V
Amanece un nuevo día en Loran, los aventureros despertaban mientras tomaban sus cosas que, la noche previa, ya habían recogido para solo agarrarlas e irse al carruaje que los estaría esperando en la salida de la posada. Cuando se subieron, notaron la ausencia de los cofres que días antes habían evitado que robaran. Cuando emprendieron el viaje, miraron que al salir de la ciudad no se detuvieron para que se revisara si llevaban algo con ellos, pero no les sorprendió, ya que, después de lo que les conto Dimitri de aquella ciudad, sabían que eso podría suceder.
Como no sabían a qué altura del camino se encontraba aquel pueblo que comento Dimitri, le preguntaron sobre su destino.
–Dimitri, quiero saber algo... ¿Cuánto tiempo tardaremos en llegar al pueblo que comentaste? –Luna fue la que se atrevió a cuestionar, aunque su voz llevaba cierta timidez.
–Descuida llegaremos antes del mediodía.
–Y ¿cuándo saldremos de ahí? –El turno para hablar ahora fue de Argos.
–Antes del amanecer, para adelantar camino.
El tiempo paso mientras platicaban de las cosas que estaban viendo durante el camino. Pasaron por el amplio mar, por lo cual Luna no oculto su asombro ante tal paisaje, ya que nunca antes había estado en la playa.
–Pareces una niña con esa expresión – comentó el rubio para molestarla un rato.
–Cómo si nunca has mirado el mar –continuó Dimitri con la inocente burla.
–Pues es cierto, nunca lo había visto –teniendo una expresión que indicaba algo de molestia.
–No te preocupes, al lugar donde vamos está cerca del mar –le dijo a Luna para contentarla.
Con gran entusiasmo, Luna se sentó con la espera de llegar a su destino para poder conocer el océano por primera vez. Mientras los minutos pasaban, podrían sentir la brisa que expedía el mar, lo cual indicaba que el pueblo al cual se dirigían se encontraba cerca. En el momento en que el sol estuvo por completo encima de los aventureros, sintieron como el carruaje se detenía poco a poco y tomaba dirección hacia el mar. Cuando Argos y Luna asomaron la mirada por la ventana del carruaje, miraron unos cultivos los cuales estaban siendo trabajados por diversas personas, las cuales podían distinguir entre humanos y no humanos. Aquellos que tenían forma humana pero algunas partes de animal eran una sorpresa para Luna, pues nunca había visto a humanos y no humanos conviviendo juntos.
–No se preocupen, en este pueblo los humanos y no humanos conviven juntos –sabiendo que Luna tenía la duda de esto por su expresión.
–Esto me sorprende. Creía que los humanos y no humanos vivían en pueblos o ciudades separadas.
En el reino de Mantra, las condiciones en las cuales viven los humanos y los no humanos es muy diferente, al grado en que existen ciudades donde viven únicamente un grupo de seres. Esto es debido a que, anteriormente, se les consideraba a los que eran mitad humano y mitad bestia inferiores a las personas comunes, lo cual provocó que los primeros se convirtieran en esclavos de los segundos. Cuando se llegó al hartazgo de los no humanos por el trato que habían tenido, se revelaron y comenzaron una batalla por su libertad. Con el fin de evitar que se derramara más sangre, la familia imperial tomo la decisión de eliminar la esclavitud de los semihumanos en toda Mantra y se crearon colonias independientes para que ellos vivieran. Con el paso del tiempo esas colonias se convirtieron en pueblos y por último en ciudades.
–En la mayoría de los casos es así, pero en algunos pueblos alejados es común ver esto, ya que saben que unidos pueden hacer más. Hasta he logrado ver familias donde hay humanos y semihumanos juntos.
–Increíble –es lo único que Luna podía decir.
Cundo el carruaje estuvo en la mitad del pueblo, los tres aventureros bajaron y solo Argos y Luna se asombraron para mirar el paisaje que se encontraba ante ellos; mientras ellos se dedicaban a conocer a la gente que se encontraba cerca, Dimitri comenzó a preguntar a algunos de los habitantes para encontrar algo o alguien. Argos se dio cuenta de lo que estaba haciendo; la curiosidad que le provocaba estaba ganando, se acercó a él con la intención de conocer que estaba haciendo.
