CAPÍTULO 47 : ELFINA EL PLANETA MARCIANO


Cuando la luz azul desapareció, Kakarot se encontró delante de su nave blanca, Ragnarog subió y todos le siguieron, el niño estaba un poco apenado por dejar a James cuando no sabía su estado, pero Víctor al ver la cara del niño le dijo:

-Tranquilo estará bien, tiene mi bendición.

-Entonces me quedo tranquilo la bendición de Luminex es la mejor.

-¡Qué no soy Luminex!

-Vale que era broma.

-Kakarot ve a los mandos-ordenó la voz de Ragnarog desde un extremo de la nave.

El niño se puso a los mandos y pronto se sentó Arcadis a su lado que le dio un beso en la boca:

-¿Y eso a que viene?-preguntó el niño.

-Da suerte y eres muy valiente a eso viene el beso-contestó Arcadis.

-Bueno, tu serás mi guía, seguro que te conoces esta parte del espacio como el cristal de tu bastón.

-Muy gracioso y si sé me la ruta.

El niño pulsó el botón y la nave despegó con mucha potencia, en unos pocos segundos ya estaban en el espacio, al cabo de un rato Víctor apareció con la cara mojada:

-Podías haber avisado ¿no?, estaba bebiendo agua.

Ante estas palabras los niños se rieron con ganas, pero Kakarot no tenía tiempo para reír tenía que mirar al frente, ya habían salido de la órbita de la tierra y la computadora no daba señales de error de la ruta, Kakarot, tras la comprobación de Arcadis, dejó los mandos, y habló con la niña:

-Bueno, explícame algo de tu planeta, su historia, sé muy poco de él.

-Vale, pero mira adelante por si acaso.

-Tú mandas, pero cuéntamelo ya que me aburro.

-Impaciente, está bien, empecemos por la época del futurismo, los últimos siglos de la Tierra, más o menos. Nosotros los elfos antes teníamos una forma menos evolucionada casi ni veíamos y nuestros sentidos estaban muy involucionados. Pero éramos muy inteligentes y éramos muchísimo más evolucionados que los humanos en tecnología, nuestras naves eran los platillos volantes, aunque mucha gente en la Tierra los llamaban OVNI. Muchas veces íbamos a investigar la Tierra, de hecho la gente tenía miedo por que veía nuestras naves por los cielos, creían que éramos una amenaza, pero se equivocaban. Pues bueno, en una de nuestras innumerables exploraciones uno de nuestros camaradas fue capturado en América, allá por los ochenta, según el calendario terrestre. Lo diseccionaron y lo grabaron en vídeo, pero por suerte nadie se lo creyó, los elfos estábamos muy enfadados por eso, y le enviamos una invasión de varios insectos, reconozco que fue un error, lo reconozco, pero nos supo muy mal que mataran a uno de los nuestros. A lo que iba los humanos también mandaban sondas y miraban nuestro planeta y decían que no podía haber vida, pero ya te dije que eran unos necios no sabían que en el interior nuestro núcleo era de agua caliente y allí vivíamos.

-Si eso ya me lo contaste, ahora es cuando Luminex fue a salvaros de André ¿no?

-No, Luminex fue a explorar Marte y se encontró con nuestra forma evolucionada parecida a la de los humanos, y él nos estudió y nos ayudó a desarrollarnos, pero Ydgrasill resucitado llegó a Marte y amenazó con destruir nuestro planeta que con tanto esfuerzo habíamos conseguido, Luminex luchó contra él y le arrancó la cabeza con su espada y este quedó muerto y sellado en la colina Elfica llamada así por que fue donde Luminex nos dio nuestro nombre. Pero André se comió su cabeza y vino a nuestro planeta para conquistarlo. Hubo una guerra en la que murieron mis padres a manos de Keryus, por eso quiero matarle. Luminex volvió y le consiguió alejar de Resat, me protegió de los demonios que venían a por mí.

-Ya veo así que tú eres como yo, una vengadora.

-Sí supongo.

La nave iba en línea recta y Kakarot volvió a tomar los mandos, y nada más hacerlo oyó la voz de Ragnarog:

-Kakarot empiezan los problemas, estamos cerca de Elfina, pero no hay tiempo de pedir permisos para entrar, nos siguen naves centinelas tamaño gigante.

-¿Algún consejo?-preguntó el niño.

-Ves lo más rápido que puedas, y no te pares métete en la orbita de Marte.-explicó Oberá.

-Ves como si fueras una flecha.-ordenó Adoking.

-No vayas tan lento, ve sin demora, de lo demás nos encargamos nosotros-corrigió Víctor.

-Y no te olvides de mis disparos- afirmó Arcadis.

-Vale agarraos que voy.- retó el niño.

La nave se propulsó y fue velozmente hasta el horizonte negro, las naves centinelas le seguían emitiendo rayos de electricidad, no iban a dejarles marchar, y mucho menos sin pelear. Kakarot no soltaba su volante, y sólo iba hacia delante en la lejanía ya se veía un círculo rojo y verde era la esperanza, Kakarot no dudó y siguió con su ruta. Pero los centinelas dispararon con un láser morado que rozó a la nave por el lado derecho, de repente Kakarot comprendió que ya estaban perdidos, no había nada que hacer si iban en línea recta, pero entonces vio una especie de Roca gigantesca, sin dudarlo fue hacia ella:

-Arcadis cuando yo te diga pulsa el botón de arriba-ordenó el niño,

-Estás loco ¿sabes?- replicó la niña.

-Pues bienvenida al manicomio.-bromeó el niño.

La nave era atraída por la enorme roca que iba inevitablemente hacia la mole rocosa, pero cuando ya parecía que iban a estrellarse el niño gritó:

-Dale Arcadis.

La niña pulsó al botón y unos misiles salieron disparados hacia la roca, con el impacto de los misiles la enorme roca se dividió en miles de pedazos, el niño esquivo los pedazos y fue hacia la izquierda rumbo al planeta rojo, pero las naves centinelas acabaron chocando en los asteroides destruyéndose:

-No lo vuelvas a hacer, casi me da un infarto-le riñó Adoking.

-No se lo que es un infarto pero espero que no tengas líquido amarillo en los pies-bromeó el niño.

La nave enseguida entró en la órbita de Marte, sin naves siguiéndoles a cola, pero ahora tenían problemas más serios, tratar con las autoridades Élficas les decían que se identificaran y Ragnarog no podía apenas hablar, al final el guerrero consiguió decirlo todo a tiempo y la nave pudo entrar en la atmósfera Marciana.

Todo eran plantas de color verde y rojo, todo era bosque y manantial, el niño estaba admirando toda esta belleza cuando la nave recibió una sacudida:

-¿Qué ha sido eso?-preguntó el niño.

La nave caía en picado y no respondía, la voz de Ragnarog anunció:

-Saltad no se puede hacer nada un demonio nos ha dado con un ataque.

Los niños se quitaron los cinturones y corrieron hacia la puerta y saltaron hacia abajo llegaron a tierra sin problemas, sobretodo Víctor, que bajó planeando. Cuando todos estuvieron en tierra una risa sonó a sus espaldas:

-Pero si sois de la orden. Sois presas mías, presas de lord Shader.

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