es la fuerza bruta, una que me tomó años aprender a dominar, cargar a Bosacius no era nada comparado a mover una montaña (pero esa es una anécdota para otra ocasión) — ¿Alguien quiere algo de comer al volver? — pregunto.

— ¿Tienes comida Azael? — me pregunta Menogias curioso, asiento y le explico de mi capacitación de almacenamiento interior — Vaya, eso es algo realmente útil, he oído de invocar cosas, pero tú pareces no tener límites.

— Me gusta conservar recuerdos... — me excuso.

Bonanus se acerca y palmea mi hombro, le sonrío en agradecimiento — ¿Están bien?

— Indarias y Bosacius son los más exhaustos, nosotros tendremos que recomponer fuerzas para seguir en el Oeste, démonos un pequeño descanso. Rex Lapis tiene que ir a sellar todavía esa parte — reflexiono, Xiao asiente de acuerdo.

— Creo haber visto un sitio con suficientes árboles frutales para descansar pasando la colina — dice Menogias, a Bonanus le brillas los ojos al escucharlo, ella ama la fruta.

— ¿Y qué esperamos? ¡Vamos! — dice entusiasmada, río por eso.

Al llegar, sorpresivamente el primero en caer dormido es Xiao, quién descansa en una roca cercana, Bonanus decide descansar y comer las solsettias y manzanas de los árboles.

Dejamos a Indarias y Bosacius en el suelo, hago guardia de manera silenciosa recargando energías. Menogias decide descansar cerca del árbol por un rato.

Al dejar de "meditar" me encuentro con una escena impresionante...

— ¡Vamos Bosacius, no hagas eso! Te matará si descubre que fuiste tú el que pintó su rostro — susurré intentando quitarle el pincel y las tintas, Indarias se sumó a Bosacius y corrieron de mí, gritando escandalosamente — ¡Hey! ¡No corran! ¡Vengan aquí!

Menogias y Bonanus rieron al verlos.

— ¡No pienso escuchar a una chica que fácilmente puede ser confundida con un hombre! — molesta Bosacius, me ofendo por tales palabras.

— ¡Mi vestimenta es práctica para la batalla! ¡¿Qué dices?! — niego correteándolo por aquel prado.

— ¡Vamos Bosacius! ¡Tú también deberías de vestir más decentemente! — acusó Menogias, reí burlándome de Bosacius, el yaksha geo volteó a verme bastante molesto, sudé frío — ¡Tú también deberías de vestir más como una señorita!

— ¡¿JAH?! ¡¿Y POR QUÉ YO?! ¡SE SUPONÍA QUE ESTABAS DE MI LADO MENOGIAS! ¡NO ES JUSTO! — grité en objeción, acusándolo con el dedo.

Esta vez los demás Yakshas se burlando de mí, en especial Bosacius, ¡Se ríen de mi desgracia!

Xiao terminó despertando por todo el escándalo, todos sudaron frío, excepto yo. Río internamente planeando mi venganza.

— ¡Xiao! ¡Bosacius te-! — una mano me tapa la boca y gruño intentando zafarme del agarre.

— ¡Lo que Azael quiere decir es que te aparte un par de frutas y tofu! ¡Si! ¡Especialmente para ti! — dice Bosacius nervioso, Indarias le muestra su plato a la distancia.

Xiao nos mira desconcertado, al final lo deja pasar y decide comer de su tofu, miro molesta a Bosacius que no para de pelliscarme las mejillas — Deja eso — golpeo su mano lejos de mi rostro, indignado toca su mano golpeada.

— Vamos Azael, no estés molesta — me dice Indarias.

Saco mi lanza y se lo paso a Xiao, quién me mira sin entender hasta que nota algo raro en su rostro, una gran vena sobresale en su frente — ¡BOSACIUS! — grita hirviendo en ira invocando su lanza.

El Yaksha Electro se para y sale corriendo, siendo alcanzado rápidamente por el ágil Xiao. Bosacius súplica por algo de piedad desde la distancia.

— JAJAJAJAJA, ¡ES MI VENGANZA BOSACIUS!

Caigo al piso debido a la risa, Indarias decide hacerme charla en lo que ambos hombres se terminan de pelear — ¿Tu nombre también te lo dio Rex Lapis?

La miro por un momento y asiento, aun ahogándome un poco por la risa. Menogias parece interesado en el tema y decide unirse — ¿Y cuáles eran sus primeros nombres?

— No, mi único nombre es Azael, Xiao es el que fue nombrado por Morax, su antiguo nombre era: Alatus — respondió con simpleza, de todos modos, Alatus es su nombre de General, no hay mucha diferencia.

— Alatus — dice Menogias sonriéndole al guerrero que parece algo nostálgico, no puedo mirar a nadie a la cara, me encuentro tan avergonzada y no entiendo por qué.

¿Es por qué hace mucho no escucho ese nombre de otra boca que no sea la de Xiao?