–¿Aun no encuentras lo que viniste a buscar? –preguntaba para saber si podría ayudar en algo.
–Exactamente no es algo, es a alguien.
–Y ¿quién es exactamente?
–¿Eh?... Un viejo conocido
Cuando miró a un grupo de jóvenes que paso junto a ellos, logro preguntarles sobre la persona que estaba buscando y descubrió que ellos sabían exactamente donde se encontraba, por lo cual les pidió que lo trajeran con él. Cuando aquel grupo de niños se retiró, Dimitri se sentó en el suelo para esperar a la llegada de quien necesitaba obtener algo.
–¿Cómo se llama con quién vienes a encontrarte?
–¿Ya lo encontraste? –preguntó Luna mientras se acercaba después de saludar a varias personas.
–Sí, ya lo encontré. Su nombre es Marcos, es un amigo de hace tiempo. Si buscan información de algo, alguien o de algún lugar, él es el indicado para preguntarle.
Parándose, comento sobre cómo conoció a Marcos hace tiempo.
–Cuando yo era aventurero hace tiempo, uno de los contratos que teníamos que hacer era escoltar a un comerciante con una gran cantidad de gemas y varios tabores que debía llevar al reino del Norte desde el Reino Central, a lo cual me contactaron junto a otros aventureros para custodiarlo. En uno de los días de viaje, nos atacaron varios bandidos y logramos repelerlos mientras el carruaje continuaba, debido a esa hazaña nos dieron el contacto de varias personas, entre ellas Marcos, me contacte con él y después de unas cuantas misiones que me encargó y algunas copas que bebimos juntos nos hicimos amigos.
–Nunca has mencionado a algún amigo tuyo, o algo de tu pasado, eso es nuevo –la sorpresa de Argos era genuina.
–Cierto, normalmente evitas hacerlo –continuó Luna.
–Tal vez sea el tiempo que he pasado con ustedes –sonreía un poco mientras comentaba eso.
En lo que hablaban, una persona se dirigía hacia ellos por la parte trasera de Dimitri, con la intención de tomarlo por sorpresa, agarrándolo del hombro, lo volteo violentamente para que lo mirara fijamente a los ojos. Como si fuera por instinto, se defendió sacando sus dagas y comenzaron a pelear; se golpeaban, esquivaban sus ataques, cambiaban de dirección los puños del otro y varios otros ataques que parecían que realmente querían hacerse daño. Por lo realista que parecía la situación, Luna sentía la necesidad de ayudar a Dimitri de alguna forma y, cuando estaba a punto de usar su habilidad de vitalidad para fortalecer a su compañero, Argos la detiene, siendo más diestro en los combates, sabe lo que está sucediendo.
–¿Por qué me detienes? ¿Qué pasa si le hace daño a Dimitri?
–Créeme, si él estuviera peleando en serio, ya hubiera ganado. Esto, por el contrario, es más como un entrenamiento para ellos.
–Entonces crees que el otro es... –pensando en que tendría la razón al asegurar la identidad del otro combatiente.
–Eso creo, pero es necesario que Dimitri nos diga su identidad.
Varios minutos pasaron de la pelea que tuvieron aquellos dos, pero de un momento a otro se detuvieron, cuando se encontraron frente a frente, se saludaron con un apretón de manos y un abrazo que duro solo unos segundos; caminaron hacia Luna y Argos para ser presentados. Marcos es una persona de tez morena, cabello negro y de la misma estatura que Dimitri. Cuando fueron presentados formalmente caminaron los cuatro por un momento sin rumbo alguno.
–Cuanto tiempo ¿no? Dime ¿estas para quedarte? –pregunto alegremente a quien venía buscando Dimitri.
–Por desgracia no, vengo por lo de siempre, necesito saber algo, quiero información sobre algunas personas, así que decidí acudir a ti.
–Lo entiendo. ¿Quieres discutirlo junto a ellos o solos tú y yo? –susurró la pregunta.
–Sería mejor que lo discutamos a solas –seguía hablando en voz baja –. Oigan, ¿quieren ir a la playa? –dirigiéndose a Luna y Argos.
–¿En serio podemos? –realmente estaba animada por conocer el mar.
