CAPÍTULO 41: LA ESPADA ELEMENTAL


Kakarot subió al pedestal, tenía el símbolo de la luz dibujado en su superficie, había cinco hendiduras, el niño puso las espadas en sus pedestales y estas brillaron, pero nada sucedió, entonces Kakarot, tocó la espada de la luz y un rayo de luz multicolor le rodeó, ya no veía la Torre del destino. Cuando abrió los ojos se encontró en una superficie amarilla, rodeado de cinco personas, al lado derecho tenía a Fany, al lado izquierdo a Renegat, atrás suyo a Links, alejado había una persona que Kakarot supuso que sería Key, el centro estaba iluminado por una potente luz:

-Has conseguido las cuatro espadas, te daremos el poder para romper el sello de Resat y entrar sin que los demonios salgan-Anunció Links.

-A partir de ahora la batalla final comienza-Añadió Renegat.

-Usa bien nuestro poder-Recomendó Fany.

-Derrota a André.-Añadió Key.

De repente una voz sonó y Kakarot vio que se trataba de la luz del medio, era la voz de Luminex:

-Oh, sabios dad el poder al elegido, que un oráculo le guíe en su empresa.

Kakarot no pudo ver nadas más, cuando abrió los ojos se encontró con la Torre, se levantó y vio las cinco espadas girando, Ragnarog Arcadis y Oberá miraban extrañados a Kakarot Y adoking mientras miraba la luz con cara rara.

De repente las espadas se fueron acercando cada vez más, y de repente las espadas se tocaron y se produjo un brillo intenso, cuando el brillo despareció un espada en forma de rayo y de color extraño. Era como las demás, sólo que era más gruesa y larga y en su empuñadura tenía una bola de cristal de color del arco iris, Kakarot cogió miró su espada ilusionado, con esa espada cumpliría su destino.

Ragnarog y los demás felicitaban al niño, pero de repente del cielo bajó una luz, que al tocar el suelo se convirtió en una figura. La figura llevaba un traje amarillo, era rubia, y tenía ojos azules, su piel era muy clara, además en la espalda le crecían unas alas amarillas:

-¿Luminex?-preguntó Kakarot entreabriendo los ojos.

-No niño, yo soy Víctor, soy el oráculo enviado para ayudarte en la fase final de tu aventura.-anunció el ángel.

Kakarot se fijó más en él, en su oreja derecha llevaba un pendiente dorado, en el cinto llevaba un espada larga de empuñadura azul con un símbolo triangular extraño.

-Hola, Víctor cuanto tiempo.-Dijo Oberá

-Si, yo también me alegro de verte, bueno Kakarot, te daré un don que te será de ayuda, es el don que se le dio de recompensa a Luminex por derrotar a Ydgrasill.

El ángel sacó su espada y recitó unas palabras, de repente Kakarot sintió un hormigueo en la espalda, de repente un dolor agudo y cerró los ojos.

Al cabo de un rato el niño los volvió a abrir, lo que vio le sorprendió más que a nadie de los presentes, en la espalda tenía dos alas sin plumas de color amarillo, de repente Arcadis exclamó:

-¡Son las alas de Luminex!

-No niña, son las alas del héroe-explicó Víctor- bueno ahora los niños bajad la torre, los demás venid conmigo tengo algo que deciros.

Kakarot con un gran esfuerzo hizo desvanecer las alas, y se quedó arrodillado en el suelo mientras Adoking, Oberá y Ragnarog se iban con Víctor a través de un portal.

La niña se acercó a Kakarot y le dijo:

-Vamos a casa de Ramón, te curará, a parte seguro que te gustará saber lo que pasó con las invocaciones, Lance ayúdame a llevar a Kakarot.

Lance obedeció la orden, el enorme Lince llevó a Kakarot a lomos y bajaron de la Torre muy despacio, Kakarot estaba realmente cansado, y estaba casi inconsciente, cuando estaban caminando por el jardín Kakarot, se quedó dormido completamente:

-Lance, ten cuidado de que no caiga-ordenó la niña.

-Si, señora, la Espada elemental es un dura carga para el niño además ese don...-habló el lince con voz profunda.

-Quieren que sea un nuevo Luminex, ¿has visto lo que pretende el ángel? Unirse a nosotros Ragnarog no le dejará.

-Yo creo que se unirá a nosotros, es un oráculo.

-Si bueno, ya estamos llegando.

La casa de Ramón ya se divisaba, nada más verles llegar Ramón le abrió la puerta y preguntó:

-¿Superó la prueba?

-Si y con nota, no sé que le enseñaste, pero le sirvió bien.-explicó Arcadis.

-Señora, ya puedo irme ¿no?-preguntó el lince.

-Sí y no me llames así, soy tu amiga.

-Vale Arcadis.

Diciendo esto el Lince se retiró con un chasquido fuerte.

-Bueno y entonces tú conseguiste tu misión ¿verdad?-preguntó Ramón.

-Sí, y tenemos la pista de Lobix

-¿Está en el sistemas solar?

-Sí creo que en la Tierra o en Elfina.

-El camino a Resat ya ha empezado.

-Sí, ayúdame a llevar a Kakarot a su cama.

Ramón y Arcadis llevaron al niño hasta su cama lo acostaron y le metieron por la boca algo de agua roja para la vitalidad. Después se fueron a comer. Pero Kakarot seguía durmiendo y Arcadis fue a ver al niño y se sentó a su lado. Le parecía un niño muy valiente.

Arcadis al cabo del rato se dio cuenta que no estaba su espada elemental, la buscó y al final la vio en la mano del niño que todavía no la soltaba, como estaba envainada la niña no intentó quitársela por temor a despertarle.

Al día siguiente Arcadis se despertó y fue a ver a Kakarot que seguía durmiendo, de repente el niño abrió los ojos y vio al a niña, que llevaba el desayuno:

-Te despiertas en un momento oportuno, tomate este desayuno y luego hablamos.

El niño lo hizo y al cabo del rato ella dijo:

-Tenemos que hablar de algo muy importante.

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