— Ahora somos una familia, ¿está bien si los llamamos por sus primeros nombres? — nos pregunta Bonanus, tímidamente, Xiao y yo asentimos de acuerdo.

Indarias sonríe en grande, ofreciéndonos sus manos para que la sigamos — ¡Azael! ¡Alatus!

Por inercia ambos levantamos la cabeza, mis ojos se llenan de lágrimas, me niego a llorar.

— ¿Somos una familia entonces? — me atrevo a preguntar con algo de temor.

¿Puedo llamarlos mi familia aun sabiendo que en algún momento seremos consumidos por el Kama?

— ¡Por supuesto! — dice Menogias — Somos como hermanos.

Sonrío por lo que dijo y los sigo, todos corremos felices para dirigirnos a la siguiente ubicación.

Mi familia, ¿Eh?

Mis recuerdos no pueden evitar desviarse hacia cierta anciana a la que solía llamar "abuela".

"— Me gustaría que haya algo a lo que pudieras llamar "familia" libremente sin tener represalias — dice con tristeza aquella mujer de avanzada edad, después de terminar con los monstruos de alrededor del domo, decidí no regresar a casa, sino ir a la casa de aquella mujer. Tenía miedo de regresar a casa y no sabía por qué.

Ella fue la única persona del pueblo que se dió cuenta.

Pero... Abuelita... Ustedes son mi familia — le respondo sin entender, ella se dio cuenta que estaba mintiendo, me conocía bastante bien, más de lo que me gustaría.

Lo sé, pero no somos más allá de todo lo que tú conoces, ¿Nos escogiste como tú familia por elección propia o por qué así se te fue impuesto?

Aquella vez no pude responder, pero ahora lo sé — No tengo familia, porque a todos a los que llamo familia... terminan muriendo".

.

.

.

Caigo de rodillas por el dolor del Karma, ciento años después de asumir el cargo de Yaksha Cryo, me estaban pasando factura, no puedo, siento que me volveré loca en cualquier momento.

El Karma se ha filtrado en mi alma y va a terminar por corromperme, escucho los gritos de Indarias clamando que paren, ¿Parar qué? Elevo mi vista mientras me encogo agonizante en el suelo, Menogias y Bonanus se estaban matando no muy lejos de nosotros, ¿Cómo acabamos así? — ¡NO! ¡PAREN! ¡POR FAVOR PAREN!! — grito desesperada, no soy la única que quiere detenerlos, todos estamos siendo corrompidos por el Karma.

Nadie puede salvarnos, ni siquiera nosotros mismos.

Indarias llora, grita por el miedo, cuando noto que su máscara se rompe, todo se vuelve lento, siento como si se hubiera congelado el tiempo. Xiao también gritaba del dolor no muy lejos de aquí, al igual que Bosacius. No puedo moverme, solo puedo llorar inconsolable por el dolor de mi alma, mientras mis lágrimas se congelan en mi rostro no puedo evitar reclamarle al Cielo — ¡¿POR QUÉ?! ¡¿NUNCA ME HAS DADO NADA Y AÚN ASÍ ME LO QUITAS?! ¡¿POR QUÉ?! — reclamo a los Dioses de Celestia, todos mis hermanos estaban muriendo y no podía hacer nada, no poseía poder alguno para evitarlo. No cuando todo mi poder estaba sellado — ¡POR FAVOR! ¡SE LOS RUEGO! ¡NO SE LLEVEN A MIS HERMANOS! ¡POR FAVOR! ¡POR FAVOOOR!!!! — suplique.

Cuenta la Leyenda que dos Yakshas se mataron entre sí aquella noche, dos enloquecieron y dos desaparecieron.

De aquellos Seis Yakshas, solo queda uno actualmente: El Yaksha Anemo.


— ¿Xiao? Tú... ¿Quieres que me vaya?

Si talvez Xiao hubiese sido un poco más egoísta y más valiente con sus sentimientos en ese momento, la hubiera detenido. Si tan solo se hubiese dejado llevar... Ella no hubiera tenido que ver a sus hermanos caer uno por uno y caer en la locura del Karma.

— No, ve. Tenemos que cumplir con la misión, a cualquier costo. Todo estará bien, confía en mí. — Azael lo observó más de la cuenta ese día, sentía un mal presentimiento, pero confío en las palabras de Xiao.

Mientras ella se alejaba para verificar el estado de los demás Yakshas, Xiao estiró su mano hacia ella.

"Por favor, no me abandones..."

— Yo sí quería que te quedarás, porque te amo, pero no fui lo suficientemente fuerte como para mantenerte conmigo, a ninguno de ustedes... — susurró Xiao, 2600 años después de que la guerra de los Arcontes terminará y los suyos perecieran ante el Karma.

En el próximo capítulo aparece Scaramouche~

Me voy a desvelar, pero qué importa, ¡Ya quiero escribirlo!

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Se despide:

"Mr_Swag95"

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