–Claro, solo denme un momento – se dirigió hacía un grupo de niños y mujeres para hablar con ellos.
Aquel grupo se dirigió hacia los dos aventureros y, animados, los acompañaron a donde se encontraba el mar, caminando hasta la parte trasera del pueblo, solo tardaron unos 15 minutos en llegar a la playa. Cuando se encontraron solos, Dimitri y Marcos se dirigieron a la casa del segundo con la intención de platicar lo que el aventurero necesitaba saber. Estando ya en un cuarto cerrado y sin nadie que los pudiera oír, Marcos tomo asiento mientras Dimitri permanecía parado.
–Aunque puede que ya sepa que es lo que ocupas, solo quiero confirmar ¿qué es lo que buscas? –preguntaba seriamente.
–Lo que paso hace cinco años. Cuando terminamos la misión cerca del Reino del Central, cuando nos atacaron por sorpresa. Quiero saber el por qué nos atacaron. Ya tengo la idea de quien es uno de los que lo hicieron, solo necesito saber la razón de hacerlo.
–¿Qué es lo que recuerdas exactamente de aquel día?
–Cuando terminamos el encargo que nos pidieron, pasamos por el desierto que estaba entre el Reino del Norte y el Reino Central, cuando de la nada un gran número de personas se pusieron ante nosotros a una gran distancia, cuando observamos que una gran cantidad de flechas dirigiéndose hacia nosotros, nos cubrimos para que no nos diera alguna de ellas y cuando estábamos preparando para atacar ya nos habían rodeado. Y el resto ya es historia –se notaba la ira y frustración de Dimitri en cada palabra.
–Bueno, cuando me contaron lo que paso, pensé que en realidad todos ustedes habían muerto. Fue realmente una sorpresa que me vinieras a buscar y cuando te vi solo necesitaba saber si eras tú, por eso mi exageración en nuestro pequeño combate. Pero bueno – se levantó de la silla y se dirigió a una repisa para agarrar un libro–, como siempre tiendo a anotar toda la información que me llega, puedo corroborar lo que sucedió preguntando a otras personas. Pues la información recolectada si es impresionante, pero... ¿seguro que quieres saber la razón?
–Por supuesto, necesito saber qué es lo que provoco ese ataque –contesto sin pensar mucho la respuesta.
–¿Cambiara algo si lo sabes?
–Solo una cosa, contra quien tengo que hacer justicia.
–De acuerdo, si es lo que deseas hacer –sabía lo que quería decir con esas palabras–. Según la información que obtuve, la razón es que la misión que te dieron era algo que solo pocas personas sabían, eran todos los que dirigen los gremios en los cinco reinos, la intención era que eliminar a alguien que les representaba un gran peligro, era uno de los ministros de la corte real...
–Espera, no lo entiendo. ¿Es él a quien matamos aquella vez? A –Dimitri se notaba profundamente confundido con eso último que dijo Marcos.
–Por desgracia sí. Según tengo entendido, aquel ministro tenía la intención de que los gremios respondieran directamente al imperio, ya que no tienen un control sobre ellos, y él estaba dispuesto a llevar esa propuesta a la corte.
–Eso me dice porque hay mucha seguridad en las ciudades cercanas al Reino Central. Pero eso no responde una pregunta ¿Qué tiene que ver Glen en todo esto?
–Sabiendo qué los militares te podrían capturaban, estarían en peligro todos los involucrados en eso, por lo cual planearon que, para evitar eso, era conveniente matarte.
–Y ¿por qué tenía que ser yo quien realizara dicha misión? –preguntó con gran duda.
–¿Alguna vez fallaste algún asesinato? –lo cuestionó a sabiendas de la respuesta. Dimitri solo chasqueo la lengua, molesto–. Pero bueno, ¿estás seguro de lo que quieres hacer?
–Si.
Pensando que la información que le proporciono Marcos era suficiente, procedió a retirarse para encontrarse con sus compañeros, caminando hasta las orillas del mar, miro como Luna se divertía a las orillas de la playa mientras Argos entretenía con los niños haciendo juegos de lucha con ellos mientras los dejaba ganar contra él. Cuando miró esa escena, se puso a pensar si era necesario comentarles lo que tenía planeado hacer.
