CAPÍTULO 7:BRUNO EL SANADOR
Cuando el dragón pisó tierra firme y desmontaron de él, el dolor de Kakarot aumentó de tal forma que tenía la vista borrosa. Ragnarog sin perder ni un segundo lo cogió, y lo llevó corriendo entre las casas de color azul eléctrico hasta una casa con aspecto humilde.
Entró en la morada que estaba habitada por Bruno Brunel un guerrero de la orden de Luminex. Al verle Bruno fue como un rayo por detrás de él, desenvaino su espada y la puso apuntando a la garganta de Ragnarog.
-Suelta al niño-ordenó Bruno.
Ragnarog obedeció y colocó al niño en la cama de Bruno, después de hacerlo dijo:
-Scina Taus Minitex.
-Perdona amigo, es el protocolo.
-Me lo sé por si no lo sabes lo...
-Calla-le cortó-puede escucharte- se refería a Kakarot
Pero esa afirmación estaba muy lejos de la realidad, el niño se había desmayado por el dolor. Tenía su rostro sudoroso y más pálido que nunca.
-Cúrale ya te contaré todo.
-Mmm, tiene el brazo desencajado.
Bruno puso al niño en su cama, le cogió el brazo y se lo estiró hacia dentro de manera que se lo puso en su sitio.
-¿Os han atacado?-preguntó el guerrero.
-Si unos cuantos mercenarios de André- por suerte salí del paso con éxito y los mercenarios no podrán contarlo.
-Nunca cambiarás ¿eh? Ves algo negro y vas a por ello.
-Bueno, basta de bromas me voy a dormir.
-Je, esta claro que eres tú, has sabido que no era consecuencia de un monstruo y que no es nada grave, bueno yo también me voy a dormir mañana tendré que dar de comer al niño ya que tu te iras a ver al rey.
-¿Cómo sabías lo que iba a hacer?
-Soy tu amigo al fin y al cabo.
Y tras esta larga conversación se fueron a dormir.
A la mañana siguiente, Kakarot abrió los ojos y vio a Ragnarog al lado de su cama.
-Hola ¿ya te has despertado?-preguntó Ragnarog.
- Hola, está claro que si, ya veo que tengo el brazo en su sitio aunque me duele un poco todavía. ¿Dónde estamos?
-En la casa de Bruno, un guerrero de la orden de Luminex, a parte de ser un legendario, como Gladius, es médico.
-A, vale y tú ¿a donde vas?-el niño había visto que no llevaba armas y que llevaba botas de viaje además había cogido su capa negra-¿Puedo ir contigo?
-A ver al rey y no, no puedes venir conmigo ya que tienes que descansar tu mismo has dicho que te dolía un poco el brazo. Te dejo con Bruno, adiós.
Entonces Ragnarog abrió la puerta de la casa y salió a la calle cerrándola tras de si. .Ragnarog le había dejado al niño unos cereales de color amarillo y leche de un extraño animal. Eran alimentos raros pero eran excelentes. Cuando el niño acabó de desayunar apareció Bruno:
-Hola tú debes de ser Bruno-saludo el niño animadamente, le gustaba conocer a la gente.
-Pues si soy Bruno Brunel, el sanador-contestó el médico.
-¿Sanador?
-Si así es como me llaman los habitantes de esta región, creen que hago magia y que sano a la gente, no conocen prácticamente la ciencia.
-¿Tú en que elemento estas especializado?
-En el trueno. Y tú como eres un Junkel estarás especializado en el claydoscopio.
-Mis padres usaban es técnica me lo contó mi abuelo.
-Deduzco que no sabes usar esa técnica pero ya aprenderás es muy útil para los arqueros.
-Sigue doliéndome el hombro.
-Eso es porque tienes músculos desgarrados, pero tranquilo que no es nada grave. Entonces Bruno abrió un armario y extrajo de él un medicamento vertió un poco de su contenido en un vaso y se lo dio:
-Esto puede resucitar a un fantasma-afirmó Bruno convencido.
-Querrás decir a un muerto-rectificó Kakarot justo antes de beberse el contenido del vaso.
-No fantasma. Métete esto en la cabeza no se puede resucitar aun muerto pero si a lo que esta dentro de él, el alma o fantasma.
Cuando Kakarot acabó de tragarse la poción, pues eso es lo que contenía el frasco, que sabía bien, preguntó al sanador:
-Oye Gladius me dijo que Luminex, selló a Ydgrasill en la nada, pero luego André se comió su cabeza. ¿Por qué volvió a aparecer?
-Porque André lo liberó con un conjuro ya que quería su poder pero no pudo derrotarle y ya sabes lo que pasó. Luminex no supo nada de eso fue Ragnarog quien nos lo dijo.
-Ese André es muy perverso.
-Pero no es tan fuerte como parece.
-Parece que tu pócima surge efecto, ¿qué era, un sedante?
-No, era un jarabe de crecimiento muscular, en otras palabras ha hecho crecer los ligamentos y ha curado los desgarros.
-Mejor, quiero salir cuanto antes a ver la ciudad.
-Esta tarde te llevaré, pero por el momento descansa voy a empezar a hacer la comida.
Bruno hizo una comida que al niño le sentó muy bien estaba sabrosa y era ligera.
Bruno era un hombre bastante alto, era moreno y fuerte. Sus ojos eran azules. Vestía con ropas ligeras y de color amarillo con un rayo dibujado en ellas, y no llevaba puesta la armadura de guerrero. Era amable y decidido. Kakarot le observó en la comida y al final le preguntó:
-¿Tú que rango de la orden ocupas? Por lo que se Gladius es un guardián.
-Soy un guardián, pero también era la mano derecha de Luminex, éramos muy amigos.
-Entonces si que tienes que ser fuerte.
Ante estas palabras Bruno sonrió.
Mientras Kakarot se aburría en la cama llegó al fin la tarde y se pudo levantar de ella y fue con Bruno a ver Ruyix. Si en Hicefri las casas tenían símbolos de hielo y eran azules en Ruyix también. El color azul no era como de hielo si no como eléctrico y el símbolo era el del rayo.
Los tejados de las casas eran de un singular color amarillo. La ciudad estaba situada en un altiplano y era bastante grande. Los habitantes eran mecánicos domadores de dragones etc. Kakarot los vio trabajar en sus casas. Vivían del turismo naturalmente hasta disponían de un aeropuerto de naves espaciales. Era una ciudad muy bella y pacífica. En lo más alejado de la ciudad se encontraba el palacio que era una torre altísima pintada de un color amarillo que rozaba las nubes. A su lado se encontraba una especie de pararrayos gigante.
-Es un catalizador de electricidad, capta la energía de los truenos y envía electricidad a todo el pueblo y la vendemos a las ciudades vecinas-explicó Bruno.
- Que orgulloso estás-afirmó el niño.
- Claro, la construí con la ayuda de Luminex.
- ¿Tú haces de todo?
- Más o menos. Vámonos Ragnarog estará en mi casa haciendo abdominales.
Al niño le sorprendieron esas palabras.
Se había hecho tarde, fueron a casa de Bruno que se encontraba en medio de la ciudad. Cuando abrieron la puerta encontraron a Ragnarog haciendo abdominales. Al ver al niño dijo:
- Ya mueves el brazo con normalidad.
- Si, oye Bruno ¿cómo sabías...?
Pero fue cortado por los dos guerreros que dijeron al unísono:
- Simplemente somos amigos.
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