Cuando su mente se llenó de duda por aquella decisión, despejó sus pensamientos y prefirió no comentar nada, para no llenar de preocupación a sus dos compañeros de aventuras. Cuando llegó a tocar la arena de la playa, se sentó para observar el paisaje que se encontraba ante sus ojos; cuando miró a Luna, esta le saludo con una sonrisa, aunque avergonzada porque la mira con poca ropa, pudo darle una pequeña sonrisa, aunque parecía forzada. De un momento a otro, Argos terminó de jugar con aquellos niños y se sentó junto a Dimitri, tomando un tiempo para pensar en que es lo que va a decir, suspiro y empezó a hablar.
–Entonces... ¿Lograste obtener lo que necesitas? –quería saber que era aquello que ocupaba Dimitri de aquel lugar.
–Sí, ya tengo lo que necesito.
–Y ¿qué es?
–Solo algo de información. Creo que con eso ya podré hacer algo que necesito terminar.
–¿Ocuparas ayuda para eso? Pero si necesitas hacerlo solo te vamos a entender –decía para demostrar apoyo a su compañero.
–Si ocupo ayuda se los diré. No te preocupes.
–De acuerdo. Recuerda que siempre puedes confiar entre nosotros –tomaba a Dimitri por el hombro para demostrar que podía contar con él.
–Gracias.
El tiempo paso mientras los aventureros permanecían por un tiempo más en la playa. La noche llego y era momento de que los habitantes de aquel lejano pueblo fueran a dormir. Mientras las personas que viven en ese lugar entraban en sus casas, una sombra posaba sobre el techo de una de las casas como si de un vigilante se tratara; debido a muchos pensamientos que rondaban en su cabeza, Dimitri no podía conciliar el sueño y se cansó de solo estar en el cuarto que Marcos les presto para poder dormir. Al descubrir su amigo que se encontraba en el techo de su casa, subió para hacerle compañía. Cuando llego a donde se encontraba, le entrego una bebida caliente y se sentó a su lado.
–Parece que tienes demasiadas cosas en las que pensar, o me equivoco –miraba hacia la distancia mientras hablaba.
–Es que no sé qué sucederá cuando termine con esto. Parece fácil pero no creo que lo sea –tomo un sorbo a la bebida y lo puso a un lado de él.
–No sé si lo que te preocupa más es lo que te pasara a ti o a tus nuevos compañeros... –notó que Dimitri lo miro fijamente cuando los menciono– pero... parece que no les comentaste lo que te paso ¿verdad?
Dimitri solo aparto la mirada, pues no sabía que decir ante el comentario que hizo Marcos. Mientras pasaron los minutos, platicaron sobre las cosas que habían vivido, los momentos que pasaron juntos hace unos años y lo que habían hecho durante el tiempo durante el cual no se han visto, claro que evitando hablar sobre lo que vivió Dimitri. Cuando fue el tiempo suficiente, Marcos se levantó, y despidiéndose de Dimitri, se fue a dormir. Estando solo de nuevo, igualmente se paró y fue directo a su habitación para descansar y prepararse para mañana.
Cuando el sol empezaba a salir, Argos se levantó para lavarse la cara en el bebedero que se encontraba cerca de los sembradíos. Estando en la parte central del pueblo, junto al carruaje, miró a Dimitri entrenando su puntería con el arco teniendo como referencia un círculo que dibujó en un pañuelo blanco. Acercándose, noto que su compañero podía acertar dos flechas a la vez, sorprendido de esta habilidad, se paró junto a él para observar cómo lograba tal hazaña.
–¿Por qué estás despierto a estas horas? –preguntó sin quitar su vista del objetivo.
–Eso quería preguntarte, pero ahora quiero saber cómo logras eso –refiriéndose a poder disparar dos flechas a la vez.
–Con varios años de práctica ¿por qué? ¿Quieres intentarlo? –se relajó y le presto el arco y una flecha para que intentara dispara.
–Bueno... ya que me lo permites – tomando los instrumentos.
Agarro el arco y puso la flecha como le indicaba Dimitri, estirando la cuerda y adoptando la posición que le sentaba más cómoda, agarro confianza para disparar y soltó la flecha pensando que estaba apuntando a la improvisada diana, por desgracia la flecha se desvió y termino dando al árbol que se encontraba atrás del cual estaba puesto el objetivo. Decepcionado por su tiro, miró a Dimitri en busca de unas palabras de aliento, por desgracia, él solo se encontraba riendo por el disparo que logro.
–Descuida –decía entre risas– no es fácil a la primera.
–No te burles –miraba como Dimitri seguía riéndose.
–¿Qué hacen aquí chicos? –Luna se acercaba hacia ellos, tiene los ojos casi cerrados, el cabello desarreglado y la camisa entreabierta que indicaban que apenas se había levantado.
–Nada, solo miro como Argos es malo con el arco.
–Oye, no te siguas burlando.
Entre risas, regresaron a la casa de Marcos para arreglarse para luego partir hacia Kudra, como tenían sus cosas preparadas desde el día anterior, comieron algo de lo que ya estaba preparado por el amigo de Dimitri y decidieron salir para subirse al carruaje y salir del pueblo. Estando ya cerca del vehículo, miraron a un grupo de cuatro personas llegando rápidamente a la entrada en unos caballos. Estando ya en el centro del poblado, bajaron de los animales que cabalgaban y uno de ellos gritó.
–Dimitri Lev. ¿Alguien de este pueblo ha visto a Dimitri Lev? –Imperaba uno de los cuatro jinetes.
Pasado un rato de haber hecho la pregunta a todos los habitantes del pueblo, volvió a preguntar si alguien había vista al aventurero, pero paso lo mismo, nadie contestaba al extraño. Enojado por no obtener una respuesta, sacó una espada y de un golpe que lanzó en dirección a las parcelas, prendió fuego a los cultivos de aquellos pobladores. Con una furia que disimulaba con una sonrisa, volvió a insistir en su pregunta, pero ahora con amenazas.
–Si alguien no me dice donde se encuentra Dimitri, iré quemando este sucio pueblo hasta que lo encuentre.
Angustiado de que aquello con lo que amenazó al pueblo fuera verdad, decidió salir del interior del carruaje, donde también se encontraban Argos y Luna para ocultarse de aquel sujeto. Mientras salía, Argos lo sostenía del brazo y le pedía, al igual que Luna, que no se bajara del carruaje, pero fue inútil, aun con las insistencias de ellos dos, Dimitri bajo y encaró a quien lo estaba buscando.
–¡Zenor! Cuanto tiempo, escuche que me estabas buscando –se burlaba de él con esa pregunta–. Dime ¿en qué te puedo ayudar?
Cuando ambos se vieron de frente, Zenor empuñó con sus dos manos la gran espada que portaba y, concentrando gran parte de su maná en su arma, genero un ataque de fuego hacia el lugar donde se encontraba Dimitri con la intención de herirlo de gravedad. El ataque paso rozando el carruaje y termino por estrellarse en una casa; debido al estruendo producido por la explosión del ataque, Argos salió ya con su armadura puesta para ver si Dimitri se encontraba bien, mientras Luna buscaba en su bolsa algunas piedras mágicas para poder usarlas. Cuando salió del vehículo, se preocupó por no encontrar a Dimitri en primera instancia, pero por desgracia, más para Zenor que para los otros dos aventureros, se encontraba en la cima de un árbol por el impulso del salto que hizo para esquivar el ataque de fuego de su oponente. Cuando bajó del árbol, Dimitri sacó sus dagas para defenderse de los próximos ataques de Zenor; cuando logró estar en posición defensiva, aquel que lo estaba buscando se abalanzó sobre él y, debido al impulso del ataque, recorrieron varios metros tras chocar sus armas, y ahí su combate empezó.
Cuando Argos se dirigía a auxiliar a su compañero, dos de los restantes tres enemigos lo interceptaron y empezaron a atacarlo para evitar que llegara con los otros combatientes; en sus intentos de deshacerse de sus oponentes, utilizó su espada para atacarlos, pero al estar rodeado por dos personas, tenía que ser cuidadoso con sus movimientos, porque si algo salía mal, podría ser desastroso. Los ataques de aquellos dos eran más coordinaos que los golpes de los asaltantes que lo atacaron en Loran, por lo cual esperaba a que Luna lo auxiliara aumentando sus habilidades con Vitalidad. Para poder ayudar a Argos, la maga tomo una piedra de maná para poder fortalecer los ataques de sus compañeros más si lo hiciera con su propio poder; estando ya preparada, subió al techo de la carreta por la escotilla que tenía y se prepara para apoyar a sus compañeros.
Mientras combatía, Argos logro mirar como el cuarto enemigo se intentaba acercar a Dimitri por la espalda para atacarlo sin que él se diera cuenta. Antes de que pudiera estar a una distancia peligrosa, Marcos, que antes del ataque se encontraba en su casa, lanzó una flecha a los pies de aquel escurridizo hombre. Tras ver al hombre que le disparó, cambio su objetivo de ataque hacía él para evitar que se entrometiera en su camino; antes de que combatieran, tiro su arco y sacó de su espalda una guadaña que usa para trabajar en el campo. Esquivó el primer ataque de su agresor y, sin dudar en su golpe, corto rápidamente el cuello de su agresor matándolo al instante.
A sorpresa de todos, excepto de Zenor y Dimitri, fijaron sus miradas hacia la escena que tenía toques surrealistas; aprovechando el descuido, Argos empujo a uno de sus agresores con el escudo para ganar tiempo y desenfundar su espada; con el fin de apoyarlo en el combate, Marcos se juntó a él para equilibrar la batalla en dos contra dos. Siendo ya más cautelosos, los dos compañeros de Zenor empezaron a combatir contra quienes tenían en frente de ellos. Indicándoles a los dos de que permanecieran juntos, Luna empezó a usar Vitalidad para que pudieran combatir con mayor cantidad de maná y ganar fácilmente; Marcos, al igual que con el enemigo que iba por Dimitri, ataco directo al cuello, pero su adversario adivinó sus intenciones y esquivó su golpe rápido, por desgracia, Marcos dio una media vuelta y acertó en su segundo golpe en el estómago de su contrincante y, viéndolo rendido, tomo su cuello y lo destrozó de un solo movimiento de sus manos mientras la guadaña seguía clavada en él; por su parte, Argos ataco a sus piernas para incapacitarlo, cuando acertó, intentó que su espada no cortara por completo su extremidad, para poder interrogarlo y obtener información de ellos, al no parecerle conveniente esto a Marcos, saco un cuchillo que estaba dentro de su arma y lo lanzó al cuellos del enemigo que peleó contra Argos.
–¿Por qué lo mataste? –Argos preguntaba enojado– necesitamos saber cuál es la razón de que nos atacaran.
–En primera, quien debe de preguntar es él –señalando a Dimitri–, no nosotros –explicaba para calmar a Argos tanto como le fuera posible–. En segunda, quien proporcionaría más información es quién está peleando ahorita con Dimitri.
–¿Cómo puedes saber eso? –tenía intriga de lo que él pudiera saber– ¿Qué es lo que oculta Dimitri al venir aquí?
–Si él cree que lo necesitan saber –refiriéndose a Dimitri– él se los dirá sin problemas.
Quedando en espera de una respuesta que los satisfaga, se quedaron mirando a Dimitri pelear contra Zenor. Cuando Argos intentó ir a apoyar a su compañero, Marcos lo detuvo rápidamente, ya que él pensaba que esa pelea era solo de su amigo y no de alguien más.
Esquivando y devolviendo ataques, pero sin efectividad, Dimitri esperaba una oportunidad para poder conectar un golpe que le diera la ventaja en la pelea; se empezaba a cansar conforme más avanzaba el combate. Los golpes constantes y rápidos que realizaba Zenor no le permitían usar su habilidad de sigilo, asimismo no tenía la distancia necesaria para realizar un ataque con su arco, solo requería de una oportunidad para dañar a su rival. Para recuperar un poco más de energía, Dimitri se dedicó a esquivar y desviar ataques, dejando de lado la parte activa de la batalla. Zenor, quien pensó que ya no podía atacar más, empujó a Dimitri para poder realizar su ataque de Espada en Llamas; mientras cargaba su ataque recogiendo la energía que necesitaba, el aventurero apretó con sus manos las dagas que compró en Kudra y, usando su habilidad de sigilo y activando una piedra de maná que Luna le había dado antes de partir del pueblo como obsequió por llevarla a ver el mar, llego a Zenor lo más rápido que pudo y encajó sus armas en las sus rodillas. Con él dolor recorriendo su cuerpo, soltó su espada y calló de espaldas para evitar enterrar aún más las dagas; estando a merced de Dimitri, lo empezó a cuestionar.
–Bien. Ya que no puedes hacer más, dime ¿quién te envió aquí y por qué? –estaba entre cansado y enojado.
–No es obvio, fue Glen, alguien le avisó que te encontrabas en este lugar y nos mandó a matarte. Hay mucho dinero por tu cabeza.
–Dónde se encuentra Glen ahora?
–Esta aun en Kudra... ¡Ah...¡ –gritaba del dolor por tener encajadas las dagas en sus piernas– aunque no creo que sigua ahí por mucho tiempo, pero lo están cuidando algunos militares. No creo que te dejen hacer algo.
–Eso lo decidiré yo. ¿Quién le dijo a Glen que me encontraba aquí? –aunque ya sabía la respuesta a esa pregunta.
–Ese fue Allen... –contuvo su grito de dolor.
–Eso quería oír. Marcos, puedes encargarte de él.
– Con gusto.
–Espera, no importa si vas, eres ya enemigo público del imperio, se sabe que estas vivo, cuando llegues, un montón de soldados te estarán esperando... –decía desesperadamente con la esperanza de que no lo mataran, pero fue en vano, su destino ya estaba decidido.
Alejándose de su oponente, se dirigió hacia Luna para pedirle una piedra de fuego para realizar un ataque. Mientras eso pasaba, Marcos tomo un cuchillo y se acercó a Zenor para matarlo como Dimitri lo quería; cuando se montaron sobre él, Zenor gritó por clemencia mientras el cuchillo entraba y desgarraba su cuello, mientras Luna y Argos desviaban la mirada de aquella sangrienta escena.
Cuando Dimitri preparaba su ataque, Allen se alejaba del pueblo en la carrosa mientras todos estaban ocupados observando la última pelea. Usando un disparo de doble flecha, apuntó hacia donde se dirigía el comerciante y disparo hacia la carrosa mientras activaba el poder de la piedra mágica. Mientras el vehículo se incendiaba por las flamas que se generaron en las flechas, Allen salía del carruaje para evitar ser consumido por el fuego; cuando procedía a cargar otra flecha para disparar, un círculo mágico se generó en el lugar donde estaba su objetivo y una lluvia de fuego empezó a caer en aquel lugar, terminando con la vida de Allen.
Cuando volteo a ver a sus compañeros, Luna ocultó su cara en la capucha de su capa por no soportar ver a aquel que no temía matar a quien se le pusiera en frente. Argos lo encaro y le exigió que le contara por qué paso todo aquello.
–¿Qué fue eso? ¿Por qué nos comenzaron a atacar? ¿Quiénes eran ellos?
–No necesitas saberlo –comenzaba a alejarse para no mirar a Argos.
–Nada de eso –lo detenía para evitar que no se fuera–. A Luna y a mí nos atacaron. Y tú tienes mucho que ver en esto. Si estas en problemas podemos ayudarte, para eso estamos.
–No quiero que se involucren en esto. Ahora suéltame –jaló su brazo zafándose del apretón de Argos.
–Ya estamos más que involucrados en esto. Solo queda ayudarte.
–Dimitri, amigo –habló Marcos–, como consejo, si ellos te dan su ayuda y aun con lo que paso siguen contigo, creo que deberías optar por lo que te dice Argos. ¿No crees que es momento de contarles lo que paso? Para ver si están dispuestos a ayudarte y aceptar quién eres.
Pensando un momento en lo que su viejo amigo le comentó, se detuvo a meditar si era beneficioso el contarles a Luna y Argos sobre su pasado, pero creía inconveniente el que alguien supiera aquella dolorosa historia suya, de cómo de un momento a otro, perdió todo aquello que apreciaba. Tras mirar al cielo y creer que tenía la respuesta correcta, se volteó a ver a sus compañeros y, con un nudo en la garganta, empezó a hablar.
–De acuerdo... si quieren saber, esto es lo que me ocurrió ya hace 5 años...
El recuento de su historia comenzó.
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